Introducción

La tercera edad en el ciclo de vida de los seres humanos supone desafíos para su bienestar. Uno de ellos es el bienestar financiero porque les permite afrontar con autonomía los gastos que se originen para solventar sus necesidades.

El ahorro y la toma de decisiones desde la juventud podría garantizar dicho bienestar financiero que idealmente tendría que empezar a realizarse desde temprana edad con la finalidad de acumular montos adecuados para autofinanciarse y sortear los riesgos financieros a los que estén expuestos sus ahorros. Para ello, primeramente, los jóvenes tendrían que estar conscientes de sus necesidades a lo largo de su vida y de cómo planean financiarlas. Así mismo, la comprensión de conceptos financieros clave podría ser un primer paso para conocer estrategias de inversión que les permita generar beneficios mayores derivados de su ahorro.

En México, las fuentes de ingresos en la vejez son diversas; sin embargo, la más importante por su monto es la que se obtiene a través de las pensiones previsionales que se derivan de los derechos adquiridos de los principales sistemas de seguridad social. Cabe señalar, que una de las principales características de éstos es que son ocupacionales, es decir, depende de la situación laboral subordinada de las personas, aunque es posible que los trabajadores independientes se afilien; además de que son contributivos, porque para su financiamiento se requiere que contribuyan trabajadores, patrones y gobierno.

No obstante, lo anterior es relevante considerar que el Estado tiene la obligación de otorgar una pensión no contributiva a las personas de 65 años de edad o más, denominada “Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores”, la cual está consignada en el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM). El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) establece mensualmente lo que llama “línea de pobreza por ingresos” el valor de una canasta básica de alimentos, de bienes y servicios, y ésta es diferente en las zonas urbanas y rurales. En la actualidad, el monto de la pensión no contributiva es menor que dicha línea de pobreza de ingresos tanto en zonas urbanas y rurales; de ahí, la necesidad de considerar de recurrir a más fuentes de ingreso en la tercera edad, por ello es indispensable planear financieramente el retiro laboral.

A partir del año 1997 cambió el método de financiamiento de las pensiones previsionales provenientes de los principales sistemas de seguridad social, y el monto de dichas pensiones ahora depende del ahorro individual que a lo largo de la vida laboral de cada trabajador haya realizado a través de cuentas individuales especializadas en el ahorro para el retiro. La administración de dichas cuentas individuales es realizada por entidades financieras denominadas administradoras de fondos para el retiro (AFOREs) y los recursos de las cuentas individuales se invierte a través de sociedades de inversión especializada en fondos para el retiro (SIEFOREs), que a su vez son operadas por las AFOREs.

La supervisión y regulación tanto de AFOREs como de SIEFOREs corre a cargo de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), el cual es un organismo desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El método de financiamiento señalado requiere que el trabajador tome diferentes decisiones relacionadas con su ahorro individual para el retiro y todas tienen repercusiones directas en el monto de la pensión a la que tendrá derecho al final de su vida laboral.

Algunas de las decisiones que todo trabajador debe tomar en relación con su cuenta individual de ahorro para el retiro son las siguientes: la selección de la AFORE que administrará sus recursos, si le es conveniente cambiar de AFORE y en qué momento; la SIEFORE que invierta sus recursos, ya que actualmente los recursos de los trabajadores se dirigen a una canasta de inversión especializada de acuerdo a su año de nacimiento, pero éstos tienen el derecho de elegir la canasta de inversión sin importar su edad; realizar aportaciones voluntarias a su cuenta individual, conocer qué cantidades le son convenientes aportar de acuerdo al monto de la pensión previsional que tiene planeado recibir e inclusive conocer si la AFORE que administra su ahorro para el retiro opera alguna SIEFORE especializada en ahorro voluntario; determinar si es oportuno hacer retiros de la cuenta individual por desempleo o matrimonio, ya que éstos disminuyen las semanas de cotización; seguir haciendo aportaciones a su cuenta individual en periodos de desempleo o inclusive, abrir una cuenta individual para el retiro en caso de ser trabajador independiente o informal. Aunado a lo anterior, los trabajadores idealmente deben conocer tópicos fundamentales como: pensión por jubilación, semanas de cotización, densidad de cotización, tasa de remplazo, requisitos para acceder a la pensión por jubilación, renta vitalicia, retiros programados, entre otros.

La educación financiera es determinante en la planeación financiera para el retiro, ^{Lusardi y Mitchell (2011)} hallaron, que entre la población estadounidense, entre más conocimiento financiero posean, es más probable que realicen una planeación financiera para el retiro eficiente. Así mismo, la influencia de los padres en relación con el ahorro puede llegar a influir en la edad a la cuál se comprenden conceptos financieros relacionados con el retiro laboral; ^{Koposko y Hershey (2016)} hallaron en una muestra de estudiantes universitarios en Estados Unidos, que si éstos habían aprendido de sus padres acerca del ahorro, más pronto comprendían conceptos generales y financieros sobre el retiro laboral.

También es necesario considerar cómo ha impactado en el mercado laboral, la pandemia por el virus COVID-19. De acuerdo con ^{CONSAR (2021)}, el grupo etario que más padeció la pérdida de trabajo formal fue el que se encuentra entre los 15 y 24 años de edad. El sector servicios, que fue el más afectado, se caracteriza precisamente por su alta rotación y por requerir personas de menor nivel educativo, particularmente jóvenes con salarios más bajos. ^{Monroy Gómez Franco (s/f)} menciona que en México las mujeres han sido las más afectadas como consecuencia del deterioro del mercado laboral, lo que ha derivado en pérdida de empleo y deterioro de las condiciones laborales de quienes conservaron su empleo. El investigador asevera que la pandemia ha golpeado con mayor fuerza a las mujeres que residen con personas que requieren sus cuidados. La pandemia ha impuesto nuevos escenarios que repercuten en diferentes ámbitos de la vida y el bienestar económico en la vejez es uno de ellos.

Ante el panorama antes descrito, en el que se infiere la importancia de prever el financiamiento en la etapa de la tercera edad desde la juventud, el objetivo principal de la investigación que aquí se reporta es conocer si existe diferencia en la edad promedio en la que los estudiantes universitarios reportan haber comprendido aspectos generales y conceptos financieros relacionados con el retiro laboral, diferenciada por el comportamiento y la actitud financiera de éstos y por la influencia de sus padres en relación con la importancia del ahorro.

Desarrollo

Se realizó una encuesta sobre conceptos financieros de retiro laboral, tanto generales como técnicos, entre estudiantes universitarios. La encuesta se aplicó por medio de la aplicación Google Forms a estudiantes universitarios de segundo semestre que estudiaban la asignatura Matemáticas Financieras de la licenciatura Gestión Empresarial de una universidad pública de Guanajuato, México, en el semestre agosto - diciembre de 2020 o en el semestre enero - julio de 2021. Se recibieron 82 respuestas de las cuáles el 64.63% corresponde a estudiantes del sexo femenino. La edad promedio de los estudiantes encuestados es de 20.51 años de edad con desviación estándar de 1.89 años.

La primera parte de esta encuesta consiste en 10 reactivos, 5 de ellos se refieren al nivel de estudios en el que las personas que respondieron, comprendieron aspectos generales sobre el retiro laboral. Los demás reactivos aluden a conceptos financieros técnicos y el nivel de estudios en el que los estudiantes los comprendieron. Es relevante manifestar, que la redacción de estos reactivos está basada en el trabajo de ^{Koposko y Hershey (2016)} y adaptados al contexto mexicano. Para calcular la edad que corresponde al nivel de estudios, se empleó la edad promedio que se obtuvo del rango de edades típico, que de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), se cursan algunos niveles de estudio: primaria, de 6 a 11 años de edad; secundaria, de 12 a 14 años de edad; educación media superior, de 15 a 17 años de edad ^{(SEP, 2020)}. En caso de que los estudiantes señalaran que el nivel de estudios en el que comprendieron los aspectos generales y los conceptos financieros, se asignó la edad promedio de quienes respondieron la encuesta.

En la Tabla 1 se muestra la edad promedio y la desviación estándar, basado en el nivel de estudios en el que los estudiantes manifestaron que comprendieron aspectos generales y conceptos financieros de retiro laboral. El tipo de reactivo que se denominó “General” corresponde a aspectos generales y los que se nombraron “Técnicos” se refieren a los conceptos financieros. Cabe señalar, que en la última columna se encuentra el porcentaje de estudiantes que respondieron la opción “Esta situación/este concepto aún no es claro para mí”.

Se observa, que la edad media de solamente un reactivo, “las personas que no trabajan en la vejez aun necesitan dinero para vivir,” la cual forma parte de los aspectos generales, corresponde a la educación secundaria, aunque su desviación estándar es la más alta en comparación con todos los demás reactivos. La edad promedio a la que los encuestados respondieron tres reactivos del conjunto de aspectos generales y tres de conocimientos financieros, cae dentro del intervalo de edad en la que típicamente se cursa la educación media superior.

Los jóvenes universitarios encuestados afirmaron que el aspecto general y los conceptos básicos financieros los aprendieron en sus estudios de nivel superior; de éstos, es relevante mencionar que se refieren a aspectos relacionados con planeación financiera para el retiro, el ahorro destinado a la etapa de retiro laboral e inversiones.

En relación con el desconocimiento de los aspectos generales planteados y los conceptos financieros, se destaca que casi el 11% de los encuestados afirmó no conocer qué es una cuenta individual para el retiro y el 46.34% señaló que no sabe qué es una “siefore”. Como puede observarse, la edad promedio de quienes señalaron conocer esos conceptos se encuentra en el nivel de estudios superior.

Como se mencionó anteriormente, se midió también la influencia de los padres en cuanto a la importancia del ahorro, así como el comportamiento y la actitud financiera de los estudiantes. Se utilizo una escala Likert de 5 puntos en la que 1 es totalmente en desacuerdo y 5 totalmente de acuerdo. Es importante mencionar, que en el caso de los reactivos de la actitud financiera la escala Likert se invirtió debido al sentido en el que éstos se encuentran están planteados.

De la Tabla 2 se desprende que el promedio de los padres y el comportamiento financiero es prácticamente el mismo, aunque se observa mayor dispersión en el caso del primer factor. Así mismo destaca, que la mediana de la influencia de los padres es mayor que la que corresponde al comportamiento financiero.

En cuanto a las actitudes financieras, su promedio es menor que el de los dos factores, pero la dispersión es mayor; la mediana de las actitudes financieras también es menor que el del resto de los factores. Se planteó establecer si la influencia paterna, el comportamiento y la actitud financieros son altos o bajos, para ello se empleó como punto de corte la mediana de las respuestas.

Para determinar la baja o alta influencia paterna en relación con la importancia del ahorro, se pidió a los estudiantes que respondieran los siguientes reactivos, adaptados de la investigación realizada por ^{Koposko, Bojórquez, Pérez & Hershey (2016)}:

Cabe señalar, que solamente se tomaron en cuenta las respuestas que no fueron respondidas con la opción “Esta situación/este concepto aún no es claro para mí”.

Como puede observarse en la Tabla 3, a un nivel de significancia del 5%, la edad en la que los estudiantes comprendieron los aspectos generales y los conceptos financieros relacionados con el retiro no difiere con respecto a sí la influencia de los padres fue alta o baja.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico ^{(OCDE, 2020)} plantea cuatro reactivos que miden el comportamiento financiero de las personas y que se refiere a la planeación financiera a largo plazo y al ahorro, flujo de efectivo suficiente y realización de compras que pueda afrontar económicamente. Todos los aspectos mencionados permiten conocer si las decisiones que toman las personas les permiten vivir con bajo estrés financiero. En particular, los reactivos que se incluyeron en esta investigación, son las siguientes:

Como puede observarse en la Tabla 4, el comportamiento financiero alto o bajo no determina la edad en la que los jóvenes universitarios comprendieron los aspectos generales y los conceptos financieros relacionados con el retiro laboral.

Las actitudes financieras consisten en la intención de ahorrar para afrontar los gastos en el futuro. De acuerdo con la ^{OECD (2020)}, los siguientes reactivos, que fueron empleados en esta investigación, podrían mostrar preferencias que bloqueen comportamientos relacionados con la resiliencia y el bienestar financiero:

De la Tabla 5 se desprende, que a un nivel de significancia del 10%, las actitudes financieras clasificadas como altas o bajas, si determinan la edad en la que los estudiantes comprenden actitudes generales y conceptos financieros relacionados con el retiro laboral.

Conclusiones

El modelo de financiamiento de las pensiones previsionales contributivas, obtenidas a través de los principales sistemas de seguridad social de México, supone que las personas pueden tomar decisiones financieras en relación a la administración de cuentas individuales de ahorro para el retiro laboral, las canastas de inversión disponibles, aportaciones voluntarias adicionales, etc. Para alcanzar montos de pensiones que permitan a los adultos mayores afrontar un nivel de vida similar al que tenía mientras era económicamente activo, se requiere que desde jóvenes estén consciente de la importancia de financiar esa etapa de la vejez.

En la investigación, que aquí se presenta, se analizó la edad en la que un grupo de jóvenes universitarios manifestaron la edad en la que comprendieron aspectos generales y términos financieros relacionados con el retiro laboral. Se halló que la mayor parte de dichos aspectos y términos los comprendieron durante su etapa de estudios de secundaria y dos de los conceptos financieros más importantes fueron comprendidos durante sus estudios universitarios.

Adicionalmente, se encontró que la influencia de los padres en relación al hábito del ahorro y el comportamiento financiero no son un factor que determine la edad en la que se comprendieron los aspectos generales y los conceptos financieros centrados en el retiro laboral, a diferencia de las actitudes financieras con un nivel de significancia del 10%.

Una de las limitaciones de este estudio es el tamaño de la muestra que se sugiere que sea mucho más amplia y que incluya a alumnos de otras licenciaturas y escuelas. Los resultados obtenidos podrían sentar un precedente en el área de educación e inclusión financiera que permitiría diseñar estrategias para alcanzar mayor alfabetismo financiero y así, lograr bienestar económico en la vejez.