Introducción
La evaluación organizacional de la universidad latinoamericana parte de la función social que, con propósitos de mejora, se lleva a cabo en las instituciones universitarias. Al considerar que en la evaluación de la universidad se consideran indicadores internacionales de indagación de resultados de conocimiento (Moreno y Ruiz, 2009), es necesario evaluar la gestión de los activos intelectuales a partir de la importancia que otorga la sociedad al desarrollo de conocimiento especializado proveniente de las instituciones de educación superior (IESALC, 2007). Derivado de ello, el ejercicio de las funciones sustantivas de la universidad vuelca sus esfuerzos en la creación, transferencia, almacenamiento, aplicación y uso del conocimiento -como procesos particulares de gestión del conocimiento (GC)-, por lo que es esencial contar con instrumentos de diagnóstico que integren tanto los procesos de GC, como los elementos del capital intelectual (CI) -capital humano, capital estructural y capital relacional- en el marco universitario. En este trabajo, con base en la teoría administrativa, se plantea la metodología para la indagación; a continuación, con base en la creación del conocimiento, recursos y capacidades organizacionales, se esboza el marco teórico que lleva a la creación de un Cuestionario para la evaluación de la gestión del conocimiento universitario (CEGCU); y las pautas para validar su eficiencia.
Perspectiva metodológica y método de investigación
El considerar a la organización universitaria como un sistema complejo implica, ineludiblemente, la necesidad de profundizar tanto en los procesos de gestión que ejecuta como en los resultados organizacionales que obtiene. El objeto de estudio complejo de la investigación se denomina Cuestionario para la evaluación de la gestión del conocimiento universitario (CEGCU), que integra los procesos particulares de GC y de los elementos del CI a través de criterios de análisis, escalas e indicadores para evaluar a la organización universitaria. La validación del CEGCU se realiza a través del juicio de nueve expertos investigadores de las áreas de gestión del conocimiento, capital intelectual, universidad, evaluación de la organización universitaria. A su vez, los expertos validan el CEGCU en lo pertinente y lo comprensible de los 80 ítems que lo constituyen por medio de un cuestionario digital autoadministrado (GoogleDocs) que integra una escala diferencial semántica -entre uno y cinco- (Vaca, 2015). El análisis de los datos obtenidos se realiza por medio del análisis factorial exploratorio, así como de los coeficientes Alfa de Cronbach y Káiser-Meyer-Olkin (KMO). Además, se presenta el CEGCU como referente teórico válido en las conclusiones de la investigación.
Los procesos de gestión del conocimiento en la organización universitaria
La revisión teórico-conceptual inicia con la asunción del conocimiento organizacional como una variable de contingencia generado mediante procesos particulares de gestión, enmarcados en un contexto determinado y que impulsa a obtener resultados institucionales de activos de conocimiento. De esta forma, el proceso de GC -calificado como continuo y dinámico-, identifica y muestra el conocimiento, además de incidir en el desempeño organizacional. Derivado de ello, la evaluación del proceso de GC se define como un mecanismo capaz de identificar y medir el desempeño organizacional por medio de herramientas (Birkinshaw, Nobel y Ridderstrale, 2002; Von Krogh, Nonaka y Rechsteiner, 2012; Lupton y Beamish, 2014; Markova y Ford, 2011; Kaziliünas, 2012). Entonces, la GC se describe como un proceso organizacional que, al integrar procesos particulares, requiere ser evaluado y medido.
La organización universitaria, al poseer el contexto propicio para la interacción entre sus integrantes -docentes, investigadores, estudiantes y empleados- genera de forma continua conocimiento científico y tecnológico de importancia para la sociedad (Misiūnaitė y Jucevičienė, 2014). De esta forma, se identifican los procesos particulares de creación (CC), transferencia/almacenamiento (TA) y aplicación/uso del conocimiento (AU) que integran la GC universitario; estos procesos interaccionan de acuerdo con las funciones efectuadas por las organizaciones universitarias, tales como enseñanza, investigación, vinculación con la sociedad y difusión de la cultura (Cuadrado y Carrillo, 2016).
La creación de conocimientos (CC) se reconoce como un proceso social, desarrollado a través de la interacción entre individuos en un contexto físico o virtual, que promueve el desarrollo de diferentes formas de conocimiento (Konno, Nonaka y Ogilvy, 2014 a, b, c), involucra la adquisición, diseminación e interpretación de la información que, a su vez, genera la transformación del conocimiento organizacional -tácito en explícito-. La transferencia de conocimiento en la organización universitaria promueve -de manera física o por medio de la red informática- la distribución de propuestas, el ejercicio de mejores prácticas, el desarrollo de habilidades y la adquisición de nuevos conocimientos que incentiven el desarrollo organizacional (Alegre, Sengupta y Lapiedra, 2011). El almacenamiento del conocimiento, a través de las bases de datos desarrolladas con tecnologías de la información, permite la recolección de propuestas, el almacenaje de experiencias, el manejo de información compartida y la rotación de personal para evitar pérdidas de conocimiento, impedimentos de acceso a éste de forma libre y adecuada (Wardini, 2015; Demchig, 2015). De esta forma, la transferencia/almacenamiento de conocimiento (TA) se configura como proceso interdependiente y vinculante en su propia especificidad funcional, considerado como sostén del desarrollo de las funciones ejecutadas por los integrantes de la universidad que apoya a los procesos de CC y AU. La aplicación del conocimiento se ejecuta a través del desarrollo de las funciones universitarias y el uso del conocimiento se genera como parte de la búsqueda de soluciones de los trabajadores universitarios a los problemas que se presentan en la frontera de la ciencia del conocimiento en la organización académica (Badah, 2012) y, con base en lo anterior, au se construye como un proceso particular interdependiente y vinculante. De esta forma, la interacción entre los procesos particulares de creación, transferencia/almacenamiento y aplicación/uso del conocimiento permite definir a la organización universitaria como un sistema complejo que integra diversos elementos para el cumplimiento de sus funciones sociales (véase Figura 1).
Elementos del capital intelectual universitario
La importancia social de la universidad radica en su producción de conocimiento científico y tecnológico, mismo que incentiva el crecimiento económico del entorno en el que la entidad universitaria se ubica (Brunner y Ferrada, 2011). El conocimiento se identifica, entonces, como un activo intangible cuya vinculación con los activos tangibles de la organización produce resultados de conocimiento denominados capital intelectual (Barney, 2001; Martín, 2014). Para la presente investigación, el CI universitario se define como los resultados de conocimiento obtenidos a partir de la ejecución de procesos organizacionales y se construye a partir de tres elementos sustantivos: capital humano (CH), capital estructural (CE) y capital relacional (CR), clasificados en función de características identificables y controlables, propias de los activos intangibles, para definir la estructura organizacional de la universidad (Edvinsson y Malone, 1999; Bueno, Rodríguez y Salmador, 1999; Carrillo, 2010; NIC-38, 2013).
El CH combina los conocimientos, habilidades, inventiva, capacidad, experiencia, innovación y creatividad de docentes e investigadores con los valores, la cultura y la filosofía organizacional para la realización del trabajo asignado (Ramírez y Gordillo, 2014). Muestra, igualmente, que la participación de los docentes en proyectos de investigación internacional, las visitas/estancias internacionales y las delegaciones de alta responsabilidad incrementan el conocimiento, las destrezas y habilidades de los docentes (Nava, Mercado y Demuner, 2012; Ramírez, Tejada y Gordillo, 2013). La experiencia de los maestros se incrementa en función del tiempo de ejercicio de su cátedra, así como de las estancias de investigación en el extranjero (Karami y Vafaei, 2014). Además, la innovación y creatividad se explicitan a través de patentes, derechos de propiedad intelectual y de autor, publicaciones científicas, capítulos de libros, memorias de congresos, citas y visibilidad de sitios web (Aerden, 2014; Ramírez, Tejada y Baidez, 2013).
El CE refiere a la infraestructura física propiedad de la universidad, misma que facilita el acceso al conocimiento, por lo que es independiente de las personas y se evidencia como activos organizacionales, muebles e inmuebles (Lu, Wang y Kweh, 2014). Los sistemas informáticos son herramientas tecnológicas de apoyo a los procesos de GC; la cultura organizacional une costumbres y normas establecidas por la dirección universitaria; la estructura organizacional facilita la comunicación interjerárquica y el ejercicio de los derechos de propiedad intelectual para proteger los activos de conocimiento (Najim, Al-Naimi y Alnaji, 2012; Nonaka y Takeuchi, 1995; Nava y Mercado, 2011). De esta manera, el CE se considera la base de la producción de los integrantes de la organización.
El CR aúna el conjunto de relaciones económicas, políticas e institucionales desarrolladas por la universidad a través del tiempo (Ramírez, Santos y Tejada, 2012). Integra a los proveedores como personas externas a la organización y se vincula con la sociedad para promover la difusión del conocimiento, la reputación institucional generada a través de acreditaciones y/o evaluaciones, y las redes de trabajo conformadas para favorecer la ejecución de las funciones universitarias sustantivas (Houston y Paewai, 2013; Kenway y Fahey, 2014).
Así, los tres elementos del capital intelectual -capital humano (CH), capital estructural (CE) y capital relacional (CR)- interactúan de forma interdependiente por medio de las características de sistema complejo de la universidad, al mismo tiempo que cumplen funciones específicas. El CH interrelaciona el conocimiento tácito y explícito para proporcionar conocimiento científico y tecnológico a la universidad; el CE coloca al alcance de los integrantes de la comunidad universitaria el conocimiento desarrollado y, finalmente, el CR, permite el flujo de conocimiento desde el entorno externo de la organización hacia el interior de la misma y viceversa (véase Figura 2).
Evaluación de la organización universitaria
Los cuestionarios de evaluación de la organización universitaria son de utilidad para medir y comparar el rendimiento institucional de forma cuantitativa (IREG, 2015), sin embargo, debido a las particularidades involucradas en la ejecución de los procesos de gestión institucional, la evaluación de estos procesos quedan fuera de su alcance.
La universidad ejecuta las funciones de enseñanza, investigación, vinculación social y difusión de la cultura, basadas en la GC que desarrolla, mismas que generan beneficios a la sociedad (United Nations, 2005; World Bank, 2013). La incidencia del conocimiento universitario en el desempeño organizacional lo convierte en un elemento sustantivo de las instituciones de educación superior (IES), y por ende, primordial a la hora de definir la gestión del conocimiento como un proceso social continuo y dinámico; además, identificar y mostrar el capital intelectual de la universidad parte de la ejecución de las funciones de la organización (Ramírez y Gordillo, 2014). Al respecto, la literatura es diversa en cuanto al desarrollo y validación de instrumentos, por una parte, de evaluación de la GC universitaria, por otra parte, del CI universitario y son varios los ejemplos de instrumentos de medición enfocados a tratar de evaluar la GC y el CI (véase Tabla 1).
Autor | Descripción | Propósito |
---|---|---|
Bueno et al. (2003) | Relación entre los procesos de CC con los elementos del CI. | Reflejar los procesos de cc en los resultados de producción científica de las universidades. |
Sánchez, Caserillo y Elena (2006) | Diferencia los constructos de CH, CE y CR como financieros y no financieros. | Presentar el cuestionario "The ICU report" en el ámbito de las universidades españolas. |
Bustillos (2012) | Presenta la CC a través de los elementos del CI. | Promover la productividad académica de los institutos tecnológicos en México. |
Bucheli et al. (2012) | Muestra la producción de conocimiento de las universidades colombianas a largo plazo en términos de CI. | Determinar la acumulación del conocimiento de las universidades a través del tiempo. |
Ali Siadae, Hoveida, Abbaszadeh y Mogheadaie (2012) | Relación entre las escalas de adquisición, diseminación e interpretación de la información. | Reconocer el proceso particular de creación de conocimiento en universidades de Irán. |
Salleh (2014) | Propuesta de un cuestionario del proceso de gestión del conocimiento tácito. | Reconocer el proceso de transferencia de conocimiento de las universidades públicas de Malasia. |
Chong, Yuen y Gan (2014) | Propuesta de un cuestionario de intercambio de conocimiento entre el personal académico. | Examinar las percepciones del proceso particular de transferencia del conocimiento en las universidades de Malasia. |
Ordorika (2014) | Integra el CI con indicadores nacionales de evaluación universitaria en México. | Presentar los activos universitarios del conocimiento. |
Mercado, Gil y Demuner (2014) | Estructura el CI a partir de tres elementos: capital humano (CH), capital estructural (CE) y capital relacional (CR). | Evaluar los resultados de conocimiento de las universidades mexicanas. |
Ramírez y Manzaneque (2015) | Integran los elementos CH, CE y CR. | Identificar la importancia otorgada por los integrantes de las universidades españolas a los resultados organizacionales. |
Fuente: elaboración propia basada en los autores citados.
Sin embargo, ninguno de los ejemplos mencionados recoge de forma simultánea información sobre la ejecución de los procesos de GC y los resultados de CI de la organización universitaria, tal y como sucede con el CEGCU.
Validación del Cuestionario de evaluación de la gestión del conocimiento de la universidad (CEGCU) mediante juicio de expertos
Creado específicamente para la investigación que aquí se presenta, el CEGCU, se perfila como un instrumento relevante en la recolección de información asociada a los procesos de gestión del conocimiento efectuados por universidad y al capital intelectual desarrollado por la misma en un periodo determinado de tiempo. El propósito del instrumento es evaluar la GC a través de las percepciones de los directores de carrera sobre los procesos de creación (CC), transferencia/ almacenamiento (TA) y aplicación/uso (AU) de conocimiento, efectuados por los integrantes de la organización como parte de sus actividades diarias.
El CEGCU se construyó a partir de dos tipos de reactivos -ítems ya ensayados para aumentar su validez, e ítems desarrollados de manera específica fundamentados en la teoría previamente descrita-, y fue sometido al juicio de investigadores expertos en el área de estudio para su validación. La medición de la variable GC se efectuó a partir de una escala diferencial semántica de cinco posiciones,1 que se considera una herramienta adecuada para extraer datos cuantitativos y permite aplicar un tratamiento estadístico a la variable (Che Rusuli, Tasmin, Takala y Hashim, 2014). La medición de la variable CI se llevó a cabo a través de un cuestionamiento sobre el número real de productos académicos que pueden identificarse y cuantificarse en un periodo de tiempo determinado (Mercado, Sánchez y Sánchez, 2013). Los ítems se formularon de forma clara, precisa y léxicamente sencilla; se descartaron formulaciones estereotipadas o sesgadas que pudieran causar reacciones imprevistas, -negativas o positivas- en el informante; el formato se consideró amable -para la lectura y la cumplimentación manual o electrónica- con un diseño factible para la autoadministración -indicaciones para el llenado- y la obtención de información adicional relevante para el estudio.
El CEGCU, como instrumento de evaluación organizacional para el monitoreo de los procesos particulares de GC universitario, se construyó por medio de la identificación y definición de las variables de GC y CI, las dimensiones (creación de conocimiento, transferencia/ almacenamiento de conocimiento, aplicación/ uso de conocimiento, capital humano, capital estructural y capital relacional), los indicadores (80), y se dirigió a los directores de carrera como informantes de calidad. El cuestionario integra tres partes (véase Anexo 1), la primera parte recopila información sociodemográfica sobre la institución a evaluar y sus informantes. La segunda parte -sección 1 del CEGCU- conformada por ítems relacionados con la GC -41 ítems-, se sustenta sobre una escala diferencial semántica de cinco niveles -de 1 a 5- que se corresponden con los niveles de procesos de gestión ejecutados por las universidades (Cordero, 2015).2 La tercera parte -sección 2 del CEGCU- se constituye por los ítems correspondientes al CI -39 ítems-, donde se solicita a los informantes respuestas cuantitativas concretas -cifras- en relación con los productos de conocimiento desarrollados por la organización en el plazo de un año. Los resultados extraídos se equiparan para su procesamiento con la escala diferencial semántica antes descrita, con el fin de determinar la producción de conocimiento universitario.3
La evaluación del sistema complejo CEGCU corresponde a la validación del instrumento mediante el juicio de expertos y al análisis estadístico de los resultados de la validación.
Al considerar que la universidad, como centro generador de conocimiento dentro de la sociedad, se encuentra integrada por personas que realizan actividades para el cumplimiento de las funciones organizacionales (Wigmore y Ruiz, 2014), la selección de los expertos, a cuyo juicio se sometió el CEGCU, se efectuó con base en dos criterios: la caracterización, es decir, el investigador consultado mantiene líneas de investigación homogéneas que incluyan gestión del conocimiento, capital intelectual y universidad; y, en segundo término, la procedencia del experto, ya que con el propósito de asegurar su conocimiento de la realidad universitaria, se requiere un mínimo de cuatro años de trabajo en instituciones educación superior como docente investigador (Mochales, 2014).
A partir de los criterios citados, fueron considerados nueve expertos en las áreas de gestión del conocimiento, capital intelectual y evaluación de organizaciones universitarias, pertenecientes a universidades públicas, privadas y a organismos estatales de evaluación universitaria, cuya diversidad de perspectivas garantiza una validación de amplio espectro y, por ende, un aporte de relevancia notable en el contexto universitario latinoamericano. De esta manera, la obtención de datos empíricos otorgados por los expertos en universidades permitió la validación del cuestionario CEGCU.
La validación del cuestionario mediante el juicio de expertos se realizó en función de la necesidad de que todo instrumento de medición precisa de la opinión informada de personas con amplia trayectoria en la materia objeto de estudio y sólida reputación profesional, capaces de proporcionar información, evidencia, juicios y valoraciones a los elementos del instrumento (Escobar y Cuervo, 2008), contar con disponibilidad, motivación para participar en el estudio y con la voluntad de emitir una opinión imparcial (Skjong y Wentworht, 2000). La validación, en lo pertinente y lo comprensible de todos y cada uno de sus ítems, se efectuó de manera individual mediante la técnica de acuerdo entre codificadores (Vaca, 2015), y una escala diferencial semántica de cinco niveles -total desacuerdo, en desacuerdo, parcialmente de acuerdo, de acuerdo y total acuerdo-, cuyos resultados se sistematizaron como sigue: Total desacuerdo y en desacuerdo, se equipararon a una negación -NO-; de acuerdo y total acuerdo, a una aceptación -Sí-; por último, parcialmente, se equiparó con indecisión.
El análisis de la consistencia interna del CEGCU se basó en el promedio de las correlaciones entre los ítems por medio del coeficiente Alfa de Cronbach, lo que permitió evaluar cuánto mejoraría -o empeoraría- la fiabilidad de la prueba si se excluyera determinado ítem (García-Bellido et al., 2010). En el software estadístico SPSS V. 20 se efectuó el análisis estadístico del coeficiente Alfa de Cronbach de las dimensiones y los criterios del cuestionario, especificando que aquellos elementos con un valor de Alfa de Cronbach menor a 0.7 como valor de corte, serían excluidos de la versión final. Finalmente, tras analizar los 80 ítems que constituyen el CEGCU, los expertos concluyeron que éste era pertinente, en su conjunto, con lo propuesto desde la teoría en un 0.92 y en 0.91, en relación con la comprensibilidad del conjunto de los ítems (véanse Tablas 2 y 3).
Criterios | Núm. de ítems | Alfa de Cronbach | |
---|---|---|---|
Pertinente | Comprensible | ||
Creación de conocimiento | 14 | 0.88 | 0.80 |
Transferencia-almacenamiento de conocimiento | 11 | 0.77 | 0.85 |
Aplicación-uso de conocimiento | 16 | 0.80 | 0.75 |
Capital humano | 16 | 0.78 | 0.88 |
Capital estructural | 12 | 0.87 | 0.77 |
Capital relacional | 11 | 0.86 | 0.87 |
Fuente: elaboración propia.
Criterios | Núm. de ítems | Alfa de Cronbach | |
---|---|---|---|
Pertinente | Comprensible | ||
Creación de conocimiento | |||
Adquisición de la información | 7 | 0.70 | 0.69 |
Diseminación, interpretación de la información | 7 | 0.72 | 0.71 |
Transferencia/almacenamiento de conocimiento | |||
Almacenamiento de conocimiento | 5 | 0.69 | 0.71 |
Transferencia de conocimiento | 6 | 0.70 | 0.68 |
Aplicación/uso de conocimiento | |||
Trabajo en equipo | 5 | 0.71 | 0.69 |
Apropiación del conocimiento | 5 | 0.70 | 0.70 |
Compromiso con el conocimiento | 6 | 0.68 | 0.72 |
Capital humano | |||
Conocimiento, destrezas, habilidades y experiencia | 6 | 0.68 | 0.70 |
Innovación y creatividad | 10 | 0.71 | 0.67 |
Capital estructural | |||
Infraestructura física, sistemas informáticos | 6 | 0.70 | 0.72 |
Cultura y estructura organizacional, propiedad intelectual | 6 | 0.71 | 0.67 |
Capital relacional | |||
Proveedores y vinculación con la sociedad | 5 | 0.71 | 0.69 |
Reputación y redes de trabajo | 6 | 0.70 | 0.71 |
Fuente: elaboración propia.
El ordenamiento general de los criterios que componen el CEGCU según su nivel de importancia, permite afirmar que los expertos concedieron mayor relevancia a elementos del capital humano, capital estructural y capital relacional, como son la experiencia internacional, la innovación y la creatividad reflejada en la publicación de productos de investigación, la infraestructura física de la organización para apoyo de las actividades docentes, la cultura organizacional y la propiedad intelectual universitaria, así como a las redes de trabajo internas y externas de las que forma parte la institución (véase Tabla 3).
Igualmente, por sugerencia de los expertos, se reelaboraron varios ítems con propósitos de optimizar su legibilidad. El análisis factorial exploratorio expuso que el coeficiente Káiser-Meyer-Olkin (KMO) presentó un valor igual a 0.82; la prueba de Bartlett fue también significativa (P<0,01) y, de esta manera, pudo concluirse que existe un alto grado de interrelación entre las variables de GC y CI en los seis componentes principales del CEGCU, que se muestra plenamente validado al agrupar claramente a sus ítems.
Discusión y conclusiones
Al considerar la importancia del conocimiento que generan las universidades para el desarrollo de las naciones, la presente investigación propone la validación del Cuestionario para la evaluación de la gestión del conocimiento de la universidad. A través de la indagación de lo pertinente y lo comprensibles, de los ítems que integran el CEGCU los expertos manifiestan que las escalas creación del conocimiento, capital estructural y capital relacional tienen gran importancia para la evaluación de la institución universitaria, lo que coincide con investigaciones internacionales como las de Mercado, Gil y Demuner (2014), IREG (2015). Además, el capital humano, la aplicación, uso, transferencia y almacenamiento de conocimiento se muestran como importantes al manifestar los propósitos de la institución, tales como la enseñanza o la investigación, por lo que el CEGCU permite la comparación entre las organizaciones de educación superior.
Tras lo expuesto previamente, puede concluirse que el CEGCU se diferencia de otros instrumentos de diagnóstico de la gestión del conocimiento en el hecho de recolectar información tanto de los procesos organizacionales como de los resultados de conocimiento, ofreciendo una visión más clara y precisa de la ejecución de las funciones de la entidad universitaria. Así mismo, permite un análisis detallado de todos y cada uno de los procesos de GC y de los elementos del capital intelectual a través de los criterios, las escalas y los ítems que lo conforman, presentando a la organización como un todo.
El CEGCU incluye tres procesos particulares de GC y tres elementos de CI -creación, transferencia/ almacenamiento, aplicación/uso de conocimiento, capital humano, capital estructural y capital relacional-, mismos que fueron desprendidos de una profunda revisión literaria, lo que aunado a los resultados obtenidos en su validación, permite concluir que puede ser generalizado sin dificultad para su aplicación a toda institución de educación superior que requiera ser evaluada, independientemente de su naturaleza pública, privada o mixta. El CEGCU se define como una avanzada herramienta para la evaluación de la GC que muestra los resultados organizacionales de las universidades. También, el cuestionario permite extraer los datos necesarios para efectuar análisis estadísticos de la universidad en su conjunto y de las unidades académicas -facultades y direcciones de carrera- de forma individual, así como establecer comparaciones con otras organizaciones similares. Además, admite la localización de los procesos particulares de GC que requieren mayor énfasis en su ejecución para, de esta manera, mejorar los resultados organizacionales expresados en capital intelectual. Asimismo, posibilita el monitoreo del desarrollo de las funciones sustantivas de la universidad -enseñanza, vinculación con la sociedad, investigación y difusión de la cultura- y, por ende, permite comparar los resultados de las mismas a lo largo del tiempo. Para investigaciones futuras se recomienda implementar un programa informático que permita la aplicación del CEGCU de forma simultánea en varias organizaciones universitarias, el procesamiento de los datos y la comparabilidad entre las instituciones participantes.