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RIDE. Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo

versión On-line ISSN 2007-7467

RIDE. Rev. Iberoam. Investig. Desarro. Educ vol.8 no.15 Guadalajara jul./dic. 2017

https://doi.org/10.23913/ride.v8i15.315 

Artículos científicos

Hábitos de estudio y rendimiento académico. Caso estudiantes de la licenciatura en Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco, 2016

Study habits and academic performance: A research study of Business Administration undergraduate students at the Tejupilco Professional Academic Unit, 2016

Estudo de hábitos e desempenho acadêmico. Estudantes de caso do Bachelor of Administration da Unidade Acadêmica Profissional Tejupilco, 2016

Carmen Marlene Mondragón Albarrán1 

Daniel Cardoso Jiménez2 

Salvador Bobadilla Beltrán3 

1Universidad Autónoma del Estado de México, México, Marlenemon11@outlook.com

2Universidad Autónoma del Estado de México, México, dcj400_@hotmail.com

3Universidad Autónoma del Estado de México, México, sbb73@hotmail.com


Resumen

El objetivo fue determinar la incidencia de los hábitos de estudio y su rendimiento académico en estudiantes de la licenciatura en Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de México. La población fue de 173 estudiantes de ambos sexos del período 2016 B. Se utilizó el instrumento Inventario de Hábitos de Estudio, con enfoque cualitativo, para calcular la frecuencia de utilización. Los resultados arrojan que en las escalas de condiciones ambientales de estudio, planificación de estudio, utilización de materiales, asimilación de contenidos y sinceridad los estudiantes presentan nivel de utilización de normal bajo a normal alto. Finalmente, en la correlación de Pearson, las cinco escalas fueron estadísticamente no significativas (P<0.05).

Palabras clave: Licenciatura; administración; estudiantes; hábitos de estudio; inventario; rendimiento académico

Abstract

The objective was to determine the impact of study habits on academic performance, focusing on a group of Business Administration undergraduate students at the Tejupilco Academic Professional Unit of the Autonomous University of Estado de Mexico. The group consisted of 173 students of both sexes and was conducted during the 2016 B academic term. The frequencies of certain study habits were calculated using the Study Habits Inventory system. A qualitative approach was used. According to the results, the students showed medium-low to medium-high levels of study habit utilization on the study environment, study planning, usage of materials, content comprehension, and sincerity scales. Conclusively, according to Pearson’s correlation, the five scales had no statistical significance (P<0.05).

Keywords: Bachelor's degree; administration; students; study habits; inventory; academic performance

Resumo

O objetivo foi determinar a incidência de hábitos de estudo e seu desempenho acadêmico em estudantes de graduação em Administração de Tejupilco Unidade Acadêmica Profissional dependente da Universidade Autônoma do Estado do México. A população era de 173 alunos de ambos os sexos do período de 2016 B. O inventário do instrumento dos hábitos de estudo foi utilizado, com abordagem qualitativa, para calcular a freqüência de uso. Os resultados mostram que, nas escalas de condições ambientais de estudo, planejamento de estudo, uso de materiais, assimilação de conteúdos e sinceridade, os alunos apresentam nível de uso de baixo normal a baixo normal. Finalmente, na correlação de Pearson, as cinco escalas foram estatisticamente não significativas (P <0,05).

Palavras-chave: licenciatura; administração; estudantes; hábitos de estudo; inventário; desempenho acadêmico

Introducción

La inquietud por los hábitos de estudio se remonta al pasado. Diversas corrientes teórico-metodológicas han buscado identificarlos y precisar su eficacia en el desarrollo académico de los estudiantes de todos los niveles educativos (Mira y López, 1995; Márquez, 1995).

Los desafíos más complejos y frecuentes que enfrenta la educación superior en México son la deserción, el rezago estudiantil y bajos índices de eficiencia terminal. En cifras generales, como promedio nacional, se menciona que de 100 estudiantes que ingresan a la Universidad, únicamente entre 50 y 60 estudiantes terminan de cursar todas las asignaturas del plan de estudios cinco años después, y de estos, solo 20 se logran titular durante el primer año de egreso (ANUIES, 2001).

Una de las principales causas de los altos índices del fracaso académico en México, es el inadecuado desarrollo de los hábitos de estudio desde los niveles educativos básicos. Este problema genera dificultades de aprendizaje que van más allá de lo estadístico y refleja deficiencias tanto en la calidad educativa que manifiestan los estudiantes de todos los niveles de estudio (Tinto, 1992).

En la actualidad, el tema adquiere gran relevancia ya que las instituciones de educación superior plantean un nuevo paradigma, a través del desarrollo de conocimientos y herramientas necesarias para aprovechar la diversidad, la convergencia de culturas, la gran cantidad de información disponible y nuevos descubrimientos que aportan la ciencia y la tecnología; por lo tanto, si el estudiante no cuenta con una base sólida de hábitos de estudio, esta carencia impacta negativamente en las actividades que lleve a cabo tanto en su formación académica como en lo personal y profesional.

Los hábitos son conductas que las personas aprenden por repetición. Hay hábitos buenos y malos en la salud, alimentación y estudio. Los hábitos buenos ayudan a los individuos a lograr sus objetivos y metas, siempre que estos sean trabajados en forma adecuada a lo largo de la vida. El hábito es el conjunto de costumbres, formas y maneras de percibir, sentir, juzgar, actuar y pensar de una persona (Perrenod, 1996).

“El hábito de estudio son modos constantes de actuación con que el estudiante reacciona ante los nuevos contenidos, para conocerlos, comprenderlos y aplicarlos. Podemos enumerar, como los más importantes los siguientes: aprovechar el tiempo de estudio, lograr condiciones idóneas, desechar los elementos perturbadores, plantear eficazmente el trabajo, seleccionar correctamente las fuentes de información y documentación, presentar adecuadamente los resultados, dominar las técnicas de observación, atención, concentración y relajación” (Sánchez, 2002).

El hábito es una conducta adquirida por repetición y convertida en un control automático, en tanto que la memoria y los instintos son formas de conservar el pasado. Las fases del hábito son la formación y la estabilidad. La primera se refiere al período de adquisición y la segunda al lapso en que ya se ha conseguido y se realizan los actos de manera frecuente, fácil y automática (Velázquez, 1961).

Los hábitos son factores poderosos en la vida de las personas. Dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y cotidiano expresan el carácter y generan nuestra efectividad o inefectividad. El hábito requiere de tres elementos para ponerlo en acción: a) el conocimiento, b) las capacidades y c) el deseo (Covey, 2009).

Al igual que en cualquier otra actividad la habilidad y la dedicación son los puntos claves para el aprendizaje. Los hábitos de estudio son los métodos y estrategias que acostumbra a usar el estudiante para asimilar conocimientos, su aptitud para evitar distracciones, su atención al material específico y los esfuerzos que realiza a lo largo de todo el proceso (Cartagena, 2008).

Autores como Bajwa, Gujjar, Shaheen y Ramzan (2011) mencionan que un estudiante no puede usar habilidades de estudio eficaces, hasta que no tenga buenos hábitos y argumentan que un individuo aprende con mayor rapidez y profundidad que otros debido a sus acertados hábitos de estudio. Además, reiteran que el estudiar de forma eficaz y eficiente consiste más que en la memorización de hechos, en saber dónde y cómo obtener la información importante y la capacidad de hacer uso inteligente de la misma.

Un hábito es un patrón conductual aprendido que se presenta mecánicamente ante situaciones específicas generalmente de tipo rutinarias, donde el individuo ya no tiene que pensar ni decidir sobre la forma de actuar. Los hábitos se organizan en forma de jerarquías de familia, en función al número de refuerzos que las conductas hayan recibido. Los hábitos de estudio son un conjunto de hábitos de trabajo intelectual que capacitan al sujeto para una más fácil y profunda asimilación, transformación y creación de valores culturales (Fernández, 1988).

Los hábitos que tiene un estudiante los puede perder, pero también se pueden aumentar o recobrar (Díaz y García, 2008). La adquisición de los hábitos requiere formación, así el cambio que implica no es tarea sencilla, debido a que tiene que estar motivado por un propósito superior, por la disposición a subordinar lo que uno cree que quiere ahora a lo que querrá más adelante. Los hábitos de estudios se conceptualizan como los métodos y estrategias que suele usar un estudiante para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje. El hábito de estudio requiere fuertes cantidades de esfuerzo, dedicación y disciplina. Pero también se alimenta de impulsos que pueden estar generados por expectativas y motivaciones del estudiante que desea aprender. Por ello es necesario entender que el proceso de aprendizaje es complejo y requiere de una adecuada planeación y organización del tiempo. El mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes, especialmente en la educación superior, juega un papel esencial en el proceso de desarrollo de la sociedad. La motivación de los estudiantes es crucial por lo que hay que desarrollar un mejor entendimiento de los factores de la motivación académica; es posible que el contexto social diferente pueda ser uno de los elementos que influyan en la motivación y el auto-concepto académico (Isiksal, 2010).

En este sentido, el estudio de la motivación hace distinción entre la intrínseca y extrínseca. Es intrínseca cuando la motivación es autorregulada, existe un grado de reflexión y de autodeterminación para las acciones que se realizan; en cambio cuando es extrínseca se basa en incentivos externos dados por las consecuencias, como las recompensas o los castigos (Furnham, 2004).

Un estudiante motivado intrínsecamente muestra más interés en lo que está aprendiendo, logra mayor satisfacción por lo que hace, tiene más empeño, es persistente, experimenta una sensación de control personal, eleva su autoestima y su creatividad (Tirado et al., 2010).

Al estudiar los hábitos de estudio en estudiantes ayuda el conocer las estrategias, técnicas, herramientas y métodos que los alumnos aplican día a día para lograr cumplir en tiempo y forma con sus tareas, trabajos extra clases, exposiciones y exámenes. Algunas investigaciones demuestran que los alumnos jóvenes optimistas y que cuentan con capacidades físicas e intelectuales tienen hábitos de estudio bien cimentados. Sin embargo, se obtuvieron resultados bajos en algunos hábitos que, de no atenderse en forma prioritaria por parte de autoridades y profesores, podrían provocar que los alumnos reprueben, fracasen y en el peor de los casos abandonen la escuela (Tirado et al., 2010; Núñez y Sánchez, 1991).

En tanto, Núñez y Sánchez (1991) advierten que en el proceso de aprendizaje, el sujeto debe adquirir una serie de habilidades y contenidos que, internalizados en sus estructuras mentales, puede aplicar en distintas situaciones como recursos para adquirir nuevos conocimientos. Para el logro de estas conductas, la escuela debe proporcionar a los estudiantes diferentes métodos de trabajo que impliquen técnicas de estudio para la adquisición, interiorización y aplicación constante en sus estudios.

En esta investigación se usa la noción de hábitos de estudio en el sentido de las distintas acciones emprendidas por el estudiante en forma repetida para adquirir conocimientos a través de sus apuntes de clase, libros de texto, páginas web o cualquier fuente consultada para este fin, con el propósito de alcanzar una meta que se ha fijado él mismo.

Sin embargo, la experiencia demuestra que un número significativo de estudiantes universitarios obtiene bajos resultados académicos, porque no todos los estudiantes hacen frente con éxito a los nuevos desafíos que la universidad les plantea: mayor exigencia, planeación y organización del trabajo académico, mayor dedicación al estudio, autonomía e investigación de campo y biblioteca, entre otros.

Muchos de los problemas relacionados con el éxito en la escuela giran alrededor de los buenos hábitos de estudio y las expectativas en relación con las tareas en casa. En este sentido, los padres pueden desempeñar un papel muy importante proveyendo a sus hijos de ambientes y materiales necesarios para que el estudio sea una actividad exitosa.

El planteamiento anterior ha orientado el interés por conocer las condiciones bajo las cuales los estudiantes incursionan en el estudio y conocimiento, con el objeto de identificar las diversas formas de organización y planeación, situaciones ambientales, así como las técnicas y hábitos que favorecen el éxito académico. Como lo señala Perellón (2014) la comprensión activa sobre el material que ha estudiado. Ello implica que el estudiante sea creativo y dedique el tiempo necesario a esta actividad. En resumen: tener hábitos de estudio. El mismo autor considera que el fracaso escolar se identifica en aquellos estudiantes que no asisten o llegan tarde a sus clases, no realizan las tareas, no investigan, no leen y no aceptan ningún tipo de apoyo adicional por parte de sus compañeros y docentes.

La literatura y la práctica cotidiana evidencian que "el hábito de estudio representa para la vida académica un factor preponderante para alcanzar el éxito académico. Puede ser definido como la aplicación de métodos y actitudes que facilitan la adquisición de conocimientos cada vez más complejos" (Téllez, 2005). Es así como los hábitos de estudio deben estar articulados con las características de la profesión, en general, y con los objetivos específicos de la actividad académica, en particular.

Entre los hábitos de estudio que mejoran el desempeño académico de los estudiantes en educación superior destacan los siguientes: la administración del tiempo; las habilidades cognitivas como la memoria, la atención y la concentración; la comprensión de lectura; los apuntes de clase; la redacción; el concepto de sí mismo; la motivación y voluntad; las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo (Torres et al., 2009).

Los resultados de los hábitos sobre planeación y organización, atención en clase, memorización, comprensión de lectura, estudio de casa y estrategias para enfrentar los exámenes se asemejan al análisis de las investigaciones realizadas por Zúñiga (1993 y 1998), Reyes y Obaya (2008), Vidal, Gálvez y Reyes (2009), Torres et al (2009), donde se evidencia lo difícil que representa para los alumnos organizar y desarrollar su proceso de aprendizaje, subrayando la necesidad de implementar un conjunto de estrategias que permitan mejorar sus hábitos, y por tanto, su rendimiento escolar. Por ello, una medida adecuada para enfrentar los problemas de los malos hábitos y de falta de motivación por parte del alumno podría ser a través de la tutoría académica.

La tutoría académica es el acompañamiento y apoyo docente de carácter individual, que favorece una mejor comprensión de los problemas que enfrenta el alumno en lo que se refiere al ambiente universitario, a las condiciones individuales para un desempeño aceptable durante su formación y para el logro de los objetivos académicos (ANUIES, 2000).

En la tutoría se propicia una relación pedagógica diferente a la que se establece en la docencia ante grupos numerosos, en este caso el profesor asume el papel de consejero en un ambiente mucho más relajado y amigable (Latapí, 1988). En ese sentido, el Programa Sectorial de Educación 2007-2012, señala que se deben aplicar estrategias en la educación superior para establecer servicios de orientación educativa, tutorías y atención a las necesidades de los alumnos, principalmente de aquellos que están en riesgo de abandono o fracaso escolar (Oñate, 2001). El estudio de los hábitos de estudio y motivación de los alumnos es un buen inicio que propicia las áreas susceptibles de mejora orientadas a trabajar con la implementación de talleres que apoyen a los alumnos en desarrollar habilidades y estrategias para mejorar sus hábitos de estudio, además de iniciar con las trayectorias académicas para así orientar a los jóvenes en su proyección académica y laboral.

Existen diferentes herramientas para evaluar este tipo de hábitos. Una de ellas es el Inventario de Hábitos de Estudio (IHE), descrito por Pozar en 2002. Este inventario validado busca detectar el grado de conocimiento que un estudiante tiene de su ocupación, a través de un instrumento que, además de establecer "la naturaleza y grado de los hábitos, actitudes o condiciones con que el estudiante se enfrenta a su específica tarea de estudio", permite identificar acciones que favorezcan la adquisición o mejoramiento de aquellos hábitos de estudio considerados facilitadores del proceso de aprendizaje (Almela, 2002).

El objetivo de la presente investigación fue determinar la relación de los hábitos de estudio y el rendimiento académico en estudiantes de la licenciatura en Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco.

Metodología

La investigación se llevó a cabo con 173 estudiantes de ambos sexos de la licenciatura en Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de México, distribuidos en los semestres segundo, cuarto, sexto y octavo, provenientes de lugares rurales, semi-rurales y urbanos. La Unidad Académica Profesional Tejupilco se localiza al sur del Estado de México, a 105 kilómetros de la ciudad de Toluca, capital del Estado.

El instrumento se aplicó en dos momentos diferentes. En el primero, se llevó a cabo un estudio descriptivo que sirvió para analizar cómo es y cómo se manifiesta el fenómeno y sus componentes, para lo cual se tuvo en cuenta dos elementos fundamentales: la población y el instrumento (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, 2006; Tapia, 2000 y Ander-Egg, 2001). En un segundo momento, se realizó un estudio correlacional, que midió la relación entre hábitos de estudio y rendimiento académico (Hernández et al., 2003; Tapia, 2000 y Ander-Egg, 2001).

Para el desarrollo de la investigación se utilizó el instrumento validado llamado Inventario de Hábitos de Estudio (IHE) (Pozar, 2002).

Rendimiento académico

“Por rendimiento académico se entiende aquí al nivel de conocimientos de un alumno medido en una prueba de evaluación. En el rendimiento académico intervienen, además del nivel intelectual, variables de personalidad (extraversión, introversión, ansiedad) y motivacionales, cuya relación con el rendimiento académico no siempre es lineal, sino que está modulada por factores como nivel de escolaridad, sexo y aptitud. Otras variables que influyen en el rendimiento académico son los intereses, hábitos de estudio, relación profesor-alumno, autoestima” (Sánchez, 2002).

Definición operacional

Se identificó por medio de la trayectoria académica de cada estudiante (García et al., 2000).

Hábitos de estudio

Pozar (2002) dice que el hábito de estudio “es una actividad regida por un conjunto de hábitos intelectuales a través de la cual se intenta adquirir y transformar la cultura; es en definitiva, un continuo proceso de aprendizaje”.

El IHE se aplicó para detectar los hábitos de estudio que utiliza el estudiante durante su formación académica.

Las hipótesis planteadas fueron:

Ho

No existe relación estadísticamente significativa entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico

Hi

Sí existe una relación estadísticamente significativa entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico

El IHE sirvió para identificar el grado de aplicación de los factores ambientales, planificación del estudio, utilización de materiales y la asimilación de contenidos que influyen en el desempeño académico de los estudiantes.

Primeramente, se dio a conocer a los docentes y estudiantes el objetivo de la investigación y se solicitó su colaboración para la aplicación del instrumento. En seguida, se dio una explicación detallada a cada grupo de estudiantes para que contestaran la hoja de respuesta, según Pozar (2002).

Para cada escala básica se obtuvo:

Una puntuación directa total, en la que intervinieron todos los ítems que la integran.

La puntuación directa total dependió de la corrección de cada escala y se realizó de la manera que se detalla en seguida:

La corrección de la escala I (condiciones ambientales) se realizó en la primera página de respuestas, colocando la plantilla de manera que la primera columna de círculos se superponga sobre las contestaciones del sujeto en el margen derecho de la página y por los círculos primero y último donde aparecen los número 1 y 30. Toda respuesta del sujeto que coincidió con algún círculo de la plantilla se consideró correcta y recibió la puntuación que aparece impresa encima.

La puntuación correspondiente a esa página es la suma de los puntos obtenidos por las respuestas que aparecen en los círculos y su total se anota en el recuadro correspondiente que existe en el margen inferior de la página.

A continuación, y sobre esa misma página, se hizo lo mismo con las demás escalas (II, III, IV, y S). Los resultados se anotaron en los espacios existentes para tal fin en el margen inferior de la página.

Igual procedimiento se siguió con las siguientes páginas de respuestas (en los círculos de referencia deben aparecer los números 31 y 60 en la segunda página, y finalmente 61 y 90 en la tercera) anotando los resultados en el margen inferior.

La puntuación directa (PD) de cada escala se obtuvo sumando las puntuaciones conseguidas en las tres páginas, y su resultado se anotó en la segunda columna del recuadro del perfil en la portada del ejemplar.

Elaboración del perfil

En las tablas de los baremos del 6 al 10, en la parte central de la hoja de respuesta, aparecen las puntuaciones directas correspondientes a cada una de las escalas, y en las columnas de la derecha e izquierda su correspondencia con una escala de calificación.

La columna de calificación es, simplemente, una escala de nueve puntos, construida a partir de los datos de la tipificación que ayudó a clasificar a los sujetos con referencia al grupo normativo que sirvió para la tipificación. En el perfil (portada del ejemplar de la prueba) esta escala está agrupada en cinco valores de calificación subjetiva: Mal = 1, No Satisfactorio = 2, Normal = 3, 4 o 5, Bien = 7 u 8 y Excelente = 9.

Para utilizar estas tablas se partió de las puntuaciones directas registradas en la segunda columna del recuadro de perfil. En primer lugar, hubo que determinar el baremo correspondiente a cada semestre; esto es, el grupo normativo con el cual se compararon los resultados, para lo cual se tomó en cuenta el nivel de estudios del examinado al momento de aplicar el instrumento (licenciatura).

A continuación, se buscó en el cuerpo de la tabla y en la columna de la Escala I, la puntuación directa promedio obtenida por los sujetos del semestre evaluado. La calificación correspondiente fue anotada en la primera y última columna de la tabla y el valor respectivo se trasladó al recuadro del perfil haciendo en el mismo una señal clara en la línea de la Escala I y a la altura de la calificación correspondiente (por ejemplo, rellenando con un lápiz rojo el círculo ubicado en la misma columna del valor numérico de la calificación).

Se procedió de la misma manera con las demás escalas, consultando los baremos en la columna respectiva y trasladando los valores de calificación al perfil. Una vez registradas todas las calificaciones, se unieron con líneas rectas; la línea quebrada resultante es el perfil que corresponde a los sujetos del semestre evaluado.

Una vez que el Departamento de Control Escolar de la Unidad Académica Profesional Tejupilco tuvo capturadas las calificaciones por alumno de los semestres segundo, cuarto, sexto y octavo, nos proporcionó las trayectorias académicas por alumno y semestre.

Finalmente, a la información recabada y organizada se analizó con el paquete estadístico SPSS versión 22. Este trabajo incluyó el promedio de PD por semestre y la correlación entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico de los estudiantes de la licenciatura de Administración.

Resultados y discusión

De acuerdo con el método aplicado se obtuvo la siguiente información.

Perfil de hábitos de estudio de la escala de condiciones ambientales

Los semestres segundo y sexto tienen un nivel de utilización normal bajo con PD 22.6 y 22.5, respectivamente; mientras que el cuarto y octavo es normal moderado con PD 23.0 y 23.7, también respectivamente.

Los resultados de la investigación son superiores a los obtenidos por Torres et al. (2009), los cuales reportan que los estudiantes muestran un grado de utilización normal no satisfactorio con respecto a las condiciones ambientales del estudio; cabe mencionar que el modelo educativo que aplican es un enfoque curricular centrado en el estudiante, con el cual se busca que el educando desarrolle la capacidad de pensar por sí mismo, de formularse preguntas y de encontrar soluciones a problemas de su profesión.

Las diferencias encontradas entre una investigación y otra pueden deberse al modelo educativo que se está trabajando en la Unidad Académica Profesional Tejupilco y que está basado en el constructivismo, centrado en el estudiante y con una formación integral siendo similar al reportado por Torres et al. (2009), que es centrado en el estudiante. El perfil del estudiante considera ciertas aptitudes y actitudes para la construcción del conocimiento de cualquier temática, como se observa en estudiantes que aplican los hábitos de estudio correctamente.

Otro aspecto que influye en los resultados es el ambiente escolar, el cual resulta afectado cuando no hay una buena interacción entre compañeros y profesores (Vygotsky, 1978); de la misma manera, es necesario contar con un espacio adecuado y cómodo que permita la concentración para estudiar (Ausubel y Robinson, 1969).

Otro factor que interviene en los resultados encontrados es el comportamiento académico de cada estudiante dentro del aula, ya que algunos estudiantes no expresan sus dudas sobre términos técnicos o sobre la disciplina, y no hacen apuntes ni son participativos.

Lo anterior, se relaciona con las teorías de Piaget (1969) y Vygotsky (1978), quienes señalan que el conocimiento no se hereda ni se adquiere por trasmisión directa; para ambos, el conocimiento es una construcción del contexto.

Piaget habla del papel del juego, de la experiencia y la transformación social en el desarrollo cognoscitivo, y valora la importancia de la cooperación y el conflicto cognitivo que surgen cuando los estudiantes interactúan en actividades educativas como medio para facilitar el desarrollo cognoscitivo y moral. Sustenta que la educación debe orientarse a proveer el ambiente y los medios para nutrir la curiosidad del sujeto y la actividad exploratoria que lleva a un aprendizaje significativo.

Lo antes expuesto coincide con las teorías cognoscitivas, que reconocen que las condiciones ambientales favorecen el aprendizaje. Las explicaciones y demostraciones que dan los maestros de los conceptos hacen las vías de entrada de información para los estudiantes, y el ejercicio de las habilidades también promueve el aprender a aprender. Al mismo tiempo, estas teorías debaten que los meros factores educativos no dan cuenta cabal del aprendizaje de los estudiantes (Bruner, 1988).

Perfil de hábitos de estudio en relación con la escala de planificación del estudio

Los semestres segundo, cuarto y octavo tienen un nivel de utilización normal moderado con PD 12.5, 11.6 y 13.9 respectivamente, mientras que el sexto es normal bajo con PD 10.6

Los resultados de la investigación son superiores a Torres et al. (2009), quienes reportan que los estudiantes muestran un grado de utilización normal no satisfactorio. Mismo comportamiento se observa con (Martínez y Torres 2001), en su estudio titulado “Análisis de los hábitos de estudio en una muestra de estudiantes universitarios” donde aplican un modelo educativo centrado en el estudiante, cuyo resultado fue que los estudiantes muestran un grado de utilización normal no satisfactorio en relación con la escala de planificación de estudio.

Las diferencias encontradas entre la presente investigación y otras pueden explicarse por una mejor organización de las actividades académicas de los estudiantes de la Unidad Académica Profesional Tejupilco, pues estos se organizan para desarrollar actividades dentro y fuera del aula, además de que algunos no tienen otra forma de emplear su tiempo y, por lo tanto, dedican más tiempo a organizar sus actividades académicas, así como a confeccionar un horario de estudio personal y grupal, teniendo en cuenta que el horario de clases y su plan de estudios es flexible, lo cual les permite tener libertad de planificar y organizar sus actividades académicas dentro y fuera del aula.

Piaget (1969), afirma que las tareas o actividades que desarrollan los estudiantes dentro y fuera del aula o escuela están directamente influidas por el contexto social en el que viven y conviven, lo que se refleja directamente en su aprendizaje y rendimiento académico.

Perfil de hábitos de estudio de la escala de utilización de materiales

Los semestres segundo y cuarto muestran un nivel de utilización normal bajo con PD 16.9 y 16.2, respectivamente, mientras que el sexto y octavo semestre presentaron un nivel de utilización normal moderado con PD de 18.1 y 18.8 respectivamente.

Los resultados de esta investigación son inferiores a Torres et al. (2009), (Martínez y Torres 2001) y Escalante et al. (2008), los cuales reportan que los estudiantes muestran un grado de utilización normal alto, bien alto y normal alto, respectivamente.

Las diferencias entre hallazgos de las investigaciones, se debe al nivel socioeconómico de cada familia, el cual está influido directamente por la región geográfica. Como se ha señalado al inicio, la Unidad Académica Profesional Tejupilco se localiza en la región sur del Estado de México, donde prevalece un grado bajo de escolaridad de los padres, quienes tienen estudios de primaria incompleta, primaria y secundaria terminada, así como un pequeño grupo de familias con estudios superiores; esto aunado al bajo nivel económico, pues la actividad de la mayoría de las familias se da en el sector agropecuario con énfasis familiar o de traspatio.

Lo anterior impacta directamente en el estudiante, quien, en un primer momento, no tiene hábitos de lectura, carece de libros en casa y de bibliotecas públicas en su comunidad o escuela, lo cual tiene como consecuencia que no saben utilizar los materiales bibliográficos oportunos para sus tareas.

Además, se ha detectado que algunos estudiantes realizan lectura defectuosa y no consultan fuentes de información de instituciones públicas o privadas, además de que algunos están esperando que sus compañeros realicen las actividades y les proporcionen la información depurada.

Lo expuesto hasta ahora coincide con Bruner (1988), al mencionar que el avance intelectual está determinado por la actividad que se desarrolla dentro y fuera del aula o escuela, mediante el uso de fuentes de información, instrumentos, herramientas y tecnologías que evolucionan paralelamente con desarrollo social y por ende, impactan directamente en la educación de la sociedad.

Perfil de hábitos de estudio en la escala de asimilación de contenidos

En los semestres segundo, cuarto, sexto y octavo se obtuvo un nivel de utilización normal bajo con PD 21.5, 20.6, 20.3 y 21.2, respectivamente. Los resultados en este criterio son inferiores a los expuestos por Torres et al. (2009), quienes reportan que los estudiantes muestran un grado de utilización normal alto. El mismo comportamiento se aprecia en los resultados obtenidos por (Martínez y Torres 2001), en el sentido de que los estudiantes muestran un grado de utilización normal moderado.

Las diferencias en la información contenida en las investigaciones referidas, se debe a que los estudiantes no comprenden los contenidos antes de memorizar y, por lo tanto, como la indica Piaget, no se logra la asimilación, que es el proceso de respuesta a una situación estímulo usando los esquemas establecidos, ni la acomodación, que es el cambio en la respuesta ante el reconocimiento de que los esquemas existentes no son adecuados para lograr los propósitos actuales de los conocimientos; además de la influencia directa de los hábitos de estudio y las estrategias de aprendizaje utilizadas en estudios anteriores al universitario, así como el modelo educativo aplicado en los niveles previos, que es el basado en el conductismo, el cual privilegia el papel del docente como reproductor del conocimiento sin considerar los hábitos de estudio y las estrategias didácticas que facilitan el aprendizaje significativo y la construcción del conocimiento.

Un antecedente muy importante es el que hizo Piaget (1969), quien señaló que cada acto inteligente está caracterizado por el equilibrio entre dos tendencias polares, que son precisamente la asimilación y la acomodación. En la asimilación el sujeto incorpora eventos, objetos o situaciones en las formas de pensamiento existentes, lo que resulta en estructuras mentales organizadas. En la acomodación las estructuras mentales existentes se reorganizan para incorporar aspectos nuevos del mundo exterior, y durante este acto de inteligencia el sujeto se adapta a los requerimientos de la vida real, pero, al mismo tiempo, las estructuras mentales mantienen una dinámica constante.

Vygotsky (1978) consideró que la asimilación y la acomodación del conocimiento se pueden lograr más fácilmente mediante un trabajo colaborativo entre pares; es decir, formando pequeños grupos de estudiantes para identificar a los más capaces, a los que se encarga la tarea de resolver dudas de sus compañeros respecto de un tema concreto, de forma tal que al emplear un lenguaje común al grupo logren darse a entender más fácilmente a sus pares, con lo cual generarán la asimilación y la acomodación del conocimiento. También sostiene que la única educación que le es útil al alumno es la que mueve su desarrollo hacia adelante y lo dirige.

Piaget (1969) señala que los estudiantes luchan por mantener un balance entre la asimila ción y la acomodación, conforme tienen orden y significa do sus experiencias el estudiante logra fácilmente este balance; así mismo sostiene que los alumnos son activos y exploratorios de manera intrínseca al tratar de imponer orden, estabilidad y significado a la experiencia, ya sea dentro o fuera del aula, con los maestros o en la sociedad.

Perfil de hábitos de estudio en la escala de sinceridad

Los semestres segundo, cuarto y octavo presentan un nivel de utilización normal bajo con PD de 17.3, 17.6 y 15.1, respectivamente, mientras que el sexto presenta un grado de utilización normal moderado con PD 18.2.

La información generada en nuestra investigación es similar a la que reportan Martínez-Otero y Torres (2001), en cuyo trabajo se informa que los estudiantes muestran un grado de utilización normal bajo.

Las similitudes encontradas entre las investigaciones se deben a la responsabilidad y madurez con que contestaron el test los estudiantes en ambas investigaciones.

Una vez explicada la importancia de la veracidad de la información que proporcionará cada uno de los estudiantes, esta será de gran utilidad para la toma de decisiones en el ámbito educativo del centro escolar. Así mismo, esta actitud se debió a que los investigadores dieron explicaciones detalladas sobre la finalidad de las respectivas investigaciones y de las instrucciones acerca de cómo contestar el instrumento, además de haber hecho la observación de la importancia de que las respuestas fueran honestas.

Vygotsky (1978) afirma que si a un estudiante se le explica a detalle un tema específico y se le da a conocer la importancia que este tiene a nivel personal o grupal, responderá de una manera participativa con respuestas confiables a los cuestionamientos que se realicen sobre la temática explicada o estudiada.

Correlación

Se observa que no existe una relación estadísticamente significativa (P<0.05) entre las escalas de hábito de estudio y el rendimiento académico en estudiantes de la licenciatura en Administración.

Con respecto a la hipótesis planteada en esta investigación se rechaza la hipótesis alterna y se acepta la hipótesis nula, debido a que no existe relación estadísticamente significativa entre hábitos de estudio y el rendimiento académico en el ámbito definido por la investigación.

Los resultados son similares a los reportados por Cabrera y Sánchez (2004), quienes obtuvieron una relación no significativa (P<0.05); en cambio, Valdés (2001) halló una relación significativa en los factores de distribución del tiempo, motivación para el estudio y optimización de la lectura en el rendimiento académico.

Las diferencias se deben principalmente a que los hábitos se inculcan y evalúan en el nivel básico, cuando se da la oportunidad de que se sedimenten. Cuando sucede así, el estudiante incorpora este comportamiento en su desempeño académico. Autores tan diversos y de tiempos tan diferentes como Skinner (1954), Pavlov (1927) y Watson (1914) coinciden en que si se inculcan adecuadamente los hábitos de estudio, estos impactan positivamente en el rendimiento académico de los estudiantes, así como en su vida personal y profesional.

Otra diferencia encontrada entre investigaciones es que los estudiantes de menor edad desarrollan más fácilmente hábitos de estudio que los de mayor edad (Kancepolski y Ferrante, 2006).

Conclusiones

Una vez analizada la información obtenida en campo se concluye lo siguiente.

Los factores condiciones ambientales, planificación del estudio, utilización de materiales, asimilación de contenido y sinceridad de las escalas de hábitos de estudios muestran de forma general una tendencia de nivel de utilización de normal bajo a normal moderado.

Los hábitos de estudio en sus diferentes factores requieren mejorar el grado de utilización.

Los hábitos de estudio no se relacionan con el rendimiento académico.

El estudiante solo asiste a la escuela para obtener buenas notas y no tiene el interés en aprender a aprender; por el contrario, solo memoriza la información conforme se lo piden los docentes, como resultado de que estos participan de una educación tradicional, como también se desprende de los resultados obtenidos en esta investigación.

Con respecto a las hipótesis planteadas se acepta la hipótesis nula, que nos indica que no existe relación estadísticamente significativa entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico en estudiantes de la licenciatura de Administración de la Unidad Académica Profesional Tejupilco, por lo anterior, la influencia del rendimiento académico se debe a otros factores como el contexto social, familiar, económico y algunos más complejos como las estructuras cognitivas y afectivas y emocionales de cada estudiante, por lo que esta investigación abre el abanico para realizar futuras investigaciones e identificar los factores que influyen directamente en el rendimiento académico en la región sur del Estado de México.

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Recibido: Diciembre de 2016; Aprobado: Junio de 2017

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