Introducción
Debido al incremento constante del precio de granos y cereales, la etapa en el desarrollo y la finalización de ganado bovino en corrales de engorda, incrementó sus costos de producción. Por lo tanto, se buscan alternativas alimenticias de bajo costo que favorezcan el rendimiento óptimo del ganado y garanticen la inocuidad de la carne. En este sentido se puede decir que el concepto de calidad en canales de ganado bovino ha evolucionado; tanto en el mercado interno como para exportación, se enfrenta el reto de producir carne de excelente calidad en el menor tiempo posible, con el fin de hacer rentable y eficiente la empresa ganadera. No obstante, en términos del mercado internacional, se consideran de calidad aquellas canales bien conformadas, con un elevado contenido de músculo y suficiente cantidad de grasa intramuscular, para satisfacer los requerimientos organolépticos del consumidor (Monsón et al., 2005).
La biotecnología aplicada a la nutrición animal, ha generado una serie de aditivos alimenticios, cuya función biológica es mejorar la actividad de los microorganismos del rumen, y de esta forma incrementar la eficiencia de utilización de los nutrientes aportados por la dietas consumidas por los bovinos en corrales de engorda. Los principales aditivos alimenticios que se utilizan con mayor frecuencia en dietas, para ganado bovino en engorda intensiva, son: ionóforos, levaduras y enzimas fibrolíticas.
La acción biológica de los ionóforos, está relacionada directamente con las vías metabólicas que incrementan la producción de ácido propiónico y el recambio de la glucosa corporal (Van Soest, 1994). Esta acción se debe en parte a un proceso de selección biológica de bacterias resistentes que metabolizan más propionato y succinato, y menos acetato, butirato, formato y metano (Cobos, 1996). También se ha demostrado que los ionóforos reducen la degradación de la proteína e incrementan la cantidad de proteína de sobrepaso que llega al abomaso (Cain, 1987).
En el caso de las levaduras, se ha encontrado que adicionadas a dietas de bovino productores de carne, incrementan la digestión y flujo de nitrógeno; la concentración de nitrógeno amoniacal ruminal, modifican la tasa de recambio ruminal de líquidos y mantienen el pH ruminal por tiempo prolongados después de la alimentación (Adams et al., 1981; Erasmus et al., 1992); (Martín et al., 1989; Murillo et al., 2000a).
Por lo que respecta a las enzimas fibrolíticas, los estudios indican que mejoran la digestibilidad de la fibra en dietas altas en concentrados (Zinn y Salinas, 1999), lo cual puede mejorar el empleo de los nutrientes en los rumiantes. Esta acción se atribuye a que las posibles deficiencias de las enzimas fibrolíticas presentes en el rumen, pueden ser parcialmente superadas con la suplementación de las dietas con enzimas fibrolíticas (Murillo et al., 2000b).
Con el uso de ionóforos, levaduras y enzimas fibrolíticas en dietas de desarrollo y finalización, se han obtenido incrementos significativos en las ganancias diarias de peso y la conversión alimenticia de bovinos en engorda intensiva (Duffield et al., 2012; Swyers et al., 2014; He et al., 2014). Además de estos aditivos, una nueva alternativa es el uso de precursores glucogénicos elaborados a base de propionatos (Sánchez et al., 2014), los cuales favorecen la producción de energía a partir de la oxidación de glucosa a ácido pirúvico, en la ruta de la glucólisis (Van Soest, 1994). O bien a través del ciclo de Krebs en la ruta del succinato, donde se transforma en propionil CoA, para después formarse propionato; y finalmente piruvato a glucosa (McKee y McKee, 2013). La glucosa así formada representa una fuente extra de energía, la cual es utilizada por el animal para promover mayores incrementos diarios de peso, así como mejores conversiones alimenticias; y por lo tanto mejores rendimientos en canal. En México, la evaluación de este tipo de aditivos en la alimentación del ganado es incipiente y resulta relevante su evaluación en dietas de crecimiento y finalización de ganado bovino en corral de engorda. Por lo tanto, el objetivo de la investigación fue evaluar los efectos de un precursor gluconeogénico sobre el rendimiento productivo y las características de la canal de becerros en corral de engorda.
Material y Métodos
Descripción y localización del estudio
El presente estudio se realizó en el Ejido de Praxedis Guerrero (La Loma), situado en el km 12.5 de la carretera Durango-Mezquital; con una altitud de 1890 msnm, con temperatura promedio de 31°C durante los meses de mayo y junio y de 1.7°C en el mes de enero; la precipitación media anual es de 450 mm (INEGI, 2004).
Animales y dietas experimentales
La prueba duró 120 días, se utilizaron 16 becerros cruzados de diferentes razas de ganado bovino (Bos taurus y Bos indicus) de un peso promedio de 260 ± 5 Kg. Al ingreso al corral de engorda, los becerros fueron pesados, desparasitados, vitaminados, vacunados y alojados en corraletas individuales de 3x6 m provistas con bebederos y comederos. Las dietas experimentales fueron isonitrogenadas e isoenergéticas, se formularon de acuerdo a los requerimientos para bovinos de carne en crecimiento recomendados por la NRC (2000). La composición de las dietas y su perfil nutricional se muestra en la Tabla 1.
Tratamientos experimentales
Los tratamientos evaluados consistieron en 4 niveles de un precursor glucogénico comercial (Lipofeed (r)) (0, 20, 40 y 60 g a/d). La cantidad de precursor glucogénico se mezcló con los ingredientes de las dietas. Las dietas se proporcionaron a los animales en dos horarios 7:00 y 19:00 horas. El consumo de cada dieta se restringió al 2.8% del peso vivo de los animales (Zinn et al., 2000).
Fases de la engorda y variables de respuesta
La prueba de alimentación duró 120 días, de los cuales en los primeros 15 días, se les ofreció a los becerros una dieta con 50 % de forraje y 50 % de concentrado (fase de inicio). Los siguientes 15 días se incrementó a 65 % el concentrado (fase de transición); y al término de esta fase, los animales se finalizaron durante 90 días, con 70 % de concentrado y 30 % forraje. Con el propósito de obtener la ganancia diaria de peso y ajustar los consumos individuales de materia seca, los becerros se pesaron cada 14 días. Para el cálculo del consumo de materia seca de los animales, durante los últimos diez días de cada mes, se tomaron muestras del alimento rechazado por cada animal. Con la ganancia diaria de peso y el consumo de materia seca de los animales se estimó la conversión alimenticia (Kg de MS consumida /Kg de peso incrementado).
Características de la canal
Al concluir los 120 días de la prueba de alimentación los becerros fueron sacrificados en un rastro tipo inspección federal, perteneciente a la Unión ganadera del estado de Durango. El sacrificio se realizó mediante aturdimiento con pistola de perno cautivo. Las canales fueron cortadas longitudinalmente y se registró el peso de la canal caliente en una báscula de riel electrónica. El espesor de la grasa dorsal (EGD) y el área del ojo de la costilla (AOC), fueron medidos en la canal fría a la altura de la 12a costilla 24 horas después del sacrificio; de acuerdo a las normas establecidas por la USDA (Kempster et al., 1982). El EGD se midió con un vernier. El rendimiento (R) se calculó de la siguiente manera: peso de la canal caliente/ peso final)*100.
aMonensina adicionada en 2 g a/d/d
bValores tabulares generados con el programa sin tomar en cuenta el aporte nutricional de Lipofeed (r), NRC (2000)
Análisis estadístico
Las variables de rendimiento productivo y de las características de la canal se analizaron mediante un diseño completamente al azar con 4 tratamientos (dietas) y 4 repeticiones (becerros); y para separar las medias de los tratamientos se utilizó la prueba de Tukey (Snedecor y Cochran, 1989). Los datos se analizaron de acuerdo a los procedimientos GLM de SAS (2003).
Resultados y Discusión
Comportamiento productivo
En la Tabla 2 se muestran las variables de comportamiento productivo de los becerros registradas durante el periodo de engorda. El PF y la GDP fueron diferentes entre los tratamientos (P<0.05). Con T2 el peso final (PF) fue 12.8 % más alto que el tratamiento control (T1); mientras que con T2 la GDP incrementó 21.2 % con respecto al tratamiento control (T1). El consumo de materia seca (CMS) más bajo, se registró con T2 y fue diferente a los otros tratamientos (P<0.05). La mejor CA se obtuvo con T2 en comparación con la CA, obtenida con los demás tratamientos (P<0.05); es decir con T2 el ganado consumió una menor cantidad de materia seca para producir un kilogramo de peso vivo.
T1 | T2 | T3 | T4 | EED | |
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Peso Final, kg | 436.6d | 492.6a | 466.6b | 459.3c | 3.7 |
GDP, kg/d | 1.27d | 1.54a | 1.42b | 1.38c | 1.2 |
CMS,kg/d | 11.2a | 10.2b | 11.4a | 11.1a | 1.0 |
CA | 8.8a | 6.6c | 8.0b | 8.0b | 2.6 |
abcMedias dentro de las hileras con literales distintas son diferentes (P<0.05). GDP= ganancia diaria de peso; CMS= consumo de materia seca; CA= conversión alimenticia
Existe poca información científica relacionada a la respuesta productiva de becerros suplementados con propionatos; sin embargo, Corona et al. (2005) y Scott et al. (2003) reportaron valores inferiores a los registrados en este estudio en la GDP, CMS y CA en becerros en corral de engorda alimentado con dietas similares en ingredientes y en proporciones forraje: concentrado.
Las diferencias observadas entre nuestro estudio y los trabajos antes mencionados, pueden explicarse a partir de la densidad energética de las dietas consumidas por el ganado en ambos estudios (Núñez et al., 2014). Cabe mencionar que los carbohidratos presentes en las raciones proporcionan más del 50% de la energía que efectúa el trabajo metabólico. El metabolismo de los carbohidratos o de los compuestos formados a partir de compuestos diferentes a los carbohidratos, como los propionatos; proporcionan energía que se almacena como glucógeno, que sirve para la síntesis de aminoácidos no esenciales; y ante un exceso de carbohidratos, la síntesis de ácidos grasos; lo cual podría tener como efecto el aumento en la masa muscular de los animales.
Características de la canal
En la Tabla 3 se muestran las características de la canal de becerros en corral de engorda suplementados con un precursor glucogénico. No se observaron efectos de tratamientos sobre el espesor de la grasa dorsal (P>0.05); no obstante, el PCC fue diferente entre tratamientos (P<0.05). Con T2 el peso de la canal caliente fue 14.9 %, más alto que el tratamiento control (T1). También con T2, se obtuvo el valor más alto en el AOC, en relación con los otros tratamientos evaluados (P<0.05). Con T2 el AOC fue 20.5 % más alto que el tratamiento control (T1), y no se registraron diferencias en el AOC entre T3 y T4 (P>0.05). No se observaron diferencias en el rendimiento de la canal (RC) entre T1, T2 y T3 (P>0.05); aunque las medias de estos tres tratamientos fueron diferentes a T4 (P<0.05).
T1 | T2 | T3 | T4 | EED | |
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EGD, cm | 0.33a | 0.79a | 0.70a | 0.80a | 0.07 |
PCC, kg | 260.6d | 299.6a | 281.3b | 269.5c | 3.64 |
AOC, cm2 | 84.6c | 102.0a | 92.6b | 91.3b | 2.64 |
RC, % | 59.6a | 60.8a | 60.2a | 56.7b | 0.33 |
abcd Medias dentro de las hileras con literales distintas son diferentes (P<0.05). EGD= espesor de la grasa dorsal; PCC= peso de la canal caliente; AOC=área del ojo e la costilla; RC=rendimiento de la canal
De igual manera, no se encontraron estudios en los cuales se evaluaran los efectos del precursor glucogénico en las características de la canal de ganado bovino en corral de engorda. Sin embargo, Boles et al., (2004) con dietas similares, encontró PCC menores a los registrados en este estudio en novillos en corral de engorda. Así mismo, Schoonmaker et al. (2010) y Depenbush et al. (2009) en condiciones experimentales similares a las de este estudio, obtuvieron incrementos de 2% en el PCC en novillos finalizados en corral de engorda. Por lo que respecta al AOC Buckner et al., (2008) reporta 94.5 cm2 en bovinos finalizados en corral de engorda.
Las canales obtenidas en el presente estudio pueden considerarse de grado 1, puesto que de acuerdo con las normas establecidas por la USDA, las canales de bovinos con rendimientos por encima de 52 %, se consideran dentro de este nivel de calidad. Este nivel describe a una canal cubierta con una capa delgada de grasa sobre el lomo y la costilla, así como depósitos pequeños de grasa en el riñón, pelvis y corazón (Hale et al., 2013). En este trabajo se registraron rendimientos de la canal superiores a los reportados por Hernández et al. (2009).