Introducción
La influencia de la teoría queer en el ámbito educativo ha dado lugar a la formulación de la pedagogía queer, la cual se refiere a un marco epistemológico y a estrategias pedagógicas para la atención y comprensión en el ámbito escolar de quienes no se ajustan a la cisheteronormatividad. Se interesa por la reflexión y transformación de las prácticas educativas que perpetúan la disciplinarización de los cuerpos, la normalización y el control de las personas, especialmente en relación con la orientación sexual, identidad, expresión de género, sexo, raza, etnia, edad, clase social, diversidad funcional y neurodiversidad, esto es, los cuerpos no normativos.
Dada la reciente atención a esta pedagogía en Latinoamérica, resultó necesario elaborar un estado del arte limitado a la educación formal que permita reconocer cómo se le comprende, cuáles son las aproximaciones para su estudio y sus implicaciones prácticas en el campo educativo en países latinoamericanos.
Ahora bien, la estructura que guía este texto es la siguiente: en primer lugar, se presenta el planteamiento teórico, el cual comienza con una breve historia del activismo y de la teoría queer, así como la definición del término y sus inflexiones en Latinoamérica. Posteriormente, se define pedagogía queer, seguida del bosquejo de sus antecedentes y formulaciones en países angloparlantes y en España. En tercer lugar, se presenta el estado del arte de la pedagogía queer en Latinoamérica y se especifica la metodología, los resultados y su discusión. Por último, se exponen las conclusiones1.
Planteamiento teórico De la teoría queer a la pedagogía queer
Activismo queer
El término queer se refiere a un movimiento contracorriente, perturbador; significa torcer, transversal, a través y hacia el otro lado (Sedgwick, 1994, p. 8). De acuerdo con el diccionario Oxford (s/f.), significa oblicuo o perverso y tiene las siguientes connotaciones:
Como sustantivo y adjetivo significa extraño o raro (strange, odd), se utiliza para nombrar, insultar y calificar ofensivamente a personas gays; se le relaciona con las identidades sexuales y de género no heterosexuales (queer geek culture, queer people). Como verbo significa estropear o arruinar (un acuerdo, evento o situación).
También se usa en frases informales como in Queer Street (estar en deuda, en un apuro financiero, en bancarrota) o queer fish (una persona cuyo comportamiento es extraño, inusual, extravagante).
Por último, el sustantivo queerness designa “lo raro, lo extraño”. En este sentido, las prácticas queer (queerness) consisten en desestabilizar (to queer) normas que son aparentemente fijas (Oliver-Rotger, 2002).
Cabe mencionar que los usos y significados de esta palabra se ampliaron debido al movimiento queer y sus intercambios con círculos académicos. Dicho movimiento tuvo lugar en Estados Unidos durante el gobierno de Reagan (1981-1989), un periodo caracterizado por la severa recesión económica, el incremento en los niveles de desempleo y políticas que afectaron gravemente a la población inmigrante, afrodescendiente, pobre, LGBT y enfermos de sida.
En 1981 se detectó la primera manifestación del sida, entre hombres gays en Los Ángeles. A mediados de la década, debido al creciente número de muertes entre esta población a causa del VIH, a su estigmatización y criminalización, a la indiferencia política y a la situación de pobreza generalizada en el país, se crearon alianzas entre personas de diversas razas, sexualidades y creencias, con el fin de organizarse y manifestar su descontento públicamente.
En su mayoría se conformaban por: “las feministas lesbianas chicanas, afroamericanas y asiático-americanas, junto a muchos otros que formaban parte del proletariado, del feminismo o de la sexualidad que habitaban el tercer mundo estadounidense” (Valencia, 2015, p. 23).
Entre estas alianzas destacan ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power) y Queer Nation, cuyo objetivo era desafiar las actitudes sociales y políticas homofóbicas y asegurar la acción gubernamental para la investigación y prevención del sida (Hall, 2003). A finales de 1980, dentro de estas coaliciones, un grupo más radical comenzó a articular una política queer (Kang, Lessard, Heston y Nordmarken, 2017), sus miembros comenzaron a apropiarse del insulto que les era proferido y a autoidentificarse como queer, con lo cual se apartarían del movimiento lésbico-gay asimilacionista.
Entre las feministas ocurría algo similar, pues los grupos observaron que eran más necesarias, aunque diferenciadas, las coaliciones políticas organizadas con base en las experiencias de opresión, que aquellas basadas en una identidad, por lo tanto, éstas tomaron fuerza alrededor de las décadas de 1980 y 1990 (Hall, 2003). Se separaron y diferenciaron del feminismo hegemónico, el cual ignoraba las contribuciones y la violencia que sufrían otras mujeres: pobres, negras, chicanas, inmigrantes, las de la clase trabajadora, lesbianas, bisexuales y queer. Así, también surgía la tercera ola del feminismo.
En conjunto, dichas circunstancias influyeron en la creación de espacios universitarios y líneas de pensamiento dedicados al estudio de estos acontecimientos y sus implicaciones sociales, culturales y políticas, tal es el caso de la teoría queer.
Teoría queer
El término teoría queer fue acuñado por Teresa de Lauretis (1991), algunos de sus trabajos han sido referentes para los estudios queer (de Lauretis, 1984, 1987), ya que en ellos, así como en la publicación de Fuss (1991), se cuestionaba la consideración de los estudios lésbico-gay como categorías homogéneas para pensar la sexualidad y las identidades. No obstante, discusiones similares ya habían sido planteadas por feministas negras y chicanas, como Lorde (1978), Anzaldúa (1987) y Moraga (1999), quienes vislumbraron lo que Crenshaw (1991) denominó interseccionalidad: “el reconocimiento de que la interrelación de las categorías de la diferencia como género, clase, etnia o raza, sexualidad, entre otras, da cuenta del posicionamiento estructural y la capacidad de responder a los sistemas de exclusión” (p. 33)2.
Paralelamente, otras aportaciones daban forma a la teoría queer, como las de Foucault (2007[1976]) con respecto a la sexualidad como dispositivo de saber-poder; Rich (1980) y Wittig (1980) que plantearon la heterosexualidad como régimen social y político; Rubin (1984) y la crítica al feminismo en la medida en que propicia la opresión que pretende subvertir y su análisis acerca del sistema sexo-género; Derrida (1967) con la deconstrucción y sus contribuciones para el pensamiento de lo ético-político; Butler (1987, 1990, 1993) y la teoría de la performatividad de género; Sedgwick (1990, 1994) con el concepto de performatividad queer; Bersani (1987), quien desde la literatura, filosofía y psicoanálisis estableció los antecedentes de la denominada tesis antisocial, la cual también sería expresada por Edelman (2004); entre muchas otras ideas que han nutrido a la teoría queer.
Además, se configuró a partir de perspectivas como el psicoanálisis, interaccionismo simbólico, construccionismo social, pospositivismo, posestructuralismo, posmodernismo, estudios culturales y algunas corrientes feministas3 (López, 2008), y de su relación con grupos activistas queer.
De estas corrientes teóricas surgen algunos de sus planteamientos característicos, a saber, el cuestionamiento a los binomios de la identidad, a las categorías universales, dicotómicas y fijas, a la concepción de la naturaleza unitaria de la subjetividad, y a las ideas liberales respecto de la autonomía de la persona y la comunidad establecida en la uniformidad (Talburt, 2005), además de la noción de interseccionalidad, el reconocimiento de la heteronormatividad4 y sus efectos. Las consideraciones de sexo y género son centrales, desde la teoría queer se conciben, de manera predominante, como construcciones sociales y discursivas, y se les separa de concepciones esencialistas para comprenderles como producciones histórico-culturales; consecuentemente, la supuesta correspondencia entre sexo-género-identidad-deseo es desestabilizada.
Butler lo explica mediante lo que denominó matriz heterosexual (1990), hegemonía o imperativo heterosexual (1993), es decir, un modelo discursivo/epistémico hegemónico que considera a los cuerpos, géneros y deseos como atributos naturales (1990), produciendo identidades fijas, cuando de hecho obedecen a las normas sociales que los hacen posibles. La reiteración de estas normas, que son anteriores al sujeto, al mismo tiempo que lo constituyen, lo convierten cada vez en un sujeto de género aceptable; a esta operación Butler (2002) la denomina performatividad de género y tendrá como efecto marginar a quienes no se ajustan a las reglas heterosexuales.
Simultáneamente, Sedgwick estudió la performatividad queer (2002[1993]), aunque se alejó de la orientación predominantemente discursiva de Butler; en este sentido, se puede decir que la teoría queer no es homogénea. Por último, cabe mencionar que los planteamientos referidos han ayudado a comprender el abanico de identidades sexuales, de género y de relaciones afectivas y eróticas consideradas “anormales”.
Queer/cuir en Latinoamérica
El uso del término y de la teoría queer en Latinoamérica ha sido un debate constante, tanto por la dificultad de su traducción como por sus implicaciones culturales. Si bien el problema no puede reducirse a la falta de un vocablo en castellano y portugués que se corresponda exactamente con la palabra, lo cierto es que ha dado lugar a varias propuestas al referirse a la teoría queer, como: teoría marica, torcida, maribollo, cuir, kuir, cuy(r) o rarita (Peralta y Smuga, 2017)5.
Al respecto, cabe mencionar que cuir, uno de los términos en los que parece haber mayor acuerdo o uso, es un anglicismo y una transcripción fonética, aunque también puede expresar la singularidad del término en Latinoamérica, a la vez que conserva su fuerza política (Péchin, 2017), o bien, denota la producción de alianzas entre el tercer mundo del norte y el sur (Valencia, 2015). Si estas alianzas, intercambios y diálogos ocurren paralelamente entre ambos puntos, entonces queer no nos significaría un eurocentrismo abrumador, aunque la descolonización permanente seguiría siendo una tarea necesaria (Pereira, 2019).
Así, las travesías conceptuales entre la teoría queer y los estudios locales implican necesariamente su transformación. Por ejemplo, Figari (2016) afirma con respecto al movimiento de la disidencia sexual, que “el potencial crítico de las tradiciones teóricas y las particularidades de la lucha política fueron enriquecidas con la recepción de la teoría queer” (p. 234)6.
Por su parte, Dominguez-Ruvalcaba (2016) señala que queer no es colonial, dada su historia y relación con el activismo. En este sentido, el término podría funcionar como una posibilidad de organización, como un gesto solidario que acoge a los queer, “raros”, “anormales”, de cualquier geografía. Además, atendiendo a su potencia política en tanto insulto en la lengua inglesa, no podría equipararse fácilmente a otro término (Epps, 2007). En consideración a estas últimas observaciones, en esta exposición se utiliza queer.
Definición de pedagogía queer
La pedagogía es un campo de estudio multidisciplinario, se encarga de lo educativo y “en su forma más simple, trata de cómo los docentes y estudiantes crean un ambiente de aprendizaje” (Aguilar-Hernández, 2020, p. 5)7. Contempla diversos espacios de actuación y de reflexión, como la didáctica, currículum, evaluación, procesos de enseñanza y aprendizaje, organización e institución escolar (Rojas, 2005), relaciones sociales, docentes y estudiantes.
La pedagogía queer cuestiona los parámetros de normalidad y la homogeneidad en la escuela, trata de la comprensión en el ámbito de los saberes pedagógicos y de la práctica educativa de aquellos que no se ajustan a la cisheteronorma, en tanto orden que se establece, aprende y afianza en el sistema escolar. Asimismo, analiza cómo es que el currículum, las prácticas pedagógicas y la institución escolar reproducen dicha norma. Al respecto, de Alba (2009) señala que la función de la educación ha sido la de una “hacedora de normales y anormales” (p. 9), y que se ha constituido mediante los dispositivos de poder. La pedagogía ha sido un medio para modelar cuerpos normales, disciplinados y subjetividades cisheteronormadas.
Es en este escenario en el que por medio de la acción docente se pretende irrumpir para desestabilizar las normatividades que nos sujetan. El verbo to queer en tanto acción, implica perturbar y transgredir, y es ésta una de las características centrales de esta pedagogía. Praxis comprendida en términos éticos y políticos amplios (Bryson y de Castell, 1993; flores, 2013; Talburt, 2005) y que también toma forma en las prácticas pedagógicas cotidianas, por ejemplo, en las estrategias de enseñanza.
Pedagogía Queer en países angloparlantes y España
Entre las primeras reflexiones acerca de la pedagogía queer se encuentran las de Bryson y de Castell (1993) quienes, a partir de su experiencia como profesoras de un curso de estudios lésbicos en Canadá, debatían la relación y el efecto de la identidad política y las prácticas pedagógicas, especialmente en un contexto en el que ser profesora queer era una grave violación y, en consecuencia, se estaba en riesgo. Se preguntaban si era posible aplicar esta pedagogía en esas circunstancias o si alguien sería capaz. Definieron este tipo de pedagogía como: “una forma radical de la praxis educativa, implementada deliberadamente para interferir con, o intervenir en, la producción de normalidad en sujetos escolarizados” (p. 285)8, para ellas se sustenta en la aplicación encarnada de teorías feministas posestructuralistas de la subjetividad.
Por su parte, Britzman (1995) también pionera en la construcción de la pedagogía queer o transgresora, se pregunta desde el psicoanálisis, la teoría queer y la pedagogía, si esta última sitúa el problema de la normalidad en el aula y puede a la vez intervenir para interrumpirla. A Britzman (2002 [1995]), le interesa superar las oposiciones (tolerante-tolerado, opresor-oprimido) pero manteniendo un análisis de la diferencia social que permita explicar cómo funcionan estas dinámicas.
Después de estas publicaciones, surgieron otras que también trataron el vínculo entre la teoría queer y la pedagogía, entre ellas destaca la compilación editada por Pinar (1998), ya que reunía a autoras muy comprometidas en estos estudios. Actualmente, colabora en la serie Queer Studies and Education (Pinar, Rodriguez y Whitlock, 2016) la cual muestra la relevancia que ha adquirido la problemática LGBTQIA+9 en el terreno educativo y la repercusión de aquellos primeros trabajos10.
Ahora bien, es preciso señalar algunas características de la pedagogía queer. En primera instancia, se pregunta por la normalización y las exclusiones reflejadas en prácticas de odio hacia personas LGBTQIA+, en prácticas racistas, sexistas o clasistas en todos los ámbitos sociales (Luhmann, 1998). También, trata de “queerizar”/”cuirizar” (queering pedagogy) o interrogarse a sí misma y a los presupuestos de las pedagogías dominantes, un modo de hacerlo es practicando la lectura queer (Shlasko, 2005; Britzman, 1995). Además, le concierne lo relacionado con docentes y estudiantes queer, reconoce la importancia de que docentes e intelectuales queer se expresen como tal públicamente, como una postura ética y política que ayudaría, principalmente, a la comunidad estudiantil LGBTQIA+ (Halberstam, 2003; Whitlock, 2010).
Por otra parte, el ámbito del currículum escolar también es campo para la pedagogía, pues se encarga de la crítica al currículum heterosexualizado (Sumara y Davis,1999). La aplicación o la práctica de la pedagogía es diversa, puede traducirse en intervenciones breves durante una clase o puede formar parte de proyectos escolares más amplios. Por ejemplo, uso de textos de género y sexualidad en clases universitarias de composición literaria y escritura libre alrededor de palabras como perra o puta para problematizar sus implicaciones con respecto al género (Faunce, 2013). En nivel básico, lectura de libros infantiles que incluyan personajes queer (Kim Lin, 2013, 2014) y de literatura con personajes no cisheteronormados, así como intervenciones de largo alcance acerca de equidad LGBT en primarias (de Palma y Atkinson, 2009).
Para finalizar este apartado se mencionarán algunos estudios relevantes en España. Entre ellos se encuentra el de Berná, Cascone y Platero (2012) quienes se preguntan respecto de las aportaciones de la teoría queer a la educación, el de Planella y Pie (2012) que trata de la pertinencia de pensar la pedagogía queer con respecto a otras realidades corporales vinculándola a la crip theory (teoría tullida/lisiada).
Para Carrera (2013), la pedagogía queer es un modo efectivo para prevenir el acoso escolar, altamente relacionado con prácticas homofóbicas y transfóbicas, así como con la desigualdad de género. En este sentido, Platero (2018) pone el acento en la educación como el medio para la transformación social, además, expone su experiencia como docente trans*11, por lo que destaca las pedagogías trans*formadoras (Platero y Harsin, 2015; Platero, 2018), derivadas de la pedagogía queer, así como de las experiencias trans* y que confluyen en las transpedagogías (Galarte, 2014).
Por su parte, Trujillo (2015) como maestra universitaria muestra algunas estrategias para “queerizar”/”cuirizar” la escuela y cuestionar la heteronorma, además invita a la formación del profesorado y a la creación de redes para estudiar estos temas e incorporarlos a la práctica educativa.
En educación infantil difícilmente se abordan estas cuestiones, sin embargo, Sánchez, Penna y de la Rosa (2015), 2016) elaboraron manuales y materiales didácticos sobre identidades de género y acoso escolar hacia personas LGBTQIA+. En esta línea, es notable el trabajo de Mercedes Sánchez (2018, 2019), así como el de Yera Moreno (2016) quien ha impartido talleres para estudiantes de secundaria y bachillerato. Con lo expuesto hasta ahora, se puede afirmar que la producción académica de pedagogía queer en España es reciente, notándose un aumento en los últimos cinco años, no así en los países de habla inglesa en donde hay mayor tradición al respecto.
Pedagogía Queer en Latinoamérica
Con el propósito de elaborar una aproximación, aunque no exhaustiva, al estado del conocimiento en torno de la pedagogía queer en países latinoamericanos, se recurrió al análisis documental y, como estrategia particular, al análisis de contenido.
Metodología
El objetivo de esta investigación es reconocer qué se entiende por pedagogía queer, cuáles son las aproximaciones para su estudio y sus implicaciones prácticas en educación, especialmente en países latinoamericanos. Se utilizó el análisis documental (Bell, 1998; Cohen, Manion y Morrison, 2000) para reconocer investigaciones referentes al tema y posteriormente elaborar un estado del arte limitado a la educación formal en Latinoamérica.
Por estado del arte se entiende el análisis crítico de documentos en los cuales se ha registrado el conocimiento acerca de un objeto de investigación. El proceso comprende la revisión de investigaciones disponibles, el contraste de enunciados provisionales y la exploración de nuevas perspectivas con respecto al objeto de investigación (Jiménez-Becerra, 2006). Ahora bien, las preguntas que guiaron la investigación son: ¿qué tipo de estudios se han efectuado con respecto a la pedagogía queer en Latinoamérica? ¿Qué temas abarcan? ¿Qué disciplinas tratan? ¿En qué nivel educativo, país y contexto han sido producidas? Y, ¿cuáles son sus principales aportaciones?
Para dar respuesta se recurrió al análisis de contenido de corte cualitativo. El proceso de análisis consistió en:
Identificación de textos apropiados para responder a las preguntas de investigación.
Sistematización de los datos relevantes que responden dichos cuestionamientos.
Desarrollo de un esquema para analizar los datos y codificarlos.
Revisión de la consistencia de la codificación y hacer ajustes de ser necesario (Linder, Grimes, Williams, Lacy y Parker, 2020).
La codificación y análisis de los datos estuvo a cargo de la autora y se clasificó manualmente.
Para la elección de los documentos, se consideró que la categoría central o una de ellas fuese la pedagogía queer situada en países latinoamericanos; con tal fin, primero se revisó el título, resumen, palabras clave y procedencia de la revista (país); de la autoría se identificó la filiación institucional. Después, se procedió a la lectura completa del artículo para corroborar el cumplimiento de los criterios y proceder con la codificación.
El tipo de unidad de análisis es temática (Krippendorff, 2019) y las categorías contempladas son:
Estudios teóricos. Aproximaciones teóricas, es decir, revisión documental para identificar antecedentes teóricos, sus premisas, objetivos y pertinencia actual. Puede tratarse únicamente del análisis teórico o que después del mismo se proponga a la pedagogía queer como alternativa para enfrentar problemas educativos, o bien, únicamente se expone un estado de la cuestión (Tabla 1).
Estudios empíricos. Aproximaciones prácticas que incluyen, de manera central, alguna intervención educativa o tienen como objeto de análisis producciones culturales; por ejemplo, reportes de la implementación de estrategias didácticas. Además, la metodología incluye trabajo de campo (entrevistas, etnografías, autoetnografías) o se estudian novelas, películas o imágenes (Tabla 2).
Estudios mixtos. La pedagogía queer funciona como perspectiva de análisis de experiencias prácticas en la escuela o de textos (discursos educativos o legislaciones). Aquí hay un balance entre el análisis teórico y la atención al objeto o participantes de la investigación (lo empírico) (Tabla 3).
Capítulos de libro (Tabla 4).
Autoría, año y país |
Tema, disciplina y nivel escolar |
Aportaciones |
Louro (2001), Brasil |
Antecedentes teóricos y definición de PQ |
PQ y currículum queer: centrados en el proceso de producir diferencia, consideran la inestabilidad y la precariedad de las identidades. |
César (2010), Brasil |
Institución escolar, currículum |
Propuesta: interrogar al pensamiento pedagógico, la diferencia y la educación desde la PQ. Currículum poscolonial, feminista y queer. |
Rodrigues (2010), Brasil |
Metodología de la enseñanza, educación en cultura visual, particularmente en nivel secundaria |
PQ: propuesta educativa queer, libertaria y anarquista de la educación en cultura visual. Marco de análisis de los objetos que se estudian en esas asignaturas (¿cuáles se invisibilizan e ignoran?). |
Motta y Ribeiro (2013), Brasil |
Enseñanza de las ciencias de la salud. Nivel universitario |
PQ: perspectiva para cuestionar los discursos de la salud y la medicina, así como propuesta educativa para el currículum y programas de formación docente. |
Alegre (2013), Paraguay/ España |
Estado de la cuestión y currículum |
PQ: masculinidades, discapacidad (tullidos), género, sexualidad y teoría queer. |
Gruppelli (2015), Brasil |
Estado de la cuestión. Artes visuales |
|
Ranniery (2017), Brasil |
Estado de la cuestión |
Relaciona PQ con la pedagogía del insulto y del armario de Junqueira. |
Autoría, año y país |
Tema, disciplina y nivel escolar |
Aportaciones |
Péchin (2013), Chile |
Masculinidades. Nivel secundaria |
Entrevistas a adolescente trans: su experiencia escolar. PQ, pedagogías feministas, críticas y de la liberación: marco de análisis y propuesta educativa. |
Alonso y Zurbriggen (2014), Argentina |
Formación docente, currículum, legislaciones. Nivel universitario |
|
Cortés-Picazo (2016), Chile |
Estrategias didácticas, formación docente. Cultura visual. Nivel universitario y básico |
Desde la PQ: Diseño de estrategias para analizar y cuestionar las representaciones hegemónicas de la cultura visual.
Propuesta: didácticas de las artes visuales que subviertan el orden de género en las clases. |
Rios, Cardoso y Dias (2018), Brasil |
Institución y currículum. Educación. Nivel universitario |
PQ: para la formación docente, para diseñar una asignatura de sexualidad y género y para analizar problemas de investigación educativa. |
Catalán (2018), Chile |
Docentes lesbianas y gays |
Testimonios de docentes lesbianas y gays: sufren violencia en la escuela y su modo de resistencia consiste en utilizar estrategias didácticas queer para cuestionar el currículum en sus clases. Por ejemplo, discutir el matrimonio igualitario en clases de leyes o hablar de lo trans* al estudiar adjetivos en inglés que no tienen género. |
Autoría, año y país |
Tema, disciplina y nivel escolar |
Aportaciones |
Hincapié (2009), Colombia |
Prácticas cisheteronormativas |
Desde la PQ: análisis de autores clásicos en pedagogía. Análisis de Un beso de Dick (Molano Vargas), donde se narra la historia de una pareja de adolescentes gay, concentrándose en la experiencia escolar y en los modos de operación heteronormativa de la pedagogía. PQ: propuesta para desmontar los presupuestos universales cisheteronormados en la escuela y en la pedagogía como disciplina. |
César (2012), Brasil |
Currículum |
PQ y estrategias didácticas: análisis y discusión de casos como el de Thomas Beatie, Brandon Teena y Bree Osbourne. |
Pessoa y Hoelzle (2017), Brasil |
Enseñanza del idioma inglés. Centrándose en nivel primaria |
Desde la PQ, lingüística aplicada y pensamiento decolonial: Análisis de políticas lingüísticas y educativas en Brasil, como la obligatoriedad de la enseñanza del inglés. Análisis de materiales didácticos (libros y audio): son completamente cisheteronormativos. |
Ojeda, Scharagrodsky y Zemaitis (2019), Argentina |
Institución y currículum. Nivel universitario |
Desde la PQ, pedagogía feminista y del cuidado: |
Autoría, año y país |
Tema, disciplina y nivel escolar |
Aportaciones |
Molina y Dinis (2018), Brasil |
Institución escolar y currículum. Estado de la cuestión |
PQ: para comprender las identidades, especialmente trans*, en la escuela. |
Silva (2018), Brasil |
Hombres trans y sus experiencias en la escuela |
PQ: horizonte de análisis acerca de lo trans* en la escuela, de los mecanismos de vigilancia heteronormativa (Hernández-Rosete, 2017) y propuesta para generar espacios escolares libres. |
Dinis (2018), Brasil |
Estado de la cuestión |
Las subcategorías utilizadas son:
Autoría, año y país.
Tema, disciplina y nivel escolar.
2.1 Tema. Tópico de análisis central; por ejemplo: formación docente, currículum, estrategias de enseñanza y aprendizaje, política educativa, legislación, institución escolar y protagonistas de la investigación (docentes y estudiantes).
2.2 Disciplina. Áreas de estudio, ciencias o asignaturas. La investigación se enfoca en una disciplina y se conjuga con la pedagogía queer (como teoría y práctica); por ejemplo, como marco de análisis para reflexionar acerca de cómo se conforma el currículum en el área de las ciencias de la salud o para reflexionar en torno a los materiales didácticos en la enseñanza de lenguas extranjeras.
2.3 Nivel escolar. Contexto en el que se ubica la investigación: nivel básico, medio superior, universitario o posgrado.
Aportaciones. Hallazgos y propuestas para la solución de algún problema, estrategias didácticas y reflexiones teóricas.
La bibliografía analizada fue recopilada por medio de búsqueda booleana en las siguientes bases de datos: Directory of Open Access Journals, SciELO, Dialnet, Supplemental Index, Scopus®, OAIster, TDX, Gender Studies Database, ERIC, IRESIE. Los términos de búsqueda fueron: “pedagogía queer” o “educación queer”, durante el periodo de 1990 a 2020, aunque en algunas bases de datos sólo hay registros de los últimos veinte años. La última actualización de la búsqueda fue el 15 de octubre de 2020.
Los criterios para la elección de documentos son:
Artículos de investigación revisados por pares.
Capítulos de libro.
Si la pedagogía queer es el tema central, o uno de ellos.
Las investigaciones generadas en Latinoamérica o que la región sea el escenario de la investigación.
Se excluyeron ponencias en congresos, artículos de divulgación y tesis.
Resultados
Las bases de datos que registraron documentos fueron Dialnet y SciELO. En la primera, se registran diecisiete artículos en un periodo de diez años, entre 2009 y 2019, de los cuales se analizan siete; además, se reporta un capítulo de libro de España y un libro editado en Chile; este último está conformado por ocho capítulos (cuatro referentes al contexto español y cuatro acerca de Latinoamérica), de los cuales sólo tres cumplen los criterios de inclusión. En SciELO, se registraron veintidós artículos en un periodo de diecinueve años, entre 2001 y 2020, de los cuales nueve cumplen con los criterios de inclusión. En resumen, se registraron treinta y nueve artículos, escritos en español y portugués, y se analizaron dieciséis, además de un libro del cual lo que se analizan son tres capítulos. En las siguientes tablas se muestran los resultados (se utilizará la abreviación PQ para pedagogía queer).
En resumen, de los diecinueve documentos recuperados (dieciséis artículos y tres capítulos de libro), doce se sitúan en Brasil, tres en Chile, dos en Argentina, así como uno en Paraguay y Colombia. El primer registro data del año 2001 en Brasil y será hasta casi la década del 2010 cuando aparezcan nuevas publicaciones. En ese año se registran dos artículos de Brasil, y un año antes (2009), uno en Colombia. De 2012 a 2019 las publicaciones son ininterrumpidas, registrándose las de Brasil, Chile, Paraguay, Argentina y Colombia.
Discusión
Las investigaciones acerca de la pedagogía queer en Latinoamérica son recientes, de acuerdo con los resultados y en comparación con países como Canadá, Estados Unidos e Inglaterra. Además, la mayoría de las publicaciones, aunque escasas, aparecen en la última década, especialmente entre los años 2013 y 2020.
Un país pionero en el estudio de la teoría y pedagogía queer es Brasil. Es notable el trabajo de Louro (1997, 2001), quien abrió el camino para pensar la educación y sexualidad desde líneas de estudio contemporáneas. Fue de las primeras autoras, al lado de Silva (1999) en el terreno del currículum, en señalar los aportes de la teoría queer a la educación y su potencial tanto en Brasil como en países de habla hispana.
En el caso de los países angloparlantes, destacan las aportaciones de las canadienses Bryson y de Castell (1993), así como las de Britzman (1995), quienes analizaron y criticaron la normalización que instaura, reproduce y sostiene la escuela en tanto institución social y, específicamente, con respecto a la sexualidad.
Al mismo tiempo, aparecían propuestas más específicas de la pedagogía, que definirían sus características y espacios de incidencia, como la docencia, el currículum, experiencias de docentes y estudiantes LGBTQIA+, la disputa en las universidades respecto de enseñar teoría queer y pensar la escuela bajo esta perspectiva.
Existe una variedad de registros acerca de intervenciones nutridas de la pedagogía, algunas veces se refieren a proyectos de largo alcance, por su duración y por la población a la que incluyen, y otras, se trata de actuaciones individuales, por propia iniciativa. Todo esto es parte de los antecedentes que han dado forma a los modos de entender este tipo de pedagogía y su praxis en otras regiones.
En España, las indagaciones acerca de la pedagogía también son muy recientes, en los últimos años se han publicado manuales para docentes, material didáctico para niveles educativos básicos y se han ofertado talleres queer para adolescentes. Además, el relato de experiencias de docentes trans* en la escuela es muy valioso, como el caso de Platero y Harsin (2015), asimismo la atención al vínculo entre pedagogía queer y la crip theory/teoría tullida ofrece otro ámbito de incidencia que es poco atendido.
Ahora bien, en el contexto latinoamericano y para dar respuesta a las preguntas planteadas en este trabajo, se puede decir, en primer lugar, que esta pedagogía se comprende como un marco epistemológico desde el cual se actúa en la escuela para perturbar aquello que aparece como natural, dado por hecho, incuestionable, legítimo o tan insignificante que se ignoran las violencias que causa el dejar en el terreno de lo aberrante a quienes no confirman esas supuestas verdades.
Asimismo, se concibe como una propuesta para resolver problemas relacionados con la sexualidad en la escuela y se le considera una práctica crítica, ética y política protagonizada por docentes interesados en forjar espacios libres y solidarios.
En segundo lugar, las aproximaciones para el estudio de la pedagogía queer o el tipo de investigaciones que se han efectuado al respecto, son de talante teórico, empírico o mixto. Los trabajos teóricos son los más comunes: se clasificaron nueve publicaciones en esta categoría y se ocupan del reconocimiento de los fundamentos conceptuales de esta pedagogía, su definición y relevancia para, a la vez, analizar lo escolar. Consecuentemente, la pedagogía queer se propone como una alternativa para mejorar las relaciones escolares, la formación docente y los diseños curriculares.
También, se insiste en mantener el diálogo entre la pedagogía queer y la pedagogía de la liberación, del armario, con las teorías críticas, decoloniales y el feminismo (negro, local y queer). Finalmente, hay cinco artículos en los que predomina la revisión teórica o estados de la cuestión, dos de ellos con hincapié en Brasil.
Por otra parte, se registraron seis estudios empíricos que consisten en el reporte de intervenciones escolares (talleres, conducción de clase, elaboración de manuales y estrategias didácticas) o investigaciones de campo (entrevistas, análisis de planes curriculares, legislaciones, literatura y material audiovisual) que se sustentan y analizan desde la pedagogía queer, lo cual ofrece un panorama de las metodologías utilizadas en este terreno.
Finalmente, se identificaron cuatro estudios mixtos, en los que después de la indagación teórica se procede al análisis de productos culturales, de la teoría pedagógica y de materiales didácticos, para proponer estrategias y para contrarrestar los problemas detectados.
Si bien, parece haber un balance entre las reflexiones teóricas y las intervenciones en el aula, es necesario notar que algunos de los trabajos tienen como objeto de análisis discursos, legislaciones, imágenes o literatura, lo cual reduce el total de intervenciones directamente en el aula.
Ahora, entre los temas de investigación se encuentran el análisis, discusión e intervención queer en el currículum oficial (siete artículos), la institución escolar (cuatro), formación docente (dos), metodología de la enseñanza y estrategias didácticas (seis) y legislaciones (uno). También se analizan problemas relacionados con las experiencias de estudiantes LGBTQIA+, masculinidades, docentes lesbianas y gays, así como experiencias de hombres trans* en la escuela (dos artículos). La atención a las personas trans* en el medio escolar es muy importante y urgente, es preciso modificar las estructuras que les impiden su ingreso, permanencia y tránsito seguro y libre en todos los sentidos.
Al respecto, Bello (2018) exploró las experiencias de personas trans* radicadas en Bogotá que han sido excluidas del sistema educativo y subraya el concepto de trans-pedagogía, formulado a partir de la pedagogía transgresora o queer (esta investigación no fue recuperada por la búsqueda en las bases de datos mencionadas). Otro caso, es el bachillerato trans Mocha Celis, una escuela popular autogestiva en Buenos Aires, pensada por y para personas trans*, aunque no excluyente; si bien no se inspira en la pedagogía queer es muy importante para las reflexiones que aquí nos convocan (Mocha Celis, 2019; Molina y Dinis, 2018).
En cuanto a las disciplinas y asignaturas escolares en donde se ha pensado la pedagogía queer, se encuentran las ciencias de la salud, literatura, enseñanza de lenguas, artes visuales, pedagogía y cultura visual. En cada uno de estos espacios de formación se han cuestionado los discursos que las sustentan, cómo se enseñan, qué se contempla en el currículum, qué y a quienes se excluye de él, y cómo se puede subvertir la anulación de expresiones y producciones culturales que provienen de personas consideradas “anormales” y de las que se omiten sus rarezas.
En tercer lugar, las estrategias desplegadas a partir de la pedagogía queer en el campo escolar tienen relación, por una parte, con el reconocimiento de sus planteamientos y su efecto en nuestras propias prácticas, es decir, funciona como estrategia de pensamiento, crítica e irrupción, al mismo tiempo que desencadena la formulación de preguntas y estrategias didácticas que buscan subvertir el orden de lo que se enseña en la escuela.
Algunas de las estrategias didácticas encontradas consisten en preguntar en la clase de cultura visual: ¿qué objetos se invisibilizan, ignoran y subestiman?, para después presentar objetos alternativos; cambiar las efemérides oficiales por efemérides queer, o sea, incluir personajes que están fuera de la historia oficial; discutir el género durante las clases de inglés y a propósito de los adjetivos o pronombres neutros, y presentar historias de vida como la de Thomas Beatie.
En otro escenario, el de los estudios culturales a nivel posgrado, tiene lugar la propuesta de López (2016), quien refiere que en sus cursos constantemente se interrogan textos y prácticas culturales: “¿Cuál es el afuera constitutivo de los discursos normativos sobre el género y la sexualidad? ¿Cómo funciona esa exterioridad residual respecto de la norma?” (p. 82), para responder coloca al cuerpo en el centro, como lugar teórico para disolver los binomios. Además, sugiere dos estrategias didácticas para aquellas pedagogías preocupadas por cuestionar las dicotomías y la heteronorma. La primera consiste en la lectura de textos poco conocidos por haber sido excluidos de los cánones literarios (heteronormados) y la segunda es “el examen del excedente estigmatizado, aunque, a la vez, constitutivo de las normas de género y sexualidad” (p. 86). Ambas estrategias, podrían ser un ejemplo de lectura queer.
Por otra parte, flores (2008, 2013, 2016), maestra, escritora y activista argentina, ha escrito desde su experiencia como maestra lesbiana de primaria y ha desarrollado talleres para docentes, los cuales son espacios para escribir, crear poesía e impulsar el pensamiento, uno que transgrede las normas establecidas sobre los cuerpos docentes disidentes que han sido violentados en la escuela (flores, 2018), siendo ésta una muestra de su praxis pedagógica queer. Ha impartido estos talleres en Argentina y España, en una atmósfera de libertad y lo menos institucionalizada posible. Así, la mezcla entre educación, política y poesía constituye una de las propuestas más creativas y potentes hoy en día. Cabe mencionar que este trabajo y el anterior fueron encontrados por una búsqueda complementaria, además, el trabajo de López (2016) es una aportación que se inscribe en México, donde no se registraron artículos de investigación.
Finalmente, el nivel escolar en donde tiene mayor presencia la pedagogía queer es el universitario (cinco artículos), y en menor medida el nivel básico, apenas referido en cuatro investigaciones (primaria y secundaria), lo mismo ocurre en España y otros países de habla inglesa.
En educación básica los temas de sexualidad resultan escandalosos, no se sabe cómo tratarlos, a discreción se prohíbe su enseñanza o las madres y padres se oponen a ese tipo de formación. En México, esta situación es muy grave, sumada a que el currículum en educación sexual, cuando lo hay, se presenta como un instrumento sanitario, vigilado y falseado por la iglesia católica (Torres, 2012). Finalmente, ante la escasez de investigaciones en nivel básico, es importante preguntarse quiénes investigan en educación y qué alcance tiene en el tipo de publicaciones existentes.
En general, los resultados señalan la similitud entre experiencias reportadas en otros países, así como el creciente interés en estos temas, tal como muestran las primeras compilaciones sobre pedagogía queer editadas en Latinoamérica12 y el incremento en el número de publicaciones13.
Conclusiones
Se analizaron dieciséis artículos y tres capítulos de libro en los que se trata la pedagogía queer como categoría central de análisis. De acuerdo con los resultados, el país con mayor tradición en estos estudios y número de publicaciones es Brasil, y en los últimos años, Argentina ha cobrado mayor visibilidad.
De acuerdo con el análisis, se advierte que la pedagogía queer funciona como aparato analítico con el cual se piensa la escuela y sus operaciones para establecer y mantener la heteronorma, así como los binarismos que recrea. A la vez, posibilita la modificación de las propias prácticas docentes con el fin de subvertir la normalización que la escuela instituye, con independencia del nivel educativo, disciplina, ciencia o asignatura en la que se labore.
Otra característica de las investigaciones es su talante multidisciplinario, se observan aproximaciones teóricas y aplicadas, aunque con mayor inclinación a la revisión documental. También hay variedad en cuanto a los temas y metodologías de investigación. Al respecto, destaca la atención al ejercicio docente como factor clave para irrumpir la heteronorma en la escuela.
En cuanto a su dimensión práctica, se identifican algunas estrategias de acción, como el cuestionamiento acerca de las exclusiones del currículum y la planeación de actividades de aprendizaje en las que se interroguen los contenidos escolares desde una perspectiva queer (¿a quiénes se ha eliminado? ¿En los materiales escolares se han incluido cuerpos y personas con expresiones e identidades de género no normativas? Y, ¿se reproducen ideas fijas y universales de sexo, género y orientación sexual?). En cuanto a las estrategias didácticas, se enfocan en su mayoría al espacio de las ciencias sociales y humanidades.
Una de las estrategias políticas más desafiantes es que los docentes puedan asumirse públicamente con orientaciones sexuales, expresiones e identidades de género disidentes. Lo anterior requiere ser considerado, atendiendo a las posibilidades y deseos de cada cual, particularmente por la violencia que impera en todos los espacios sociales.
Por otra parte, hay un llamado a “queerizar”/”cuirizar” el currículum, así como a implementar proyectos de formación docente en género y diversidad sexual, diseñados desde la perspectiva de la pedagogía queer. Al respecto, es notoria la asociación entre pedagogía queer y población LGBTQIA+, que es el tema principal en los estudios analizados; sin embargo, no se limita a ello, tal como lo denota el concepto de interseccionalidad.
Al mismo tiempo, es importante cuestionar cualquier reduccionismo que nos conduzca a la administración de la diversidad, que nos devuelva al anclaje rígido de la identidad; en este sentido, la pedagogía queer debe cuestionarse sus propias prácticas.
Es pues, preciso atender al espectro de planteamientos de la teoría queer, sus formulaciones y variaciones, lo cual ha dado lugar a otro tipo de indagaciones que no se limitan al estudio de las identidades, sino que lo cuestionan y rebasan; por ejemplo, las derivadas hacia reflexiones con respecto al tiempo, al espacio y la materia. A la vez, es necesario el diálogo con líneas de pensamiento locales, con corrientes filosóficas contemporáneas y latinoamericanas en educación, que en conjunto ayuden a pensar y a transformar las propias prácticas docentes y la experiencia como partícipes de lo educativo en cualquiera de sus modalidades. Hasta ahora esta parece ser una de las principales vías para pensar en la realidad de la pedagogía o pedagogías queer a corto plazo.