Antecedentes
El incremento de pacientes trasplantados, con el consecuente aumento de morbilidad y mortalidad por infecciones oportunistas de diversa índole debido al uso de fármacos inmunosupresores, donde los hongos siguen cobrando importancia, hacen necesario el conocimiento avanzado para el diagnóstico diferencial y el posterior tratamiento. A continuación, describimos el caso de una de ellas, cuyo resultado hizo replantearse el abordaje de infecciones creadas por hongos.
Caso clínico
Mujer de 53 años, diagnosticada de insuficiencia renal crónica estabilizada, de causa no filiada, de 3 años de evolución. Como antecedente reseñable, destaca el diagnóstico de artritis reumatoide de 10 años de evolución, en tratamiento con corticoides. Debido a la evolución clínica, la paciente precisa terapia renal sustitutiva; recibe diálisis peritoneal durante 16 meses, sustituyéndose por hemodiálisis a causa de episodios de peritonitis recurrentes. Tras 19 meses en hemodiálisis recibió trasplante renal de donante cadáver. La cirugía cursó sin incidencias.
La paciente recibió esquema de inmunosupresión cuádruple secuencial, inducción con baxiliximab, seguido de micofenolato de mofetil, prednisona e introducción tardía de tacrolimus. La evolución cursó con función retrasada del injerto sin necesidad de hemodiálisis, realizándose biopsia renal al séptimo día postoperatorio. Ante el resultado de rechazo celular agudo tipo IIa de BANFF se inicia tratamiento con tres bolos de 80 mg de metilprednisolona y timoglobulina hasta 9mg. Ante la mejoría de la función renal, la paciente fue dada de alta con una creatinina sérica (Cr) de 1,6mg/dl tras 17 días de ingreso.
Dos meses tras la intervención, la paciente ingresó con clínica de dolor ocular, febrícula y mialgias de manera súbita. Se realizó ecografía ocular diagnosticándose panuveítis derecha. La analítica al ingreso mostró leve deterioro de la función renal (Cr 2,4 mg/dl), y elevación de reactantes de fase aguda. Se inició tratamiento con piperacilina-tazobactam, linezolid, fluconazol, trimetoprim/sulfametoxazol, valganciclovir y se desciende dosis de tacrolimus y micofenolato de mofetil. Se realiza ecocardio-transtorácico para descartar endocarditis, cultivo de orina y hemocultivos. Dado la negatividad de pruebas se completó con tomografía computarizada (TC) de cráneo que muestra múltiples imágenes parenquimatosas con probable origen isquémico o séptico. Al tercer día de ingreso, ante el empeoramiento del estado general junto con bradipsiquia y disartria severa se realizó resonancia magnética nuclear (RMN) craneal y punción lumbar. La punción lumbar resultó negativa en cultivos convencionales y la RMN sugirió proceso infeccioso de origen fúngico destacando aspergilosis como posible origen del cuadro (Imagen 1). Pasó al servicio de UCI ante empeoramiento clínico con necesidad de sedoanalgesia, intubación, drogas vasoactivas y hemofiltración para mantener estabilidad hemodinámica iniciándose anfotericina B, isavuconazol, meropenem. Con el diagnóstico por RMN de cuadro cerebral de origen séptico probablemente fúngico y con diagnóstico por TC de pielonefritis difusa del injerto, se decidió realizar trasplantectomía al séptimo día de ingreso. La paciente falleció al décimo día de ingreso sin diagnóstico microbiológico claro, salvo crecimiento de hongos filiformes en cultivo de absceso en injerto renal. El cultivo del absceso del injerto reveló crecimiento de Scedosporium apiospermun.
Discusión
Las infecciones por Scedosporium apiospermun se conocen colectivamente como infecciones fúngicas "emergentes". Son variantes de hongos generalmente inocuos que se reconocen cada vez más como un problema en los receptores de trasplantes de órganos sólidos. A menudo son resistentes a múltiples agentes antimicóticos de uso común.1 La exposición a hongos emergentes generalmente se debe al contacto cutáneo directo y/o la inhalación de fuentes ambientales como el suelo, la vegetación, el agua, las aguas residuales o el aire.2 En nuestro caso la paciente residía en ambiente rural y trabajo con ganadería equina, siendo estos datos de interés para diagnostico diferencial.
La mayoría de las infecciones micóticas emergentes ocurren en receptores de trasplantes de riñón.3 El Scedosporun apiospemium causa alrededor del 3% de infecciones fúngicas en paciente postrasplantes, con una mortalidad del 70%.4
En el caso presentado, la clínica surgió a los 2 meses postrasplante, aunque en la literatura se describe una mediana de tiempo de aparición de síntomas de 4 meses.5 Los resultados de la revisión de la literatura disponible se muestran en la Tabla 1. La forma de aparición más frecuente observada es la lesión cutánea, principalmente como nódulos subcutáneos.6-15 Existen otras formas de presentación diseminada, con afectación del SNC, que aparece como fiebre y deterioro cognitivo asociado a absceso cerebral,4,6,16-18 con un peor pronóstico, y una mortalidad descrita cercana al 100%.
El debut con síntomas oculares, como en nuestro caso, exige un diagnóstico diferencial con otras patologías como infección por citomegalovirus.19,20
Autor | Año | Edad | Sexo | Tiempo postransplante | Manifestación clínica | Diagnóstico | Tratamiento | Desenlace | Seguimiento hasta el desenlace. | Intervención quirúrgica |
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Montejo, M.6 | 2002 | 62a | M | día+49 | Neu | CT, Cultivo drenaje | NA | F | NE | Si |
58a | H | NE | Cut+ Fb | Biopsia lesión | VR+IT | C | NE | No | ||
Leek, R.21 | 2016 | 41a | H | día+25 | Pet | Cultivo drenaje | VR+ TB | F | NE | Si |
Torres-Sánchez, M. J.19 | ||||||||||
2017 | 70a | H | día+77 | Oft | Cultivo LCR | VR | F | NE | Si | |
Sharma, A.22 | 2015 | 40a | H | día+13 | Fb | RMN, CT, Cultivo Absceso | VR | F | NE | Si |
Farina, C.7 | 2006 | 58a | H | mes+58 | Cut | Biopsia lesión | VR+MC | C | 5 años | Si |
Ahmed, J.8 | 2004 | 50a | H | año+4 | Cut | Biopsia lesión | VR+IT | C | 2.5 año *Recurrencia y retrasplante | Si |
Campagnaro, E. L.23 | 2002 | 49a | H | mes+6 | Cut+ Test | Cultivo y biopsia de lesión, cultivo absceso testicular | VR+IT+AFB | F | NE | Si |
Ghosh, R.9 | 2017 | 27a | M | mes+18 | Cut | Cultivo absceso plantar | VR | C | 8 meses | Si |
Strunk, T.10 | 2014 | 57a | H | mes+12 | Cut | Cultivo y biopsia de lesión, PCR | VR | C | NE | Si |
Stoneham, A. C. S.11 | 2017 | 48a | H | año+3 | Cut | Cultivo y biopsia de lesión | VR | C | ¿Cáncer células renales? | Si |
Rathi, M.4 | 2014 | 50a | H | mes+3 | Cut+ Fb+ Df | Cultivo de absceso cerebral | VR | C | 6m | No |
Centellas-Pérez, F. J.12 | 2018 | 55a | M | mes+4 | Cut | RMN, cultivo exudado de lesión | VR | C | NE | Si |
Llenas-García, J.16 | 2016 | 75a | M | día+72 | Neu | RMN, cultivo biopsia de lesión, PCR | VR+AFB+AN | F | NE | Si |
Rogasi, P. G.13 | 2007 | 59a | M | año+8 | Cut | Cultivo y biopsia de lesión, cultivo liquido articular | VR | C | 7 meses | Si |
Alpaydın, S.17 | 2014 | 39a | M | mes+2 | Neu | RMN, cultivo y biopsia absceso cerebral | VR+IT | F | NE | No |
Lopes, J. O.14 | 1994 | 45a | H | mes+4 | Cut | Cultivo de lesión | IT | C | 3 meses | Si |
Satirapoj, B.18 | 2008 | 48a | H | año+5 | Fb+Neu | RMN, cultivo de absceso cerebral | AFB | F | NE | Si |
Miele, P.S.15 | 2002 | 60a | H | mes+3 | Cut | Cultivo y biopsia de lesión | IT | C | 12 meses | Si |
Neu: Manifestaciones neurológicas; Cut: Lesión cutánea; Pet: Peritonitis; Oft: Síntomas oftalmológicos; Fb: Fiebre; Df: Disfagia; Test: Masa testicular. NA: No antifúngicos; IT: Itraconazol; VR: Voriconazol; TB: Terbinafina: MC: Miconazol; AFB: Anfotericina B; FC: Fluconazol; AN: Anidalifungina; F: Fallecimiento; C: Curación; NE: No especificado
Para el diagnóstico de la infección se requiere la biopsia de los tejidos afectados, siendo el aspecto histopatológico similar a la infección por Aspergillus,24 mostrando hifas septadas en la tinción de hematoxilina y eosina (Imagen 2). La confirmación se realiza mediante cultivo de las muestras.25 El uso de técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para apoyo al diagnóstico han ofrecido resultados prometedores.16,26 Otras herramientas, como la MALDI-TOF (matrix-assisted laser desorption/ionization time of flight) han surgido para la identificación rápida de mohos, capaz de discriminar diferentes especies de Scedosporium.27
No existen opciones de tratamiento óptimas para S. apiospermum ya que presenta resistencia inherente a anfotericina B, así como a tratamientos de una sola línea. De los diferentes antifúngicos testados, los triazoles, especialmente el voriconazol, son los más adecuado. La duración del tratamiento y posología varía en la literatura, los regímenes más usados son de 200 mg al día durante 6-12 meses. El tratamiento combinado de voriconazol más una equinocandina o la terbinafina debe considerarse en infecciones severas o resistentes.5) Una de las hipótesis descritas que fundamentan el éxito de esta sinergia es la reestructuración de la pared celular fúngica, incrementando la exposición de beta-glucanos al sistema inmune.28 En el caso de una infección localizada, la extirpación precoz del tejido afectado se asocia a un mejor pronóstico según los recogido en varios casos.8-11,13-15) Dada la baja casuística recogida en la literatura y la baja colonización de mohos “emergentes” no hace rentable esta recomendación.29
En nuestro caso, se realiza trasplantectomía (Imagen 3) cuyo análisis histopatológico arrojó la posibilidad de aspergilosis, iniciando tratamiento con anfotericina B e isovuconazol; este último agente no ha sido aprobado para el tratamiento de la escedosporiosis por la FDA pero los datos in vitro sugieren que puede tener una buena actividad.25