Introducción
En los sistemas de producción intensiva, el uso de concentrado en las raciones para la engorda de ovinos es cada vez mayor (Arjmand et al. 2022, Hernández-de los Santos et al. 2022) y, en consecuencia, los costos de alimentación son mayores debido al alza del precio del maíz y sorgo, el cual incrementa año con año (Mestra et al. 2020, Velázquez-Duarte et al. 2022). El problema se agudiza cuando las dietas comerciales y balanceadas son utilizadas deficientemente por el rumiante (Martínez et al. 2007, Salinas-Chavira et al. 2011, Chiriguay 2023). El nivel de energía y proteína en el alimento es determinante en la respuesta productiva y la eficiencia de utilización del alimento por los rumiantes (De Azevedo et al. 2021, Sileshi et al. 2021, Kazemi-Bonchenari et al. 2022), relacionadas con la eficiencia en la fermentación microbiana ruminal. En este sentido, es importante evaluar el efecto del nivel de energía y pro- teína de dietas formuladas para la engorda intensiva de borregos en la actividad fermentativa de los consorcios microbianos del rumen. En estos sistemas el contenido de EM y PC fluctúan entre 2.4 y 2.8 Mcal kg-1, y de 14 a 16% (NRC 2007), con lo cual se espera una ganancia diaria de peso (GDP) de 250 a 300 g día-1.
Por otro lado, la técnica de producción de gas in vitro (TPG) es un procedimiento práctico que permite estimar indirectamente la extensión y cinética de fermentación de los alimentos (Aragadvay-Yungán et al. 2022). El gas derivado de la fermentación ruminal in vitro está relacionado principalmente, pero no exclusivamente, con el contenido de carbohidratos fermentables no estructurales (azúcares solubles y almidón) y estructurales (celulosa, hemicelulosa y pectina) del alimento (Murillo et al. 2012, Tirado-González et al. 2016, Villalba et al. 2021), la producción de ácidos grasos volátiles (Huertas-Molina et al. 2020) y, por lo tanto, con el contenido de energía del alimento y la síntesis de biomasa microbiana (Opatpatanakit et al. 1994, Schofield et al. 1994, Castillo-López y Domínguez-Ordóñez 2019, Gutiérrez-Fidencio et al. 2023). Al respecto, Miranda-Romero et al. (2020), propusieron la aplicación de la TPG para estimar, no solo la extensión y cinética de fermentación del alimento, sino también las fracciones de fermentación rápida, media y lenta, asociadas a carbohidratos solubles, almidón y celulosa; así como para estimar indicadores de impacto ambiental como la producción de metano, el indicador del potencial de calentamiento global (IPCG) y el índice de impacto ambiental (IIA) (Martínez-Hernández et al. 2019). Al respecto Cui et al. (2019), hallaron que el nivel de energía y proteína de la dieta tiene efecto en la composición e interacciones de la comunidad microbiana ruminal, lo cual puede tener importancia para definir estrategias en el uso óptimo de nutrientes. Por ejemplo, Zhang et al. (2020) discuten en su experimento que una adición adecuada de Urtica cannabina a Leymus chinensis puede mejorar el balance de energía y proteína para promover la reproducción de los microorganismos del rumen. Por ende, el objetivo de la presente investigación fue evaluar el efecto del nivel de energía metabolizable y proteína cruda de dietas dentro del intervalo para la engorda intensiva de ovinos, en la digestibilidad, cinética de fermentación, fracciones fermentables e indicadores de impacto ambiental in vitro.
Materiales y métodos
Lugar y tratamientos
Esta investigación se realizó en el Laboratorio de Microbiología Pecuaria del Departamento de Enseñanza, Investigación y Servicio en Zootecnia de la Universidad Autónoma Chapingo, México. Los tratamientos consistieron en cinco dietas de acuerdo con el contenido de energía metabolizable (EM, Mcal kg-1MS) y proteína cruda (PC, %); tres balanceadas a nivel bajo (BB; 2.6 y 13.8), medio (MM; 2.8 y 16) y alto (AA; 3.0 y 17.2); y dos desbalanceadas (AB, 2.8 y 14.5; BA, 2.6 y 17.2) en EM y PC (NRC, 2007). A las dietas se les determinó el contenido de pro- teína cruda (PC), cenizas (Ce), extracto etéreo (EE) y materia seca (MS) (AOAC 1990); así como la fibra detergente neutro (FDN) y fibra detergente ácido (FDA) (Van-Soest et al. 1991). La composición de las dietas se presenta en la Tabla 1.
*Dieta | |||||
---|---|---|---|---|---|
Ingredientes (%) | MM | AA | AB | BA | BB |
Maíz rolado | 25 | 27 | 25 | 15 | 20 |
Sorgo | 28 | 25 | 32 | 22.6 | 30.8 |
Rastrojo de maíz | 15 | 13 | 15 | 27 | 25 |
Pasta de soya | 11.1 | 15.4 | 7.1 | 13.5 | 7.3 |
Cascarilla de soya | 67 | 2 | 7 | 7 | 5 |
Gluten de maíz | 4 | 4 | 4 | 6 | 3 |
Melaza | 5 | 5 | 5 | 5 | 5 |
Grasa animal | 1 | 4.8 | 1 | 0 | 0 |
Sal mineral | 1.5 | 1.5 | 1.5 | 1.5 | 1.5 |
CaCO3 | 1.4 | 1.4 | 1.4 | 1.4 | 1.4 |
Sal común | 0.5 | 0.5 | 0.5 | 0.5 | 0.5 |
Urea | 0.5 | 0.5 | 0.5 | 0.5 | 0.5 |
**Relación F:C | 22:78 | 15:85 | 22:78 | 34:66 | 30:70 |
Nutrientes (%) | |||||
MS | 87.6 | 88.1 | 87.5 | 86.6 | 86.5 |
Ce | 6.6 | 7.5 | 7.4 | 8.3 | 8.0 |
EE | 3.7 | 7.3 | 3.7 | 2.3 | 2.5 |
FDN | 24.2 | 20.1 | 24.2 | 31.9 | 29.1 |
FDA | 13.7 | 10.8 | 13.6 | 18.8 | 16.7 |
PC | 16 | 17.2 | 14.5 | 17.2 | 13.8 |
EM, (Mcal kg-1 MS)1 | 2.8 | 3 | 2.8 | 2.6 | 2.6 |
PC, proteína cruda; EM, energía metabolizable; MS, materia seca; Ce; cenizas; EE, extracto etéreo; FDN, fibra detergente neutro; FDA, fibra detergente ácido. 1 valor estimado. * Tratamientos con diferente contenido de energía metabolizable (EM, Mcal kg-1 MS) y proteína cruda (PC, %); MM (2.8:16), AA (3.0:17.2), AB (2.8:14.5), BA (2.6:17.2) y BB (2.6:13.8). ** F:C, Proporción forraje:concentrado en las dietas.
Cinética de la producción de gas de fermentación, degradación de la materia seca y fracciones fermentables in vitro
La fermentación de las dietas se midió indirectamente por TPG (Menke y Steingass 1988, Theodorou et al. 1994), para lo cual en frascos de vidrio color ámbar de 125 mL de capacidad, se colocaron 500 mg de MS de cada dieta, 90 mL de inóculo ruminal y, simultáneamente, un flujo continuo de CO2. Los frascos fueron tapados herméticamente con un tapón de goma y aro de aluminio, e incubados en baño María a 39 °C.
Posteriormente, se midió la presión generada por el gas de fermentación, con manómetro de 0.0 a 1.0 kg cm−2 de capacidad (METRON®, 51100) a las 0, 2, 4, 6, 8, 10, 14, 18, 24, 30, 36, 42, 48, 60 y 72 h de incubación. Los valores de presión se transformaron a volumen de gas (V; mL g-1 MS) de acuerdo con el modelo de regresión lineal
El inóculo ruminal se obtuvo de novillos en ayuno por 12 h canulados en rumen y adaptados a una dieta de mantenimiento (70:30% de F:C), bajo la norma de cuidado animal NOM-062-ZOO (SAGARPA 2001). La muestra de contenido ruminal fue transportada inmediatamente en un termo al laboratorio y se filtró a través de cuatro capas de tela de gasa y se mezcló con una solución mineral reducida en una proporción 1:9 (v/v). Cada litro de solución mineral contenía K2HPO4 (0.45 g), KH2PO4 (0.45 g), (NH4)2SO4 (0.45 g), NaCl (0.90 g), MgSO4 (0.18 g), CaCl2 (0.12 g), Na2CO3 (4 g), la cual fue reducida con 20 mL L-1 de una solución compuesta de Na2S (0.2 g) y L-cisteína (0.2 g) disueltas en solución de NaOH (0.8 mL L-1). Como indicador de la reducción, se adicionaron dos gotas de rezarzurina al 0.1% p/v (Miranda-Romero et al. 2020).
El volumen de gas acumulado en función del tiempo de incubación se usó para estimar los parámetros de la cinética de producción de gas: volumen máximo (Vm; mL g-1 MS), tasa (S; mL h-1) y fase lag (L; h), del modelo logístico
La digestibilidad in vitro de la MS a 72 h (DIVMS 72h ) se calculó con la MS inicial adicionada a cada frasco y la MS residual obtenida por filtración, usando la siguiente formula:
El volumen acumulado de gas se utilizó también para calcular las fracciones fermentables de acuerdo con el siguiente procedimiento: se obtuvieron los volúmenes fraccionales (Vf) de gas acumulado para los intervalos de 0 a 8 (V f 0−8h ), 8 a 24 (V f 8−24h) y de 24 a 72 (V f24−72h ) horas de incubación Miranda-Romero et al. 2020). Con estos volúmenes fraccionales de gas se obtuvo el porcentaje de la fracción de fermentación rápida (% FFR), media (% FFM) y lenta (% FFL) en relación con el volumen total de gas a 72 h de incubación.
Indicadores de impacto ambiental
Otra muestra de MS de cada dieta se fermentó in vitro, siguiendo el mismo procedimiento descrito anteriormente, con las siguientes modificaciones: la incubación se llevó a 39 °C por 24 horas en baño María, la medición del volumen de gas (V) se realizó a 0, 6, 12, 18 y 24 h de incubación con una jeringa de vidrio de 50 mL de capacidad. En cada medición, el gas atrapado en la jeringa se transfirió cuidadosamente a otro frasco de 60 mL de capacidad cerrado herméticamente con tapón de goma y aro de aluminio, que contenía 45 mL de una solución de KOH (1 M) para capturar el dióxido de carbono (CO2) de la mezcla de gases, para después medir el volumen de gas que retornó a la jeringa, el cual correspondió a la cantidad de metano más gases menores (V CH4+GM ). Los valores de V CH4+GM se ajustaron a metano teórico (V CH4 ) con el factor de 0.77, de acuerdo con la proporción de metano determinada en la muestra de gas generado en el rumen (Zhong et al. 2016). La diferencia del V menos el V CH4+GM correspondió al volumen de CO2 (V CO2 ). Este procedimiento ser repitió dos veces en el tiempo y los valores de V, V CH4+GM , V CO2 y V CH4 se expresaron en % y mL g-1 MS en 24 horas de incubación.
Los valores de V
CO2
y V
CH4
se utilizaron para calcular el IPCG (mL CO2 eq g-1 MS) de acuerdo con la siguiente ecuación: IPCG = [CO2 (mL g-1MS) + CH4 (mL g-1MS) * 23] ; dónde la constante 23 corresponde a los equivalentes de CO2 para el CH4 (Berra et al. 2009, Paredes 2022). Mientras que los valores del IPCG y V se utilizaron para calcular el IIA (CO2 eq) de acuerdo con la siguiente relación:
Análisis estadístico
Se utilizó un diseño experimental de bloques generalizados con cinco tratamientos y seis repeticiones de tratamiento en cada bloque. El bloque correspondió a la repetición en el tiempo y los tratamientos (MM, AA, AB, BA y BB) a las dietas usadas para fermentación. Se usó el procedimiento GLM y la prueba de comparación múltiple de medias de Tukey (SAS 2015).
Donde: Y
ijk
= variable respuesta correspondiente al tratamiento i, bloque j y observación k, µ = media general τ i = efecto fijo del i-ésimo tratamiento, i = 1, 2, ... 5, β
j
= efecto del j-ésimo bloque, j = 1 y 2,
Resultados
En la Tabla 1 se presenta la composición de ingredientes alimenticios y nutrientes de las dietas usadas en la investigación. Las dietas MM y AB tuvieron la misma proporción F:C debido a que contuvieron el mismo nivel de energía (2.8 Mcal kg-1 MS).
Los parámetros de la cinética de producción de gas: Vm, S y L se presentan en la Tabla 2. La fase L fue la misma (p > 0.05) para las dietas balanceadas (AA, MM y BB) y las desbalanceadas (AB, BA) y tuvo un valor de 4.24 h. La S de producción de gas fue mayor (p < 0.05) en las dietas balanceadas con niveles de EM y PC medios o altos (MM, AA), en comparación con las dietas bajas en energía (BA, BB). El Vm de gas, el cual indica la extensión de la fermentación, fue menor (p < 0.05) en la dieta desbalanceada con exceso de proteína y deficiencia de energía (BA), con respecto a las otras dietas (Tabla 2). El Vm y L fue igual (p > 0.05) para las tres dietas balanceadas BB, MM y AA.
Dieta | Párametro | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
EM | PC | L | S | Vm | ||
Mcal kg-1 MS | % | h | mL h-1 | mL g-1 | ||
MM | 2.8 | 16.0 | 4.24 a | 0.038 a | 488.7 a | |
AA | 3.0 | 17.2 | 4.24 a | 0.038 a | 477.5 ab | |
AB | 2.8 | 14.5 | 4.24 a | 0.036 ab | 491.8 a | |
BA | 2.6 | 17.2 | 4.24 a | 0.034 b | 462.1 b | |
BB | 2.6 | 13.8 | 4.24 a | 0.035 b | 493.2 a |
abc medias con literal distinta en la misma columna son diferentes (p < 0.05). L, fase lag; S, tasa de fermentación; Vm, volumen máximo de gas; PC, proteína cruda, EM, energía metabolizable. MM, AA, AB, BA, BB; dietas con niveles altos o bajos de EM o PC.
En la Tabla 3 se muestran los valores de las fracciones fermentables. La FFR y la FFM en la dieta balanceada a nivel alto de EM y PC (AA), fueron mayores (p < 0.05) en comparación a la dieta balanceada a niveles bajos de EM y PC (BB) y a las dietas desbalanceadas (AB y BA).
Tratamiento | Fracciones fermentables | DIVMS 72h | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
EM | PC | FFR | FFM | FFL | % | ||
Mcal kg-1 MS | % | .--- % ----. | |||||
MM | 2.8 | 16.0 | 20.8 b | 51.8 a | 27.4b | 77.4a | |
AA | 3.0 | 17.2 | 21.9 a | 52.3 a | 25.8c | 75.3b | |
AB | 2.8 | 14.5 | 20.4 b | 50.4 b | 29.2a | 74.5b | |
BA | 2.6 | 17.2 | 20.6 b | 49.0 c | 30.3a | 69.4c | |
BB | 2.6 | 13.8 | 19.9 b | 49.8 bc | 30.3a | 70.9c |
abcMedias con literales distintas en la misma columna son diferentes (p < 0.05). FFR, FFM, FFL, fracciones de fermentación rápida, media y lenta.
La FFR es igual (p > 0.05) para ambas dietas desbalanceadas (AB y BA), mientras que la FFM fue mayor (p < 0.05) para la dieta AB respecto a BA. Por otro lado, al comparar las dietas altas en energía (AB y AA), se observó que las FFR y FFM son menores para la dieta desbalanceada AB. La FFL fue mayor (p < 0.05) en las dietas bajas en energía BA y BB en comparación con las dietas MM y AA. La dieta des- balanceada con un exceso de EM y escasa cantidad de PC (AB) tuvo mayor FFL. La DIVMS72h, fue mayor (p < 0.05) para la dieta balanceada a nivel medio MM con respecto a las dietas bajas en EM (BA y BB) o con las dietas altas en energía (AA y AB).
Los indicadores de impacto ambiental se muestran en la Tabla 4. La suma de CH4 y CO2 fue en promedio de 96%. La proporción de CH4 varió (p < 0.05) entre tratamientos de 10.5 a 13.5%. Las dietas bajas en EM (BB y BA) produjeron el mayor porcentaje de CH4 (p < 0.05) en comparación con las dietas con nivel medio o alto de EM (MM, AA y AB; Tabla 4). Por otro lado, la dieta AA produjo mayor V 24h (p < 0.05) en comparación con las dietas BA y BB. La dieta baja en EM y alta el PC (BA) tuvo el menor V 24h (p < 0.05), inclusive que la dieta balanceada a bajo nivel (BB) y la desbalanceada (AB).
Tratamiento | Indicadores de impacto ambiental | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
EM | PC | *V 24h | CO2 | CH4 | IPCG | IIA | ||
Mcal kg-1 MS | % | mL g-1 MS | % | % | mL CO2 eq g-1MS | CO2 eq | ||
MM | 2.8 | 16.0 | 211.8 ab | 86.4 a | 10.5 c | 692.0 b | 3.3 c | |
AA | 3.0 | 17.2 | 218.2 a | 85.3 ab | 11.4 bc | 754.9 ab | 3.5 bc | |
AB | 2.8 | 14.5 | 215.2 a | 85.8 a | 10.9 c | 722.2 b | 3.4 c | |
BA | 2.6 | 17.2 | 198.1 c | 83.1 bc | 13.0 ab | 757.3 ab | 3.8 ab | |
BB | 2.6 | 13.8 | 207.0 b | 82.5 c | 13.5 a | 809.8 a | 3.9 a |
V 24h , volumen de gas a 24 h; IPCG, indicador del potencial de calentamiento global; IIA, índice de impacto ambiental. abcMedias con literales distintas en la misma columna son diferentes (p < 0.05)
Con relación al IPCG (Tabla 4), la dieta BB causó mayor (p < 0.05) IPCG que la dieta balanceada a nivel medio (MM) y la desbalanceada deficiente en proteína (AB). Por otra parte, el IIA es un valor de comparación para estimar que tanto más un alimento impacta al ambiente con respecto a otro, y este valor está en función de la cantidad de CH4 producida. Para esto se asumió que el volumen (V 24h ) equivale en su totalidad a CO2 eq. El IIA para las dietas varió entre 3.3 y 3.9 (Tabla 4). Las dietas bajas en energía (BB y BA) tienen mayor IIA (p < 0.05) en comparación con las dietas con un contenido medio y alto en EM (MM y AB).
Discusión
La extensión de la fermentación (Vm) y la fase Lag (L) no fueron afectadas por el nivel de EM y PC en la dieta dentro de intervalo investigado, siempre y cuando se encuentren balanceadas. El desbalance de EM y PC disminuyó la tasa (S) y el Vm de la producción de gas; en particular con la dieta BA (Tabla 2). Lo anterior se atribuyó, por un lado, al exceso de PC ya que por ser deficiente en EM la microbiota fermenta más activamente la proteína con el fin de generar suficiente ATP para sus funciones, sin embargo, este proceso produce escasa cantidad de gas (Makkar 2004) y, por otra parte, debido a que la energía es más determinante que la proteína en la fermentación ruminal, tal como se de- mostró in vivo para variables productivas (Cui et al. 2019) y en estudios in situ para la proporción de ácidos grasos volátiles (Beckett et al. 2021) y, por consiguiente, en la producción de gas (Karabulut et al. 2007). El Vm obtenido varió de 462 a 493 mL g-1 MS, similar a otras investigaciones en las que se fermentaron granos o dietas altas en concentrado (Bueno et al. 2005, Sánchez et al. 2019), el cual es mayor al producido por forrajes verdes y rastrojos (127 y 238 mL g-1 MO; Calabro et al. 2005). Esto es debido a que los granos y las dietas altas en concentrados contienen mayor cantidad de carbohidratos no estructurales (azúcares solubles y almidón) en contraste a los forrajes (Bernal-Barragan et al. 2022).
En esta investigación, las diferencias en las fracciones de fermentación FFR y FFM entre los tratamientos, se asocian básicamente al contenido de concentrado (carbohidratos solubles y polisacáridos de reserva, no estructurales) como se aprecia en la Tabla 1 (Ruiz et al. 2018, Ramírez-Díaz et al. 2020). El incremento de concentrado en una dieta induce mayor producción de gas (Miranda-Romero et al. 2020). De igual forma, estos autores señalan que la FFL se relaciona con carbohidratos estructurales como la celulosa, lo cual se puede observar en dietas con alta proporción de forraje. No obstante, un desbalance con menor cantidad de PC puede ocasionar una fermentación tardía de los carbohidratos no estructurales, en virtud de que causa baja biomasa microbiana.
La cantidad de forraje incluido en las dietas fue determinante en la digestibilidad, la dieta MM con menor proporción de forraje tuvo mayor digestibilidad en comparación con las dietas con altas cantidades de fibra (BA y BB), lo que concuerda con lo observado por Gurrola et al. (2014) . Sin embargo, la inclusión de un alto contenido de grasa para elevar el valor de energía y EE puede disminuir la digestibilidad (Harahap et al. 2022), aun cuando el alimento contenga alta cantidad de concentrado o carbohidratos no estructurales. De igual forma, un desbalance en el nivel de PC puede ocasionar baja digestibilidad de la dieta (Bastida-García et al. 2011). Lo anterior demuestra que la adición de grasa y/o el desbalance de EM y PC, como se observó para las dietas AA y AB en el experimento, pueden ocasionar que un alimento muestre alta digestibilidad, pero menor fermentabilidad, o viceversa. Inclusive si la dieta contiene ingredientes con compuestos secundarios antinutricionales (Jiménez-Santiago et al. 2019).
Por otro lado, el incremento de la cantidad de CH4 tuvo una concomitante disminución de la proporción de CO2, observado también por Culma et al. (2017). Los valores de CH4 hallados en este experimento son similares a los reportados para dietas altas en granos (Martínez-Hernández et al. 2019). La mayor cantidad de CH4 en las dietas con elevadas cantidades de forraje (BA y BB) se atribuye a que tales dietas fomentan la actividad y crecimiento de las bacterias fibrolíticas del rumen, las cuales son las principales productoras de H2 y CO2, moléculas pre- cursoras para la síntesis de CH4 (Vélez-Terranova et al. 2014). No obstante, una deficiencia en EM y un exceso de PC puede ocasionar un mal uso ruminal del alimento en las primeras 24 h de incubación, debido a que los microorganismos deben fermentar la proteína para fines energéticos y, por consiguiente, la producción de gas es menor (Rodríguez et al. 2007, Phesatcha et al. 2022).
Con respecto al IPCG, puede ser un valor más acorde al impacto ambiental relacionado al calentamiento global, que la sola medición de CH4, ya que para el cálculo del IPCG se consideraron la producción de los dos gases de efecto invernadero mayormente producidos en el rumen (CO2 y CH4) y su equivalencia calorífica (Sandoval-Pelcastre et al. 2020). El valor de CH4 estimado por otras metodologías, es útil para comparar el efecto de un tratamiento, pero no el impacto ambiental. El valor de metano es más bajo que el IPCG, y éste último es mayor cuanto más alto sea la producción de metano. El IPCG es un indicador del potencial de calentamiento causado por la fermentación ruminal de un gramo de MS en 24 h de incubación. Por otro lado, no hay referencias del IPCG en la literatura científica para compararlos con los encontrados en esta investigación; sin embargo, el IPCC (2006) ha calculado un indicador conocido como factor de emisión (FE) el cual se calcula con base en la energía bruta y el porcentaje de esta energía en la alimentación con- vertida en metano (Ym). El FE es mayor en animales que consumen dietas bajas en energía y altas en fibra, en contraste con aquellas altas en energía y bajas en fibra, las cuales reducen el factor de emisión (Lombardi et al. 2021), efecto que se corrobora mediante el IPCG medido en este experimento con las dietas BA, BB, MM y AA. El IPCG tiene la ventaja de poderse medir para cada tipo y manejo de alimento mediante la técnica de producción de gas, mientras que el FE es un valor fijo que estima de forma general el impacto en el calentamiento global.
El otro indicador propuesto en esta investigación es el IIA, como era de esperar este índice se relaciona fuertemente con la producción de metano y con en el contenido de forraje y FDN del alimento. Por ejemplo, las dietas BA y BB tuvieron valores de IIA mayores que las dietas MM y AB. En general, el IIA encontrados en esta investigación, son propios de dietas altas en concentrado y EM, y se espera que cuando se usan forrajes o dietas altas en forraje su valor es sustancialmente mayor.
Conclusiones
Independiente del nivel de energía metabolizable y de proteína cruda en dietas para la engorda intensiva de ovinos, es fundamental que se encuentren balanceados con el fin de eficientizar la fermentación y digestión ruminal in vitro, y reducir el impacto a ambiental relacionado al calentamiento global. El desbalance de estos nutrientes, en particular con exceso de proteína, ocasiona mayor valor de indicadores de impacto ambiental (IPCG, IIA, %CH4), menores fracciones fermentables (FFR, FFM), DIVMS y menor extensión de la fermentación (Vm) del alimento.