Introducción
El consumo de tabaco a través de cigarrillos, es un problema de salud pública que genera alrededor de 8 millones de muertes en el mundo, al año. Debido a lo anterior, se ubica como la sexta causa de muerte a nivel global. El consumo de cigarrillos es un factor de riesgo para múltiples enfermedades crónicas1; por ejemplo, aumenta 2.5 veces el riesgo de muerte por enfermedad isquémica del corazón, y hasta 20 veces el riesgo de muerte por cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica2. A pesar de la elevada carga de morbilidad y mortalidad, se estima que hay cerca de 1,300 millones de fumadores en el mundo, muchos de ellos adolescentes (se estima que cerca de 43 millones tienen de 13 a 15 años de edad)3.
En México se reporta que el 4.9% de los adolescentes de 12 a 17 años consume cigarrillos, y se trata de una conducta más común entre los varones (6.7%) que entre las mujeres (3%). En algunas zonas del país la prevalencia es mucho mayor; por ejemplo, en el estado de Nuevo León se estima que el 6.8% de los adolescentes consumen cigarrillos, región que ocupa el quinto lugar a nivel nacional2. Los datos anteriores evidencian que el consumo de productos adictivos como los cigarrillos son una realidad entre la población adolescente, situación que podría aumentar la vulnerabilidad para el inicio del consumo de diversas sustancias4,5.
Los adolescentes se consideran una población de riesgo para desarrollar drogodependencias, ya que se caracterizan por cursar cambios físicos y emocionales que podrían repercutir en su capacidad para comprender conceptos complejos y la relación entre una conducta y sus consecuencias6. Además, los adolescentes también podrían tener atributos individuales que facilitan e incrementan el consumo de cigarrillos7. Uno de tales factores son las actitudes, las cuales hacen referencia a un conjunto de creencias que tiene un individuo sobre las consecuencias derivadas del uso de drogas, y de la evaluación que éste atribuye a dichas consecuencias8. Este concepto deriva de la Teoría de la Conducta Planeada (TCP), la cual ha servido para explicar conductas sociales en diferentes contextos, incluido el estudio de las adicciones9.
De acuerdo con la literatura las actitudes que los adolescentes construyen hacia el consumo de sustancias, tienen una asociación positiva y significativa con la intención y el consumo de dichas drogas8,10. Al respecto, algunos estudios han revelado que en los adolescentes prevalecen actitudes favorables y creencias positivas hacia el consumo de cigarrillos11, tales como que los fumadores tienen más amigos12. Otro estudio señala que el 18.9% de los participantes adolescentes presenta actitudes afectivas positivas (es decir, sensaciones y sentimientos a favor que un objeto produce en el individuo), por ejemplo que el “fumar hace sentirse bien”13.
Por otro lado, algunas investigaciones indican que las actitudes (y también las creencias) pueden reforzarse en los adolescentes que experimentan ciertas circunstancias, como tener de antecedente el contacto previo con alguna droga14, estar en contacto con pares que son consumidores de sustancias, o estar expuesto a contenidos e información sobre el uso de drogas8,15. Respecto a este último punto, destaca el rol que podría tener la publicidad (definida como una actividad comercial y promocional destinada al aumento de una conducta o la demanda de mercado) y la contrapublicidad (considerada como un discurso social bajo la apariencia de un formato publicitario, pero con la intención de contraatacar el modelo de mercado mediante la reflexión crítica en cuestión)16.
Se ha evidenciado que la exposición a la publicidad favorable hacia los cigarrillos se asocia de forma positiva y significativa, a un incremento en las probabilidades de consumirlos al menos una vez en la vida17. También, haber estado expuesto a la publicidad, aumentaría el riesgo de desarrollar actitudes favorables hacia los cigarrillos. En cambio, se sostiene que la contrapublicidad fomenta las actitudes desfavorables hacia este producto y aumenta los intentos de dejar de fumar18. Debido a lo anterior, en los medios de comunicación se han impulsado diversas iniciativas gubernamentales de contrapublicidad para combatir el uso de cigarrillos.
En el caso de México, la publicidad y contrapublicidad de los cigarrillos se encuentran sujetas a la Ley General para el Control del Tabaco, la cual regula la promoción, patrocinio y advertencias sanitarias de los empaques de cigarrillos. Entre las bondades de la reforma efectuada en 2008 a la mencionada Ley, se encuentran la disminución del porcentaje de personas que observaron publicidad de cigarros, así como un aumento en la cantidad de fumadores que observaron advertencias sanitarias en las cajetillas de cigarrillos19. Lo anterior se debe a la prohibición de la publicidad en algunos medios masivos. No obstante, desde la reforma de 2008-y hasta la fecha-la prevalencia de consumo global de cigarrillos no ha disminuido (era de 15.9% en 2009 y pasó a 17.6% en 2017) y la edad de inicio de consumo diario entre el segmento de los adolescentes permanece con pocos cambios (13.73 años en 2008 y 14.30 años en 2016)2. Entre las razones que podrían explicar este panorama se discuten, el que en ocasiones, la implementación de las estrategias es parcial (dado que la mayoría se han dirigido a personas adultas), no siempre se basan en evidencia científica y suele haber poca información sobre su efectividad20. Lo anterior podría resultar del ineficiente aprovechamiento de todos los medios de comunicación, para la implementación de estrategias preventivas.
Por mencionar un ejemplo, destaca la campaña “Cigarro mata carita”, desplegada en 2013 y caracterizada por enfatizar las repercusiones del uso de cigarros en la imagen del individuo, más que en los daños orgánicos19. Se estima que esta estrategia fue vista por un 32% de la población mexicana mayor a 15 años, porcentaje menor en comparación con la proporción de la población que estuvo expuesta a publicidad a favor de los cigarrillos (60.4% entre los fumadores y 51.6% entre los no fumadores). Asimismo, de los diferentes medios de comunicación en que se difundió la campaña, el internet fue el menos reportado por los encuestados (6.7%), seguido por la radio (10.6%) y la televisión (27.0%). Paradójicamente, el 22.9% de la población con edad entre 15 y 24 años, reportó haber visto publicidad a favor de los cigarrillos en la internet19. Hasta el momento no se han identificado datos sobre los efectos atribuibles a esta campaña.
Lo anterior muestra, que a pesar de las constantes medidas adoptadas para controlar la publicidad sobre el consumo de cigarrillos en medios convencionales (televisión, radio y prensa), posiblemente la industria tabacalera implementa estrategias publicitarias en medios de comunicación alternativos. En particular medios como la internet y redes sociales, los cuales se han convertido en vías de comunicación para segmentos como el de los adolescentes21,22. De hecho, se estima que una importante cantidad de la población se encuentra expuesta ante publicidad a favor de los cigarrillos. Por ejemplo, en una investigación realizada en mujeres mexicanas (de 18 a 64 años de edad) se encontró que al navegar en la internet el 58.4% habían visto anuncios publicitarios de productos relacionados con el tabaco (principalmente cigarrillos). Un porcentaje similar de participantes reportó haber visto publicidad de cigarrillos en redes sociales (58.15%)23.
Ahora bien, las campañas de contrapublicidad hacia los cigarrillos podrían ser beneficiosas, si los profesionales sanitarios las dirigen hacia segmentos estratégicos (como el de los adolescentes), a través de medios de comunicación aprovechados por la industria tabacalera y que a menudo, han sido menos explorados como medios de prevención masiva. En este sentido, se ha reportado que personas que utilizan la internet durante cuatro o más horas en una semana típica, tienen más probabilidades de exponerse a advertencias relacionadas a los diferentes tipos de consumo de tabaco, en comparación con los que no la usan24.
Lo anterior podría sugerir a la internet como un medio por el cual se podrían dirigir mensajes de contrapublicidad del uso de cigarrillos. Aquí, enfatizamos el rol que la contrapublicidad puede tener para influenciar las actitudes hacia el consumo de cigarrillos. Dos investigaciones desarrolladas en Estados Unidos proporcionan evidencia al respecto. Homan et al. han señalado que posterior a la exposición de mensajes cortos persuasivos sobre el consumo de cigarrillos, los jóvenes universitarios presentan disminución de las actitudes a favor de dicha sustancia25. De forma similar, en otro estudio desarrollado en jóvenes universitarios que fueron expuestos a anuncios de tres categorías (normas sociales, manipulación de la industria tabacalera y consecuencias para la salud), reportó que el mensaje basado en las consecuencias del consumo de cigarrillos a la salud, ejerce un aumento significativamente en la puntuación combinada de los conocimientos, actitudes y creencias (p < .001)26. Por otro lado, en Reino Unido se llevó a cabo una investigación con la finalidad de evaluar la efectividad de una campaña publicitaria educativa sobre los daños de los cigarrillos electrónicos. Dicha intervención se basó en la exposición de mensajes a través de anuncios en internet (específicamente en la red social Facebook) y pósters ubicados en áreas céntricas (autobuses, quioscos y baños). Los resultados mostraron un incremento en la motivación para dejar de fumar entre los fumadores expuestos y no expuestos a los mensajes de contrapublicidad, así como una menor percepción de los cigarrillos electrónicos como ayuda eficaz para dejar de fumar27. No obstante, la disparidad de técnicas empleadas, del perfil de los participantes y la escasez de investigaciones dificultan la generalización de los hallazgos. Esto representa un área de oportunidad para los profesionales de enfermería y áreas afines dedicados a la investigación de las estrategias de prevención basadas en contrapublicidad.
Considerando la elevada prevalencia de consumo de cigarrillos y los vacíos existentes sobre la eficacia de la contrapublicidad de los cigarrillos en la población de adolescentes mexicanos (particularmente en medios como la internet), se planteó desarrollar una investigación para evidenciar los efectos de la contrapublicidad como estrategia de prevención a través de pósters, de modo que se pueda fundamentar como una herramienta efectiva, con la capacidad de ser incorporada a medios digitales. Así, el objetivo del presente estudio fue comparar las actitudes sobre el cigarrillo en dos grupos de adolescentes de secundaria: uno expuesto a contrapublicidad hacia el uso cigarrillos vía pósters digitales, y otro que sirvió de comparación.
Materiales y Métodos
El diseño del estudio fue preexperimental por comparación de grupos no equivalentes (mejor conocido por su nombre en inglés, preexperimental static-group comparison), ya que se determinaron las diferencias entre un grupo experimental y otro grupo de comparación, ambos seleccionados de forma no aleatoria y evaluados al término de la manipulación o postest28. La población se conformó por adolescentes (con edad entre 12 y 15 años), estudiantes de una escuela secundaria pública del municipio de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México. Los participantes fueron elegidos mediante un muestreo no probabilístico. De este modo los sujetos fueron seleccionados por el investigador, con base a los criterios de inclusión del estudio (es decir ser adolescentes de ambos sexos y estudiantes de secundaria) y la disponibilidad de los estudiantes. De acuerdo con el paquete estadístico G*Power v3.1, el tamaño de la muestra (n = 50) fue adecuado para comparar dos grupos independientes de 25 integrantes cada uno, considerando un tamaño de efecto grande (d = 1.015), error alfa de 0.05 y potencia de 92.9%. La mitad de la muestra recibió las estrategias de contrapublicidad (grupo expuesto) y la otra mitad permaneció en lista de espera (grupo de comparación) para la apreciación de los pósters. Cabe señalar que el grupo en lista de espera se programó para recibir la contrapublicidad en el siguiente período.
La recolección de datos se efectuó en línea mediante Google Forms, durante el mes de mayo de 2020. Los formularios estuvieron divididos en tres secciones. La primera sección incluyó una cédula de datos sociodemográficos (preguntas de opción múltiple sobre la edad, sexo, año que cursa y con quien vive); en la segunda sección se mostraron los recursos de contrapublicidad; y, finalmente, la última sección incluyó la escala de actitudes sobre el consumo de cigarrillos.
Las estrategias de contrapublicidad fueron tres pósters digitales con mensajes referentes a las consecuencias del consumo de cigarrillos. Dichos pósters utilizados en otros estudios forman parte de las estrategias preventivas de la intervención Project Alert29. Los pósters tienen el objetivo de crear conciencia entre los adolescentes, de modo que los no consumidores permanezcan libres del uso de sustancias, y que los experimentadores y usuarios no aumenten su consumo. Para este estudio sólo se utilizaron los tres pósters correspondientes al uso de cigarrillos, que forman parte de las lecciones 2 y 11 (póster 1 “Fumar te hace menos atractivo”, póster 2 “Fumar es adictivo” y póster 3 “Fumar afecta tu corazón y pulmones”). Dichos recursos didácticos de libre acceso, se presentan en formato de caricatura colorida, con textos en español que ocupan un cuarto del área del póster. Pueden ser visualizados en la página web oficial de Project Alert. Los participantes visualizaron los pósters de contrapublicidad durante algunos minutos, antes de contestar el instrumento sobre actitudes.
Por otro lado, la Escala de Actitudes hacia el Tabaco30 consta de 13 ítems con respuesta en formato tipo Likert de cinco opciones (Desacuerdo totalmente = 1 punto, Desacuerdo = 2, Ni desacuerdo ni acuerdo = 3, De acuerdo = 4 y Acuerdo totalmente = 5 puntos). Cabe mencionar que esta escala consta de tres dimensiones: percepción de satisfacción por el consumo de tabaco y derivados (ítems 1 al 4), índice de desagrado hacia el consumo de tabaco y derivados (ítems 5 al 8) y predisposición actitudinal hacia el consumo de tabaco y derivados (ítems 9 al 13). Es importante mencionar que los ítems del índice de desagrado deben de ser invertidos. Así la escala total muestra un puntaje de 13 a 65, lo que indica que, a mayor puntuación, mayores serán las actitudes favorables hacia el consumo de cigarrillos. En estudios previos con población adolescente30, dicho instrumento tiene una confiabilidad de a = 0.762 en la sub-escala percepción de satisfacción, a = 0.824 en el índice de desagrado y a = 0.910 en la disposición actitudinal. En el presente estudio la confiabilidad de las dimensiones fue la siguiente: percepción de satisfacción a = 0.637, índice de desagrado a = 0.860, y disposición actitudinal a = 0.910.
Los datos fueron procesados en el paquete estadístico SPSS (Statical Package for The Social Sciences) versión 24.0 para Mac OSX. Se recurrió a análisis estadísticos descriptivos (medidas de tendencia central, de dispersión y porcentajes) e inferenciales. En este caso, para responder al objetivo del estudio, se recurrió un análisis inferencial no paramétrico de comparación de dos grupos independientes (prueba U de Mann-Whitney). Esto se decidió conforme a la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk, misma que determinó que las puntuaciones de las variables numéricas no tuvieron una distribución normal (p < 0.05). El presente estudio se apegó a lo establecido al Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la salud, vigente en México. En este sentido, se trató de una investigación confidencial, anónima y que no tuvo repercusiones para los participantes. También, antes de la encuesta se ofreció el asentimiento informado, el cual fue indispensable para participar.
Resultados
Referente a los datos sociodemográficos de los participantes, se identificó que la mediana de edad de la muestra total fue de 13.0 años (DE = 0.989); similar entre los dos grupos a comparar (grupo expuesto a contrapublicidad: Med = 13.0, DE = 0.831; grupo de comparación: Med = 13.0, DE = 1.069; U = 219.00, p = 0.06). Así mismo, en la tabla 1 se reportan las características sociodemográficas de la muestra total y segmentada por grupo. En ambos casos predominaron los varones, inscritos en primer año de secundaria que vivían con ambos padres.
Variable | Muestra total | Grupo expuesto a contrapublicidad | Grupo de compara ción | |||
f | % | f | % | f | % | |
Sexo | ||||||
Femenino | 17 | 34.0 | 11 | 44.0 | 6 | 24.0 |
Masculino | 33 | 66.0 | 14 | 56.0 | 19 | 76.0 |
Grado escolar (secundaria) | ||||||
Primer año | 24 | 48.0 | 13 | 52.0 | 11 | 44.0 |
Segundo año | 18 | 36.0 | 11 | 44.0 | 7 | 28.0 |
Tercer año | 8 | 16.0 | 1 | 04.0 | 7 | 28.0 |
Con quien vivía al momento de la medición | ||||||
Ambos padres | 45 | 90.0 | 22 | 88.0 | 23 | 92.0 |
Solo con algún padre | 5 | 10.0 | 3 | 12.0 | 2 | 08.0 |
Nota: f = frecuencia, % = porcentaje. Fuente: Cédula de datos sociodemográficos.
Para responder al objetivo de la investigación, que consistió en comparar las actitudes sobre los cigarrillos en los dos grupos (participantes expuestos a contrapublicidad y el grupo de comparación), se efectuó la prueba U de Mann- Whitney. Se encontró que hubo diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (U = 145.0, p < 0.001) donde los estudiantes expuestos a la contrapublicidad mostraron menor mediana de actitudes (Med = 17.0, DE = 5.11) en comparación con los no expuestos (Med = 25.0, DE = 7.91). Esto significa que los adolescentes que recibieron la contrapublicidad, mostraron menos actitudes favorables hacia los cigarrillos después de ver los pósters preventivos.
Respecto a las dimensiones de las actitudes sobre los cigarrillos, solo se identificaron diferencias estadísticamente significativas en la dimensión de desagrado hacia el consumo de tabaco (U = 127.5, p < .001). En este caso, la mediana de los estudiantes expuestos a contrapublicidad fue menor (Med = 7.0, DE = 3.16) que la del grupo de comparación (Med = 12.0, DE = 5.03). Dado que las puntuaciones de esta dimensión son invertidas, la interpretación significa que los estudiantes expuestos a la contrapublicidad, fueron quienes mostraron más actitudes de desagrado frente a los cigarrillos. En contraste, no se identificaron diferencias estadísticamente significativas en las dimensiones de percepción de satisfacción (grupo expuesto a contrapublicidad: Med = 6.0 y grupo de comparación: Med = 6.0; U = 292.5, p = 0.684) y de predisposición actitudinal (grupo expuesto a contrapublicidad: Med = 5.0 y grupo de comparación: Med = 6.0; U = 225.5, p = 0.052).
En la figura 1, se puede apreciar que en ambos grupos destacaron los mismos ítems (2 y 4 de la dimensión de percepción de satisfacción; 5, 6, 7 y 8 del índice de desagrado hacia el consumo de tabaco), aunque con cambios ligeros en su orden. En particular destacan la mayor percepción de desagrado (ítem 5) e incomodidad hacia el tabaco (ítem 6), situaciones que ocupan los primeros lugares. No obstante, de forma general se observa que los adolescentes del grupo de comparación presentaron actitudes favorables hacia el tabaco (nótese la mayor extensión de las barras en comparación con el grupo expuesto a contrapublicidad).
Discusión
La identificación de actitudes favorables hacia los cigarrillos en el grupo de comparación, coincide con lo identificado en estudios similares, que reportan actitudes afectivas favorables en población adolescente (tales como sensaciones y sentimientos)12,13. Lo anterior evidencia una posible modificación de las creencias, actitudes y conductas a raíz de la exposición a contenidos de publicidad a favor del cigarro, en medios como la internet y redes sociales21,22. Referente al objetivo del estudio, el cual se centró en comparar las actitudes sobre el cigarrillo en dos grupos de estudiantes de secundaria (uno expuesto a contrapublicidad hacia el uso cigarrillos, y el otro de comparación), se identificó que la exposición a las estrategias de contrapublicidad mediante pósters digitales, podría ejercer influencia en las actitudes hacia los cigarrillos en adolescentes de secundaria.
Lo anterior se evidenció mediante la diferencia significativa en las actitudes hacia los cigarrillos, que mostraron los participantes expuestos a estrategias contrapublicitarias en comparación con los no expuestos. Dichos resultados coinciden con dos estudios realizados en jóvenes universitarios de Estados Unidos25,26 donde, después de haber sido expuestos a anuncios sobre las consecuencias del consumo de cigarrillos, hubo una disminución de las actitudes favorables hacia el consumo de este producto. Aunque la muestra del presente estudio (estudiantes de secundaria) y las de los estudios estadounidenses son diferentes (universitarios25,26), los hallazgos van en línea con la literatura que sugiere que es probable que la disminución de las actitudes favorables hacia los cigarrillos, se deba a que las personas que reciben información por medio de mensajes presentan cierta disposición y susceptibilidad a la persuasión; situación que se manifestaría a través de respuestas como cambios de opinión, de percepción, afecto o acción31.
Aunado a lo anterior, los cambios actitudinales también podrían deberse al aumento de los conocimientos sobre los cigarrillos, ya que se ha demostrado que los mensajes basados en las consecuencias que los cigarrillos implica para la salud, podrían generar cambios importantes en las perspectivas del individuo31. En este sentido, uno de los pósters mostrados a los participantes (el tercero, que indica que fumar afecta el corazón y los pulmones) podría contribuir al aumento de conocimientos. De este modo, si se considera que el conocimiento obtenido a través del contenido de los mensajes puede influir en el desarrollo de un mayor análisis crítico, percepción de riesgo32 y un probable cambio en las creencias hacia las sustancias adictivas33. Lo anterior podría explicar el probable cambio actitudinal encontrado en los alumnos expuestos a las estrategias de contrapublicidad derivados de esta investigación.
No obstante, es importante tomar con moderación los resultados del presente estudio, ya que la naturaleza del diseño utilizado no permite determinar causalidad con total fiabilidad. En especial, debido a que no se cuenta con medición pre prueba, ni asignación aleatoria. Por esta razón, es necesario realizar nuevas investigaciones dirigidas a confirmar los hallazgos y determinar con mayor precisión el tamaño del efecto de la contrapublicidad sobre las actitudes hacia los cigarrillos, particularmente al considerar las características de los pósters. Así mismo, importante sería la medición de otros constructos relacionados a las actitudes sobre los cigarrillos, tales como las creencias hacia esta sustancia. En referencia a lo anterior, se conoce que las creencias son parte de las actitudes, y constituyen la base para que un individuo establezca las consecuencias derivadas del uso de drogas y determine la evaluación de dichas consecuencias8. Además, al tratarse de un predictor del uso de cigarrillos34, también podría considerarse como un indicador de la efectividad de las estrategias de contrapublicidad.
De esta manera se destaca la relevancia de plantear estrategias de prevención basadas en contrapublicidad hacia los cigarrillos, con el fin de generar mayor evidencia de su eficacia. En este sentido, se propone realizar estudios más rigurosos, con mayor tamaño muestral, y que permitan evaluar la modificación de las actitudes y creencias hacia los cigarrillos u otras drogas. Particularmente se recomiendan las investigaciones experimentales como los ensayos de campo, realizados en los entornos que frecuentan los adolescentes, incluida la internet. Esto ya que de acuerdo con lo reportado en una investigación reciente21, la persuasión emitida a través de redes sociales, como Facebook, podría ejercer influencia en el consumo de algunas drogas en estudiantes universitarios.
Por otro lado, entre nuestros hallazgos se determinó que los cambios a nivel de las actitudes, podrían ser atribuidos a las puntuaciones de la dimensión del índice de desagrado. Esto coincide con los reportes que señalan asociaciones negativas entre las sensaciones de desagrado producidas por contrapublicidad hacia los cigarrillos y las probabilidades de consumirlo35. Lo anterior se asemeja con lo evidenciado por Miguel-Aguilar et al.36, ya que la actitud de rechazo hacia los cigarrillos se ha asociado inversamente al inicio del consumo de esta sustancia. Además, los resultados coinciden con, la evidencia que señala que las sensaciones provocadas por los pictogramas sobre las consecuencias del consumo de cigarrillos en adolescentes, son mayormente de desagrado y temor a llegar a crear adicción37. Lo anterior podría explicarse en función de lo descrito en la teoría de la conducta planeada9, donde los comportamientos serían determinados por la evaluación favorable (o desfavorable) del comportamiento en cuestión (por ejemplo, del uso de cigarrillos). En este caso, nuestros resultados indican que entre los participantes expuestos a la contrapublicidad, hubo una mayor presencia de evaluaciones desfavorables hacia los cigarrillos. Esto va en línea con el tipo de póster utilizado, ya que todos mostraron escenas que enfatizan puntos negativos del aspecto físico (por ejemplo, mal aliento, arrugas y dientes amarillos) o sobre repercusiones en la salud (muerte y deterioro pulmonar), situaciones que podrían resultar en emociones desagradables para personas que aún no están muy involucradas con los cigarrillos38, tales como los adolescentes.
Además, los resultados de alguna manera coinciden con la evidencia, que sugiere que los sujetos expuestos a contrapublicidad-cuyos mensajes sean atractivos y de miedo realista-muestran mayor interés y percepción del riesgo de fumar, en comparación con los mensajes humorísticos38 o con los mensajes con contenidos sutiles39; también, la contrapublicidad basada en el miedo produciría actitudes negativas hacia el consumo de cigarrillos40,41. A grandes rasgos, aunque la literatura ha respaldado la efectividad de las campañas publicitarias contra el cigarrillos mediante el uso de mensajes sobre las consecuencias del consumo de esta sustancia para la salud42, es importante mencionar que la mayoría de las campañas han sido implementadas a través de la televisión.
En este sentido, el presente estudio añade evidencia sobre un medio de contrapublicidad menos estudiado, el póster (en particular administrado en medios digitales), que podría ser una opción efectiva y de menor costo para modificar actitudes en diferentes contextos43,44. Así, los resultados pueden ser de importancia para los profesionales presentes en el primer nivel de atención, donde es habitual desempeñar actividades preventivas dirigidas a la búsqueda del bienestar de la población adolescente. En especial, para los interesados en indagar la posibilidad de trasladar las estrategias preventivas hacia los espacios visitados por los adolescentes de nuevas generaciones, tales como la internet y las redes sociales. No obstante, las debilidades de este estudio ponen de relieve que aún es necesario que el personal de enfermería y ciencias afines, desarrollen más investigaciones sobre este tópico. Sobre todo, aquellas que contribuyan a estimar con precisión los efectos y mejores cualidades de la contrapublicidad hacia los cigarrillos.
Conclusiones
La presente investigación contribuye a la generación de evidencia sobre los efectos de la contrapublicidad del uso de cigarrillos mediante pósters. En particular, se destaca que el uso de pósters basados en las consecuencias del consumo de cigarrillos, podría contribuir a la modificación de las actitudes que tienen los adolescentes hacia el consumo de dicha sustancia, inclusive administrados a través de medios digitales como la internet. Los resultados, en convergencia con la literatura internacional, exhortan a la búsqueda de nuevas estrategias de prevención que incluyan la contrapublicidad, sobre todo en ámbitos menos explorados, como la internet y redes sociales para contrarrestar la publicidad de la industria tabacalera.