Introducción
La uriolitiasis es de etiología multifactorial que incluye desequilibrios minerales, ingesta de concentrados y la castración entre las principales causas (Radostits, 2007). La urolitiasis obstructiva es una alteración frecuente en pequeños rumiantes sometidos a programas intensivos de producción, ocasiona pérdidas económicas a los productores y pueden perder del 0.5 al 0.6% (Almeida et al., 2001). Los urolitos o cálculos en vías urinarias suelen formarse en la luz de los túbulos o en la pelvis renal, pueden obstruir los uréteres e incluso en casos extremos la vejiga. También pueden formarse en la vejiga, lugar donde emigrarían hacia la uretra, obstruyéndola parcial o totalmente, éste proceso patológico se le conoce como "urolitiasis" (Carrasco et al., 2014).
La formación de cálculos urinarios en los rumiantes es multifactorial (Van Metre et al., 1996). Algunos cálculos pueden ser de carbonato, silicatos, de apatita (fosfato cálcico) o de estruvita (fosfato amónico magnésico hexahidrato), están combinados con carbonato cálcico, urato amónico, carbonatos u oxalatos (Van Metre et al., 1996) y asociados con la alimentación de grandes cantidades de concentrados ricos en fósforo en animales bajo sistemas intensivos (Gutiérrez et al., 2000; Corbera et al., 2000). Además, los concentrados en forma de pellets favorecen la formación de cálculos debido a la baja producción y flujo de saliva hacia el tracto digestivo, como resultado una disminución en la excreción del fósforo y por lo tanto aumento en la concentración de éste en orina (Gioffredo, 2014).
Revisión de Literatura
La urolitiasis obstructiva tiene distribución mundial y la mayor incidencia se da en animales confinados donde la dieta se compone principalmente de concentrados y granos. En algunos países esta enfermedad es señalada como la quinta causa más común de muerte en ovinos (Riet-Correa, 2008; Jones 2006;).
La urolitiasis debe considerarse como una función fisiológica normal del organismo, debido a que éste mecanismo es para eliminar excesos de sales minerales. Inicia en los riñones, quienes son los encargados de filtrar los desechos metabólicos de la sangre y excretarlos del organismo a través de la orina. Una inadecuada ingestión de agua y una deficiencia en el aporte de vitamina A son algunas características implicadas en el desarrollo de urolitiasis (Gioffredo, 2014).
La reducción en el consumo de agua disminuye directamente el flujo en los túbulos renales e induce la hipersaturación de los minerales solubles causando su precipitación (Van Saun, 2007). La orina es la principal vía para la regulación del estatus mineral y del balance ácido-básico del cuerpo. El pH de la orina y la concentración mineral pueden favorecer la formación de cristales minerales en el riñón o en la vejiga urinaria. Estos cristales también conocidos como urolitos, pueden transitar por la vejiga y alojarse en la uretra, provocando una obstrucción parcial o total del lumen (Van Saun, 2007). Cuando no se atiende el problema puede afectarse todo el aparato urinario, existir retención urinaria y rotura de la vejiga con la consecuente muerte del animal (Angus, 2000).
Si el agua que reciben los animales en el abrevadero es rica en sales minerales (salobre), están en mayor riesgo comparados con los que ingieren aguas blandas. (Schoenian, 2009) El origen de la formación de los cálculos está en la administración de raciones alimenticias con gran cantidad de energía y exceso de: fósforo, magnesio y calcio. Un efecto adicional son los trastornos metabólicos como la acidosis y las lesiones tubulares, provocan una mayor concentración de sustancias calculogénicas, como son: hipercalciuria, hiperfosfaturia, hipercalcemia, exceso de vitamina D y acidosis tubular renal. Verdaderamente existe una relación directa con el metabolismo del Ca, P y vitamina D, al igual que el equilibrio ácido-básico (Berumen et al., 2011; Carrasco et al., 2014).
Existen más factores que favorecen la formación de urolitiasis, como son: las alteraciones de la acidez de la orina, las inflamaciones y la bacteriuria. Sin embargo, los principales factores desencadenantes son: los cambios de alimentación, la ingestión insuficiente de agua, el transporte (Berumen et al., 2011; Carrasco et al., 2014). Durante el manejo de los ovinos la castración de los animales jóvenes es un factor que predispone a la presentación en fu forma obstructiva debido a la disminución de testosterona (Fortier et al., 2004).
Durante dos años de estudio sobre mortalidad en ovinos, el 5.3 % de las muertes se incluyeron en la categoría muerte por enfermedades del sistema urinario. Aunque no se dispuso de alguna fuente que indique el porcentaje de muertes ovinas por urolitiasis, se tiene documentado que los machos son más susceptibles a padecer la formación de cálculos en la uretra (Nava-López et al., 2006). Generalmente, la urolitiasis afecta solo a machos, en la flexura sigmoidea y la prolongación uretral también llamado apéndice vermiforme, donde es común el problema. En ovinos se presenta en primer lugar en los machos jóvenes, después en corderos de cebo y finalmente en los sementales (Berumen et al., 2006; Gioffredo, 2014; Carrasco et al., 2014). En un estudio sólo se registraron casos de urolitiasis en carneros de cabaña alimentados en corral, la mayoría de los cálculos uretrales fueron a nivel del apéndice vermiforme del pene (Suarez et al., 2011).
Signos y Lesiones
El cuadro clínico puede variar dependiendo la localización de la obstrucción, si es completa o parcial, en la mayoría de los caso se asocia con una obstrucción de la uretra, siendo más frecuente su ubicación en el arco isquiatíco, la flexura sigmoide, el pene o el proceso uretral. El problema es de aparición brusca y comienza con intranquilidad, se golpea con los miembros posteriores el vientre, se hecha, se levanta, se colocan en posición de orinar con la espalda arqueada, en ocasiones presentan erección y protrusiones peneanas, loa animales están débiles, anoréxicos y con marcha rígida, a la exploración rectal se aprecia la vejiga dilatada y concentrada, la micción es dolorosa, cuando hay orina es concentrada y de color obscuro, el cólico desencadena taquicardia, taquipnea, dilatación de pupilas, ollares y aumento de temperatura (Schoenian, 2009; Gioffredo, 2014; De Morais, 2012).
Transcurridas las horas disminuye el dolor pero el animal se mantiene deprimido, con anuria o estranguria y distención abdominal, se produce una rotura de vejiga, la orina se acumula en la cavidad subcutánea provocando una distención progresiva de los flancos (uroperitoneo), hay una ligera mejoría pero tendrá una consecuente peritonitis que lo llevara a la muerte en uno o dos días (Carrasco et al., 2014; Gioffredo, 2014).
En un caso clínico con sinología de urolitisais, se realizó una inspección externa con una moderada distención del abdomen, edema subcutáneo en la región ventral del abdomen y el prepucio, la mucosa del glande y el prepucio presentaba hematoma severo, de la cavidad abdominal se extrajeron ocho litros de orina, en la cavidad pélvica se encontró la vejiga urinaria reventada, con aumento de tamaño de los riñones, sin distinguirse el límite entre el área cortical y medular (Gutiérrez et al., 2010).
A la necropsia se encuentran en estos animales unas formaciones denominadas "piedras de trébol" que ocupan la pelvis renal. Estas estructuras son de color verde, adoptan la forma de la pelvis renal y suelen calcificarse. Se cree que el alto contenido de estrógenos de las pasturas provoca una intensa descamación celular a nivel renal, la que actúa como sedimento orgánico que atrae las sales minerales, y que no puede ser eliminado, causando una completa obstrucción de las vías urinarias. En los casos de rotura de vejiga suele encontrarse mucho líquido (orina), y se observa congestión y hemorragia en la mucosa vesical, junto con numerosos cálculos (de 2 a 7mm de diámetro) en su superficie o en alguna parte de la uretra, el peritoneo tiende a inflamarse de forma difusa (peritonitis difusa). Si además en la dieta de estos animales hay un gran porcentaje de alimentos concentrados, con una incorrecta relación Calcio-Fósforo, como suele ocurrir, es posible la aparición de episodios masivos de obstrucciones urinarias (Oliver 2010).
Diagnóstico
El diagnóstico de la urolitiasis obstructiva en pequeños rumiantes es complicado, se basa en la historia clínica de los animales afectados, la anamnesis resultan de gran ayuda, la revisión de la historia y el ambiente donde se encuentra el animal, tipo de alimentación, el lugar en donde vive, el manejo al que se le somete, la época del año y cualquier otro dato relacionado con su entorno (Meneses 2007, Riet-Correa 2008, Alfonso y Guaraná 2008, Stuchi 2010). Los exámenes complementarios: radiológicos, ultrasonográficos, análisis de orina, evaluación de las variables bioquímicas séricas y la bioquímica urinaria pueden revelar exceso de uno o varios minerales contenidos en el urolito (Pibot, 2006). La Prueba de la Apnea resulta negativa, esta prueba consiste en comprimir ambos ollares del animal durante 30 segundos, al cabo de los cuales, al soltarlos, el 90% de los ovinos y los caprinos orinan espontáneamente (Gioffredo, 2014).
Prevención
Se debe fomentar el consumo de alimentos verdes y frescos, ya que contienen cantidades más adecuadas de minerales. Asimismo es recomendable el consumo de henos como el de alfalfa, de buena calidad, porque a su cantidad natural de calcio le agregan el hecho de que obligan a aumentar la masticación y la salivación del animal. La saliva es una importante fuente de eliminación de Fósforo hacia el rumen. En los sementales se debe realizar la evaluación periódica de la cristaluria, que consiste en obtener periódicamente orina de todos los machos por medio de la prueba de la apnea, dejarla reposar 30 minutos y medir la altura del sedimento es recomendable (Gioffredo, 2014).
La adición de 1 a 2% de carbonato de calcio a la dieta de engorda rica en granos de maíz o sorgo y evitar el uso de hormonas como el etil-dietil-estrol sobre todo en machos castrados puede prevenir este problema (Berumen et al., 2011). Los contenidos recomendados de Ca y P en la ración son de 3.5 y 10 g/kg MS, ingerida, respectivamente. La riqueza en P en concentrados ricos en cereales y en tortas es elevada y, por tanto, no es necesaria la complementación. Sin embargo, para prevenir la aparición de cálculos urinarios es necesario administrar Ca, se considera una relación adecuada de Ca:P 2.5:1 (Mendizabal y Porroy, 2005). La acidificación de la orina ha demostrado ser un método práctico para prevenir la formación de urolitos en ovejas, el cloruro de amonio es el agente acidificante que reduce el PH (Ferreira, 2010).
Tratamiento
Se recomienda enviar al rastro a los animales de engorda que presentan síntomas debido al pronóstico de la enfermedad (Berumen et al., 2011). Las técnicas quirúrgicas descritas son la resección del proceso uretral, la uretrotomía perineal, cistotomía, cistotomía percutánea y cistotomía con colocación de sonda (Streeter et al., 2002; Fazili et al., 2010).
Frecuentemente el cálculo esta atorado en uretra extrapeniana y es suficiente un corte con tijera por delante de la obstrucción para restaurar el flujo de orina, para realizar el procedimiento se debe sentar al animal y extraer el pene. Las técnicas quirúrgicas empleadas para eliminar la obstrucción del flujo de orina es baja y costosa para los propietarios pues es una solución temporal y reincidente ocasionada por origen metabólico (Haven et al., 1993; Gill y Sod, 2004; Gioffredo, 2014). Pero la cistotomía laparoscópica asistida con la implantación del catéter es factible para la eliminación de urolitos en borregos que sufren de urolitiasis obstructiva (Franz et al., 2009).
Para el tratamiento se deben administrar espasmolíticos específicos para la musculatura lisa de las vías urinarias. Un ejemplo son los derivados de la hioscina o floroglucinol aplicados vía intramuscular o endovenosa con intervalos de 6 a 8 horas. También deben utilizarse analgésicos como derivados de la pirazolona en dosis de 2 gr cada 6 horas. El proceso provoca una cistitis con focos infecciosos en la vejiga causada por la excesiva colecta de orina, por lo tanto estos animales deben recibir antibióticos y antiiflamatorios. Si no hay respuesta positiva al tratamiento se debe proceder a la intervención quirúrgica. En estos animales es posible colocar una sonda dentro de la vejiga y abocarla al exterior para que pueda eliminar la orina a través del conducto. El animal no debe ser anestesiado ya que el compromiso orgánico es severo, si se procede a ello se debe realizar anestesia local, paravertebral o epidural (2 c.c. de xilocaína al 2 %). La talla vesical es un procedimiento de urgencia que permite salvar la vida del animal sin afectar su capacidad reproductiva, pero obviamente no elimina el problema. Si al cabo de algunas semanas el enfermo no ha recuperado espontáneamente su capacidad urinaria, debe someterse a una uretrostomía, realizada en un ambiente más adecuado lo que mejorará las posibilidades de mantener su capacidad reproductiva del semental (Gioffredo, 2014).
Practicando todas las medidas higiénicas prequirúrgicas conocidas, se procede a realizar una laparotomía paramediana retroumbilical derecha. Se localiza la vejiga, se la drena con una aguja gruesa unida a un largo catéter, y a continuación se practica una incisión en el piso de la vejiga por el que se deben realizar lavados y remoción de todos los cristales o arenilla que haya en el fondo. Para estos lavados se puede utilizar azul de metileno (AZM), ácido nalidíxico, EDTA o solución fisiológica (Gioffredo, 2014; Cabrera et al., 2014).
Conclusión
La urolitiasis obstructiva ovina se presenta con mayor frecuencia en machos alimentados con dietas altas en concentrados a base en granos de maíz y sorgo e inadecuada relación calcio fosforo. Las aguas mineralizadas que los ovinos ingieren son un factor predisponente de urolitiasis, si los animales presentan síntomas de la enfermedad se recomienda enviarlos al rastro