Introducción
La deserción escolar es un tema que ha ganado interés en todas las instituciones dedicadas a la prestación servicios educativos. De acuerdo con el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina -citado por Román (2013)-, la deserción escolar en la región (independientemente del país analizado) comienza a presentarse a partir de los 13 años de edad del educando, es decir, cuando ingresa al nivel secundario. De hecho, según Román (2013), cerca de la mitad de los adolescentes de entre 17 y 18 años ya no asiste a la escuela. A esa edad, solo 32 % culmina el nivel medio, lo que genera que a los 24 años ocho de cada diez jóvenes latinoamericanos ya estén desvinculados del sistema educativo formal. Los países mencionados por Román (2013) con mayor tendencia en dicha problemática son Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
En el caso de México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) (2020), el promedio de escolaridad de la población mayor de 15 años de edad sigue en incremento. “Tan solo el 29.5 % de la población de 25 a 64 años cuentan con secundaria completa, el 16.7 % cursó la media superior y solo el 21 % cuenta con estudios de orden superior como una licenciatura o maestría” (párr. 8). Sobre esta situación, Arreola (5 de julio de 2018) señala el desaprovechamiento del bono demográfico, pues menciona que los jóvenes encuentran cualquier argumento para preferir actividades laborales en lugar de estudiar, lo que a largo plazo afectará sus ingresos y, en consecuencia, sus condiciones de vida.
Los datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) (Inegi, 2018) estiman que de cada 100 hombres jóvenes 34 asisten a la escuela (5.3 millones), mientras que de las mujeres jóvenes, lo hacen 33 de cada 100 (5 millones). Asimismo, en la referida encuesta se indica que conforme aumenta la edad de las personas, mayor es la proporción de quienes no asisten a la escuela. Es decir, entre las personas que tienen de 15 a 19 años, 60.8 % (6.9 millones) asiste a la escuela; 27.3 % (2.7 millones) de quienes tienen entre 20 y 24 años, y solo 7.5 % (705 000) de quienes se hallan en el grupo de 25 a 29 años. De acuerdo con la OCDE, en México solo 38 % de los jóvenes que cursan la universidad logran graduarse (Páramo y Correa, 2012).
Deserción escolar
La Secretaría de Educación Pública (2008) concibe a la deserción escolar como un indicador que expresa el número o porcentaje de alumnos que abandonan las actividades académicas antes de terminar algún grado o nivel educativo. En tal sentido, dicha institución ha clasificado la deserción en tres vertientes: deserción intracurricular, deserción intercurricular y deserción total.
El abandono que ocurre durante el ciclo escolar se denomina deserción intracurricular; el que se efectúa al finalizar el ciclo escolar, independientemente de que el alumno haya aprobado o no, se llama deserción intercurricular. Por último, la deserción total es la combinación de ambas deserciones.
La deserción escolar -de acuerdo con Torres (2012) - se vincula con un comportamiento que tiene su concepción en la sociedad y en las normas que esta impone como parte de un sistema, donde los estudiantes pueden interpretar su abandono como un paso positivo hacia la consecución de una meta.
Otra definición de deserción escolar propuesta por Torres (2012) tiene que ver con percibir el fenómeno desde la postura individual del interesado, donde él es quien decide el camino y la consecución de sus propias metas, las cuales no se vinculan con la educación formal.
Ahora bien, dentro de estas dos concepciones se halla una tercera, que indica que la deserción escolar se puede definir considerando la institución de donde emana. Definir la deserción desde una perspectiva institucional es menos complejo por el hecho de que cada estudiante puede ser visto como desertor, independientemente de su condición, en comparación con la cuestión individual que aborda el paradigma familiar, social y desde el criterio propio del desertor. Por tanto, en la definición institucional existe un punto que equilibra el indicador, ya que el fenómeno es visto como un problema que afecta la estabilidad financiera de una institución, principalmente si esta es de carácter privado. La deserción es, sin duda, un tema que debe ser prioridad para todas las instituciones educativas, independientemente de su modalidad (Chiavenato, 2013).
La Universidad Veracruzana ante la deserción
Esta investigación se llevó a cabo en la Universidad Veracruzana (UV), la cual fue fundada en 1944 y adquirió su autonomía en 1996. Se ubica en el estado de Veracruz, situado en el Golfo de México. Cuenta con cinco sedes regionales: Xalapa, Veracruz, Orizaba-Córdoba, Poza Rica-Tuxpan y Coatzacoalcos-Minatitlán, con presencia en 27 municipios. Por su matrícula se ubica entre las cinco universidades públicas estatales de educación superior más grandes de México (UV, 2019a).
Su oferta educativa cubre todas las áreas del conocimiento, organizadas en seis grupos: artes, ciencias biológico-agropecuarias, ciencias de la salud, económico-administrativa, humanidades y técnica.
Sin embargo, en esta investigación se eligió el tema de la deserción solo en estudiantes del área económico-administrativa. En concreto, se seleccionó la región Xalapa y la Facultad de Contaduría y Administración, donde se concentran cuatro programas educativos representativos del área de estudio, es decir, las licenciaturas en Administración, Contaduría, Sistemas Computacionales Administrativos, y Gestión y Dirección de Negocios (UV, 2019b).
El propósito es promover el diseño de estrategias que permitan a los estudiantes culminar sus estudios universitarios de manera exitosa, lo cual les puede garantizar mejores oportunidades al incorporarse a la vida laboral.
Método
Se ha planteado la necesidad de diseñar y aplicar estrategias a partir de la identificación de los factores que inciden en la deserción escolar en programas de estudio de nivel superior del área económico-administrativa. Para ello, se formuló la siguiente pregunta de investigación: ¿cómo abatir la deserción escolar en los programas de estudio de nivel superio del área económico-administrativa de la Universidad Veracruzana?
El objetivo fue identificar las causas que generan el abandono y la deserción de estudiantes universitarios del área económico-administrativa de la referida casa de estudios.
Diseño metodológico
El paradigma empleado fue el interpretativo, ya que cumple con los fines requeridos. Es decir, construir con la teoría una reflexión desde la praxis en un contexto determinado (Ricoy, 2006). Así, se procura comprender la realidad considerando que el conocimiento no es neutral, sino relativo según los significados otorgados, los cuales tienen pleno sentido en la cultura y en las peculiaridades de la cotidianidad del fenómeno. En este sentido, la metodología cualitativa permite hacer una rigurosa descripción contextual de estas situaciones que posibilitan la intersubjetividad en la captación de la realidad, a través de una recolección sistemática de los datos que admite el análisis descriptivo.
Este paradigma permitió abordar la deserción escolar desde un enfoque holístico, lo que sirvió para identificar las causas que motivan a los estudiantes a abandonar su formación profesional en México, en especial a partir del surgimiento de la covid-19.
Asimismo, el enfoque aplicado fue mixto (Hernández, Fernández y Baptista, 2014), y el tipo de investigación fue transversal (esta investigación recolectó datos en un periodo específico). El alcance fue descriptivo (Hernández et al., 2014), pues se lograron describir las características o factores del fenómeno.
La variable dependiente (objeto de la presente investigación) fue la deserción escolar, la cual es definida por la SEP (2008) como un indicador que expresa el número o porcentaje de alumnos que abandonan las actividades escolares antes de terminar algún grado o nivel educativo. Las variables independientes, en cambio, fueron el perfil social y demográfico, los aspectos económicos y aborales, la salud y el bienestar, el sistema sociofamiliar, la influencia académica y la influencia del entorno.
Población y contexto de estudio
Como se mencionó anteriormente, esta investigación se llevó a cabo en la Universidad Veracruzana, con estudiantes del área económico-administrativa de la Facultad de Contaduría y Administración, región Xalapa, donde se imparten las carreras de Administración, Contaduría, Sistemas Computacionales Administrativos, y Gestión de Negocios.
El tamaño de muestra se calculó de acuerdo con Gorgas, Cardiel y Zamorano (2011). Es decir, conociendo el total de la población de 2632 estudiantes de los cuatro programas educativos, se obtuvo un tamaño de muestra de 532, con un nivel de confianza de 99 % y un margen de error de 5 %. Los criterios de selección que se consideraron fueron los siguientes:
Inclusión: Todo estudiante inscrito como alumno regular en la Facultad de Contaduría y Administración. Asimismo, estudiantes regulares que acepten participar en el estudio.
Exclusión: Alumnos que no acepten participar en el estudio.
Eliminación: Alumnos que contesten de manera incompleta el instrumento aplicado
Se aplicó el juicio de expertos para garantizar la validez y confiabilidad del instrumento (Cabero y Llorente, 2013). Específicamente, se contó con cinco expertos, los cuales fueron elegidos por su formación académica, experiencias y reconocimientos en la comunidad.
Se utilizó el coeficiente de Kappa de Fleiss (Torres y Pereda, 2009), con el cual se obtuvo suficiencia de .902m, coherencia de .956, relevancia de .891 y claridad de .945. Estos resultados se encuentran por encima del rango .81 y 1.00, por lo que su fuerza de concordancia es muy buena.
Además, se llevó a cabo una prueba piloto a 42 estudiantes en un ambiente controlado para garantizar la confiabilidad de los resultados (Urrutia, Barrios, Gutiérrez y Mayorga, 2014). Finalmente, se obtuvo el alfa de Cronbach para la medición de la confiabilidad y fiabilidad, lo que arrojó .867, valor considerado como bueno de acuerdo con George y Mallery (2003). Por tanto, se puede afirmar que el instrumento tiene buena consistencia, es válido y confiable.
El instrumento aplicado fue la Encuesta para Medir la Deserción Escolar en Instituciones de Educación Superior (Castillo, 2019), el cual consta de las siguientes categorías:
Categoría I. Datos generales del estudiante.
Categoría II. Datos académicos.
Categoría III. Salud y bienestar.
Categoría IV. Datos sociofamiliares.
Categoría V. Aspectos económicos y laborales.
Categoría VI. Datos de infraestructura, equipamiento, normatividad escolar y trato al usuario.
Categoría VII. Influencia del entorno.
Categoría VIII. Otros motivos no especificados.
Las ocho categorías conformaron un instrumento de 39 ítems de escalas ordinales y nominales. El instrumento se aplicó en un ambiente controlado a un total de 532 estudiantes de alguna de las carreras descritas. La aplicación se llevó a cabo a través de un formulario en línea (se eliminaron los errores de captura). Para el análisis final se utilizó el programa SPSS (versión 22.0) y para el área cualitativa se empleó el programa MAXQDA.
Resultados
Los resutlados se presentan con base en las categorias descritas con anterioridad:
Categoría I. Datos generales del estudiante
La edad promedio de los participantes fue de 20 años. De los 532 estudiantes, 252 fueron hombres y 280 mujeres.
El lugar de origen de 55 % de los participantes fue Xalapa (capital del estado de Veracruz), mientras 45 % eran estudiantes foráneos. Entre los lugares de procedencia se encuentran otros municipios del estado de Veracruz, es decir, Tlapacoyan, San Antonio Tlalnelhuayocan, Mesa Chica, Puerto de Veracruz, Cerro Gordo, Martínez de la Torre, Limones, Cosautlán, Xocotepec, Ayahualulco, Pinoltepec, Col. Úrsulo Galván, Xico, Teocelo, San Marcos de León, Estanzuela, Mpio. Emiliano Zapata,. Angel R. Cabada, Las Vigas de Ramírez, Paso de la Milpa, Actopan, Altotonga, Tatatila, Alamo Temapache, Juan Rodríguez Clara, Zapotitlán Atzalan, Ixhuacan, El Chico municipio de Emiliano Zapata, Trapiche del Rosario, Ahuateno, Atzalan, Landero y Coss, Naranjos, Tigrillos, Apazapan, Tres Valles, Baxtla, Teocelo, Los Jacales Alto Lucero, Huatusco, Guadalupe Sarabia, El Aguaje, Mpio. Emiliano Zapata, Buena Vista municipio de Landero y Coss, Tlapacoyan, Gutiérrez Barrios, Vega de Alatorre, Chiconquiaco, Tepetlán, Tlaltetela, Villa Emiliano Zapata antes Carrizal, Ver., Hustusco, Suchilapan, Municipio de Jesús Carranza Ver., Pánuco, Poza Rica, Coacoatzintla, Cuautla, Morelos, Coacoatzintla, Malacatepec, Emilio Carranza, Vega de Alatorre, Las Vigas de Ramírez Ver., Irapuato, Vicente Guerrero Municipio Hidalgotitlan, Tenochtitlan, Minatitlán, Colipa, San Salvador, El Seco; Puebla, Costa Esmeralda, Jalacingo, Villa Emiliano Zapata, Tonalaci, Xico, Mahuixtlan, Córdoba, Cosautlán de Carvajal, Vicente Guerrero Tepetlan, Papantla de Olarte, El Terrero, Mpio. de Emiliano Zapata, Fortín de las Flores, Cerro Azul, San Juan Xiutetelco, Puebla, Pacho Viejo, Tlaxcala, Zempoala, Nanchital, Tantoyuca, Rancho Viejo, Misantla, El Cafetal.
Algunos estudiantes declararon que su lugar de origen se hallaba fuera del estado de Veracruz, como Teziutlán y Hueytamalco-Puebla, Matías Romero Avendaño-Oaxaca CDMX, San Cristóbal de las Casas-Chiapas, Villahermosa-Tabasco, Guadalajara-Jalisco, Azcapotzalco-Ciudad de México, Ciudad del Carmen-Campeche y Cancún-Q. Roo. Debido a que estos alumnos eran foráneos, sus gastos eran mayores, lo que incrementa el riesgo de abandono.
Por otra parte, todos los participantes cursaban sus estudios en el sistema escolarizado, por lo que les quedaba poco tiempo para trabajar y buscar apoyo para sus gastos. Por eso, una de sus principales peticiones fue que las distintas materias se deberían ofertar en horarios continuos para evitar las horas muertas entre clases.
Categoría II. Datos académicos
Los participantes cursaban del 1.º al 8.º semestre. Específicamente, 46.2 % de segundo semestre, 21.6 % de cuarto semestre, 14.5 % de sexto semestre y 13.8 % de octavo semestre. Asimismo, 40.1 % indicó que su estilo de aprendizaje era visual, es decir, preferían leer, imaginar, buscar diferencias y comparar imágenes; 35.6 % se identificaron como kinestésicos, pues preferían interactuar con el contenido (tocar y hacer); 12.3 % afirmó que no conocía cuál era su estilo de aprendizaje, y 12 % se identificó como auditivo (prefieren escuchar música, videos, etc.).
Entre los principales motivos que han causado baja temporal en los estudiantes se hallaron los asuntos familiares (43.7%), los motivos económicos (16.7 %), así como debido a que el docente no resultó ser de su agrado (13.5 %) por diversos motivos (se destaca la forma de enseñanza), y por cuestiones de salud (8.7 %) o exceso de trabajo (8.7 %).
Categoria III. Salud y bienestar
Del total de encuestados, solo 21.1 % indicó que ha presentado algún problema de salud que ha impedido su asistencia a clases.
Categoría IV. Datos sociofamiliares
90.2 % indicó que vivían con sus padres. De hecho, 85.6 % dependían económicamente de ellos. En la distribución de los gastos familiares, se observaron como prioridades la alimentación y bedidas, la educación, los gastos de la casa, el transporte, el cuidado personal, la comunicación, los pagos de rentas y de créditos, la limpieza y cuidado de la casa y, por último, el rubro de reparación de la casa.
Asimismo, 28.6 % señaló que estudiaba y trabajaba, aunque acotaron que esto no perjudicaba su desempeño académico.
Categoría V. Datos de infraestructura, equipamiento, normatividad escolar y trato al usuario
Mayoritariamente, los encuestados consideraron que la infraestructura escolar (instalaciones, mobiliario y equipos) no influía en la deserción escolar, y tampoco el estatuto de los estudiantes. En cambio, el trato de los docentes hacia los estudiantes sí fue señalado con 50.7 %.
Por otra parte, 83.5 % opinó que la licenciatura cursada cumplía con sus expectativas, por lo que no es motivo de deserción. Tampoco estimaron que la ubicación geográfica de la universidad aumentara los índices de abandono, pues el estudiante era consciente de esta variable antes de cursar su carrera.
Categoría VI. Influencia del entorno
85 % señaló que el conflicto entre compañeros o docentes puede influir en el abandono de sus estudios. Asimismo, la situación económica y los problemas familiares o laborales fueron considerados por más de 50 % de los estudiantes, a diferencia de los gastos de inscripción, libros y demás, que no se estimaron como significativos para salir de la carrera.
En cuanto a algunas áreas de mejora de las carreras, hicieron referencia a las computadoras de la facultad, la biblioteca, maestros especialistas en los temas y velocidad de la conexión a internet.
Por otra parte, y siguiendo el enfoque cualitativo de la presente investigación, se formuló esta interrogante: ¿le gustaría compartir algún otro aspecto no tratado durante la presente encuesta que pudiera influir en su decisión como estudiante frente al tema de la deserción escolar?
Las siguientes categorías se presentan con base en las respuestas de los estudiantes:
Comprensión y motivación por parte de los docentes:
Cuestiones administrativas de la universidad:
Debido a la pandemia que se está viviendo, comprendo que se tuvo que modificar el calendario escolar haciendo más extenso el periodo escolar y también posponiendo las evaluaciones. No me parece lo mejor, ya que, si el estar en aislamiento genera estrés, el saber que después de concluir las clases tenemos que esperar hasta agosto para presentar exámenes crea más estrés.
La mala organización directiva.
Pues tener mucha más disposición y escucha por parte de los docentes y directivos, tomar acción sobre las peticiones por parte de los alumnos (salones, clases menos saturadas, mayor capacidad de relación entre el docente-alumno para que los temas vistos queden claros).
La falta de inglés en la facultad.
El horario escolar no es adecuado. No hay oportunidad de acomodar las clases.
No se escucha a las peticiones de los estudiantes y terminamos ajuntándonos a lo poco que se ofrece, desmotivándonos y perdiendo interés en participar en las pocas actividades de la facultad.
Los horarios. Fuera mas práctico tener las materias de corrido y poder disponer de nuestro tiempo.
La disponibilidad de horarios al hacer la prescripción puede afectar fuertemente la decisión de abandonar una carrera si es que están muy mal distribuidas.
Cumplimiento de plan de estudios
El cumplimiento de los temas en las experiencias educativas por parte de estudiantes no es completo.
Los docentes no dan sus clases y no cumplan con las expectativas del curso.
Plan de estudios con temas muy atrasados que no se apegan a la actualidad (al igual que la forma de impartir por parte de los profesores).
Incluir más horas de aprendizaje para la preparación laboral.
Conocimiento de los docentes
La falta de conocimiento o asesoramiento hacia los alumnos puede llevar a mala toma de decisiones por parte de estos, desde la carga de EE hasta las materias reprobadas.
Mejorar a algunos profesores relacionados a las tecnologías.
Que los profesores estén mejor capacitados.
Pues mi recomendación sería el capacitar de manera correcta a los docentes en las maneras que tratan a los alumnos.
Que haya profesores de calidad; hasta el momento, son muy poco los docentes que imparten clases de manera objetiva y clara.
Trato de los docentes
Aspectos económicos
Demasiados gastos por el uso de internet ahora con la pandemia.
Los invito a que respeten la parte "opcional" del pago Pro-Mejoras, porque en "mi pago" dicen "opcional", la página de Luzio-UV dice opcional, pero luego en la facultad dicen obligatorio; no todos tenemos 800 pesos para pagar un Pro-Mejoras, donde no existe una rendición de cuentas en cuanto a lo que se hace con ese presupuesto.
Muchos padres perdieron sus empleos o tuvieron que cerrar sus negocios.
No hay becas para evitar la deserción escolar, especialmente para los alumnos de bajos recursos.
Sí, llevo solicitando becas y no soy compatible; yo soy foránea y pienso que debería haber la posibilidad de becas sin que sea un proceso que desmotive.
Los foráneos tenemos necesidad de rentar departamento para hacer mas corto el camino a la escuela; económicamente puede ser otro factor en caso de no poder pagar ni transporte no renta.
Aspectos familiares
Infraestructura tecnológica
Ahorita con la contingencia al tener clases en línea, no todos tenemos acceso rápido y las 24 horas del internet para las clases y tareas.
El no tener una computadora para hacer todas las tareas virtuales.
No contar con internet.
En mi pueblo no hay internet y tengo que viajar para poder asistir a mis clases virtuales.
Aspectos de salud
El no contar con ayuda psicológica puede ocasionar la deserción.
En la ubicación geográfica está bien, pero siento que el cupo de alumnos para poder llevar correctamente una sana distancia, no se podría; de igual forma, los baños y cafetería tienen poco espacio y existe aglutamiento de alumnos tanto fuera como dentro (...). La tardanza de algunos docentes o faltas sin avisar por parte de ellos de igual propician los alumnos anden fuera del salón de clases o dentro, pero sin tomar las medidas (...). De igual, habemos alumnos como maestros que somos más vulnerables; en mi caso, soy diabética. ¿Cómo llevaremos a cabo el regreso si no se puede manejar una buena sana distancia (...), ni una buena sanidad después de cada clase? Se entraría sin haber sanitisado los salones y sería foco de contagio.
La mala alimentación para los que vienen desde lejos cuando las clases eran presenciales.
Hace falta más difusión de los servicios de ayuda psicológica a los alumnos; muchos tienen problemas de ansiedad, pero no siempre los medios para recibir ayuda.
Otros aspectos
Contar con guardería para mamás solteras cuando se reanuden las clases presenciales.
Las clases virtuales.
Un factor sumamente importante para mi deserción escolar sería el no tener acceso fácilmente a internet.
Las clases online no son tan productivas como las presenciales.
Los maestros no han modificado la forma de dar clases, usan pizarrones con gises al fondo de su computadora en las clases virtuales y no se alcanza a ver nada de lo que escriben en el pizarrón.
Discusión
De acuerdo con los resultados obtenidos, se identifica una disposición mayor por parte de las mujeres para continuar estudiando y actualizándose, lo que coincide con el análisis de género publicado por la OCDE (2018). Asimismo, la edad promedio de los encuestados se encuentra entre los 20 años, mientras que 90.2 % indica que aún viven con sus padres (85.6 % señala que dependen de ellos económicamente).
Por otra parte, se infiere que el desempleo generado por la covid-19 aumenta las posibilidades de deserción debido a que disminuyen los ingresos familiares. Esto es particularmente preocupante en el caso de los alumnos que provienen de otros lugares (45 %), los cuales deben gastar en hospedaje, alimentos, transporte, etc.
En este sentido, la modalidad de estudios en todos los casos es el sistema escolarizado; por tanto, el que un estudiante tenga que trabajar implica una deserción escolar por no poder atender los horarios de clases establecidos. Al respecto, se destaca que muchos estudiantes (gracias a que las clases ahora son virtuales debido a la pandemia) han podido tomar trabajos de medio tiempo. Sin embargo, algunos han tenido que dar de baja sus experiencias educativas debido a que los horarios del trabajo y de las clases colisionaban, aunque vale acotar que para 28.6 % la actividad laboral no les demanda más tiempo, por lo que no prejudica sus estudios.
Castillo, Caballero, Zapata y González (2016) afirman que conocer el perfil de ingreso de la carrera por cursar permite ubicar al aspirante en su esfera sociocultural, lo que sirve para evaluar sus valores y características de personalidad. Esto amplía la visión de su trayectoria académica a largo plazo. Al respecto, cabe destacar que más de 50% de los encuestados hicieron un examen para determinar su perfil antes de ingresar a sus respectivas carreras.
Otro de los rubros que se evalúa para determinar factores de deserción escolar es la forma en la que los alumnos aprenden. Para ello, es fundamental la intervención del docente durante las clases, pues esto genera una motivación para continuar en el plantel. Sobre esta variable, López y Morales (2015) mencionan que conocer los estilos de aprendizaje de los alumnos facilita la asociación de factores como el nivel sociocultural y académico previo.
En este sentido, 40.1 % de los encuestados indican que su estilo de aprendizaje es visual, ya que prefieren leer, imaginar, buscar diferencias, comparar imágenes, etc.; mientras que 35.6 % se identifican como kinestésicos (les gusta interactuar con el contenido). Solo 12.3 % manifestó que no conocía su estilo de aprendizaje, y 12 % son auditivos (prefieren escuchar música, videos, etc.).
Entre los principales motivos que han causado baja temporal, 43.7 % señaló cuestiones familiares, 16.7 % motivos económicos, 13.5 % el descontento con el docente (especialmente con la forma de enseñar), y 8.7 % cuestiones de salud y exceso de trabajo, respectivamente.
Con base en los resultados anteriores, de forma general se puede afirmar que los factores que aumentan el riesgo de abandono son la dependencia económica, el difícil acceso a las tecnologías y a una conexión más estable de internet, así como la escasa capacidad didáctica de los docentes para enseñar los contenidos.
En cambio, no representan una amenaza tan latente ciertas variables como la infraestructura escolar, el mobiliario y los equipos disponibles, aunque algunos consideran que se podría mejorar en cuanto a los servicios de internet, biblioteca, etc.
Conclusiones
¿Cómo disminuir los riesgos de deserción escolar en una institución de educación superior? Para responder a esta interrogante se pueden proponer las siguientes estrategias: en cuanto al ámbito académico, se deben promover actividades que optimicen los procesos derivados de la planeación docente, la impartición de clases, el respeto por los estudiantes y la evaluación acorde de los cursos. Para ello, la selección del docente y el seguimiento de sus clases es de gran importancia, ya que muchos alumnos lo consideran como un factor determinante para continuar en sus careras. En los ámbitos económico y laboral, se debe promover la vinculación de los estudiantes con empresas que puedan aportar un incentivo económico. Finalmente, en el ámbito socioemocional, se recomienda la inclusión de apoyo socioafectivo para los estudiantes a través de cursos de capacitación continua y de mecanismos de divulgación de apoyos ya que muchos señalaron que sus asuntos familiares podían influir en su permanencia o en su abandono escolar.
Futuras líneas de investigación
A partir de los hallazgos de esta investigación, se identifican como futuras líneas de investigación el diseño e implementación de estrategias académicas y de gestión escolar que permitan a los alumnos enfrentar los retos que supone la educación virtual, la cual se ha tenido que implementar, en muchos casos de manera improvisada, debido a la pandemia generada por la covid-19.
Además, se debe profundizar en el estudio de las características de los estudiantes de nuevo ingreso para identificar sus competencias y necesidades, pues de ese modo se puede aplicar un programa de tutoría que permita disminuir los índices de deserción escolar.