El 2020 probablemente sea recordado, entre otras cosas, como el año en el que irrumpió la pandemia del coronavirus que dio origen a un elenco de cambios disruptivos sin precedentes. Una vez que se logre superar la crisis sanitaria, que llega a todos los rincones del planeta, es bastante probable que nada vuelva a ser como antes. En efecto, esta pandemia determinará una modificación tanto de la cultura como de la sociedad. Podemos citar numerosos cambios que ya son patentes, en cierta medida, como la consolidación del teletrabajo, equiparar la salud con la riqueza y el reforzamiento de los populismos. La pandemia determinará cambios, a largo plazo, que ostentarán cierta solidez a todos los niveles y perfiles: ciudadanos, consumidores y/o usuarios, trabajadores y votantes. En virtud de todo ello, durante los próximos años, asistiremos a una nueva realidad profesional y social.
Como acertadamente dispone la autora de la obra, los efectos que la pandemia del COVID-19 plantea múltiples interrogantes. Entre los mismos, podríamos señalar si la pandemia actual tiene algún tipo de relación con otras de la historia -como la peste negra o la gripe española, pasando por la gripe asiática y el VIH-, extraordinariamente bien analizadas. Y, en el caso de que así fuera, hay que valorar si hemos aprendido de los errores y aciertos. Como dijo HEGEL, “Lo único que podemos aprender de la historia es que no hemos aprendido nada de la historia”. Además de los efectos convulsos que el COVID-19 ha generado en la salud y en la economía, parece que se trata de un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Debemos reflexionar a dónde queremos dirigirnos. En realidad, a mayor abundamiento, no podemos tomar conciencia de a dónde vamos sin saber en qué punto nos encontramos.
Rosa Peñasco es escritora y profesora titular de Derecho en el ámbito del trabajo social de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es autora de numerosas obras y artículos de investigación sobre temas de carácter multidisciplinar de notable relevancia en el ámbito de las ciencias sociales. Asimismo, cabe señalar que la editorial en la que se publica la obra es Dykinson que, según el ranking Scholarly Publishers Indicators Expanded (SPI Expanded), se sitúa en las primeras posiciones de la tabla. SPI Expanded pone de relieve el grado de difusión de cada editorial en cinco sistemas de información: Book Citation Index (Thomson Reuters), Scopus Book Titles (Elsevier), Norwegian list, Scholarly Publishers Indicators y Finnish List.
Respecto a la sistemática de la obra, la misma cuenta con tres partes. A continuación, nos referiremos a cada una de ellas, poniendo de relieve las consideraciones que, en cada caso, procedan.
La primera alude al cambio de paradigma en el nuevo milenio. Con la situación disruptiva que el COVID-19 ha suscitado, queda por ver si la humanidad se encuentra realmente en crisis y ante un cambio de paradigma que conculca el anteriormente vigente. Las grandes potencias mundiales -Estados Unidos y China-, después de los confinamientos están deseando volver a producir y ganar dinero para salvar sus respectivas economías. Ahora bien, los medios a los que pretenden recurrir, como dice la autora, son los mismos contaminantes fósiles que antaño. En todo caso, aunque en la obra no se ponga de manifiesto, existen iniciativas como las de la Unión Europea que han establecido múltiples acciones para incentivar el automóvil eléctrico. Imperan numerosos acontecimientos que, como bien detalla la Dra. Peñasco, han generado cambios disruptivos en épocas relativamente recientes. Dentro de estos últimos, podríamos, sin ánimo agotador, citar los atentados de las torres gemelas de 2001 que suscitó modificaciones en materia de seguridad nacional, políticas sociales de cada Estado y salud. También ocupa una posición de preeminencia el crack económico de 2008 que se inició en la sede de Lehman Brothers en Estados Unidos -la mayor crisis financiera desde 1929-. Cuando aparentemente habíamos superado la crisis más dura en la historia reciente, llegó otra mucho más virulenta si cabe. Se dice que no es una crisis financiera, aunque es probable que los impagos y morosidad récord incidan a nivel bancario. No debe olvidarse la relevancia que, asimismo, tiene el programa Horizonte 2020 que se desarrolla por parte de la Unión Europea. Se trata del programa más ambicioso e innovador jamás puesto en marcha a nivel comunitario.
En esta parte primera de la obra también se alude a los posibles orígenes del coronavirus. Han sido muchas las teorías que se han señalado al respecto, como un simple error, falta de higiene en mercados de animales exóticos, fallo de seguridad en centros bacteriológicos de máxima seguridad y un largo etcétera. Todo ello entronca con las denominadas fake news que, si bien no se abordan en la obra, se encuentran muy relacionadas. Nótese que, en virtud de estas, se han viralizado remedios que no eran tales y generaron la muerte de inconsciente que recurrieron a los mismos. También se analizan las fórmulas puestas en marcha para evitar la propagación del virus y su posible eficacia. No faltaron teorías que consideraron que ciertos gobernantes pretendían controlar a la población inoculando chips. Especialmente sugerente resulta la polarización que se suscitó entre Oriente y Occidente. En este sentido, se plantearon importantes conflictos entre Estados Unidos y China. Como la Dra. Peñasco pone de relieve, surgieron voces críticas de numerosos sociólogos y filósofos que alertaban del complejo punto de inflexión de la humanidad con un gran riesgo de proliferación de gobiernos totalitarios que fijaban un importante elenco de medidas contra los derechos fundamentales de los ciudadanos, usando como argumento la crisis del coronavirus. No debe olvidarse las reacciones que, a nivel global, se han planteado respecto a los confinamientos. Estos han resultado muy duros en países como China donde se llegaban a encadenar los portales de los edificios con el objetivo de que sus ciudadanos no pudieran salir de sus casas. En suma, unas draconianas medidas de seguridad que no se han reproducido en otros países.
En el caso concreto de España, uno de los más afectados, se analizan todas las situaciones de mala gestión de la pandemia y la falta de equipos de protección individual o de UVI para la atención de los enfermos más graves. Resultan muy valientes y acertadas sus apreciaciones. Muchas de las indeseables situaciones podrían haberse evitado si hubiéramos tenido un Sistema Nacional de Salud más fuerte -muy debilitado después de los recortes sanitarios producidos en 2010 y 2011-. Esto último no se ha producido en otros países con más y mejores inversiones en sanidad como Alemania. A fecha de noviembre de 2020, España lidera una de las peores tasas de contagios a nivel comunitario.
Toda realidad ha cambiado o manifiesta intención de proceder en ese sentido. Ahora bien, como bien pone de relieve la pandemia actual, ninguna es comparable con el fenómeno de la salud. Sin esta última no hay nada que hacer y a tal aspecto se refiere el capítulo segundo. Salud y política social constituyen un binomio nuclear en las sociedades actuales. Con la excepción de los Estados Unidos -que se ha moderado parcialmente con las reformas de Obama-, la mayor parte de los sistemas de salud son de financiación pública. Pueden distinguirse con carácter general dos grandes modelos de sistemas de salud: el de seguridad social y el del servicio nacional de salud. La autora efectúa un completo análisis del derecho a la salud desde una óptica multidisciplinar. Especialmente sugerente resulta el análisis del derecho a la protección de la salud en tiempos del COVID-19. Aunque no se aborda en la obra, cabe destacar que en Estados Unidos los ciudadanos norteamericanos han sido tratados por el sistema de salud asumiendo sus ingentes costes el gobierno federal. El Congreso norteamericano aprobó un paquete de ayudas por valor de 175,000 millones de dólares. De alguna manera, a raíz de la pandemia, los Estados Unidos ha puesto en marcha una suerte de experimento de sanidad universal que se reduce a una única enfermedad: el COVID-19.
La tercera parte de la obra se refiere al futuro de la sociedad que se espera después del COVID-19 y Horizonte 2020. Así, entre otros aspectos, se analiza la que será la salud del futuro. Hoy es inadmisible una definición de salud que no tenga carácter holístico o integrador de muchos elementos esenciales. En todo este orden de cuestiones, como acertadamente dispone la autora, no debe perderse de vista la bioética y lo que la misma representa. Aunque no es un concepto nuevo, su presencia no ha de faltar en la salud del siglo XXI, dado que no solo se reduce a la ética médica, sino que incluye cualquier dilema y problema ético que tenga relación con la vida en general. La crisis del COVID-19 ha planteado novedosos retos que, meses antes, eran impensables. La palabra crisis no sólo debe vincularse con el caos. También supone oportunidad y crecimiento, y, en este momento, tenemos la posibilidad de reflexionar. También, a raíz del COVID-19, se está generalizando el uso de la telemedicina.
En suma, la presente monografía constituye una obra de referencia sobre los efectos que el coronavirus ha suscitado en múltiples ámbitos a nivel mundial. Un diminuto microorganismo ha puesto patas arriba la economía y los sistemas de salud de todo el mundo -que llegaron a colapsar-. No todo ha sido negativo, dado que el planeta se ha limpiado -cerrándose la capa de ozono- y los animales han recuperado espacios a los que antes no llegaban, en suma sus hábitats. También mejoró, de manera sustancial, la atmósfera de territorios que se caracterizaban por presentar una importante contaminación. En tiempos de coronavirus la importancia de las telecomunicaciones es innegable. La revolución tecnológica del siglo XXI pasa por la virtualidad como nueva realidad. La presente monografía nos invita a la reflexión de cómo ha cambiado nuestra formación, prestación de servicios o trámites de diversa índole. Se ha transformado nuestra forma de relacionarnos -casi sin contacto físico- y de vestirnos -donde los guantes y las mascarillas son habituales-. Sin lugar a duda, en algún momento, la tormenta del coronavirus pasará, pero las elecciones que hagamos, tras el coronavirus, marcarán nuestro futuro.