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Dilemas contemporáneos: educación, política y valores

versión On-line ISSN 2007-7890

Dilemas contemp. educ. política valores vol.8 no.2 Toluca de Lerdo ene./abr. 2021  Epub 21-Abr-2021

https://doi.org/10.46377/dilemas.v8i2.2521 

Artículos

La práctica hospitalaria en los estudiantes universitarios de enfermería. Propuesta de protocolo de investigación

Hospital practice in university nursing students

Eulalia Gloria Millán Arteag1 

1 Máster en Ciencias de la Educación y estudia el Doctorado en Ciencias Pedagógicas en el Centro de Estudios para la Calidad Educativa y la Investigación Científica en Toluca, Estado de México. Es profesora de la Escuela Superior de Enfermería No.4. de la Universidad Autónoma de Guerrero, Taxco, Guerrero. Correo electrónico: 04821@uagro.mx


Resumen:

El artículo es un abordaje de los fundamentos teóricos que sustentan la práctica hospitalaria de los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería, dado a la necesidad que tienen de poner en práctica conocimientos que adquieren durante su formación, así como se propone un protocolo de investigación que concibe el diseño de una Estrategia pedagógica para el desarrollo de la práctica hospitalaria de la asignatura “Pedagogía del Cuidado en Enfermería” en los estudiantes del cuarto semestre de la licenciatura en enfermería, unidad académica número 4 de la UAGro de Taxco Guerrero.

Palabras claves: protocolo de investigación; práctica hospitalaria; estudiantes universitarios de enfermería

Abstract:

The article is an approach to the theoretical foundations that support the hospital practice of the students of the Bachelor of Nursing, given the need they have to put into practice the knowledge they acquire during their training, as well as a research protocol that conceives the design of a pedagogical strategy for the development of the hospital practice of the subject "Pedagogy of Nursing Care" in students of the fourth semester of the nursing degree, academic unit 4, Autonomous University of Guerrero, Taxco, Guerrero.

Key words: research protocol; hospital practice; university nursing students

INTRODUCCIÓN

El rol social que desempeña el profesional en enfermería es altamente considerado, tanto por los beneficiados que reciben el servicio, como por otros profesionales que se desempeñan en el ramo de la salud; es por ello que, en la actualidad, la enfermería como ciencia humanitaria se ha establecido como una profesión sumamente valorada por la sociedad.

El estudiante de la licenciatura en enfermería cuenta con un desarrollo integral para poder hacer frente a las necesidades propias de su profesión. Entre las capacidades que desarrolla se encuentra el diseño y desarrollo de planes estratégicos en el área de la salud y el bienestar, impulsando la práctica de buenos hábitos de higiene y la creación de una conciencia que muestra mayor interés en la salud.

En esencia, el estudio de la enfermería como profesión desarrolla funciones que comprenden desde la atención al paciente ingresado y ambulatorio, la creación, gestión y diseño de proyectos de investigación en enfermería y la impartición de la enseñanza de la enfermería, entre muchos otros, acciones en que la práctica hospitalaria juega un papel fundamental.

DESARROLLO

El estudiante universitario de enfermería: caracterización de su plan de estudio, necesidad e importancia de la formación de este profesional para dar respuesta a problemas sociales relacionados con la atención al paciente ingresado y ambulatorio

Tomando en cuenta lo que se menciona anteriormente, Borré-Ortiz, Pabón Varela, Henao Sanabria, Amaya Bautista, y Polo Tapias (2015) afirman que: “…ni la sociedad ni las instituciones han sabido explotar y aprovechar el potencial y la capacidad transformadora que tienen los enfermeros”.

Actualmente, los profesionales en enfermería ejercen conjuntamente en distintos campos de la salud, tales como la creación de las disposiciones necesarias para el establecimiento de planes de estudio profesionales y en el área de diplomados; sin embargo, el gran esfuerzo de este profesional de la salud se ve afectado por la falta de atención en los programas de bienestar social, laboral y económico del profesional en enfermería; esta situación tiene como resultado condiciones laborales insuficientes, salarios insatisfactorios y una baja proyección de las metas profesionales de las y los enfermeros a nivel global.

Esta situación ha desencadenado una escasez continua de profesionales de la enfermería en todo el mundo, trayendo consigo una enorme dificultad para estimular a los futuros aspirantes plenamente capacitados a permanecer laborando en el sistema de salud mexicano.

Acerca de la problemática mencionada, Borré-Ortiz, Pabón Varela, Henao Sanabria, Amaya Bautista y Polo Tapias (2015) establecen que: “…la escasez de enfermeros es una crisis global y cobija a los países de Latinoamérica, en donde casi ninguno alcanza la cifra ideal de una enfermera por cada 1.000 habitantes…”

Dando continuidad a esa problemática definida, se obliga a las instituciones educativas mexicanas a la creación de estrategias educativas que impulsen la formación de un mayor número de profesionales en enfermería para dar una respuesta que permita disminuir el déficit de enfermeros que existe en México.

En ese orden de ideas, podemos inferir, que el trabajo que desempeña el profesional de enfermería es primordial para asegurar la salud y el bienestar de todos los miembros que forman parte de la sociedad. Acerca de esto, Colorado Trujillo (2020) establece que: “…La carrera de Enfermería es una de las más valiosas para la sociedad…”, y además, este mismo autor asegura que: “La enfermera cuida de manera integral no solo al individuo, sino también aspectos emocionales, espirituales e incluso sociales…”.

Por esa razón, los estudiantes de la licenciatura de enfermería desarrollan las competencias necesarias para adquirir un alto nivel en el dominio de los saberes técnicos y científicos que pueden ser utilizados para el cuidado de los pacientes ingresados y ambulatorios de una o varias instituciones de salud. En este sentido, el profesional en enfermería puede lograr el desarrollo de dichas competencias mediante el reconocimiento de la problemática de su entorno, el establecimiento de planes de prevención y el desarrollo de estrategias de intervención efectivas que aporten un alto beneficio a los pacientes, y además generen un gran impacto positivo a la sociedad.

En función de lo anteriormente dicho, la autora de esta investigación establece lo que plantea Lagoueyte Gómez (2015) al decir que: “…el profesional de enfermería debe desarrollar una amplísima gama de competencias, que van desde la planeación, la gestión, la promoción de la salud, la educación sobre derechos y deberes, la motivación a la participación de la comunidad, y otras, que contribuyen a la mejor salud y bienestar de la población”, y además, este mismo autor establece que las cualidades que debe desarrollar el profesional de enfermería son: “…profundo respeto por la cultura de las personas y comunidades, actitud de escucha, capacidad de trabajo en equipo y de ejercer un sano liderazgo, ética profesional…”

Por consiguiente, la formación académica de los estudiantes de la licenciatura en enfermería debe asegurar la preservación de una cultura de la salud que busque siempre la mejora de la calidad de los servicios de atención al paciente, incorporando el desarrollo de técnicas y conocimientos en el área humanitaria; dando esto como resultado un alto reconocimiento por parte de la sociedad hacia la labor profesional de las y los enfermeros. Por su parte, Zabalegui Yárnoz (n/a) establece que: “…el profesional en enfermería debe ser la conexión o unión entre los profesionales de la salud, el paciente y su familia. Esta función tiene por objetivo la integración de los esfuerzos y la prevención de la fragmentación de los servicios de salud asociada a la especialización. Es la enfermera quien crea relaciones, mediante el reconocimiento mutuo enfermera-paciente, conociendo sus percepciones y necesidades, y negociando el cuidado para alcanzar los objetivos propuestos en el plan de cuidados holísticos.”

Por otro lado, tenemos que no existe un solo programa educativo que sea capaz de proveer absolutamente todos los saberes necesarios para que el profesional en enfermería pueda desempeñar su trabajo de una manera que sea siempre eficiente y confiable, considerando que los saberes se encuentran en constante expansión; por lo que los conocimientos que adquirió el profesional de enfermería durante su formación académica no son suficientes para afrontar los retos propios de su profesión. Por esta situación, es necesario que el profesional de enfermería continúe capacitándose en un proceso académico que le permita adquirir conocimientos, aptitudes y competencias actualizadas para lograr la mejora continua de su práctica profesional.

Según la palabras de Peña (2019), se establece que: “La capacitación continua es un proceso de enseñanza aprendizaje que facilita el desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas, para lo cual es importante conocer cuáles son las necesidades de capacitación del personal de enfermería…”, y además, el mismo autor puntualiza que: “El personal de enfermería que se capacita valoriza su trabajo, es proactivo, analítico, mejora la productividad y lo más importante de todo, proporciona cuidados seguros y de calidad que refleja en mejores resultados en los pacientes…”

A fin y efecto de caracterizar la enfermería como una profesión, podemos afirmar, que esta consta de características esenciales tales como: la formación académica de alta calidad proveniente de teorías y prácticas científicas, la actualización de saberes y competencias, la estructuración sistemática de las labores profesionales, el autocontrol definido de las practicas hospitalarias y la creación de un código de ética que rige los procesos de actuación en enfermería.

Zelada Pérez (2011) establece que: “La enfermería es una profesión de las ciencias de la salud, cuyo objeto de estudio es el cuidado de enfermería a la persona, la familia, la comunidad y el entorno. Se ocupa de diagnosticar y tratar en el área de sus competencias las respuestas individuales y colectivas a las manifestaciones del proceso salud-enfermedad, aplicando la lógica del Proceso de Atención de Enfermería como método científico de la profesión; teniendo en cuenta acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación para garantizar el bienestar físico, mental y social…”.

Consideraciones de la formación de este profesional según la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Secretaria de Educación Pública

En la actualidad, existe una profunda necesidad por conocer de qué manera se encuentra estructurada la formación teórica, académica y técnica del profesional de enfermería; por tal motivo, organismos como la organización mundial de la salud (OMS), la organización panamericana de la salud (OPS), y la secretaria de educación pública (SEP) han establecido diversas consideraciones referentes a la formación integral de las y los enfermeros.

Es conveniente recalcar, que el personal que labora en el área de la salud, específicamente conformado por los profesionales de enfermería, actualmente representan a más de la mitad de los trabajadores de la salud en todo el mundo; desempeñando una serie de servicios fundamentales que forman parte del sistema sanitario global.

Cabe considerar, por otra, parte que los profesionales de la enfermería han sido la primera línea de defensa en la lucha contra las pandemias y las distintas epidemias que se han desarrollado a lo largo de la historia; de la misma manera en que sigue sucediendo en la actualidad. En relación a esto, la Organización Panamericana de la Salud (2020) establece que: “Los profesionales de enfermería están en la línea de acción en la prestación de los servicios y desempeñan una función importante en la atención centrada en las personas y comunidades…”, y además, este mismo organismo internacional asegura que: “…la enfermería es un elemento fundamental para lograr los objetivos de la estrategia global, y que se deben apoyar los avances en la cualificación técnica de todos los trabajadores de la enfermería, además de desarrollar los instrumentos políticos necesarios para su fortalecimiento y reconocimiento.”

En este orden de ideas, se vuelve una tarea fundamental la orientación de los distintos programas de formación académica para los futuros profesionales de enfermería. Dicha orientación debe estar dirigida hacia sus perfiles académicos y las áreas en las que desempeñan sus labores; tomando siempre en cuenta el escenario y el contexto actual y la creciente globalización.

Con respecto a lo anterior, la Organización Panamericana de la Salud (2018) ha manifestado que: “La OMS ha definido los pasos necesarios para enfrentar los desafíos de la enfermería: a) desarrollar e implementar estrategias efectivas para reclutar y retener enfermeras y parteras para lograr una masa profesional crítica, mejorando los déficits de recursos humanos de salud; b) estandarizar los requisitos de ingreso para la educación y las calificaciones pre y posgrado para garantizar la movilidad profesional; c) construir una masa crítica de educadores competentes para capacitar a los investigadores y líderes del futuro; d) promover una mayor integración interprofesional en los equipos de prestación de asistencia sanitaria en todos los niveles del continuo de cuidado; e) desarrollar roles de práctica nuevos y avanzados con trayectorias profesionales establecidas desde el inicio de la carrera profesional.”

Como puede inferirse, es completamente necesaria la inclusión de las nuevas tecnologías de información y comunicación en la formación del profesional de enfermería. Esto con la finalidad de que dichas tecnologías brinden un soporte adecuado a los procesos de enseñanza aprendizaje que desarrollan los estudiantes de la licenciatura en enfermería. En efecto, el Diario Oficial de la Federación (2013) establece que: “…La formación académica del personal de enfermería, evoluciona a la par del avance tecnológico de los servicios de salud del país y al orden internacional, con el objetivo de ofrecer servicios de salud de calidad, acorde a los diferentes roles que ejerce en su contribución a la solución de los problemas que afectan a la población.”

Por otra parte, los procesos de investigación en la rama de la enfermería pueden ser catalogados como un conjunto de procedimientos que llevan a cabo la validación de los conocimientos actuales, mejorando a su vez los conocimientos ya existentes y generando nuevos saberes que influyen de manera directa en la práctica profesional de la enfermería. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (2015) ha expresado que: “…La colaboración interprofesional en términos de formación, práctica e investigación constituye una prioridad y un medio de favorecer el trabajo en equipo y de paliar los desequilibrios y carencias de personal sanitario. La OMS reconoce que la formación interprofesional en concreto hace posible una colaboración eficaz, clave para optimizar las competencias de los miembros de un equipo, el manejo de los casos y la prestación de unos servicios sanitarios de más alta calidad, con lo que se consiguen mejores resultados en salud”. Es de interés para el área de la enfermería la intención que se comprenda que uno de los ejes fundamentales durante la formación del profesional en enfermería, sea el desarrollo de conocimientos significativos.

El conocimiento facilita la generación de nuevos conceptos y teorías innovadoras que impulsan la creatividad del pensamiento humano, es por eso, que los procesos de investigación en enfermería forman parte fundamental en la evolución del conocimiento; tal como lo expresa Torres Esperón (2004), el cual establece que: “…la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), consideran que la enfermería debe contener una serie de conocimientos para que pueda realizar la misión que le corresponde dentro de los servicios de salud…”.

Desde una perspectiva más general, se puede inferir que la intención principal de la formación del profesional en enfermería se basa en el principio de que la calidad del cuidado que provee este profesional está completamente ligada a una fuente sumamente desarrollada de saberes relacionados a la práctica profesional de enfermería, tal como lo determina Jiménez Sánchez (s/a) que manifiesta que: “…la SEP [ … ] constituye una estrategia para limitar el ingreso a las instituciones de salud a alumnos insuficientemente preparados que puedan exponer a los pacientes a riesgos innecesarios que provoquen eventos adversos...”.

Sin duda, existen riesgos elevados que el profesional de enfermería debe afrontar en el desarrollo de su labor profesional; es por ello, que el estudiante de la licenciatura de enfermería debe desarrollar competencias que le ayuden a fomentar su auto aprendizaje, el espíritu de trabajo en equipos multidisciplinarios y el desarrollo de hipótesis para la solución de problemáticas de su entorno; esto con la finalidad de mejorar la calidad de los servicios del profesional de enfermería, y a su vez, mejorar la protección de la salud de los pacientes.

La práctica hospitalaria en enfermería: concepto y caracterización, según autores. Ética en el pase de visita hospitalario y caracterización de las unidades hospitalarias donde se realiza practica hospitalaria

La razón del estudio de las practicas hospitalarias es debido a su gran importancia en la formación del profesional de enfermería, ya que estas prácticas representan un espacio vinculado directamente a la generación de saberes que forman parte integral del proceso de enseñanza aprendizaje de este profesional. Dichas prácticas forman parte de un plan educativo que tiene como principal objetivo adaptar experiencias del mundo real que no pueden ser aprendidas teóricamente.

Las prácticas hospitalarias están compuestas por ejercicios asesorados en el área de hospital, donde el estudiante de la licenciatura de enfermería tiene una participación activa en el diseño y desarrollo de soluciones a las problemáticas de salud que afectan a la sociedad de su entorno geográfico, y además, este estudiante forma parte de las acciones de promoción de salud, de prevención, de rehabilitación y tratamiento de enfermedades en las familias de su comunidad.

El estudiante de la licenciatura en enfermería necesita hacer uso de diversos espacios que le permitan reproducir las condiciones reales propias de su profesión, por tal motivo, Cervera Vallejos y Portelli Xuereb (2018) establecen que: “Cuando el estudiante ingresa a la práctica hospitalaria, percibe situaciones de enfermería reales y hace el compromiso de defender la vida, reconociendo en cada persona su dignidad, individualidad, intimidad, autonomía, capacidad de autorregularse, siempre aplicando los principios y valores morales recibidos en su formación universitaria…”

Las practicas hospitalarias no se limitan a ser realizadas solamente dentro de un hospital, de hecho, la Universidad Tecnológica de Pereira (2013) puntualiza que: “…Las prácticas pueden ser intramurales y extramurales. Se denominan prácticas intramurales a todas las actividades realizadas al interior de la institución sede, es decir en cualquiera de sus departamentos, áreas o servicios. Se denominan prácticas extramurales a todas las actividades realizadas fuera de la institución que sirve de sede para la práctica, pero que hacen parte de las actividades propias de la institución sede”

Por otro lado, es fundamental establecer la importancia del acompañamiento de supervisores y docentes especializados a cargo de las prácticas hospitalarias para lograr una adecuada enseñanza de saberes significativos para los estudiantes de licenciatura en enfermería; tal como lo establece la Universidad Tecnológica de Pereira (2013), la cual menciona que: “…todas las prácticas clínicas desarrolladas por los estudiantes requieren el acompañamiento de un profesional que actúe como docente o supervisor. El acompañamiento significa la interacción entre el docente y el estudiante en el espacio académico programado por las autoridades de la universidad y permitido por las autoridades de la Institución sede de práctica…”.

Dentro de este marco mencionado, podemos afirmar, que el objetivo principal de las prácticas hospitalarias es desarrollar las competencias necesarias para que el profesional de enfermería pueda desempeñar su labor profesional de una manera más eficiente, tal como lo expresa la Universidad Tecnológica de Pereira (2013), que establece que: “Las prácticas clínicas constituyen componentes académicos de las diferentes asignaturas durante las cuales los estudiantes complementan su formación mediante el contacto con diferentes situaciones problema que exigen poner en acción las destrezas y las habilidades que los docentes enseñan a los estudiantes”.

En relación con el pase de visita hospitalario, podemos conceptualizarlo como un acto clínico donde los estudiantes de la licenciatura de enfermería pueden desarrollar las competencias necesarias propias de la metodología clínica, dentro de una dinámica activa para estos estudiantes. En este orden de ideas, Laucirica Hernández (2012) manifiesta que: “El Pase de Visita es una forma organizativa de la enseñanza dentro de la Educación en el Trabajo que permite cumplir los objetivos educativos e instructivos…”.

En primer lugar, hablando del primer acercamiento del estudiante de la licenciatura en enfermería con el paciente, el alumno debe contar con una amplia noción de la responsabilidad que le brinde soporte para realizar su labor de práctica con extremo empeño, dedicación, empatía y sentido de la comunicación con los pacientes y con los supervisores médicos. Dicho en otras palabras, el educando debe trabajar constantemente con dedicación y de forma proactiva. En este sentido, Laucirica Hernández (2012) manifiesta que: “Llegado el momento del pase de visita colectivo, es importante que se le dé la solemnidad que merece. A la invitación de comienzo debe inculcarse en los estudiantes y residentes que el profesor no debe esperar por ellos, constituye una especial observancia del respeto, en primer lugar, al personaje central de dicha escena, que es el que está en posición horizontal, además del que se debe al profesor y a los participantes, de acuerdo a sus diferentes niveles…”.

A fin de que el pase de visita hospitalario se realice de manera correcta, el equipo de enfermeros y enfermeras, médicos y estudiantes de la licenciatura en enfermería deben contar con un plan de organización que estructure a detalle esta actividad. Otro componente necesario para la práctica del pase de visita es la recolección de los historiales clínicos de todos los pacientes que recibirán esta atención. De hecho, Laucirica Hernández (2012) manifiesta al respecto que: “Una vez comenzado el pase de visita, el estudiante deberá presentar a su paciente, cuando es de ingreso reciente, y leer la primera evolución o, cuando ya es paciente conocido, leer la evolución del día. Se dice leer porque ello permite evaluar lo que está escrito en la historia clínica, con lo cual se está dando cumplimiento a una de las tareas importantes que establece el reglamento hospitalario, pues las historias clínicas deben tener la calidad requerida y en ellas deben quedar plasmados todos los datos del paciente y el pensamiento médico al respecto…”.

La ética en el pase de visita hospitalario forma parte fundamental en el ejercicio diario de esta práctica, ayudando al profesional médico y de enfermería a elaborar mejores diagnósticos, valorando la evolución del paciente, realizando los ajustes necesarios para su tratamiento. El estudiante de la licenciatura en enfermería debe de actuar con extremo cuidado cuando forme parte del pase de visita y siempre debe anteponer la ética en esta práctica.

En este sentido mencionado, Serra Valdés (s/a) establece que: “Un error frecuente es disertar teóricamente durante el pase de visita, al lado de la cama de algún paciente, sobre temas -incluso no relacionados o muy lejanamente con el enfermo- , sin preocuparse por la solución de sus problemas concretos e individuales, ni de la posible iatrogenia, por excesiva información, que esto puede causar en el paciente y sus familiares que, en ocasiones, no interpretan adecuadamente la jerga profesional…”.

Una parte fundamental que integra el mecanismo del pase de visita hospitalario es el profesional de enfermería encargado de supervisar esta práctica, ya que este profesional tiene la responsabilidad de dirigir el pase de visita de una manera ordenada y sistemática. En este orden de ideas, Espinosa Brito (2006) establece que: “El profesor de clínica tiene la importantísima tarea pedagógica de enseñar a observar, interrogar, examinar, diagnosticar, pronosticar e imponer terapéutica de carácter integral al futuro médico, así como también despertar en los educandos el amor por la clínica y la vocación por su ejercicio”.

En relación a este tema, podemos inferir, que la ética forma parte fundamental en la formación de los estudiantes de la licenciatura en enfermería, tal como lo expresa Espinosa Brito (2006) que afirma que: “…una ética adecuada del pase de visita consiste en observar los principios de la ética y la moral en la visita diaria a los pacientes ingresados, a la hora de determinar sus diagnósticos, valorar su evolución y hacer los cambios y ajustes en el tratamiento; todos momentos esenciales en el proceso del diagnóstico y la recuperación”.

En otro orden de ideas, el hospital es un centro de atención que puede ser público o privado, y que brinda asistencia a las personas que sufren de algún padecimiento de salud, ya sea leve o grave. Este centro asistencial cuenta con personal profesional en el área de la medicina, la enfermería y servicios auxiliares que permanecen activos las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año.

Dentro de la estructura organizativa de los hospitales encontramos que existen tres niveles de hospitales; estos niveles están organizados en primer, segundo y tercer nivel, y la diferencia principal que caracteriza dichos niveles es el grado asistencial de cada uno de ellos; es decir, los primeros niveles brindan atención asistencial básica, mientras que los niveles más altos brindan atención a afecciones graves y a patologías de grado terminal. En este sentido, García Fenton, Fenton Tait y Fenton Tait (2010) establecen que: “…los hospitales son considerados como nivel secundario de atención a la salud, siendo el primer nivel la atención primaria y el tercer nivel los institutos”.

Por otro lado, De Osio Rodríguez (1992) opina que: “El hospital es una de las organizaciones sociales más complejas que existen. Las organizaciones complejas se caracterizan por un alto grado de especialización en las tareas, su complejidad esta propiciada por la magnitud que alcanzan, los progresos científicos y tecnológicos que se suceden, el nivel educativo de sus miembros, las intervenciones gubernamentales crecientes, la interacción dinámica de Fuerzas en el medio organizacional y en general, el cambio rápido, incesante y Fundamental que acompaña los tiempos modernos…”

Uno de los factores más importantes dentro de la organización de los hospitales es el personal constituido por los profesionales en enfermería, tal como lo establece De Osio Rodríguez (1992) que manifiesta que la “…Enfermería constituye una de las partes más importantes en un hospital por ser el grupo profesional más numeroso, responsable de la atención directa, integral y continua de los pacientes hospitalizados…”.

Por otro lado, se puede observar, que los hospitales cuentan con una organización interna muy bien estructurada, esto permite que dichos centros asistenciales cuenten con planes y estrategias que le permiten brindar servicios de salud a la mayor parte de los miembros de la sociedad. Una parte importante de esta organización reside en la clasificación de los servicios hospitalarios, y en este sentido, García Fenton, Fenton Tait y Fenton Tait (2010) establecen que: “Los servicios hospitalarios se clasifican en: servicio programado, servicio por eventualidad, servicio pasivo, eventos, servicio de suministro; y tienen entre sus exigencias principales la puntualidad, trato personalizado, ambiente agradable, solución de requerimientos, información al usuario, confort, disponibilidad del producto, tiempo del servicio, fiabilidad, sincronización de actividades y satisfacción de expectativas”.

Necesidad e importancia de la práctica hospitalaria en la formación del profesional universitario de enfermería. Consideraciones sobre la determinación de la práctica hospitalaria según la Secretaria de Educación Pública

Según las etimologías grecolatinas, la palabra “práctica” proviene de la palabra griega “praks” del verbo “prasso”, que significa “yo hago hasta acabar”; y del sufijo “tico” que significa “relacionado a”. Por lo anterior, podemos entender el concepto de práctica como algo que se relaciona de manera directa con la acción.

De modo accesorio, se puede conceptualizar a la práctica como la ejecución de cualquier técnica, disciplina o procedimiento; apegándose al conjunto de reglas que componen dicha acción, y que además se encuentra regulada bajo la tutela de un maestro plenamente capacitado en el área de acción.

Desde este concepto, parte la necesidad de que el profesional universitario en enfermería realice prácticas hospitalarias que le permitan desarrollar las competencias necesarias para poder realizar el ejercicio de su profesión de manera pública. Por su parte, Tessa (2014) manifiesta al respecto que: “La práctica clínica es un componente fundamental en el proceso de la enseñanza y aprendizaje de la enfermería, lo que llamamos conocimiento en acción. Ese conocimiento que se adquiere en la acción es el que le permitirá luego a los estudiantes resolver situaciones que se les planteen”, además, siguiendo esta secuencia de ideas, la misma autora añade que: “La práctica clínica tiene un gran impacto educativo porque significa aplicar los conocimientos adquiridos en las aulas al cuidado del paciente y la familia, debiendo ser el estudiante protagonista de su aprendizaje…”.

Dentro de este orden de ideas, se puede apreciar, que la integración de los estudiantes de la licenciatura en enfermería a los escenarios reales donde se practica el ejercicio profesional de la enfermería, tiene como resultado una mejora contundente en el proceso de enseñanza aprendizaje de dichos estudiantes; ya que las practicas hospitalarias los colocan ante situaciones donde deben poner en práctica los saberes que han adquirido de manera teórica, mientras que los estudiantes van obteniendo nuevas experiencias que son resultado de la interacción con profesionales experimentados, los cuales les trasmiten nuevos saberes prácticos a estos estudiantes.

Respecto a lo anteriormente mencionado, Ruiz-Dávila (2014) puntualiza que: “El escenario real se refiere a la práctica que realizan los estudiantes en las unidades asistenciales, en donde se articula la teoría con la práctica de manera integral y continua, con un enfoque interdisciplinario, de modo que se favorece la socialización de los conocimientos en los diferentes ámbitos profesionales de la enfermería…”.

En base a los antecedentes antes mencionados, se puede inferir que las prácticas hospitalarias forman parte fundamental del desarrollo profesional del estudiante de la licenciatura en enfermería, dado que, el ejercicio de estas prácticas coloca a los aspirantes a profesionales de enfermería ante situaciones extremas que tienen relación con el dolor, la enfermedad, el sufrimiento y finalmente la muerte; mientras que estos estudiantes adaptan su desarrollo a un ambiente que muchas ocasiones presenta grandes carencias y un vasto excedente de pacientes.

Con relación a lo anteriormente expuesto, Tessa (2014) afirma que: “…a través de la experiencia adquirida en la práctica, el enfermero aprende a focalizarse y ver lo relevante de cada situación individual y a realizar las acciones que correspondan. En la enseñanza de la enfermería el equilibrio entre los conocimientos teóricos y la práctica clínica es la base del proceso enseñanza aprendizaje”.

Del mismo modo, se puede apreciar que la participación del docente en el desarrollo de las prácticas hospitalarias es fundamental en el proceso de formación del profesional en enfermería, ya que la integración docente-estudiante genera un ambiente de compartimiento de saberes y experiencias que construyen las bases para el desarrollo profesional de los estudiantes de la licenciatura en enfermería; por esta razón, Hernández Díaz, Illesca Pretty y Cabezas González (2013) establecen que: “Los docentes supervisores de prácticas poseen un rol que es de vital importancia en la formación del profesional de Enfermería, cuando se gestionan los cuidados a los usuarios, porque sirve no sólo de modelo, sino que es quien asume el rol conductor dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, además de resguardar entre otras la integración del aspecto teórico, tanto de la profesión como de otras disciplinas, tiempo de acción de las intervenciones, recursos de aprendizaje, espacios físicos creando un ambiente favorable y la correspondiente evaluación de las actividades desarrolladas.”

Por otro lado, las prácticas hospitalarias pueden representar un obstáculo para los estudiantes de la licenciatura en enfermería; esto debido a la falta de seguridad de los estudiantes en cuanto a los conocimientos teóricos que adquirieron durante su formación académica. Esta situación puede incluso hacer pensar al estudiante de la carrera de enfermería, que no cuenta con los saberes y las competencias pertinentes para el desarrollo de su práctica profesional; sin embargo, las prácticas hospitalarias son precisamente el escenario óptimo en donde los estudiantes de la licenciatura en enfermería logran obtener conocimientos significativos basados en la experiencia de la práctica profesional; así que, por lo anteriormente expresado se puede inferir que es fundamental la inclusión de las prácticas hospitalarias en el currículo académico del estudiante de la licenciatura en enfermería, desde los primeros años de formación profesional de este estudiante.

Dentro de ese orden de ideas, Valenzuela-Suazo (2016) expresa puntualmente que: “La formación de los profesionales de enfermería se considera un factor clave. Su inclusión y permanencia en los servicios de salud, así como la participación en la mayoría de los procesos de atención y conexión con todo el equipo de salud, demanda que su preparación garantice competencias para desarrollar un rol activo a favor de la calidad y la seguridad de la atención. En esta formación se destaca la práctica clínica donde el docente no solamente instruye, sino también estimula al estudiante a la toma de decisiones, a hacer observaciones, a percibir relaciones y a trabajar con indagaciones, lo que provee el desarrollo de habilidades y actitudes que conducen a la adquisición de un "poder técnico" y también "político", a fin de actuar en beneficio de la sociedad.”

Por otro lado, es importante puntualizar que el ejercicio de las prácticas hospitalarias en la formación de los estudiantes de la licenciatura en enfermería conforma las bases para las prácticas profesionales de la enfermería, y también constituye uno de los ejes fundamentales para la formación práctica de estos estudiantes. Al respecto, Hernández Díaz, Illesca Pretty y Cabezas González (2013) manifiestan que: “…El ámbito práctico es una simbiosis entre el docente clínico y el estudiante ya que en esta atmósfera se comprometen emociones, aspectos sociales, técnicas, procedimientos, humanización y un ambiente de aprendizaje complementado con la teoría…”

Del mismo modo, es fundamental establecer la importancia de los entornos educativos en el área clínica, dentro de la formación del profesional en enfermería; ya que durante el desarrollo de las prácticas hospitalarias, los estudiantes de la licenciatura en enfermería permanecen en dichos entornos clínicos por periodos de tiempo que pueden llegar a ser bastante prolongados. Dicha situación puede representar un obstáculo, dado que los saberes y las herramientas con las que cuentan dichos estudiantes pueden ser alterados por las distintas variables que existen en estos entornos prácticos. En este sentido, Ruiz-Dávila (2014) expresa que: “Dentro de la práctica clínica, el ambiente de aprendizaje se considera como una forma de organizar la enseñanza, con el empleo de tecnología y la creación de una situación educativa centrada en el estudiante que fomente su autoaprendizaje y el desarrollo de su pensamiento crítico y creativo, con reglas de comportamiento conocidas y aceptadas por ellos, de acuerdo con su estado de desarrollo cognitivo, social y moral…”, y a su vez, esta misma autora conceptualiza el laboratorio de prácticas clínicas como: “…un medio integrado que hace posible una interacción y un ritmo de aprendizaje individual, y permite generar de forma casi real las situaciones apropiadas en las que el estudiante participa activamente…”.

El abordaje de la práctica hospitalaria de los estudiantes de licenciatura en enfermería y su impacto en la aplicación de los conocimientos teóricos y metodológicos que recibe durante su trayectoria de formación

Como lo ha venido expresando la autora de la presente investigación, a lo largo de este trabajo, las prácticas hospitalarias representan uno de los ejes fundamentales en el proceso de la formación del profesional de enfermería. Los saberes adquiridos por estos profesionales durante el desarrollo de sus prácticas clínicas conforman conocimientos significativos que dotan a este profesional con competencias que le ayudarán a resolver diversas problemáticas que se presentan durante el desarrollo de su práctica profesional.

Debido a lo expresado anteriormente, se puede establecer, que las prácticas hospitalarias deben de contar con una estructura enfocada específicamente en la atención individual hacia el paciente, anteponiendo siempre los conocimientos, los saberes, los valores, las competencias y las actitudes necesarias para el pleno desarrollo del profesional en enfermería. En este sentido, Uriarte, Ponce y Bernal (2016) manifiestan que: “La práctica clínica es un componente vital del currículo de enfermería, sin embargo, tiene lugar en un contexto social complejo. Por ello uno de los actores principales es el docente clínico quien tiene como función principal orientar y guiar la actividad mental constructiva de los alumnos, a quienes proporcionará una ayuda pedagógica ajustada a sus competencias, que propicien la comprensión y actuación autónoma de los alumnos”, y a su vez, estos mismos autores puntualizan que la experiencia en el campo clínico: “…ofrece a los estudiantes de enfermería la oportunidad de combinar habilidades cognitivas, psicomotoras, afectivas y para resolución de problemas; permite desarrollar competencias, la aplicación de conocimientos, habilidades, actitudes y valores a situaciones clínicas.”.

El escenario clínico es una parte fundamental en el desarrollo profesional de los estudiantes de la licenciatura en enfermería. En dichos entornos de aprendizaje, estos estudiantes tienen sus primeros contactos con experiencias de vida que pueden considerarse bastante abrumadoras; y que tienen relaciones directas con el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Del mismo modo, dichos estudiantes tienen la responsabilidad de responder de manera positiva ante las características del contexto institucional, tales como el déficit de materiales de curación, la falta de recursos humanos y la carencia de equipo clínico especializado.

Debido a lo anteriormente expresado, se puede inferir que la personalidad de los estudiantes de la licenciatura en enfermería puede verse impactada por las experiencias positivas y negativas que este estudiante experimenta durante el desarrollo de sus prácticas hospitalarias. Por esta razón, es muy común identificar que algunos estudiantes se enfrenten con crisis derivadas del estrés y del agotamiento, sobre todo, durante los primeros semestres de la formación de estos estudiantes.

Respecto a lo anteriormente analizado, Moya Nicolás, Larrosa Sánchez, López Marín, López Rodríguez, Morales Ruiz y Simón Gómez (2013) establecen que: “En las prácticas clínicas, los alumnos toman contacto con su futura profesión y se entrenan en la misma, enfrentándose a situaciones difíciles, que en muchas ocasiones son generadoras de estrés y no siempre se realizan en un entorno favorecedor que les permite entender la práctica enfermera en su totalidad”; mientras que Duarte, Varela Montero, Braschi Diaferia y Sánchez Muñoz (2017) manifiestan en este mismo orden de ideas que: “Dentro de los factores de riesgo para el desarrollo de estrés laboral en los profesionales de enfermería, se pueden resaltar: el contenido del trabajo, el grado de responsabilidad, el conflicto y la ambigüedad de rol, los contactos sociales y el clima de la organización, el contacto con pacientes, la carga de trabajo, la necesidad de mantenimiento y el desarrollo de una cualificación profesional, los horarios y turnos irregulares, la violencia hacia el profesional sanitario y el ambiente físico en el que se realiza el trabajo”.

Es importante destacar, que el entorno práctico que ofrecen los escenarios educativos hospitalarios son generalmente fuentes generadoras de estrés para los estudiantes de la licenciatura en enfermería; esto debido a las condiciones de dolor, sufrimiento, enfermedad y muerte que experimentan los pacientes de dicho escenario clínico; esto aunado al hecho de que dichos estudiantes tienen el deber de desempeñar un rol profesional para el cual estos estudiantes aún no se encuentran plenamente preparados.

En seguimiento al sentido anterior, los mismos autores mencionados, Duarte, Varela Montero, Braschi Diaferia y Sánchez Muñoz (2017) manifiestan que: “…es fundamental conocer las fuentes de estrés relacionadas con el rol que los estudiantes desempeñan, para poder determinar qué habilidades hay que potenciar y así contribuir a la salud laboral de los futuros profesionales, además de contribuir a un mejor cuidado de las personas atendidas…”, y dentro de este mismo orden de ideas, Moya Nicolás, Larrosa Sánchez, López Marín, López Rodríguez, Morales Ruiz y Simón Gómez (2013) añaden que: “…las principales fuentes de estrés en el último curso de enfermería son: el estrés académico, la relación con los profesores, las relaciones en las prácticas clínicas, las finanzas y la muerte de los pacientes”

Debido a lo anteriormente expresado, es fundamental establecer el rol del docente dentro del desarrollo de las prácticas hospitalarias. Dicho docente tiene la responsabilidad de brindar tutoría y acompañamiento al estudiante de la licenciatura de enfermería durante sus prácticas clínicas, anticipándose a los diferentes obstáculos que dicho estudiante puede encontrar durante su desarrollo profesional.

Por la razón previa, es fundamental la planeación de estrategias educativas que permitan disminuir, e incluso prevenir las dificultades antes mencionadas, con la intención de mejorar sustancialmente el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes de la licenciatura en enfermería. Al respecto, Duarte, Varela Montero, Braschi Diaferia y Sánchez Muñoz (2017) puntualizan que: “…la experiencia docente ha mostrado que la aplicación del proceso enfermero tiene un cumplimiento muy diversificado durante la formación de los estudiantes, no se le da la importancia debida, a pesar de estar estipulado en el funciograma de algunas instituciones de salud, así como, en el plan curricular de las instituciones formadoras de recursos en enfermería, dificultando la incorporación de los elementos teórico-metodológicos y el proceso de cuidar, mostrando resistencia a la incorporación del PE en el desarrollo de la práctica clínica por parte de los estudiantes de enfermería…”

Como se ha venido expresando durante el desarrollo de la presente investigación, el desarrollo de la formación de los estudiantes de la licenciatura en enfermería es bastante amplio, y generalmente al comienzo de su formación, dichos estudiantes entran en contacto con sus primeros saberes teórico-científicos; pero sin lugar a dudas, los escenarios educativos que brindan mayores conocimientos significativos a estos estudiantes, son precisamente las practicas hospitalarias.

Dándole sentido a todo lo expresado anteriormente se puede inferir, que el objetivo primordial de las prácticas hospitalarias durante la formación del profesional en enfermería, es específicamente lograr que los aspirantes a profesionales en enfermería, obtengan de manera progresiva los saberes científicos pertinentes, mientras desarrollan las habilidades, los valores y las aptitudes que ayudarán a este profesional a abordar diversas problemáticas de salud de forma responsable, ética y competente. Al respecto, Cuñado Barrio, Sánchez Vicario, Muñoz Lobo, Rodríguez Gonzalo y Gómez García (2011) manifiestan que: “…La integración entre la teoría y la práctica en la formación académica es una de las mayores preocupaciones de las instituciones docentes.

Para los estudiantes de enfermería no es posible adquirir un buen nivel de formación si no es a través de la experiencia clínica. La práctica clínica tiene un gran impacto educativo porque significa aplicar los conocimientos que se han adquirido en las aulas a las situaciones de cuidado del paciente y familia”, mientras que por su parte, Ruiz-Dávila (2014) afirma que: “…Las simulaciones aceleran o reafirman los procesos importantes, haciéndolos más explícitos, para su mejor comprensión y la actuación sobre ellos. En este espacio de práctica clínica, después de impartir la teoría, el docente desarrolla la técnica apoyada en el manual de procedimientos que los estudiantes previamente han adquirido, leído y comprendido en el aula”.

Las prácticas hospitalarias ofrecen a los estudiantes de la licenciatura en enfermería un ambiente práctico donde pueden interactuar con un conjunto de saberes, competencias y experiencias humanas, que le ayudarán a desarrollar las destrezas necesarias para una prestación de servicios profesionales de alta calidad. En este sentido, Piña-Jiménez (2013) afirma que: “La formación de Enfermería se ha caracterizado en su devenir histórico, por la temprana incorporación de sus alumnos a los escenarios reales de desempeño profesional, como son los hospitales, generando procesos de enseñanza aprendizaje situados, en los que participan como practicantes y aprendices. Los hospitales si bien no constituyen el único escenario de intervención profesional, si representan el principal escenario para el que se planea una rotación y una enseñanza desde el terreno curricular, ofreciendo la ventaja de que los alumnos tienen un contacto directo y una experiencia real con pacientes y situaciones diversas, sobre las que deberán aprender a intervenir como profesionales de la Enfermería”.

CONCLUSIONES

En síntesis, la autora de esta investigación hace énfasis al valor trascendental del escenario y el contexto en donde se desarrollan las prácticas hospitalarias de los estudiantes de la licenciatura en enfermería; donde se refiere a dichos escenarios como entornos que potencian y a su vez motivan al aprendizaje reflexivo basado en la experiencia de dichos estudiantes; fomentando la calidad humana y la labor en equipo para la prestación servicios de cuidado en enfermería de alta calidad. Cabe destacar que, la enfermería que ofrece servicios de cuidado de calidad, que son aptos y seguros para la comunidad, es altamente valorada por la sociedad.

En conclusión, se puede afirmar que la correcta integración de las prácticas hospitalarias en la formación del profesional en enfermería tiene como resultado la generación de conocimientos significativos, el desarrollo de competencias dirigidas al cuidado del paciente y sobre todo, la formación del criterio e identidad de los futuros profesionales de la enfermería.

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Recibido: 20 de Octubre de 2020; Aprobado: 09 de Noviembre de 2020

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