Introducción
El quiste de duplicación gástrica es una malformación congénita de rara presentación en adultos1,2. En el 50% de los pacientes, los quistes son diagnosticados dentro de los primeros años de vida con síntomas como vómitos, dolor abdominal y pérdida de peso; más del 70% de los casos reportados se describen en pacientes menores de 12 años1,2. En adultos, la mayoría de los casos se descubren incidentalmente por estudios de imagen o por endoscopia gástrica1,3.
El diagnóstico preciso de estos quistes antes de la resección es difícil. Los diagnósticos diferenciales son variados, incluyendo tumores del estroma gastrointestinal, tumores neuroendocrinos, heterotopía pancreática, pseudoquistes pancreáticos y tumores neurogénicos1,4. Los quistes de duplicación gástrica son sumamente complicados de diagnosticar de forma preoperatoria. Presentamos el caso de una paciente adulta con quiste de duplicación gástrica resecado por laparoscopia de forma exitosa.
Caso clínico
Mujer de 41 años sin antecedentes patológicos de importancia, que inició su padecimiento 3 días antes de su ingreso al departamento de urgencias por cuadro de dolor abdominal en epigastrio, con irradiación a mesogastrio, de intensidad 8/10, acompañado de vómito en dos episodios; negó fiebre, coluria y acolia. En la exploración física se encontró consciente, cooperadora y hemodinámicamente estable. Se identifica dolor en epigastrio a la palpación profunda, así como signo de Murphy de características dudosas, sin datos de irritación peritoneal en el resto de la exploración abdominal. Se realizó ultrasonido de abdomen que evidenció una vesícula biliar con pared de 0.29 cm asociada a lodo biliar y un colédoco de 0.3 cm. La paciente continuó con dolor abdominal en el epigastrio y se realizó tomografía de abdomen contrastada (Fig. 1 a), que mostró engrosamiento de la pared gástrica y quiste (Fig. 1 a) de inclusión peritoneal en fondo gástrico adyacente a la unión gastroesofágica. En dicho estudio se observó una inadecuada repleción con contenido gástrico en el interior, gas en la pared que diseca hacia otra cavidad con aire en su interior y con mismo reforzamiento que la pared gástrica normal y dependiente del estómago; no se identificó infiltración a estructuras vecinas. Posteriormente se realizó endoscopia superior sin evidencia de comunicación a lesión quística, se descartó enfermedad ulcero-péptica, y se programó para colecistectomía y resección de quiste de duplicación gástrica laparoscópica (Fig. 1). El procedimiento se llevó a cabo en posición francesa sin eventualidades y se envió la lesión quística para su estudio anatomopatológico (Fig. 2).
La paciente cursó el posoperatorio sin complicaciones, encontrándose afebril, tolerando la vía oral y sin dolor abdominal, por lo que fue dada de alta en el cuarto día posquirúrgico. Continuó manejo de forma ambulatoria, se valoró en su séptimo día posquirúrgico y fue dada de alta definitiva.
El reporte de histopatología fue de colecistitis crónica y quiste de duplicación gástrica de 4.5 × 3.2 cm. A panorámico (5×) se observa la pared del quiste, compuesta por músculo liso, y a un mayor acercamiento (40×) se observa una mucosa de aspecto columnar con núcleos alargados, con cromatina fina, moco apical y cilios observados en el epitelio intestinal embrionario.
Discusión
Las duplicaciones gastrointestinales son malformaciones congénitas raras que pueden desarrollarse en cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde el esófago hasta el recto5, de tamaño y sintomatología variable. Las duplicaciones gástricas representan el 3-7%1-6 de estas malformaciones y la presentación más frecuente es la quística. El diagnóstico es raro en la edad adulta. La mayoría de los casos ocurren en mujeres (8:1)7.
El primer informe en el que se utilizó el término «duplicación intestinal» fue dado por Fitz en 1844, quien sugirió que las duplicaciones del tracto digestivo surgen de la persistencia del conducto onfalomesentérico6. El estudio preoperatorio puede incluir ultrasonido abdominal, tomografía computarizada, resonancia magnética y más recientemente ultrasonido endoscópico8,9. La localización más común es la distal en la curvatura mayor; pueden comunicarse con la luz gástrica, pero en la mayoría no se evidencia comunicación hacia la lesión quística, como en nuestra paciente7,10.
Se han reportado numerosas modalidades de tratamiento, que incluyen enucleación, formación de cistogastrostomía e incluso la extracción endoscópica. La piedra angular del tratamiento es la resección quirúrgica del quiste3,7. Se recomienda la escisión completa no solo para el alivio sintomático, sino también debido al riesgo de degeneración maligna, que rara vez se informa, pero al menos ha habido 14 casos de adenocarcinoma diagnosticados tras la resección de un quiste de duplicación gástrica11. Si existe sospecha de transformación maligna, la resección quirúrgica es el tratamiento de elección siempre. Los criterios histológicos para el diagnóstico de un quiste de duplicación gástrica son: a) que la pared del quiste se encuentre contigua a la pared del estómago, b) que el quiste esté rodeado de músculo liso, y c) que la pared del quiste esté cubierta por epitelio gástrico o por cualquier otro tipo de mucosa intestinal12.