Introducción
La sociocrítica es una vía de investigación literaria de reciente formación que se apoya en el postulado de que “la realidad referencial sufre, bajo el efecto de la escritura, un proceso de transformación semiótica que codifica este referente bajo la forma de elementos estructurales y formales” (Cros 2009, 81), y centra sus esfuerzos en el estudio, entre otros, de cómo la multiplicidad del discurso social se inscribe en el texto literario.
Desde su nacimiento en Francia en la década de 1970, la disciplina experimentó una rápida propagación internacional que ha consolidado su presencia en universidades de todo el mundo. Sin embargo, son escasas las investigaciones que pormenorizan la circulación de la sociocrítica en el contexto de la crítica literaria china: ¿cómo llega?, o ¿ha llegado alguna vez?, ¿cuándo? Son preguntas que rara vez encontramos formuladas en el seno de los estudios sociocríticos y cuyas respuestas se pretende ofrecer en esta investigación.
Un avance de la respuesta a la segunda y la tercera preguntas es que la sociocrítica ingresó en el panorama intelectual chino durante la primera mitad de la década de 1980, junto con otras muchas teorías literarias en el contexto del “año de los métodos”,1 y gracias al trabajo de Wu Yuetian2 pronto fue conocida como shehuixue piping 社会学批评,3benwen shehuixue 本文社会学 o wenben shehuixue 文本社会学, entre otros términos (los dos últimos corresponden a la traducción de “sociología del texto”).4
Ahora bien, antes de considerar la respuesta a la primera pregunta, ¿cómo llega?, se revisarán algunos de los problemas terminológico-conceptuales que, dimanados de un proceso introductorio caracterizado por valorar únicamente la sociología del texto de Pierre V. Zima y por una lectura de ésta en exceso próxima a la crítica sociológica marxista, podrían estar obstruyendo la propagación de la sociocrítica en China. Señalar este conflicto es uno de los objetivos de esta investigación.
Trataré de establecer un diálogo entre la sinología y los estudios sociocríticos que permita construir un enfoque interdisciplinario desde el cual desarrollar el marco teórico. A tal efecto, recurro a un florilegio de textos sinológicos en los que apoyo las interpretaciones y analizo algunos de los hechos históricos, lingüísticos y culturales implicados en el proceso de introducción de la sociocrítica en China, que ubico en la coyuntura del “año de los métodos”. Por otra parte, a fin de examinar las diferentes propuestas terminológicas en idioma chino alrededor de los estudios sociocríticos, trataré de contextualizar la lectura con reflexiones de teóricos como Edmond Cros (1931-2019), M. Pierrette Malcuzynski (1948-2004), Claude Duchet, Antonio Chicharro, Pierre V. Zima y Wu Yuetian, para concretar así el marco teórico.
Zima y los primeros contactos sociocríticos con el panorama intelectual chino
Son numerosos los investigadores que coinciden en afirmar que la propagación experimentada por la sociología del texto de Zima no es tan resuelta como la de las teorías de otros impulsores sociocríticos,5 ya que se vio limitada a zonas de habla francesa y alemana (Malcuzynski 1992, 13). Sin embargo, muchos omiten que la obra del pensador austriaco es la única que llegó a los lectores en China gracias a la publicación, en 1993, de una traducción de Manuel de sociocritique (1985).6 Tampoco mencionan que Zima parece ser el único de los impulsores sociocríticos que experimentó algún tipo de acercamiento al contexto de la crítica literaria china, además de conocer el país asiático. Lo hizo en 2014, en el seno del Foro Daxia 大夏讲坛, organizado por el Departamento de Lengua y Literatura Chinas de la Universidad Normal del Este de China. En dicho foro, además de recibir el título de profesor honorario de la universidad shanghainesa, Zima tuvo ocasión de exponer su disertación “Sociología del texto e institucionalización del lenguaje literario” (Zima 2014).
Ahora bien, se colige que la visita de Zima a la Universidad Normal del Este de China no fue sino la culminación de un largo proceso de asimilación de sus trabajos en ese país, y en cuyo desarrollo, además del propio Zima, se vieron involucrados Lucien Goldmann (1913-1970) y Wu Yuetian, y que comenzó en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París (EHESS), tres décadas antes de su periplo oriental.
En este sentido, creo que una de las condiciones sine qua non para la introducción de la sociocrítica en China se manifiesta en los logros académicos que este triángulo de pensadores obtuvo en la EHESS, institución en la que se sitúa el primer contacto de la sociocrítica, en este caso la sociología del texto, con el panorama intelectual chino, gracias a una estancia de investigación que Wu Yuetian, especialista en lengua y literatura francesas, realizó entre 1985 y 1987.
En 1959, Goldmann fue elegido director de estudios de la Sección VI de la École Pratique des Hautes Études, sección que entre 1956 y 1975, siguiendo la estela del animado panorama filosófico y humanista francés de la década de 1960, descrito como un complejo ecosistema en el que convivían las ideas marxistas, el existencialismo, el formalismo ruso y el estructuralismo, fue objeto de un proceso de fusión epistemológica y reorientación disciplinar. La introducción de teorías literarias elaboradas a partir de la lingüística estructural, el psicoanálisis o la semiología, entre otras, terminó alejándola de su vocación sociológico-económica inicial para reconducirla a la investigación artística y literaria. La dirección de Goldmann llegó en un momento determinante para la constitución de los nuevos procedimientos teóricos de la Sección VI, y el pensador de origen rumano fue uno de los primeros impulsores de las enseñanzas literarias en la institución (Dumont 2018, 3-13). El proceso reformador culminó en 1975 con la escisión definitiva de la Sección VI para formar la EHESS. Por otro lado, Zima, antiguo alumno de Goldmann y de la EHESS (31), publicó su valioso libro Manuel de sociocritique en 1985, trabajo que, tal vez al amparo del nuevo paisaje epistemológico de la EHESS, no tardó en establecerse como uno de los referentes teóricos de la institución parisina, hasta llegar a ser adoptado como manual de enseñanza de los cursos de sociología de la literatura pocos meses antes de la visita de Wu Yuetian (Wu Yuetian 1993, 1; 2021).
Tras su estancia, se nota en Wu Yuetian una interesante aproximación a la visión materialista-dialéctica del mundo planteada en el estructuralismo genético goldmanniano, disciplina caracterizada por el propio Goldmann como un “verdadero punto de inflexión en la sociología de la literatura” (1964, 344), y a las teorías sociocríticas de Zima, quien según algunos investigadores chinos “logró dar un impulso a la teoría literaria del marxismo occidental” (Duan Ya 2008, 3). Vinculo dicha aproximación a las líneas de investigación literaria abiertas por Goldmann en la antigua Sección VI y al peso alcanzado por Manuel de sociocritique en la remodelada institución parisina. El que Wu Yuetian finalizara los trabajos de traducción de Pour une sociologie du roman (1964), del pensador de origen rumano, y de Manuel de sociocritique (1985), de Zima, pocos meses después de dar por concluida su visita a la institución parisina en 1987 (Wu Yuetian 2021),7 por ejemplo, podría constituir una muestra de la influencia de la EHESS en su pensamiento. La traducción del libro de Goldmann vio la luz en 1988 con el título Lun xiaoshuo de shehuixue 伦 小说-获得社会学 y, pocos meses después, Wu Yuetian publicó “Benwen shehuixue: shehuixue piping de xin fazhan” 本文社会学: 社会学批评的新发展 (Sociología del texto: un nuevo desarrollo de la crítica sociológica),8 trabajo en el que expuso el modelo sociocrítico de Zima y que posiblemente constituye el primer artículo sociocrítico publicado en China. Por otra parte, la publicación en 1993 de la versión china del que había sido el manual de enseñanza utilizado por Wu Yuetian durante su estancia en la EHESS, que el estudioso presentó como Shehuixue piping gailun 社会学批评概论(Manuel de sociocritique), conforma uno de los acontecimientos más significativos del influjo teórico ejercido por la EHESS en el proceso introductorio de la sociocrítica en China.
Asimismo, la sincronía entre la singladura parisiense de Wu Yuetian y las profundas transformaciones socioeconómicas en China durante los primeros años del periodo de reformas (a partir de 1978) constituye otra de las condiciones clave para comprender el estado actual de la propagación de la mencionada perspectiva en el contexto chino. Si bien en esta concordancia de factores históricos el contacto con el nuevo rumbo disciplinar tomado en la EHESS permitió adelantar significativamente la llegada de la sociología del texto a China, esta línea teórica también podría haber determinado el proceso de interpretación de la sociocrítica al esbozar una lectura circunscrita a las teorías de Zima, o incluso próxima a Goldmann y otras posturas reunidas en la crítica sociológica.9 Es, asimismo, en el proceso de introducción donde se localiza el origen de un conflicto teórico, en forma de imprecisión terminológica, que, a mi juicio, puede obstaculizar la difusión de la sociocrítica en China y contribuir a que esta disciplina se encuentre actualmente reducida a una presencia meramente testimonial, casi desconocida por la comunidad académica (Wu Yuetian 2021).
El contexto chino. Modernización de la crítica literaria y la sociocrítica
Paralelamente a los abruptos cambios económicos que agitaron a la sociedad china, la década de 1980 supuso un complejo lapso transformador para la crítica literaria. La comunidad académica, que acababa de superar un periodo marcado por el aislacionismo de la Revolución Cultural (1966-1976), fue testigo de una renovada atracción por las teorías occidentales de análisis literario, entre las que se encontraban el estructuralismo, la semiología y el new criticism, de las que apreciaba el carácter objetivo de sus metodologías. Para capitalizar la coyuntura del proceso globalizante de la segunda mitad del siglo XX que incrementó el flujo traductor entre diferentes culturas, los traductores se concentraron en la obra de los principales pensadores occidentales10 y tradujeron décadas de obras de teoría literaria en un espacio de apenas diez años. Reprodujeron en el ámbito chino una mixtura teórica semejante a la observada en el panorama francés de la década de 1960 y favorecieron un interesante debate alrededor de la modernización de la crítica literaria que pretendía superar los métodos de análisis basados en principios ideológicos predominantes hasta entonces (Xu Fengqiu 2017, 43). En suma, en el periodo del “año de los métodos”, la década de 1980 tomó forma y supuso un importante proceso modernizador para la crítica literaria que se extendió casi hasta 1988 con la celebración, entre marzo y abril, del primer Seminario Nacional de Crítica Literaria (Quanguo shoujie wenxue pipingxue yantaohui 全国世界文学批评学研讨会) en la ciudad de Wuhan.
Pues bien, dicho proceso modernizante, en correspondencia con la reorientación disciplinar observada veinte años antes en la Sección VI de la École Pratique des Hautes Études y en sincronía con el itinerario parisino de Wu Yuetian y su estancia en la EHESS, constituye otra de las condiciones necesarias para definir la introducción de la sociocrítica en China. En este sentido, la mayor parte del ciclo de recepción de la perspectiva, entre 1982 y 1993, coincide con el cronograma reformador y se enmarca en el periodo del “año de los métodos”. De esta forma, la primera alusión a la disciplina, que se remonta a 1982, aparece en la traducción de un artículo de Jacques Dubois11 hecha por Yin Shicai 银世才, uno de los traductores más activos del periodo del “año de los métodos”, títulada “Wenxue zuopin de shehuixue” 文学作品的社会学(Sociología de las obras literarias). Asimismo, sabemos que le séjour de Wu Yuetian, y por lo tanto el primer contacto de China con la sociocrítica (sociología del texto), coincide con el momento más fecundo del “año de los métodos” (1985-1986), y que la publicación del que se considera el primer artículo sociocrítico en China (Wu Yuetian 1988) tiene lugar en 1988, cuando se celebró el Seminario Nacional de Crítica Literaria y concluyó el periodo del “año de los métodos”, tras el cual devino una disminución significativa en el interés despertado por dicha corriente.
La publicación en 1993 de la versión china de Manuel de sociocritique no sólo constituye un hito de la recepción de la sociocrítica en China, sino que, irónicamente, también señala su abrupto final. El de Zima es el único título de su tipo publicado en China, y con él se cerró el ciclo de recepción de esta disciplina, como si su desarrollo se hubiera detenido con aquella publicación en 1985. Así pues, se omitieron algunas de las más interesantes contribuciones teóricas de los últimos años y los valiosos debates surgidos a su alrededor, v. gr., el sujeto cultural crosiano, ampliamente desarrollado por el hispanista francés en obras como D’un sujet à l’autre. Sociocritique et psychanalyse (Cros 1995); o el sistema de análisis del discurso social que la pensadora polaca M. Pierrette Malcuzynski conforma alrededor del concepto de monitoring, así como la lectura sociocrítica-feminista que plantea en Entre-dialogues avec Bakthin ou sociocritique de la (dé)raison polyphonique (Malcuzynski 1992), por citar algunos ejemplos12 de teorías y debates que han perfilado el desarrollo sociocrítico de las últimas décadas. La contribución teórica de Cros, por ejemplo, descrita por muchos como una de las más completas (Negrín 1993, 88) y complejas, aun cuando es de inestimable valor para el desarrollo sociocrítico, nunca llegó a China,13 lo que afectó los estudios del área en el país asiático debido a una exigua evolución teórica y a la escasa originalidad de los pocos trabajos publicados en ese periodo.
El clima de apertura tras el fin del régimen maoísta, el rápido desarrollo literario14 y el interés despertado por las nuevas corrientes europeas de análisis crearon un ecosistema ideal para la recepción de la sociocrítica en China. Sin embargo, no establecieron las bases para su propagación y, en la actualidad, la disciplina se encuentra relegada a una posición adyacente en el espacio académico.
La capacidad traductora era muy limitada en el momento en que se produjo el primer contacto con la sociocrítica, lo que supuso un obstáculo para su difusión. A esto hay que añadir que el aislamiento prolongado durante los años anteriores a la década de 1980 (Jenner 1981, 295) había producido un exceso de material por traducir. Asimismo, en el momento de su máxima recepción en China, la sociocrítica todavía se encontraba dando los primeros pasos de su expansión internacional y aún no había resuelto el problema de su institucionalización (Amoretti 2003, 14),15 por lo que el número de publicaciones era, en todo caso, muy inferior al de otras disciplinas más consolidadas, como las marxistas o las estructuralistas, que fueron las que mayor interés despertaron entre los críticos literarios. Esta coyuntura pudo haber motivado que la sociocrítica fuese percibida como una materia “de menor importancia” a ojos de los traductores chinos. Es decir, el éxito que en el “año de los métodos” cosecharon otras teorías ralentizó la difusión de la sociocrítica.
Ahora bien, este enlentecimiento constituye un problema de gran envergadura en el que, además de la limitada capacidad traductora,16 lastrada por un déficit de traductores familiarizados con las nuevas metodologías, se vieron imbricados factores de naturaleza social, histórica, política, económica y cultural, que dieron forma a un objeto de estudio de gran complejidad cuyo análisis requiere un dispositivo multidisciplinar específico. Considerado el carácter conciso de este trabajo y con el fin de abrir nuevas vías de investigación, me limito aquí a arrojar luz sobre uno de estos factores: el de naturaleza terminológico-conceptual, cuyo origen podría estar en el apresurado proceso de modernización teórica introductorio de la disciplina en China, que no estuvo acompañado de una puntualización epistemológica, por lo que pudo haber existido cierta indefinición teórica17 alrededor de los términos sociocritique, critique sociologique y sociologie du texte (entre otros) que difuminó las fronteras conceptuales. Este problema se vio agravado por el estatismo teórico y la (no)evolución idiosincrásica del contexto sociocrítico sínico, así como por la falta de una réplica del debate que, desde las primeras etapas de la sociocrítica, se ha desarrollado alrededor de la trascendencia que tiene el deslinde del complejo campo aglutinador de saberes literarios reunidos bajo el rótulo de sociología de la literatura, incluida la crítica sociológica marxista.
Posiblemente, el origen de la anfibología y la imprecisión teórica que ésta comporta se encuentre, entre otros factores, en el poco tiempo del que dispusieron los investigadores para introducir gran número de conceptos nuevos o de uso infrecuente. Para asimilar la enorme cantidad de teorías literarias, los traductores debieron elaborar terminologías específicas, aunque no fuera ésta su finalidad, y cada vez que “tropezaban” con el término sociocritique, proponía cada uno una traducción diferente. Esto generó confusiones alrededor de ciertos conceptos.
Para ilustrar este planteamiento, acudo al parvo conjunto de investigaciones sociocríticas18 publicadas en China durante las tres últimas décadas, de donde, a fin de formar un pequeño corpus de trabajo, seleccioné una serie de textos depositarios de una suma de discordancias terminológicas relativas al concepto “sociocrítica”, entre ellos el ya mencionado de Wu Yuetian (1988), primero de la disciplina publicado en China y uno de los centrales del corpus. Si bien su lectura ayudará a interpretar el origen del problema terminológico, el análisis comparativo con el resto de los trabajos integrados en el acervo sociocrítico chino, todos ellos posteriores, evidenciará las diferentes tendencias nominadoras surgidas a raíz de dicha problemática. Creo que la interpretación de la sociocrítica se vio condicionada en China por algunas de estas prácticas que, de alguna forma, obstaculizaron su institucionalización e impidieron el establecimiento de vínculos entre la sociología del texto y otras propuestas sociocríticas. Paradójicamente, algunos investigadores chinos establecen un nexo entre la sociocrítica y el conjunto teórico de la crítica sociológica goldmanniana, con lo que favorecen la emergencia de una yuxtaposición epistemológica de sus recursos. Este último punto, posiblemente uno de los más controvertidos, encuentra apoyo en la relación de homología e imprecisión teórica entre los términos propuestos para la traducción de “sociocrítica”.
El problema terminológico-conceptual. ¿Sociocrítica, crítica sociológica o sociología del texto?
No parece haber consenso en torno a cuál es el término chino más apropiado para traducir “sociocrítica”. Con arreglo a criterios personales, los investigadores usan en sus publicaciones el que consideran más conveniente, en ocasiones de forma errática. En esta investigación encontré hasta cinco términos diferentes inspirados en el neologismo francés.19 El ya citado Yin Shicai, por ejemplo, se mostró partidario de shehui pinglun (Dubois 1982, 29), mientras que Huai Yu propuso pinglun shehuixue (Fayolle 1992), y Wu Yuetian (1988, 27) se inclinó por shehuixue piping, que introdujo en 1988 para transcribir el título Manuel de sociocritique y que tal vez, gracias a la notoriedad conseguida por la obra de Zima, se consolidó como la traducción más utilizada.
Esta desemejanza terminológica no es exclusiva de la coyuntura del “año de los métodos”, pues se observa una continua eclosión de propuestas hasta el día de hoy. Por ejemplo, en los siguientes fragmentos, extraídos de dos de las publicaciones más recientes del corpus, las autoras emplean términos distintos para nominar, siguiendo el camino de Duchet (1971), a esta disciplina de estudio cultural. El primer fragmento corresponde al mencionado artículo de Brisset, y su traductora, Li Cun’na, emplea un nuevo término, shehui pipan, para traducir sociocritique (anoto entre corchetes el término chino elegido como equivalente): “Recordemos que el término ‘sociocritique’ [shehui pipan] fue concebido por Claude Duchet en 1971, en el primer número de la revista francesa Littérature, donde también se plantearon los fundamentos de esta aproximación sociohistórica al texto” (Brisset 2011, 80).20 El segundo fragmento corresponde al trabajo de la investigadora Li Lihang 李莉航 publicado unos años después, donde ésta recurre al ya existente shehuixue piping: “La sociocrítica [shehuixue piping] es una importante rama de la teoría literaria del avant-garde francés del siglo XX. Fue llamada oficialmente sociocrítica [shehuixue piping] por Claude Duchet en 1971” (Li Lihang 2018, 1).21
A pesar de tratarse de la misma perspectiva de estudio, se observa que no hay una conexión terminológica entre ambas traducciones, lo que hace palpable la incoherencia que he venido señalando.
De la misma forma en que hay diferentes traducciones del término “sociocrítica”, algunas se encuentran “duplicadas” en trabajos de investigación dedicados a teorías literarias diversas, y llegan a difuminar sus límites. Ése es, precisamente, el caso de shehuixue piping, la traducción más problemática, ya que se trata de un término utilizado en los estudios sociocríticos como sinónimo de “sociocrítica” y que, sin embargo, se usa en mayor medida en aproximaciones sociológicas o marxistas al hecho literario, en especial como equivalente de “crítica sociológica”. Es un estado ambivalente el tocante a shehuixue piping, y lleva a considerar la objetividad de una inexactitud teórica en la interpretación sociocrítica que se hizo en China y que puede estar obstaculizando la introducción de la obra de otros teóricos sociocríticos.
Los primeros ejemplos de esta contradicción terminológica los encontramos en el mencionado artículo de Wu Yuetian (1988), donde el investigador propuso un primer uso del término como equivalente de “sociocrítica” o “crítica sociológica”. Para entender el alcance de este dualismo, veamos los siguientes pasajes (anoto entre corchetes el término shehuixue piping junto a mi propuesta de traducción al español):
En Francia, en la década de 1960, algunos críticos utilizaron los logros científicos modernos, a saber, la sociología, el psicoanálisis y las teorías estructuralistas, a fin de innovar los métodos tradicionales de la crítica, y concibieron así nuevas críticas opuestas al modelo tradicional. En este sentido, al igual que sucede con “psicocrítica” y “crítica estructuralista”, el término “crítica sociológica” [shehuixue piping] se utiliza principalmente en los países francófonos y, de hecho, es sinónimo de “sociología de la literatura”, de uso más común en otros países europeos y americanos [...] “crítica sociológica” [shehuixue piping] hace referencia a una crítica literaria basada en las teorías de la sociología [...] La “crítica sociológica” [shehuixue piping] estudia la relación entre las obras literarias y el entorno social. Según diferentes enfoques de investigación, centrados en la producción, circulación o recepción de la obra por parte de los lectores, se han forjado distintas escuelas de pensamiento [...] En el campo de la crítica sociológica [shehuixue piping], el estructuralismo genético de Lucien Goldmann (1913-1970) es [la perspectiva] más influyente [...] Un problema metodológico compartido por la crítica sociológica [shehuixue piping] y la psicocrítica es que ignoran la estructura lingüística del texto (Wu Yuetian 1988, 25-30).22
Si bien en las primeras líneas de esta serie de ejemplos el investigador podría apuntar a la sociocrítica, se observan desconexiones epistemológicas que invitan a reajustar la traducción para alejarnos de esta disciplina de estudio sociocultural y permanecer en el ámbito de la crítica sociológica, en especial en el de las teorías goldmannianas. Wu Yuetian utiliza shehuixue piping para referirse a la crítica sociológica, la que, por otro lado, iguala con la sociología de la literatura. Dicha relación de semejanza es asimismo sugerida por otros investigadores chinos.
Ahora bien, en la página 27 del artículo, Wu Yuetian emplea nuevamente shehuixue piping al citar Manuel de sociocritique, que el investigador tradujo como Shehuixue piping gailun 社会学批评概论 (1988, 27), y lo utiliza, por tanto, como sinónimo de “sociocrítica”. O, ¿acaso se podría interpretar el título resultante como “Introducción a la crítica sociológica”? Ésta no es una cuestión baladí, ya que señala un problema terminológico-conceptual vinculado, tal vez, entre otros factores, a un influjo de la EHESS. Asimismo, la ambivalencia señalada puede explicar las posturas de Wu Yuetian y otros teóricos chinos para los que la distinción entre “crítica sociológica” y “sociocrítica” parece innecesaria, ya que ambas pertenecen a la misma gran familia (Duan Ya 2010, 1), aunque, como se sabe, existen entre ellas diferencias fundamentales.
La ambivalencia terminológica “sociocrítica/crítica sociológica” se hace más evidente si se considera que, en 1993, cinco años después de la publicación del citado artículo, Wu Yuetian publicó la traducción de Manuel de sociocritique, texto en el que nuevamente utiliza shehuixue piping como equivalente de “sociocrítica”. Veamos como ejemplo los siguientes fragmentos extraídos de la versión china de Manuel de sociocritique (en cursiva y entre paréntesis, agrego los términos utilizados por Wu Yuetian para traducir sociocritique y sociologie du texte):
El término sociocrítica [shehuixue piping] existe desde hace muchos años. En el presente libro lo he elegido por dos motivos: quiero distinguir la sociocrítica [shehuixue piping], la cual puede convertirse en una teoría de crítica social (y, por tanto, en crítica literaria), de la sociología de la literatura empírica, que carece ya de toda función crítica [...] “sociocrítica” [shehuixue piping] y “sociología del texto” [wenben shehuixue] son aquí sinónimos, y “sociocrítica” [shehuixue piping], como otros términos, está más adaptado a las nuevas necesidades, porque es una forma más simple que la expresión “sociología del texto” [wenben shehuixue] (Zima 1993, 1).23
Estos ejemplos, en los que se materializa la relación de equivalencia “sociocrítica/sociología del texto” propuesta por Zima, cercana, en mi opinión, al origen del problema terminológico-conceptual del contexto sociocrítico chino, también hacen ostensible el tipo de anfibología que vengo señalando en torno a shehuixue piping, y la confusión que puede originar en el lector menos cauto. En este sentido, si se apoya una primaria interpretación de shehuixue piping en el uso propuesto por Wu Yuetian en el ejemplo anterior (1988), se traduce como “crítica sociológica”. Sin embargo, si se acude al texto original de Zima, se observa que el uso del término como equivalente de “sociocritique” resulta palmario.24 Ahora bien, ¿cuál sería, entonces, el término más apropiado para traducir “crítica sociológica” en este contexto? O ¿es posible que Wu Yuetian no considerara necesario diferenciarlo?
Una exégesis del término próxima a la crítica sociológica correría el riesgo de no permitir el deslinde de la sociocrítica en el amplio campo de la sociología de la literatura, lo que conduciría a una lectura incompleta del conjunto teórico sociocrítico como una “puesta al día” de la crítica sociológica, especialmente de las teorías de Lukács y Goldmann. Esto dificultaría, en última instancia, su propagación en China. Veamos, en este sentido, cómo Duan Ya 段娅 (2008) utiliza el término shehuixue piping veinte años más tarde en su trabajo “Lun shehuixue piping de renben zhuyi: pingxi Gedeman he Jima dui shehuixue piping de fazhan” 论社会学批评的人本主义:评析戈德曼和齐马对社会学批评的发展:25
En definitiva, por un lado, la crítica sociológica [shehuixue piping] marxista occidental y la sociología del texto [wenben shehuixue piping] conectan los textos con la realidad social y, por otro, ambas otorgan importancia a la independencia y al valor estético del texto y, en diferentes grados, absorben aire fresco del estructuralismo contemporáneo. Por lo tanto, en contraste con la crítica sociológica [shehuixue piping] marxista “ortodoxa”, ambas perspectivas tienen una fuerte vitalidad, e incluso en la época contemporánea son de importancia estratégica en el campo de la crítica literaria (Duan Ya 2008, 3).26
Como se puede observar, Duan Ya utilizó el término shehuixue piping para hacer referencia a la crítica sociológica, mientras que en los apartados de su trabajo redactados en francés usó la expresión sociocritique. Asimismo, empleó wenben shehuixue piping para traducir, a mi juicio, “sociología del texto”. Sin embargo, dos años más tarde (2010) publicó “La véritable histoire de Ah Q sous l’angle de la sociocritique”,27 trabajo en el que se encuentran importantes discontinuidades en lo referente a estos dos términos, a los que la investigadora parece asignar ahora el significado de “sociocrítica”.
La ambicionada vocación bilingüe del texto de Duan Ya (2010), redactado en chino y en francés, impone la traducción de ciertos pasajes, lo que permite observar las elecciones léxicas de la investigadora y arroja algo de luz sobre la situación del paradigma sociocrítico chino. El texto de Duan Ya pone de manifiesto el alcance del problema terminológico en China y la urgencia de su rectificación, ya que contiene acusadas contradicciones terminológicas (Duan Ya 2010, 1) que podrían estar relacionadas con la forma como se introdujo la disciplina en China: con la promoción de las teorías de Zima y Goldmann, con una escasa puntualización terminológica/conceptual relativa a shehuixue piping en las primeras publicaciones sociocríticas, y con una falta de consenso en torno al término más apropiado para traducir sociocritique.
Si bien Duan Ya (2010) anuncia un acercamiento a la conocida obra de Lu Xun “desde el ángulo de la sociocrítica”, recurre a las teorías de Goldmann y a otras perspectivas agrupa-das en la crítica sociológica, con lo que se distancia de los estudios sociocríticos. Esta disonante lectura, y tal vez la aparente veleidad con la que se utilizan los términos shehuixue piping y wenben shehuixue piping, propiciaron las críticas de un sector del reducido grupo de sociocríticos chinos, que afirmaron que Duan Ya confundía “la sociocrítica de Claude Duchet con la sociología del texto de Pierre V. Zima” (Li Lihang 2018, 5).
Ahora bien, por el momento no pretendo entrar en el debate abierto con la crítica de Li Lihang (2018, 5) ni teorizar sobre la inexactitud conceptual señalada. Sin embargo, si se tiene en cuenta que la sociología del texto corresponde a una de las múltiples interpretaciones sociocríticas, dentro de su heterogeneidad, no podemos convenir con el contenido de dicha crítica sin antes matizarlo. En esta línea, Duan Ya, lejos de desorientarse entre dos lecturas sociocríticas, como sugiere Li Lihang, rehúye establecer una diferencia entre “crítica sociológica”, “sociocrítica” y, en ocasiones, “sociología del texto”,28 y utiliza además los términos de modo inconsistente y proyecta una lectura incompleta de las dos últimas, lo cual constituye uno de los rasgos característicos de la interpretación sociocrítica desarrollada por gran parte de la academia china, en la que destacan investigadores como Wu Yuetian (1988, 2021), Feng Shounong (2019, 336) y Duan Ya (2010). Este fenómeno invita a sopesar la posibilidad de que una indeterminación epistemológica, en la que encuentran acogida multitud de teorías literarias, se haya sustantivado en China alrededor del término “sociocrítica”. En este sentido, y tomando prestada la advertencia lanzada por Cros al inicio de la andadura internacional de la disciplina, creo que, en el contexto chino, “la palabra [sociocrítica] lamentablemente ha hecho fortuna y a menudo se utiliza abusivamente en estudios que, cualesquiera que sean sus cualidades, siguen situándose en la esfera de la sociología de la literatura, de la que la sociocrítica se distingue radicalmente” (Cros 1990, 49).
De vuelta a la crítica formulada por Li Lihang (2018, 5), en la que se inscribe otra de las particularidades específicas de la interpretación sociocrítica en China, creo que la investigadora sigue sin establecer un vínculo epistemológico entre la sociología del texto y el resto de las modalidades sociocríticas, en este caso las propuestas por Duchet. Propende a un monocentrismo que la lleva a desatender los supuestos teóricos y la praxis que, compartidos en la pluralidad sociocrítica, sustentan el discurso crítico homogéneo de esta disciplina.
En vista de la heterogeneidad reinante en cuanto a los términos utilizados para traducir “sociocrítica” y de la falta de claridad alrededor de shehuixue piping, se observa cómo algunos investigadores posteriores al “año de los métodos”, quizás apoyados en la mencionada aserción de Zima (1985, 9) en la que iguala sociocritique y sociologie du texte, prefieren el término chino wenben shehuixue (sociología del texto) para, en algunos casos, traducir “sociocrítica” (Duan Ya 2010, 1) o, en otros, remitir su interpretación al ámbito de la sociología del texto y desvincularla del círculo de la crítica sociológica goldmanniana (Zhou Pingyuan y Yu Qin 2006; Geng Zhanchun 2004).29 Sin embargo, aunque estos investigadores logran distanciarse epistemológicamente de los métodos sociológicos en el estudio del hecho literario, y de la ambivalencia “sociocrítica/crítica sociológica”, siguen sin establecer una relación entre las teorías de Zima y las de otros pensadores sociocríticos, pues rechazan la percepción de la sociología del texto como una forma constituyente de la sociocrítica. Por otra parte, la utilización de wenben shehuixue (sociología del texto) como único término para abarcar la totalidad de la sociocrítica supone algunos problemas que, como el lector sabrá, no son específicos del contexto chino, y que, por falta de espacio, no fueron tratados en esta investigación. En cambio, quiero apuntar que si bien esta problemática se ha tratado a lo largo de los diferentes coloquios sociocríticos internacionales, el debate al parecer no llegó a China, donde los problemas relacionados con la idoneidad del término wenben shehuixue en el contexto de la equivalencia propuesta por Zima (1985, 9), o los relativos a las eventuales ambigüedades epistemológicas que pudieran resultar de su utilización en un contexto sociocrítico, parecen elididos por la comunidad académica.
En noviembre de 2021 se publicó una reedición de la versión china de Manuel de sociocritique en la que continúa el problema relativo al término shehuixue piping (Wu Yuetian 2021). Por ello, estimo que es momento de enfrentarlo y de pensar en un término chino específico para esta perspectiva de estudio o de reformular los existentes. De acuerdo con Chicharro, me gustaría cerrar este apartado recordando que,
a pesar de que ese término [sociocrítica] pueda utilizarse para amparar otras teorías sociológicas de lo literario (cf. García Berrio y Hernández Fernández 1988, 108-115), resulta conveniente reservarlo para nombrar las teorías que pretenden ser, en efecto, teorías críticas de la literatura y de la sociedad, esto es, teorías del texto literario, tal como lo entienden Cros y Zima (Chicharro 1994, 441).
Conclusión
A menudo confundida con la sociología de la literatura, la sociocrítica ha requerido que se dirima el complejo conflicto epistemológico y se resuelva el deslinde en este gran campo del saber literario al cual se encuentra problemáticamente unida. Si bien hubo una notoria propuesta con la creación del neologismo sociocritique, inspirado en la psychocritique de Charles Mauron, los teóricos de la disciplina continuaron enfatizando el deslinde en los congresos y debates internacionales celebrados en las décadas de 1980 y 1990 (Amoretti 2003, 8).
Esta labor no se reprodujo en China, donde la teorización epistemológica ha sido escasa y las fronteras disciplinares continúan difusas. La cortedad del contacto con el panorama sociocrítico internacional ha favorecido la continuidad del problema y se observa un solapamiento conceptual de la sociocrítica, la crítica sociológica y la sociología de la literatura en el término shehuixue piping, que, siguiendo a Duchet (1971, 5), parece tratarse de un “simple remiendo onomástico”; un dédalo terminológico en el que se encarpeta todo tipo de aproximación sociológica o marxista al hecho literario.
Por otro lado, el breve pero complejo proceso introductorio de la disciplina en China propició una lectura colmada de singularidades, lo cual afectó la recepción de la teoría y, por tanto, el ulterior desarrollo de la perspectiva en China. A fin de distinguirlas, se intentó reconstruir el proceso con la lupa puesta en el problema de la traducción.
Las idiosincrasias se manifiestan en el escaso consenso acerca del término chino con el que se debe traducir la palabra sociocritique y en el uso desmedido de la expresión wenben shehuixue, fruto de una lectura restringida a las teorías de Zima. Estas ambigüedades traductológicas contribuyen a generar un fárrago conceptual que mantiene inconexos los escasos trabajos sociocríticos publicados y refuerza la desunión epistemoló-gica entre las distintas líneas de la disciplina. La multiplicidad de términos propuesta para traducir sociocritique trivializa el concepto hasta despojarlo de toda sustancia, vacío en el que encuentran cabida otras lecturas.
Al igual que sucede con otras teorías llegadas de Occidente (Kwong Ho-Yee 2007, 46), en el caso de la sociocrítica, la traducción de determinados términos conceptuales parece ser uno de los pasos más delicados para su síntesis en China. Si no se diferencia entre sociocrítica y crítica sociológica, ni se señala la relación entre la primera y la sociología del texto, se corre el riesgo de obstaculizar la entrada de otras teorías sociocríticas. Recuérdese que las mayores contribuciones teóricas siguen siendo desconocidas para la comunidad académica china.