Introducción
La búsqueda de la sustentabilidad desafía la enseñanza tradicional y demanda una educación integral centrada en el estudiante, una que fomente el conocimiento y la reflexión de las generaciones venideras (Aziz, Tahir y Qureshi, 2021; Kelley y Dikkers, 2016; Mogren, Gericke y Scherp, 2019). En efecto, la educación juega un papel importante, ya que coadyuva en el fortalecimiento de los valores y desarrolla competencias para disminuir las prácticas insostenibles de la sociedad (Munro, Marshall, Murray, Coyle y Sonnenberg, 2019; Yuan, Yu y Wu, 2021). La universidad, como parte de ese sistema educativo y como institución formadora, puede y debe desempeñar un papel importante en la construcción de comunidades más equitativas y sustentables (Tilbury, 2013). Lo anterior mediante el compromiso de sus docentes, con enseñanzas enfocadas en la sustentabilidad y en la generación de un cambio de actitud en los estudiantes (Lazzarini, Pérez y Boni, 2018).
El Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014) se presentó como una oportunidad para la integración de conocimientos, valores, perspectivas y prácticas vinculados con la sustentabilidad en todos sus principios (Leal, 2009; Yarime y Tanaka, 2012). Se pensó que con esta iniciativa la educación para el desarrollo sostenible (EDS) se convertiría en un objetivo prioritario para los docentes de todo el mundo, pero esto no sucedió (Gil, Vilches, Toscano y Macías, 2006).
Ahora bien, la Agenda 2030 se presenta como una nueva oportunidad para el fortalecimiento de la EDS, ya que, como establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, se busca “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2018, p. 27). La meta 4.7, a la letra, dice: “Todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos para promover el desarrollo sostenible, mediante la educación para el desarrollo sostenible (…) y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible” (ONU, 2018, p. 29). Esta agenda propone estrategias concretas para enfrentar los desafíos derivados de la modernidad (Blanco, R-Pertierra, Benayas y Lozano, 2018). En este contexto, en mayo de 2021, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania celebraron la Conferencia Mundial sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible, de la cual surgió la Declaración de Berlín. Allí, se establecieron compromisos como “empoderar a las juventudes como agentes de cambio para lograr el desarrollo sostenible, creando oportunidades de aprendizaje y de participación ciudadana, proporcionándoles las competencias y herramientas para que participen en la EDS como cocreadores de la transformación individual y social” (Unesco, 2021, p. 4).
Ante este panorama mundial, se consideró pertinente analizar cómo los actores de las instituciones educativas están contribuyendo al logro de la sustentabilidad. Se optó por realizar un estudio fundamentado en la percepción de los sujetos respecto de la sustentabilidad. Cabe especificar que dicho concepto de percepción es entendido aquí de la siguiente forma:
Proceso cognitivo de la conciencia que consiste en el reconocimiento, interpretación y significación para la elaboración de juicios en torno a las sensaciones obtenidas del ambiente físico y social, en el que intervienen otros procesos psíquicos como el aprendizaje, la memoria y la simbolización (Vargas, 1994, p. 48).
Es decir, se asume que la percepción de la realidad explica la forma en que los seres humanos interactúan con las comunidades y su entorno (Marques, Ursi, Lima y Katon, 2020). En el ámbito educativo, la percepción de los docentes sobre la EDS puede ser determinante sobre la manera en que se instruye y forma a los estudiantes para la conservación de los recursos para las generaciones futuras (Anyolo, Kärkkäinen y Keinonen, 2018).
Asimismo, la percepción de los jóvenes provee información de cómo el docente los orienta en el desarrollo de actividades académicas en relación con las tres dimensiones de la sustentabilidad: ambiental, social y económica (Brito, Rodríguez y Aparicio, 2018). Y de esta forma, avanzar en los logros de la EDS.
Con estas consideraciones, se determinó que esta investigación tuviera como objetivo evaluar la percepción de la sustentabilidad en estudiantes de nivel medio superior de la Escuela Preparatoria No. 47 de la Universidad Autónoma de Guerrero en la comunidad de Texca, Guerrero.
Revisión de literatura
Para el contexto de esta investigación se concibe a la sustentabilidad como una forma de repensar la relación del ser humano con la naturaleza integrando las dimensiones económicas, sociales, ambientales y de valores; por lo tanto, se considera un tema interdisciplinario que debe abordarse con una visión holística para preservar los recursos para las generaciones presentes y futuras (Watson, 2017; Zarta, 2018).
La Declaración de Berlín describe a la EDS como un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Enfatiza que se debe integrar en todos los niveles de la educación y la formación desde la primera infancia hasta la etapa adulta. Hace hincapié en las habilidades cognitivas, el aprendizaje social y emocional, y las competencias para promover un comportamiento individual en pro del desarrollo sostenible (Unesco, 2021).
Con el fin de atender las demandas de la EDS, las instituciones educativas se han esforzado en insertar en sus planes y programas educativos temas que atiendan de manera urgente los problemas globales del siglo 21 (Jung, Park y Ahn, 2019; Mendoza y Rodríguez, 2021; Ramírez, 2018); sin embargo, se debe reconocer que, además de la dimensión curricular, es necesario incrementar las acciones que orienten a los directivos, docentes y estudiantes a la toma de conciencia y sensibilización, así como a la promoción de valores sustentables y un cambio de actitud ante la sociedad (Gallardo, Dias y Ramos, 2019; Mendoza y Rodríguez, 2021; Msengi et al., 2019). Asimismo, es importante conocer cómo se están integrando los ODS en los procesos educativos desde la visión de los diferentes actores (Muguerza y Chalmeta, 2020).
Como parte de ese sistema educativo y como entidad docente e investigadora, la universidad busca consolidarse como un agente de cambio que proporcione respuestas a los múltiples problemas de la sociedad mediante la experimentación científica y tecnológica, así como la formación del capital humano con un cambio de actitud hacia el ambiente (Benayas, Marcén, Alba y Gutiérrez, 2017). Se reconoce al desarrollo sostenible como un eje rector para el logro de la sustentabilidad en los campus (Savelyeva y Douglas, 2017).
Cabe destacar que, a nivel mundial, las universidades han realizado esfuerzos encaminados a la sustentabilidad a través de la firma de convenios y su implementación en todo el sistema educativo; sin embargo, no se ha logrado integrar de forma holística (Lozano et al., 2015).
Mención especial merece el nivel medio superior, donde se busca que los estudiantes sean más críticos, creativos, reflexivos y conscientes de las problemáticas de su entorno y las perciban como cuestiones globales (Gallardo et al., 2019; Pérez, Miguel, Moreno y Martínez, 2019). Asimismo, este nivel educativo demanda la necesidad de contar con una visión integral para enfrentar con éxito los retos de la sustentabilidad (Dlouhá, Heras, Mulà, Salgado y Henderson, 2019; Espejel y Flores, 2012; Isaac et al., 2011). En México, el sistema educativo del medio superior está fundamentado en el enfoque por competencias; una de ellas apunta a que el estudiante contribuya al desarrollo sostenible de una forma crítica y con intervenciones responsables (Colín, Llanes e Iglesias, 2019; Pérez et al., 2019).
Experiencias de evaluación de la sustentabilidad en la educación
En la literatura nacional e internacional se ha encontrado que los estudiantes muestran escaso conocimiento de los problemas globales, pero sí están familiarizados con el concepto de sustentabilidad (García, Jiménez y Azcárate, 2020a; Jeong, Jung y Koo, 2015; Stir, 2006). Asimismo, son conscientes de la importancia de conservar los recursos para las generaciones futuras y manifiestan disposición para cambiar a un estilo de vida más sustentable (Tuncer, 2008). La educación formal y las técnicas tradicionales de las universidades han contribuido a lograrlo (Cottafava, Cavaglià y Corazza, 2019; Yuan et al., 2021).
También se han realizado estudios para medir los conocimientos, conductas o percepciones respecto a problemas ambientales en estudiantes de bachillerato. Predominan los estudios cuantitativos medidos con instrumentos como fichas de caracterización y encuestas, con ítems con opciones de respuesta en escala de Likert (Andrade y Gonzales, 2019; Espejel y Flores, 2015; Gädicke, Ibarra, y Osses, 2017; Mendoza y Rodríguez, 2021). Es importante señalar que estos estudios no se enfocan en el proceso educativo sino en las condiciones ambientales del contexto.
En el nivel medio superior mexicano se han realizado diversas acciones, como los programas de clase que incorporan temas prácticos enfocados al cuidado del ambiente para que los estudiantes desarrollen las competencias para minimizar los daños ambientales (Espejel y Flores, 2012; Vargas y Fernández, 2018); así como el desarrollo de proyectos escolares que coadyuven al cambio de percepción, conciencia y expectativas de los estudiantes en la incorporación del desarrollo sostenible en sus acciones diarias (Ramírez, 2018).
En la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) se reportan escasas investigaciones sobre el nivel medio superior. Destacan las de Gervacio y Castillo (2019), Tapia, Rodríguez, Aparicio y Castro (2019) y Gervacio y Castillo (2020), la cuales coinciden en emprender un análisis de la malla curricular, así como en la propuesta de diversas actividades encaminadas al desarrollo de la competencia desarrollo sostenible con el propósito de que los estudiantes sean capaces de atender los problemas de su entorno e implementen acciones para la preservación de los recursos naturales.
Las referencias arriba citadas, aunque significan un importante aporte a la literatura sobre la sustentabilidad en las aulas de bachillerato, son insuficientes, pues también es necesario conocer la visión de otros actores involucrados, como pueden ser los estudiantes; así, surge la interrogante de esta investigación: ¿qué percepción sobre la sustentabilidad tienen los estudiantes de nivel medio superior de la UAGro? Para dar respuesta, se realizó un estudio de caso en la Escuela Preparatoria No. 47 de esta institución, en la localidad de Texca, Guerrero.
Método
La investigación tuvo por objetivo evaluar la percepción de la sustentabilidad en estudiantes de nivel medio superior de la Preparatoria No. 47 de la comunidad de Texca, Guerrero. El estudio fue de tipo cuantitativo; se empleó la técnica de la encuesta mediante la opción de respuesta en escala de Likert. El alcance fue exploratorio, debido a que es un fenómeno poco estudiado en este nivel educativo (Hernández y Mendoza, 2018).
Contextualización
La Escuela Preparatoria No. 47 pertenece a la UAGro, institución pública con 48 escuelas de nivel medio superior, las cuales concentran en total una matrícula de 52 618 estudiantes (59.22 % del total de la universidad) (UAGro, 2021). La comunidad de Texca se ubica en la zona norte del municipio de Acapulco de Juárez; tiene una población de 2314 habitantes (1142 hombres y 1172 mujeres). En la actividad económica, destacan la agricultura de maíz, la cría de animales y los trabajos de albañilería (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [Inegi], 2020). De acuerdo con Moctezuma et al. (2021), los problemas socioambientales críticos que se presentan en la comunidad son: la falta de sentido y compromiso ambiental de los lugareños, la contaminación por agroquímicos utilizados en el cultivo del maíz y la inadecuada gestión de sus residuos sólidos urbanos.
Muestra
La Escuela Preparatoria No. 47 tiene 134 estudiantes, de los cuales participaron 79 (58.96 %), distribuidos como se muestra en la Tabla 1. La mayor participación se dio en el semestre dos, con prevalencia del género femenino. Los rangos de edad oscilaron entre 15 y 19 años. La participación fue voluntaria, sin coacción alguna.
Procedimiento
Se trabajó con el instrumento de Brito et al. (2018), el cual fue trasladado a un formulario Google. Dicho instrumento cuenta con opciones de respuesta de 0-4, donde 4 es excelente y 0 es deficiente; las cuatro opciones midieron distintos niveles de percepción (satisfacción, frecuencia y opinión) de temas relacionados con la sustentabilidad en estudiantes del nivel medio superior. Para la validación del instrumento, se contó con la participación de cuatro docentes-investigadores del área de ciencias ambientales, expertos en temas relacionados con la sustentabilidad; para fortalecerlo se realizó una consulta de literatura acorde al nivel educativo y contexto (Isaac et al., 2011; Mendoza y Rodríguez, 2021; Tilbury, 2013; Vargas y Fernández, 2018; Ramírez, 2018; Yuan et al., 2021).
El formulario constó de tres secciones: a) objetivo de la investigación e instrucciones para los participantes sobre el llenado y uso de la información (fines académicos e investigativos), b) datos generales sobre edad, género, semestre y turno y c) 21 ítems para evaluar la percepción de la sustentabilidad (Tabla 2).
Fuente: Elaboración propia
Se envió el formulario por correo electrónico a los estudiantes de los tres semestres en curso en el periodo febrero-julio de 2020.
La información obtenida se procesó en el software Microsoft Excel para determinar el coeficiente alfa de Cronbach, las frecuencias absolutas y las medidas de tendencia central (promedio, varianza y desviación estándar), así como los datos para evaluar la percepción de los estudiantes respecto a la sustentabilidad.
Resultados
Los resultados muestran la evaluación de la percepción de los estudiantes con relación a la sustentabilidad.
Información general de los participantes
Los participantes estuvieron conformados por un total de 34 hombres (43 %) y 45 mujeres (57 %). Respecto a la edad, las frecuencias más altas fueron de 15 años (35.4 %), 17 años (34.2 %) y 16 años (19 %); mientras que las bajas fueron de 18 años (7.6 %) y 19 años (3.8 %).
Percepción de la sustentabilidad
En lo tocante a las condiciones del aula para recibir las clases, el equipamiento de laboratorios, cómputo, biblioteca, áreas de esparcimiento, comida y áreas verdes, 85.1 % mostró respuestas de excelente, muy satisfecho y satisfecho; en tanto, 14.9 % manifestó estar poco y nada satisfecho (Tabla 3).
Ítems | Escala de respuestas de Satisfacción | Frecuencia | Porcentaje (%) |
1,6,7,10, 11, 12, 13, 14 y 15 | Excelente | 201 | 28.3 |
Muy satisfecho | 199 | 28.0 | |
Satisfecho | 205 | 28.8 | |
Poco satisfecho | 83 | 11.7 | |
Nada satisfecho | 23 | 3.2 | |
Escala de respuestas de frecuencia | |||
2,3,4,5,16, 18 y 19 | Siempre | 221 | 40.0 |
Casi siempre | 114 | 20.6 | |
A veces | 89 | 16.1 | |
Pocas veces | 60 | 10.8 | |
Nunca | 69 | 12.5 | |
Escala de respuestas de actitud y conocimiento | |||
8, 9 y 17 | Excelente | 114 | 48.1 |
Muy bueno | 81 | 34.2 | |
Bueno | 35 | 14.8 | |
Regular | 7 | 3.0 | |
Malo | 0 | 0.0 | |
Escala de respuestas de satisfacción | |||
20 y 21 | Totalmente de acuerdo | 48 | 30.4 |
De acuerdo | 83 | 52.5 | |
Ni de acuerdo ni en desacuerdo | 15 | 9.5 | |
Parcialmente de acuerdo | 8 | 5.1 | |
En desacuerdo | 4 | 2.5 |
Fuente: Elaboración propia
De la misma forma, 60.6 % de estudiantes percibe que siempre y casi siempre ha disminuido el uso del papel y consumibles, así como el manejo de residuos sólidos. En sentido opuesto, 16.1 % de los participantes respondió a veces y 23.3 % pocas veces y nunca.
Acerca de los conocimientos de los docentes sobre la sustentabilidad y su desempeño en el desarrollo de las actividades, las respuestas de muy bien y excelente suman 82.3 %; en tanto, para 14.8 % la actitud, desempeño y conocimiento es bueno, y para 3 % es deficiente, regular o malo.
En cuanto a los pagos que se realizan en la escuela (aranceles y cooperaciones voluntarias), 82.9 % de los estudiantes está de acuerdo y totalmente de acuerdo, 14.6 % parcialmente de acuerdo y 2.5 % en desacuerdo.
Evaluación de la sustentabilidad por género
Los estudiantes identificaron los problemas que afectan al planeta y consideran que es importante implementar acciones desde su entorno educativo para contribuir al logro de la sustentabilidad en sus tres dimensiones (ambiental, social y económica). Específicamente, los hombres mostraron porcentajes de 76 %, 74 % y 61 %, respectivamente; mientras que las mujeres mostraron 68 %, 69 % y 62 % en las mismas dimensiones.
Evaluación de las dimensiones de la sustentabilidad
En lo ambiental, se refleja que 71 % de los estudiantes tiene mayor conocimiento en el uso de las tecnologías para presentar sus tareas, disposición para el manejo adecuado de los residuos y actitud favorable para participar en las actividades enfocadas al cuidado del medio ambiente (Figura 1).
En la dimensión social, 72 % de los estudiantes muestra estar muy satisfechos con el conocimiento de los docentes sobre la temática de la sustentabilidad y la buena relación entre docentes-estudiantes y directivos, así como las condiciones y equipamiento de los laboratorios, las áreas donde toman los alimentos y la limpieza de los sanitarios.
En la dimensión económica, los estudiantes muestran estar de acuerdo (61 %) con los pagos de arancel establecidos; sin embargo, aun y cuando el resultado es bueno, señalan que hace falta apoyo económico para realizar estancias de verano de investigación, y consideran que es necesario conocer a dónde se destinan los recursos en la institución.
Discusión
Conforme a los resultados obtenidos se puede afirmar que, en general, los estudiantes de la Preparatoria No. 47 perciben la sustentabilidad como buena, sustentada en las acciones que desarrollan para minimizar los daños y conservar los recursos de su entorno.
En específico, 85.1 % de los estudiantes expresó satisfacción respecto a las condiciones de confort, infraestructura y equipamiento; sin embargo, 14.9 % se mostró poco y nada satisfecho. Colín et al. (2019) refieren que el acondicionamiento y equipamiento de los espacios son aspectos que contribuyen al logro del aprendizaje de los jóvenes. Otro hallazgo en la investigación es que los participantes realizan acciones para el cuidado del ambiente y disminución de los impactos que afectan al planeta. Estos resultados tienen una aproximación a los de Espejel y Flores (2012), quienes elaboraron y ejecutaron un programa ambiental con estudiantes del Centro de Estudios Tecnológicos, Industriales y de Servicios (CETis) 104 de Puebla y del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis) 212 de Tlaxcala; detectaron que crecieron los valores y actitudes para aminorar el deterioro del planeta debido a las tareas de la escuela y la comunidad.
También se encontró que 82 % de los estudiantes perciben que los docentes tienen excelente nivel de desempeño en la temática de la sustentabilidad, mientras que 3 % opinó que es deficiente. Se presenta similitud con Espejel y Flores (2015), quienes en la investigación realizada en el CBTis 212 hallaron que los estudiantes tienen conocimiento de la sustentabilidad pero consideran que es insuficiente debido a la falta de capacitación del personal docente. De este modo, entre más conocimiento y conciencia de los problemas de su entorno tengan los estudiantes, más cambiará su percepción de la problemática, y serán capaces de proponer acciones para la preservación de los recursos naturales para las futuras generaciones.
En cuanto al género, se identificó que los hombres presentan buena actitud y conocimiento en relación con los problemas ambientales y sociales (76 % y 74 %, respectivamente); esto se explica porque, además de cumplir con su rol de estudiantes, la mayoría realiza actividades en el campo. Las mujeres también muestran buena actitud, de 68 % y 69 % respectivamente. En contraste, Vargas y Fernández (2018) encontraron que, si bien los estudiantes del nivel medio superior tienen buena actitud y conocimiento, hay un predominio del género femenino; destacan que en ambos casos el conocimiento adquirido en el aula lo relacionan con la sociedad a través de proyectos escolares sustentables.
Por su parte, Tesfaia, Nagothua, Šimekb y Fučíkc (2016) hicieron un estudio en cuatro escuelas secundarias de la región Vysocina, en República Checa; encontraron que la edad de los estudiantes, el lugar que habitan y el nivel de educación no afectan sus percepciones; sin embargo, el género sí parecía ser un factor influyente (las mujeres fueron más positivas en sus respuestas y mostraron mayor compromiso con el medio ambiente). Los autores sugieren la necesidad de fortalecer la educación ambiental a través de campañas de concientización en las escuelas donde se involucre a los estudiantes en actividades enfocadas al cuidado del medio ambiente. Gädicke et al. (2017) también encontraron que mujeres estudiantes de Temuco, Chile, muestran mayor preocupación que los hombres. Aginako y Guraya (2021), en un estudio en la Universidad del País Vasco, encontraron que para los estudiantes de ingeniería es importante la sustentabilidad en los ámbitos académico, personal y profesional. También en España, en el Instituto de Educación Secundaria Iturrama, solo 32.3 % de los estudiantes de bachillerato conocía los ODS; sin embargo, este puede considerarse un caso exitoso, viable de replicarse a otros espacios, ya que en clase abordan casi todos los 17 ODS en las asignaturas de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Economía, principalmente, mediante la implementación de los proyectos Iturrama Solidario e Iturrama Verde (Muguerza y Chalmeta, 2020).
Dimensión ambiental
Los hallazgos sobre la evaluación de los estudiantes de la Preparatoria No. 47, en lo ambiental, muestran 71 % en conocimiento sobre la sustentabilidad, así como la actitud para participar en las actividades que los directivos y docentes desarrollan para poner en práctica el aprendizaje del aula. Esto tiene coincidencia con la investigación de Soto et al. (2014), quienes trabajaron con jóvenes de 14 a 21 años en la comunidad rural de Turuachi, Chihuahua, y encontraron que la percepción sobre los problemas ambientales está influenciada por las experiencias cotidianas. Punzalan, Signo, Signo y Marasigan (2019), en su investigación con estudiantes de escuelas privadas urbanas y públicas rurales de filipinas, hallaron que los participantes de ambas zonas tienen un alto nivel de conciencia ambiental, por lo que no se encontró diferencia significativa y que se debe a la influencia directa del entorno en que viven.
Esteban y Amador (2018), en su estudio sobre la actitud y comportamiento proambiental en los estudiantes de primer grado de ciencias ambientales de la Universidad de Pablo de Olavide de Sevilla, España, encontraron que la mayoría tiene conocimientos previos sobre el medio ambiente, pero consideran que hace falta desarrollar procesos de educación ambiental para comprender en toda su dimensión la problemática que les rodea, y lograr la sustentabilidad. Por su parte, Kagawa (2007) y Kiely, Parajuly, Green y Fitzpatrick (2021) señalan que los estudiantes perciben que la sustentabilidad es algo bueno, asocian el concepto de desarrollo sostenible con el medio ambiente. Por último, Cóndor (2018) señala una tendencia de los jóvenes a contribuir a través de distintas acciones en la preservación de los recursos naturales.
Dimensión social
Los hallazgos en esta dimensión muestran un nivel de satisfacción de 72 % en relación con el conocimiento de los docentes sobre la problemática que afecta al planeta. Este resultado resuena con los de García et al. (2020b), quienes agregan que posterior a la formación de los docentes los participantes señalaron que su percepción sobre la educación para la sustentabilidad evolucionó hacia visiones más complejas. Mendoza y Rodríguez (2021) sostienen que, en la actualidad, los estudiantes de nivel medio superior poseen un alto grado de percepción social sobre los efectos del cambio climático y sus efectos negativos.
Por su parte, Gervacio y Castillo (2020), en su estudio con estudiantes de escuelas preparatorias de la zona urbana de la UAGro, encontraron que sus conocimientos y prácticas socioambientales sobre la temática ambiental fueron de escasos a regular; concluyen que su percepción ambiental es escasa, por lo que su conciencia para cuidar y proteger su entorno va en el mismo sentido. Manifiestan que también encontraron una baja disposición para resolver localmente los problemas ambientales. Aunque se utiliza el mismo plan de estudios para todas las escuelas preparatorias de la UAGro, estos resultados difieren con los de la Preparatoria No. 47, pues en esta se encontró que los estudiantes sí tienen conocimiento de la problemática, así como disposición para realizar acciones concretas en pro del ambiente y de la sustentabilidad.
Conclusiones
Los resultados reflejan que la percepción de los estudiantes con relación a la sustentabilidad es buena; sin embargo, en función de que los problemas que afectan al planeta están creciendo de manera exponencial, se hace necesario fortalecer la formación educativa mediante la gestión de un currículo más crítico, que los lleve a cuestionarse sobre las actuales formas de convivencia y transitar hacia estilos de vida más sustentables. Se logró el objetivo de evaluar la percepción de la sustentabilidad en estudiantes de nivel medio superior de la UAGro en una comunidad rural.
Se identificó la percepción de los estudiantes respecto al conocimiento que poseen los docentes sobre las temáticas ambientales y de la sustentabilidad: manifestaron su confianza en su desempeño para un correcto abordaje en el aula; sin embargo, dado lo dinámico de las problemáticas ambientales en el mundo, se considera importante fortalecer con los docentes los procesos de capacitación y actualización.
La literatura consultada fue pertinente para los objetivos de esta investigación. Las fuentes coinciden en la necesidad de lograr la vinculación del sistema educativo con la sociedad mediante el desarrollo de proyectos escolares, contextualizados y conectados con sus entornos inmediatos.
Futuras líneas de investigación
Este estudio sienta las bases para futuras líneas de investigación que busquen atender la vinculación de la institución educativa con la comunidad y se logre el empoderamiento de los estudiantes como futuros tomadores de decisiones. Además, se plantea la oportunidad para diseñar encuestas que midan el avance de la institución sobre los ODS, en especial la meta 4.7 y cómo esta es abordada por el docente en su programa de clase. Por lo anterior, también es pertinente abrir otras líneas que generen información para dar seguimiento a la formación de los estudiantes y evaluar a los docentes.
Fortalezas y limitaciones
La encuesta adaptada de Brito et al. (2018) y aplicada en esta investigación contribuyó al logro del objetivo planteado, y se considera la base para la realización de estudios posteriores en otras escuelas del mismo nivel educativo y con el mismo contexto social.
Este estudio representó una primera aproximación al tema de la sustentabilidad en la docencia en una comunidad rural, con base en el cuestionario sugerido por Brito et al. (2018). A partir de estos resultados, se pueden proponer nuevas investigaciones, más profundas y con una revisión teórica exhaustiva que incorpore nuevas variables y nuevos cuestionarios, que respondan, no solo al contexto educativo, sino al ambiental, social y económico de Texca, Guerrero.