Introducción
Desde que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO 2015) declaró el barrio histórico de la ciudad portuaria de Valparaíso, Chile, como sitio patrimonio mundial se ha acrecentado el interés por rescatar y visibilizar acervos documentales locales de diversas organizaciones, algunas de ellas con más de 100 años de existencia, por ejemplo, el Club Deportivo Santiago Wanderers (SW), el Club de Deportes Playa Ancha (DPA) y la Societá Sportiva Italiana (SSI), (Herrera y Baumann 2011). Algunas públicas, otras privadas, dichas entidades son, a su vez, centros de acopio de documentos en una gran diversidad de soportes y materialidades que dan testimonio tanto del desarrollo de las propias instituciones como del acontecer histórico, político, social, económico y cultural local y nacional.
A partir de la ejecución de un catastro desarrollado por el Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Cultural de la Escuela de Diseño, Universidad de Valparaíso (CECPC, ED-UV, Chile), se ha desarrollado un catastro mediante el cual se han identificado en la ciudad más de 200 organizaciones civiles, todas ellas con actas de fundación y personalidad jurídica vigente. Su tipología es diversa: las hay mutualistas, por ejemplo, de obreros, comerciantes, gremios de mar, jubilados de guerra, etc., y de voluntariado, como las de bomberos y de beneficencia, o vecinales, artísticas y deportivas. Tanto las particularidades de un número considerable de ellas como la naturaleza del material que ha producido han propiciado iniciativas tendentes a implementar acciones de resguardo y preservación documental. Una de ellas es la que en 2011, levantó el CECPC, ED-UV, Chile, y dio inicio a un programa -que financia, mediante adjudicación del fondo concursable, el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondart, Chile), región de Valparaíso (Fondart 2015)- denominado "La Comunidad Rescata su Patrimonio" (Herrera y Baumann 2011), el cual presta capacitación y asistencia a organizaciones cívicas de extensa trayectoria para la sistematización de sus acervos documentales. En el ámbito de la conservación preventiva, este programa se ha constituido en un complejo e innovador conjunto de acciones continuas que, destinadas a evitar y retrasar la aparición de deterioros en los bienes culturales, articulan tanto las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa y contaminación, intensidad y calidad lumínica, control orgánico de plagas), como las de exposición, almacenaje, mantenimiento (limpieza, revisiones periódicas) o manipulación de las piezas (MCU 2015).
Tales criterios se aplican dentro de las posibilidades de las organizaciones, en el entendido de que no son museos ni archivos consolidados, y, desde luego, con la meta de cumplir los objetivos del programa que, por lo mismo, se ha adecuado a las funciones de cada institución habilitando zonas de exhibición y almacenaje de documentos que ofrezcan las condiciones mínimas para su conservación preventiva.
Para abordar la conservación preventiva en el programa se ha debido conocer las dinámicas internas de funcionamiento de las organizaciones locales, a fin de asegurar el compromiso de participación de los integrantes de cada una, lo que se ha logrado con el conocimiento de las dinámicas de funcionamiento de éstas y de las características materiales y usos de los acervos que resguardan. Asimismo, se ha perseguido el fortalecimiento y la difusión del patrimonio identitario de estas organizaciones.
El programa se ha desarrollado durante los años 2011, 2012 y 2013 (Herrera y Leal 2013), y actualmente se realiza una cuarta versión (Herrera 2015); en estos periodos se ha trabajado con once organizaciones que han operado a lo largo de 50 años, entre las que se identifican aquellas cuyo origen es la actividad deportiva y que, representativas de la capacidad humana de asociarse para potenciar, visibilizar y proyectar su hacer, dan cuenta "de los usos y valores sociales y culturales, los procesos económicos y los aspectos inmateriales del patrimonio en su relación con la diversidad y la identidad" (UNESCO 2012:62).
Conceptos preliminares
Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos. Calvino 2005:16
El patrimonio, en el ámbito que nos ocupa, se asocia a la identidad, la tradición, la historia y, también, los monumentos (García Canclini 1999). Aspectos que se complementan con dos objetivos fundamentales señalados en la Convención de la UNESCO (2013 [2005]:4) sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, la cual indica:
a. proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales. [...] e. promover el respeto de la diversidad de las expresiones culturales y hacer cobrar conciencia de su valor en el plano local, nacional e internacional.
El término patrimonio, como hemos podido comprobar, ha presentado variaciones en su definición a lo largo del tiempo, llegándose a establecer una relación intrínseca con un territorio, lo que ha tenido como consecuencia que expresiones culturales patrimoniales estén íntimamente relacionadas con el paisaje urbano: "Se entiende por paisaje urbano histórico la zona urbana resultante de una estratificación histórica de valores y atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de 'conjunto' o 'centro histórico' para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico" (UNESCO 2012:60). En otras palabras, en el paisaje urbano convergen tanto naturaleza como valores sociales y distintas prácticas que se hacen presentes en él.
A partir de lo anterior, para efectos de la ejecución del programa que nos ocupa, se hace necesario entender el patrimonio cultural en relación con un territorio donde se generan relaciones sociales a partir de las variables que ahí se hacen presentes, concretamente por las dimensiones material y simbólica, que no pueden identificarse por separado. Así, en Valparaíso han surgido organizaciones locales cuyo objeto ha sido compartir experiencias y manifestaciones comunes, por un lado, para potenciar su hacer y fortalecer a su colectivo y, por el otro, para mostrar aquél y visibilizar éste a su ciudad (Barría 2013). En tales instituciones prevalece un patrimonio inmaterial que corresponde a prácticas fundamentadas, con la presencia de un acervo documental que da relación de ellas. De este hecho se desprendió la necesidad de habilitar un programa que reconozca el patrimonio de estas organizaciones en todas sus dimensiones, para fortalecerlo, sistematizarlo y ponerlo en valor ante el resto de la sociedad.
El programa "La Comunidad Rescata su Patrimonio". El caso de las organizaciones deportivas
El programa "La Comunidad Rescata su Patrimonio" tiene como objetivo contribuir al conocimiento, la preservación, la conservación y la difusión del patrimonio intangible y material de la ciudad de Valparaíso mediante la puesta en valor del patrimonio documental como símbolo identitario de las organizaciones civiles (Herrera y Baumann 2012), además de sensibilizar a la comunidad de la región de Valparaíso sobre la necesidad y la importancia de conservar el patrimonio inmaterial y los bienes muebles de la región. También se tiene previsto, con base en las prácticas de los habitantes y a propósito de la denominación de Valparaíso como sitio patrimonio mundial por la UNESCO, añadir nuevos elementos al programa.
Al implementarlo predomina una visión sistémica de la trascendencia de todos los componentes del patrimonio cultural presentes en un territorio, que permite fundamentar las acciones emprendidas en función de conservar lo material y lo inmaterial integradamente, donde se reconoce que el patrimonio inmaterial se ve reafirmado por los elementos materiales y se entiende que: "Por un lado, el objeto material se concibe como un soporte culturizado sobre el que descansan los significados y la información, que es lo que denominamos la cultura inmaterial; y por otro, lo inmaterial no existe mayoritaria- mente más que en función de referentes materiales" (MCU 2010:35, énfasis de la autora).
Las organizaciones deportivas participantes en los distintos años de ejecución de este programa han sido: el Club Deportivo Santiago Wanderers (SW), fundado en 1892 por un grupo de chilenos en el barrio de Playa Ancha; el Club Alemán de Excursionismo (DAV), creado en 1909, que se relaciona con la inmigración alemana en Valparaíso y se considera la cuna del montañismo en Chile (Herrera y Baumann 2011:20); Club Deportivo Societá Sportiva Italiana (SSI), creado en 1917 por la colectividad de inmigrantes italianos; el Club Deportivo Playa Ancha (DPA) se distingue desde su fundación, en 1919, por tener un alto compromiso con la actividad deportiva y la entrega de valores a la juventud del barrio (Herrera y Baumann 2011:41), y finalmente la Asociación de Básquetbol de Valparaíso, creada en 1922 para aunar a los distintos clubes de este deporte en la ciudad, así como potenciar y posicionarlo en el ámbito nacional (Herrera 2015).
En sí, estas organizaciones, en virtud de la memoria histórica que custodian y de que son poseedoras de rasgos identitarios que las diferencian de otras, se constituyen como entidades relevantes, por lo que se considera prioritario articular acciones que propicien la conservación y la visibilidad de sus bienes materiales: téngase en mente que su identidad construida "no es solo una especie de herencia inmutable recibida desde un pasado remoto, sino que es también un proyecto a futuro" (Larraín 2001:10).
Para el programa las organizaciones mencionadas aportan a la construcción de un imaginario y contribuyen a la historia de la ciudad y su deporte en una variada gama de ramas disciplinares que configuran un testimonio para entender el rol que ha cumplido el deporte en la vida del ser humano.
Diagnóstico
A partir de un diagnóstico, se ha reconocido que las organizaciones participantes son:
Organismos activos que replantean constantemente su hacer.
En los que lo prioritario es asegurar su permanencia y funcionamiento.
Con un alto componente identitario. Algunas presentan riesgo de desaparecer, ya que ha disminuido el número de sus integrantes debido al reducido interés de las generaciones jóvenes de afiliarse a ellas.
A lo largo de su existencia sus integrantes han generado el acopio de elementos materiales que dan cuenta del hacer institucional. Este acopio obedece a un criterio selectivo de aquellos materiales que testimonien los logros, reconocimientos y hechos relevantes para la institución.
Carecen de conocimientos en cuanto a cómo desarrollar labores de resguardo, manejo y puesta en valor de su acervo documental.
En su mayoría carecen de recursos para realizar acciones de conservación (Figura 1).
Principios
Para la preservación del acervo documental de las organizaciones participantes se han puesto en práctica los principios de la conservación preventiva, entendida como un proceso en el que las acciones se llevan a cabo en función tanto de las condiciones ambientales, de manejo, almacenaje, acceso y exhibición de elementos materiales como de las posibilidades de estas entidades para evitar el deterioro o la pérdida de los objetos, asegurando, así, su resguardo para las generaciones del presente y futuras.
Entre dichas acciones se destacan las siguientes:
Zona de depósito para el almacenaje de bienes muebles.
Uso de materiales inertes para embalajes de bienes muebles.
Exhibición de bienes muebles.
Preservación de objetos con alto grado de deterioro.
Manejo de bienes muebles.
Se ha considerado, con base en nociones de la archivología y la conservación preventiva, tener la flexibilidad suficiente como para que un objeto no se transforme en un elemento "museable" que cancele su acceso a él, por lo cual se ha procurado que los integrantes de la organización sigan en contacto con los objetos que la definen.
A continuación presentaremos una tabla explicativa de las acciones preventivas y su aplicación llevada a cabo en las organizaciones (Figura 2).
Metodología
El proyecto se ejecuta in situ, es decir, en la sede de cada organización, para lo que se acondiciona un espacio (oficina o sala) que reúna las condiciones de luz, tamaño y seguridad con el fin de generar paulatinamente los distintos procesos de sistematización. Cada año el programa se ha desarrollado durante ocho meses en cuatro organizaciones a la vez, con un trabajo semanal de al menos cuatro horas en cada una de ellas. El equipo del programa se compone de un especialista en conservación preventiva y gestión cultural, archivística, sociología y diseño, y ayudantes del área de diseño y ciencias sociales.
Las fases del programa son las siguientes:
Diagnóstico en la organización, acompañado de un informe técnico, en el que se definen las acciones prioritarias por ejecutar.
Contextualización histórica de las organizaciones.
Socialización de las actividades entre los integrantes de la organización, a quienes se capacita en nociones básicas de conservación.
Sistematización de bienes documentales, la cual incluye: a) inventario y catalogación por tipologías de los elementos materiales que posee la organización, tales como: fotografías, libros de actas, correspondencia, medallas, trofeos, estandartes, banderines, recortes de prensa, galvanos e instrumentos, entre otros (Figura 3 y 4); b) elaboración de base de datos donde se emplea el programa Microsoft Excel(c) para crear una plantilla con campos de catalogación, descripción y visualización de imágenes para cada una de las tipologías de los elementos documentales registrados (Figura 5); c) limpieza mecánica de elementos documentales ya sea con brochas y pinceles de cerdas flexibles o aspiradora con graduación de potencia (Figura 6); d) etiquetado que, dependiendo del tipo de objeto, puede ser con lápiz grafito (núm. B), como en el caso de las fotografías y documentos de papel; para objetos de mayor volumen, etiquetas colgantes, y para textiles, etiquetas de cintas de algodón; e) registro fotográfico: en el caso de trofeos, copas, textiles u otros objetos que forman parte de las colecciones, se digitalizan las fotografías y se deja una copia en formato JPG (para incorporarla a la base de datos) y otro en TIF (de mayor peso, para reproducción), y f) almacenaje, para los objetos que forman parte de las colecciones y no están en exhibición, en cajas, fundas o sobres, de acuerdo con su tipología; para el diseño de la exhibición: adecuar el mobiliario de cada organización (Figuras 7 y 8), desarrollar un guion expositivo (conforme a cada una de ellas) y apoyar la contextualización de los objetos exhibidos por medio de paneles gráficos.
Habilitación de un área de depósito para el material que no estará en exhibición.
Desarrollo de una propuesta de manejo para cada organización.
Si es necesario, la reproducción, con miras a su exhibición, de un objeto valioso para el club deportivo.
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Figura 3 Proceso de catalogación de documentos en el Club Deportivo Playa Ancha (Cortesía: Archivo CECPCV, 2011).
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Figura 4 Proceso de catalogación de trofeos en el Club Deportivo Playa Ancha (Cortesía: Archivo CECPCV, 2011).
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Figura 5 Proceso de clasificación de documentos en el Club Alemán de Excursionismo (Cortesía: Archivo CECPCV, 2011).
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Figura 6 Proceso de limpieza de documentos en el Club Societá Sportiva Italiana (Cortesía: Archivo CECPCv, 2012).
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Figura 7 Proceso de almacenaje de banderines en el Club Societá Sportiva Italiana (Cortesía: Archivo CECPCV, 2012).
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Figura 8 Área de almacenaje de documentos en el Club Societá Sportiva Italiana (Cortesía: Archivo CECPCV, 2012).
Es importante comentar que en todas las organizaciones participantes ha sido común que, al comenzar el proyecto, se encontrara el material documental -en sus más diversos soportes, como libros de actas, fotografías, textiles (banderines, banderas, estandartes), trofeos (Figura 9), galvanos, instrumentos varios, etc.- en estado de dispersión, sin orden, sucio y con polvo, en algunos casos, con manchas de humedad o de otros agentes,1 con faltantes roturas y presencia de elementos metálicos (que se han extraído) adicionados al papel y los textiles. De ahí que solventar estas situaciones haya sido una de las finalidades del programa (Figuras 10, 11, 12 y 13).
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Figura 9 Trofeos antes de su intervención. Club Societá Sportiva Italiana (Cortesía: Archivo CECPCV, 2012).
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Figura 10 Exhibición de trofeos una vez finalizado el proyecto en la Societá Sportiva Italiana (Cortesía: Archivo CECPCV, 2012).
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Figura 11 Exhibición de trofeos una vez finalizado el proyecto en el Club Deportivo Playa Ancha (Cortesía: Archivo CECPCV, 2011).
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Figura 12 Exhibición de vestuario deportivo una vez finalizado el proyecto en el Club Santiago Wanderers (Cortesía: Archivo CECPCV, 2011).
Conclusiones
La ejecución de "La Comunidad Rescata su Patrimonio", propuesta desde una institución universitaria pública, es una experiencia pionera en la ciudad de Valparaíso. Contribuye, como hemos visto, al resguardo y la relevancia del patrimonio de las instituciones civiles locales. Este programa se ha desarrollado con entidades que antes no se habían considerado de interés patrimonial e histórico, lo que demuestra que es posible trabajar con todo tipo de organizaciones sociales en pos de su desarrollo cultural local y del fortalecimiento identitario de una comunidad con base en un trabajo cuyas metas sean claras y en un equipo interdisciplinar. La continuidad del programa también evidencia al interior de éstas el interés por participar, al identificarse como una entidad valiosa que puede hacer aportaciones a la construcción histórica de la ciudad. Se abre así la posibilidad de contar con espacios que, a modo de centros de interpretación, a futuro articulen recorridos de interés turístico cultural.
La puesta en práctica del programa no ha estado exenta de complejidad, debido a la inestabilidad de los recursos financieros, supeditados a concursar en una convocatoria anual estatal (Fondart), lo que hace énfasis en la inexistencia de políticas públicas desde el gobierno local y/o nacional para propiciar acciones permanentes de reconocimiento, resguardo y difusión del patrimonio documental de las organizaciones civiles locales. Se debe agregar que la ausencia de campañas de sensibilización y formativas dirigidas a distintos estamentos de la sociedad en torno de la conservación del patrimonio de las organizaciones ha desembocado en la pérdida de material inédito y singular, como, por ejemplo, un sinnúmero de organizaciones mutualistas, portuarias y de beneficencia desaparecidas.
Actualmente, en proceso de ejecución de la cuarta versión del programa (2015), se deben establecer reuniones de trabajo con instituciones gubernamentales para que el programa se torne en una labor permanente que favorezca la preservación y el conocimiento del patrimonio local.
Además con el desarrollo del programa se continuará sensibilizando a las organizaciones locales para que asuman un papel más activo y generen acciones para asegurar la preservación de sus bienes patrimoniales.