Introducción
De acuerdo con Sternberg (1997), los estilos de aprendizaje (EA) históricamente se han definido como los métodos que se emplean con el fin de organizar nuestras cogniciones sobre el mundo para comprenderlo mejor. Un estilo es una forma de pensar y una manera preferida de aprovechar las aptitudes que se poseen; esto quiere decir que la aptitud se refiere al modo en que alguien sabe hacer una cosa, mientras que el estilo tiene que ver con la manera en que a ese alguien le gusta hacer algo.
Este concepto retoma la propuesta de Dunn, Dunn y Price (1985) y Keefe (1988), quienes afirman que los EA se vinculan con la personalidad del discente; por ejemplo, si se compara a estudiantes extrovertidos frente a estudiantes introvertidos, los primeros adquieren mejor las habilidades comunicativas interpersonales, mientras que los segundos desarrollan más las habilidades lingüísticas académicas.
Para Alonso, Gallego y Honey (2007) existen cuatro estilos básicos de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico y pragmático. Las características de las personas de acuerdo con el estilo de preferencia se describen de forma sucinta en la Tabla 1.
Fuente: Elaboración propia a partir de Alonso, Gallego y Honey (2007)
Continuando con Alonso et al. (2007), es elemental mencionar que esta clasificación no se relaciona directamente con la inteligencia, ya que siempre hay personas con esta facultad indistintamente de su estilo de aprendizaje predominante. Al respecto, los citados autores explican: “Parece útil la estrategia de prescindir parcialmente de la insistencia en el factor inteligencia, que no es fácil de modificar, e insistir en otras facetas del aprendizaje que sí son accesibles y mejorables” (Alonso et al., 2007, p. 70).
Aun así, y a partir de la clasificación de Alonso et al. (2007), se han realizado diferentes estudios en los que se muestra en términos generales que el estilo de aprendizaje que se destaca en estudiantes universitarios es el reflexivo, independientemente de la disciplina (Acevedo, Cavadla y Alvis, 2015; Camarero, Del Buey y Herrero, 2000).
Ahora bien, en cuanto a los antecedentes que se pueden mencionar sobre el estudio de los estilos de aprendizaje, vale acotar la investigación de Serra-Olivares, Muñoz, Cejudo y Gil (2017) realizada con estudiantes universitarios de Educación Física de la Universidad Católica de Temuco (Chile) (lapso 2015-2016). En dicho trabajo se aplicó el cuestionario CHAEA, mediante el cual se determinó que en los participantes predominaban principalmente los estilos de aprendizaje combinado (56 %) y activo (21%). Además, los estudiantes con un estilo de aprendizaje activo demostraron un rendimiento académico significativamente inferior al de sus compañeros que tenían un estilo de aprendizaje pragmático y combinado.
En otra indagación similar, desarrollada en España, Gil et al. (2007) evaluaron los estilos de aprendizaje de estudiantes de magisterio en la especialidad de Educación Física. El objetivo era intervenir en la implementación de los planes y programas de estudio que contribuyeran a la titulación de los estudiantes; en dicho trabajo se encontró que el estilo de aprendizaje predominante era el reflexivo (44 %), seguido del activo (23 %), el teórico (19.01 %) y el pragmático (13 %).
Asimismo, en el trabajo de Salas-Cabrera (2014), efectuado en la Universidad Nacional en Costa Rica sobre los estilos de aprendizaje predominantes en alumnos de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida, se encontró que en la mayoría de los estudiantes sobresalía un estilo de aprendizaje reflexivo.
En concordancia con lo anterior, Acevedo et al. (2015) llevaron a cabo una investigación con estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cartagena Colombia. Los resultados de este trabajo demostraron que el estilo de aprendizaje predominante era el reflexivo, con 31.9 % en hombres y 36.1 % en mujeres.
De igual forma, en un artículo de Isaza Valencia (2014) desarrollado en la Corporación Universitaria Minuto de Dios (seccional Bello), se determinó que resaltaban los estilos pragmático y teórico sobre otros como el activo o el reflexivo. Estos hallazgos contrastan con planteado en algunos modelos pedagógicos de educación superior, pues se esperaría que los últimos deberían de ser predominantes en los estudiantes.
Objetivo
El objetivo de la presente investigación fue documentar el estilo de aprendizaje que predomina en los estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Ahora bien, tomando como referencia lo sugerido en diferentes estudios en torno a que el estilo de aprendizaje más habitual en universitarios es el reflexivo -independientemente de la especialidad cursada-, en este trabajo se ha planteado la siguiente hipótesis:
Hi. El estilo de aprendizaje que predomina en los estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deportes es el reflexivo-teórico.
Metodología
Se realizó un estudio no experimental de tipo descriptivo y transversal en el que se incluyó al total de estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte (153) a quienes se les aplicó una cédula de identificación sociodemográfica, además del Cuestionario Honey-Alonso de estilos de aprendizaje (CHAEA) (1986), del cual se tiene autorización para su uso por parte de los autores.
El cuestionario consta de 80 reactivos, distribuidos equitativamente (20) para cada uno de los cuatro estilos de aprendizaje referidos. Vale acotar que no se incluyó a los estudiantes que no asistieron el día de la aplicación del cuestionario o que no aceptaron participar; además, se eliminaron los cuestionarios no contestados en su totalidad. Para realizar el trabajo de campo se contó con la aprobación del Comité de Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Querétaro. Además, de forma conjunta con el coordinador de la licenciatura, se agendó fecha para la aplicación del cuestionario en el aula y dentro del horario escolar.
El cuestionario fue autoadministrado, para lo cual se verificó la comprensión de las indicaciones y se validó el llenado de los cuestionarios. También se solicitó a los estudiantes que al finalizar su requisición realizaran el ejercicio de ubicar su estilo de aprendizaje preferente y se ofreció una breve interpretación del resultado. Para el análisis estadístico descriptivo se utilizó el programa SPSS (versión 20). Al momento de la aplicación del instrumento, se explicaron los objetivos del estudio y se solicitó de forma verbal su consentimiento y participación voluntaria.
Resultados
Participaron 153 estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte, de los cuales se exponen los siguientes resultados al aplicar el CHAEA. En la Tabla 2 se observa que predomina la participación de los estudiantes del sexo masculino (74.3 %); además, según la distribución por semestre, los mayores porcentajes fueron para el segundo (25 %), octavo (13.2 %) y séptimo (12.5 %).
Variable | Frecuencia | % | |
Sexo | Femenino | 37 | 25.7 |
Masculino | 107 | 74.3 | |
Semestre | 1 | 13 | 8.6 |
2 | 39 | 25.7 | |
3 | 17 | 11.2 | |
4 | 18 | 11.8 | |
5 | 12 | 7.9 | |
6 | 14 | 9.2 | |
7 | 19 | 12.5 | |
8 | 20 | 13.2 |
Fuente: Cédula de identificación n = 153
En la Figura 1, se observa que el estilo de aprendizaje activo es el que predomina entre los participantes, con preferencia “alta y muy alta” (67.32 %), en tanto que el estilo de aprendizaje reflexivo tiene una incidencia “baja y muy baja” (88.89 %), resultado que es contrario a la hipótesis de investigación planteada. Por otra parte, los estudiantes tuvieron una preferencia moderada para los estilos pragmático (55.56 %) y teórico (52.94 %), situación que contrasta con los hallazgos revisados en la literatura disponible que incluyó a estudiantes de Educación Física, en donde se muestra que el estilo que sobresale es el combinado, es decir, reflexivo-teórico y activo-teórico-pragmático (56 %), seguido de los estilos activo (21 %), teórico (13 %) y pragmático (4 %) (Serra-Olivares et al., 2017).
Ahora bien, al comparar los baremos de interpretación de los cuatro estilos de aprendizaje de Alonso et al. (2007) para carreras del área de humanidades con los datos obtenidos en el presente estudio, se puede indicar que el estilo activo es el de mayor preferencia entre los estudiantes (con una media de 11.99), en tanto que el estilo reflexivo es el menos preferido (con una media de 13.34), lo que significa una diferencia positiva de 2.06 puntos para el primer estilo, pero negativa en 2.58 puntos para el segundo. Respecto a los estilos teórico y práctico, sus medias estadísticas son mayores a las propuestas por los autores citados (Figura 2).
Los datos recabados en el estudio sobre estilo de aprendizaje en estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte muestran una preferencia alta y muy alta para el estilo activo, moderada para los estilos teórico y pragmático, y baja para el estilo reflexivo. En otras palabras, se puede indicar que en los estudiantes se tiene la presencia de estilos de aprendizaje combinados (activo-pragmático y activo-teórico), alejándose del estilo reflexivo, situación que difiere de la mayoría de la literatura revisada que incluyó a universitarios de educación física, en los cuales predomina el estilo reflexivo (Alonso et al., 2007; Gil et al., 2007; Serra-Olivares et al., 2017).
Discusión
Con base en los resultados de investigación, se puede afirmar que entre los estudiantes de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte sobresale el estilo de aprendizaje activo, hallazgo contrario a la hipótesis de investigación planteada, en la cual se refería que el estilo de aprendizaje de estos alumnos era reflexivo. De hecho, en este trabajo se ha demostrado que los participantes de esta investigación presentaron una preferencia moderada para los estilos pragmático (55.56 %) y teórico (52.94 %).
En tal sentido, se puede señalar que la naturaleza de la disciplina objeto de estudio de este trabajo exige un alto nivel de actividad y agilidad, así como soluciones prácticas y resolutivas, con un alto grado de actitud participante; sin embargo, también se debe apuntar que para todo esto se debe contar con una base teórica que permita entender y aplicar corrientes y modelos vigentes de manera correcta.
Igualmente, es necesario comentar, en cuanto a las limitaciones del estudio, que el cuestionario se aplicó en un solo momento, por lo que sería conveniente usarlo también durante toda la formación de los alumnos para observar y registrar si existen cambios en el transcurso de su proceso educativo.
Finalmente, la principal fortaleza de esta indagación radica en el aporte realizado a la literatura especializada sobre el tema en cuestión, pues se ha demostrado que los estilos de aprendizaje no necesariamente siguen una constante universal. En tal sentido, se deben tomar en cuenta distintas variables, como el país, el modo de vida y, por supuesto, las características propias de cada disciplina. En pocas palabras, en la educación de las personas no se puede partir de recetas establecidas debido a la complejidad de la esencia humana.
Conclusiones
De acuerdo con los diferentes autores citados en la introducción de este artículo, a nivel universitario los estudiantes deben de desarrollar el estilo de aprendizaje reflexivo; sin embargo, en el presente estudio se encontró lo contrario, pues el estilo que predomina en alumnos de la licenciatura en Educación Física y Ciencias del Deporte de la Universidad Autónoma de Querétaro es el activo. Aunado a esto, se puede afirmar que también existe una tendencia de los alumnos en cuanto a combinar estilos de aprendizaje (p. ej., activo-practico y activo-teórico), lo que se corresponde con las características de la carrera que estudian, donde se deben desempeñar actividades más prácticas y activas. Aun así, se debe advertir que el perfil laboral de este futuro profesional también se debe vincular con la atención de personas de diferentes grupos etarios con características específicas y/o con capacidades diferentes, los cuales requieren un análisis delimitado de sus necesidades y de las actividades físicas que deben desarrollar.
Ante esta situación, se propone realizar más investigaciones sobre el tema de estilos de aprendizaje y revisar las estrategias empeladas por los docentes en aulas para elaborar programas de intervención que permitan también potenciar el aprendizaje reflexivo; de ese modo se podrán ofrecer más herramientas para que los egresados se integren con mayor facilidad y de forma más eficiente al campo laboral.