Introducción
La dispepsia es un síntoma común con un diagnóstico diferencial extenso y una fisiopatología heterogénea. Ocurre en al menos el 20 por ciento de la población, pero la mayoría de las personas afectadas no buscan atención médica. Aunque la dispepsia no afecta la supervivencia, es responsable de los costos sustanciales de atención médica y afecta significativamente la calidad de vida¹.
La dispepsia afecta al 25-40% de la población en alguna época de la vida y es el motivo del 3-5% de las consultas de primer contacto en los Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo, el 50-60% de los sujetos con dispepsia no tienen lesiones estructurales que expliquen sus malestares. La prevalencia de dispepsia no investigada varía ampliamente de acuerdo con la población estudiada y la definición utilizada para establecer su presencia. Un metaanálisis que incluyó más de 300 estudios a nivel mundial estimó la prevalencia de la dispepsia no investigada en el 21%².
En México, la prevalencia de este trastorno se ha informado del 7 al 68%. El estudio poblacional más grande realizado en México, que incluyó más de 3,000 sujetos en población abierta de 8 diferentes regiones de México, informó que la prevalencia de dispepsia no investigada fue del 12%. Debido a que, por el momento, los criterios diagnósticos requieren la realización de endoscopia para establecer el diagnóstico de dispepsia funcional, no se cuenta con estudios que permitan conocer su prevalencia².
Aproximadamente el 25 por ciento de los pacientes con dispepsia tienen una causa orgánica subyacente. Sin embargo, hasta el 75 por ciento de los pacientes tienen dispepsia funcional (idiopática o no ulcerosa) sin causa subyacente en la evaluación diagnóstica¹.
La esofagogastroduodenoscopia (EGD) es comúnmente realizada en la evaluación de la dispepsia. El valor principal de diagnóstico de EGD es la capacidad de obtener un diagnostico histopatológico de una lesión que esté produciendo síntomas potenciales. Sin embargo, en muchos casos las biopsias son obtenidas de una mucosa de apariencia normal, sin correlación patológica o sintomática3.
Por tal motivo el objetivo de este trabajo de investigación es determinar los hallazgos endoscópicos, características clínicas e histológicas en pacientes con dispepsia en el Hospital Juárez de México.
Objetivos
Objetivo general
Describir los hallazgos endoscópicos e histológicos en los pacientes con diagnóstico de dispepsia que son referidos para endoscopia digestiva alta en el Hospital Juárez de México.
Objetivos específicos
1. Identificar los síntomas más frecuentes de dispepsia y síntomas de alarma predominantes, motivo por el cual se solicitó una esofagogastroduodenoscopia
2. Determinar si los datos de alarma se asocian a la gravedad del diagnóstico endoscópico en pacientes con dispepsia
3. Delimitar las características demográficas de edad y género de los pacientes con dispepsia
Material y métodos
Estudio retrospectivo y descriptivo de casos consecutivos
Pacientes a los que se les realizo esofagogastroduodenoscopia con diagnóstico de dispepsia en el período Enero – junio 2019.
Análisis Estadístico
estudio retrospectivo observacional donde los valores de tendencia central de las variables cuantitativas se reportan con media y desviación estándar, de acuerdo a su distribución obtenida por medio de la prueba de Kolmogorov- Smirnov, para las variables cualitativas se describen porcentajes y se realizó prueba de chi cuadrada con exacta de fisher cuando se requirió menos de 5 casos en alguna casilla. Se realizaron gráficas y análisis en Microsoft Excel y SPSS de IMB 22
Resultados
Se incluyeron en total 215 casos, 164 (76.3%) mujeres y 51 (23.7%) hombres. Se reporta una media de edad de 52.3 +/- 13.8 años (Rango de 18-84). La distribución de la edad fue paramétrica y no hubo diferencias estadísticamente significativas entre sexos.
Los principales síntomas de dispepsia fueron dolor epigástrico en 27.4% (59), distensión abdominal 22.3% (48), ardor en 10.44% (31), vómitos en 13% (28), náusea en 7.4% (16), plenitud postprandial en 7% (15) de los casos, eructos en 4.7% (10), saciedad temprana en 3.7% (8). Sin diferencias estadísticas significativas entre hombres y mujeres utilizando prueba de Chi cuadrada para proporciones. El dolor epigástrico se presentó en 35.3% (18) de los hombres y en 25% (41) de las mujeres, la distensión abdominal se presentó en 15.7% (8) de los hombres y en el 22.3% (40) de las mujeres. Gráfica 1.
En 37 casos se reportaron datos de alarma, los cuales fueron pérdida de peso en 22 pacientes; 5 hombres (9.8%), 17 mujeres (10.4%), disfagia en 3 pacientes (1.4%); vómitos persistentes y recurrentes en el 11.8% (6) de los hombres y en el 1.2% (2) de las mujeres; sangrado digestivo en 2.6%; anemia en 2 mujeres (1.2%). Grafica 2.
Los hallazgos endoscópicos fueron Gastropatía crónica 45.1% (97), Esofagitis erosiva 11.6% (25), Hernia hiatal 7.9% (17), Gastropatía crónica con patrón folicular 6% (13), Gastropatía aguda 4.7% (10), Gastropatía folicular en el 3.7% (8), Gastropatía reactiva 3.3% (7), Gastropatía erosiva 2.8% (6), Gastropatía crónica con componente erosivo 1.9% (4), Probable esófago de Barrett 1.4% (3), úlcera gástrica Forrest III 0.9% (2), Adenocarcinoma gástrico Bormann III 1.9% (4), Adenocarcinoma gástrico Bormann IV 0.9% (2), Pólipos gástricos en 7.9% (17) y sin alteraciones 1.4% (3). Ver tabla 1.
De los pacientes con datos de alarma, 13 casos presentaron Gastropatía crónica, 3 casos Gastropatía crónica con componente erosivo, 5 casos Esofagitis erosiva, 1 caso Esófago de Barrett, 4 casos se reportaron como Adenocarcinoma gástrico Bormann III y IV, 1 caso de Gastropatía folicular, 1 caso de Gastropatía crónica de patrón folicular, 1 caso gastropatía erosiva, 1 caso de úlcera gástrica Forrest III y 1 caso con Gastropatía reactiva secundaria a reflujo duodenogástrico.
Se tomaron biopsias de acuerdo con el protocolo de Sydney en los 215 pacientes, detectando Helicobacter pylori en 57.2% de los casos (n=123). Se reportó metaplasia intestinal incompleta en 9.3% de los casos (n=20) y completa en 5.1% (n=11). El 92.1% de los casos se reportaron sin displasia y el 1.9%(n=4) presentaron displasia de bajo grado.
Se observó Gastritis crónica folicular en 54.4% de los casos (n=117), Gastritis crónica superficial en 14.9% (n=32), Esófago de Barrett en 0.9% (n=2) y Adenocarcinoma gástrico en 1.9% de los casos (n=4). De los pólipos gástricos reportados en las endoscopias, un caso se resultó con adenoma tubulovelloso con displasia de alto grado. Los hallazgos de las biopsias realizadas se describen en la gráfica 3.
Se utilizó Chi cuadrada para correlacionar la presencia de datos de alarma con los hallazgos endoscópicos, histológicos, diagnóstico de Helicobacter pylori, displasia y metaplasia considerando estadísticamente significativa una p<0.05. Reportando diferencia estadística significativa en la variable de metaplasia que en las pruebas post hoc que se justifica por la ausencia de datos de alarma en los pacientes con metaplasia completa. Y en la variable de Adenocarcinoma gástrico en la cual los 4 casos diagnosticados presentaron datos de alarma, siendo estadísticamente significativa (p=0.001). Se desglosan los resultados en las tablas 2-8.
Discusión
Los hallazgos reportados en el presente estudio demuestran una incidencia de 57.2% de Helicobacter pylori que corresponde con lo ya conocido en la literatura universal, con una tasa de incidencia de gastritis crónica (45.1%) y en particular de patrón folicular que se reportó en 54.4% de los casos totales siendo coherentes con las tasas conocidas en población mundial y mexicana, además de la asociación bien descrita con Helicobacter pylori8.
La ASGE (Asociación Americana de Endoscopia Gastrointestinal) recomienda la toma de biopsias de acuerdo al protocolo de Sydney para la determinación de Helicobacter pylori en pacientes con dispepsia, aun en ausencia de lesiones visibles, ya que en caso de resultar positivo, los resultados del tratamiento exitoso incluyen la resolución o la mejoría de los síntomas dispépticos (durante más de 6 meses), un cambio en la calidad de vida, la incidencia de metaplasia o displasia y la reducción de la incidencia y mortalidad por cáncer gástrico9.
Los datos de alarma no mostraron una asociación con la presencia de Helicobacter pylori ni con displasia, sin embargo, los resultados del análisis estadístico pese a la limitante de presentar pocos casos con metaplasia completa muestran una tendencia significativa hacia la ausencia de síntomas de alarma en dichos casos (p<0.05). Y por el contrario los 4 casos de Adenocarcinoma gástrico diagnosticados presentaron datos de alarma, siendo estadísticamente significativa (p=0.001).
La detección de datos de alarma tiene una baja sensibilidad, pero una elevada especificidad para la detección de malignidad en sujetos con dispepsia. Algunos estudios han demostrado que la endoscopia temprana puede ser una estrategia recomendable en poblaciones como la asiática, en la que los factores como la edad y los datos de alarma son poco confiables para detectar malignidad3.
Conclusión
Los factores epidemiológicos manifestados en este estudio son similares a los reportados en la literatura a nivel mundial. No se encontró una asociación de los datos de alarma en pacientes con diagnóstico de dispepsia con los hallazgos endoscópicos o histológicos salvo por tendencia de los casos con Adenocarcinoma gástrico a presentar datos de alarma, así como la de no presentarlos en los casos de metaplasia. La incidencia de Helicobacter pylori es similar a los rangos reportados en la literatura, por lo cual consideramos importante su detección en los pacientes con dispepsia, ya que su tratamiento puede tener un impacto en la calidad de vida de los pacientes y reducción en la incidencia y mortalidad por cáncer gástrico.