Introducción
La búsqueda de nuevas estrategias para el tratamiento y control de padecimientos de salud se ha incrementado en los últimos años, esto debido a que actualmente muchas de las terapias actuales han perdido su eficacia, lo que dificulta el tratamiento de las enfermedades (Lu et al. 2020). En este contexto, se ha demostrado que los productos de origen natural, en particular las plantas, son una fuente potencial de compuestos químicos con potencial biológico, los cuales se han utilizado para el desarrollo de terapias farmacológicas contra distintos padecimientos de salud, denotando su importancia y abre la posibilidad de seguir analizando su potencial biológico (Shen 2015, Newman y Cragg 2016, Elshafie et al. 2023).
México se caracteriza por ser unos de los países con mayor diversidad botánica en el mundo conteniendo más de 30 000 especies de plantas (Calzada y Bautista 2020). Muchas de estas plantas han sido utilizadas a lo largo de la historia por distintos grupos étnicos para el tratamiento de diversos problemas de salud, mostrando una alta efectividad, incluso muchas de ellas siguen siendo utilizadas en la actualidad. Este tipo de efectos se han asociado a la presencia de compuestos bioactivos, tales como lignanos, flavonoides, alkaloides, saponinas, triterpenos y ácidos grasos (Jacobo-Herrera et al. 2016). Se estima que aproximadamente el 80% de la población mundial ha recurrido a este tipo de fuentes para tratar algún padecimiento de salud primario (Fatiha et al. 2021). En el caso particular de México, su diversidad botánica ofrece una gran oportunidad de seguir explorando el potencial biológico de las plantas medicinales, y de esta manera poder confirmar sus efectos benéficos (Rodríguez-Hernández et al. 2022).
El género Agave es endémico de México y está constituido por alrededor de 200 especies, de las cuales más del 70% se encuentran dentro del territorio nacional (López-Romero et al. 2018a). Estas plantas ayudan a disminuir la erosión del suelo, así como forman parte de las necesidades culturales y socioeconómicas de las zonas rurales (Torres-García et al. 2019). Una especie de interés es Agave angustifolia, la cual se utiliza en la medicina tradicional a través del uso de sus hojas principalmente con, distintas finalidades, tales como: urticaria, lesiones y dolores internos, reumas, esguinces, fracturas de huesos, heridas, disentería, tos, psoriasis y espinillas (Hernández-Valle et al. 2014, Jiménez-Ferrer et al. 2022). Se han realizado pocos estudios para evaluar el potencial biológico de esta planta, entre las cuales se ha podido apreciar un potencial antioxidante, antimicrobiano, antiartrítico, inmunomodulador y antiinflamatorio (Monterrosas-Brisson et al. 2013, Hernández-Valle et al. 2014, López-Romero et al. 2018b, Ferrer et al. 2022). Lo anterior, se ha asociado a la presencia de compuestos bioactivos, como los compuestos fenólicos, terpenos, saponinas y ácidos grasos (López-Romero et al. 2018a, Jiménez-Ferrer et al. 2022).
Cabe destacar que la principal actividad económica que se genera con A. angustifolia es su uso en la elaboración de bebidas alcohólicas, en particular el bacanora, que cuenta con denominación de origen (Domínguez-Arista 2020). Durante el proceso de elaboración de esta bebida se descartan las hojas, que constituyen cerca del 50% del peso de la planta, las cuales terminan convirtiéndose en subproductos (Hernández-Valle et al. 2014, López-Romero et al. 2018a). Basándose en su uso tradicional, estos subproductos podrían ser utilizados para la elaboración de extractos dirigidos a algún potencial biológico y/o extracción de metabolitos secundarios (Bottone et al. 2019). No obstante, en el proceso de extracción pueden ser empleados diferentes métodos, los cuales pueden modificar el perfil y la concentración de compuestos químicos, y subsecuentemente el potencial biológico (Ingle et al. 2017). Esto puede ser de utilidad, ya que podría permitir eficientizar los procesos, al disminuir gastos y tiempos de operación (Abubakar y Haque, 2020). En este sentido, existe poca información sobre cómo los métodos de extracción podrían llegar a modificar el potencial biológico y el perfil de compuestos de subproductos de A. angustifolia. Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue determinar si el método de extracción afecta la concentración de metabolitos secundarios, el potencial antioxidante y antimicrobiano de dos extractos de A. angustifolia.
Materiales y métodos
Obtención del material vegetal
Las plantas de A. angustifolia utilizadas fueron proporcionadas por el Laboratorio de Biotecnología del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. Estas plantas, ya habían alcanzado su estado de madurez (entre siete y nueve años) (García et al. 2013). Se utilizó la metodología descrita por López-Romero et al. (2018b). Se escogieron solo las hojas de la planta, se cortaron en trozos pequeños y después se liofilizaron (Labconco Corp., Kansas City, MO). Finalmente, el material liofilizado fue molido a través de un molino Wiley (malla de 1 mm) con la finalidad de obtener un polvo fino.
Elaboración del extracto por el método de sonicación
Se utilizó 1 g de la harina de las hojas de A. angustifolia, el cual se mezcló con 10 mL de metanol y se homogenizó por 1 min a 13 000 rpm (Ultra-Turrax T25. Ika Works Inc., USA). Posteriormente, el extracto se sonicó por 15 min (Brason 2510 ultrasonic, Danbury, CT, USA) y se centrifugó a 17 664 x g durante 15 min a 20 °C (Beckman Coulter Avantil J-25i, California, USA). Se realizó una separación del precipitado, usándolo para repetir el proceso descrito. Los dos sobrenadantes obtenidos se combinaron y el solvente fue removido en un rotavapor (40 °C) en condiciones de vacío (Yahamato, Japón). El extracto obtenido fue liofilizado y almacenado a -20 °C hasta su uso (López-Romero et al. 2018b).
Elaboración del extracto por el método Soxhlet
Se usaron 10 g de las hojas de A. angustifolia previamente molidas, usando metanol (100 mL) de manera continua durante 8 h. Posteriormente, el solvente fue removido en un rotavapor (40 °C) en condiciones de vacío, y el extracto obtenido se liofilizó y almacenó a -20 °C hasta su análisis (Negi y Jayaprakasha 2001, con modificaciones).
Cuantificación de fenoles totales
Se mezclaron 15 µL de los extractos de A. angustifolia con 75 µL del reactivo de Folin Ciocalteu (relación 1:10 en agua destilada) y 60 µL de carbonato de sodio (7.5%), enseguida, se dejó incubar por 30 min en ausencia de luz. La absorbancia se midió a 765 nm en un lector de microplacas (Omega FLUOstar BMG LABTECH). Se reportaron los resultados como miligramos equivalentes de ácido gálico (mg EAG) g-1 de peso seco (p.s) (Singlenton y Rossi 1965).
Cuantificación de flavonoides totales
Se utilizaron tubos Eppendorf de 2 mL, en los cuales, se combinaron 100 µL de los extractos de A. angustifolia con 430 µL de nitrito de sodio (5%) y se dejaron incubar durante 5 min. A continuación, se introdujeron 30 µL de tricloruro de aluminio (10%) y 440 µL de hidróxido de sodio (1mol L-1). Finalmente, la absorbancia se obtuvo a 496 nm en un lector de microplacas (Omega FLUOstar BMG LABTECH) y los resultados se expresaron como mg equivalente de quercetina (mg EQ) g-1 p.s. (Chen et al. 2014).
Cuantificación de taninos hidrolizados
1 g de los extractos de A. angustifolia se mezcló con una solución de metanol-ácido sulfúrico (10:1 v/v) a 85 °C durante 20 h. Posteriormente, se aplicó el método de cuantificación de fenoles totales previamente descrito por Singlenton y Rossi (1965). Los resultados fueron reportados como mg EAG g-1 p.s.
Cuantificación de taninos condensados
Se mezcló 1 g de los extractos de A. angustifolia con una solución de ácido clorhídrico-butanol (0.05:0.95) a 100 °C durante 3 h. Después, la absorbancia de la muestra fue medida a 555 nm en un lector de microplacas (Omega FLUOstar BMG LABTECH). Los resultados se reportaron como mg equivalente de cianidina (mg EC) g-1 p.s. (López-Romero et al. 2018b).
Cuantificación de saponinas
2 mL de los extractos de A. angustifolia se hicieron reaccionar con 1 mL de una solución de ácido sulfúrico-agua destilada (1:1) y un mL de una solución de anisaldehído-metanol (0.005:1). Después, la muestra se puso en un baño de María (100 °C por 30 min), enfriada (5 °C) en un baño de agua helada por 10 min. Finalmente, la absorbancia se obtuvo a 430 nm (Omega FLUOstar BMG LABTECH) y los resultados se reportaron como mg equivalente de diosgenina (mg ED) g-1 p.s. (Uematsu et al. 2000).
Evaluación de actividad antioxidante
Se evaluó la actividad antioxidante en ambos extractos por las técnicas de DPPH (2,2-diphenyl-1-picrylhydrazyl), ABTS (2,2’-azino-bis(3-ethylbenzothiazoline-6-sulfonic acid)) y FRAP (Ferric Reducing Antioxidant Power), tal como se describen a continuación:
Técnica de DPPH
20 µL de los extractos de A. angustifolia se mezclaron con 280 µL de una solución de DPPH (metanol, absorbancia 0.7 ± 0.02 a 515 nm). Después de 30 min en ausencia de luz se leyó la absorbancia a 515 nm en un lector de microplacas (Omega FLUOstar BMG LABTECH) y los resultados se reportaron como µmol equivalente de trolox (ET) g-1 p.s. (Brand-Williams et al. 1995).
Técnica de ABTS
El radical ABTS.+ fue previamente preparado con la combinación de 88 µL de persulfato de potasio con 5 mL de una solución de ABTS (7 mM), la cual, se dejó incubada durante 16 h. Después, la absorbancia del radical se ajustó a 0.7 ± 0.02 a 734 nm (etanol). Posteriormente, cinco µL de los extractos de A. angustifolia se mezclaron con 245 µL del radical ajustado. La absorbancia se leyó a 734 nm (Omega FLUOstar BMG LABTECH) al minuto 1 y 6 de incubación. Los resultados se reportaron como µmol ET g-1 p.s. (Re et al. 1999).
Técnica de FRAP
El reactivo de FRAP se preparó mezclando buffer de acetato (pH 3.6, 300 mM), 40 mM de TPTZ (2,4,6-Tri(2-pyridyl)-1,3,5-triazine; disuelto en HCl 40 mM) y cloruro de hierro 20 mM (disuelto en agua destilada) en una proporción de 10:1:1. Posteriormente, 20 µL de los extractos de A. angustifolia se hicieron reaccionar con 280 µL del reactivo de FRAP durante 30 min en ausencia de luz. La absorbancia fue medida a 630 nm (Omega FLUOstar BMG LABTECH) y los resultados fueron reportados como µmol ET g-1 p.s. (Benzie y Strain 1996).
Cepas bacterianas utilizadas
Las cepas utilizadas fueron provistas por el Laboratorio de Tecnologías Emergentes del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. Las cepas de Listeria monocytogenes ATCC 7644, L. ivanovii ATCC 19119, Staphylococcus aureus ATCC 6538p, S. epidermidis ATCC 2228, Escherichia coli ATTC 25922, E. coli O157:H7 ATCC 43890, Salmonella entérica serovar typhimurium ATCC 14028, S. entérica serovar choleraesuis ATCC 14029, S. entérica serovar seftenberg ATCC 8400 y Pseudomona aeruginosa ATCC 10154 estuvieron preservadas a -80 °C en crioviales que contenía medio de cultivo liquido con glicerol (30%, v/v). Las cepas fueron reactivadas en caldo Mueller Hinton durante 24 h (37 °C) antes de su uso.
Determinación de la concentración mínima bactericida
Las cepas bacterianas fueron sembradas en caldo Mueller Hinton entre 16-18 h (37 °C) antes de uso. Después, las suspensiones bacterianas fueron ajustadas a 0.134 0.02 (1.6 x 106 células mL-1) a una densidad óptica de 600 nm (caldo Mueller Hinton). Se prepararon soluciones de los extractos de A. angustifolia a concentraciones de 10 a 60 mg mL-1 (disueltos en caldo Mueller Hinton), de las cuales se tomaron 20 µL y se mezclaron con 180 µL de los inoculados bacterianos ajustados (la mezcla se realizó en una microplaca), y la combinación se dejó incubada durante 24 h a 37 °C. En el experimento se utilizó como control positivo a gentamicina a una concentración de 12 µg/mL. Como control negativo se utilizó el caldo de Mueller Hinton. Posteriormente, se tomaron 10 µL de cada concentración de análisis y se sembraron en agar cuenta en placa, los cuales se incubaron a 37 °C (24 h). La concentración mínima bactericida fue definida como la concentración que mostró ausencia de crecimiento bacteriano (López-Romero et al. 2018b).
Análisis estadístico
Las variables analizadas en el presente estudio fueron los distintos grupos de compuestos bioactivos cuantificados (fenoles totales, flavonoides totales, taninos condensados, taninos hidrosolubles y saponinas) y la actividad antioxidante (DPPH, ABTS y FRAP). Los resultados obtenidos fueron analizados a través de un análisis de varianza de una vía haciendo uso del programa estadístico NCSS, 2007. Se utilizó la prueba de comparación de medias de Tukey Kramer. El nivel de significancia en el error fue p < 0.05.
Resultados
El contenido de compuestos bioactivos presentes en los extractos metanólicos de A. angustifolia obtenidos por los métodos de extracción de sonicación y Soxhlet se muestran en la Tabla 1. De manera general, se puede observar que la concentración de los distintos grupos de compuestos fenólicos cuantificados (fenoles totales, flavonoides totales y taninos) no presentaron diferencia estadísticamente significativa en cuanto a los métodos de extracción utilizados. Sin embargo, los taninos hidrosolubles presentaron diferencia entre el método de extracción, donde el extracto obtenido por sonicación incrementa significativamente. A su vez, se obtuvo un comportamiento similar en el contenido de saponinas en ambos extractos analizados.
Compuestos cuantificados | AAM | AAMS |
---|---|---|
Fenoles totales (mg EAG g-1) | 19.89 ± 0.42 a | 17.35 ± 0.28 a |
Flavonoides totales (mg EQ g-1) | 11.729 ± 0.14 a | 13.573 ± 2.01 a |
Taninos condensados (mg EC g-1) | 0.008 ± 0.0003 a | 0.009 ± 0.0001 a |
Taninos hidrosolubles (mg EAG g-1) | 0.333 ± 0.004 b | 0.091 ± 0.002 a |
Saponinas (mg ED g-1) | 9.016 ± 0.21 a | 9.213 ± 0.28 a |
AAM: extracto metanólico de A. angustifolia obtenido por el método de sonicación. AAMS: extracto metanólico de A. angustifolia obtenido por el método Soxhlet. Los valores para cada tratamiento se muestran como el valor promedio de tres experimentos la desviación estándar. Diferentes literales dentro de la misma fila, indica diferencia significativa (p < 0.05). Prueba de comparación de medias de Tukey-Kramer.
Por otra parte, se determinó la actividad antioxidante de los dos extractos metanólicos obtenidos de hojas de A. angustifolia por distintos métodos (Figura 1) demostraron poseer capacidad para estabilizar radicales sintéticos, tales como el DPPH y ABTS. A su vez, se observa que el método de extracción no afectó (p > 0.05) la capacidad estabilizadora de radicales. Además, los extractos mostraron capacidad reductora de metales. Sin embargo, se observó que el método de extracción afectó esta capacidad, de manera que la extracción por sonicación presentó (p < 0.05) mayor poder reductor.
Otra de las actividades biológicas evaluadas de los extractos de A. angustifolia obtenidos por los métodos de extracción de sonicación y Soxhlet fue la actividad antimicrobiana, cuyos resultados se muestran en la Tabla 2. Se puede apreciar que el extracto obtenido por el método de Soxhlet resultó más eficaz para inhibir el crecimiento de los nueve patógenos analizados. A su vez, se observa que el extracto obtenido por el método de sonicación no presentó efecto letal en los microorganismos analizados a la concentración más alta evaluada (60 mg mL-1), por lo cual, se podrían incrementar las concentraciones de trabajo en investigaciones futuras.
Bacteria | AAM | AAMS |
---|---|---|
L. monocytogenes | NP | 60 |
L. ivanovii | NP | 40 |
S. aureus | NP | 30 |
S. epidermidis | NP | 30 |
E. coli | NP | 60 |
E. coli O157:H7 | NP | 60 |
S. entérica serovar typhimurium | NP | 60 |
S. entérica serovar choleraesuis | NP | 60 |
S. entérica serovar seftenberg | NP | 60 |
P. aeruginosa | NP | NP |
AAM: extracto metanólico de A. angustifolia obtenido por el método de sonicación. AAMS: extracto metanólico de A. angustifolia obtenido por el método Soxhlet. NP: No presentó efecto bactericida a la dosis más alta evaluada (60 mg mL-1). Cada experimento se realizó por triplicado. Control positivo: gentamicina a 12 µg/mL. Control negativo: caldo Mueller Hinton.
Discusión
Los productos naturales han sido utilizados a lo largo de la historia como auxiliares en el tratamiento de diversas enfermedades, y un alto porcentaje de la población mundial los utiliza como tratamiento primario (Ntie-Kang et al. 2013). Con el desarrollo tecnológico, algunos de estos productos naturales son utilizados en el procesamiento de diversos productos alimentarios o bebidas, lo cual en ocasiones genera una gran cantidad de subproductos que llegan a alcanzar hasta el 50% de su peso (Ayala-Zavala et al. 2011). Normalmente, estos son desechados y no tienen valor agregado. Estos subproductos pueden ser aprovechados con diversos fines, como la extracción de compuestos químicos, los cuales son asociados con diversos efectos, y pueden llegar a tener distintas aplicaciones, como por ejemplo en la industria alimentaria y farmacéutica (O’Shea et al. 2012, Gullón et al. 2020).
Los extractos obtenidos de A. angustifolia mostraron poseer diferentes grupos de compuestos químicos, tales como compuestos fenólicos y saponinas. Los resultados obtenidos en el presente estudio son consistentes con los reportados para A. angustifolia, cuyos valores de fenoles totales se encuentran entre 0.5 a 21.7 mg EAG g-1. A su vez, se observó que los valores de flavonoides (flavonoides totales: 0.0025 a 0.015 mg EQ g-1; flavonas y flavonoles: 8.5 mg ER g-1; flavanonas y dihidroflavonoles: 38 mg EH g-1), taninos (hidrolizables: 0.2 mg EAG g-1; condensados: 0.003 mg EC g-1) y saponinas (7.2 mg ED g-1) fueron similares a los previamente reportados para esta planta (Ahumada-Santos et al. 2013, López-Romero et al. 2018b, Ibarra-Cantún et al. 2020).
Otros estudios han encontraron valores similares o pequeñas variaciones en la concentración de compuestos al evaluar el método de extracción por sonicación y el método Soxhlet en fuentes de tipo vegetal. Por ejemplo, Karabegovic et al. (2011), Cvatanović et al. (2015) y Caballero-Galván et al. (2018) observaron que la concentración de compuestos bioactivos como los fenoles totales y flavonoides totales no se vio afectado en extractos de Artemisa vulgaris, A. campestri, Matricaria chamomilla y Coffea arábica obtenidos por el método de extracción de sonicación y Soxhlet.
Lo anterior, evidencia que ambos métodos son eficientes para la extracción de fitoquímicos y sugieren que el metanol tiene alta capacidad de extraer a los metabolitos secundarios independientemente del método utilizado, lo cual es interesante, ya que podría eficientizar los procesos de extracción de compuestos bioactivos de fuentes vegetales.
Los compuestos químicos identificados en fuentes vegetales son asociados con diversas actividades biológicas, como por ejemplo antioxidante, antimicrobiana, anticancerígeno, antiinflamatoria, entre otras (Uwineza y Waśkiewicz 2020, da Silva et al. 2022). Una de las actividades biológicas más comúnmente reportadas es la actividad antioxidante. Los resultados obtenidos de actividad antioxidante en el presente estudio concuerdan con los reportados para A. angustifolia, ya que se ha mostrado que extractos obtenidos de esta planta han exhibido capacidad para estabilizar al radical DPPH (IC50: 62 a 378 mg mL-1; 6 a 94.2 µmol ET g-1) y ABTS (IC50: 75 a 391 mg mL-1; 239 µmol ET g-1), además demostrar tener la habilidad de reducir metales a través del método FRAP (149 µmol ET g-1) (Ahumada-Santos et al. 2013, López-Romero et al. 2018b, Ibarra-Cantún et al. 2020).
Se ha demostrado que al comparar el método de extracción por sonicación y Soxhlet sobre la actividad antioxidante de productos naturales, estos no tienden a afectar en gran medida esta actividad biológica. En este sentido, diferentes investigaciones reportaron que la capacidad de estabilizar radicales libres y reducir metales de extractos obtenidos de Passsiflora alata Curtis, M. chamomilla L., A. vulgaris, A. campestris y Rheum ribes a través del método por sonicación y Soxhlet presentaron un comportamiento similar respecto a la capacidad antioxidante (Karabegovíc et al. 2011, Cvetanović et al. 2015, Pereira et al. 2017, Alkaya et al. 2019). Lo anterior, evidencia que ambos métodos pueden ser utilizados de manera eficaz para la obtención de extractos con potencial para estabilizar radicales y reducir metales, lo cual puede ser asociado con la capacidad del metanol para lixiviar a los compuestos con capacidad antioxidante (Oufnac et al. 2007).
El potencial antioxidante mostrado por los extractos de A. angustifolia pudiera ser asociado con los compuestos bioactivos presentes, en particular con los compuestos fenólicos, ya que diferentes estudios han demostrado una fuerte correlación entre estos compuestos bioactivos y la capacidad antioxidante (López-Romero et al. 2022). La capacidad antioxidante de estos compuestos es asociada con su estructura (presencia de grupos catecol y cromanos), además que se ha observado que un factor importante que determina este potencial es la presencia de grupos hidroxilo en las estructuras de estos compuestos, los cuales, pueden actuar fácilmente como donadores de hidrógeno o electrones, lo que permite que puedan estabilizar radicales y reducir metales (Podşedek 2007, López-Romero et al. 2018b, López-Romero et al. 2022). Además, se ha observado que la presencia de dobles enlaces en estos compuestos le confiere una mayor estabilidad a los radicales fenólicos generados, debido al efecto de resonancia que se produce en la molécula (Podşedek 2007, López-Romero et al. 2018b, López-Romero et al. 2022). También, otro de los grupos de compuestos que pueden contribuir al potencial antioxidante de los extractos obtenidos son las saponinas, los cuales han demostrado la capacidad de estabilizar radicales debido al potencial de donar hidrógeno o electrones (Xiong et al. 2012).
Basado en lo anterior, se puede sugerir que los extractos de A. angistifolia podrían actuar como inhibidores del proceso oxidativo, ya sea inhibiendo el proceso inicial o interrumpiendo el proceso oxidativo una vez iniciado. Esto podría tener interesantes implicaciones desde el punto de vista de salud, ya que es conocido que el proceso oxidativo está relacionado con el estrés oxidativo, el cual genera alteraciones en los componentes celulares, que en casos severos puede llegar a provocar daños al ADN, pudiéndose ver implícito en el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas, que son de las principales causas de muerte en el mundo (Leyane et al. 2022). También, los extractos de A. angustifolia podrían ser empleados en la industria alimentaria como inhibidores de procesos oxidativos, los cuales son uno de los principales factores que afecta la estabilidad y vida de anaquel de los alimentos (Abeyrathne et al. 2021). Esto, basado en un estudio previo que demostró que un extracto etanólico de A. angustifolia retardó procesos oxidativos en hamburguesas de res, extendiendo su vida de anaquel comparado con el testigo. Además, se observó que el extracto no afectó las características sensoriales (López-Romero et al. 2018b). Lo anterior, sugiere que esta fuente vegetal podría ser utilizada en distintas matrices alimentarias como por sus agentes antioxidantes.
Los extractos metanólicos de A. angustifolia afectaron el crecimiento de bacterias patógenas. En este sentido, Ahumada-Santos et al. (2013) reportaron el efecto inhibitorio de un extracto obtenido por sonicación (CMI: 15 mg mL-1) contra Streptococcus del grupo A-4 y Shigella dysentariae. En el mismo sentido, López-Romero et al. (2018b) observaron que un extracto etanólico (obtenido por sonicación) de A. angustifolia presentó efecto bactericida (CMB: 60 mg mL-1) contra S. epidermidis y E. coli.
Por otra parte, los estudios realizados por Saad et al. (2014) y Dharmaratne et al. (2018) en donde se comparó el potencial antimicrobiano de extractos de Persicaria odorata y Terminalia bellirica obtenidos por el método de sonicación y Soxhlet, se presentó que el extracto obtenido por el segundo método incrementó el potencial antimicrobiano contra bacterias Gram positivas, Gram negativas ATTC y aislados clínicos multidrogo resistentes. Esto podría ser asociado con la capacidad de este método para extraer de manera más eficiente compuestos fenólicos con actividad antimicrobiana. Si bien el contenido de compuestos fenólicos en general fue similar en ambos tratamientos, estos podrían tener diferente perfil de compuestos y concentración, lo cual se ha demostrado previamente por Sharma et al. (2020). A su vez, se ha observado que el método Soxhlet puede favorecer la extracción de otros tipos de compuestos que pueden estar asociados con efecto antimicrobiano, como los terpenos (Falev et al. 2017, Sharma et al. 2020).
Se ha demostrado que la capacidad antimicrobiana de los compuestos fenólicos está directamente ligada con el número y ubicación de grupos hidroxilo, así como la presencia de grupos metoxilo y el grado de polimerización (Górniak et al. 2019, Biharee et al. 2020). Estos, pueden causar daño a la membrana, afectar la síntesis de la envoltura celular, inhibir la síntesis de ácidos nucléicos, cadena transportadora de electrones y ATP, lo cual lleva a la muerte bacteriana (Górniak et al. 2019, Biharee et al. 2020). Las saponinas también han demostrado un efecto antimicrobiano, cuya capacidad de dañar el interior de la bacteria se asocia a la capacidad de causar daño entre la pared y membrana bacteriana (generando una perdida en la integridad), propiciando la fuga de componentes intracelulares y resultando en la muerte celular (Dong et al. 2020).
Actualmente, es conocido que la resistencia a los antimicrobianos representa un serio reto para el sector salud, ya que constituye una de las principales causas de muerte en el mundo. Aunado a ello, se estima que para el año 2050 estas se convertirán en la primera causa de muerte a nivel mundial (de Kraker et al. 2016). Esto revela, que las terapias antimicrobianas actuales están perdiendo su eficacia, por lo cual, es necesario buscar nuevas estrategias que puedan representar una alternativa para el sector farmacéutico (Chandra et al. 2017). Basado en lo anterior, el presente estudio muestra información novedosa y original referente al efecto antimicrobiano de esta planta, ya que se reporta por primera ocasión el efecto antimicrobiano del extracto de hojas de A. angustifolia obtenido por el método Soxhlet, además de demostrar efecto antimicrobiano en primera instancia de A. angustifolia contra L. monocytogenes, L. ivanovii, S. aureus, E. coli O157:H7, Salmonella entérica servovar typhimurium, S. entérica serovar choleraesuis y S. entérica serovar seftenberg, los cuales, son microorganismos de preocupación en la industria alimentaria y el área clínica. También se puede sugerir que este extracto pudiera ser empleado en el área alimentaria, donde muchos de los microorganismos probados (E. coli, Salmonella spp. y L. monocytogenes) representan un serio problema de seguridad alimentaria, ya que se ven implícitos en el desarrollo de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos cada año, causando daño y/o muerte de consumidores (CDC 2022).
Conclusiones
Los resultados indican que los extractos de A. angustifolia son una fuente prometedora de compuestos bioactivos, tales como compuestos fenólicos y saponinas, los cuales podrían estar relacionados con el potencial antioxidante y antimicrobiano de esta planta. Por su parte, el método de extracción Soxhlet parece favorecer el potencial antimicrobiano de los extractos. Por lo tanto, estos extractos podrían utilizarse para obtener fracciones o compuestos purificados que pudieran aplicarse en distintas áreas, como es el caso de la industria alimentaria y farmacéutica.