Clasificación JEL: D14; D91.
JEL Classification: D14; D91.
Introducción
Existe una creciente preocupación por los bajos niveles de alfabetismo financiero que presenta la población en muchos países. El mundo financiero se ha tornado más complejo y, en promedio, los individuos tienen menor capacidad para enfrentar estos cambios, así como para tomar decisiones óptimas debido a la falta de conocimiento sobre conceptos básicos financieros. Esto conduce a equivocaciones respecto a decisiones clave económicas y financieras que se tienen que tomar a lo largo de la vida. Por ejemplo, las reformas a los sistemas de pensiones que sustituyen sistemas de reparto y beneficio definido con sistemas de contribuciones definidas y cuentas individuales trasladan a los trabajadores un mayor número de decisiones que requieren de mayor conocimiento de conceptos, como tasa de interés compuesta, inflación o riesgo. Pero esto no sólo afecta a los afiliados a estos programas, sino a cualquier individuo que debe acumular recursos para su retiro. Por otro lado, el creciente desarrollo del sistema financiero y las políticas de inclusión financiera acercan a un mayor número de la población a una gran diversidad de instrumentos financieros con mayor sofisticación. Esta preocupación se acentuó durante la reciente crisis financiera mundial, sobre la cual algunos estudios sugieren que el bajo alfabetismo financiero fue uno de los factores que explicaría las decisiones equivocadas de muchos individuos.
Nuestro modelo económico estándar asume que los individuos cuentan con esta información y toman decisiones adecuadas. Sin embargo, existe literatura relativamente reciente que muestra lo contrario. En Lusardi y Mitchell (2011b) se destaca que este analfabetismo financiero es mayor en la población joven o en la tercera edad. En general, estos individuos son financieramente poco sofisticados. En los últimos años se ha enfatizado la necesidad de alfabetizar financieramente a los jóvenes desde la preparatoria, ya que es la etapa en la que inician sus contactos con el mundo financiero. En varios países desarrollados se ha introducido este material en el currículum. Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) decidió incluir un cuarto módulo en su prueba internacional estandarizada del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) sobre alfabetismo financiero desde el 2012, aunque por el momento los países lo aplican de manera voluntaria y México no ha decidido aplicarlo aún.
En este contexto, buscamos medir los niveles de alfabetismo financiero de jóvenes mexicanos entre 15 y 18 años en preparatoria, que es la población objetivo del examen PISA. Para tal efecto se diseñó una encuesta siguiendo la metodología de la OCDE y de Lusardi y Mitchell, la cual se aplicó a estudiantes en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). Además de medir los niveles de alfabetismo financiero, esta encuesta mide también los niveles en las habilidades matemáticas de estos estudiantes. En este trabajo describimos y reportamos los resultados obtenidos.
I. La importancia del alfabetismo financiero en los jóvenes
Como hemos señalado, existe una literatura relativamente reciente que discute y documenta los bajos niveles de alfabetismo financiero en la población en diversos países, aunque la mayoría de los estudios se han realizado para los Estados Unidos (Lusardi y Mitchell, 2007a, 2007b, 2011a, 2011b; Berhman, Mitchell, Soo y Bravo, 2010). En cuanto al alfabetismo financiero en los jóvenes, Bernheim, Garret y Maki (1997) muestran que los estudiantes graduados en estados de la Unión Americana que ofrecen cursos de finanzas personales a alumnos de preparatoria poseen mayor educación financiera y toman mejores decisiones respecto al ahorro que los graduados en aquellos estados en los que no se ofrecen estos cursos. En este mismo sentido, Lusardi, Mitchell y Curto (2009) realizan una encuesta de conocimiento financiero a jóvenes entre 23 y 28 años en los Estados Unidos y encuentran que 80% de los encuestados son capaces de componer tasas de interés, 54% comprende el concepto de inflación y 47% está familiarizado con la diversificación de riesgo. Estos autores argumentan que los cursos de educación financiera deben impartirse en jóvenes antes de que ingresen a la universidad, porque es en esa etapa en la que realizan sus primeras decisiones financieras trascendentes, como el crédito estudiantil, la renta de un departamento o un contrato de telefonía celular.
Chen y Volpe (1998) realizan una encuesta a 924 estudiantes universitarios en los Estados Unidos para relacionar el puntaje obtenido en educación financiera con características socioeconómicas de los estudiantes como el género, la raza, la carrera que estudian y el año escolar que cursan. Estos autores concluyen que las mujeres de raza negra que no estudian una carrera relacionada con negocios y que cursan su primer año en la universidad son el subgrupo menos propenso a tener conocimiento financiero. Por su parte, Jorgensen y Sayla (2010) miden el alfabetismo financiero en 420 estudiantes universitarios mediante el College Student Financial Literacy Survey y encuentran que no sólo los factores socioeconómicos tienen efectos significativos para el alfabetismo financiero en los jóvenes, sino que la situación familiar es también significativa para explicar la actitud financiera. En el estudio, incorporan preguntas de percepción acerca de la influencia de los padres en la educación, actitud y comportamiento financiero de los estudiantes que explican 17% del conocimiento financiero. Un resultado similar se encuentra en Hong, Kubik y Stein (2004).
En este contexto, la OCDE ha tomado como un punto importante en su agenda el estudio y promoción del alfabetismo financiero entre los jóvenes de educación media superior. Este organismo argumenta que este tema será crecientemente considerado como una habilidad esencial para la vida y que sería adecuado educar a los jóvenes tan pronto como sea posible. Los jóvenes no sólo enfrentarán productos financieros, servicios y mercados más complejos, sino que, comparados con sus padres, tendrán más probabilidad de enfrentar mayores riesgos. La necesidad de medir los niveles de alfabetismo financiero condujeron a que la OCDE levantara una encuesta piloto para la población adulta (Atkinson y Messy, 2012; OECD INFE (2011), pero con la finalidad de enfocarse en los jóvenes menores de 18 años, se decidió incluir en el examen internacional PISA en el 2012 un módulo sobre alfabetismo financiero para captar la aplicación del conocimiento y habilidades sobre esta materia.
II. Definición y medición del alfabetismo financiero
En este artículo seguimos dos enfoques en la definición y medición del alfabetismo financiero, los cuales no son excluyentes, pero han sido ampliamente utilizados en la literatura. Annamaria Lusardi y Olivia Mitchell, quienes han estudiado extensamente este tema, señalan que el alfabetismo financiero es la habilidad de procesar información financiera/económica y tomar decisiones informadas sobre planeación financiera, acumulación de riqueza, pensiones y deuda (Lusardi y Mitchell, 2013). Para medir este concepto, proponen tres preguntas básicas:
Supón que tienes $100 en una cuenta de ahorro y la tasa de interés fue de 2% por año. Después de cinco años, ¿cuánto piensas que tendrás en tu cuenta si dejaste que creciera el dinero: más de $102, exactamente $102, menos de $102?
Imagina que la tasa de interés en tu cuenta de ahorro fue de 1% por año y la inflación fue de 2% por año. Después de un año, ¿podrás comprar más, exactamente los mismo, o menos que hoy con el dinero en la cuenta?
¿Piensas que el siguiente enunciado es verdadero o falso: “comprando la acción de una sola compañía usualmente ofrece un retorno más seguro que un fondo de inversión”?
Las primeras dos preguntas, a las que denominan “interés compuesto” e “inflación”, ayudan a evaluar si el que responde muestra conocimiento de conceptos económicos fundamentales para decisiones de ahorro y al mismo tiempo si es competente con habilidades numéricas financieras básicas. Por su parte, la tercera pregunta, que denominan “riesgo accionario”, evalúa el conocimiento sobre la diversificación del riesgo, un elemento crucial en una decisión de inversión informada. La importancia de estas tres preguntas, que denominamos “L&M”, es que han sido utilizadas en diversas encuestas en varios países en los últimos años, lo que permite la comparabilidad de resultados en el futuro. Lusardi y Mitchell lograron incluir estas preguntas por primera vez en la encuesta sobre salud y retiro del 2004 en los Estados Unidos (HRS, por sus siglas en inglés). Posteriormente, se incluyeron en otras encuestas como la National Longitudinal Survey of Youth (NLSY) y la Rand American Life Panel (ALP). En otros países se ha hecho lo mismo, como en el Dutch DNB Household Survey (Van Rooij, Lusardi y Alessie 2007).
La segunda definición y medición que utilizamos es la propuesta por la OCDE y seguida por PISA 2012. “Alfabetismo financiero es el conocimiento y entendimiento de conceptos financieros y riesgos, y las habilidades, motivación y confianza para aplicar dichos conocimientos y entendimiento con la finalidad de hacer decisiones efectivas a lo largo de un rango de contextos financieros, para mejorar el bienestar financiero de los individuos y la sociedad y permitirles su participación en la vida económica.” Esta definición, que denotamos “OCDE”, hace referencia a una combinación de conocimiento, habilidades, actitudes y conductas necesarias para tomar decisiones financieras sólidas y con el fin último de lograr el bienestar económico individual (Atkinson y Messy, 2012). El conocimiento financiero captura si un individuo entiende conceptos básicos como inflación, diversificación de riesgo, cálculo de tasas de interés y la relación riesgo-retorno de una inversión y si tiene la habilidad numérica de aplicarlos en situaciones financieras. El comportamiento financiero es un elemento central, ya que los resultados positivos derivados de contar con alfabetismo financiero son resultado de diversos comportamientos tales como planear su gasto o protegerse financieramente. Esto también considera comportamientos como el uso de préstamos y su comportamiento crediticio y de inversión. Por último, la actitud financiera capta las preferencias hacia el futuro de un individuo, por ejemplo en términos de planeación financiera cómo sería ahorrar. Cabe mencionar que las dos definiciones utilizadas no son alternativas, ya que las preguntas L&M están incluidas en la medición OCDE.
III. Diseño y aplicación del cuestionario
El cuestionario fue elaborado con el fin de cubrir los siguientes objetivos: i) obtener información sobre los niveles de alfabetismo financiero en jóvenes entre 15 y 18 años de edad en el nivel de educación media superior, utilizando los enfoques L&M y OECD; ii) obtener información sobre las habilidades matemáticas siguiendo los criterios utilizados por el examen PISA, y iii) obtener información sobre los efectos de pares que afecten su nivel de alfabetismo financiero. Cabe señalar que esto permitiría que nuestros resultados sean comparables con los obtenidos en otros países que han utilizado dichos enfoques.
Contiene 45 preguntas divididas en seis secciones. La primera capta información socioeconómica básica tal como el ingreso familiar, género, edad e información relativa al entorno académico como promedio escolar, tipo de escuela y grupo al que asiste. El segundo apartado tiene el fin de medir el nivel de conocimiento financiero que posee el individuo. En esta parte se le pide al encuestado que responda preguntas que tienen que ver con el cálculo de la tasa de interés simple y compuesta, conocimientos sobre la inflación, diversificación de riesgo y la relación entre el rendimiento de un activo y su riesgo asociado. La tercera sección busca recopilar información sobre el comportamiento financiero de la persona. En específico, aspectos como los niveles de ahorro, la propensión a ahorrar y el conocimiento de la situación económica propia. La cuarta sección pretende captar la actitud de los individuos ante decisiones financieras que se les presentan para entender, entre otras cosas, la importancia que le dan al ahorro y los mecanismos de inversión que conocen y utilizan. La quinta sección se compone de seis preguntas matemáticas que buscan medir las habilidades de los individuos en este campo. En particular, las preguntas buscaban que supieran plantear problemas matemáticos (sistemas de ecuaciones lineales) y resolver problemas matemáticos que involucren cálculos como sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Por último, la sexta sección contiene preguntas que miden la intensidad de la influencia de los padres o compañeros sobre el encuestado. Para medir esto, las preguntas abarcan desde la experiencia financiera de los padres hasta la cantidad de clases que llevan con el mismo grupo de compañeros.
En todas las preguntas que se califican de forma binaria, 1 si está correcta o 0 si está incorrecta. Se incluyó la opción de contestar “No sé” y se especificó explícitamente que esta respuesta no tenía penalización, con la finalidad de reducir la probabilidad de que una respuesta correcta se haya elegido al azar. Durante el proceso de elaboración de la encuesta se realizaron varias pruebas pilotos para obtener información sobre la calidad de las preguntas y analizar la incidencia de respuestas incorrectas. La encuesta se levantó entre noviembre y diciembre de 2013 en 16 preparatorias de la ZMVM para un total de 941 estudiantes. De este total, algunas se eliminaron debido al bajo número de respuestas, por lo que al final nuestra muestra fue de 889 estudiantes. La muestra de escuelas seleccionadas fue aleatoria considerando una base de datos de todas las preparatorias en la ZMVM, construida con información de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Del total de estas preparatorias, 67% eran privadas y 33% públicas.1 Las encuestas fueron contestadas en el salón de clases para simular el ambiente que se presenta cuando se aplica la prueba PISA.
IV. Resultados de la encuesta
En el Cuadro 1 se muestran algunas de las características descriptivas sobre la composición de la muestra por género, tipo de escuela, año académico, edad e ingreso familiar; 96.2% de la muestra se encuentra cursando la preparatoria y el resto cursan el último año de la secundaria, mientras que 93.1% de los encuestados tiene entre 15 y 18 años de edad. La composición por género es muy homogénea, 49% hombres y 48.3% mujeres (el resto no contestó). En términos de la heterogeneidad de escuelas, 59% se encuentra en escuela privada mientras que 41% en pública.
En cuanto a los niveles de ingreso familiar, aproximadamente un tercio de los encuestados no respondió, muchos de ellos por desconocimiento. Lo que resulta interesante es que de los que sí contestaron, sólo el ingreso familiar de 5% se encuentra por debajo de los tres salarios mínimos mensuales, mientras que dos terceras partes reportan ingresos familiares superiores a los ocho salarios mínimos mensuales, e incluso casi 14% por arriba de los 23 salarios mínimos mensuales. Una referencia interesante es que el trabajador promedio en el sector formal privado, afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), reporta un salario mensual equivalente a 3.4 salarios mínimos.
En la Gráfica 1 se reporta el resultado obtenido para el enfoque OCDE. De acuerdo con éste, el alfabetismo financiero está determinado por tres componentes: conocimiento, comportamiento y actitudes. Para obtener el número de aciertos se utilizó la metodología de Atkinson y Messy (2012), la cual asigna un punto a aquel encuestado que respondió al menos 70% de los reactivos de cada componente de manera correcta. De esta forma, la gráfica reporta la frecuencia de los puntos.
Aproximadamente una quinta parte de los estudiantes no obtuvo algún punto, reflejando de esta manera un nulo alfabetismo financiero. Casi dos quintas partes únicamente alcanzaron un punto, mientras que sólo uno de cada 10 alumnos pudo responder positivamente a los tres componentes alcanzando los tres puntos posibles. En las Gráficas 2 y 3 se presenta la misma información, pero dividida por género y por tipo de escuela, pública o privada. En el primer caso, se observa que el porcentaje de respuestas positivas en el caso de las mujeres es ligeramente mayor respecto al de los hombres, aunque en el caso de aquellos que tuvieron resultados positivos en los tres componentes, el porcentaje es mayor en los hombres.
En el caso de tipo de escuela, nuestros resultados son similares a otros en el sentido de que el mayor porcentaje de respuestas positivas se alcanza en alumnos de escuelas privadas. No obstante, el patrón obtenido en las respuestas totales no se modifica y el porcentaje de aquellos estudiantes con dos puntos o más sigue siendo bajo.
El siguiente grupo de gráficas ofrece los resultados alcanzados por cada tipo de componente. En todos los casos presentamos el resultado general y el resultado obtenido por género y por tipo de escuela. Las Gráficas 4, 5 y 6 ofrecen información sobre el conocimiento financiero. Éste busca captar si los estudiantes entienden conceptos básicos como el de inflación, diversificación y tasas de interés compuesto o la relación riesgo-retorno de una inversión. Un ejemplo de pregunta en este caso sería:
Analiza el siguiente enunciado: “Alta inflación en un país significa que el costo de vida está aumentando rápidamente”. Consideras que el enunciado es:
☐ Verdadero
☐ Falso
☐ No sé
Las gráficas reportan la frecuencia de aciertos en este tema. En la Gráfica 4 se observa que sólo 2% de los alumnos pudo contestar todos los reactivos de forma correcta. Aproximadamente una tercera parte contestó al menos tres de los siete reactivos, mientras que otra tercera parte contestó cuatro reactivos de manera correcta. Es decir, sólo cuatro de cada 10 alumnos contestó correctamente 70% o más de los reactivos.
En la Gráfica 5 se reportan los resultados por género, y es interesante observar que la incidencia de respuestas positivas en el segmento de tres a siete reactivos es mayor en el caso de las mujeres, aunque son los hombres quienes obtienen los mayores aciertos positivos en el caso de seis y siete reactivos.
Finalmente, la Gráfica 6 reporta el resultado por tipo de escuela, y claramente los mayores aciertos positivos se registran en escuelas privadas.
El siguiente grupo de Gráficas (7, 8 y 9) reporta los resultados para el componente sobre actitudes financieras. Éste busca captar las preferencias hacia el futuro de un individuo en términos de planeación financiera, por ejemplo cómo sería ahorrar o su tasa de impaciencia. Para obtener información sobre los comportamientos y actitudes financieras se aplicaron preguntas en las que se les pedía a los encuestados que valoraran ciertos enunciados sobre su manejo del dinero y su aversión al riesgo. Estos reactivos son los mismos que utilizan Atkinson y Messy (2012) y la OCDE (2013) para medir estos dos componentes del alfabetismo financiero. Se utilizó una escala Likert, también conocida como método de evaluaciones sumarias. Esta metodología consiste en pedirle al encuestado que especifique su nivel de acuerdo o desacuerdo con una declaración u oración. En este caso, se utilizó una escala numérica del 1 al 5 en donde 1 indicaba que la persona estaba en completo desacuerdo con el enunciado y 5 que estaba totalmente de acuerdo. La forma de asignar los aciertos fue la siguiente: en la parte de comportamiento se buscaba que el encuestado estuviera de acuerdo con las frases, pues éstas exponen situaciones de organización de su dinero, planeación de gasto y cumplimiento de deudas. Por tanto, aquel individuo que seleccionara 4 o 5 obtendría el acierto a dicha pregunta. En la parte de actitudes se pedía lo contrario; es decir, que estuviera en desacuerdo con las frases. De esta forma, el individuo que seleccionara 1 o 2 era acreedor del acierto.
El siguiente reactivo es un ejemplo de los utilizados en esta parte sobre actitud financiera:
Evalúa del 1 al 5 qué tan de acuerdo estás con los siguientes enunciados. El 1 significa que estás totalmente en desacuerdo y el 5 totalmente de acuerdo.
En la Gráfica 7 se muestran los resultados obtenidos y observamos que tenemos una media aprobatoria en este componente. El nivel medio de aciertos en la prueba fue de 1.7 reactivos de tres posibles y sólo 12.7% de los alumnos no obtuvieron alguna respuesta positiva.
Los resultados son muy similares en el caso de la separación por género, aunque en el caso del tipo de escuela, se mantiene el resultado de mayores aciertos correctos en el caso de las escuelas privadas comparadas con las públicas (véase la Gráfica 9).
El tercer componente se refiere al comportamiento financiero y los resultados se reportan en las Gráficas 10, 11 y 12. Éste se considera un elemento central, ya que los resultados positivos derivados de contar con alfabetismo financiero derivan de diversos comportamientos tales como planear su gasto o protegerse financieramente y su propensión a ahorrar. También se consideran prácticas como el uso de préstamos y su comportamiento crediticio y de inversión. Un ejemplo del tipo de reactivo utilizado en esta parte es el siguiente:
Evalúa del 1 al 5 qué tan de acuerdo estás con los siguientes enunciados. El 1 significa que estás totalmente en desacuerdo y el 5 totalmente de acuerdo.
En la Gráfica 10 se reportan los resultados sobre este componente y la media de aciertos correctos fue 3.6 de 5. Un tercera parte de los encuestados respondió de manera correcta todos los reactivos y sólo una quinta parte respondió correctamente menos de tres preguntas.
Las diferencias por género son pequeñas y, de nueva cuenta, los encuestados en escuelas privadas mostraron mayores respuestas correctas que los encuestados de escuelas públicas.
Otra sección importante de la encuesta es la valoración del alfabetismo financiero de acuerdo con el enfoque L&M. Aunque las tres preguntas de este enfoque forman parte del componente de conocimiento financiero en OCDE, las presentamos por separado, ya que han sido utilizadas en estudios de otros países y permiten comparaciones internacionales. Las tres preguntas que captan información sobre la comprensión de conceptos como inflación, tasa de interés compuesto y diversificación de riesgos, y que usamos con ligeras modificaciones para adaptarlas a las condiciones de México fueron las siguientes:
Imagina que tienes una cuenta de ahorro que te ofrece una tasa de interés anual de 1%. Al mismo tiempo sabes que el INEGI reportó que la inflación anual será de 2%. Al paso de un año podrás:
☐ Comprar más que hoy
☐ Comprar menos que hoy
☐ Comprar exactamente lo mismo que hoy
☐ No sé
Analiza el siguiente enunciado: “Invertir una cantidad fija de dinero en un solo activo financiero te ofrece un rendimiento más seguro que invertir esa misma cantidad de dinero en varios activos financieros distintos”. Consideras que el enunciado es:
☐ Verdadero
☐ Falso
☐ No sé
Supón que depositas $100 en una cuenta de ahorros sin cargo por comisiones que paga una tasa de interés garantizada de 2% por año. No haces más depósitos a la cuenta y no retiras nada de dinero de la cuenta. ¿Cuánto dinero tendrías en la cuenta de ahorro al paso de cinco años?
☐ Más de $110 pesos
☐ Exactamente $110 pesos
☐ Menos de $110 pesos
☐ No es posible saber con la información dada
☐ No sé
Los resultados muestran que una quinta parte de los encuestados no tienen la menor idea de estos conceptos. Otra tercera parte únicamente pudo acertar a uno de los tres reactivos y sólo 7% pudo responder de manera correcta a los tres reactivos.
Los resultados por género muestran una ligera diferencia en favor de mayores repuestas correctas para hombres respecto a las mujeres. Sin embargo, los resultados por tipo de escuela nuevamente muestran una diferencia importante entre escuelas públicas y privadas. En estas últimas los encuestados mostraron mayores aciertos positivos, pero en el caso de dos aciertos, la diferencia es prácticamente del doble (véase la Gráfica 15).
En los resultados anteriores sólo hemos reportado la frecuencia de aciertos sin importar cuál fue la pregunta específica y el concepto relevante. En el Cuadro 2 presentamos los resultados para L&M respecto a los tres conceptos relevantes para cada uno de los reactivos y para el total de los encuestados.
De los estudiantes encuestados, 60% entiende el concepto de inflación, 45.3% contestó de manera correcta el reactivo sobre diversificación de riesgos y sólo 22.2% respondió correctamente la pregunta sobre tasa de interés compuesto. Si comparamos estos resultados con los observados en los Estados Unidos (Lusardi, Mitchell y Curto, 2009) podemos darnos cuenta de que el conocimiento sobre la inflación es mayor en México, lo cual puede explicarse porque en países en donde el problema inflacionario es más recurrente -como el nuestro- existe una mayor exposición de la población a este tema. En cuanto al concepto de diversificación de riesgos, los resultados en ambos países son muy similares. Sin embargo, esto no ocurre en el caso de la tasa de interés compuesto. En los Estados Unidos casi 80% de los encuestados respondió de manera positiva, mientras que en nuestro país sólo 22% lo entiende. Este resultado podría explicase debido a que la población estadunidense, comparada con la de nuestro país, está más expuesta al uso de créditos, ya sea mediante tarjetas o de otro tipo. Incluso los estudiantes en los Estados Unidos recurren en mayor medida a financiamientos para poder realizar sus estudios universitarios.
Finalmente, reportamos los resultados obtenidos para los reactivos sobre matemáticas. Como hemos señalado, estos reactivos son similares a los utilizados en el examen PISA. Un ejemplo es el siguiente:
La Gráfica 16 muestra el precio de una acción de Teléfonos S. A. a lo largo de 12 meses.
Analiza la gráfica y contesta las siguientes preguntas.
¿El mejor mes para comprar acciones es septiembre?
☐ Verdadero
☐ Falso
☐ No sé
¿El precio de la acción creció 50% en un año (de junio a mayo)?
☐ Verdadero
☐ Falso
☐ No sé
Los resultados sobre este tema se reportan en las Gráficas 17, 18 y 19 para el total de la muestra, por género y por tipo de escuela. De los seis reactivos propuestos, únicamente 0.6% pudo contestar de manera correcta todos. Es decir, aproximadamente cinco de los 889 encuestados. Por su parte, 5.2% no contestó uno solo de los reactivos, mientras casi 68% contestó correctamente, cuanto mucho, tres de los seis reactivos.
Estos resultados muestran el bajo nivel en matemáticas de los estudiantes mexicanos entre 15 y 18 años de edad, lo cual no es nuevo, pues sólo confirma resultados bajos en esta materia en ediciones previas de PISA. En cuanto a la separación por género, los resultados muestran que fueron los hombres los que obtuvieron mayores aciertos en esta materia.
Por último, cuando se muestran los resultados por tipo de escuela, se observa que hasta la frecuencia de tres reactivos contestados de manera correcta, la ventaja en las escuelas privadas es clara. Sin embargo, ésta se cierra en los rangos de cuatro a seis reactivos correctos, e incluso se revierte en los cinco reactivos. Vale la pena mencionar que este resultado refleja que en la muestra se incluyeron alumnos de tercero de preparatoria (240) y fueron de escuelas públicas, lo que puede reflejar una mayor exposición a cursos de matemáticas. En todo caso, el punto central de estos resultados es que muestran el bajo nivel de matemáticas de los estudiantes mexicanos.
Conclusiones
El analfabetismo financiero puede ser un serio problema para los individuos y los países en un mundo económico y financiero que tiende a ser cada día más complejo y refinado. Con mayor frecuencia los individuos tienen que tomar decisiones financieras complejas y enfrentarse a un creciente número de productos financieros sofisticados y diversos riesgos. La gran crisis reciente puede ser un ejemplo de decisiones financieras individuales equivocadas que en el agregado terminaron siendo catastróficas. Pero probablemente uno de los mayores retos para un individuo será el garantizar un consumo adecuado durante el retiro, el cual requiere de un prolongado proceso de acumulación de recursos y decisiones adecuadas en un mundo en donde tienden a dominar los sistemas de pensiones de contribuciones definidas y cuentas individuales.
Los estudios existentes sugieren que el momento más adecuado para proporcionar los conocimientos básicos necesarios sobre temas financieros es durante la juventud, cuando los jóvenes están por incursionar en este mundo de decisiones financieras, por lo que es recomendable incluir en el currículo durante la preparatoria cursos o temas financieros. Ésta es también la posición de organismos internacionales. En este sentido, es necesario primero medir el nivel de alfabetismo financiero de jóvenes preuniversitarios, y por eso la OCDE decidió incluir un cuarto módulo a su examen internacional PISA, para cubrir este aspecto.
En este artículo buscamos medir el nivel del alfabetismo financiero de jóvenes mexicanos entre 15 y 18 años de edad que cursan el nivel medio superior, siguiendo la metodología que propone la OCDE en su examen PISA, así como el enfoque seguido por Lusardi y Mitchell, mediante una encuesta aplicada en preparatorias de la Ciudad de México y del Estado de México. En el documento se exponen el diseño de la encuesta y sus resultados.
Nuestros resultados muestran bajos niveles de alfabetismo financiero entre los jóvenes mexicanos. En el enfoque L&M, los resultados muestran que una quinta parte de los encuestados no tiene la menor idea de conceptos como inflación, tasa de interés compuesto o diversificación de riesgos. Otra tercera parte sólo pudo acertar a uno de los tres reactivos y sólo 7% pudo responder de manera correcta a los tres reactivos. De manera más precisa, 60% de los estudiantes encuestados entienden el concepto de inflación; 45.3% contestó de manera correcta el reactivo sobre diversificación de riesgos y sólo 22.2% respondió correctamente la pregunta sobre tasa de interés compuesto. Las diferencias por género son menores, pero cuando consideramos el tipo de escuela, las privadas tienden a registrar mayores aciertos que las públicas.
En el caso del enfoque de la OCDE, que considera tres componentes: conocimiento, actitud y comportamiento, los resultados son similares. De los tres puntos posibles a alcanzar, casi dos quintas partes únicamente alcanzaron un punto, mientras que sólo uno de cada 10 alumnos pudo responder de manera positiva a los tres componentes alcanzando los tres puntos posibles. De nueva cuenta, los resultados en el caso de los hombres son ligeramente mejores a los de las mujeres, pero sí se observa una mayor diferencia entre escuelas privadas y públicas a favor de las primeras.
Sobre el componente de conocimientos, los resultados confirman lo obtenido con L&M. Sólo 2% de los alumnos pudo contestar todos los reactivos de forma correcta y aproximadamente una tercera parte contestó al menos tres de los siete reactivos, mientras que otra tercera parte contestó cuatro reactivos de manera correcta. Es decir, sólo cuatro de cada 10 alumnos contestaron correctamente 70% o más de los reactivos. Los resultados para el caso de las actitudes y el comportamiento son mejores, pero los promedios están sólo un poco arriba de la media de los aciertos requeridos. Sistemáticamente, las diferencias por género son pequeñas, aunque en favor de los hombres. No obstante, las diferencias por tipo de escuela son más importantes, favoreciendo en general a las privadas.
El punto central es que el nivel de alfabetismo financiero entre los jóvenes de enseñanza media superior es bajo, como se ha registrado en otros países. En consecuencia, es importante considerar este resultado para el diseño de políticas públicas futuras que busquen modificar esta situación. Nuestro ejercicio puede considerarse preliminar, pero creemos que ofrece una visión inicial interesante y útil. Pensamos que es necesario empezar a medir este nivel de alfabetismo financiero entre los jóvenes y en la población en general. Sería recomendable que se incluyeran preguntas de este tipo en alguna encuesta nacional sistemática, como podría ser la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.
Otra recomendación importante es considerar la necesidad de incluir en el currículo en el nivel medio superior temas relativos a la educación financiera.