Introducción
La proporción del grupo de adultos mayores se incrementa de 10% en 1998 a 15% en 20251. El segmento de población de más rápido crecimiento es el de 80 años y más, en los próximos 40 años; este grupo duplicará al de mayores de 60. Si este representaba el 1% de la población mundial en 1990, para el 2025 alcanzará el 9%, así se estiman 56,9 millones de adultos mayores en todo el mundo, para el 20501.
En Colombia y según estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) el porcentaje de participación de personas mayores de 60 años en el total de la población (9,83%) dista de países como Uruguay (18,4%), Cuba (17,3%) y Argentina (14,5%). Además de esto, en el último siglo, Colombia tuvo cambios significativos en la tasa de mortalidad y la esperanza de vida tiene como media nacional los 74 años de edad; por tanto, se espera que para el año 2020 el porcentaje de ciudadanos mayores de 60 años alcance el 12,64%, valor que aumentara al 23,12% en el 2050 2.
El envejecimiento es un proceso irreversible, natural y progresivo, que sucederá en todos los seres vivos, sin excepciones y que además con el tiempo traerá consigo alteraciones en los sistemas musculo esquelético, neuromuscular, cardiovascular y pulmonar que dificultan la interacción del individuo con su contexto, afectando habilidades en diferentes áreas biológicas propias del ser3 4, cumpliendo con un determinado rol de acuerdo a sus características como edad o vocación. Con el transcurrir de los años, el individuo va perdiendo sus funciones y por ello aparece un aislamiento como ser social, que lo restringe de sus actividades e impide su participación activa5, en todos y cada uno de los roles en los que se desempeñaba. Por lo anterior, dicho proceso debe ser visto no solamente desde la edad fisiológica, sino también desde la relación con la perdida de las capacidades funcionales y los procesos degenerativos de todos los sistemas corporales que se producen con el pasar de los años6.
Hay que mencionar el concepto de envejecimiento activo dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cual es definido como un proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez 7, 8. Una de las principales estrategias de lograrlo es a través de la realización regular de actividad física, la cual está directamente relacionada con el aumento del bienestar psicológico de los individuos, el mantenimiento de la funcionalidad con el fin de mejorar sus condiciones de salud, garantizando una mejor calidad de vida9. Para la OMS, la funcionalidad representa el principal determinante del estado de salud entre los adultos mayores, midiendo su estado de salud no en términos de déficit sino en mantenimiento de la capacidad funcional, entendida como la aptitud para ejecutar eficientemente las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria10. Al continuar el ciclo normal del envejecimiento, la persona encuentra limitaciones al ejecutar las actividades de la vida diaria, para finalmente llegar a la incapacidad funcional, en la que ya no se es autosuficiente para realizar sus actividades básicas cotidianas, lo que le convierte en un ser dependiente11-12-13.
La capacidad funcional se evalúa a través de las medidas de evaluación funcional basadas en la ejecución (MEBE); pruebas en las cuales a un individuo se le pide que realice una tarea específica y es evaluada de manera objetiva, sistematizada y uniforme, con criterios predeterminados, como numero de repeticiones o el tiempo de duración de la actividad13. Son un método objetivo y estandarizado que ha permitido evaluar la movilidad en algunos de los componentes de la capacidad física (traslados, movilidad, equilibrio, fuerza muscular y marcha), como complemento de las escalas tradicionales de ABC para la valoración de la funcionalidad del adulto mayor. Siendo estas indispensables a la hora de ejecutar exitosamente las tareas de las actividades de la vida diaria. situación en la cual varios elementos físicos, cognoscitivos y sociales actúan sinérgicamente para deteriorar progresivamente la salud del adulto mayor, llevándolo a uno de los grandes problemas de la Geriatría: La Inmovilidad14-15-16.
Colombia presenta una pobre disponibilidad de programas de actividad física para el adulto mayor. Esto se sustenta en que uno de cada cuatro adultos mayores es completamente sedentario, el 21,2% realiza algún ejercicio que mejora su estado de salud, el 52,7% no realiza ningún tipo de actividad física y el 18,8% de los adultos mayores realizan ejercicios de estiramiento y fortalecimiento17. Este grupo poblacional es intervenido desde el área de fisioterapia con el fin de mejorar la funcionalidad, la calidad de vida y el nivel de sobrevivencia18,19permitiendo que el adulto mayor sea autónomo.
Los principales objetivos de los programas bajo el marco del envejecimiento activo para el adulto mayor son mantener y recuperar su funcionalidad e independencia incentivando la promoción y prevención de la salud.
El propósito de la investigación fue comparar la capacidad funcional y la realización o no de actividad física en adultos mayores de los Centros Vida de Tunja, Colombia.
Materiales y métodos
Investigación con enfoque cuantitativo, tipo de estudio descriptivo con diseño Transversal de asociación o cross sectional. La población estuvo conformada por 1,492 adultos mayores que hacen parte de los Centros Vida de la Ciudad de Tunja, programa adscrito a la Alcaldía Mayor de Tunja, de los cuales 245 adultos son clasificados en activos y 1,247 como no activos; estudio realizado del año 2015 a 2016. Teniendo en cuenta el tipo de estudio, se realizaron dos muestras independientes a partir de la realización o no de actividad física; se trabajó con un nivel de confianza del 95%, desviación estándar esperada de la población B (Grupo control, no activos) de 2.2, una desviación estándar esperada de la población A (Grupo experimental, activos) de 1.2; la diferencia de medias esperada es 1.0, razón entre muestras (B/A). Potencia: Mínimo y máximo del 80%, obteniendo como resultado una muestra para el grupo A: 44, grupo B: 88 adultos.
Se estableció un muestreo estratificado con fijación proporcional para cada sector de los Centros Vida según el tamaño de la muestra para activos y no activos. Posteriormente se realizó un muestreo aleatorio simple.
Los criterios de inclusión fueron: ser mayores de 65 años, afiliación al sistema general de seguridad social en salud, vinculación al Sistema de identificación de potenciales, beneficiarios de programas sociales (SISBEN) y pertenecer a los Centros Vida del Municipio de Tunja, radicados en el área urbana y rural del municipio de Tunja. Como criterios de exclusión, la presencia de alteración de las funciones mentales superiores, no aceptar participar en el estudio, presencia de enfermedades crónicas en fase terminal, hospitalización una semana antes de la aplicación del PASE y presencia de antecedentes quirúrgicos agudos, farmacológicos (que supriman el sistema nervioso central) y traumatológicos agudos. Los instrumentos aplicados para la recolección de datos fueron el PASE para determinar el nivel de actividad física evaluada, teniendo en cuenta aspectos de duración (horas/día) y frecuencia determinada por cero días: nunca, 1-2 días: rara vez, 3-4 días: a veces, 5 - 7 días: con frecuencia, con un total de 400 puntos.
La Capacidad funcional se evaluó a través de las MEBE conformadas por: pruebas de balance y marcha (Tinetti) determinando el riesgo de caída del adulto mayor con una puntuación > 19: riesgo mínimo y < a 19: riesgo alto; balance estático en posición de pie determinado por las pruebas de Romberg, Romberg sensibilizado, tandem y semitandem puntuado como capaz e incapaz, alcance funcional (predictor de caída) puntuación > 70: con riesgo < 69: sin riesgo, prueba de Incorporarse de una silla determinada por el tiempo requerido si es < 0 = a 2 segundos es normal y > a 2 segundos alterado, el método utilizado para incorporarse se evalúa como ninguno, con brazos cruzados, con ayuda de brazos, con ayuda externa. La velocidad de la marcha se determinó según el tiempo utilizado para caminar 6 metros (mts/sg), requerimiento de ayuda para la marcha, suspensión de la marcha, motivo, distancia, razón y tiempo recorrido antes de la suspensión.
La sistematización de la información se realizó en el programa SPSS versión 24 ®; la primera etapa del análisis univariado de las variables categóricas y la magnitud de la mismas se realizó a través de la distribución de frecuencias absolutas y relativas; se calcularon medidas de tendencia central y de variabilidad o dispersión para las variables cuantitativas. Se realizó el cálculo de distribución normal con la prueba de Kolmogorov Smirnov para las variables cuantitativas estableciendo una distribución normal de p<0,05, posteriormente para determinar la significancia estadística del análisis bivariado p= <0.05 se aplicó la prueba de Chi cuadrado de Pearson, establecidas a partir de las características propias de las variables categóricas (ordinales y nominales) y se aplicó la prueba de U de Mann Whitney para las variables cuantitativas con distribución no normal.
Adicionalmente se realizó el cálculo de los respectivos OR y sus intervalos de confianza, para determinar cuál es el comportamiento de las variables dependientes frente a la práctica o no de actividad física.
Según el Ministerio de Salud en la resolución N° 008430 de 1993 la investigación se clasifica sin riesgo. Se realiza, previo consentimiento informado en el que se especificó sobre cada uno de los procedimientos del estudio, riesgos, beneficios y la confidencialidad con la que se manejaría la información, con previa aprobación por el comité de Bioética de la Universidad de Boyacá, código CB 170.
Resultados
En la Tabla 1 se encuentra la descripción de las variables sociodemográficas donde se incluyeron el sector de vivienda, sexo, nivel de escolaridad, condición socio familiar, estrato socioeconómico y edad según el grupo de activos y no activos.
En la Tabla 2 se describen los antecedentes patológicos por grupos de actividad física.
En cuanto al nivel de actividad física se obtuvo un puntaje promedio de 40.73±26.34 para los adultos clasificados como no activos y 51.45± 32.50 para adultos activos.
La Tabla 3 evidencia que en los dos grupos prevalece el riesgo de caída mínimo, así como realizar la prueba de balance estático en forma capaz; el mayor promedio en la ejecución para los no activos en las pruebas de Romberg y Romberg sensibilizado fue capaz, mientras que en las pruebas de tandem y semitandem tienen mayor porcentaje de realización los del grupo de adultos activos. En la prueba de alcance funcional, los dos grupos presentan riesgo de caída. La prueba de incorporarse de una silla se encuentra alterada en el grupo no activo y normal para los adultos activos; el método que más emplean es la ayuda de brazos en los dos grupos. En la prueba de velocidad de la marcha no hay diferencia entre el grupo de adultos activos y no activos. Una mujer de 79 años activa con antecedente de secuelas de enfermedad cerebro vascular e hipertensión arterial con evolución de 5 años suspendió la marcha por inestabilidad, recorriendo 3 m en 12 segundos. Con respecto al uso de ayuda externa para la realización de la marcha, un adulto activo de 61 años usa bastón por antecedente de osteoartrosis de rodilla.
La tabla 4 muestra que no hay relación estadísticamente significativa entre velocidad de la marcha y la realización o no de actividad física. Las pruebas de tandem, semitandem, incorporarse de una silla y el método utilizado, presentó asociación con la realización o no de actividad física.
Discusión
Una de las principales estrategias para lograr el envejecimiento activo es la actividad física, optimizando el bienestar del individuo en todas las esferas; además interviene en la capacidad funcional favoreciendo o limitando la realización de actividades de la vida diaria básica y cotidiana en forma funcional, autónoma e independiente.
En cuanto a las variables sociodemográficas, el sexo que predomina es el femenino, así como lo refieren en sus estudios Morales20 y Arango21 con una proporción de 61.7% y 72,8% respectivamente. El promedio de edad de los adultos no activos y activos es de 70 años media que corresponde con el estudio de Morales 72 años y Arango 70,42 años.
El estado civil viudo predomino en los adultos mayores no activos, mientras que en adultos activos fue el casado en un 36.4% semejante a lo presentado por el estudio de Arango donde predominaron los casados (38,3%)21 y Reche22 en 46.0%. Los adultos pertenecen al estrato uno (79.9%), dependen económicamente de otra persona para su subsistencia (63.4%); ellos no están solos, en su mayoría viven acompañados por un familiar. El nivel de escolaridad predominante es la primaria coincidente con lo reportado por Morales 56.4%20.
Con respecto a los antecedentes patológicos, los adultos no activos como activos refieren presentar más de dos comorbilidades en un 45.5% y 56.8% respectivamente, como lo señala Morales20, donde el 96% de la muestra presentaba al menos una comorbilidad. La hipertensión arterial al igual que Morales es el antecedente con mayor prevalencia tanto en el grupo de adultos no activos como activos, se encuentra dentro de las cinco primeras comorbilidades, seguido de insuficiencia venosa, dislipidemia, infección urinaria y artritis y/o artrosis, evidenciando compromiso a nivel de diferentes sistemas como el cardiovascular, pulmonar, musculo esquelético, metabólico y genitourinario.
En cuanto a las MEBE y la relación con la realización de actividad física Guido menciona que la actividad física favorece la habilidad y representa menos gasto energético al mantener el cuerpo en posición vertical con adecuado equilibrio, siendo evidente la presencia de oscilaciones posturales más bajas en comparación con ojos cerrados que con ojos abiertos23. Diferente a este estudio, ya que son similares las respuestas de las pruebas de balance estático y dinámico, tanto para el grupo de activos como no activos. La realización de estas pruebas requiere de habilidades sensoriomotoras que faciliten la ejecución de tareas con adecuado equilibrio, estabilidad dinámica y estática, necesitan sincronismo entre el sistema neurológico y muscular para realizarlos en forma eficaz; fisiológicamente se ven comprometidos en el adulto mayor durante el proceso de envejecimiento, sin embargo, como lo afirma Digo la realización de actividad física contribuye al mejoramiento de la estabilidad, resistencia cardiorrespiratoria, reduce el riego de caídas, retardando el declive fisiológico generado durante el envejecimiento.
Así mismo el ejercicio influye aumentando la cantidad de metros recorridos, la prueba de la velocidad de la marcha: Los pacientes aumentaron la cantidad de metros recorridos mejorando 5,7% en relación a la evaluación inicial, luego de un programa de ejercicio24.
Las pruebas de tandem, semitandem (balance estático), incorporarse de una silla y el método utilizado para incorporarse de una silla, presentaron asociación con la realización o no de actividad física (p=0.01, 0.04, 0.00,01 respectivamente).
Respecto a las medidas de evaluación basadas en la ejecución, haciendo referencia a las pruebas de balance estático y el método utilizado para incorporarse de una silla, presentaron asociación con la realización o no de actividad física (p=0.01, 0.04, 0.00, 0.01 respectivamente) y con lo publicado en un estudio25 donde reportaron asociación de forma significativa entre las capacidades físicas, las cuales incluyen levantarse de la silla con un valor (p=0.01). Por otra parte, Vidarte establece los efectos del ejercicio en la funcionalidad y el riesgo de caídas en el adulto mayor realizado a 38 participantes de 60 años donde se aplicaron pruebas tales como sentarse y levantarse de la silla, caminar y volver a sentarse para agilidad y equilibrio dinámico, obteniendo un resultado Tinetti equilibrio, Tinetti total (p = 0,00), vestirse desvestirse (p = 0,05) y la autoconfianza para caminar por el barrio26.
Conclusiones
En las variables sociodemográficas el sexo que predomina es femenino, nivel de escolaridad primaria para los adultos activos y no activos. El estado civil prevalente en los adultos no activos es viudo y en activos casado. Los adultos de los dos grupos viven con su familia, pertenecen al estrato socioeconómico 1 con un promedio de edad de 70 años, refieren la presencia de más de dos antecedentes patológicos. El nivel de actividad física evaluado con el PASE, evidencia que los adultos que fueron clasificados en los Centros Vida, tienen un puntaje promedio menor al 50% del total de éste.
En los dos grupos de adultos, prevalece el riesgo de caída mínimo, las pruebas de balance estático fueron calificadas como “capaz”, la prueba de incorporarse de una silla se encuentra alterada y el método que más emplean para incorporarse es con ayuda de brazos. Las pruebas de las medidas de evaluación, basadas en la ejecución (MEBE) que presentaron asociación estadísticamente significativa con la realización o no de actividad física, fueron tandem, semitandem, incorporarse de una silla y el método utilizado para incorporase.
El resultado de la investigación promueve la implementación de políticas y educación a la población adulta mayor. Así mismo, la continuidad de estrategias y programas gubernamentales a nivel rural y urbano que favorezcan el nivel de independencia, autonomía y funcionalidad en los adultos mayores. Además, resalta la evaluación de los niveles de actividad física en adultos mayores a través de test válidos y confiables con el fin de implementar planes de intervención acordes con éste.