INTRODUCCIÓN
En México, la producción de hortalizas en condiciones protegidas en el 2014 fue de 23 483 ha, correspondiendo al cultivo del tomate el 70% de la superficie. Debido a los estándares de calidad e inocuidad obtenidos en condiciones protegidas, gran parte de la producción se exporta (SIAP-SAGARPA 2016). El rápido crecimiento de la superficie cultivada con tomate bajo condiciones protegidas, ocasiona precios bajos a finales de la primavera y durante el verano, debido a que en estos meses se tiene la mayor producción (Avendaño-Ruiz y Várela-Llamas 2010). Mientras que las variedades tradicionales o tomate de especialidad, por su sabor y contenido nutricional tienden a mantener su precio en el mercado todo el año (Healy et al. 2017, Joseph et al. 2017). Por ejemplo, el precio promedio de tomates convencionales en la primera semana de abril del 2017, fue de 1.58 dólares por libra, mientras que para los tomates de especialidad fue de 3.03 (USDA 2017).
Por su falta de uniformidad en crecimiento, forma del fruto y agrietamiento, las variedades tradicionales tienen dificultades para producirse (Vavrina et al. 1997); por lo que se cultivan en pequeñas superficies (Grassbaugh et al. 2004). Las variedades tradicionales se clasifican dentro de los tomates de especialidad, por lo que son una alternativa para producirse bajo invernadero. Estos tomates bajo condiciones protegidas tienen comportamientos diferentes, por el grado de tecnificación del invernadero y las propiedades de la cubierta plástica (García-Enciso et al. 2014, Monge-Pérez 2015). Por lo que se requiere realizar investigaciones sobre el comportamiento de los diferentes genotipos en invernadero, para seleccionar los de mejor comportamiento (Castellanos 2009, Monge-Perez 2014). Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue conocer el comportamiento de cuatro variedades tradicionales de tomate sembradas con acolchado plástico en invernadero.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se realizó en el ciclo otoño-invierno de 2015, en un invernadero tipo multitunel, con cubierta de polietileno anti-UV, sistema de enfriamiento automatizado con pared húmeda y extractores. Localizado en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), en Saltillo, Coahuila a 25° 21' 24.79" LN y 101° 02' 5.12" LO, altitud de 1 762 msnm, temperatura media anual de 16.8oC , y clima seco semiárido.
Se utilizaron cuatro variedades tradicionales de tomate (Tabla 1). La siembra se realizó en charolas germinadoras de 200 cavidades, que se llenaron con Peat Moss (Klasmann®), colocando una semilla por cavidad. Antes de poner el acolchado, el suelo se esterilizó con Busan 30WB® para luego realizar cuatro camas dentro del invernadero, de las cuales se acolcharon tres camas con plástico de color blanco, gris y negro, mientras que la cuarta cama se utilizó como testigo sin acolchar. Cuando las plántulas presentaron dos hojas verdaderas, se trasplantaron a las camas, y se sembraron a doble fila, con distancia entre fila de 40 cm y entre planta de 33 cm. El riego y la fertilización se realizó con la solución nutritiva Steiner (1961) al 50% desde el trasplante hasta la floración, aumentando al 80% en la etapa de amarre de fruta y al 100% en la cosecha. Dentro del invernadero se registró la temperatura y la humedad relativa, con un Data logger Modelo WatchDog 1650 Spectrum Technologies.
El manejo del cultivo para los cuatro genotipos, fue a dos tallos de forma vertical, con podas de brotes laterales cada semana. El manejo fitosanitario se realizó de manera preventiva, con aplicaciones foliares cada 15 d de 10 ml L-1 de Bacillus subtilis Ehrenberg Cohn y cada 40 d se aplicaron vía riego 100 g de Trichoderma harzianum Rifai. Para mejorar el suelo se aplicaron cada 15 d 5 ml L-1 de ácidos húmicos vía riego. La polinización se realizó por medio de abejorros (Bombus terrestris), para lo cual se utilizaron dos colmenas durante todo el ciclo del cultivo, las cuales se colocaron a 50 cm del suelo en una base de madera.
Se utilizó un diseño experimental de bloques completos al azar con arreglo en parcelas divididas, correspondiendo las parcelas principales a los colores de acolchado: a) blanco, b) gris, c) negro y d) sin acolchado, mientras que las subparcelas fueron las variedades de tomate: a) Brandywine, b) Striped German, c) Pruden's Purple y d) Valencia, con seis repeticiones (bloques) por tratamiento. La longitud de cada parcela fue de 2.64 m con 8 plantas por tratamiento. Durante el ciclo del cultivo se realizaron 10 cortes de frutos cada 10 d.
Las variables evaluadas fueron: rendimiento total de fruto por planta, considerando 10 cortes (RTF), número total de frutos por planta (NTF), peso promedio de fruto (PPF), rendimiento de fruto por m2 (RFM), altura de planta (ADP), diámetro basal de planta (DBP), y las variables ambientales temperatura (oC) y humedad relativa (HR) que se registraron todos los días cada 5 min en tres puntos del invernadero. El análisis de varianza y la comparación de medias de Tukey (p ≤ 0.05), se realizó con el programa STATISTICA versión 10.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para las variables RTF y RFM se encontraron diferencias significativas (p ≤ 0.01) entre colores de acolchado, lo que indica que el color afecta estas variables (Tabla 2). En la Tabla 3 se observa que el mayor RTF y RFM se obtuvo con el acolchado blanco, tuvo un 16.42% más rendimiento que el obtenido sin acolchado y un 26.43% más que el obtenido con acolchado gris. El mayor rendimiento del acolchado blanco se puede deber a que presentan trasmisividad de aproximadamente el 50% y por consiguiente un menor calentamiento del suelo y baja evaporación de agua (Robledo-Torres et al. 2010), mientras que el tratamiento sin acolchado permite una mayor evaporación de agua del suelo (Tabla 4). Los acolchados plásticos en condiciones limitadas de agua, aumentan la conservación de la humedad del suelo en la capa superficial, en comparación con el suelo sin acolchar (Zenner y Peña 2013), lo que proporciona mayor disponibilidad de humedad para el cultivo (Zhou et al. 2009). Se tiene evidencia de que el acolchado de color blanco aumenta el rendimiento en el tomate (Tarara 2000).
*(P ≤ 0.05), **(P ≤ 0.01); RTF= rendimiento total de fruto; NTF= número total de frutos; PPF=peso promedio de fruto; RFM= rendimiento de fruto por metro cuadrado; ADP= Altura de planta; DBP= diámetro basal de planta.
Medias con diferente letra en columna son estadísticamente diferentes (Tukey. P ≤ 0.05); RTF= rendimiento total de fruto; NTF= número total de frutos; PPF=peso promedio de fruto; RFM= rendimiento de fruto por metro cuadrado; ADP= Altura de planta; DBP= diámetro basal de planta.
Las temperaturas ambientales fueron superiores a los 30oC, como resultado de la reflectividad y la trasmisividad de las cubiertas utilizadas. Al respecto Díaz y Dean-Batal (2002) reportan que la temperatura óptima para el crecimiento de la raíz, de la parte aérea y para incrementar el rendimiento de tomate es de 25.4 a 26.3oC, lo que indica que el tratamiento sin acolchar superó en un 16.41% la temperatura óptima.
Las diferencias (p ≤ 0.05) para las variables RTF y RFM y altamente significativas (p ≤ 0.01) para NTF, PPF, ADP y DBP entre variedades, indica diferencias genéticas (Grunzke et al. 2006, Rogers y Wszelaki 2012). Al respecto Sato et al. (2000) han demostrado que cuando el tomate se cultiva en temperaturas de 32oC durante el día y 26oC en la noche, se tiene un menor amarre de frutos, lo que se puede deber a la caída de flores por las altas temperaturas (Sugiyama et al. 1996). El mayor RTF (3.892 kg) lo tuvo la variedad Brandywine, pero fue estadísticamente igual al RTF de las variedades Striped German y Valencia (Tabla 3). Las diferencias en las variables RTF y RFM se debe a que son variables de herencia cuantitativa, por lo que son afectadas por múltiples factores. Para el NTF la variedad Valencia tuvo el mayor valor con 25.87 frutos, superando estadísticamente a las otras variedades de tomate, en tanto que Pruden's Purple tuvo el menor número de frutos (16.55). Para PPF las variedades Brandywine, Striped German y Pruden's Purple fueron estadísticamente ¡guales. La calidad de fruto, sabor, color y textura es importante en las variedades tradicionales de tomate (Vavrina et al. 1997, O'Connell et al. 2012). La variedad Brandywine tuvo el mayor rendimiento y PPF, pero fue estadísticamente similar al rendimiento y PPF de las variedades Striped German y Pruden's Purple; aunque la variedad Valencia tiene alto potencial productivo, debido al mayor NTF.
Para la variable ADP las variedades Striped German (3.187 m) y Pruden's Purple (3.062 m) tuvieron los mayores valores. Mientras que para la DBP la variedad Valencia tuvo el mayor valor. No se encontraron diferencias estadísticas en la interacción de acolchados*variedades (Tabla 2). La humedad relativa promedio diurna fue de 52.05% en la parte sur de invernadero y de 53.37% en la parte norte del invernadero, mientras que la humedad relativa nocturna fue del 90.01% en la parte central del invernadero (Tabla 4). Valores que se encuentran dentro del rango óptimo para la producicón de tomate en invernadero.
El color del acolchado influyó en el rendimiento de fruto de tomate, presentando el acolchado de color blanco el mayor rendimiento. Todas las variedades tradicionales de tomate se adaptaron a las condiciones de invernadero, aunque la variedad Brandywine por su rendimiento es una opción de producción de tomate tradicional en invernadero.