Introducción
El empoderamiento es considerado un proceso mediante el cual las personas, organizaciones y comunidades logran control sobre sus asuntos. Por este proceso las personas, organizaciones o grupos más impotentes y marginados se dan cuenta de la función de la dinámica del poder dentro del contexto de sus vidas; desarrollan habilidades y capacidades para mejorar el control sobre sus vidas; el cual puede ser ejercido sin perjudicar los derechos de los demás. Adicionalmente, se apoya el empoderamiento de otros en la comunidad para la transformación de su entorno según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos (McWhirter y McWhirter, 2006).
En un nivel individual de análisis se encuentra el empoderamiento psicológico (Bennett y Chapman, 2010; Maton, 2008; Montero, 2009a; Montero, 2009b; Silva y Martínez, 2007; Wang, Chen, y Chen, 2011).
El empoderamiento psicológico es definido como un sentido de competencia personal, un deseo o disponibilidad por tomar acciones en dominios públicos, se correlaciona negativamente con la alineación y positivamente con el liderazgo. El empoderamiento psicológico se compone por dimensiones como son la personalidad, aspectos cognitivos y aspectos motivacionales del control personal, autoestima, toma de decisiones y autoeficacia (Banda y Morales, 2015, pp. 6).
Y por percepciones de control en la esfera sociopolítica (Banda y Morales, 2015; Peterson et al., 2006). Se contemplan cuatro componentes del empoderamiento psicológico: el emotivo o intrapersonal, el cognitivo o interaccional, de comportamiento y el interpersonal o relacional.
El componente intrapersonal del empoderamiento inicialmente ha sido asociado al control sociopolítico con áreas específicas de liderazgo y control político de acuerdo con lo referido por Christens, Speer y Peterson (2011). Aunque previamente se ha señalado que este componente intrapersonal incluye todas las autopercepciones de los individuos en aspectos como el autocontrol, autoconcepto, autoeficacia por mencionar algunos que alentarán a las personas a actuar y participar en las actividades que se propongan (Bennett y Chapman, 2010; Silva y Martínez, 2007; Wang et al., 2011).
El componente interaccional se refiere a la comprensión del entorno en la que se encuentra ubicado el individuo y a las transacciones entre personas o ambientes que les permiten dominar con éxito los sistemas sociales y políticos. Esto comprende conocimiento acerca de los recursos necesitados y la realización de objetivos, comprensión de agentes causales, una conciencia crítica de sus entornos y el desarrollo de toma de decisiones y habilidades de solución de problemas necesarias para comprometerse activamente con su entorno (Bennett y Chapman, 2010).
El componente de comportamiento se refiere a acciones específicas que se toman para ejercer influencia en el entorno social y político, mediante la participación en organizaciones sociales, en actividades de la comunidad y toma de decisiones sobre la misma. (Bennett y Chapman, 2010).
Adicionalmente a los ya referidos componentes del empoderamiento psicológico Christens (2012), propone un componente interpersonal o relacional que es considerado un aspecto psicológico de los procesos y transacciones interpersonales que subyacen el ejercicio efectivo del poder transformador del dominio sociopolítico. Los elementos de este componente son la competencia colaborativa que tiene que ver con un conjunto de habilidades que pueden forjar pertenencia a un grupo y solidaridad. Este componente relacional puede ser considerado como la capacidad de actuar y como una parte de un grupo que ejerce agencia colectiva en el área sociopolítica. Adicionalmente, se le puede considerar como elemento del conjunto de competencias necesarias para construir puentes de capital social que fortalezcan el compromiso cívico entre las personas (Christens, 2012).
Zimmerman (2000) plantea la necesidad de diferenciar niveles, procesos y resultados de empoderamiento. Los niveles distinguidos por él son el individual, el organizacional y el comunitario, y menciona en cada uno de ellos dos aspectos que lo conforman, que son proceso y resultado.
Silva y Martínez (2007), explican el nivel individual y el organizacional, el primero se refiere a las creencias sobre la competencia, esfuerzos para ejercer control y una comprensión del ambiente sociopolítico, de individuos o grupos. En el segundo nivel, se toma como unidad de análisis a la organización, en este caso la organización representa un todo, y el empoderamiento implica un proceso de fortalecimiento para lograr sus objetivos y metas, lo que significa que probablemente se generen procesos de liderazgo compartido, procesos de capacitación de sus miembros en función de los objetivos de la organización, procesos de toma de decisiones y sistemas de comunicación y apoyo eficaces, sistemas de distribución de roles y responsabilidades según la capacidad de sus miembros, la creación de entornos de intercambio de información y recursos, un modelo o estilo de gestión en función del crecimiento o desarrollo organizacional.
Estudios anteriores han podido identificar diferencias de género en el componente interaccional (Peterson, Lowe y Aquilino, 2005). Itzhaky y York (2000) encontraron que el empoderamiento entre hombres y mujeres se alcanza de diferentes maneras de igual forma lo reportan Peterson y Hughey (2004). De acuerdo con estos autores, los hallazgos se fundamentan en las desigualdades que existen en la distribución de poder y recursos entre hombres y mujeres.
Speer, Peterson, Armstead y Allen (2013) han estudiado la influencia que tiene el género en la participación social observando que las personas pertenecientes al género masculino con altos puntajes en empoderamiento, desarrollan funciones o roles que afectan a los demás congéneres. Por otra parte el género femenino con altos puntajes en empoderamiento, manifiesta el compromiso con otros individuos, en los procesos de toma de decisiones organizacional.
En grupos con escasos recursos, los hombres demuestran mayor participación social y empoderamiento intrapersonal o emocional que las mujeres (Speer et al., 2013). También con limitados recursos, las mujeres tienden a demostrar mayores obligaciones hacia la comunidad que los hombres, esto como componente del sentido de la comunidad hacia la organización comunitaria (Speer et al., 2013).
Partiendo de la definición conceptual previamente expuesta, se plantea la posibilidad de hacer transformaciones en la vida de las personas, como en la sociedad. Sin embargo toca al ser humano decidir, ya que los cambios planeados por la psicología comunitaria, tal vez no coincidan con los que vislumbra la población en común que puede estar enfocándose a mantener o establecer el bienestar y una forma de vida que es deseable y que ya conoció antes de entrar en situaciones de crisis aguda (Sánchez, 2013).
De estos hallazgos parte el cuestionamiento: ¿quiénes son más tendientes a empoderarse los hombres o las mujeres? ¿el componente intrapersonal de empoderamiento previamente identificado corresponde a hombres o mujeres por separado? ¿los elementos del componente intrapersonal para el género masculino o para el género femenino serán autoconcepto, autoestima, autoeficacia y empoderamiento?. Los planteamientos hipotéticos se concentraron en: a) determinar que los hombres son más tendientes a empoderarse y b) que el autoconcepto, la autoestima, la autoeficacia y el empoderamiento son elementos del componente intrapersonal de empoderamiento de acuerdo con los planteamientos de Banda y Morales (2015), Bennett y Chapman (2010), Christens et al. (2011), Montero (2009b), Silva y Martínez (2007) y Wang et al. (2011).
El término autoconcepto se define como la percepción que el individuo tiene de sí mismo que se deriva de la autoimagen, el autorespeto y las experiencias en relación con el entorno. El autoconcepto se ve influido por la interacción entre personas específicas y el entorno que le rodea (Silva y Martínez, 2007). La autoestima está relacionada con la evaluación positiva que el individuo realiza de los propios atributos como: metas, ideas, emociones y de los atributos que tienen que ver con la interacción personal con otros como: la atracción, la reputación o la popularidad (Sánchez, 1999). Por otra parte la autoeficacia se refiere a las creencias que tienen los individuos de las propias capacidades para organizar y ejecutar las fuentes de acción requeridas para manejar situaciones prospectivamente (Bandura, 2002).
Silva y Martínez (2007) mencionan que la cultura y el contexto afectan la definición misma del concepto de empoderamiento ya que el mismo responde a la diversidad de condiciones y necesidades dadas por el contexto local, que tiene un trasfondo histórico, sociopolítico y sociocultural. Es decir, varían las actividades, criterios de logro, etcétera., que pueden ser catalogados como empoderamiento para ciertos grupos y pueden no serlo para otros, por la diversidad de metas, valores, preocupaciones, intereses, circunstancias de vida y específicamente en este estudio, se analiza el empoderamiento para el género masculino. De acuerdo con esto el objetivo para este estudio se centra en identificar si el género establece diferencias en el componente intrapersonal de empoderamiento de una población urbana, de acuerdo con la teoría de Zimmerman.
Método
Participantes
Para realizar este estudio empírico transversal la muestra se integró por 57 habitantes del sexo masculino de la ciudad de Hermosillo, Sonora, México, la cual fue seleccionada por colonias de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática INEGI (2010) ya que contenían la mayor cantidad de habitantes con ingresos mensuales menores de $1600.00 (123 dólares aproximadamente). La razón para controlar la variable de ingresos reducidos, obedece a que previamente diversos autores han reportado divergencias entre géneros, específicamente cuando las muestras se caracterizan por el déficit de recursos económicos (Itzhaky y York, 2000; Peterson y Hughey, 2004; Speer et al., 2013).
Se acudió a las colonias previamente definidas realizando un muestreo no probabilístico por conveniencia, encuestando a los mayores de edad residentes que aceptaron contestar los instrumentos, manifestando su participación consentida. Las edades oscilaron entre 18 y 85 años y la media de edad de los participantes fue de 35.6 años (DT= 15.25), con escolaridad promedio de segundo año de secundaria.
Instrumentos
Para medir el componente intrapersonal se empleó la escala la escala: Tennessee (Pardo, Pineda, Carrillo y Castro, 2006) de los 100 reactivos que posee la misma se aplicaron 64, los cuales poseen cinco opciones de respuesta midiendo los elementos: autoconcepto y autoestima. Se observó una alfa de Cronbach para todo el instrumento de .92. (Pardo et al., 2006).
Para registrar el elemento denominado empoderamiento y autoeficacia se utilizaron 17 reactivos de la escala que mide agencia personal y empoderamiento (ESAGE), los cuales se encuentran asociados a variables como autodeterminación, autoeficacia, control del comportamiento (Banda y Morales, 2015). Esta escala ha sido aplicada previamente obteniendo alfas de Cronbach con valores entre .52 y .58.
Procedimiento
La aplicación de los cuestionarios se llevó a cabo en diversas sesiones por psicólogos entrenados previamente en la administración de las mismas. Con la consigna de distribuirse por las calles de las colonias previamente seleccionadas, los psicólogos solicitaron autorización para aplicar los instrumentos a los habitantes con residencia en dichas colonias. Las sesiones duraron aproximadamente una hora y sólo fueron celebradas cuando los participantes accedieron a hacerlo.
Análisis de datos
Se verificó la confiabilidad (consistencia interna) de los elementos que integraron el componente intrapersonal de empoderamiento obteniendo las alfas de Cronbach en el paquete estadístico System of Statistical Analysis [SAS] (versión 9.1).
Los datos recabados fueron contrastados con el modelo teórico mediante el paquete estadístico Structural Equations [EQS] (versión 6). Se realizó la técnica de análisis factorial confirmatorio AFC de los modelos de ecuaciones estructurales ya que permite poner a prueba las hipótesis antes referidas que se vinculan al modelo (Ferrando y Anguiano, 2010).
Para evaluar el modelo de ecuaciones estructurales se obtuvo el estadístico chi cuadrado esperando que dichos valores fueran bajos y con niveles de significación mayores que .01 (Wothke, 2010) en virtud de que se busca coincidencia entre el modelo teórico con el observado. Adicionalmente, se consideraron los índices: Bentler-Bonnet de ajuste normado BBN, Bentler-Bonett de ajuste no normado BBNN y el índice de ajuste comparativo CFI.
Resultados
La confiabilidad de los reactivos por consistencia interna calculada mediante el coeficiente alpha de Cronbach arroja los siguientes valores para los elementos del componente intrapersonal con .84 para autoconcepto, .80 para autoestima, .81 para autoeficacia y .67 para empoderamiento.
Mediante la estimación por máxima verosimilitud que utiliza el modelamiento de ecuaciones estructurales (Closas, Arriola, Kuc, Amarilla y Jovanovich, 2013; Wothke, 2010) se registra el indicador global chi cuadrado para el modelo propuesto que fue de 3.09 (gl = 2, p > .21). Los valores de los estadísticos fueron: Índice de BBN (.95), el índice de BBNN (.94) y el índice de ajuste comparativo CFI (.98).
Se empleó el análisis factorial confirmatorio que permitió contrastar el modelo teórico en donde los elementos autoestima, autoconcepto, autoeficacia y empoderamiento positivo conformó el factor componente intrapersonal. Dicho AFC utilizó los elementos latentes provenientes del factor denominado componente intrapersonal de empoderamiento, obteniendo los respectivos pesos factoriales significativos como se muestra en la Figura1.
En la Figura 1 según los indicadores BBN, BBNN y CFI, el modelo propuesto presenta un adecuado ajuste a los datos (Herrero, 2010; Ruíz, Pardo y San Martín, 2010; Wothke, 2010) los valores estadísticos se encuentran dentro de los rangos aceptables y sugieren que la estructura factorial puede representar el constructo propuesto. Los pesos factoriales de cada uno de los elementos del factor medido alcanzaron valores superiores a .63 por lo que se consideran altos (Herrero, 2010). En la Tabla 1 aparece un concentrado con las medias de respuesta más altas que manifestó esta muestra.
Discusión
De acuerdo con el objetivo planteado en este estudio fue posible identificar que en la población estudiada, el género masculino presenta diferencias en el componente intrapersonal de empoderamiento con respecto a la población femenina, lo cual corresponde con los estudios realizados por Speer et al. (2013) que han reportado que los hombres demuestran mayor empoderamiento intrapersonal o emocional que las mujeres. Esto es factible afirmarlo ya que se intentó identificar el mismo modelo de empoderamiento masculino en una muestra del género femenino y no se observó correspondencia.
Esto último, también concuerda con los hallazgos que previamente han referido Peterson et al. (2005).
Elementos | Descripción del reactivo | Medias |
---|---|---|
Autoconcepto | ||
Soy una persona honrada | 4.56 | |
Me llevo bien con los demás | 4.42 | |
Soy una persona amigable | 4.38 | |
Autoeficacia | ||
Puedo siempre arreglármelas para resolver problemas difíciles si me esfuerzo lo suficiente | 3.47 | |
Puedo resolver la mayor parte de los problemas si invierto el esfuerzo necesario | 3.45 | |
Cuando enfrento un problema, puedo generalmente encontrar muchas soluciones | 3.38 | |
Autoestima | ||
Estoy satisfecho de lo que soy | 4.26 | |
Estoy satisfecho con mis relaciones familiares | 4.15 | |
Soy tan agradable como debería de ser | 4.07 | |
Empoderamiento | ||
Puedo tomar decisiones y cumplirlas | 3.43 | |
Es mejor tomar decisiones que esperar a ver lo que pasa | 3.33 | |
Puedo tomar decisiones fácilmente | 3.29 |
Peterson y Hughey (2004) y Itzhaky y York (2000) en el sentido de que empoderamiento entre hombres y mujeres se lleva acabo de formas diversas, y para esta población la muestra de género femenino demuestra que el componente intrapersonal teórico no se ajusta con el componente intrapersonal empírico.
Otra de las hipótesis planteadas se concentró en determinar si el componente intrapersonal de empoderamiento se integraba por los elementos: autoconcepto, autoestima, autoeficacia y empoderamiento, lo cual se encuentra acorde con los planteamientos de Banda y Morales (2015), Bennett y Chapman (2010), Christens et al. (2011), Montero (2009b), Silva y Martínez (2007) y Wang et al. (2011) referentes a la teoría de empoderamiento psicológico.
Cabe señalar que Peterson et al. (2005) y Peterson et al. (2006) primordialmente han medido el componente intrapersonal enfocándose a la identificación de la percepción del control sociopolítico que se vincula más con el potencial del liderazgo de los individuos que con sus características emocionales, por tal motivo este estudio brinda testimonio empírico de la intervención del autoconcepto, la autoestima y autoeficacia como integrantes de componente intrapersonal del empoderamiento psicológico tal y como ha sido planteado por autores diversos (Banda y Morales, 2015; Bennett y Chapman, 2010; Christens et al., 2011; Montero, 2009b; Silva y Martínez, 2007; Wang et al., 2011).
De acuerdo con Maton (2008), Montero (2009a), Silva y Martínez (2007) y Zimmerman (2000) se ha realizado el análisis del nivel individual que comprende el empoderamiento, como puede observarse en la Tabla 1 se registran las creencias sobre la competencia que perciben los integrantes de la muestra, para interactuar con las personas que les rodean y se reconocen los esfuerzos para ejercer control en áreas como la solución de problemas y la toma de decisiones.
La relevancia de esta investigación se concentra en que ha permitido confirmar los planteamientos teóricos de diversos autores y particularmente resalta la necesidad que tiene la población femenina de fortalecerse en aspectos como autoestima, autonomía, autodeterminación y autoeficacia que constituyen las características de los individuos y que son el preámbulo para demostrar empoderamiento psicológico (Sánchez, 2013).
Conclusiones
Se encontró un modelo de empoderamiento intrapersonal que caracteriza al género masculino de esta población con reducidos ingresos económicos. Se identifican las fortalezas que posee la muestra en relación con el conocimiento de lo que los individuos son y han hecho. Y se revela la potencialidad para decidir lo que se hará o será en el futuro. Se observa que la muestra se valora y posee la creencia de las propias capacidades. Lo anterior forma parte de los recursos que ya poseen los individuos y que pueden ser el punto de partida para fomentar el fortalecimiento de la población y promover su desarrollo.
La información contenida en este estudio va dirigida a las instituciones gubernamentales especializadas en salud pública desarrollo social y desarrollo humano, que tienen como misión la promoción de salud física, salud mental, calidad de vida y bienestar social por mencionar algunos aspectos. Ya que las mismas son responsables de generar acciones e instaurar programas para cumplir con la ya referida misión, por consiguiente se recomienda crear programas de intervención con miras preventivas y de fortalecimiento enfocadas en el planteamiento de objetivos, metas personales, locus de control interno, locus de control externo, autoestima individual, autoestima colectiva y autocrítica dirigidos a toda la población y todas las edades, pero prioritariamente al género femenino.