Introducción
México es un país megadiverso debido a su ubicación geográfica y orografía. Alberga una alta diversidad biológica que representa aproximadamente entre 6 y 8 % de las especies vegetales del Planeta (Rzedowski, 2006). Dentro de esta diversidad vegetal existen más de 30 000 taxa de plantas vasculares, de las cuales al menos la mitad se utilizan para satisfacer alguna necesidad humana, y de ellas, las medicinales son las de más uso (Lira et al., 2016). La amplia variedad de climas y fisiografía permiten la presencia de una gran riqueza florística, y consecuentemente una gran diversidad de plantas útiles (Estrada-Castillón et al., 2022).
La etnobotánica estudia las relaciones de los diversos grupos humanos y su entorno, el uso y aprovechamiento de las plantas en diferentes culturas a través del tiempo (Casas et al., 2014), y es una herramienta útil para el rescate del conocimiento sobre el uso de los recursos vegetales (Zambrano-Intriago et al., 2015). A través de la transmisión cultural se forman grupos compartidos con ciertos conocimientos, pero también con divergencias en el conocimiento entre individuos y grupos sociales (Ochoa y Ladio, 2015).
La etnobotánica es un campo de la ciencia con un carácter multidisciplinario, estudia las relaciones entre las sociedades humanas y las plantas (Martínez, 1994), y le proporciona bienes y servicios ambientales, entre los que se ubican los de provisión (Hurtado et al., 2006). Hoy en día, el conocimiento que se tiene de las plantas es el resultado histórico de nuestros antepasados, quienes aprendieron experimentando por ensayo y error y que se ha enriquecido por la ciencia para encontrar nuevos usos de las especies (Estrada-Castillón et al., 2014).
La etnobotánica en zonas semiáridas ha adquirido importancia en las últimas décadas debido a la pérdida del conocimiento tradicional y degradación de los hábitats naturales (Estrada-Castillón et al., 2017). Además, la disponibilidad de especies influye fuertemente en el conocimiento de los taxa y sus usos para diferentes propósitos, especialmente medicinales (Santos et al., 2016) y alimentarios (Thomas et al., 2009).
En el noreste de México, el manejo de las plantas por parte de la población rural juega un papel primordial en su existencia (Estrada-Castillón et al., 2012). El estado de Nuevo León presenta una alta diversidad de plantas y tipos de vegetación como matorrales, chaparrales, bosque de pino-encino, bosque de coníferas, pastizales halófitos y praderas subalpinas (Estrada et al., 2015). Entre los estudios sobre plantas útiles y sus usos en el noreste de México están los del Parque Nacional Cumbres de Monterrey (Estrada et al., 2007), plantas medicinales del centro-sur de Nuevo León (Estrada-Castillón et al., 2012), etnobotánica en Rayones, Nuevo León (Estrada-Castillón et al., 2014), plantas útiles de Bustamante, Nuevo León (Estrada-Castillón et al., 2017), etnobotánica de Cuatro Ciénegas, Coahuila (Estrada-Castillón et al., 2021), y etnobotánica en Iturbide, Nuevo León (Estrada-Castillón et al., 2022).
El objetivo de este estudio fue incrementar el conocimiento etnobotánico de la flora del municipio Linares, Nuevo León, mediante la identificación del uso de las diferentes especies vegetales y sus categorías principales de uso.
Materiales y Métodos
Localización del área de estudio
El municipio Linares está ubicado en la parte centro-oriental del estado de Nuevo León, y tiene una extensión de 2 445 km2 (INEGI, 1986). El clima es semicálido, subhúmedo con lluvias en verano, una temperatura anual promedio de 22 °C y precipitación media anual de aproximadamente 749 mm. La estación más seca es de junio a agosto, y los meses más lluviosos son agosto y septiembre (INEGI, 1986).
La superficie plana del municipio Linares está cubierta por comunidades de Matorral Espinoso Tamaulipeco (Estrada-Castillón et al., 2014). En el presente trabajo, se realizó una búsqueda bibliográfica para revisar el inventario de plantas en la zona (Villarreal y Estrada, 2008). Posteriormente, se visitaron los alrededores de Linares para colectar ejemplares de plantas. Las especies registradas fueron fotografiadas para crear una base de datos etnobotánica.
La identificación de los taxones vegetales se realizó a través de literatura especializada (Villareal, 2008). Los ejemplares colectados se almacenaron en el herbario Ciencias Forestales Nuevo León (CFNL) de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Finalmente, se seleccionaron los ejidos donde se realizaron las encuestas de uso etnobotánico entre sus pobladores; los seleccionados fueron Rancho Viejo y La Palma, San Francisco Tenamaxtle, El Fresno, Jesús María del Puerto, La Reforma y El Guajolote (Figura 1).
Trabajo de laboratorio y campo
Encuestas
Se realizaron 180 encuestas semiestructuradas (108 mujeres y 72 hombres), 30 por ejido (Martin, 1995), donde el objetivo fue cuantificar los usos para cada planta. Las encuestas se aplicaron a hombres y mujeres mayores de 30 años, ya que se considera que estos conocen más especies y sus usos que los jóvenes (Estrada-Castillón et al., 2014). La encuesta incluyó al menos cuatro preguntas generales relacionadas con el conocimiento etnobotánico: (1) Nombre común de la planta, (2) ¿Qué uso le da?, (3) ¿Qué parte de la planta utiliza?, y (4) ¿Cómo la prepara? Las encuestas se realizaron previo consentimiento de cada uno de los informantes (ISE, 2006).
Análisis de datos
Para averiguar la relación entre la edad de los encuestados y el número de especies conocidas de uso etnobotánico, se aplicó una prueba de correlación de Pearson (Zar, 2010) con la finalidad de saber si existía una relación entre la edad de los informantes y el número de especies con uso etnobotánico, además se hizo una prueba de Análisis de Varianza (Zar, 2010) mediante la división de la muestra en clases de edad (nueve, según la regla de Sturges). La información se analizó con el programa estadístico PAST (ver. 4.03) (Hammer et al., 2001).
Para el análisis de la importancia de las especies medicinales, existen tres principales índices etnobotánicos (Heinrich et al., 1998; Estrada-Castillón et al., 2022): Factor de Consenso del Informante (FCI) (Heinrich et al., 1998), Índice de Valor de Uso (IVU) (Zambrano-Intriago et al., 2015) e Índice de Fidelidad (IF) (López-Gutiérrez et al., 2014); los primeros dos varían entre 0 y 1. El primero expresa el resultado en un intervalo de 0-1, los valores más cercanos a 0 indican que las plantas fueron elegidas al azar o que no hay intercambio de información acerca del uso de las plantas, y los valores cercanos a 1 refieren que se utilizan pocos taxones por la mayoría de los informantes para curar las enfermedades agrupadas en una misma categoría. Entre más bajo sea el valor calculado, mayor es el desacuerdo entre informantes respecto al uso (Estrada-Castillón et al., 2022). El FCI se calcula con la siguiente Ecuación:
Donde:
nur = Número de plantas usadas para cada categoría
nt = Número de usos citados en cada categoría
El IVU analiza la relevancia local de cada una de las especies (Camou-Guerrero et al., 2008; Estrada-Castillón et al., 2022) y se obtiene con la siguiente Ecuación:
Donde:
Ui = Número de usos conocidos por cada informante para la especie i
n = Número total de personas entrevistadas
El Índice de Fidelidad (IF) (Albuquerque et al., 2014; Estrada-Castillón et al., 2022) estima la importancia relativa de cada especie medicinal en función del grado de consenso entre los informantes en una categoría de uso, es decir, se refiere al consenso que tienen los informantes con respecto al uso terapéutico de ciertas especies de plantas para tratar las diferentes categorías de enfermedades y su eficacia medicinal. Si una especie presenta mayor consenso entre los encuestados, esta sugiere que su efectividad es mayor porque ha sido sometida a una selección por ensayo y error a través del tiempo. El IF se expresa en porcentajes, y se calcula con la siguiente Ecuación:
Donde:
Ip = Número de informantes que de forma independiente indicaron el uso de una planta para la misma enfermedad en particular
Iu = Número de informantes que mencionaron la especie para alguna enfermedad dentro de una categoría de uso
Resultados
Relación de edad con el conocimiento etnobotánico
La prueba de Pearson no mostró una correlación significativa (r=-0.026, n=180, p=0.729) entre la edad de los individuos y el número de especies con uso etnobotánico. La prueba ANOVA tampoco evidenció diferencias estadísticas significativas entre las clases de edad y el número de especies con uso etnobotánico (F=0.926, g. l.=179, p=0.496).
Diversidad de familias géneros y especies
Se registró un total de 253 especies de plantas mencionadas por los informantes, incluidas en 75 familias y 194 géneros. En la Figura 2 se ilustran las familias con mayor número de géneros y especies con uso etnobotánico. De estas, 47 % correspondió a nativas, y el restante 53 % a exóticas.
Categoría de uso
De acuerdo con el número de menciones se registraron ocho categorías de usos, entre las que destacan ornamental, medicinal y alimenticia (Figura 3).
Ornamentales
Se identificaron 139 especies con uso ornamental integradas en 51 familias y 105 géneros. Las familias más representativas en número de géneros y especies fueron: Asparagaceae, Cactaceae, Crassulaceae, Fabaceae y Lamiaceae. Las características más importantes para la selección de ornamentales fueron color y olor de las flores, forma y tamaño de la planta, así como la cantidad de sombra que proporciona. Las ornamentales arbustivas resultaron las más abundantes (59), seguidas de herbáceas (51) y arbóreas (29). El número de taxa herbáceos (33) y arbustivas (18) nativas superaron a las herbáceas y arbustivas exóticas (31 y 28, respectivamente), mientras que las arbóreas exóticas (21) tuvieron más registros que las nativas (8). Las especies con mayor número de menciones fueron: Rosa gallica L., Euphorbia milii Des Moul., Vinca minor L. e Hibiscus rosa-sinensis L.
Medicinales
Se registraron 83 especies con uso medicinal incluidas en 36 familias y 73 géneros. Los sistemas del cuerpo en los que se aplican los tratamientos con estas plantas fueron 13: digestivo (34 especies), respiratorio (16), tegumentario (16), circulatorio (13), endócrino (13), nervioso (13), reproductor (8), urinario (8), sensorial (5), óseo (4), muscular (3), linfático (3) e inmunológico (3). Las principales partes de la planta utilizadas fueron hojas, tallos y frutos (Figura 4) La forma de preparación más común fue hervida en infusión o té (68 especies), cruda (23), untada (13), cocida (3) y licuada (3). Las familias más importantes en cuanto a géneros y especies que se usan resultaron ser Lamiaceae, Asteraceae y Rutaceae (Figura 5).
Se identificaron 48 especies medicinales nativas y 35 exóticas. Las herbáceas nativas (21) se utilizaron más que las 20 herbáceas exóticas, y de igual forma, las arbustivas nativas (14 especies) se usaron más que las exóticas (2), mientras que las arbóreas son afines en cantidad: 13 nativas y 12 exóticas. Las plantas medicinales con mayor número de menciones fueron: Croton suaveolens Torr., Cymbopogon citratus (DC.) Stapf, Bougainvillea glabra Choisy, Artemisia ludoviciana Nutt. y Mentha spicata L.
Alimenticias
Las especies alimentarias registradas fueron 62, distribuidas en 47 géneros. Las familias mejor representadas correspondieron a Solanaceae (12 especies), Apiaceae (cinco especies), Rutaceae, Lauraceae y Lamiaceae, cada una con tres especies. De estas, las principales partes usadas fueron: frutos, hojas y tallos (Figura 6).
Las formas más frecuentes de uso de las plantas alimenticias fueron: hervida (41 %), cocida (31 %), infusión (12 %), freída (11 %) y molida (5 %). Del total de especies, 34 son herbáceas, 12 arbustivas y 16 arbóreas. Los taxones con mayor número de menciones fueron: Solanum tuberosum L., Lycopersicon esculentum Mill., Cucurbita pepo L., Opuntia engelmannii Salm-Dyck ex Engelm., Opuntia ficus-indica (L.) Mill., Yucca filifera Chabaud y Dysphania ambrosioides (L.) Mosyakin & Clemants.
Índices etnobotánicos cuantitativos
Medicinales
Las especies vegetales que son aprovechadas y la importancia que tienen las propiedades medicinales para la gente, determinan el valor etnobotánico de la flora regional (Packer et al., 2019; Singh et al., 2020). Los valores más altos de FCI se obtuvieron para los sistemas respiratorio (0.93), genitourinario (0.91), circulatorio (0.91) y digestivo (0.90). En el Cuadro 1 se muestran los valores para el resto de los sistemas. Estos sistemas representan los principales problemas de salud reconocidos tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2010), así como en estudios referentes a la medicina tradicional (Singh et al., 2020; Bhat et al., 2021).
Sistema | Número de especies mencionadas (nt) |
Número total de menciones (nur) |
FCI |
---|---|---|---|
Respiratorio | 16 | 231 | 0.93 |
Reproductor | 8 | 84 | 0.91 |
Circulatorio | 13 | 138 | 0.91 |
Digestivo | 34 | 339 | 0.90 |
Nervioso | 13 | 118 | 0.89 |
Sensorial | 5 | 36 | 0.88 |
Tegumentario | 16 | 125 | 0.87 |
Muscular | 3 | 16 | 0.86 |
Endócrino | 13 | 73 | 0.83 |
Inmunológico | 3 | 10 | 0.77 |
Óseo | 4 | 10 | 0.66 |
nt = Número de especies mencionadas; nur = Número total de menciones; FCI = Factor de Consenso del Informante.
El Índice de Valor de Uso (IVU) se interpreta como el uso potencial de una especie en particular que se utiliza para curar o contrarrestar una dolencia específica. Por lo tanto, valores altos determinan la frecuencia de especies medicinales (Estrada-Castillón et al., 2021). En el Cuadro 2 se presentan las especies de uso medicinal con los valores de IVU más altos. De acuerdo con la información proporcionada por los encuestados, un total de 13 especies tuvieron un IF de 100 %, lo cual indica que son bastante conocidas por sus propiedades curativas (Cuadro 3). Los taxones con mayor número de menciones fueron: Turnera diffusa Willd., Artemisia ludoviciana, Cymbopogon citratus y Croton suaveolens.
Nombre científico | IVU | Origen |
---|---|---|
Dysphania ambrosioides (L.) Mosyakin & Clemants | 1 | N |
Allium cepa L. | 1 | E |
Allium sativum L. | 1 | E |
Teucrium cubense Jacq. | 0.91 | N |
Aloe vera (L.) Burm. f. | 0.91 | E |
Mentha spicata L. | 0.88 | E |
Moringa oleifera Lam. | 0.87 | E |
Litsea glaucescens Kunth | 0.5 | N |
Ruta graveolens L. | 0.46 | E |
IVU = Índice de Valor de Uso; N = Nativa; E = Exótica.
Especie | Sistema | Ip | Iu | IF (%) |
---|---|---|---|---|
Artemisia ludoviciana Nutt. | Digestivo | 49 | 49 | 100 |
Cymbopogon citratus (DC.) Stapf | Respiratorio | 49 | 49 | 100 |
Hedeoma drummondii Benth. | Nervioso | 35 | 35 | 100 |
Hedeoma palmeri Hemsl. | Nervioso | 35 | 35 | 100 |
Croton suaveolens Torr. | Circulatorio | 46 | 46 | 100 |
Galphimia angustifolia Benth. | Urinario | 33 | 33 | 100 |
Turnera diffusa Willd. | Reproductor | 73 | 73 | 100 |
Allium sativum L. | Linfático | 4 | 4 | 100 |
Equisetum laevigatum A. Braun | Linfático | 26 | 26 | 100 |
Ocimum tenuiflorum Burm. f. | Linfático | 1 | 1 | 100 |
Cannabis sativa L. | Muscular | 6 | 6 | 100 |
Jatropha dioica Sessé ex Cerv. | Tegumentario | 26 | 26 | 100 |
Matricaria recutita L. | Sensorial | 43 | 43 | 100 |
Cordia boissieri A. DC. | Óseo | 26 | 61 | 43 |
Citrus sinensis (L.) Osbeck | Inmunológico | 16 | 84 | 19 |
Ip = Número de informantes que de forma independiente indicaron el uso de una planta para la misma enfermedad en particular; Iu = Número de informantes que mencionaron la especie para alguna enfermedad dentro de una categoría de uso; IF = Índice de Fidelidad.
Maderables
Los principales usos de las especies maderables fueron para la construcción de herramientas, puentes, casas, cercas, muebles, combustible y carbón. Las familias utilizadas más importantes resultaron ser Fabaceae (3 especies), Pinaceae (3), Rutaceae (2), Boraginaceae (2) y Juglandaceae (2). Destacaron los taxones Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J. W. Grimes, Baccharis neglecta Britton, Cordia boissieri A. DC., Ehretia anacua (Terán & Berland.) I. M. Johnst., Taxodium huegelii C. Lawson, Prosopis laevigata (Humb. & Bonpl. ex Willd.) M. C. Johnst., Vachellia rigidula (Benth.) Seigler & Ebinger, V. farnesiana (L.) Wight & Arn., Havardia pallens (Benth.) Britton & Rose, Quercus polymorpha Schltdl. & Cham., Carya illinoinensis (Wangenh.) K. Koch, C. myristiciformis (F. Michx.) Nutt., Pinus teocote Schltdl. & Cham., P. cembroides Zucc., Condalia hookeri M. C. Johnst., Helietta parvifolia (A. Gray ex Hemsl.) Benth. y Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. De las 25 especies maderables, 18 son árboles y ocho arbustivas. Los tres taxa con mayor número de menciones fueron: Prosopis laevigata (142 menciones), Vachellia farnesiana (137 menciones) y Ebenopsis ebano (130 menciones).
Forrajeras
Se registraron 29 especies con uso etnobotánico forrajero. Destacan las familias Fabaceae, Poaceae y Cactaceae. Las partes de la planta más utilizadas fueron: frutos, hojas y la planta completa. Entre los taxones con mayor número de menciones sobresalieron Rhus virens Lindh. ex A. Gray, Parthenium hysterophorus L., Cordia boissieri, Opuntia engelmannii, O. ficus-indica, Ebenopsis ebano, Eysenhardtia texana Scheele, Prosopis laevigata, Vachellia rigidula, Havardia pallens, Leucaena leucocephala (Benth.) Seigler & Ebinger, Medicago sativa L., Phaseolus vulgaris L., Vachellia constricta (Benth.) Seigler & Ebinger, Quercus polymorpha, Guilandina moringa L., Avena sativa L., Cenchrus ciliaris L., C. echinatus L., Cynodon dactylon (L.) Pers., Dichanthium annulatum (Forssk.) Stapf, Hordeum vulgare L., Melinis repens (Willd.) Zizka, Panicum coloratum L., Sorghum bicolor (L.) Moench, S. halepense (L.) Pers., Zea mays L. y Dioon edule Lindl.
Discusión
En el área rural del municipio Linares se utilizan especies vegetales nativas y exóticas. Esta diversidad es afín a la presente en áreas cercanas con vegetación, clima y relieve similares dentro del estado de Nuevo León (Estrada-Castillón et al., 2014; Estrada-Castillón et al., 2017; Estrada-Castillón et al., 2021), para la zona noreste (Lara et al., 2018) y para la macroregión norte (Camou-Guerrero et al., 2008). Al igual que en Linares, en Oaxaca las familias más importantes con uso etnobotánico son Fabaceae, Asteraceae, Poaceae, Lamiaceae y Cactaceae (Martínez-López et al., 2021). Referente a los usos de las plantas, hay muchas semejanzas entre lo registrado en Linares con lo citado en algunas áreas del norte y sur de México.
Los taxa ornamentales tienen un rol importante en la belleza del paisaje, son relevantes para la conservación de las especies y del patrimonio cultural (Siviero et al., 2014), contribuyen a la reducción del estrés y mejoran el bienestar emocional humano (Pauli et al., 2016). En Puebla, también se documentan entre los principales usos de la flora útil el medicinal, comestible y maderable (Martínez et al., 2007). En Tabasco, Villarreal-Ibarra et al. (2014) señalan como principales afecciones atendidas con plantas las referentes a los sistemas digestivo, genitourinario, endócrino, circulatorio y respiratorio, lo cual coincide con lo registrado en el presente estudio.
Respecto a las partes vegetales más utilizadas por las personas encuestadas destacan las hojas, tallos y frutos las cuales, igualmente, predominan en Guerrero (Mendoza et al., 2020). Las hojas de las plantas herbáceas contribuyeron con los mayores porcentajes en la cura de males, lo anterior coincide con lo citado por Lara et al. (2018) en una investigación realizada en Zacatecas.
Por su durabilidad, la madera de Acacia farnesiana (L.) Willd., Ebenopsis ebano, Parkinsonia aculeata L. y Prosopis glandulosa Torr. en Linares se utiliza para construcción y combustible. Varios taxa de Quercus, Pinus, Cupressus y Juniperus tienen el mismo uso en Pakistán (Amjad y Arshad, 2014) y Camerún (Focho et al., 2009).
Las principales especies alimenticias nativas y exóticas que se registraron en el presente estudio se han consignado a la venta y con los mismos fines en mercados del sur de México (Martínez et al., 2021).
Los índices etnobotánicos presentaron valores relativamente altos. El FCI varió entre 0.91 y 0.93, lo cual indica que la mayoría de los informantes utilizan pocas especies para curar enfermedades. Lo anterior coincide con lo registrado en el estado de Hidalgo, donde destacan los valores para el sistema digestivo y circulatorio (López-Gutiérrez et al., 2014), al igual que en algunas áreas de Puebla (Vargas-Vizuet et al., 2022).
Dado que el IVU expresa la importancia de una especie determinada para todos los informantes que se entrevistan, si esta es mencionada por muchos informantes tendrá un IVU alto. En Linares, las especies con IVU altos fueron Dysphania ambrosioides, Allium sativum L. y Aloe vera (L.) Burm. f., estas se han citado en Chiapas (Lara et al., 2019), aunque con valores de IVU menores; para Mentha piperita L. en Tabasco se ha registrado un IVU más bajo (Gómez et al., 2016).
El IF sugiere que una especie se ha sometido a una selección a través del tiempo, por lo tanto, un alto valor de IF indica una probabilidad mayor de que sea efectiva. Los taxones con IF más altos en Linares fueron Artemisia ludoviciana, Cymbopogon citratus, Hedeoma drummondii Benth., Croton torreyanus Müll. Arg., Turnera diffusa, Allium sativum y Equisetum hyemale L., varias de ellas se han señalado con valores altos de IF en regiones áridas y semiáridas de Nuevo León (Estrada et al., 2015; Estrada-Castillón et al., 2017; Estrada-Castillón et al., 2021). En Morelos, Ortega-Cala et al. (2019) registran IF relativamente altos a Matricaria chamomilla L. (2.56) y Mentha piperita (2.56), medios a Psidium guajava L. (1), o bajos como a Ruta graveolens L. (0.16), especies también identificadas en Linares.
Conclusiones
Con base en el conocimiento del uso de la flora en Linares, se concluye que existe un apego cultural fuerte, con un rol multifuncional de muchas de las especies. Entre los usos etnobotánicos registrados destacan el ornamental, medicinal, alimenticio, forrajero y maderable. El presente estudio contribuye a enriquecer el conocimiento de la diversidad biocultural etnobotánica existente en Nuevo León, noreste y norte de México. Las plantas medicinales y alimenticias son relevantes en las funciones humanas primarias, se siguen utilizando para curar enfermedades, y aunado con las especies exóticas, promueven cambios culturales para satisfacer las nuevas necesidades de salud de los residentes locales. Referente a las comestibles, muchas son de temporada y continúan utilizándose en la gastronomía local y regional.
La flora arbustiva y arbórea, especialmente compuesta por especies nativas, tiene diversos usos maderables de manera importante en la construcción, así como fuente de leña y carbón. En Linares, de acuerdo con los encuestados y el análisis estadístico realizado, los conocimientos tradicionales con sus adaptaciones continúan prevaleciendo y transmitiéndose de generación en generación, manteniéndose relativamente constantes entre las diferentes clases de edades de la población.