Introducción
El presente artículo es una aproximación a la novela Sueño en el pabellón rojo, obra cumbre de la literatura china cuyo argumento transcurre durante la época feudal del siglo XVIII, con el fondo del florecimiento y la decadencia de cuatro grandes familias. Pocas obras literarias tienen la capacidad de representar a un país gracias a su alcance y su difusión internacional. Ejemplos representativos son el Quijote en España o el Mahābhārata en India, y en China deberíamos referirnos sin duda a Sueño en el pabellón rojo de Cao Xueqin. El presidente Mao Tse-Tung comentó en su libro Las diez grandes relaciones (1976, 7) que los principales motivos de orgullo para los chinos son: “disponer de un territorio extenso y abundantes recursos, una innumerable población, una larga historia y Sueño en el pabellón rojo en su literatura”. La única versión completa traducida directamente del chino al español es de 2005 y fue realizada por Zhao Zhenjiang y José Antonio García Sánchez, publicación que sin duda ha incrementado notablemente la atención prestada a esta obra en el mundo hispanohablante. Cao Xueqin es un escritor con un alto sentido de la creatividad y la estética lingüística, a la cual dota de abundantes técnicas de expresión que abarcan citas literarias, términos genéricos, perífrasis, sobreestimación, subestimación, alusiones y metáforas cognitivas manifestadas en esta obra, muchas de ellas, a través del eufemismo. Puesto que existen en sus páginas numerosas expresiones eufemísticas, tanto convencionales como situacionales, me enfoco en este recurso lingüístico para esbozar un cuadro donde se muestran aspectos reales sobre la sociedad china del siglo XVIII como la política, la religión, las costumbres, el sexo y el matrimonio y el estilo literario.
Aproximación a Sueño en el pabellón rojo
Para entender correctamente una obra literaria es indispensable situarse en la época en que fue escrita. Sueño en el pabellón rojo, que se gestó a mediados de la dinastía Qing (siglo XVIII), es una novela realista que describe la vida en el tramo final de la sociedad feudal china. En esa época, desde el reinado del emperador Kangxi 康熙 (1661-1722) hasta el de Qianlong 乾隆 (1736-1799), aparentemente gran parte del país vivía una situación opulenta y pacífica. Pero, a pesar del notable desarrollo productivo, la restrictiva política del gobierno ordenaba cerrar las puertas al exterior, lo que provocaba que la sociedad dependiera de la limitada economía campesina. Así pues, si bien la población se hallaba inmersa en el sueño de un gran país, diversas contradicciones sociales estaban próximas a estallar, por lo que la dinastía Qing (1644-1912) se encontraba en un punto de inflexión de la prosperidad al decaimiento. En la obra que se analiza, como un reflejo de estas circunstancias, se muestran críticas sobre realidades y matices que vaticinan tragedias irremediables.
El erudito Li Chendong, en su tesis de la Universidad de París en 1934, escribió que “si Dante Alighieri representa el espíritu en Italia, William Shakespeare en Inglaterra, Cervantes en España y Johann Wolfgang von Goethe en Alemania, sin ninguna duda Cao Xueqin es el nombre de China” (2006, 70).
Cao Xueqin 曹雪芹 (1715-1763) nació en la ciudad de Nanjing en el seno de una familia de aristócratas que mantuvieron una estrecha relación con el imperio. Su familia le ofreció numerosas oportunidades para contactar tanto con el mundo exterior como con las clases altas gracias al apoyo pedagógico de sus notables antepasados y de maestros eruditos, lo que, unido a su amplia visión, le proporcionó las bases y las herramientas necesarias para su creación posterior. Disfrutó de una vida nobiliaria y lujosa en su infancia hasta que, cuando tenía 13 años, su casa fue confiscada por el nuevo emperador Yongzheng 雍正 (1722-1735).
Sus antecesores directos se habían involucrado en la lucha interna del imperio anterior y eso trajo a la familia castigos que provocaron su ruina. Como consecuencia, Cao se trasladó a las colinas del oeste de Beijing, donde el ambiente era más tranquilo y propicio para la creación. Allí llevaba una vida miserable sobreviviendo con la venta de algunas de sus pinturas y con ayudas esporádicas de sus amigos. A los 48 años, el trágico golpe de la muerte de su único hijo lo hizo caer enfermo, y falleció ese mismo año durante la Fiesta de Primavera en una mísera situación.
Debido a su experiencia tanto en la decadencia como en la bonanza de su familia, Cao adquirió una comprensión profunda de lo que se ha denominado el mundo próspero de Kang Qian 康乾. Los 10 años que pasó escribiendo y corrigiendo una y otra vez esta obra transcurrieron en un ambiente de suma pobreza. Basado en la historia verídica del clan familiar de Cao, Sueño en el pabellón rojo contiene tanto la ventura y la prosperidad como la sangre y las lágrimas de una familia centenaria. Con esta situación como fondo, Cao dice en el primer capítulo: “en cuanto a las escenas de despedidas tristes y jubilosos encuentros, de prosperidad y decadencia, todas son puntualmente ciertas y no han sufrido la más pequeña modificación para producir alguna sensación especial o apartarse de la verdad” (Cao y Gao 1982, 40), con lo cual confirma el carácter autobiográfico de la obra y el retrato fiel de su época. Los enfrentamientos y las reformas de la época, así como las experiencias de su familia, son los principales acicates que impulsaron su creación.
Según Wang Meng (1995, 2), Sueño en el pabellón rojo es “una enciclopedia, no sólo de la sociedad feudal. Gran parte de sus lectores podemos encontrar referencias, explicitación, amparo a nuestros sentimientos, alegría, furia, tristeza, felicidad y toda la experiencia y la resonancia de comprenderse mutuamente”. Sueño en el pabellón rojo es una obra que intercala en su argumento de vida cotidiana información sobre la cultura, el espíritu y las tradiciones de China de modo magistral. En cuanto a la cultura tradicional, encontramos los hábitos, las costumbres, las normas de cortesía, las descripciones festivas y las convenciones; respecto a la cultura material, observamos la estructura burocrática, la gastronomía de la época o la moda en la vestimenta, y en cuanto a la cultura espiritual, se incluyen numerosos poemas y piezas teatrales, así como las filosofías del daoísmo y el budismo, la medicina, etc. Las descripciones de la vida de las grandes familias incluyen relaciones hogareñas, amorosas y sociales, ritos formales, confabulaciones domésticas y políticas, secretos inconfesables, etcétera.
Aproximación al eufemismo
Las definiciones de eufemismo, gracias a la diversidad y las particularidades de éste en el ambiente lingüístico y social, son tan abundantes que se extienden a las perspectivas extralingüística, lingüística, pragmática y cognitiva. Estimo que la más completa es la del profesor chino Shao Junhang (2007, 20), que afirma lo siguiente:
En una situación específica, debido a que hay cosas que provocan temor, espanto, vergüenza, humildad, remordimiento o molestia y otras reacciones negativas, el organizador de la información elabora a propósito, mediante recursos fonéticos, semánticos y gramaticales, expresiones del habla o lenguaje indirecto de las cosas mencionadas con el fin de no dañar al hablante ni al oyente.
En la manera de expresarse de los personajes en Sueño en el pabellón rojo, los miembros de una familia aristócrata con relaciones personales muy complejas en una época de doctrinas estrictas, el eufemismo se extiende por numerosos campos. Sea por subrayar la identificación del fallecido, por el temor a las enfermedades y su desconocimiento, por el secreto de la declaración y el acto del amor, o bien por la timidez y la vergüenza que produce mencionar asuntos escatológicos, se aprovecha el eufemismo como técnica para huir del tabú, evitar la ofensa, mostrar cortesía y embellecer la imagen.
Valores culturales reflejados en el eufemismo
La lengua, por tratarse de un espejo social, también es portadora de cultura y, desde su nacimiento, está vinculada de múltiples maneras a la comunidad donde se habla y refleja “la generalidad y la particularidad del desarrollo, valores sociales, conceptos morales, nacionalidad, solidaridad cultural y disciplinas de comunicación” (Kong 1993, 2). Debido a las diferentes situaciones geográficas, ambiente social y tradiciones culturales, los eufemismos de cada lengua manifiestan sus exclusivos contenidos nacionales. Teóricamente, cada grupo familiar es una miniatura de la sociedad, y sus circunstancias desvelan las transformaciones sustanciales de ésta. Como afirma Amate Núñez (2019, 26), Sueño en el pabellón rojo “es una enciclopedia de las postrimerías de la cultura china del siglo XVIII, que cubre temas en detalle como: historia, filosofía, literatura, arquitectura, medicina tradicional china, entre otros muchos”.
Política: sistema jerárquico estricto y completo
Lo que mantenía el funcionamiento normal en China antigua no era la fuerza de la religión o de las leyes, como sucede en numerosos países, sino la moralidad feudal, basada en un concepto jerárquico estricto. En la sociedad tradicional, el concepto de jerarquía estaba tan arraigado que cada clase social debía cumplir las reglas del orden entre mayores y menores y distinguir entre nobles y plebeyos, sin que nadie se atreviera a infringirlas.
¿Cuáles eran las características de los rangos superiores? En cuanto a la nación, el emperador era tan poderoso que los miembros imperiales gozaban de la mayor distinción, lo cual se refleja en el eufemismo de tratamiento. En Sueño en el pabellón rojo, el señor Jia Zheng 贾政 y sus familiares muestran humildad y respeto a su propia hija Yuanchun 元春: “Su pobre y oscuro vasallo nunca pudo soñar que entre nuestra bandada de vulgares palomas y cuervos pudiera nacer la bendición de un fénix” (Cao y Gao 1988-2005, vol. 1, cap. 18: 383; las siguientes citas en español corresponden a esta edición),2 sólo porque ostenta el cargo de concubina imperial.
En la sociedad, el cargo inferior obedece al superior. Vemos un ejemplo en una de las visitas del médico a la familia Jia.
Ah, el médico Zhang añadió: “En realidad sé muy poco de medicina y no debería asumir una responsabilidad tan grande, pero ya que el señor Feng me ha hecho el honor de recomendarme a tu señor, no debo corresponder con una negativa. Anda y díselo a tu amo. En cuanto a la tarjeta de Su Señoría, no soy digno de conservarla” (vol. 1, cap. 10: 237).3
El médico se muestra tan humilde como si fuera un sirviente del enfermo. La medicina es un trabajo respetado en la sociedad actual y lo normal es que el médico se sitúe al mismo nivel que el paciente, pero en la dinastía feudal era distinto porque los cargos de los funcionarios del gobierno se dividían en nueve rangos. El médico que atendía a los miembros imperiales y a los funcionarios era del quinto nivel, y Jia ostentaba el grado de general de primer rango.
Por otra parte, las generaciones de menor edad debían evitar escribir o pronunciar el nombre de sus mayores. Según el registro de los Anales de primavera y otoño, en la dinastía Zhou (1046 a.e.c.-256 a.e.c.) “la gente ya empezó a observar el tabú sobre los nombres personales” (Zuo 2011, 43). Por ejemplo, Daiyu usa mi en lugar de “min” para eludir el nombre “min” de su madre. El tabú existe no sólo en relación con los personajes de mayor edad y posición superior, sino que sirve también para mostrar cortesía. Por ejemplo, por respeto, al mencionar el nombre de su prima, Baoyu dice: “No te molestes si no respeto el tabú pronunciando tu nombre: Chai” (vol. 2, cap. 62: 513-514).4
En la estructura de las clases encumbradas y las clases humildes, la primera copa todos los privilegios y ostenta el poder. Esta circunstancia obliga a que los rangos inferiores le deban obediencia ciega. Por ejemplo, cuando las dos narradoras de cuentos mencionan por descuido el nombre de la dama Wang Xifeng 王熙凤, se ponen muy nerviosas: “Merecemos caer muertas aquí mismo. Ignorábamos que ése fuera el honorable nombre de Su Señoría” (vol. 2, cap. 54: 316-317).5
Carácter nacional: modestia, respeto y cortesía
“En el tratamiento comunicativo y los actos de habla, los chinos se inclinan por establecer y mantener una relación de armonía y crear un ambiente muy estrecho” (Cao 2004, 106). Con esta idea como guía, en el lenguaje existen muchos tratamientos asimétricos donde se aprecia el encumbramiento del oyente y la degradación del propio hablante. En Sueño en el pabellón rojo hay diversos ejemplos: “Su Ilustrísima” 贵官 (vol. 3, cap. 103: 490), “venerable antepasada” 老祖宗 (vol. 1, cap. 11: 245), “su honorable hijo” 令郎 (vol. 1, cap. 33: 686), “Su Señoría” 老世翁 (vol. 1, cap. 9: 216), “mi indigno hijo” 小犬 (vol. 1, cap. 15: 309), “su digna esposa” 贱荆 (vol. 1, cap. 10: 237), etc. Las personas utilizan los eufemismos según su posición, edad, cultura, circunstancias y otros condicionantes para evitar la vergüenza y el insulto, y de este modo dar cauce a la conversación y conseguir los objetivos comunicativos.
Como explica Benjamin Franklin: “Mostrarse humilde con los superiores es obligación; con los colegas es cortesía; con los inferiores, nobleza; y con todos, seguridad” (cf. Britaine 2018, 219). Hay que aclarar que esta actitud, en la que “la modestia atrae beneficios y el orgullo, perjuicios”, ha penetrado en el carácter nacional chino, y en la actualidad aún se observa este fenómeno en el comportamiento social.
Sexo y matrimonio: actitud reservada y unión de intereses
La gran capacidad artística de Cao Xueqin le hacía despreciar las novelas galantes, a las que acusaba de corromper a los jóvenes con su erotismo. Por otra parte, desde la dinastía Song (960-1279) y Ming (1368-1644), el neoconfucianismo, cuya clave es el ascetismo, era una doctrina muy popular. En general, la gente tenía prohibido hablar de sexualidad en público, y esta reserva se evidencia en numerosos eufemismos en Sueño en el pabellón rojo, como las expresiones “placeres de nube y lluvia” 云雨之欢 ( vol. 1, cap. 5: 145), “seducir a las flores y provocar a las hierbas” 拈花惹草 (vol. 1, cap. 21: 448), “deudas de brisa y de luz de luna” 风月债 (vol. 1, cap. 5: 129) y las “enseñanzas de la diosa” 所训云雨之事 (vol. 1, cap. 6: 155).
Debido al concepto de familia imperante entre los chinos, el matrimonio aparece en Sueño en el pabellón rojo como “un asunto principal” 终身大事 (vol. 2, cap. 65: 607), el “problema central de su existencia” 终身大事 (vol. 2, cap. 76: 624), incluso como “todo el futuro” 终身 (vol. 3, cap. 118: 788). En la Antigüedad, “el matrimonio reside en la necesidad de futuros herederos que apoyen a sus padres en la vejez, además de intereses estratégicos, económicos y políticos varios, como mantener el estatus social familiar” (Fisac 1997, 128-129). Los jóvenes no tenían derecho a elegir a su pareja, sino que debían seguir el mandato de sus progenitores. Cuando en Sueño en el pabellón rojo se menciona el tema amoroso, se suelen aprovechar poemas, términos o alusiones genéricos, como cuando los dos protagonistas enamorados expresan sus sentimientos: “Libera tu corazón de esa inquietud” (vol. 1, cap. 32: 675-676); “No me importa que haya tres mil ríos Ruo; para beber, sólo cogeré una calabaza de agua” (vol. 3, cap. 91: 237).6
Costumbres y tradiciones
En la memoria cultural de una nación, las costumbres también son una importante herencia que combina tradición y actualidad y conecta la vida material y la espiritual. En el trasfondo de la creación de Sueño en el pabellón rojo está el siglo XVIII, cuando las etnias han y man se mezclaron e intercambiaron las costumbres meridionales y septentrionales. Los eufemismos en la novela aluden también a numerosas tradiciones que ayudan a crear un ambiente para identificar las relaciones personales. Al ver que Baoyu está peinando a la doncella Sheyue, otra doncella, Qingwen, se burla así.
-¡Extraña cosa! -dijo Qingwen-. Todavía no ha bebido la copa nupcial y ya está arreglándole el cabello (vol. 1, cap. 20: 427).7
Según la costumbre, los novios en las bodas bebían vino intercambiándose las copas (tomar el vino nupcial), y después se peinaba a la novia para que fuera considerada públicamente como una mujer casada.
Xifeng: -“Si a nuera nuestra quieres llegar, bebe el té familiar” (vol. 1, cap. 25: 531).8
En el libro Qi Xiu Lei Gao, de la dinastía Ming, vemos el siguiente registro: “Después de cultivar la semilla de té, no puede trasladarse; si no, morirá. Esta metáfora se refiere al compromiso de la joven” (Lang 1998, 568). Según la tradición, el joven pide la mano de ella llevando té a su casa; si su amada lo acepta, significa que accede a este matrimonio, de donde deriva la expresión beber té como aceptación de un compromiso. Xifeng alude a esta tradición para bromear con Daiyu al decirle que, si ha bebido el té, debe ser la nuera de su casa.
Religión y superstición
Las creencias religiosas han dejado profundas huellas en los eufemismos de Sueño en el pabellón rojo, sobre todo en el conocimiento sobre la muerte.
Cuando el señor Jia Jing 贾敬 muere, se utilizan eufemismos con origen en el daoísmo.
-¡El anciano señor ha subido a los cielos! -Anunciaron.
-Indudablemente ha alcanzado la inmortalidad gracias a su propia piedad, abandonando este mar amargo y desprendiéndose de su terrenal materia para zarpar a voluntad (vol. 2, cap. 63: 554-555).9
Cuando Xifeng, nieta de Jia, bromea con la muerte de la Anciana Dama, utiliza símbolos de origen budista.
¿Acaso no somos todos hijos suyos? ¿O es que Baoyu será el único que lleve los ilustres despojos de su abuela a la montaña Wutai? (vol. 1, cap. 22: 458).10
Esta montaña, situada en la ciudad de Wutai, provincia de Shanxi, es uno de los lugares sagrados del budismo desde la Antigüedad. Llevar los ilustres despojos a la montaña Wutai significa que, tras la muerte, la persona se convierte en buda o santo. Este eufemismo combina el sentido religioso con el contenido cultural.
Estilo literario: romántico y poético
La nación china suele expresar sus pensamientos a través de poemas, ensayos y canciones donde se muestran discursos eufemísticos creativos formados por metáforas, citas literarias, retruécanos o división de caracteres. En Sueño en el pabellón rojo quedan rasgos de esta tradición, sobre todo en el lenguaje más romántico y sentimental de amor y sexualidad: “seducir a las flores y provocar a las hierbas”, “visitas a sauces y flores” 赏花评柳 (vol. 2, cap. 76: 833), las “sensaciones de la nube y de la lluvia” 云雨情 (vol. 1, cap. 6: 153), “la brisa y la luz de luna” 风月 (vol. 1, cap. 15: 316), “llevado a puerto su deseo” 入港 (vol. 3, cap. 103: 481). Incluso para referirse a la muerte, las expresiones son poéticas: “se desmorona la colina de jade que nunca más se alzará. Flor de durazno, pisoteada. Queda el suelo manchado de rojo” (vol. 2, cap. 66: 628).11
Conclusión
Se inició este artículo con una somera presentación de Sueño en el pabellón rojo, obra cumbre de la literatura china, a través de la biografía de su autor, una breve exposición de la época en que se gestó y sus principales valores literarios, todo ello con base en la única versión completa en español que existe de este libro tan importante.
Gracias a las expresiones eufemísticas que se encuentran en sus páginas, sobre varios temas, incluidos muerte, enfermedad, amor, matrimonio, sexo, escatología y tratamientos, es posible conocer los valores culturales sugeridos con este recurso. En todo el país, el sistema jerárquico estricto era la clave política en la época en que se sitúa la acción de la novela, y el carácter nacional de modestia, respeto y cortesía se mantiene, incluso en la actualidad. En cuanto a la relación amorosa, los personajes sostienen una actividad reservada y utilizan expresiones poéticas; además, el matrimonio es un vínculo de intereses familiares. Las costumbres, la religión y la superstición se asoman también en usos eufemísticos, dada su condición fundamental en la cultura.
Contribuir al conocimiento de este importante legado literario ha sido, modestamente, el propósito principal al escribir esta colaboración, y si se logra que alguien se interese en la lectura de sus apasionantes intrigas, sus geniales descripciones de una época convulsa y de las personalidades de sus numerosos personajes, se habrá cumplido el objetivo fundamental.