Introducción
Las fracturas de húmero distal (FHD) en el adulto mayor constituyen un reto para su manejo quirúrgico u ortopédico, esto debido al grado de la conminución de la fractura, la extensión intraarticular, la rehabilitación del paciente y la osteopenia propia de esta edad.1 Las FHD tienen dos picos de incidencia, uno en los adultos jóvenes masculinos, que se debe a un trauma de alta energía, y otro en los adultos mayores, más frecuente en mujeres, y se caracteriza por traumas de baja energía como caídas desde su propia altura.2 En el manejo quirúrgico, debido a las características biológicas del hueso en el adulto mayor, la fijación del material de osteosíntesis no es la mejor, ya que hay dificultades en mantener la estabilización intraquirúrgica o hay un aflojamiento temprano de ésta.3,4 El objetivo de este reporte de caso es presentar una opción terapéutica de manejo protésico articular de codo en un paciente adulto mayor con osteopenia y seudoartrosis debido a fractura de húmero distal.
Reporte de caso
Paciente femenino de 89 años con antecedente de fractura de húmero distal derecho AO 13A, secundaria a caída de su propia altura. Se manejó inicialmente de manera conservadora con yeso circular braquipalmar durante cuatro meses. Posterior a esto continuó presentando dolor en la zona de la fractura, por lo cual se decidió tomar radiografía anteroposterior y lateral de codo (Figura 1), que evidenció una seudoartrosis tipo D (transcondilar) de la clasificación de Mitsunaga.5 Al examen físico mostraba en el codo arco de movilidad doloroso, flexión de 10 a 120 grados y pronosupinación completa. Debido a lo anterior y al fracaso del manejo conservador, se decidió un reemplazo articular del codo. Bajo anestesia general y en posición de decúbito lateral izquierdo, se realizó un abordaje posteromedial de Bryan-Morrey sin resección de cúpula radial ni trasposición anterior del nervio ulnar.6 Se llevó a cabo un reemplazo articular total con una prótesis de codo Coonrad-Morrey (Zimmer®) (Figura 2). Además, en el postoperatorio inmediato se manejó por 10 días con una férula braquipalmar en extensión y posteriormente se inició el proceso de rehabilitación.

Figura 1: Tomografía computarizada y rayos X simple de codo derecho que muestra fractura AO 13A y seudoartrosis distal tipo D de Mitsunaga.
Durante cuatro años de seguimiento, la paciente ha presentado arco de movilidad articular de 5 a 135 grados con pronosupinación completa (Figura 3), estabilidad articular y no manifiesta dolor. Asimismo, al aplicar la escala funcional de Mayo Elbow Performance Score (MEPS)7 tiene un puntaje de 90/100. Radiológicamente no se observan signos de aflojamiento de la prótesis y ésta tiene orientación y alineamiento en los parámetros normales (Figura 4).

Figure 3: Arco de movilidad articular codo derecho comparado con el izquierdo A) extensión. B) flexión. C) Pronación. D) supinación.
Discusión
El manejo de las fracturas de húmero distal por ortopedistas es de los más difíciles debido a los factores mencionados anteriormente, como el grado de conminución, la extensión articular y la rehabilitación. La clasificación que con más frecuencia se usa en este tipo de fracturas es la AO Foundation/Orthopedic Trauma Association que se divide en: tipo A extraarticular, tipo B intraarticular parcial, tipo C intraarticular total.8 El objetivo del tratamiento es recuperar la funcionalidad de la extremidad y la independencia del paciente para realizar funciones básicas de alimentación e higiene. Las opciones de manejo se dividen en tratamiento no quirúrgico y quirúrgico.8 El manejo no quirúrgico se reserva para pacientes adultos mayores con baja demanda funcional, postrados, en los cuales el riesgo de llevarlos a cirugía es alto; se excluyen de éste a los pacientes jóvenes con alta demanda funcional.9 El manejo quirúrgico se divide en reducción abierta con fijación interna (RAFI) y artroplastía total de codo (ATC). La RAFI, la cual se realiza con placas paralelas en el foco de fractura, se aplica en personas jóvenes con alta demanda funcional y que puedan tolerar la terapia de la rehabilitación. La ATC se debe llevar a cabo para pacientes en los que haya conminución articular o mala calidad ósea, que impedirá una fijación segura del material de osteosíntesis para permitir la rehabilitación temprana.8,10 Asimismo, otros usos de reemplazo articular de codo en paciente adulto mayor son: artritis reumatoide, osteoartritis y deformidades postraumáticas, herida por arma de fuego o tumores.11 En el adulto mayor, la RAFI ha demostrado mayor tasa de complicaciones como no consolidación, retraso en la rehabilitación y mayor tasa de infección respecto a la ATC, que ha demostrado mejores resultados; aunque la diferencia de esto no es estadísticamente significativa,12 se ha aceptado la ATC como el tratamiento de elección para los adultos mayores con conminución o mala densidad ósea.
En el caso presentado en este artículo se realizó en un inicio un manejo no quirúrgico debido a la baja demanda funcional de la paciente, y al tratarse de un adulto mayor, muestra como complicación una seudoartrosis y persistencia del dolor, por lo cual se decidió llevar a la paciente a ATC con un resultado excelente a los cuatro años de seguimiento al aplicar la escala MEPS, resultado similar a la serie de 20 pacientes mayores de 70 años con seudoartrosis de húmero distal que fueron manejados con reemplazo articular de codo, descrita por Pogliacomi y colaboradores,13 quienes en un seguimiento entre uno y siete años tuvieron un resultado de 85 a 90 puntos en la escala de MEPS. Además, las complicaciones descritas con más frecuencia en su serie de casos fueron: infección, parálisis del nervio ulnar, fractura periprotésica y aflojamiento de la prótesis, las cuales no se apreciaron en la paciente objeto de este estudio.11,13
El manejo protésico de codo es la opción terapéutica más adecuada en el trauma complejo intraarticular y distal de codo en el paciente adulto mayor, con el cual se obtienen buenos o excelentes resultados a mediano y largo plazo en este tipo de pacientes, dado que el manejo convencional con osteosíntesis e injertos óseos no tiene los mejores resultados en este grupo etario.