INTRODUCCIÓN
La anovulación es una de las principales causas de infertilidad en diferentes hembras de animales domésticos, dado que retrasa la oportunidad de que la hembra quede gestante. Uno de los tipos de disfunción observados en yeguas es la presencia de folículos anovulatorios persistentes (FAP, McCue & Squires, 2002), folículos hemorrágicos anovulatorios (HAFs; Cuervo-Arango & Newcombe, 2012),o también llamados folículos luteinizados (LUF, Bashir et al., 2016). Estas estructuras se presentan cuando un folículo preovulatorio que tuvo un desarrollo normal, no logra romperse u ovular y el antro folicular se llena de sangre, proveniente del rompimiento de vénulas y arteriolas que irrigan las células de la granulosa. La presencia de HAFs/LUF, es la forma más común de anovulaciones en la yegua. Estudios previos han reportado una incidencia de 22.2 % en yeguas en el Reino Unido (Lefranc & Allen, 2003), y de 24 % durante la temporada reproductiva en yeguas cuarto de milla en Estados Unido de América (Ginther et al., 2008); no obstante, también se ha reportado la presencia de HAFs durante la época de transición; es este sentido, McCue & Squires (2002) determinaron, una incidencia de 8.2% de HAFs, en 1845 ciclos estrales registrados durante un periodo de 5 años en la Universidad de Colorado, USA.
Una yegua con presencia de HAFs manifiesta signos típicos del estro de manera repetida y prolongada; sin embargo; no logra liberar el ovocito, por lo cual no existirá gestación. Se ha reportado que dichos folículos anovulatorios afectan negativamente la tasa de ovulación (Gerard & Robin, 2019).
Adicionalmente, un HAF, por lo general sufrirá un proceso de luteinización, es decir, desarrolla de tejido lúteo vascularizado ante la ausencia de ovulación, el antro folicular se llena de sangre, el cual se aprecia con focos ecogénicos y hebras o coágulos que dan la apariencia de fibrina (Jacob et al., 2009).
La presencia de HAFs, se ha asociado con algunos factores de riesgo, tales como el momento en la temporada reproductiva, edad y la utilización de sustancias exógenas y hormonales (Ginther et al., 2008).
Los HAFs generalmente deben identificarse mediante la ecografía, y se han utilizado hormonas para incrementar la liberación o concentración de hormona luteizante, entre ellas se encuentran la Gonadotropina Coriónica humana (hCG), con resultados de 88.3% de ovulación dentro de las primeras 48 horas de aplicada (McCue et al., 2007) y el Acetato de deslorelina, un análogo de la (GnRH), el cual ha presentado una efectividad de 90.1% de ovulación durante las primeras 48 horas (McCue et al., 2007). En este mismo sentido, Finan et al. (2016), determinaron que la utilización de deslorelina en folículos de tamaño ≥30 mm mostraron una respuesta significativa con un 93.75% de ovulación. En México se han realizado pocos estudios para determinar la incidencia fallas anovulatorias en las yeguas. Es posible que ante su presencia el técnico administre en algunos casos hormonas exógenas para su tratamiento, y en otros casos se dejen pasar hasta que la yegua por sí sola presenta una ovulación efectiva.
El objetivo del presente estudio fue evaluar la respuesta reproductiva en yeguas criollas tratadas con acetato de deslorelina.
MATERIAL Y MÉTODOS
Área de estudio: el presente estudio se realizó durante los meses de abril-agosto de 2020, en la comunidad de Santa Clara de Valladares del municipio de Tocumbo, Michoacán, México; localizado al Oeste del estado a 10231´19´´ de Longitud Oeste y 1942´10´´de Latitud Norte, a una altitud de 1604 msnm, precipitación pluvial promedio de 800-1300 mm por año, con clima subhúmedo con lluvias en verano y una temperatura que oscila entre los 16-26°C (INEGI, 2009).
Animales: se utilizaron 10 yeguas criollas, con una edad entre 3 y 11 años, peso vivo entre 350 a 450 kilogramos, alzada a la cruz entre de 1.55-1.65 metros y una condición corporal de 4 a 6 puntos en la escala de Henneke (1984); ninguna de ellas estaba amamantando y tampoco tenían historial de problemas reproductivos previos. Las yeguas fueron alimentadas con una misma dieta, tomando como base el 8 % del peso vivo de la hembra, considerando una concentración de 80:20 de forraje y concentrado, respectivamente. El forraje fue heno de avena y el alimento comercial como concentrado. El agua para bebida estuvo disponible ad libitum.
Tratamientos hormonales: previo al inicio del experimento las yeguas fueron sometidas a una revisión ecográfica diagnóstica con un equipo de ultrasonido transrectal de 7.5 MHz, para conocer su estado reproductivo, ovárico y uterino. Todas las hembras fueron tratadas con una dosis de 5 mg de prostaglandina F2α (PGF2α, Dinoprost, Lutalyse, Zoetis NZ®), para sincronizar el ciclo estral mediante la lisis del cuerpo lúteo, e iniciar el desarrollo de la fase folicular en un mismo tiempo y obtener condiciones ováricas homogéneas.
Posteriormente las yeguas fueron distribuidas en dos grupos: Grupo control (GC; n=5), el cual recibió la aplicación por vía intramuscular (im) de 1 ml de agua destilada como placebo, y el grupo experimental (GD; n=5), el cual recibió la aplicación, im, de 1.5 mg de la hormona clorhidrato de deslorelina. En ambos grupos la aplicación del placebo o la hormona se realizó cuando el folículo dominante alcanzó un diámetro ≥35 mm. En total se registraron 77 ciclos estrales, 43 en el GC y 34 en el GD.
Las yeguas que presentaron ovulación y desarrollo de un cuerpo lúteo funcional alrededor del día 9 del ciclo estral recibieron una dosis de 5 mg (im) de PGF2α (Dinoprost, Lutalyse, Zoetis NZ®) con la intención de reiniciar la dinámica folicular.
Revisión ovárica: la revisión ovárica de las yeguas de ambos grupos se realizó con un ultrasonido (US) de 7.5 Mhz (Sonoescape S23, USA®), a intervalos de 24 h para determinar la tasa de crecimiento folicular por día y previo al momento de la ovulación, la revisión ovárica se realizó a intervalos de 6 h.
La incidencia (%) de folículos hemorrágicos anovulatorios, se estableció cuando a la observación con el US un folículo mostraba signos de hemorragia interna formando el estigma folicular, pero sin que la ovulación tuviera lugar.
Para evaluar la eficiencia reproductiva se incluyeron los siguientes parámetros: el crecimiento folicular por día, diámetro folicular a la ovulación, tiempo a la ovulación después de la aplicación de la hormona y la tasa de ovulación.
El crecimiento folicular por día (mm), se evaluó colocando el cursor del US en forma de cruz desde los bordes superior e inferior y derecho e izquierdo de cada folículo 35 mm, para registrar el diámetro promedio en cada día de evaluación; el crecimiento folicular por día se calculó restando el diámetro actual al del día previo.
Una vez que se observó el estigma en el folículo de Graff, la revisión ecográfica se realizó a intervalos de 6 h, registrando el diámetro a la ovulación (mm) y el tiempo de ovulación (h), el cual fue considerado como el tiempo transcurrido entre la aplicación de la hormona hasta el rompimiento folicular, y se confirmó mediante la observación de la fosa ovulatoria hemorrágica y con la aparición de uno o más cuerpos lúteos.
Por otra parte, la tasa de ovulación (%) fue considerada como número total de folículos que lograron la ovulación en cada uno de los ciclos estrales evaluados en las yeguas de ambos grupos, multiplicado por 100 y dividido entre el número de folículos dominantes que desarrollaron sobre la superficie del ovario.
Análisis estadístico: los resultados obtenidos de las variables incidencia (%) de folículos anovulatorios y tasa de ovulación (%), fueron sometidos a una prueba de X2, en un cuadro de contingencia 2x2. El crecimiento folicular por día (mm), diámetro folicular a la ovulación (mm) y tiempo (h) a la ovulación, fueron evaluados mediante una prueba de medidas repetidas en un modelo mixto, donde la yegua fue el efecto aleatorio, el tratamiento el efecto fijo y el ciclo estral de cada yegua como medida repetida. La comparación entre tratamientos se realizó mediante la prueba de mínimos cuadrados. El valor de significancia considerado fue p<0.05 y todos los análisis se realizaron en el paquete estadístico SAS (SAS, 2013).
RESULTADOS
La incidencia de folículos anovulatorios fue de 25.58% (11/43 estros observados) en yeguas del GC; mientras que en el GD fue de 5.8% (2/34 estros tratados). Las diferencias observadas entre ambos grupos fueron estadísticamente significativas (X2=3.83).
El crecimiento folicular por día en yeguas criollas del estado de Michoacán no mostró diferencias (p>0.05) entre los grupos de yeguas, observando un crecimiento diario de 2.15±0.19 mm para el GC y de 2.42±0.16 mm en el GD.
El diámetro folicular a la ovulación no mostró diferencias significativas (p>0.05) entre los grupos estudiados, observando un promedio folicular de 44.08±0.63 mm y 44.94±0.78 mm en yeguas del GD y GC, respectivamente.
El tiempo (h) a la ovulación fue de 39.45±2.95 h para el GD, mientras que para el GC fue de 89.47±3.62 h. Las diferencias observadas entre ambos grupos fueron estadísticamente significativas (p<0.01) y represento una diferencia de 50 h a favor del GD.
La tasa de ovulación fue de 74.41% (32/43 ciclos estrales observados) y de 94.11% (32/34 ciclos estrales), en el GC y GD respectivamente; lo que indica un efecto favorable del acetato de deslorelina (X2=4.76).
DISCUSIÓN
La incidencia de HAFs observada en el presente estudio fue similar a lo reportado por Ginther et al. (2008), quienes observaron un 24% durante la temporada reproductiva en yeguas cuarto de milla. En el mismo sentido, Lefranc y Allen (2003), reportaron una incidencia de HAFs 22.2 % en yeguas. Por el contrario, otros autores (McCue y Squires, 2002) observaron una incidencia de HAFs menor al 10%, durante la temporada de transición.
Otros estudios, como los realizados por Cuervo-Arango & Newcombe (2010), observaron un efecto de la edad sobre la incidencia de HAFs de 13.1% en yeguas de 6-10 años; mientras que en yeguas mayores de 10 años, la incidencia fue del 24%, lo que indica que la temporada reproductiva y edad de la yegua, pueden ser factores predisponentes a la formación de folículos hemorrágicos anovulatorios (Ginther et al., 2008). Estudios previos en México (López et al., 2010), reportaron la presencia de folículos anovulatorios; sin embargo, no se indica la incidencia observada.
La yegua es una especie con reproducción estacional y tiene un periodo de transición ovárica en primavera, entre el anestro de invierno y la renovación de su ciclicidad durante la estación reproductiva. Durante la transición de primavera las concentraciones de LH son bajas, posiblemente causadas por el efecto de la melatonina bloqueando la hormona liberadora de gonadotropinas (Satue & Gordon, 2020). Lo anterior explica por que las yeguas pueden presentar ondas foliculares anovulatorias, que pueden incluso, alcanzar el tamaño de los folículos preovulatorios y convertirse en HAFs con mayor predisposición (Watson & Al-Zi’abi, 2002).
Con respecto a la edad, en la yegua como en los demás animales domésticos existen cambios degenerativos asociados con los HAFs, se da a partir de la alteración en la síntesis de la enzima glutatión peroxidasa y enzima encargada de la eliminación de especies reactivas a oxígeno; si esta hormona se encuentra restringida, los ovocitos y las células de la pared del folículo pierden su capacidad para responder a la colagenasa, limitando el efecto de la hormona LH sobre las células de la teca interna, permitiendo que solo adelgace las paredes del folículo (Ginther & Beg, 2011), hecho que aún con el efecto físico de la ovulación no es capaz de romper la pared folicular y liberar el material genético, dando origen así al folículo anovulatorio (Morel et al., 2005).
El uso de agentes exógenos y hormonales con intención de inducir a la ovulación como la LH o análogos del GnRH, han tenido como resultado alteraciones ovulatorias y/o formación de HAFs (Cuervo-Arango & Newcombe, 2010). Estudios previos realizados por Schauer et al. (2013), planteaban que la hormona LH no interrumpía los patrones de crecimiento folicular ni la ovulación; sin embargo, sí alteró los factores del fluido folicular que podrían interrumpir la maduración de los ovocitos o folículos (Burden et al., 2015). La hormona LH permite que a través de la activación de la matriz de las metaloproteinasas y la activación de plasminógenos, se presente la remodelación tisular del folículo, ya que a mayor concentración de E2 y LH se incrementa la colagenasa III en el estroma ovárico y disminuye la colagenasa I en la periferia del folículo dominante (Smok & Rojas, 2010). Esta hormona también tiene una participación estrecha con las prostaglandinas que se encargan de provocar la ovulación con las COX II (Cuervo- Arango & Martínez-Boví, 2016). La producción de LH, previo a la ovulación es la encargada de luteinizar estos folículos, permitiendo que haya una infiltración de células grasas a través de la pared del folículo ,y de esta manera se luteiniza, hecho que bloquea la salida del ovocito.
En el presente estudio, la aplicación del acetato de deslorelina, fue eficaz para reducir la incidencia de HAFs en yeguas criollas en el estado de Michoacán; es posible que su efectividad se debió a su efecto promotor en la amplitud y frecuencia de los pulsos de liberación de la LH hipofisiaria, provocando la activación de la colagenasa y por ende desencadeno la ovulación, evitando la formación de HAFs. (Squires et al., 1994).
Respecto al crecimiento folicular por día, los resultados encontrados en este estudio son similares a los reportados por Donadeu & Pedersen (2008); no obstante, McCue (2007a) y McCue (2007b), quienes observaron un crecimiento folicular diario que oscilo de 2.1 a 4.3 mm por día. Las alteraciones en dicho crecimiento implican que el momento preciso de la ovulación no sea estimado con certeza, ya que su comportamiento es impredecible y pueden ovular de manera espontánea, por lo cual requieren de una mayor atención con respecto al momento de la ovulación, debiendo ser monitoreadas ecográficamente de manera frecuente (Dordas-Perpinyà et al., 2020).
Uno de los factores frecuentemente utilizados como un criterio práctico para predecir la ovulación en la yegua, es el diámetro folicular, dado que es un método simple y relativamente fácil de monitorear cuando se cuenta con la experiencia en el uso del ultrasonido (Cuervo-Arango & Newcombe, 2008). Los trabajos realizados han evidenciado un rango de 34 a 70 mm en el diámetro de folículos preovulatorios 24 h previas a la ovulación, donde la raza de la yegua, condición corporal y la época del año, juegan un papel importante; por ello se hace uso de tratamientos hormonales y poder predecir el momento oportuno para dar servicio a la yegua e incrementar la eficiencia reproductiva.
Al respecto, Cuervo-Arango & Newcombe (2008) encontraron que el diámetro del folículo preovulatorio disminuye cuando se aplica un tratamiento hormonal respecto al diámetro folicular de ovulación espontánea o natural. Estos autores reportaron un diámetro folicular de 38.82±0.83 y 44.18±1.22, tratadas con 1500 UI de hCG en yeguas con ovulación espontánea, respectivamente. También observaron un diámetro folicular menor en yeguas tratadas con PGF2 (39.42±1.77 vs 47.77±2.00) con un implante de 2.6 mg de deslorelina (34.25±0.65 vs 40.92±1.38) con respecto a la ovulación natural.
El uso de los diferentes compuestos hormonales ha supuesto un diámetro folicular al momento de la ovulación similar al observado en el presente estudio. Dolezel et al. (2012), reportaron un diámetro folicular entre 44 y 48 mm. Dordas-Perpinyà et al. (2020), no reportaron diferencias significativas en el diámetro folicular de yeguas tratadas con acetato de buserelina (6 mg) o con eCG (1500 UI); éstas alcanzaron un diámetro folicular promedio de 40.98±0.55 mm y de 41.45±0.59 mm, respectivamente. En este mismo estudio se realizó el tratamiento de yeguas con 3 o 6 mg de acetato de buserelina y tampoco se reportaron diferencias significativas entre ambos grupos, encontrando un diámetro folicular de 41.64±3.63 mm y 41.95±3.79 mm, respectivamente.
De igual manera Dordas-Perpinyà et al. (2020), evaluaron la eficacia de diferentes tratamientos hormonales en yeguas e incluyeron 0.1 mg de triptorelina, 1500 UI de hCG, 3, 2 y 1 mg de acetato de buserelina y observaron el diámetro folicular por tratamiento a la ovulación de 42.1±2.8, 43.1±4.2, 42.5±2.9, 42.6±2.8, 43.7±3.8 mm, respectivamente; siendo diferentes (p<0.01) con respecto al diámetro folicular en ovulación espontánea, el cual fue de 45.6±5.3 mm, media superior a los tratamientos hormonales e incluso ligeramente superior a lo observado en nuestro estudio.
Algunos autores (Cuervo-Arango & Newcombe, 2008) han señalado que los tratamientos hormonales para inducir a la ovulación disminuyen el tamaño del folículo preovulatorio, en comparación con la ovulación natural; y aunque existe poca información al respecto, es posible que el incremento en la concentración de LH, ya sea por la administración de agonistas de GnRH como deslorelina, buserelina u otros, o bien por análogos como hCG, provocan una disminución de la actividad hipofisiaria para la producción de hormona folículo estimulante, limitando el crecimiento folicular, permitiendo la ovulación más temprana que cuando se mantiene el crecimiento folicular natural.
El tiempo transcurrido desde la aplicación de la hormona deslorelina y otros análogos del GnRH reducen significativamente el tiempo de ovulación. Estudios previos (Miki et al., 2016), con yeguas con un diámetro folicular igual o mayor que 35 mm, han reportado un incremento en los niveles de LH dentro de las primeras 6 a 24 h de aplicación en yeguas de tiro pesado, en contraste con los picos de LH reportados 1 a 2 días después de la ovulación, según los patrones normales reportados para yeguas (Meinecke et al., 1987). La liberación anticipada de LH disminuye la posibilidad de luteinizar el folículo preovulatorio e infiere positivamente en la disminución de folículos anovulatorios.
Los resultados obtenidos en el presente estudio para la tasa de ovulación son similares a los reportados por Finan et al. (2016), quienes trabajaron con yeguas nativas de Australia, observando un 93.7% de ovulación, utilizando un implante subcutáneo de 1.25 mg de deslorelina.
Los resultados obtenidos en el presente estudio con respecto a la ovulación, son similares a los obtenidos en diferente posición geográfica y raza de las yeguas, hecho que podía predecirse, ya que la hormona y sus análogos demostraron resultados positivos, comprobando su respuesta terapéutica sobre los gonadótrofos por su efecto análogo de la LH (D’Oliveira et al., 2019).