Señor Editor:
La formación profesional basada en un enfoque de competencias se considera desde finales del siglo XX, acorde a las necesidades de la sociedad. La definición se refiere al conjunto de conocimientos habilidades y actitudes que de forma integrada permiten un adecuado desempeño profesional actuando con eficacia en la solución de determinado problema. Se incluyen aquellas cualidades de la personalidad que, mediante la autorregulación de la conducta, integran los elementos antes mencionados, que garantizan un adecuado desempeño profesional.
El artículo "La transformación de la educación médica en el último siglo: innovaciones curriculares y didácticas (parte1)"1, publicado recientemente en la Revista de Investigación en Educación Médica, demuestra el mantenido interés por las competencias como elemento primordial en la formación del médico. Surge además como consecuencia de la complejidad del mundo laboral, el contexto de las reformas educativas y los cambios rápidos de las tecnologías y los mercados.
El origen de las competencias profesionales en el campo de la salud se registra con el ordenamiento del sistema educativo europeo a partir del proceso de Bolonia, donde la adquisición de competencias pasó a convertirse en el principal objetivo del proceso de formación del profesional de la medicina, sin descuidar las actitudes y comportamiento del profesional egresado. La europeización ha sido un paso hacia una forma de mundialización de la educación superior que afecta a todas las universidades2. Por lo tanto, se debe considerar que aunque en el caso de Cuba existen condiciones particulares para la formación de médicos, si ha existido influencia al menos intangible de los procesos llevados a cabo en Europa antes mencionados.
A tal fin, la Comisión Nacional de la Carrera de Medicina en Cuba3 actualizó la fundamentación de la carrera, el modelo del profesional a formar, el sistema de objetivos educativos e instructivos, los problemas profesionales a resolver, así como las competencias profesionales. Esto último quizás algo rezagado respecto al resto de países latinoamericanos. Sin embargo, hasta el momento no se han definido las competencias que el médico debe poseer.
Esta modalidad formativa se sustenta en las deducciones de prestigiosos investigadores internacionales y cubanos, y más recientemente en el Plan de Estudios E. Sin embargo, en Cuba no se observa esta tendencia de forma explícita en los diseños curriculares, ni en el abordaje pedagógico durante el proceso formativo, por lo tanto, la dirección del proceso no se orienta teniendo en cuenta este referente.
Investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara han dado los primeros pasos hacia formación por competencias, con la puesta en marcha de un proyecto institucional que busca proponer una concepción del proceso de formación de competencias profesionales quirúrgicas en estudiantes de la carrera de Medicina y residentes de la Especialidad de Cirugía General. De manera particular la construcción de estos resultados científicos, aportará un estudio con bases sólidas para establecer en forma real y objetiva cuáles son los procesos de enseñanza-aprendizaje de las competencias necesarias para un desempeño de alto rendimiento.
Finalmente, la formación de competencias quirúrgicas en estudiantes de Medicina permite crear las capacidades para un desempeño profesional de calidad, debe estar orientada desde el inicio hacia su formación en el propio contexto laboral, propiciando la integración de la universidad, los egresados y los centros de salud. La universidad médica cubana está llamada a asumir cuanto antes la formación por competencias, aprovechando así sus particularidades, enriqueciendo la teoría y la práctica en el campo de la educación universitaria.