ANTECEDENTES
El sarcoma sinovial es una enfermedad rara, que afecta sitios anatómicos muy particulares. En la mayor parte de los casos se afecta el tejido blando somático, y ello representa 15% de los sarcomas en pacientes de 10 a 18 años de edad y 1.6% de los sarcomas en individuos mayores de 50 años de edad.1 Desde el punto de vista clínico y patológico el sarcoma sinovial se define como un tumor que aparece y crece en los tejidos blandos yuxtaarticulares o en las extremidades de jóvenes y adultos.2 Entre los sarcomas del riñón, el leiomiosarcoma es el tipo más frecuente, que comprende 40-60%, seguido de rabdomiosarcoma, condrosarcoma, liposarcoma, angiosarcoma, hemangiopericitoma y osteosarcoma.2-4 El hallazgo de un sarcoma sinovial primario del riñón es verdaderamente excepcional y su etiología es incierta, con presentación por demás rara. Su comportamiento es agresivo, con poca respuesta al tratamiento, circunstancia que eleva la morbilidad y la mortalidad. Enseguida se expone el caso de una paciente con sarcoma sinovial primario del riñón.
CASO CLÍNICO
Paciente femenina, de 59 años de edad, con antecedentes de diabetes, obesidad, hipertensión y urolitiasis. Acudió a consulta debido a un dolor agudo en la región lumbar derecha, sin respuesta a los analgésicos, asociado con hematuria y emesis. Durante el examen físico se palpó una masa firme, circunscrita e indolora, localizada en el hipocondrio derecho. La ecografía renal reportó una masa definida, de bordes lobulados de 14x11x13 cm de extensión, con áreas hipoecoicas en su interior y flujo sanguíneo, situada en el flanco derecho. La urografía por tomografía computada evidenció al riñón derecho aumentado de tamaño y una imagen hiperdensa, de 14 mm de diámetro, con evidente dilatación ureteral ipsilateral, acompañada de una gran bolsa hidronefrótica, con componentes isodensos e hipodensos sugerentes de hidropionefrosis.
Se practicó una nefrectomía derecha; la pieza quirúrgica mostró una lesión tumoral carnosa, friable, con áreas necróticas y de sangrado que afectaban todo el espécimen (Figura 1). El examen histológico reveló un tumor maligno, con morfología bifásica, consistente en proliferación de células fusiformes, con atipia variable, áreas de fibrosis y otras de necrosis. El examen inmunohistoquímico indicó reactividad de la muestra, con patrón de tinción difuso para BCL 2 y vimentina y patrón de tinción focal para P-63, CD-10 y CD-99 (Figura 2). Fue negativo para S100, miogenina, CD34 y antígeno de membrana epitelial. Estos resultados condujeron al diagnóstico de sarcoma sinovial. Tres meses después de la cirugía la paciente retornó al hospital debidoa a la reaparición del dolor abdominal y vómitos; por sus antecedentes se efectuó una urografía por tomografía computada que reportó una masa heterogénea, sugerente de recurrencia tumoral, de aproximadamente 8 cm, ubicada en la fosa renal derecha, con afectación e infiltración en el ángulo hepático y el diafragma, sin linfadenopatías asociadas. La evolución clínica fue tórpida, con fallecimiento de la paciente durante la hospitalización.
DISCUSIÓN
Los primeros en describir el sarcoma sinovial fueron Faria y colaboradores, en 1999.5,6 El sarcoma sinovial es más frecuente en hombres, que en mujeres, con una razón hombre-mujer 1.7:1. Los límites de edad a la presentación varían de 13 a 67 años, con un promedio de 37 años, aunque también han sido descritos en la infancia.7 Lo común es que se localicen en las extremidades inferiores, a nivel de la cápsula articular, bursas y tendones pero solo 1% de los casos se localiza en el riñón. Al momento del diagnóstico, el diámetro promedio del tumor es de 11 cm (límites 3-21 cm).3 Por lo general, los tumores renales (independientemente de su morfología bifásica, consistente en proliferación de células fusiformes, con atipia variable, áreas de fibrosis y otras de necrosis. El examen inmunohistoquímico indicó reactividad de la muestra, con patrón de tinción difuso para BCL 2 y vimentina y patrón de tinción focal para P-63, CD-10 y CD-99 (Figura 2). Fue negativo para S100, miogenina, CD34 y antígeno de membrana epitelial. Estos resultados condujeron al diagnóstico de sarcoma sinovial. Tres meses después de la cirugía la paciente retornó al hospital debidoa a la reaparición del dolor abdominal y vómitos; por sus antecedentes se efectuó una urografía por tomografía computada que reportó una masa heterogénea, sugerente estirpe histológica) se manifiestan con la triada de dolor en la fosa lumbar o flanco, hematuria y masa palpable. Fei-X y su equipo mostraron, en un pequeño grupo de pacientes con sarcoma sinovial, los mismos síntomas: dolor de espalda baja (n = 3), hematuria (n = 2), náuseas y vómitos (n = 1).8 En el caso que aquí se reporta, el sarcoma sinovial se manifestó con la triada sintomática, en el límite de edad y el promedio de tamaño descrito en la bibliografía al momento del diagnóstico.
Para el diagnóstico no existe característica clínica o imagenológica que sean determinantes;4,6 sin embargo, los médicos debiéramos ser capaces de reconocer algunos patrones de imagen que hagan sospechar esta neoplasia. Un estudio protocolizado muestra algunas características generales del tumor a través de la tomografía axial computada abdominal. Ésta, sin contraste, mostró masas completas o parcialmente definidas, con parches de baja intensidad, algunas de características heterogéneas (n = 5) y otras homogéneas (n = 1). La mayor parte de los tumores tenían la apariencia de masas sólido-quísticas o con pseudocápsulas que mostraban moderada heterogeneidad (n = 5) o realce del contenido (n = 2). En ninguno de los pacientes se reportaron linfadenopatías regionales.8 Otros hallazgos ultrasonográficos son las grandes masas quísticas con o sin forma multilobulada y contenido heterogéneo, como lo muestra el caso en cuestión.2,9-13
Desde el punto de vista histológico el sarcoma sinovial se divide en monofásico y bifásico de acuerdo con la existencia de elementos glandulares y componentes epiteliales definidos. Los sarcomas sinoviales pobremente diferenciados son una forma de evolución del tumor que puede reconocerse en ambos subtipos.1 El sarcoma sinovial pobremente diferenciado se forma a partir de láminas de células redondas indiferenciadas con núcleos hipercromáticos con una tasa mitótica alta; su pronóstico es muy pobre.3,12
Entre los aspectos inmunohistoquímicos destaca que este tumor expresa marcadores epiteliales de distribución focal, como: citoqueratina, vimentina, proteínas de CD-99, CD-56, Bcl-2, TLE1 y antígeno de membrana epitelial,4,10 pero no expresa positividad a la tinción para los marcadores: actina, desmina, S-100 y CD-34.1,2
En el diagnóstico diferencial deben tenerse en cuenta las lesiones quísticas,12 renomegalia14 y neoplasias, como el tumor de Wilms, carcinoma de células transicionales, carcinoma de células renales, hemangiopericitoma y los tumores neuroectodérmicos primitivos.3,4,11 El diagnóstico diferencial es más difícil entre pacientes con carcinoma sarcomatoide de células renales, tumores fibrosos solitarios, tumores neuroectodérmicos primitivos y otros tumores indiferenciados. A diferencia del sarcoma sinovial, el carcinoma sarcomatoide de células renales no expresa el TLE1.1 Los leiomiosarcomas y fibrosarcomas también son masas sólidas que exhiben células alargadas, parecidas a las del sarcoma sinovial, pero sin expresar marcadores BCL2, CD99 o CD56. El tumor de Wilms también muestra un patrón histológico parecido y debe tenerse en cuenta en pacientes jóvenes, aunque la fusión de los genes SYT-SSX está ausente.2
La traslocación t(X;18)(p11.2;q11.2) es específica para estos tumores, sin importar el grado de la diferenciación tisular y puede demostrarse en 90% de los sarcoma sinoviales.11,12
El diagnóstico definitivo se establece con la identificación de la traslocación genética, a través de la reacción en cadena de la polimerasa reversa e hibridación in situ con fluorescencia.2,4,6 En este caso en particular, el diagnóstico se estableció sólo con base en los aspectos microscópicos morfológicos y la inmunohistoquímica.
Debido a la poca frecuencia de este tumor no existen guías de tratamiento estandarizadas, de ahí que la conducta se base en los tratamientos descritos en la bibliografía, que casi siempre incluyen a la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas. La quimioterapia adyuvante es con ifosfamida y doxorrubicina, previa a la nefrectomía radical; esto ha favorecido la remisión y ha mejorado la supervivencia global de algunos pacientes, incluso con tumores poco diferenciados con metástasis.13 A pesar del tratamiento, el pronóstico no es claro debido al limitado número de casos.2
El sarcoma sinovial es una entidad rara, con especial predilección por ciertas zonas anatómicas. La localización renal es excepcional y hasta la fecha existen pocos casos reportados en la bibliografía. Se comporta de manera agresiva, con poca respuesta al tratamiento lo que incrementa la morbilidad y mortalidad.