Introducción
La función digestiva de los rumiantes es fundamental en las variables de comportamiento de la producción ganadera (Dittmann y col., 2015). De acuerdo con Kannan y col. (2014), las continuas prohibiciones de aditivos, como los antibióticos, el costo elevado de insumos (Leibtag, 2008), y la escasez de zonas de pastoreo (Tamburello y col., 2014), han promovido la búsqueda de opciones para disminuir los costos de producción, sin afectar la salud de animales y de humanos. Una alternativa son los probióticos, los cuales poseen la capacidad de mejorar la función digestiva de los animales, contribuyendo a reducir la inversión por concepto de alimentación de las explotaciones de ovinos, caprinos y bovinos, mediante la utilización de ingredientes económicos, pero que carecen de un valor nutritivo adecuado. Por lo tanto, una mejora en la funcionalidad del tracto digestivo de los rumiantes, que favorezca el ambiente ruminal para el desarrollo de microorganismos benéficos, como las bacterias y hongos celulolíticos, podría transformarse en beneficios posteriores, como una mejor conversión alimenticia y mayor ganancia diaria de peso, que se reflejaría en importantes ahorros de índole alimenticia y un uso más intensivo de esquilmos agrícolas (Salinas-Chavira y col., 2013; Abdel-Aziz y col., 2015; Gadekar y col., 2015; Puniya y col., 2015). Sin embargo, existen pocos estudios en relación al uso de cepas de levaduras diferentes a las de Saccharomyces, las cuales, en algunos casos, promueven mejoras ruminales y hacen más eficiente la producción animal, siendo prioritario profundizar en los estudios de la utilización de cepas autóctonas. Candida norvegensis (cepa Levazoot 15) ha demostrado, en estudios in vitro, tener efectos positivos para favorecer el desarrollo de la flora nativa y ser capaz de desdoblar incluso las fracciones menos digestibles de la fibra (Castillo-Castillo y col., 2016; Ruiz y col., 2016). El presente estudio es relevante, dado que existe poca información de levaduras no-Saccharomyces, de cepas autóctonas aisladas en la zona de estudio, que puedan actuar como probióticos, y que permitan mejorar el crecimiento de ovinos alimentados con rastrojo de maíz, ingrediente alimenticio comúnmente usado en raciones para la engorda de corderos en México.
El objetivo del presente trabajo fue evaluar los efectos probióticos de Candida norvegensis en la degradabilidad ruminal in situ de rastrojo de maíz, y sobre el comportamiento productivo de ovinos en crecimiento.
Materiales y métodos
Lugar de trabajo
El presente estudio se llevó a cabo en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, localizada geográficamente a 28°38’ latitud N y 106°04’ longitud W, a una altitud de 1 435 msnm, con una precipitación media anual de 387.5 mm y una temperatura media anual de 18.2 °C de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2016). Todos los animales utilizados en este estudio fueron manejados de acuerdo al Comité de Bioética de la Universidad Autónoma de Chihuahua. El estudio se realizó del 25 de marzo al 15 de junio de 2015.
Animales y su manejo
Para evaluar la degradabilidad ruminal del rastrojo de maíz se utilizaron 3 vacas adultas, con peso promedio de 496 ± 1.5 kg, equipadas con cánula ruminal permanente, suplementadas con un aditivo (probiótico) de levaduras Candida norvegensis (cepa Levazoot 15). Previamente, las vacas fueron vacunadas para prevenir contra enfermedades infecciosas respiratorias, diarreas virales y leptospirosis. Además, fueron desparasitadas con Ivermectina e inyectadas vía intramuscular con suplemento de selenio y vitamina E. Las vacas fueron alojadas individualmente y alimentadas ad libitum con una dieta basal de alfalfa y rastrojo de maíz (50:50), la cual satisface los requerimientos de nutrientes para mantenimiento de las vacas, y permite el crecimiento de bacterias fibrolíticas en rumen. El alimento fue suministrado diariamente a las 10:00 horas y 17:00 horas, y el agua fue administrada a libre acceso.
Tratamientos experimentales y manejo de la levadura
Se evaluaron 2 tratamientos usando 2 periodos experimentales, en los cuales, los animales fueron alimentados con la dieta basal. En el primer periodo las vacas no recibieron el probiótico (T1: control). En el segundo, se suplementaron diariamente, vía ruminal, con 15 mL/kg de peso vivo de probiótico líquido a base de la levadura Candida norvegensis (cepa Levazoot 15), equivalente a 5 g en base seca (T2).
Para la preparación del inóculo de levadura, se tomó una muestra del medio de cultivo de la cepa Levazoot 15 con 24 h de crecimiento, y se disolvió en 10 mL de caldo extracto de malta (DIFCO St Louis MO, USA); se incubó en un tubo de ensayo de 100 mL a 30 °C por 24 h. Se mezclaron 50 mL de este cultivo con 50 mL de caldo extracto de malta en un matraz estéril Erlenmeyer de 100 mL. La mezcla nuevamente se incubó como se mencionó previamente (Castillo-Castillo y col., 2016). El cultivo resultante fue usado como inóculo para escalar la producción de la cepa Levazoot 15 en un fermentador dinámico, con capacidad de producción de 30 L, con una fase de descanso de 2 h y otra de actividad de 15 min.
Degradabilidad ruminal in situ de las dietas
Para la determinación de la degradabilidad ruminal in situ, de la materia seca, se consideraron dos periodos experimentales consecutivos (el periodo 1 de 30 d, y el periodo 2 de 31 d). En el primer periodo las vacas recibieron la dieta base sin levadura, y en el segundo periodo, los animales recibieron la dieta base más el aditivo (levadura). En cada periodo se usaron los mismos animales y se consideraron los últimos 3 d de cada periodo para la incubación ruminal de rastrojo de maíz; el resto de los días, en cada periodo, fue de adaptación. La incubación se realizó de acuerdo a los procedimientos descritos por Noziére y Michaelt-Doreau (2000), para lo cual se utilizaron bolsas ANKOM (Macedon, NY. USA), de poliéster, libres de nitrógeno, con dimensiones de 10 cm x 20 cm y un tamaño de poro de 50 μ (± 15). La muestra de rastrojo de maíz se secó previamente (55 °C, 72 h) y se molió en un molino Wiley No. 4, equipado con una malla de 2 mm. Se colocaron 3 g de muestra en cada bolsa. Las bolsas fueron colocadas en el rumen por triplicado por cada tiempo de incubación, los cuales fueron de 6 h, 12 h, 24 h, 48 h y 72 h. Después de cada tiempo de incubación, las bolsas se lavaron con agua de la llave, hasta que el agua de lavado se tornó cristalina, y se secaron en una estufa de aire forzado (Techhecno® modelo 17; Chicago, lL, USA) a 60 °C durante 48 h.
La degradabilidad in situ de la MS, para las muestras, en cada tiempo de incubación, fue calculada como la pérdida de peso de las muestras en las bolsas antes y después de la incubación ruminal, de acuerdo con el modelo de Ørskov y McDonald (1979), modificado por McDonald (1981):
Donde:
P es la desaparición ruminal de la MS al tiempo t; a es la fracción rápidamente soluble; b es la fracción degradable; c es la tasa fraccional de degradación por hora de b; a + b es la degradabilidad potencial (%), la cual representa la cantidad de muestra que puede ser solubilizada o degradada en el rumen, si el tiempo no es un factor limitante; t es el tiempo de incubación en el rumen en horas. La fase “lag” es el tiempo (horas) de la colonización microbiana del sustrato en rumen.
Las constantes de tasa de pasaje ruminal (k) a 1 %/h y 5 %/h fueron usadas para calcular la degradación efectiva (DE) de la MS de acuerdo al modelo de Ørskov y McDonald (1979):
Análisis estadístico
Se utilizó un diseño experimental completamente al azar en donde se consideró como efecto fijo al tratamiento y como efectos aleatorios a los animales y a los periodos. Los datos fueron analizados con PROC MIXED de SAS. Las medias se compararon con la prueba de t de Student con el Software de Análisis Estadístico (SAS, por sus siglas en inglés: Statistitical Analysis System) (SAS, 2007). Los valores de P < 0.05 fueron considerados estadísticamente significativos.
Ovinos y su manejo
Para la prueba de crecimiento se utilizaron 32 corderos de pelo de cruza pelibuey, dorper y katahdin, con un peso promedio inicial de 18.14 kg ± 0.25 kg, los cuales fueron agrupados por peso en 4 bloques y asignados al azar a corraletas individuales (8 corraletas/ tratamiento) de 2.5 m x 2.5 m con techado de lámina, comedero y bebedero automático. Los corderos fueron vacunados para prevenir contra enfermedades infecciosas respiratorias, diarreas virales y leptospirosis; además, fueron desparasitados con Ivermectina e inyectados vía intramuscular con suplemento de selenio y vitamina E. Los animales fueron identificados con aretes al inicio del experimento. Se midió la ganancia diaria de peso (GDP), mediante un pesaje inicial y sub-secuentemente cada 15 d, en una báscula electrónica (True-Test®, EziWeigh; Columbus, OH, USA) con capacidad de 200 kg y aproximación de 0.025 kg. El alimento se ofreció diariamente a las 08:00 horas, y el consumo de agua fue ad libitum. En cada etapa se estimó el consumo de materia seca (CMS) con base en el alimento ofrecido menos el rechazado. El alimento ofrecido y el rechazado fueron pesados diariamente, y el nivel de alimentación diaria ofrecida fue 10 % más del consumo de alimento del día anterior. La conversión alimenticia (CA) se estimó con base en el alimento consumido dividida entre la ganancia de peso (consumo/ganancia). La fase experimental en la prueba de comportamiento productivo de los ovinos duró 105 d.
Dietas experimentales
Se probaron 4 dietas diferentes que variaron en cuanto a la proporción de concentrado y forraje suministrado (T1: 75:25; T2: 75:25, T3: 50:50; y T4: 25:75). Los ingredientes que se incluyeron en el concentrado fueron maíz rolado, pasta de soya, melaza, urea, sal común, premezcla de minerales para ovinos, y grasa protegida. Los forrajes considerados en las dietas fueron rastrojo de maíz y heno de alfalfa. La proporción de ingredientes de cada dieta se muestra en la Tabla 1. Todos los ingredientes considerados en las dietas se compraron con un proveedor local dedicado a la venta de alimentos para animales. Las dietas fueron preparadas en el taller de alimentos balanceados de la Facultad de Zootecnia y Ecología, de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Las dietas fueron balanceadas con similar contenido de proteína, pero el nivel de energía disminuyó con el incremento en la proporción de forraje en la dieta (Tabla 2), cuya composición química fue determinada de acuerdo a la Asociación de Químicos Analíticos Oficiales (AOAC, por sus siglas en inglés: Association Official Analytical Chemists) (AOAC, 2005). Todos los corderos con excepción del T1 fueron suplementados con el probiótico líquido, mezclado diariamente en la ración, a razón de 15 mL/kg de peso vivo, equivalente a 5 g/d de levadura en base seca del probiótico en estudio. La dosis se estimó en base a estudios previos (Ruiz y col., 2016), y de esta forma mantener la actividad probiótica de la levadura.
Sin levadura | |||
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Ingrediente (%) | 75:25 (T1) | 75:25 (T2) | 50:50 (T3) |
Concentrado (%) | 75 | 75 | 50 |
Pasta de soya | 10 | 10 | 10 |
Maíz rolado | 58.5 | 58.5 | 32.5 |
Melaza | 2.5 | 2.5 | 1 |
Urea | 1.5 | 1.5 | 1.5 |
Sal | 1 | 1 | 1 |
Premezclab | 1 | 1 | 1 |
Grasa protegida | 0.5 | 0.5 | 3 |
Forraje (%) | 25 | 25 | 50 |
Rastrojo de maíz | 15 | 15 | 30 |
Alfalfa | 10 | 10 | 20 |
a Proporción de concentrado y forraje (T1: 75:25; T2: 75:25; T3: 50:50; y T4: 25:75). La dieta de T1 sin probiótico; las dietas de T2, T3 y T4 se suplementaron con el probiótico líquido, mezclado diariamente en la ración, a razón de 15 mL/kg de peso vivo, equivalente a 5 g/d de levadura en base seca del probiótico.
b Premezcla mineral y vitamínica (marca registrada MNA, S. A. de C. V. México), calculada para contener: calcio 11.5 %, fósforo 12.0 %, magnesio 0.600 %, cobalto 13.0 mg/kg, cobre 1 100 mg/kg, iodo 102 mg/kg, hierro 580 mg/kg, manganeso 216 mg/kg, selenio 9 mg/kg, zinc 2 850 mg/kg, vitamina A 99.8 KIU/kg, vitamina D 10.8 KIU/kg.
Tratamientoa | ||||
---|---|---|---|---|
Sin levadura | Con levadura | |||
75:25 (T1) | 75:25 (T2) | 50:50 (T3) | 25:75 (T4) | |
Materia seca, % | 76.7 | 76.6 | 78.2 | 83.4 |
Proteína cruda, % | 17.09 | 17.16 | 17.45 | 17 |
Extracto etéreo, % | 3.61 | 3.62 | 5.47 | 5.65 |
Cenizas, % | 6.07 | 6.07 | 7.29 | 9.09 |
Fibra cruda, % | 8.42 | 8.40 | 14.30 | 18.50 |
Energía metabolizable, Mcal/kgb | 2.62 | 2.63 | 2.45 | 2.40 |
a Proporción de concentrado y forraje (T1: 75:25; T2: 75:25; T3: 50:50; y T4: 25:75). La dieta de T1 sin probiótico; las dietas de T2, T3 y T4 se suplementaron con el probiótico líquido, mezclado diariamente en la ración, a razón de 15 mL/kg de peso vivo, equivalente a 5 g/d de levadura en base seca del probiótico.
b Estimada a partir de la composición energética de los ingredientes (NRC, 2001).
Análisis estadístico
Los datos se analizaron con PROC MIXED de SAS. Se utilizó el peso como covariable continua y una vez ajustados, los animales fueron asignados al azar a los tratamientos. Las variables de respuesta fueron: CMS, GDP y CA. Los valores de P < 0.05 fueron considerados estadísticamente significativos. Las medias de tratamientos se compararon con la prueba Diferencia Mínima Significativa (SAS, 2007).
Resultados
Experimento de degradabilidad ruminal en ganado bovino
La fracción soluble (a), la fracción degradable y la degradabilidad potencial de la MS no mostraron diferencia entre los 2 tratamientos (Tabla 3; P > 0.05). Al contrario, la tasa de degradación (c) fue mayor para T2 que T1 (P < 0.05). La degradabilidad efectiva, tanto al 1 %/h como al 5 %/h, de recambio ruminal, fue más alta para T2 que T1 (P < 0.05). Estos resultados coinciden con el incremento en la degradación ruminal de MS del rastrojo de maíz, como consecuencia de la suplementación con la levadura en la dieta (Figura 1).
Parámetros de DRMS1 | Tratamientos2 | |||
---|---|---|---|---|
T1 | T2 | Sig. | EEM | |
Fracción soluble (a) | 4.0 ± 0.23 | 3.8 ± 0.02 | NS | 0.30 |
Fracción degradable (b) | 59.9 ± 0.97 | 61.0 ± 0.88 | NS | 2.1 |
Degradabilidad potencial (a+b)3 | 63.9 ± 1.21 | 64.8 ± 0.90 | NS | 0.9 |
Tasa fraccional de degradación de b (c) | 0.024 ± 0.10b | 0.049 ± 0.51a | ** | 0.22 |
Degradabilidad efectiva modelada a una tasa de pasaje fraccional (h-1) de: |
||||
0.01 | 46.0 ± 3.14b | 54.5 ± 0.64a | ** | 0.20 |
0.05 | 23.4 ± 1.74b | 30.4 ± 0.31a | ** | 0.20 |
Sig.: significancia; NS: No significancia; EEM: Error Estándar de las Media.
1 Estimada de acuerdo al modelo de Ørskov y McDonald (1979), modificado por McDonald (1981).
2 En T1 se usó la dieta base sin levadura y en T2 los animales recibieron la dieta base más el aditivo (levadura).
3 Equivale a la cantidad de alimento que puede ser solubilizado o degradado en el rumen si el tiempo no es un factor limitante.
ab Medias con diferente literal en la misma hilera difieren significativamente (P < 0.05).
Comportamiento productivo en ovinos
Los resultados se muestran en la Tabla 4. La mayor GDP se observó en los ovinos en la dieta con 75 % concentrado + levadura (T2); mientras que la menor GDP (P < 0.05) se observó en los ovinos en la dieta con 25 % de concentrado + levadura (T4). La GDP en los ovinos en la dieta con 75 % concentrado sin levadura (T1) y los de la dieta con 50 % de concentrado + levadura (T3) fue similar (P > 0.05), pero fue menor a los ovinos de T2 y mayor que T4 (P < 0.05). En la Figura 2 se muestra la GDP obtenida por los ovinos en las dietas experimentales. Como se observa en la Figura 3, el consumo de MS fue similar en los ovinos que recibieron las dietas con el mismo contenido de concentrado sin (T1) y con (T2) levadura (P > 0.05), y este fue mayor (P < 0.05) que en los ovinos que recibieron las dietas con menor cantidad de concentrado y levadura (T3 y T4). En la Figura 4, se aprecia que la eficiencia alimenticia fue mayor (P < 0.05) en los ovinos que recibieron la dieta con 75 % de concentrado más levadura (T2), que los ovinos que recibieron la dieta con el mismo nivel de concentrado pero sin levadura (T1). También se observa que la eficiencia alimenticia fue similar en los ovinos de T2 y T3 (P > 0.05), y fue menor en los ovinos de T4 (P < 0.05).
Sin levadura | Tratamientos1 | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Con levadura | ||||||
75:25 (T1) | 75:25 (T2) | 50:50 (T3) | 25:75 (T4) | Sig. | EEM | |
Corderos | 8 | 8 | 8 | 8 | ||
Peso inicial (kg) | 18.1 ± 0.62 | 18.1 ± 1.51 | 17.9 ± 0.58 | 18.0 ± 0.87 | NS | 0.7 |
Peso final (kg) | 36.1 ± 0.04b | 40.6 ± 3.55a | 36.1 ± 2.42b | 31.7 ± 2.83c | ** | 2.6 |
Ganancia diaria de peso (g) | 170 ± 20b | 210 ±17a | 170 ± 22b | 130 ± 22c | ** | 14.0 |
Consumo MS (g/día) | 890 ± 39a | 892 ± 33a | 827 ± 33b | 841± 52b | ** | 6.0 |
e. Alimenticia (GDP/CMS) | 0.19 ± 0.004bc | 0.23 ± 0.02a | 0.21 ± 0.02ab | 0.15 ± 0.03c | ** | 0.09 |
Sig.: significancia; NS: No significancia; EEM: Error Estándar de las medias.
1 Proporción de concentrado y forraje (T1: 75:25; T2: 75:25; T3: 50:50; y T4: 25:75). La dieta de T1 sin probiótico; las dietas de T2, T3 y T4 se suplementaron con el probiótico líquido mezclado diariamente en la ración, a razón de 15 mL/kg de peso vivo equivalente a 5 g/d de levadura en base seca del probiótico.
abc Medias con diferente literal en la misma hilera difieren significativamente (P < 0.05).
Discusión
Experimento de degradabilidad ruminal en ganado bovinos
Los valores de tasa fraccional de degradación y degradabilidad efectiva del rastrojo de maíz incrementaron cuando se suplementó la dieta con levadura. En forma consistente, Chaucheyras-Durand y col. (2015), reportaron mejoras en la degradación de la fracción de fibra detergente neutro con la adición de Saccharomyces cerevisiae. Los autores atribuyeron el efecto de levadura viva sobre la degradación de sustratos fibrosos, por un aumento en la colonización microbial, adjudicando el efecto no únicamente al pH ruminal, sino también a la utilización de oxígeno ruminal por las células de levaduras, para una anaerobiosis más eficaz. En forma consistente, Ishaq y col. (2015) asociaron este efecto a una posible más rápida y efectiva colonización por microorganismos ruminales. Asimismo, Ruiz y col. (2016) observaron que la inoculación con Candida norvegensis, a sustratos fibrosos, favorecía el aprovechamiento de algunas fracciones altamente indigestibles, por promover la proliferación de microorganismos celulolíticos, para llevar a cabo una mejor fermentación ruminal. Promkot y col. (2013), atribuyeron que el uso de levaduras en rumiantes mejoraba el aprovechamiento de la MS y su capacidad fermentativa.
Además, Zeoula y col. (2014), reportaron que la inclusión de probióticos, en las dietas de becerros productores de carne, ayudó a mejorar la capacidad digestiva de estos, estabilizando el pH en el rumen, al reducir el lactato y favorecer la proliferación de bacterias celulolíticas. Castillo-Castillo y col. (2016) y Ruiz y col. (2016), en estudios in vitro, observaron que la levadura Candida norvegensis disminuyó la concentración de nitrógeno amoniacal, ácido láctico, así como la producción de gas metano, estabilizando el ambiente ruminal con valores de pH que rondan el valor neutro, todo lo cual favorece el desarrollo de microorganismos degradadores de carbohidratos estructurales. Consistentemente, Bhatt y col. (2018), en ovinos, detectaron mayor digestión de la fibra ácido detergente, cuando las dietas se suplementaron con Saccharomyces cerevisiae. Por su parte, Jia y col. (2018) en dietas para ovinos, enriquecidas con Bacillus licheniformis y Saccharomyces cerevisiae, mostraron que la reducción en el amoniaco ruminal se reflejó en mayor síntesis de proteína microbiana en rumen, lo cual generó mayor retención de nitrógeno en ovinos, al suplementar dietas para ovinos con Saccharomyces cerevisiae (Obeidat y col., 2018). En forma diferente, Kowalik y col. (2016), no observaron influencia en la retención de nitrógeno en ovinos, al suplementar dietas con cultivos vivos de levaduras. Los mismos autores reportaron que estas diferencias se podrían deber al tipo y dosis de microorganismos usados, a la diferente composición de ingredientes de las dietas, así como, a diferencias en los animales usados.
Experimento de comportamiento productivo en ovinos
En el presente experimento, el comportamiento productivo de los corderos cambió positivamente por la levadura, al mejorar las condiciones ruminales y, por ende, aumentando la capacidad de los microrganismos celulolíticos del rumen, para lograr una mayor tasa fraccional de degradación ruminal, y de la de gradabilidad efectiva del rastrojo de maíz, como se observó en el experimento con bovinos. Lo anterior concuerda con lo reportado por otros autores (Chaucheyras-Durand y col., 2015; Ishaq y col., 2015). El comportamiento de crecimiento de los corderos se vio acompañado por consumos adecuados de MS, a pesar de los niveles elevados de fibra en T3 y T4. Probablemente, debido a un recambio ruminal significativo, fenómeno que fue reportado en el estudio con bovinos, por influencia de la levadura en el rumen de los corderos. Estos resultados coinciden con lo obtenido por Seo y col. (2010), quienes encontraron que las levaduras contribuían significativamente en la reducción de la presencia de oxígeno, disminuyendo la producción de lactato, lo que a su vez mejoró la degradabilidad de los alimentos y la fermentación ruminal, contribuyendo así, en el desarrollo de microorganismos celulolíticos, y mejorando por lo tanto la degradabilidad de las fracciones menos aprovechables de los alimentos vegetales (Krehbiel y col., 2003; Qadis y col., 2014; Bernard y col., 2015; Julien y col., 2015; Tristant y Moran, 2015). Otros trabajos, con levaduras no comerciales, como es el caso del presente estudio, utilizando Candida norvegensis, demostraron igualmente su eficacia en la utilización de carbohidratos no estructurales y el incremento en los parámetros productivos, cuando se inocula el rumen con Candida tropicalis (Marrero y col., 2014), Candida pinotopesti (Mokhber-Dezfouli y col., 2007) y Candida utilis (Ando y col., 2006; Mahyuddin y Winugroho, 2010), mejorando además su condición general.
En este estudio, los ovinos alimentados en la dieta control (T1; con 25 % de forraje sin aditivo) mostraron similar ganancia de peso que los ovinos que recibieron la dieta de T3, en la cual, se incrementó el forraje hasta 50 % de la dieta, lo que representa un ahorro importante en la alimentación. Esto se debió al efecto benéfico de la suplementación de levadura; sin embargo, en la dieta de T4 (75 % de forraje más levadura), los ovinos presentaron la menor eficiencia productiva. Los ovinos que se alimentaron con la dieta de T2 (25 % de forraje más levadura) tuvieron la mayor ganancia de peso.
En forma consistente, Jia y col. (2018), en dietas para ovinos en desarrollo (48 % de forraje), y en finalizado (30 % de forraje), señalaron beneficios en el comportamiento productivo cuando se suplementó con Bacillus licheniformis y Saccharomyces cerevisiae. Los autores encontraron aumentos en la fermentación ruminal de compuestos nitrogenados y en la producción de propionato, además de incremento en bacterias del género Fibrobacter; también reportaron mejoras en la capacidad inmune de los ovinos. De acuerdo con lo anterior, Shankhpal y col. (2016), en dietas con 60 % concentrado y 40 % forraje, documentaron que, al suplementar con levaduras vivas de Saccharomyces cerevisae, se mejoró el comportamiento productivo de cabritos, así como la digestibilidad de nutrientes en el tubo digestivo total. En contraste, Obeidat (2017), no encontró efecto de suplementar Saccharomyces cerevisiae en dietas con subproducto de oliva, en el comportamiento productivo de ovinos en engorda o en la digestibilidad de nutrientes. El autor señaló que las diferencias en los reportes se pueden deber en parte a las diferencias en composición de las dietas experimentales, así como al tipo y a la dosis de levaduras que se emplean en los diferentes estudios.
El consumo de MS por los ovinos, en la dieta control con 25 % de forraje, sin levadura (T1), fue similar a lo observado en la dieta con 25 % de forraje con levadura (T2). En este estudio, también se registró que el consumo de MS fue menor en las dietas con 50 % y 75 % de forraje (T3 y T4), a pesar que estas dietas contenían Candida norvegensis. Con el mismo nivel de forraje (T1 vs T2) la levadura no influyó en el consumo de MS. En los estudios de investigación, las levaduras no muestran efecto constante en el consumo de MS. De acuerdo con este trabajo, otros autores tampoco reportan efecto de levaduras en consumo de MS en ovinos (Haddad y Goussous, 2005; Obeidat, 2017; Jia y col., 2018). Al usar diferente nivel de forraje, en dietas para ovinos, Issakowicz y col. (2013) no registraron efecto de levadura en consumo de MS. En forma diferente, Obeidat y col. (2018), encontraron interacción de forraje con levadura, observando mayor efecto en consumo de MS en dietas bajas en forraje suplementadas con levadura, mientras que en dietas altas en forraje la levadura no tuvo el mismo efecto. El mismo autor también registró menor consumo en dietas con mayor contenido de forraje.
Conclusiones
De acuerdo con los resultados de este estudio, el probiótico a base de Candida norvegensis mostró capacidad de incrementar la degradabilidad ruminal de la materia seca, además de permitirle a los corderos aprovechar alimentos con alto contenido de fibra (50 % forraje) e igualar en eficiencia alimenticia a los corderos alimentados con dietas ricas en concentrado (25 % forraje sin levadura), lo que podría ayudar a reducir costos de alimentación y mantener la eficiencia produciva de los animales. La suplementación con levadura, en dietas con 25 % de forraje mejoró en este estudio la ganancia de peso de los ovinos. Se espera realizar una futura investigación con Candida norvegensis, considerando otras variables de fermentación ruminal, como pH, ácidos grasos volátiles, amoniaco, además de hacer conteos de protozoarios.