Introducción
La catarata senil es una enfermedad de alta prevalencia mundial que afecta la visión de forma parcial o total debido a una opacidad progresiva del cristalino. Es la principal causa de ceguera en todo el mundo, por lo que su detección oportuna y tratamiento son el manejo ideal1,2. Sin embargo, lo anterior puede ser poco viable en países en vías de desarrollo o en comunidades carentes de atención médica oportuna y de calidad, donde el tratamiento quirúrgico no se realiza2,3.
En el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión4. Cerca de un 90% de la discapacidad visual mundial se concentra en los países emergentes2. En los países de ingresos medios y bajos, las cataratas siguen siendo la principal causa de ceguera3. El 82% de las personas con ceguera tienen 50 años o más, y cerca del 80% del total mundial de casos de discapacidad visual podrían evitarse o ser susceptibles de tratamiento4,5.
En México, varios grupos de estudio han realizado investigaciones en el norte y sur del país3. En el Estado de Nuevo León se identificó una prevalencia de ceguera en personas mayores de 50 años del 1.53%, y el 48% de estas cegueras fueron atribuibles a cataratas. En el Estado de Chiapas se identificó una prevalencia de ceguera en personas de 50 años o más del 2.3%, y el 63% de estas cegueras fueron atribuibles a cataratas6.
La presencia de catarata senil ocasionará baja visual indolora progresiva. Conforme la visión disminuye, los pacientes presentan restricciones para realizar ciertas actividades de la vida diaria, como la preparación de alimento, la higiene personal y la lectura7,8. De forma paralela, el individuo tiene más riesgo de tener pérdida del equilibrio, caídas, fracturas o cualquier otro tipo de lesiones físicas. Todo esto puede repercutir en el bienestar mental y físico de la persona9. El médico debe indagar sobre estos signos, ya que en ellos podrían recaer las indicaciones de tratamiento quirúrgico.
El tratamiento de las cataratas seniles actualmente es quirúrgico; esta cirugía, gracias a los avances biomédicos de la microcirugía oftalmológica, se ha ganado su lugar como pilar en el tratamiento de las cataratas10. Es de gran importancia recalcar que no existe ningún tratamiento médico en nuestros días que haya probado reducir el tamaño, frenar la progresión o evitar la aparición de una catarata11.
La indicación ampliamente usada para la cirugía de cataratas es la disminución de la agudeza visual funcional para el paciente que le impida al paciente un adecuado desempeño en su quehacer diario12. Es importante mencionar que existen pocas contraindicaciones de cirugía de cataratas en un adulto mayor, siempre y cuando existan unas condiciones sistémicas estables10,12.
Para los profesionales de la salud, la calidad de vida relacionada con la salud debe ser un aspecto indispensable a evaluar, por lo que el uso de instrumentos clinimétricos para su medición es una promesa en ámbitos como el apego al tratamiento, la satisfacción con los servicios brindados y la efectividad de las intervenciones médicas y de los programas de atención a la salud13,14. En México, los reportes de investigación dirigidos al estudio de la calidad de vida y su repercusión social son escasos15.
El cuestionario de evaluación de la calidad de vida de la Organización Mundial de la Salud (WHOQOL, World Health Organization Quality of Life) ha sido utilizado durante más de 35 años de manera efectiva16. Existen versiones derivadas de este cuestionario, una de las cuales es el cuestionario para adultos mayores (WHOQOL-OLD)17.
En México, la encuesta WHOQOL-OLD ya ha sido validada, obteniendo así propiedades psicométricas de confiabilidad y validez18,19. Esta encuesta se compone de 24 preguntas de opción múltiple que estudian seis dominios. El dominio de intimidad se refiere a las experiencias del adulto mayor en relación con su sentido de compañerismo y sentimiento de amor recíproco con la gente más allegada. El dominio de muerte y agonía considera el sentimiento de miedo y la preocupación acerca de la forma y el tiempo de morir. El dominio de autonomía estima la capacidad y la libertad de los adultos mayores para tomar decisiones y control en su desarrollo personal y en su entorno cercano. El dominio de capacidad sensorial evalúa el impacto en la vida diaria de los adultos mayores respecto a la pérdida de habilidades sensoriales. El dominio de actividades pasadas, presentes y futuras estima la satisfacción con los logros cumplidos en la vida y los resultados que se esperan en las actividades futuras. El dominio de participación social se refiere a la participación en las actividades de la vida diaria, especialmente en la comunidad del adulto mayor. Todos los dominios se analizan por separado y se genera una puntuación final. Básicamente, cuanto mayores sean puntajes, mejor calidad de vida; hay que señalar que los dominios de capacidad sensorial, intimidad, y muerte y agonía, se codifican a la inversa20,21.
Según nuestro conocimiento, no existen investigaciones que hayan evaluado la calidad de vida en pacientes con diagnóstico de catarata sometidos a cirugía de facoemulsificacion más implante de lente intraocular en población mexicana. El objetivo del presente estudio fue identificar cambios en la calidad de vida, mediante el cuestionario WHOQOL-OLD, y en la agudeza visual en pacientes con diagnóstico de catarata senil sometidos a facoemulsificación más implante de lente intraocular.
Método
Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo, de casos y controles, incluyendo dos grupos de pacientes: 1) pacientes que se sometieron a facoemulsificación más implante de lente intraocular y 2) pacientes con catarata senil incipiente que no fueron sometidos a cirugía.
Los criterios de inclusión fueron pacientes ≥ 60 años en ambos grupos, con agudeza visual mejor corregida (AVMC) ≥ 0.6 LogMAR para el grupo de los casos y < 0.6 LogMAR para el grupo control. Los criterios de exclusión fueron otras patologías oculares, enfermedades sistémicas y otras discapacidades sensoriales que modifiquen la calidad de vida. Para evaluar la calidad de vida se aplicó la encuesta WHOQOL-OLD, en el grupo de los casos en tres ocasiones: antes de la cirugía, 1 mes y 3 meses después de la operación, previa firma del consentimiento informado. La misma encuesta fue aplicada en el grupo control en una sola ocasión.
Para el análisis estadístico se utilizaron los programas Excel (Microsoft Office, 2018) y GraphPad Prism V5.0. Se realizó la prueba de ANOVA de una vía para la comparación de los seis dominios de la encuesta al inicio y a los 3 meses posoperatorios en el grupo de casos, y una prueba de ANOVA de una vía para la comparación de los seis dominios medidos por la encuesta en el tercer mes posoperatorio y la encuesta aplicada al grupo control. En aquellos en los que se encontró una diferencia significativa se utilizó la prueba de Mann Withney para comparar por dominio. Se consideró una p < 0.05 como estadísticamente significativa.
Resultados
Se reclutaron 108 personas: 54 casos y 56 controles. La edad promedio fue de 72 años para los pacientes y de 68 años para los sujetos sanos. El 63% de las personas encuestadas eran mujeres y el 37% eran hombres, en ambos grupos. La AVMC preoperatoria fue de 1.57 ± 1.041 LogMAR y en el tercer mes fue de 0.68± 0.7817 LogMar (p < 0.001) (Fig. 1).
Los resultados comparativos de los dominios de las encuestas preoperatoria y del primer mes se muestran en la tabla 1. En la tabla 2 se muestran los resultados comparativos de los dominios de las encuestas preoperatoria y del tercer mes. Los resultados comparativos de los dominios de las encuestas aplicadas al grupo de los casos en el tercer mes y al grupo de los controles se muestran en la tabla 3.
Dominios | Casos | p | |
---|---|---|---|
Encuesta preoperatoria | Encuesta 2 meses | ||
Participación social | 12.07 | 12.44 | NS |
Intimidad | 12.96 | 13.20 | NS |
Muerte y agonía | 10.48 | 11.76 | 0.0254 |
Capacidad sensorial | 13.02 | 12.22 | 0.0033 |
Autonomía | 10.67 | 11.89 | 0.0167 |
Actividades pasadas, presentes y futuras | 12.72 | 12.80 | NS |
NS: no significativo.
Dominios | Casos | p | |
---|---|---|---|
Encuesta preoperatoria | Encuesta 3 meses | ||
Participación social | 12.07 | 13.76 | < 0.0007 |
Intimidad | 12.96 | 11.06 | < 0.0001 |
Muerte y agonía | 10.48 | 6.38 | < 0.00001 |
Capacidad sensorial | 13.02 | 8.64 | < 0.0001 |
Autonomía | 10.67 | 10.15 | NS |
Actividades pasadas, | 12.72 | 12.39 | NS |
presentes y futuras |
NS: no significativo.
Discusión
Anteriormente, el resultado de una cirugía de catarata solo se evaluaba con la medición de la agudeza visual, pero con el paso del tiempo, la autopercepción y las repercusiones en la vida diaria del paciente han ganado terreno22. Nuestro estudio midió los indicadores de calidad de vida en los pacientes sometidos a facoemulsificación más implante de lente intraocular, y se encontró que los pacientes sometidos a cirugía de catarata tienen una mejora en la calidad de vida y en la agudeza visual, basándose en la respuesta clínica favorable que se obtuvo a través de la encuesta WHOQOL-OLD y de la cartilla de Snellen. Se puede comparar este resultado con estudios previos que, usando herramientas clínimétricas diferentes, obtuvieron una mejoría en la calidad de vida23,24. Nuestro seguimiento fue de 3 meses posoperatorios, ya que es tiempo suficiente para valorar una respuesta favorable en estos dos indicadores. Existen investigaciones previas con seguimiento de 3 meses que muestran una mejoría en la función visual y en la calidad de vida, y hay así mismo algunos otros estudios con seguimiento de 7 meses en los cuales se alcanzó un impacto en todos los aspectos de la vida, inclusive en la calidad del sueño25.
La comparación entre los resultados obtenidos en la encuesta realizada en los tres tiempos diferentes en el grupo de los casos muestra una clara mejoría a los 90 días posoperatorios. Esto se puede explicar por la ausencia de necesidad de ser cuidados por terceras personas, por un aumento de la independencia y por un mayor control de la vida de los pacientes en el posoperatorio mediato.
Por otro lado, la mejora en la agudeza visual que obtuvieron los pacientes en el grupo de los casos, a los 3 meses, concuerda con lo publicado por Bandhu et al.26, al encontrar una mejoría del 99% en la visión posoperatoria.
A pesar de los excelentes resultados visuales, no pudimos observar esta misma mejoría reflejada en el 100% de los dominios que se examinaron, al igual que lo previamente reportado por Schein et al.27, quienes justificaron este resultado por la comorbilidad oftalmológica en la gran mayoría de sus pacientes (glaucoma, uveítis o degeneración macular relacionada con la edad, por mencionar algunos ejemplos). En el presente estudio se excluyeron los pacientes que presentaban otras patologías oftalmológicas o sistémicas que afecten a la visión o a la calidad de vida. La ausencia de mejoría total en los dominios puede explicarse porque algunos de ellos, como la participación social, la autonomía o las actividades pasadas, presentes y futuras, no están relacionados solo con el padecimiento oftalmológico, pues pueden resultar afectados por factores como la edad, las altas expectativas de los pacientes, la falla de la red de apoyo familiar o situaciones socioeconómicas imposibles de mejorar28.
Dentro de las limitaciones de nuestro estudio se encuentra el tamaño de la muestra; no obstante, a pesar de ser pequeña, fue posible realizar un análisis estadístico que permitió obtener resultados confiables y equiparables a los de otros estudios publicados. Otras posibles limitaciones son la utilización de cuestionarios para la medición de la función visual y la evaluación con el cuestionario de calidad de vida para una valoración integral del impacto de la cirugía de catarata. Resultaría interesante realizar un estudio estratificando a los pacientes por otros factores que afectan la calidad de vida, para evitar un posible sesgo de membresía.
Pese a las limitaciones mencionadas, los indicadores que se midieron en el presente estudio (calidad de vida y AVMC) mostraron una mejoría desde el tercer mes posoperatorio. Estos resultados no son solo relevantes para el paciente, sino también para todo el equipo médico involucrado en cada cirugía de catarata, ya que dan pie a mejorar su actuar frente a la catarata senil al utilizarlos como parte de la evaluación preoperatoria habitual. Lee y Kymes29 concluyeron que la cirugía de catarata debe ser considerada como uno de los tratamientos quirúrgicos con una mayor relación costo-efectividad.
Debe señalarse que los resultados obtenidos han sido comparados con estudios publicados en países desarrollados y demuestran la utilidad de la facoemulsificación más implante de lente intraocular como tratamiento de elección de las cataratas, brindando una recuperación pronta que genera un impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes.
Conclusión
La calidad de vida es un concepto tan amplio que no puede ajustarse a la explicación de un solo aspecto o punto de vista. Los pacientes con catarata senil sometidos a facoemulsificación más implante de lente intraocular presentan una mejora en la AVMC que se refleja en la calidad de vida; esto puede ser interpretado como resultados positivos y deben ser tomados en cuenta para apoyar la indicación quirúrgica. El uso de herramientas clinimétricas debe incluirse en la práctica diaria del médico oftalmolólogo para la atención integral de los pacientes.