Introducción
Durante estos últimos años el Perú y el mundo fue afectado por la pandemia de COVID-19, esta pandemia tuvo un fuerte impacto en la vida de las personas, tal es así que vieron afectadas su salud física, emocional y social, Hernández1 menciona que las reacciones emocionales de las personas ante el COVID-19 están relacionadas al exceso de información relacionada a las noticias catastróficas relacionadas a la pandemia generando estrés, ansiedad, miedo, tristeza, y soledad, así mismo la restricción de contacto social y físico impuesta por los gobiernos como medida de contención para frenar el contagio de COVID-19 ha generado que aparezcan emociones negativas como la rabia e ira, incluso esta medida que se tomó incremento el miedo al contacto con otras personas, así como el miedo a contagiarse de COVID-19.
El miedo se puede volver un problema grave dependiendo de la intensidad, duración y frecuencia en la aparición de sus síntomas, si el estado de activación y alerta se prolonga por mucho tiempo puede tener consecuencias psicofisiológicas que afecten la salud mental de la persona2
Santa-Cruz-Espinoza et al.,3 mencionan que en la actualidad los síntomas de ansiedad y depresión están asociados al miedo a contagiar o ser contagiados del COVID-19. La Organización Mundial de la Salud estipuló que el 89% de países incluyeron a la salud mental en sus planes de respuesta al COVID-19, sin embargo, solo el 17% de países dispuso de acciones financieras para su ejecución4. En el 2021, la OMS determinó que, a nivel mundial, aproximadamente 1 de cada 7 (14 %) de los adolescentes y jóvenes de 10 a 19 años presentan problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastornos de comportamiento y conductas de riesgo, siendo entre las posibles causas el aislamiento social tomado durante la pandemia de COVID-195. Así mismo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) menciona que tanto niños como adolescentes pueden presentar problemas de frustración en relación al contexto actual, sin embargo, pueden responder de manera positiva con la adecuada estimulación6.
En el sector educativo el retorno a clases presenciales ha implicado replantear lo que antes se conocía, los elementos físicos y psicológicos afectan tanto la vida de los estudiantes como la vida de los maestros7. El manejo emocional es el aspecto que se debe analizar en este regreso a clases, Rojas-Andrade et al.8, menciona que para la reintegración escolar es necesario evaluar los factores de riesgo que han tenido los escolares durante y después de la pandemia.
Según Melamed9 el miedo es una reacción emocional que parte de las creencias de cada individuo que puede generar tensión e incomodidad. Asimismo, Gómez-Becerra et al.10, refiere que el miedo surgido por el confinamiento gracias a la pandemia de COVID-19 ha generado inseguridades al punto que es posible detectar problemas emocionales y conductuales en población infantojuvenil, afectando las relaciones sociales y sobre la percepción de los peligros en su entorno. Desde esta perspectiva los adolescentes se enfrentan a una realidad hostil, donde la manera en cómo interactúan con su entorno se relaciona con la capacidad de tolerar distintos aspectos como la frustración11.
Para Begoña et al.12, la frustración es aquella respuesta que involucra ansiedad, conductas de escape, agresividad e incluso violencia; en relación a la intensidad y duración de estas respuestas dependen de las experiencias vividas de cada individuo determinando el grado de tolerancia. En relación a la variable de tolerancia a la frustración, un estudio realizado en España, tuvo una muestra de 161 estudiantes y los resultados obtenidos mostraron relaciones positivas entre la inteligencia y variables como autoestima, optimismo y tolerancia a la frustración, evidenciando la necesidad de invertir en la salud mental adolescente13.
Según Alberca y Fernandez14 la tolerancia a la frustración es una respuesta que surge del organismo y que tiene tres componentes, el autoconocimiento emocional, el autocontrol y la adaptación, y todos ellos influyen en la respuesta que el individuo tiene con el ambiente. En Perú, un estudio realizado en la ciudad de Abancay, tuvo como resultados que existe una correlación significativa entre las habilidades sociales y la tolerancia a la frustración, tanto a nivel general como por dimensiones15.
Varela y Mustaca16 realizaron una investigación para evaluar las diferencias sociodemográficas, así como, la relación entre las habilidades sociales y la intolerancia a la frustración en una muestra de 100 participantes adultos. Los resultados mostraron que las diversas creencias de los participantes influyen de manera importante en el desarrollo de tolerancia a la frustración al determinar parte de las habilidades sociales. De esta manera se puede mostrar la interacción de las variables de miedo al contagio por COVID-19 y la tolerancia a la frustración en este nuevo contexto.
Contextualmente la pandemia ha presentado amenazas en la salud mental de la población, los niveles de ansiedad y el no poder predecir ni controlar su entorno, generan conductas evitativas que afectan la integridad psicológica de las personas17. Del mismo modo, un estudio realizado en la ciudad de Lima determinó que una muestra de 560 adolescentes el 53,1% experimentan miedo en relación al contexto de COVID-1918.
Un estudio realizado en la Universidad de Almería, evidenció en sus resultados una asociación positiva entre el miedo al contagio por COVID-19 y la presencia de problemas de conducta10. La UNICEF menciona que el retorno a clase presenciales es un evento importante en el que se debe considerar el impacto emocional que ha tenido la pandemia en los estudiantes, el aislamiento y sus efectos sobre la salud mental, el poder reconocer las diversas vivencias de los estudiantes durante este periodo de cuarentena permite un mejor desarrollo de la educación19.
El miedo es un mecanismo de defensa y preparación, que nos permite generar una reacción en respuesta a situaciones amenazantes, sin embargo, cuando el miedo aparece de manera repentina e irracional se torna un elemento que facilita la aparición de varios trastornos psiquiátricos, como depresión, ansiedad, insomnio y adicción al internet3. Llevando esta definición al contexto del COVID-19, se observa que el miedo se relaciona a la tasa de transmisión y su medio, que en este caso es rápido e invisible, además de la morbilidad y mortalidad. Esta realidad ha llevado a otros desafíos psicosociales en la actualidad que afectan a todo tipo de personas, tales como niños, adolescentes y adultos, de tal manera que no pueden pensar con claridad y racionalidad al reaccionar al COVID-19, siendo que el mundo se centra en el control de la enfermedad, se está ignorando las secuelas psicológicas que deja el COVID-1920.
Los adolescentes presentan cierto nivel de vulnerabilidad debido a que se encuentran en medio de dominar y controlar su aprendizaje, por lo tanto, la pandemia ha incrementado las dificultades psicosociales21. Por otro lado, la frustración surge como respuesta cuando se experimenta la desvalorización repentina de una situación o evento al que se asociaba expectativa, es decir, cuando surge un evento al cual se le asigna expectativas positivas y el resultado obtenido discrepa con la realidad de manera negativa, surge la frustración, y esta a su vez se tolera en base a los aprendizajes previos de la persona22. Así mismo, como delimitación conceptual se entiende que la frustración surge ante el decremento, omisión o interferencias de reforzadores, siendo esta la respuesta que emite el organismo14.
Entre las consecuencias psicológicas que trae consigo el bajo desarrollo de la tolerancia a la frustración tenemos el incremento de conductas violentas, alteraciones en el autoestima, escasas habilidades sociales y tendencias impulsivas23.
En la ciudad de Talara se evidenció que desde el inicio de la pandemia las personas no respetaron el aislamiento social e hicieron extensas colas para comprar grandes cantidades de cerveza, pese a que no es un producto de primera necesidad, demostrando desinterés a la crisis sanitaria que se vivía24. Así mismo la empresa Backus en respuesta a lo sucedido suspendió la venta cerveza hasta el mes de mayo en la región Piura y en otras regiones cercanas para evitar las aglomeraciones que suscitaron25. Otros artículos evidencian que se realizaron fiestas clandestinas donde fueron intervenidas más de 200 personas en las playas de la ciudad Talara, resaltando que las medidas de contención del COVID-19 incluían la restricción social y toques de queda26.
Es importante reconocer que durante el aislamiento los padres y las conductas que poseen son de influencia para el aprendizaje de los hijos, repercutiendo esto en las conductas y la percepción de su entorno, siendo esto un factor que afecte la adaptación de los menores27. Es por ello que se decidió estudiar el miedo al contagio por COVID-19 asociado a la tolerancia a la frustración, debido a que el nivel de tolerancia determinará la capacidad de poder enfrentar la situación de amenaza, pudiendo generar un problema social.
Por ende, la presente investigación tiene por objetivo determinar la relación entre el miedo al contagio por COVID-19 y la tolerancia a la frustración, en estudiantes del nivel secundaria que retornan a clases presenciales de la ciudad de Talara, Piura, Perú.
Materiales y Métodos
La presente investigación es de tipo cuantitativo, de corte transversal, ya que, se recopiló la información en un solo momento; además, de alcance correlacional, debido a que, se buscó encontrar la relación entre miedo al contagio por COVID-19 y tolerancia a la frustración, es de diseño no experimental, ya que, no se manipularon ninguna de las variables y se examinaron las variables en su forma natural28.
La muestra estuvo conformada por 642 estudiantes del nivel secundario de ambos sexos, cuyas edades se encontraban entre 12 a 17 años de cinco instituciones educativas de la cuidad de Talara, Piura, Perú. La técnica utilizada para seleccionar a los participantes fue el muestreo no probabilístico y de tipo por conveniencia29, se utilizó esta técnica debido a la facilidad de acceso y disponibilidad de las instituciones educativas para participar en la presente investigación.
Se utilizó la Escala de Miedo a la COVID-19 (FCV-19S) creada por Ahorsu et al.30, donde demostraron que las cargas factoriales de los siete ítems retenidos fueron significativas y sólidas (0,66 a 0,74), fue validada al contexto peruano por Huarcaya-Victoria et al.31 quien obtuvo un alfa de Cronbach = 0.82 para la confiabilidad, además, de la confiabilidad test-retest (coeficiente de correlación intraclase = 0.72) cuyos valores mostraron alta confiabilidad. Respecto a su evaluación las puntuaciones entre 5 y 9 son consideradas un nivel bajo, las puntuaciones del 10 al 14 nivel medio y 15 al 25 nivel alto de miedo al COVID -19.
Finalmente, el cuestionario fue validado en contenido, relevancia, claridad y coherencia a través de siete expertos (cinco docentes del nivel secundario, una psicóloga clínica educativa y un psicólogo clínico); el contenido de validez de V de Aiken presentó valores mayores de 0.80, como se muestra en la Tabla 1, indicando el consenso que existe relación con el constructo, obteniendo la validez del contenido del instrumento.
Variables | Relevancia | Coherencia | Claridad |
---|---|---|---|
Ítem 1 | 1.00 | 1.00 | 1.00 |
Ítem 2 | 0.94 | 1.00 | 1.00 |
Ítem 3 | 1.00 | 1.00 | 1.00 |
Ítem 4 | 1.00 | 1.00 | 0.94 |
Ítem 5 | 1.00 | 1.00 | 0.94 |
Ítem 6 | 0.89 | 1.00 | 0.94 |
Ítem 7 | 1.00 | 1.00 | 0.94 |
Alberca y Fernandez14 crearon la Escala de Tolerancia a la Frustración para Adolescentes (TFA) con 21 ítems y tres dimensiones: autoconocimiento, autocontrol y adaptación. Obtuvieron un puntaje por encima de 0.80 mediante la validez de Aiken, asimismo, con el análisis factorial exploratorio se obtuvo una medida de adecuación muestral de KMO un puntaje de .9 y los pesos factoriales de los ítems son mayores de .3, siendo una herramienta útil, con una consistencia interna y validez de constructo. Las puntuaciones entre 20 y 52 son consideradas nivel bajo, entre 53 y 62 nivel medio, y las puntuaciones desde el 63 al 75 un nivel alto de tolerancia a la frustración.
La ficha de registro para la recolección de datos sociodemográficos de los participantes busco determinar la institución educativa de procedencia de los estudiantes que participaron en la muestra, así mismo el grado académico, la edad y sexo fueron datos relevantes para poder comparar resultados. Finalmente se consideró la convivencia familiar actual de los participantes, este dato nos servirá para identificar algún tipo de correlación importante entre la tolerancia a la frustración y el miedo al contagio por COVID-19.
Los cuestionarios de miedo al COVID-19 y tolerancia a la frustración fueron calificados de acuerdo a su tabla de puntuación registrada en el manual. Una vez obtenidos los datos se realizó el vaciado de datos, la depuración de estos y fue procesado en el software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 25 para Windows en español. Se utilizó la prueba de normalidad de Kolmogórov-Smirnov para determinar la prueba estadística a utilizar.
Resultados
Resultados descriptivos
Datos sociodemográficos
A continuación, se presentan los datos sociodemográficos de la muestra COVID-19.
Grado Escolar | n | % |
---|---|---|
1ero | 96 | 14.95% |
2do | 62 | 9.66% |
3er | 161 | 25.08% |
4to | 139 | 21.65% |
5to | 184 | 28.66% |
Edad | n | % |
12 al 13 | 144 | 22.43% |
14 al 15 | 260 | 40.5% |
16 al 17 | 238 | 37.07% |
Sexo | n | % |
Femenino | 318 | 49.53 |
Masculino | 324 | 50.47 |
Con quien vive | n | % |
Mamá, papá y/o hnos. | 555 | 86.45% |
Familiares | 56 | 8.72% |
Solo | 8 | 1.25% |
Otros | 24 | 3.74% |
En la tabla 2 se evidencia que, respecto al Grado Escolar, del total de encuestados se puede observar que el 28.66% pertenecen a al 5to de secundaria, asimismo el 25.08% pertenecen al 3er de secundaria y el 21.65% pertenecen al 4to de secundaria. Respecto la edad, del total de encuestados se puede observar que el 40.5% tienen entre 14 y 15 años de edad, además que el 37.07% tienen entre 16 y 17 años de edad y el 22.43% tienen entre 12 y 13 años de edad. En relación al sexo de los participantes que el 50.47% fueron varones y el 49.53% fueron mujeres. Finalmente, respecto a con quien viven los estudiantes se encontró que el 88.45% viven con sus padres y/o hermanos, por otro lado, el 8,72% viven con otros familiares, el 3,74% viven con alguna otra persona y solo el 1.25% declaran que viven solos.
Resultados Descriptivos
Clasificación del nivel de miedo al COVID-19
En la tabla 3 se evidencia que, respecto a la variable de miedo al COVID-19 del total de encuestados se puede observar que el 55% alcanza un nivel medio de Miedo al COVID-19, asimismo podemos observar que el 26.5% alcanzo un nivel bajo y el 18.5% un nivel alto de Miedo al COVID-19.
Niveles de tolerancia a la frustración
En la tabla 4 se evidencia que del total de encuestados el 48.1% alcanza un nivel medio de tolerancia a la frustración y un 24.9% alcanza un nivel alto de tolerancia a la frustración, en relación a sus componentes podemos observar que el 51.6%, el 50.3% y el 42.4% alcanzan un nivel medio de Autoconocimiento, Autocontrol y Adaptación.
Prueba de normalidad
Se realizó la prueba de bondad con el objetivo de determinar la prueba estadística a realizar para poder constatar la hipótesis planteada.
Como se observa en la tabla 5 los datos correspondientes a las variables Miedo al COVID-19 y Tolerancia a la frustración, tienen valores de asimetría y curtosis cercanos a cero, lo que sugiere una distribución relativamente simétrica y sin colas pesadas.
Análisis de correlación
Hernández et al., mencionan que cuando los valores de correlación son más cercanos de 1 la correlación es mayor, en cuanto más se cerca de 0 menor es la correlación28.
En la tabla 6 los datos correspondientes evidencian que las variables Miedo al COVID-19 y Tolerancia a la frustración, en su mayoría no presentan relación significativa entre las dimensiones, así como de manera global, por tener una significancia >.05.
Miedo | |||
---|---|---|---|
Rho de Spearman | D1: Autoconocimiento | Coeficiente de correlación | -0.009 |
Sig. (bilateral) | 0.822 | ||
N | 642 | ||
D2: Autocontrol | Coeficiente de correlación | -0.052 | |
Sig. (bilateral) | 0.190 | ||
N | 642 | ||
D3: Adaptación | Coeficiente de correlación | -0.054 | |
Sig. (bilateral) | 0.175 | ||
N | 642 | ||
Tolerancia general | Coeficiente de correlación | -0.036 | |
Sig. (bilateral) | 0.367 | ||
N | 642 |
Discusión
La tolerancia a la frustración puede definirse como la capacidad para regular las respuestas emocionales, que pueden ser violentas o impulsivas, ante situaciones difíciles o estresantes32 .En la presente investigación se consideraron datos sociodemográficos, edad, sexo, grado académico, y la situación de convivencia familiar de los participantes, este último dato fue añadido para ayudar a determinar si existía alguna relación entre la situación de convivencia y las variables, así mismo estos datos fueron relevantes para contextualizar la situación de los participantes en el retorno a clases durante el periodo 2022 en las diferentes instituciones educativas que participaron.
Joaquín y Mamani33, realizaron una investigación en las ciudades de Juliaca y Tacna, Perú, buscando medir los niveles de ansiedad y miedo al COVID-19 post pandemia en adolescentes entre 13 y 17 años, encontrando que los participantes presentan niveles de ansiedad mínimos relacionados a la pandemia, instando a continuar con la sensibilización por parte del MINSA, en Perú, al igual que de las instituciones educativos. Estos resultados confirman que existe baja relación entre aspectos emocionales en adolescentes y el miedo al COVID-19 posterior a la pandemia.
No obstante, Ñañez et al.18 realizaron un estudio en la ciudad de Lima, Perú, donde se buscó identificar los síntomas asociados a la salud mental generados por el COVID-19 en adolescentes, encontrando que factores como el aislamiento social generan la aparición de síntomas que afectan la salud mental de los adolescentes, relacionándose con los trastornos ansiosos y depresivos, siendo más predominante en mujeres. Esto refiriendo que el miedo al COVID-19 tuvo un impacto directo sobre la salud mental de los adolescentes. No obstante, de acuerdo a la hipótesis general no existe relación significativa entre la tolerancia a la frustración y el miedo al contagio por COVID-19.
Los resultados obtenidos evidencian que al hablar de miedo al COVID-19 es necesario considerar otros factores que intervienen, como las condiciones de bioseguridad, el aislamiento, falta de contacto familiar, entre otros, factores que contribuyen a la presencia de miedo al contagio por COVID-19, entendiendo que si alguno de estos de factores varía el nivel de miedo al contagio34. En ese sentido la Organización Panamericana de la Salud35 hace referencia a que existen factores externos que no permiten la regulación ni control, generando síntomas de ansiedad, pánico, frustración, depresión y angustia. Así también, los factores que están involucrados en la tolerancia a la frustración se relacionan a la intensidad, la duración y las expectativas de cada individuo, si estos factores varían la persona puede o no contar con herramientas para afrontarlas22.
En relación al regreso a clase y las variables que lo conforman, el Ministerio de Salud a través del diario “El Peruano” dio a conocer que el regreso a clases no genera incremento en la tasa de contagios por COVID-19 brindando seguridad a la comunidad estudiantil y herramientas para el retorno progresivo de la educación virtual a la presencialidad de manera segura36, no obstante, no se han tomado medidas para la adecuada adaptación socioemocional para esta nueva realidad de COVID-19. Del mismo modo, la Defensoría del Pueblo37, en el informe sobre la supervisión de la educación a distancia, menciona que desde el año 2020 se han presentado deficiencias en la educación virtual que la Dirección Regional de Educación y el Ministerio de Educación han buscado superar en este 2022, en regiones como Piura, La Libertad, Cajamarca, entre otras, así mismo, cabe resaltar que no se le está dando la importancia necesaria al impacto psicológico que genera el regreso a clases presenciales en los adolescentes.
De esta manera es importante reconocer que el miedo al COVID-19 surge como una reacción emocional al confinamiento que, así mismo, causa problemas emocionales y conductuales en los infantes afectando la manera en cómo se relacionan con el mundo exterior debido a que surge de las creencias y percepciones de cada individuo9,10. Resaltando que también surge como respuesta a la exposición a las noticias sobre la pandemia teniendo efectos sobre la salud mental generando ansiedad, depresión, baja tolerancia a la frustración, entre otras problemáticas emocionales que afectan la calidad de vida de las personas3.
En relación a la frustración, se entiende como la respuesta emocional que involucra ansiedad, agresividad, conductas de escape, entre otras, que surgen como resultado de un evento donde nuestras expectativas discrepan con el resultado obtenido, la respuesta que se emita dependerá de las experiencias vividas para determinar el grado de tolerancia que se posee la persona12. El desarrollo de autorregulación emocional contribuye a una adecuada tolerancia a la frustración, generando mayor adaptación a situaciones adversas permitiendo que mejore la calidad de vida de las personas13,3. De acuerdo con Alberca y Fernández14 el desarrollo de una adecuada respuesta ante situaciones frustrantes depende del autoconocimiento emocional, el autocontrol y la adaptación, siendo estos factores indispensables para poder determinar si existirá o no tolerancia.
Para Santoya Montes et al.39 el autoconocimiento emocional, es decir, la capacidad de reconocer emociones propias, acompañado de la comunicación forman aspectos determinantes e indispensables para una adecuada regulación y respuesta ante distintas situaciones, generando mayor tolerancia en ellos. Así mismo, el autoconocimiento es parte fundamental para el desarrollo de una adecuada inteligencia emocional, y fomenta el desarrollo de estrategias para afrontar el estrés y la frustración40,41. Del mismo modo, Chernicoff y Rodríguez42 mencionan que la frustración no gestionada emocionalmente puede llegar a ser un obstáculo en la vida estudiantil, dando énfasis en la importancia del autoconocimiento y regulación emocional, ya que de estos factores depende que la persona cuente con fortalezas o debilidades para afrontarlas.
Mira et al.43 mencionan también la importancia del autocontrol como pieza fundamental de un desarrollo académico exitoso, refiere que tiene efecto en contrarrestar los niveles de frustración en situaciones académicas. El autocontrol surge del autoconocimiento y permite que elementos como la tolerancia puedan ser conscientes y mejorar el entorno de la persona44. La ausencia de tolerancia a la frustración se relaciona directamente con la falta de autocontrol y problemas de ansiedad45. Para Montero46 la frustración es un proceso natural y normalmente la población infantojuvenil desconoce su manejo planteando que para enseñar tanto a niños como a adolescentes se debe partir desde el autocontrol y el modelamiento. Caso que no se repite en adultos según Antunes47 el autocontrol está relacionado a los recursos adaptativos que tenga el individuo, su capacidad de adaptarse le permitirá desarrollarse en diferentes situaciones sociales. Del mismo modo, una adecuada adaptación favorece a tener un mejor nivel de tolerancia a la frustración y a la resolución de problemas, en casos de falta de adaptación se puede generar deterioros comportamentales y emocionales38,43.
Marquina y Jaramillo-Valverde48 mencionan que la pandemia y el miedo al contagio está relacionada con otros aspectos psicológicos como angustia, pánico, estrés, frustración, ira y ansiedad. Para mayor afirmación se retoma lo que señalan Castillo-Zelaya y Gonzales-Nolasco49 realizaron una investigación para determinar la existencia de Miedo al COVID-19 en 500 participantes de un Asentamiento Humano en Puente Piedra, Lima, como instrumento utilizaron la Escala de Miedo al COVID-19 (FCV-19S) dividiéndola en dos dimensiones; demostraron de que si existen niveles de miedo al contagio por COVID-19, así mismo que existe relación media entre las reacciones emocionales y el miedo al contagio por COVID-19.
Silva-Dominguez y Luque-Villanueva50 en su investigación buscaron relacionar la ansiedad, depresión y satisfacción familiar con el miedo al COVID-19, para ello utilizaron como instrumentos la prueba Gad-7, para determinar ansiedad; PHQ-9, para depresión; SSF, para satisfacción familiar; y FCV-19, para Miedo al COVID-19; la muestra estuvo conformada por 56 participantes, entre 18 y 69 años de edad, varones y mujeres, de la ciudad de Lima Metropolitana; encontraron que el miedo al COVID-19 tiene relación significativa y directa con las variables de ansiedad y edad.
En relación a la tolerancia a la frustración Valiente-Barroso et al.38 realizaron un estudio donde buscaron relacionar la tolerancia a la frustración, la autoestima y el estrés con la planificación y la toma de decisiones, en una muestra de 161 estudiantes entre 12 y 18 años de edad de la ciudad de Madrid, España; encontraron que los adolescentes que tienen una alta tolerancia a la frustración, alta autoestima y menores niveles de estrés presentan mayores puntuaciones en planificación y toma de decisiones.
Toala y Rodríguez51 buscaron relacionar las estrategias de afrontamiento y la tolerancia a la frustración en una muestra de 70 adolescentes, se empleó la escala de afrontamiento para adolescentes y la escala de evaluación de la tolerancia a frustración, sus resultados fueron contrarios a los de la presente investigación, puesto que demostraron que si existe relación significativa entre el autocontrol y la buscar ayuda profesional con la tolerancia a la frustración en adolescentes.
Conclusiones
En conclusión, se acepta la hipótesis nula, no existe relación entre la variable miedo al COVID-19 y la variable tolerancia a la frustración en estudiantes de secundaria, este estudio permite valorar la importancia del nivel cultural que se transmite dentro de la sociedad, haciendo hincapié en la importancia del rol de los adultos en la vida de las generaciones más jóvenes y la percepción del peligro debido a que el modelo principal de estas generaciones son los padres.