Introducción
La Facultad de Medicina en concordancia con el modelo de la Universidad de La Frontera, a partir del año 2003 transita de un modelo educativo centrado en el docente a uno centrado en el estudiante con énfasis en metodologías de aprendizaje activas, como son el aprendizaje basado en problemas en grupos pequeños. En éste contexto, se requiere de la transformación del rol tradicional del docente, a un facilitador del aprendizaje, en el que una de las características relevantes para ello es ser un docente motivador que contribuya al estudiante a construir su propio conocimiento.
El concepto etimológico de motivación proviene de moveré que significa mover voluntades, siendo ésta un aspecto relevante en las diversas áreas de la vida, entre ellas la educativa, ya que orienta los objetivos y acciones que la persona realiza. Santrock1 señala que es un conjunto de razones que dan cuenta del comportamiento, caracterizado por ser vigoroso, dirigido y sostenido. Ajello2 sostiene además, que son aquellas actividades significativas para la persona.
El proceso de motivación se inicia con la identificación de una necesidad que incita a la persona a la acción para satisfacerla. Existe coincidencia en definirla como un conjunto de procesos que determina que el individuo inicie una acción (activación), se dirija hacia un objetivo (dirección) y persista en alcanzarlo (mantenimiento), lo que constituye una de las claves explicativas más importantes de la conducta humana3,4, La motivación es autogenerada y autónoma5 ya que el propio sujeto es quien la determina, asociándose estos conceptos a la motivación intrínseca.
En el ámbito educativo se considera la motivación como un factor relevante en el proceso enseñanza-aprendizaje, es un hecho que influye en el aprendizaje, y la convierte en uno de los principales objetivos del profesorado6, lo que implica orientar al estudiantado en una dirección y asegurar los pasos necesarios para optimizar el vínculo entre la enseñanza y el aprendizaje3, el cual aumenta cuando el alumno confía en sus capacidades, posee altas expectativas de auto-eficacia, valora las actividades educativas y se responsabiliza de los aprendizajes7, así como el continuar haciéndolo de una forma autónoma8, competencia genérica exigible en los profesionales del área de la salud en su ámbito laboral.
Dweck (citado en Varela et al.)9 considera que los estudiantes pueden buscar dos tipos de metas, las cuales conllevan distintos patrones de comportamiento afectivo y cognitivo, correspondiendo la primera a una motivación intrínseca, donde el alumnado se autorregula incrementando tiempo y atención cuando la actividad lo requiere y aprendiendo de sus errores, su objetivo es aumentar y mejorar sus competencias mediante el aprendizaje. Suelen utilizar estrategias de análisis y de organización de información, mantienen un esfuerzo continuo, y al presentarse dificultades persisten en sus metas.
El deseo de tener conocimientos, como fin en sí mismo, es más importante en el aprendizaje significativo, al lograr la comprensión de los nuevos conocimientos se obtiene satisfacción10, lo que se relaciona con el interés intrínseco en las actividades académicas, las que aumentan cuando la persona tiene posibilidades de elección y oportunidades para tomar la responsabilidad personal de su aprendizaje, establecer sus propias metas, planear cómo alcanzarlas y monitorear su progreso7, es en este tipo de motivación en donde el profesorado puede desempeñar un papel importante, para lo cual requiere ser un docente motivador. En este sentido se hace necesario indagar respecto a ¿cuál será la percepción de los estudiantes de un docente motivador?, ¿cuáles serán sus características desde la perspectiva de los futuros profesionales de la salud?.
Huertas, Montero y Alonso11 afirman que para lograr la aceptación del estudiantado de un determinado discurso emitido por el docente, es esencial la percepción que ellos tengan de él como persona y como docente, confluyendo cuatro aspectos: su credibilidad (qué tanto sabe de lo que habla y con qué seguridad lo dice), su atractivo (actitud de cercanía y afectividad con el alumno, su convicción y satisfacción con el ejercicio de su función), su poder (el control que mantiene y la forma en que lo ejerce) y su status (percepción de importancia de su persona y de la función realizada).
Según De Zubirías12 un docente motivador, permite la interrogación, el diálogo, la cooperación y distribución de la búsqueda de información, la socialización de los hallazgos y la construcción del propio conocimiento del estudiante, para sus necesidades de formación. Por otra parte Varela el al. 20129, sugieren que un docente motivador debe ser capaz de elaborar tareas académicas creativas y desafiantes que permitan aumentar el compromiso del estudiantado en su proceso de enseñanza-aprendizaje, en escenarios educativos adecuados que favorezcan la autonomía y la motivación13, y demuestran una actitud de optimismo y confianza hacia el estudiantado, siendo características importantes, el ser un buen comunicador, motivador, accesible, comprensible, paciente, tolerante, didáctico, ordenado, claro14,15,16.
Para lo descrito en el párrafo anterior, resulta indispensable la existencia de una atmósfera interpersonal que permita establecer una adecuada relación entre docente y estudiante. En este sentido, Zabalza17 señala tres aspectos importantes sobre el estilo de relación de los docentes con los estudiantes: i)"Sensibilidad del Docente", ponerse en el lugar del otro para poder entender el proceso de aprendizaje en el que están inmersos y la disponibilidad para ofrecer el apoyo que precisan; ii)"Autonomía", entendida como la libertad de los movimientos y toma de decisiones para disponer de su propio itinerario de aprendizaje, iii)"Estimulación", que tienen los profesores para ejercer en el proceso educativo, la forma en que lo guían y dirigen hacia los objetivos planteados.
Otros estudios se han centrado en identificar tipos genéricos de personalidad del profesorado que inciden en la calidad de la enseñanza, Troyano, García y Marín18, distinguen que las personalidades extra-vertidas, juiciosas y afectivas promueven actividades de calidad centradas en el estudiante y destacan que el compromiso docente corresponde a una alta motivación e interacción con los estudiantes, es decir la motivación de los estudiantes se convierte en parte del reto de los profesores.
En el ámbito de los estudiantes universitarios de la salud, Núñez, Ramos y Químbayo19 reportan que el docente motivador para el alumno: es quien demuestra seguridad, motiva a la reflexión y se interesa, el que tiene cualidades humanas, conocimiento y lo sabe expresar. En concordancia con esto, Cabalin y Navarro20, señalan que un buen profesor desde la perspectiva de los estudiantes debe ser: motivador, además de respetuoso, responsable; comprensivo, empático, puntual, inteligente, amable claro y organizado. Por otra parte Fasce et al.21, mencionan que el docente motivador según los estudiantes, implica establecer una relación con el alumno cordial, respetuosa y agradable, generar interés por estar atento y mostrar una actitud positiva, demostrar un interés genuino por aprender sobre los contenidos que enseña, características que podrían promover una motivación intrínseca en el estudiantado.
Dado el escenario educativo de la Facultad de Medicina que implica centrar el proceso de formación en el estudiante, y en consideración a la importancia que tiene un docente motivador en éste proceso, resulta relevante explorar las características de un profesor motivador en ciencias de la salud, según la percepción de los estudiantes. A partir de ello, los resultados contribuirán a fortalecer la formación de quienes ejercen labores docentes, como asimismo definir las características que debieran poseer o desarrollar.
Método
El estudio realizado se enmarca en el paradigma cualitativo, permitiendo acceder al mundo conceptual de los individuos y a las redes de significados que tienen los sujetos del estudio en relación al concepto Características del Docente Motivador, utilizando la técnica de redes semánticas naturales. Las que se definen como aquel conjunto de conceptos elegidos por la memoria semántica que a través de un proceso reconstructivo, organiza el conocimiento acerca de las palabras y otros símbolos verbales, sus significados, sus referentes y las relaciones entre ellos. Es una de las técnicas más relevantes para evaluar el significado de los conceptos, que permite comprender la relación que se establece entre éste y el sujeto22,23.
La población del estudio fueron los estudiantes de la Carrera, y la muestra correspondió al total de alumnos que cursaban de 1° a 4° año durante el año 2013 (143) y al primer año que ingresó el 2014 (28), éstos últimos con el fin de conocer la opinión de quienes no habían estado expuestos a la formación universitaria, con un porcentaje total de un 1% de inasistencia al aplicar la técnica.
Para la recolección de datos se aplicó la técnica de redes semánticas naturales, instrumento validado por Valdez24 y Lagunes25, al finalizar el II semestre académico 2013 y al inicio del I semestre 2014; a quienes se les solicitó que frente a la palabra estímulo Características del Docente Motivador, expresaran con diez palabras lo que representa el concepto (verbos, adverbios, adjetivos, sustantivos o pronombres). Posteriormente debían jerarquizarlas de mayor a menor importancia, consignando con el número uno la palabra que mejor lo define y con el diez el que más se aleja del concepto, en no más de cinco minutos para la primera etapa y tres minutos para la segunda.
La técnica de redes semánticas, ofrece un medio empírico de acceso a la organización cognitiva del conocimiento. Por tanto, puede proporcionar datos referentes a la organización e interpretación interna de los significantes. También indica como la información, fue percibida individualmente en el curso de la composición del aprendizaje social y provee indicios fundamentales a cerca de la tendencia a actuar basándose en ese universo cognitivo22. Ellas se basan en las estructuras cognitivas, que describen los procesos psicológicos, desarrollados en la obtención, uso, almacenamiento y modificación del conocimiento, acerca del mundo y de las personas. Figueroa23, plantea que la información almacenada está organizada en forma de redes, en las cuales las palabras, eventos o representaciones, forman relaciones que en conjunto producen significados. Morales26 concluye que la memoria semántica toma en cuenta la capacidad humana para construir la realidad, en una interpretación interna y es a través de ésta, que se decodifican las experiencias pasadas, predicciones y causalidades.
En el análisis de las redes semánticas naturales se realizó la reducción de datos considerando los indicadores fundamentales a través del tamaño de la red "valor J", peso semántico "valor M", conjunto SAM y valor FMG23-25:
Tamaño de la red "valor J": indicador de la riqueza semántica de la red, que resulta del total de palabras definidoras generadas por los participantes para definir la frase estímulo.
Peso semántico "valor M": indicador del peso semántico de cada una de las palabras definidoras, que resulta al multiplicar la frecuencia de aparición de la palabra definidora por la jerarquía obtenida para cada una de ellas.
Conjunto SAM: grupo de las diez palabras definidoras que obtienen los mayores pesos semánticos "valores M", que es el núcleo central del significado de la red.
Valor FMG: señala la distancia que tiene cada una de las palabras definidoras respecto de la frase estímulo, lo que corresponde al 100% a la palabra definidora que alcanzó el mayor peso semántico. Este valor se obtiene al calcular el porcentaje que le corresponde a cada una de todas las palabras definidoras que conforma el conjunto SAM respecto de la palabra con mayor peso semántico.
Resultados
Participaron en el estudio, un total de 171 estudiantes: 28 estudiantes (16%) que ingresaban a la Carrera, 30 del primer año (18%), 45 de segundo (26%), 39 de tercero (23%) y 29 de cuarto (17%). La edad de los estudiantes se encontraba en el rango de 17 a 25 años, predominando el sexo femenino con un 94.2 %.
El tamaño de la red "valor J" de todos los estudiantes que participaron del estudio, estuvo conformada por 346 distintas palabras definidoras del concepto Características del Docente Motivador y las con mayor peso semántico fueron 269 palabras. La Tabla 1 muestra el conjunto SAM, el peso semántico y valor FMG por cada palabra definidora. Se destaca la palabra empático con un valor FMG de 100% y en último lugar la palabra creativo con un 12.9%. El núcleo semántico identificado en el conjunto SAM (Figura 1), considera los conceptos mayores al 50% como los más significativos18. Los estudiantes de la Carrera identificaron un sólo núcleo, donde las principales características del docente motivador fueron empático y responsable. La Tabla 2 señala las tres primeras palabras definidoras con mayor frecuencia del concepto estudiado en el estudiantado que ingresa a la Carrera.
Para los estudiantes que ingresaron a la educación universitaria, aun cuando consideraron las palabras empático y responsable con un valor FMG mayor a 50%, no fueron las más relevantes; sino apoyo y alegre (Tabla 3).
Primer año | Segundo año | ||||
---|---|---|---|---|---|
Palabras Definidora | Peso Semántico Valor M |
Valor FMG % |
Palabras Definidora | Peso Semántico Valor M |
Valor FMG % |
Empático | 190 | 100,0 | Empático | 211 | 100,0 |
Responsable | 106 | 55,8 | Responsable | 205 | 97,2 |
Alegre | 89 | 46,8 | Alegre | 129 | 61,1 |
Inteligente | 82 | 43,2 | Comprometido | 90 | 42,7 |
Entusiasta | 54 | 28,4 | Carismático | 75 | 35,5 |
Amable | 43 | 22,6 | Entusiasta | 73 | 34,6 |
Dinámico | 41 | 21,6 | Preocupado | 67 | 31,8 |
Comprensivo | 36 | 18,9 | Amable | 56 | 26,5 |
Conocimiento | 34 | 17,9 | Respetuoso | 52 | 24,6 |
Creativo | 34 | 17,9 | Comprensivo | 46 | 21,8 |
En la Tabla 3 se señala el conjunto SAM para el estudiantado de primer y segundo año curricular de la Carrera, y en la Tabla 4 aquel correspondiente al tercer y cuarto año. Se observó que para los estudiantes de todos los años, las dos primeras palabras definidoras del concepto fueron empático y responsable.
Tercer año | Cuarto año | ||||
---|---|---|---|---|---|
Palabras Definidora | Peso Semántico Valor M |
Valor FMG % |
Palabras Definidora | Peso Semántico Valor M |
Valor FMG % |
Empático | 165 | 100,0 | Empático | 119 | 100,0 |
Responsable | 159 | 96,4 | Responsable | 90 | 75,6 |
Proactivo | 70 | 42,4 | Comprometido | 61 | 51,3 |
Alegre | 55 | 33,3 | Inteligente | 58 | 48,7 |
Puntual | 54 | 32,7 | Alegre | 55 | 46,2 |
Inteligente | 53 | 32,1 | Preocupado | 53 | 44,5 |
Cercano | 49 | 29,7 | Carismático | 48 | 40,3 |
Comprensivo | 46 | 27,9 | Dinámico | 42 | 35,3 |
Activo | 39 | 23,6 | Creativo | 34 | 28,6 |
En relación a las palabras del tercer y cuarto lugar según peso semántico: el primer año, luego de un año de interacción con los docentes, incorporó las palabras alegre e inteligente; el segundo año, señaló las palabras alegre y comprometido; el tercer año, proactivo y alegre y finalmente el cuarto año mencionó comprometido e inteligente.
El presente estudio pretende contribuir a fortalecer la formación de quienes ejercen labores docentes; si se considera que las cualidades personales del profesor en general, y la motivación en particular, constituyen un requisito fundamental para el éxito del proceso enseñanza-aprendizaje; además de contribuir a una definición del perfil docente, en el contexto educativo de la Facultad de Medicina.
Discusión
Al analizar los resultados que los estudiantes en su conjunto tienen sobre el concepto de docente motivador, todas las características que lo representan están relacionadas a atributos valóricos, como la responsabilidad y el compromiso, y a cualidades personales; ser empático, alegre, inteligente, comprensivo, entusiasta y creativo. Esto se relaciona con lo planteado por Troyano, García y Marín18, quienes distinguen que las personalidades juiciosas y afectivas del profesorado, promueven actividades de calidad centradas en el estudiante, contexto educativo al que están expuestos los estudiantes de la Facultad de Medicina.
La empatía es la palabra con mayor peso semántico del concepto docente motivador para los estudiantes del estudio, aspecto relevante en el profesorado según su percepción que contribuye al aprendizaje, como lo expresan Parra et al.27, que cuando los docentes muestran un trato humano y empático con los estudiantes, éstos sienten deseo de aprender, pues se traduce a emociones positivas que favorecen al ambiente adecuado de aprendizaje al interesarse en el desarrollo de éstos como personas integrales. Se favorece las interrelaciones personales que se establecen entre docentes y estudiantes en todo proceso enseñanza-aprendizaje, donde las relaciones que se construyen deben ser adecuadas para generar ambientes de aprendizaje que lo favorezcan14,17. Según Goleman28, se relaciona con la inteligencia emocional, destacando la empatía y el autocontrol sobre las que se desarrollan las habilidades interpersonales, y que garantizan la eficacia en el trato con los demás.
En los estudiantes que recién ingresan al ambiente universitario, aparece como primera palabra asociada al concepto el ser un docente apoyador, probablemente por la necesidad de adaptación al nuevo sistema educativo, de un proceso con un enfoque más conductista a uno donde deberán asumir la responsabilidad de construir su propio conocimiento, para este cambio según su perspectiva requieren docentes que le permitan sentirse acogidos.
En los estudiantes de tercer y cuarto nivel aparecen las palabras de proactividad y compromiso, que implica una mayor exigencia a los docentes para demostrar ser motivadores, esto se puede deber a que ellos requieren de actividades pedagógicas más complejas, como se menciona que el compromiso académico es una variable importante para el logro conductual mayor que el afectivo.
En general los estudiantes no hacen referencia a características inherentes al conocimiento disciplinar, ni relativas al manejo pedagógico de los académicos, ambos relacionados a las competencias del saber y saber hacer del profesorado, probablemente porque el concepto de motivación esté más vinculado a las competencias afectivas (saber ser y saber estar) que diferentes autores asocian al rol o perfil del profesor universitario, donde la motivación, actitudes y conductas propicien el desarrollo de una docencia responsable y comprometida15,28,29. Las competencias docentes desde el planteamiento de Tobón30 se refieren al movimiento continuo y sucesivo, de habilidades, conocimientos y actitudes que se manifiestan mediante desempeños integrales, implican saber conocer, saber hacer, saber convivir y saber ser. Probablemente las dos primeras los estudiantes las identifican como que están presentes o deben estar en el profesorado, y las dos últimas como falentes.
El estudiantado asocia al docente motivador con las competencias genéricas interpersonales definidas en el Proyecto Tunning31. Un docente motivador probablemente influirá en la motivación intrínseca del estudiantado y por ende en el aprendizaje, logrará transmitir el interés por su área disciplinar y por la actualización permanente21. Es en este tipo de motivación en donde el docente puede desempeñar un papel importante, para el progreso en la consecución de las metas propuestas.
De este modo, los estudiantes imponen considerar características del profesorado asociadas a un docente motivador que permite mejorar la relación y comunicación entre ambos, y de esta manera contribuir a un clima favorable para el logro de aprendizajes significativos y a la formación de una persona integral.
Sin duda que en los resultados de este estudio, existen elementos a considerar en la definición del Perfil Docente de la Facultad de Medicina y la Universidad de La Frontera, a fin de cautelar como una característica relevante en el profesorado universitario la motivación, y de esta forma poder contribuir a mejorar la calidad de la formación de los profesionales de la salud.
Cabría preguntarse si estas demandas que hacen los estudiantes de los docentes en el ámbito valórico y cualidades personales del docente motivador son innatas o podrían ser desarrolladas para mejorar los procesos educativos, identificarlas, valorarlas y desarrollarlas constituye todo un desafío para enfrentar las nuevas tendencias educacionales.
Dentro de las limitaciones del estudio hay que considerar que el concepto docente motivador solo fue explorado desde la mirada de un actor del proceso educativo, el estudiantado. Siendo una arista que debiera ser complementada con la visión que tienen del concepto docentes y autoridades de las instituciones de educación superior. Asimismo, es necesario conocer la percepción de los estudiantes de las otras carreras de la salud de la Facultad de Medicina.
Conclusiones
Los/as estudiantes del estudio dan mayor relevancia a las relaciones interpersonales y actitudinales para conceptualizar al Docente Motivador, que a las competencias del académico en el ámbito del conocimiento y habilidades disciplinares.
De acuerdo a los resultados del estudio el concepto se encuentra en relación directa a la responsabilidad, entendida como un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral; como a su vez, con la existencia de competencias genéricas instrumentales, tales como empatía y creatividad, por lo que éstas debieran ser competencias importantes para el profesorado como facilitadores del aprendizaje.
En este sentido se requiere potenciar en el profesorado dichas características, dada la importancia de la motivación docente en el proceso enseñanza -aprendizaje, y realizar adecuaciones o capacitaciones dirigidas al desarrollo de competencias genéricas y valóricas que según de percepción del estudiantado son importantes. La necesidad de una docencia, con docentes motivadores que podrían desarrollar estas capacidades o potenciar las propias de su personalidad, con talleres de inteligencia emocional (resiliencia, motivación, automotivación, autoconocimiento, autorregulación y empatía). Como asimismo, la necesidad de desarrollar capacidades socio - afectivas, actitudes, valores, motivaciones y emociones como importantes para el logro de competencias personales que contribuyan a fortalecer su rol formador.
Los docentes universitarios deben estar actualizados en la identificación de las habilidades emocionales en los estudiantes, es esencial que haya un programa de fortalecimiento docente con el fin de que puedan desarrollarlas mediante un proceso formativo continuo. Al conocerlas deberán establecer y desarrollar programas y estrategias que permitan potenciar o mejorar dichas competencias.