0. Introducción
Normalmente, en el análisis sintáctico del español, se suele hacer referencia a la función de sujeto sin hacer diferencia entre si se trata de sujeto de verbo transitivo o sujeto de verbo intransitivo. Esto se debe, posiblemente, a que, tratándose el español de una lengua nominativo-acusativa, la forma de marcar ambos tipos de sujeto es la misma y, por lo tanto, en realidad no parece haber una razón que justifique sugerir una distinción en términos de función de oración simple para ambos tipos de sujeto.
Tipológicamente observamos, sin embargo, que las lenguas ergativo-absolutivas, por ejemplo, formalizan de modo distinto ambas funciones, y que el sujeto intransitivo se marca igual que el objeto transitivo. El contraste entre ambos tipos de lenguas nos conduce a pensar que, en el estudio de la gramática de cualquier lengua, conviene tener presente que hablar de sujeto sin considerar el factor transitivo o intransitivo del verbo puede llegar a incidir de manera importante en el análisis, y propiciar que lleguemos a conclusiones cuya generalidad no será del todo confiable.
Algo semejante sucede, ya ubicados específicamente en el ámbito de los sujetos intransitivos, ante el hecho de que hay lenguas que muestran comportamientos sintáctico-semánticos diferentes en ese dominio, comportamientos que permiten distinguir entre la clase verbal intransitiva inacusativa y la intransitiva inergativa, como es el caso, por ejemplo, del italiano y el francés, que muestran el fenómeno conocido como intransitividad
escindida. Pensando por lo pronto en términos de lenguas nominativo-acusativas, casos como éstos nos vuelven a sugerir que, más allá de que los sujetos transitivos e intransitivos puedan corresponder a una y la misma función sintáctica, no deberían ser estudiados, a priori, como una clase necesariamente unitaria.
Con este contexto, el objeto de este trabajo, descriptivo y sustentado en un enfoque teórico funcional, es mostrar el comportamiento histórico sintáctico y semántico de ambos tipos de sujetos en el análisis de textos españoles del siglo XIII, y mexicanos y españoles de los siglos XVI y XIX,1 con el fin, por un lado, de apoyar la idea de que, no obstante que se formalizan gramaticalmente del mismo modo (ambos concuerdan morfológicamente con el verbo conjugado y se sirven de pronombres personales en caso nominativo), presentan suficientes diferencias en el proceso de evolución de la estructura en que se insertan como para tratarlos por separado; y por otro, de resaltar si en el siglo XIX los cambios se muestran tales que apoyen la tesis presentada en Melis, Flores y Bogard (2003) de que ese siglo constituye el inicio de una tercera etapa evolutiva en la historia del español. En particular mi interés se centra en las frases nominales de sujeto con núcleo sustantivo común, aunque incluiré en el recuento estadístico las frases nominales con núcleo sustantivo propio, y para el efecto propuesto, en este trabajo analizaré la naturaleza léxica del núcleo de sus respectivas frases en términos de referente humano, animado no humano e inanimado, así como su posición relativa con respecto al verbo.
Además de esta introducción y de la conclusión, el trabajo está conformado por un primer apartado en el que presento una muy breve nota sobre los sustantivos, un segundo apartado en el que analizo el sujeto transitivo y un tercero en el que me ocupo del sujeto intransitivo, incluyendo en ambos casos los tres siglos en estudio.
El corpus analizado ha sido extraído de ocho textos: para el siglo XIII, de El Calila e Dimna (ca. 1250) y de la General estoria (1260-1280), para el siglo XVI España, de El Lazarillo de Tormes (1554) y de Las moradas (1588), de Santa Teresa de Jesús, para el siglo XVI México, de las Cartas de Relación (1522 y 1526), de Hernán Cortés, y de la Carta autógrafa de Rodrigo de Albornoz al emperador Carlos V (1525, publicada por Concepción Company en los Documentos Lingüísticos de la Nueva España, 1994), para el siglo XIX España, de La Regenta (1870-1880), de Leopoldo Alas “Clarín”, y para el siglo XIX México, de Los bandidos de Río Frío (1880), de Manuel Payno.2
1. Una muy breve nota sobre los sustantivos
Tomando en consideración que cuando el sujeto es explícito en español, además de mediante un pronombre tónico, se formaliza mediante una frase sustantiva o nominal, es inevitable comenzar con una breve descripción que nos permita identificar, sobre el análisis, la diferencia en relación con el tipo de significado que portan los sustantivos propios y los sustantivos comunes, de modo que no la repitamos en cada sección, una vez que ha sido presentada.
Por un lado, está la clase de los sustantivos propios, los cuales identifican una entidad del mundo entre otras más, sin dar cuenta de los rasgos o propiedades que la conforman (NGLE, 2010: §12.1.2a), debido a que, en palabras de Fernández Leborans (1999: §2.1.1, 80) “no significa una ‘clase’ léxicamente identificable mediante un conjunto de rasgos semánticos codificados”, como sucede con el sustantivo común. En este sentido presentan importantes restricciones distribucionales, reflejo formal de que semánticamente sólo denotan y carecen de connotación,3 como es el caso de que únicamente bajo ciertas condiciones comunicativas de cercanía afectiva acepta ser modificado por un posesivo, como en mi Marcela hizo un muy buen examen , o por un artículo, si el efecto comunicativo ha de ser afectivo o despectivo, como en el Juan no pudo resolver el problema , o por una FN en aposición, como en Eréndira, una gran amiga (cf. Company, 2009: 20-23).
En contraste, por otro lado, los sustantivos comunes, que dan nombre a todos los individuos integrantes de una clase mediante la identificación de algunos rasgos o propiedades que permiten agruparlos como esa clase (Bello, 1945 [1847]: §100, Bosque, 1999: §1.1, 5, NGLE, 2010: §12.1.2a), no muestran restricción distribucional alguna, dado que pueden ampliar la estructura de su frase mediante expansiones a ambos lados del respectivo núcleo nominal, como reflejo de la riqueza semántico-pragmática que formalizan en el plano discursivo para llevar a efecto su función comunicativa (cf. Company, 2009: 20 y Bogard, 2009: 64). El resultado es que frente a la naturaleza restrictiva y per se individualizante del sustantivo propio, la diversidad léxica del sustantivo común expande las posibilidades temáticas a las que puede recurrir el usuario de la lengua en el flujo comunicativo en el que interviene.
2. Sujetos transitivos
2.1 Siglo XIII
Comencemos el análisis de los sujetos transitivos mediante la revisión del corpus correspondiente al corte medieval seleccionado. Para este efecto véase el cuadro 1.
S. XIII | Str -V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 23 (41%) | 33 (59%) | 56 (100%) |
Núcleo nominal común | 48 (41.4%) | 68 (58.6%) | 116 (100%) |
Total | 71 (41.3%) | 101 (58.7%) | 172 (100%) |
En mi material del siglo XIII aparece un total de 172 oraciones con sujeto transitivo explícito, incluyendo tanto frases nominales con núcleo sustantivo común como frases nominales con núcleo sustantivo propio. De ellas, el 32.6% (56/172) presenta el sujeto formalizado mediante una FN con núcleo nominal propio, y los 56 sujetos portan una referencia humana, mientras que el 67.4% (116/172) lo presenta codificado como una FN con núcleo nominal común. Esta diferencia, que, como se aprecia, favorece al sujeto transitivo explícito con núcleo nominal común, halla su explicación, principalmente, en la naturaleza funcional característica de cada uno de esos tipos de núcleo nominal, como recordamos en §1.
Consideremos ahora la posición del sujeto transitivo en relación con su verbo. En el caso del sujeto transitivo con núcleo nominal propio, el 41% (23/56) antecede a su verbo, en tanto que el 59% (33/56) se coloca después de él. Similar comportamiento exhibe el sujeto transitivo con núcleo nominal común, en cuyo caso el 41.4% (48/116) se antepone a su verbo y el 58.6% (68/116) se le pospone. Los textos revisados del siglo XIII muestran, en conclusión, que el sujeto transitivo tiende a posponerse al verbo, tanto si su núcleo nominal es propio como si es común. Y esta distribución aparentemente no está motivada por diferencias en el tipo de texto, dado que el material recopilado de cada una de las dos obras revisadas se comporta de la misma forma, como se aprecia en los cuadros (2) y (3).
S. XIII | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 3 (33.3%) | 6 (66.7%) | 9 (100%) |
Núcleo nominal común | 26 (45.6%) | 31 (54.4%) | 57 (100%) |
Total | 29 (44%) | 37 (56%) | 66 (100%) |
S. XIII | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 20 (42.6%) | 27 (57.4%) | 47 (100%) |
Núcleo nominal común | 22 (37.3%) | 37 (62.7%) | 59 (100%) |
Total | 42 (39.6%) | 64 (60.4%) | 106 (100%) |
En ambos cuadros es posible advertir que el comportamiento posicional de los sujetos transitivos en relación con el verbo en el material de los dos textos analizados es el mismo, a saber, la presencia de un sujeto transitivo nominal favorece el orden V-Str. Véanse a continuación ejemplos de dichos sujetos con ambos órdenes, con el verbo en cursiva y la FN de sujeto en negritas:
Str - V
(1)a. Así que un caçador armó sus lazos, et cayó ý el gato (Calila, 268)
Otrosí el omne entendido non debe poner su amor con ninguno sinon
después que lo provare (Calila, 317)
Ell obispo Lucas lo cuenta assi (GE, 54, XXXIII, 1, 9-10)
Los adeuinos cataron lo, e uinieron al rey (GE, 335, CCXXXV, 2, 19-20)
b. et la gulpeja oyó aquella boz (Calila, 135)
Dizen que un cuervo vio andar una perdiz (Calila, 304)
c. a el fuerte viento non quebranta las chicas pajas (Calila, 136)
Et si la flaqueza te lo fizo dexar, que non lo pudiste tener, esto es aún peor (Calila, 260)
V - Str
(2)a. Et estovo sienpre cuitado fasta que fue sabido por toda la tierra, et lo entendieron sus ricos omnes et toda su compaña (Calila, 283)
degollaua los alli aquel rey en sacrificio de sos dioses (GE, 26, XI, 2, 9-10)
et allí tenien los thebanos el mayor estudio de sos sacrificios e el mayor bollicio dellos (GE, 191, LXVI, 2, 4-6)
b. Por alguna cosa faze este mur lo que faze (Calila, 211)
Agora contar uos emos por quel auenimiento contescio a aquel infante Acteon quel mataron los sos canes (GE, 150, XXII, 1, 26-28)
c. mas una cosa te quiero rogar et pedírtela en merçed, et fázmela pedir el amor que te he (Calila, 285)
et amas las encierra la mar de la una part (GE, 81, LV, 1, 9-10)
Sobre esta base, es necesario revisar la naturaleza léxica de los sujetos con núcleo nominal común, de modo que podamos apreciar si ése puede ser un factor que incida en el orden relativo entre los sujetos transitivos y su verbo.4 En el cuadro 4 podemos apreciar que ese tipo de sustantivos presenta un comportamiento proporcionalmente semejante tanto si anteceden como si se posponen a su verbo.
S. XIII | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Str - V | 30 (62.5%) | 11 (22.9%) | 7 (14.6%) | 48 (100%) |
V - Str | 37 (54.4%) | 18 (26.5%) | 13 (19.1%) | 68 (100%) |
En efecto, con el orden StrV encontramos 85.4% (41/48) sujetos animados, divididos en 62.5% (30/48) con referencia humana (véanse los ejemplos en 1a) y 22.9% (11/48) con referencia animada no humana (ejemplos en 1b), así como 14.6% (7/48) con referencia inanimada (ejemplos en 1c). Y con el orden VStr hallamos 80.9% (55/68) sujetos animados, divididos en 54.4% (37/68) con referencia humana (ejemplos en 2a) y 26.5% (18/68) con referencia animada no humana (ejemplos en 2b), además de 19.1% (13/68) con referencia no animada (ejemplos en 2c).5
Como puede observarse, con ambos órdenes predomina, con mucho, la referencia animada, y en particular humana, del sujeto transitivo, y en ambos casos la diferencia respectiva de apenas 4 puntos porcentuales (StrV 85.4% por VStr 80.9%) no parece ser significativa para sugerir una justificación al orden alternante entre el verbo transitivo y su sujeto, como tampoco la diferencia porcentual, también de 4 puntos, entre los sujetos transitivos con referencia no animada para ambos órdenes (StrV 14.6% por VStr 19.1%).
Y no es raro este comportamiento léxico y cuantitativo de los sujetos transitivos, muy especialmente cuando la referencia animada se particulariza como referencia humana, como se puede cotejar en la columna correspondiente del cuadro 4, debido a que su naturaleza semántica prototípica se ha identificado como típicamente agentiva. En efecto, ya Givon (1976: 152-153) señalaba como normal que la función semántica de agente se formalice en la función sintáctica de sujeto —se refiere al transitivo—, y que agente y sujeto establezcan un correlato bastante generalizado con la función discursiva de tópico.
En este punto, y a propósito del elevado porcentaje de los sujetos transitivos con referencia animada, y en particular humana, no hay que perder de vista que éste es el tipo de entidades que más claramente pueden construirse como agentes, en otras palabras, las que mediante su capacidad de transmisión de energía generan la noción de un mayor dinamismo del evento expresado en el predicado verbal, y producen o instigan algún cambio en el paciente6 (cf.Maldonado, 1999: 15, 23; Melis, 2012: 19-20), sea de manera volitiva y/o intencional.7 En resumen, la noción semántica de agente se constituye en la base conceptual que caracteriza a los sujetos transitivos prototípicos. Dicho de otro modo, e independientemente de la posición relativa que ocupen con respecto al verbo, los sujetos transitivos prototípicos formalizan entidades cuyas propiedades características sólo se encuentran, en condiciones normales, en individuos preferentemente humanos. Esto sugiere una razón de por qué, en nuestro corpus del siglo XIII, en ambas posiciones relativas con respecto al verbo, el sujeto transitivo con referencia animada, y particularmente humana, tiene el mayor porcentaje de ocurrencias, pero no explica su colocación antepuesta o pospuesta en relación con su verbo.
Si en la búsqueda de esa explicación revisamos los ejemplos de las oraciones correspondientes, vemos que, en relación con el orden StrV —los ejemplos en (1) —, el sujeto transitivo aparece antes del verbo en los siguientes casos: si es el primer constituyente de la oración que inicia una cláusula8 (Ell obispo Lucas lo cuenta assi / Los adeuinos cataron lo), si sigue directamente a un marcador discursivo (Así que un caçador armó sus lazos / Otrosí el omne entendido non debe poner su amor con ninguno...), y si es el primer constituyente después de un nexo coordinante (et la gulpeja oyó aquella boz) o subordinante (Dizen que un cuervo vio andar una perdiz / ca el fuerte viento non quebranta las chicas pajas).
La estructura revisada en este caso sugiere un sujeto transitivo con una elevada prominencia comunicativa, es decir, que constituye un tópico. Esto lo podemos corroborar revisando su continuidad referencial en el texto. Revisemos tres ejemplos de (1), apropiadamente contextualizados.
(i) —Señor, sepas que las naturalezas de las criaturas son de muchas maneras, et non es ninguna cosa de quantas Dio[s] crió en el mundo, […], más santa ni más mejor que el omne. Et en los omnes ha buenos et malos […]
[…]
Otrosí el omne entendido i non deve poner su i amor con ninguno sinon después que ø i lo provare... (Calila, 316-317).
(ii) e ante quel yo pariesse, enuio el rey por los adeuinos de la tierra, e demando les daquello de que yo era prennada que auie de ser. Los adeuinos i cataron lo, e ø i uinieron al rey, e ø i dixieron le que nascerie de mi un fijo que semeiarie tan fuerte como fierro, e cruel, e que matarie a su padre (GE, 335, CCXXXV, 2, 15-20)
(iii) Dixo Dina: —Non ha fuerza nin valentía, ca yo me allegué a él et estude en par dél, así commo está ome con su igual. Et non me pudo fazer nada.
Dixo el león a Dina: —Non te engañe eso, nin lo tengas por flaco por eso, ca el fuerte viento i non quebranta las chicas pajas, mas ø i desraiga los grandes árboles (Calila, 136)
En los tres casos resulta evidente la coherencia comunicativa de los sujetos transitivos considerados (el omne entendido, el fuerte viento y los adeuinos), tomando en cuenta, por un lado, que en el texto precedente presentan un antecedente nominal (en i y ii en cursiva) cuya base referencial es activada en el discurso subsecuente mediante su repetición en el núcleo nominal de la frase de sujeto (en negritas),9 y con el que funcionan como una forma de enlace textual (Silva-Corvalán, 1984: 6), o bien, presentan una descripción con la cual establecen continuidad temática (en iii) (Bogard, 2010a: 86), situación referencial que produce, en términos de Cooreman, coherencia anafórica. Y por otro lado, que en el texto subsecuente exhiben alguna forma que manifiesta la continuación temática (en (i) el posesivo su y la forma tácita ø del sujeto de provare, en (ii) el sujeto tácito de uinieron y dixieron, y en (iii) la forma tácita del sujeto de desraiga, persistencia temática que da por resultado coherencia catafórica (cf. Cooreman, 1987: 13). El comportamiento descrito confirma la prominencia comunicativa de los sujetos transitivos antepuestos al verbo, y, en consecuencia, su estatus de tópicos.
De manera contrastante, en relación con el orden VStr —los ejemplos en (2) —, el sujeto transitivo tiende a ocupar la posición que inmediatamente sigue al verbo, y esto sucede en los siguientes casos: cuando la posición antepuesta al verbo es ocupada por un constituyente distinto del sujeto (et allí tenien los thebanos el mayor estudio de sos sacrificios e el mayor bollicio dellos / Por alguna cosa faze este mur lo que faze ), mismo caso de las oraciones transitivas inversas10 (et amas las encierra la mar de la una part), y del relativo de una oración adjetiva cuando desempeña la función de objeto directo (Agora contar uos emos por quel auenimiento contescio a aquel infante Acteon quel mataron los sos canes), o cuando el sujeto está formalizado mediante una estructura sintácticamente compleja (frases de sujeto coordinadas, o bien, con el núcleo nominal común expandido con una oración adjetiva o adnominal) (et lo entendieron sus ricos omnes et toda su compaña / et fázmela pedir el amor que te he).
El primer caso, es decir, cuando la posición que precede al verbo la ocupa un constituyente que no es el sujeto y, en consecuencia la frase que formaliza esta función se desplaza a la posición posverbal, nos sugiere que la posición preverbal no favorece la presencia de una estructura con dos constituyentes, uno de ellos el sujeto, como lo han mostrado para la oración intransitiva Alfonso y Melis (2010) y Melis y Alfonso (2013). Un tanto en esta línea, el segundo caso muestra que no es raro que constituyentes estructuralmente más complejos se sitúen a la derecha de su verbo, acorde con la tendencia expresada en un principio pragmático universal que señala que la información sintácticamente más densa se mueve al final de la oración (Payne, 1997: 326).11
Revisemos ahora el comportamiento comunicativo de algunos ejemplos de (2).
(iv) En medio daquel mont Citheron, assi como cuenta la Estoria, auie un campo llano e no estaua en ell aruol ninguno, et assi estaua limpio de los aruoles e de toda mata que de toda part se ueye muy bien; et allíj tenien los thebanos i el mayor estudio de sos i sacrificios e el mayor bollicio dellos, et allíj estaua Agaue, madre desde infante Pentheo; e assi como entro por el mont adentro, nunqua quedo de andar, yendo al grant roydo que oye, fasta que uino a aquel campoj (GE,191, LXVI, 1, 38-39/2, 4-6)
(v) Et mandaua este rey Busiris pensar destos huéspedes de guisa que los enbebdassen, et a los que enbebdar non podien que les dauan melecinas con que lo fuesen e se salliessen de sentido; desi tomauan los, e leuauan los a sos templos e a los logares o tenien sos ydolos, e degollaua los allí aquel rey i en sacrificio de sos i/j dioses, et ø i esparzie de la sangre por esos tiemplos e por esos logares (GE, 26, XI, 2, 3-10)
(vi) Et el religioso en este comedio sonando sus palmas a las vezes por me fazer fuir del canastillo, et ensañóse el huésped por ende et dixol’: —Escarnio fazedes de mí, que me demandades que vos cuente nuevas et vós faziéndome esto.
Et escusósele el religioso, et díxole: —Grand sabor he de oír tus nuevas, mas fágolo por espantar unos mures que ha en esta casa que me fazen grand enojo, et nunca dexan cosa en el canastillo que me lo non coman et me lo royan.
Dixo el huésped: —¿Un mur es o muchos?
Dixo el religioso: —Los mures desta casa muchos son, mas ay uno que me ha fecho grand daño et non le puedo fazer ningund arte.
Dixo el huésped: —Por alguna cosa faze este mur i lo que ø i faze; et miémbrome agora a lo que dixo un omne: —Por alguna cosa ca[n]bió esta muger el sínsamo descortezado por el por descortezar.
Dixo el religioso: —¿Cómmo fue eso? (Calila, 210-211)
(vii) Et quando Helbed esto oyó, non le mostró ningunt miedo, mas sonriósele en la cara, et díxole: —Señor, por esto non deves estar triste, ca nuestras almas ofresçidas te son, et de grado las dexaremos por librar a ti de tristeza et porque finques en tu regño. Et tú has otras mugeres sin mí, diez et seis mill con Jorfate, la bueña (sic) dueña que avrás en vez de mí; mas una cosa te quiero rogar et pedírtela en merçed, et fázmela pedir el gran amor que te he; que desque esto ovieres fecho non fíes nin creas por [los] Albahamiud, nin te aconseges nin creas por ellos en cosa del mundo, et que non mates a ninguno arrebatadamente, porque después non te arrepientas; ca non podrás resucitar al que matares (Calila, 285)
Lo primero que notamos en los ejemplos precedentes es un comportamiento no del todo uniforme en términos de la comunicación involucrada en los sujetos transitivos anotados en negritas. En dos casos, (v) y (vi), ambos sujetos, aquel rey y este mur, respectivamente, muestran coherencia comunicativa dado que los dos presentan un antecedente nominal (en cursiva) al que enlazan en una relación anafórica, y enseguida mantienen continuidad temática (sos i, ø i y ø i, respectivamente). En otras palabras, se comportan como los sujetos transitivos antepuestos a su verbo cuyo núcleo nominal activa la referencia de los antecedentes con los cuales establecen una relación anafórica. En (iv), por su parte, el sujeto los thebanos no muestra un antecedente nominal con el que establezca continuidad temática, de modo que parece estar introduciendo su referencia en su contexto comunicativo. En este sentido estaría desempeñando la función informativa de foco en el sentido de Akmajian,12 con lo cual adquiere la posibilidad de proyectar coherencia catafórica, en este caso con el posesivo en negritas. En contraste, la forma allí, que inicia la oración transitiva con el sujeto pospuesto a su verbo, claramente establece la continuidad topical de la frase un campo llano, que continúa después con otro allí y termina con a aquel campo. Algo semejante sucede en (vi) con el complemento causal Por alguna cosa. Esta frase funciona como el disparador del recuerdo del huésped (miémbrome), y su continuidad temática se realiza mediante la repetición de la misma frase que establece la causa de una anécdota que recuerda el huésped, y que motiva al religioso a preguntar “¿cómmo fue eso?”. Finalmente en (vii) la oración transitiva con el sujeto pospuesto expresa un contenido temáticamente incidental y su sujeto, el gran amor que te he, carece de valor topical, en vista de que, en su contexto, ni se enlaza con un antecedente nominal ni presenta continuidad temática. Se pospone al verbo por su densidad sintáctica, puesto que su núcleo nominal está modificado por una oración adjetiva.
En conclusión, al comparar la estructura y el comportamiento comunicativo de los sujetos transitivos, hemos observado que los que se anteponen a su verbo se comportan de manera regular y estable, a diferencia de los que se le posponen, que exhiben comportamientos variables. Esto sugiere que, pese a mostrar una mayor frecuencia relativa, el orden VtrS resulta marcado en relación con el orden SVtr, razón por la cual no es extraño que en los siglos subsecuentes se haya invertido la mayor productividad en favor de este último.
2.2 Siglo XVI
Revisemos los cuadros 5 para la información española, y 6 para la mexicana.
S. XVI España | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 13 (35.1%) | 24 (64.9) | 37 (100%) |
Núcleo nominal común | 51 (62.2%) | 31 (37.8%) | 82 (100%) |
Total | 64 (53.8%) | 55 (46.2%) | 119 (100%) |
S. XVI México | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 5 (83.3%) | 1 (16.7%) | 6 (100%) |
Núcleo nominal común | 54 (72%) | 21 (28%) | 75 (100%) |
Total | 59 (72.8%) | 22 (27.2%) | 81 (100%) |
En total, el material procedente de los textos españoles nos ofrece 119 oraciones transitivas con sujeto explícito, y el material mexicano 81. Y en los textos de ambas variantes se observa que el orden StrV es el más productivo, aunque mucho más en la segunda mencionada. En efecto, los sujetos transitivos provenientes de los textos mexicanos aparecen en el 72.8% (59/81) de los casos en el esquema StrV, y en el 27.2% restante (22/81) en el esquema VStr, en tanto que los provenientes de los textos españoles lo hacen, en el 53.8% de los casos (64/119) en el orden StrV, y en el 46.2% (55/119) en el orden VStr. Y si bien, como decía, la tendencia entre los textos de ambas variantes favorece el orden con el sujeto transitivo antepuesto al verbo, la variante mexicana excede en 19 puntos porcentuales a la española.13
Me centraré ahora en los sujetos transitivos con núcleo nominal común, que son los que establecen la tendencia en el orden dominante StrV mencionada antes a propósito de los materiales del siglo XVI. Los textos revisados de ambas variantes muestran un predominio del sujeto transitivo antepuesto a su verbo. El material mexicano presenta el orden StrV en una proporción del 72% (54/75), en tanto que el español lo hace en una proporción del 62.2% (51/82). Y en ambos casos, como cabe esperar, la diferencia corresponde al orden VStr: 28% (21/75) en el material mexicano y 37.8% (31/82) en el español. Véanse, a continuación, algunos ejemplos con ambos órdenes, de la variante española en (3) y (5), y de la mexicana en (4) y (6):
Str - V
(3)a. como el niño via a mi madre, y a mi blancos: y a el no huya del con miedo para mi madre (LT, 5)
entonces mi mujer echo juramentos sobre si, q yo pensé, la casa se hũdiera con nosotros, y despues tomose a llorar (LT, 78)
que anque un medio letrado, de los que tengo dichos, a quien preguntó cómo estaba Dios con nosotros […], le dijo que no estaba más de por gracia (Moradas, 5, 1.89)
b. & dixele, señor el buen aparejo haze buen artifice (LT, 49)
Creo fuera mejor no decir nada de las que faltan, pues no se ha de saber decir, ni el entendimiento lo sabe entender (Moradas, 5, 1.83)
la grandeza de Dios no tiene término (Moradas, 7, 1.217)
c. y assentoseme al lado y comiença a comer como aquel que lo auia gana royendo cada huessezillo de aqllos, mejor que vn galgo suyo lo hizera
(LT, 49)
(4)a. y que la causa prinçipal fue porque el gobernador abia demandado al señor de aquella çibdad oro y otras cosas (DLNE, 1525, 1.25)
porque demás que todos los españoles dessean passarse a una destas dos partes (DLNE, 1525, 1.44)
Y como los enemigos los vieron pasar, desampararon el albarrada y las azoteas (Cortés, 1522, 3.158)
b. aunque el mucho tiempo que avia que no se sabía dél, daba a creer fuesse muerto (DLNE, 1525, 1.25)
y los bergantines iban quemando alrededor de la ciudad todas las casas que podían (Cortés, 1522, 3.156)
V - Str
(5)a. según las tienen puestas [a las mujeres] en esta costumbre aquellos hidalgos del lugar (LT, 45)
Apenas auia acauado su oracion el deuoto señor mio: quando el negro Alguazil cae de su estado & da tan gran golpe en el suelo que la yglesia toda hizo resonar (LT, 67)
Y considerá que éste y muy mayor tenían algunos santos que cayeron en graves pecados (Moradas, 3, 1.38)
b. En este tiempo dio el relox la vna despues de medio dia (LT, 38)
mas a mi no me pone asco el sabor dello (LT, 41)
la grandeza de Dios no tiene término, tampoco le ternán sus obras (Moradas, 7, 1.217)
(6) y con el fuego desbarataron los yndios a los christianos (DLNE, 1525, 1.25)
según que de todo harán más larga relación a vuestra majestad los procuradores que ahora van de esta Nueva España (Cortés, 1522, 3.201)
y también las recibieron [las cartas] los oficiales de vuestra majestad que en mi compañía estaban (Cortés, 1526, 5.243)
Los ejemplos anteriores muestran que el sujeto transitivo, tanto antepuesto al verbo como pospuesto, se comporta en el siglo XVI como ya comenté que lo hace en el XIII. En efecto, el sujeto precede al verbo si inicia la cláusula (Y como los enemigos los vieron pasar), si sigue a un marcador discursivo (entonces mi mujer echo juramentos) y después de un nexo, coordinante (ni el entendimiento lo sabe entender) o subordinante (como el niño via a mi madre, y a mi blancos). Y se pospone si la posición antepuesta al verbo la ocupa un constituyente que no es el sujeto (En este tiempo dio el relox la vna despues de medio dia), o si se trata de un sujeto sintácticamente complejo (de todo harán más larga relación a vuestra majestad los procuradores que ahora van de esta Nueva España). Asumimos, como consecuencia, que este comportamiento paralelo entre los sujetos transitivos de ambos siglos refleja que su función comunicativa en el siglo XVI no es distinta de la observada en el XIII.
Si ahora comparamos los datos derivados de los materiales analizados de los siglos XIII y XVI, advertimos que entre ambos siglos la tendencia en el orden general entre el verbo y el sujeto transitivo ha cambiado, pues mientras en los textos del siglo XIII dominaba el orden VStr, en los del XVI, en ambas variantes, lo hace el orden StrV. Recordemos que este orden, pese a no haber sido el más productivo en el siglo XIII, ya constituía el no marcado, de modo que no resulta inesperado el cambio mencionado.
Revisemos a continuación la naturaleza léxica de los sujetos transitivos con núcleo nominal común en el siglo XVI. Para este efecto revísense los cuadros, 7 para la información correspondiente a España, y 8 para la tocante a México.
S. XVI España | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Str - V | 42 (82.3%) | 1 (2%) | 8 (15.7%) | 51 (100%) |
V - Str | 25 (80.6%) | — | 6 (19.4%) | 31 (100%) |
S. XVI México | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Str - V | 47 (87%) | — | 7 (13%) | 54 (100%) |
V - Str | 21 (100%) | — | — | 21 (100%) |
Observamos que los textos de las dos variantes se comportan de la misma manera. En términos de la colocación relativa del sujeto transitivo, e independientemente del orden, el referente humano domina abrumadoramente: para los textos españoles, en el esquema StrV corresponde al 82.3% (42/51), en tanto que para los textos mexicanos corresponde al 87% (47/54). Por su parte, en el esquema VStr, la referencia humana en los textos españoles alcanza el 80.6% (25/31), y en los textos mexicanos el 100% (21/21). Resulta evidente que con los verbos transitivos la naturaleza léxica predominante de sus sujetos con núcleo nominal común es la humana, y que este tipo de referencia no es el factor que determina la alternancia entre los órdenes StrV y VStr, aunque sí parece estar incidiendo en relación con el orden dominante ya mencionado, es decir, StrV.
2.3 Siglo XIX
A continuación revisemos los sujetos transitivos en el siglo XIX, a partir de la información presente en los cuadros 9 y 10.
S. XIX España | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 42 (76.4%) | 13 (23.6%) | 55 (100%) |
Núcleo nominal común | 50 (83.3%) | 10 (16.7%) | 60 (100%) |
Total | 92 (80%) | 23 (20%) | 115 (100%) |
S. XIX México | Str - V | V - Str | Total |
Núcleo nominal propio | 30 (96.8%) | 1 (3.2%) | 31 (100%) |
Núcleo nominal común | 96 (89.7%) | 11 (10.3%) | 107 (100%) |
Total | 126 (91.3%) | 12 (8.7%) | 138 (100%) |
El material de los textos de ambas variantes nos muestra que la tendencia observada en el siglo XVI, de que el orden de constituyentes más productivo, es decir, StrV, se ha incrementado sustancialmente en el siglo XIX, tanto con sujetos transitivos con núcleo nominal propio como con núcleo nominal común. Vemos, efectivamente, que en el texto español el orden en cuestión aparece en el 80% de los casos (92/115), en tanto que en el mexicano lo hace en el 91.3% (126/138). Si consideramos aquí la información respectiva correspondiente al siglo XVI, recordaremos que en ese siglo el orden con sujeto transitivo antepuesto al verbo en la variante española apenas había excedido el 50% (53.8%), mientras que la mexicana ya había alcanzado el 72.8%. Esto nos indica que entre los siglos XVI y XIX la tasa de crecimiento de la estructura SVtr en la española fue mayor que en la mexicana, Δ48.7%14 por Δ26.4%, respectivamente, lo que tuvo por efecto que en este último siglo la diferencia entre ambas se redujera de 19 puntos porcentuales a 11, con el resultado de que ya en el XIX la estructura StrV en la variante española alcanzó a la mexicana como la normal cuando el sujeto transitivo aparece formalizado mediante una frase nominal, sea con núcleo nominal común o propio, como puede apreciarse en los cuadros 9 y 10.
El comportamiento evolutivo descrito muestra, finalmente, a un siglo XIX que abre la entrada a un estado que, hacia finales del XX se observa ya consolidado, y que llevó a diversos autores a señalar que el español es una lengua SVO (cf.Contreras, 1983; Silva-Corvalán, 1984; Bentivoglio y Weber, 1986; Brucart y Hernanz, 1987; y Ocampo, 1990; entre otros).15
Correlativamente, el orden VStr se ha vuelto claramente marcado en el XIX al variar su productividad entre ambas variantes entre el 10.3% y el 16.7%, salvo el caso del sujeto transitivo con núcleo nominal propio en la mexicana, que se ha marginalizado al alcanzar apenas el 3.2%. Veamos, a continuación, ejemplos de ambas variantes con los dos órdenes involucrados en el análisis, en (7) y (9) del texto español y en (8) y (10) del mexicano. La revisión de dichos ejemplos nos muestra que las causas que determinan el orden que ocupa el sujeto transitivo respecto de su verbo corresponden a las mismas mencionadas en los siglos XIII y XVI.
S - Vtr
(7)a. La nobleza vetustense opinó que muerto el perro no se acabase la rabia (La Regenta, 4, 186)
Muchas veces en el teatro, cuando todo el público fijaba la atención en el escenario, un espectador, Ronzal, desde la platea del proscenio clavaba la mirada en el elegante Mesía (La Regenta, 7, 279)
La doncella se comía con los ojos a la señora (La Regenta, 10, 369)
b. la educación de aquella señorita de cuatro años exigía cuidados muy especiales (La Regenta, 4, 189)
La luna la miraba a ella con un ojo solo, metido el otro en el abismo
(La Regenta, 10, 371)
La aparente cordialidad y la alegría expansiva de todos los presentes ocultaban un fondo de rencores y envidias (La Regenta, 13, 482)
(8)a. el muchacho le hacía tantos daños de todo género en la casa, que no compensaban con las utilidades (Bandidos, 13, 84)
el director alargó la copa al muchacho con un sobrante de vino Jerez (Bandidos, 27, 200)
Los tres curas revistieron en la sacristía sus ornamentos (Bandidos, 54, 451)
El practicante no quitaba los ojos de Mariana (Bandidos, 54, 454)
b. Un día, el menos pensado, un golpe de sangre al volver del paseo con el
Director de Aduana, acabó al robusto Lecuona (Bandidos, 13, 84)
El párrafo del periódico causó una reacción en el ánimo de Crisanto (Bandidos, 27, 196)
mas el percance del naufragio le había ocasionado el grandísimo bien de que Lamparilla le quitase este enemigo (Bandidos, 40, 330)
c. los dos gatos de la casa se sacaron entre tanto el asado que estaba ya dispuesto (Bandidos, 13, 85)
Vtr - S
(9)a. Aconsejaron los médicos aires del campo y del mar para la niña (La Regenta, 4, 188)
Gran conflicto habían creado al gobierno, en opinión de todos los del corro, el alcalde presidente del Ayuntamiento y la viuda del marqués de Corujedo (La Regenta, 13, 479)
la chimenea, al amor de cuya lumbre leyera en otros días tantos folletines la señorita Anunciación Ozores, que en paz / descansa (La Regenta, 10, 368-369)
b. Adquirió su poema formas concretas (La Regenta, 4, 191)
A Ronzal ya le echaban chispas los ojos montaraces (La Regenta, 7, 276)
Miró a la llama de la lámpara suspendida sobre la mesa… La ofendía aquella luz (La Regenta, 10, 370)
(10)a. y por este medio sabía el director la conducta de todos los individuos del Resguardo (Bandidos, 13, 83)
Se casará con amor o sin él, porque se lo manda su padre (Bandidos, 54, 450)
y la miró el obispo dulcemente, animándola y procurando calmarla (Bandidos, 54, 454)
b. Lo que se necesita en este país es atrevimiento, y lo demás lo da la fortuna (Bandidos, 27, 197)
¿Si tengo celos, si me exaspera su desdén, si suspiro y me pongo triste como un colegial que acaba de salir al mundo…? ¡Oh, no! (Bandidos, 54, 449)
Revisemos, a continuación, en los cuadros 11 y 12, la naturaleza léxica de los sujetos transitivos en los textos del siglo XIX.
S. XIX España | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Str - V | 33 (66%) | - | 17 (34%) | 50 (100%) |
V - Str | 6 (60%) | 1 (10%) | 3 (30%) | 10 (100%) |
S. XIX México | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Str - V | 62 (64.6%) | 3 (3.1%) | 31 (32.3%%) | 96 (100%) |
V - Str | 11 (100%) | — | — | 11 (100%) |
A lo largo de la historia del fenómeno en estudio hemos podido observar que la referencia animada, y en particular humana, ha sido característica del sujeto transitivo con núcleo nominal común, independientemente del orden que ocupe el Str en relación con el verbo, y esto se ha mostrado así tanto en los textos revisados del siglo XIII como en los del siglo XVI para ambas variantes, en que su productividad nunca fue menor al 80%.
En este contexto, los textos del siglo XIX de ambas variantes muestran un cambio que tiene que ver no con la productividad de los órdenes en que se presenta el sujeto transitivo, sino con su referencia. Observamos, en efecto, un aumento en la productividad de los sujetos transitivos inanimados, que se mueve entre el 30% y el 34%, recordando que hasta el XVI no había llegado al 20%. Dejo para otro momento la revisión de los verbos con la finalidad de analizar si el aumento mencionado está vinculado con algún tipo de extensión de su riqueza léxica.
3. Sujetos intransitivos
3.1 Siglo XIII
Revisemos ahora los sujetos intransitivos con la información del cuadro 13.
S. XIII | Sintr -V | V - Sintr | Total |
Núcleo nominal propio | 14 (31.1%) | 31 (68.9) | 45 (100%) |
Núcleo nominal común | 66 (28.4%) | 166 (71.6%) | 232 (100%) |
Total | 80 (28.9%) | 197 (71.1%) | 277 (100%) |
Como se aprecia, en el material del siglo XIII aparece un total de 277 oraciones con sujeto intransitivo explícito, incluyendo tanto frases nominales con núcleo sustantivo propio como frases nominales con núcleo sustantivo común. En términos de esta distinción, el 16.2% (45/277) exhibe el sujeto como FN con núcleo nominal propio, con referencia humana en su mayoría, así como dioses y el sustantivo Dios. El restante 83.8% (232/277) corresponde a la FN de sujeto intransitivo con núcleo nominal común. Nótese que la distribución entre sustantivos propios y comunes acentúa la tendencia ya mostrada por el sujeto transitivo en estas mismas circunstancias en favor del segundo tipo de sustantivo.
Examinemos a continuación el orden del sujeto intransitivo en relación con su verbo. En el caso de este tipo de sujeto con núcleo nominal propio, el 31% (14/45) va antes de su verbo, mientras que el 69% (31/45) se le pospone. Prácticamente el mismo comportamiento hallamos para el sujeto intransitivo con núcleo nominal común: 28.4% (66/232) se le antepone y 71.6% (166/232) aparece pospuesto. Comparando esta información con la correspondiente observada para los sujetos transitivos, el material revisado de los textos del siglo XIII muestra, para ambos tipos de sujeto, un comportamiento similar: el sujeto tiende a posponerse al verbo, si bien de manera más acusada en el caso del sujeto intransitivo tanto con núcleo nominal propio como con núcleo nominal común. Veamos algunos ejemplos.
Sintr - V
(11)a. o si sus / yguales fueron provados por buenos et ovieron mijoría dél en dinidat et en onra (Calila, 135-136)
ca tales omnes uenien ya estonces a las casas de los reyes (GE, 26, XI, 1, 29-30)
ca ell otra quarta hermana Semele, madre deste dios Libero padre mismo, muerta era ya como auemos contado (GE, 191, LXVI, 2, 31-34)
b. Dizen que una gulpeja fanbrienta pasó por un árbol (Calila, 135)
las serpientes cayeron a Yno e Athamant de suso
(GE, 230, CX, 1, 22-23)
c. así commo escapan los omnes de la mar por las naves, et las naves escapan por los omnes (Calila, 269)
e otro dia uernemos aquí a esto mismo, ca el sol ua ya muy alto e la calentura es muy grant (GE, 150, XXII, 1, 19-21)
Et yr uos edes quando el uiento solano que uos aduxo se tornare en abrego (GE, 404, CCCXL, 2, 21-23)
V - Sintr
(12)a. Desí posó con él un huésped una noche, et çenaron amos (Calila, 210)
Pues que esto dixo Agaue, encendiosse a locura toda la otra compaña quando aquello oyeron (GE, 191/192, LXVI, 2, 39 / 1, 1-2)
e fueron luego essora llegados .x.mill onbres de armas pora yr aquella lid (GE, 311, CXCVIII, 2, 36-38)
b. et allí cerca del árbol avía un gato (Calila, 268)
e ueras tu otrossi, como rebudiara el toro (GE, 25, XI, 1, 32-33)
c. et estava un atanbor colgado del árbol; et movióse el viento et firiéronlo los ramos (Calila,135)
et quando lo tragare, atravesársele ha el estaca en la garganta et morrá (Calila, 350)
Andados diez e ocho annos de Aoth, juyz de Israhel, contescieron los fechos que las estorias e autores de los gentiles cuentan de Persseo (GE, 267, CLIV, 1, 20-23)
et leuantosse luego un fuego de la piedra que lo gasto todo (GE, 311, CXCVIII, 1, 5-7)
Revisaré ahora la naturaleza léxica de los núcleos nominales de los sujetos intransitivos. Como en el caso de los sujetos transitivos, con los intransitivos el sentido de los sustantivos propios no incide en el orden entre el verbo intransitivo y su sujeto, considerando que expresan el nombre de seres humanos (personajes históricos, míticos…), dioses y el sustantivo Dios, principalmente. Por otro lado, los sujetos intransitivos con núcleo nominal común, como se aprecia en el cuadro 14, muestran un comportamiento semejante con independencia de si se anteponen o posponen al verbo. Es decir, la referencia léxica del núcleo de estos sujetos nada sugiere con respecto a su comportamiento posicional, pues las respectivas distribuciones para cada posición son equivalentes.
S. XIII | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total | |
Sintr - V | 23 (34.8%) | 13 (19.7%) | 30 (45.5%) | 66 (100%) | |
V - Sintr | 55 (33.1%) | 39 (23.5%) | 72 (43.4%) | 166 (100%) |
Efectivamente, con el orden SintrV hay un 54.5% (36/66) de sujetos animados, de los cuales 34.8% (23/66) refieren a seres humanos y 19.7% (13/66) a no humanos; hay, finalmente, un 45.5% (30/66) de sujetos intransitivos con referencia inanimada. Y con el orden alternante VSintr. aparece un 56.6% (94/166) de sujetos animados, 33.1% (55/166) con referencia humana y 23.5% (39/166) con referencia no humana; queda, por último, un 43.4% (72/166) de sujetos intransitivos con referencia inanimada.
Aquí es importante hacer notar, sin embargo, una diferencia entre ambos tipos de sujeto que tiene que ver con la tendencia del sentido léxico del sustantivo común que encabeza la frase de sujeto respectiva, independientemente de la posición que guarde con su verbo. Dependiendo de si se trata de sujeto transitivo o intransitivo, cambia la distribución porcentual de la referencia animada humana frente a la inanimada. Claramente los sujetos transitivos tienen mayor proporción de referentes humanos que los intransitivos, pues de 116 sujetos transitivos con núcleo nominal común, 57.7% (67/116) refiere a entidades humanas o concebidas como tales, en tanto que de 232 sujetos intransitivos con núcleo nominal común, 33.6% (78/232) tienen dicho tipo de referencia. Por su parte, los sujetos intransitivos tienen una mayor proporción de referentes inanimados que los transitivos, dado que de 232 sujetos intransitivos con núcleo nominal común, 44% (102/232) refiere a entidades inanimadas, mientras que 17.2% (20/116) de sujetos transitivos lo hace.
Esta distribución alternante que, en términos de su naturaleza léxica, muestran los sujetos transitivos y los intransitivos, no es, de hecho, del todo inesperada, si tomamos en cuenta, por un lado, que la mayor parte de los sujetos transitivos formaliza el argumento instigador, causa o agente, el cognoscente, el receptor, el perceptor, el experimentante, el poseedor, etc., derivado del predicado verbal transitivo, argumento que típicamente se codifica en sustantivos que denotan seres humanos, como se pudo apreciar en los ejemplos exhibidos; y por otro lado, que los sujetos intransitivos que derivan de los verbos inacusativos, así como de los que provienen de predicados verbales pasivos, anticausativos, estativos y resultativos, que formalizan principalmente el tema, el paciente, el estímulo, se codifican con mayor frecuencia mediante sustantivos que denotan entidades inanimadas, como en los ejemplos expuestos a continuación, los de la serie (a) con el orden VSintr, y los de la serie (b) con el orden SintrV.
Con verbos inacusativos:
(13)a. et descendie el termino dessa suert por el ual del can-/naueral (GE, 80 / 81, LV, 2, 32-33 / 1,1)
b. ca esto contesce por natura quando el sol ua mas alto en tod ell anno en los mayores días (GE, 150, XII, 1, 4-6)
Con verbos estativos:
(14)a. En medio daquel mont Citherion, assi como cuenta la Estoria, auie un cam-/
po llano e non estaua en ell aruol ninguno (GE, 191 / 192, LXVI, 1, 38-39 / 2, 1-2)
b. quando la cabesça está bien, el cuerpo está bien (Calila, 284)
En construcciones pasivas:
(15)a. et fue destruxo ell altar, comol mando Dios (GE, 311, CXCVIII, 2, 1-2)
b. Señor, por esto non deves estar triste, ca nuestras almas ofresçidas te son (Calila, 285)
En construcciones anticausativas:
(16)a. Quando el asno oyó decir de las asnas, moviosele su sabor (Calila, 261)
b. Et yr uos edes quando el uiento solano que uos aduxo se tornare en abrego (GE, 404, CCCXL, 2, 21-23)
En construcciones resultativas:
El panorama presentado deja abierta la pregunta de qué factor determina la posición que toma el sujeto intransitivo en relación con su verbo. Los ejemplos exhibidos del siglo XIII no parecen sugerir respuestas claras y regulares. Por un lado, dicho tipo de sujeto, tanto antepuesto como pospuesto al verbo, puede aparecer en oración que inicia cláusula, en oración coordinada y en oración subordinada, como puede apreciarse en los ejemplos de (11) y (12). Por otro lado, el peso sintáctico no parece incidir en la posición del sujeto, puesto que observamos que dicha función la puede formalizar una oración compleja tanto si se antepone al verbo, como en (11c) (quando el uiento solano que uos aduxo se tornare en abrego), como si se pospone, como en (12c) (constescieron los fechos que las estorias e autores de los gentiles cuentan de Persseo). Finalmente, son raros los casos en los que la posposición del sujeto intransitivo coincide con el hecho de que la posición antepuesta está ocupada por una frase que cubre una función distinta del sujeto, como en (12a) (Desí posó con él un huésped una noche / e fueron luego essora llegados .x.mill onbres de armas).
Hay un factor, sin embargo, que parece operar como tendencia en los ejemplos mostrados, y tiene que ver con el tipo de información que se está transmitiendo en el discurso textual. Los sujetos intransitivos antepuestos al verbo funcionan de manera predominante como tópicos, en tanto que los pospuestos lo hacen como focos, es decir, como la parte de la estructura de la oración que no comparten en su intercambio comunicativo el emisor del discurso y su receptor (cf. Lambrecht, 1994:43). Consideremos algunos ejemplos, de (viii) a (x) con el orden SintrV, y de (xi) a (xiii) con el orden VSintr.
(viii) et dize la glosa sobresto en el noueno libro de Ouidio Mayor que fabla el desta razon, que este rey Busiris que a los estrannos e omnes buenos fazie matar, ca tales omnes i uenien ya estonces a las casas de los reyes; de mas que diz que como eran en aquella sazon las tierras muy yermas aun, e las yentes pocas, e las pueblas chicas e ralas que estonces los mas que en tiendas uiuien, los que las auer podien, e que non auie y aun otras casas de prestar nin o los omnes i se acogiesen si non las de los reyes, e que los omnes estrannos i que andauan dunas tierras en otras, que allí se acogien buenos i e malos i, ca allí fallauan las mas uiandas que en otra parte de la tierra (GE, 26, XI, 1, 25-39 / 2, 1-3)
(ix) Et traye aquella Thisiphone, rauia muy mala del infierno, los braços rebueltos de serpientes, e tendio los alli, e sagudio la cabesça e sonaron las culuebras que tenie en ella; et las unas le yazien por los ombros, las otras le andauan esparzudas por los pechos, e siblauan e echauan uenino por las bocas, e sacauan las lenguas yradas; e empos esto, metio aquella Thesiphone la mano a su cabesça, e tiro dos serpientes de medio de los cabellos, e echo las apriessa con su mano enpoçonada contra Yno e contra Atamant;; las serpientes i cayeron a Yno e Athamant de suso, et ellas i, o ell antoiança dellas i, començaron les a andar por los cuellos, e por los pechos, e por los senos, e en derecho de los coraçones, e ø i metieron les muy malos talentes (GE, 230, CX, 1, 9-27)
(x) Et plégate desto, et ayúdame a librar a mí et a ti; ca así commo yo quiero tu vida por razón de la mía, otrosí tú deves amar mi vida por razón de la tuya, así commo escapan los omnes de la mar por las naves, et las naves escapan por los omnes. Et así fío yo por Dios que escaparemos desta tribulación, amos ayudándonos (Calila, 269)
En estos tres casos, los sujetos intransitivos (tales omnes, las serpientes, las naves) constituyen tópicos en sus oraciones, y como mencionábamos a propósito de los sujetos transitivos tópicos, muestran, por un lado, coherencia anafórica, dado que presentan antecedentes nominales (en (viii) los estrannos e omnes buenos, en (ix) serpientes, las culuebras, las unas, las otras, dos serpientes, y en (x) las naves) y, por otro, coherencia catafórica, la cual implica la continuidad del tema (en (viii) los omnes i, los omnes estrannos i, buenos i, malos i, en (ix) ellas i, ellas i, ø i, y en (x) el uso del verbo ‘escapar’.
(xi) Et traíanle cada día un canastillo de comeres, et comía dello una vez et dexava lo que fincava et colgávalo de una soga en un canastillo. Et yo açechávalo fasta que salía; desí veníame para el canastillo et non dexava ý cosa de que non comiese et que non echase a los otros mures. Et punó el religioso muchas veces de lo colgar en lugar que lo yo non pudiese alcançar, et non podía. Desí posó con él un huésped i una noche et çenaron amos j+i; et estando fablando, dixo el religioso al huésped i: —¿De qué tierra eres ø i et a dó quieres ø i ir agora?
Et este i su huésped i avía andado a muchas partes et ø i avía visto maravillas, et ø i començól’ a contar. (Calila, 210)
(xii) Dizen que en una tierra avía un árbol que llamavan vairod, et avía al pie dél muchos vestiblos, et en sus ramas muchos nidos de aves. Et avía a raíz deste árbol una cuerva de un mur, et allí çerca del árbol avía un gato […]. Así que un caçador armó sus lazos et cayó ý el gato (Calila, 267-268)
(xiii) Andados diez e ocho annos de Aoth, juyz de Israhel, contescieron los fechos que las estorias e autores de los gentiles cuentan de Persseo, que fue después rey de Perssia, assi cuemo cuentan Eusebio e Jheronimo (GE, 267, CLIV, 1, 20-25)
De manera contrastante, en estos tres casos los sujetos intransitivos (un huésped, un gato, los fechos que las estorias e autores de los gentiles cuentan de Persseo) no presentan un antecedente nominal con el cual establezcan coherencia anafórica. Se trata de frases cuya referencia es nueva en el discurso; es del dominio del emisor de la comunicación, pero no es conocida por el receptor; en otras palabras, constituyen el foco de su oración. Sin embargo, a partir de que son presentadas en su oración adquieren la posibilidad de convertirse en objetos comunicativos. Puede observarse en (xi) y (xii) que el sujeto intransitivo es referencial indefinido (un huésped, un gato), pero una vez que se le “ha soltado” en el flujo de la comunicación adquiere el estatus de conocido y su referencia subsecuente aparece como definida.
3.2 Siglo XVI
Veamos ahora el estado de los sujetos intransitivos en los textos del siglo XVI. Confróntense con este propósito el cuadro 15, que exhibe la información proveniente de los textos españoles, y el cuadro 16, que presenta la de los mexicanos.
S. XVI España | Sintr -V | V - Sintr | Total |
Núcleo nominal propio | 6 (37.5%) | 10 (62.5%) | 16 (100%) |
Núcleo nominal común | 69 (36.7%) | 119 (63.3%) | 188 (100%) |
Total | 75 (36.8%) | 129 (63.2%) | 204 (100%) |
S. XVI México | Sintr -V | V - Sintr | Total |
Núcleo nominal propio | 5 (83.3%) | 1 (16.7%) | 6 (100%) |
Núcleo nominal común | 96 (45.7%) | 114 (54.3%) | 210 (100%) |
Total | 101 (46.8%) | 115 (53.2%) | 216 (100%) |
En total, el material revisado de los textos españoles nos ofrece 204 oraciones intransitivas con sujeto explícito, y el procedente de los textos mexicanos 216. Y en los textos de ambas variantes el orden más productivo corresponde a VSintr, aunque de manera más acusada en el material peninsular. En efecto, en los textos de la variante española hallamos que el orden VSintr aparece en el 63.2% de los casos (129/204), frente al 36.8% (75/204) con el orden SintrV. Por su parte, en los textos mexicanos el orden VSintr alcanza el 53.2% de los casos (115/216) en contraste con el 46.8% (101/216) correspondiente al orden SintrV. Se aprecia que, no obstante que la tendencia en los textos de ambas variantes favorece el orden en el que el sujeto intransitivo se pospone al verbo, la variante española lo hace en una proporción de 10 puntos porcentuales por encima de la mexicana, y, como en el caso del sujeto transitivo, la diferencia tiene que ver sustancialmente con el comportamiento de los sujetos intransitivos con núcleo nominal propio, pues en tanto que el material proveniente de los textos españoles refuerza la tendencia mencionada al mostrar un 62.5% (10/16) de sujetos intransitivos con núcleo nominal propio pospuestos al verbo, el material de los textos mexicanos muestra la tendencia opuesta con un 83.3% (5/6) de sujetos intransitivos con sustantivo propio precediendo al verbo. Aquí es llamativo el hecho de que siendo, en términos absolutos, pocos los sujetos intransitivos con núcleo nominal propio: 16 ocurrencias en el material de los textos españoles y 6 en el proveniente de los mexicanos, la elevada proporción de anteposición al verbo en este último caso es concomitante con el comportamiento ya observado y mencionado de que los sujetos transitivos de referencia humana en la variante mexicana tienden, más que en la española, al orden SV.
Revisaré ahora los sujetos intransitivos con núcleo nominal común, que, como en el caso de los sujetos transitivos, son los que establecen la tendencia en el orden más productivo, en este caso, VSintr, en lo tocante a los materiales analizados del siglo XVI. Los textos de las dos variantes exhiben una tendencia en la que el orden con el mayor rendimiento funcional presenta al sujeto intransitivo pospuesto al verbo. El material español presenta, para el orden VSintr, una proporción de uso del 63.3% (119/188), en tanto que el mexicano lo hace del 54.3% (114/210), con una productividad, para el orden SintrV, del 36.7% (69/188) en los textos españoles, y del 45.7% (96/210) en los mexicanos.
Comparemos ahora los datos derivados de los materiales de los siglos XIII y XVI revisados. Advertimos que, después de tres siglos de historia, el orden general dominante que observábamos para el siglo XIII, es decir, VSintr, se ha mantenido, aunque para el siglo XVI, su productividad ha disminuido, al pasar del 71.1% en el siglo XIII, al 63.2% en el XVI español y al 53.2% en el XVI mexicano. Obsérvense algunos ejemplos con ambos órdenes, en (18) y (20) de la variante española, y en (19) y (21) de la mexicana.
Sintr - V
(18)a. acordaron el ayuntamiẽto que todos los pobres estrangeros se fuessen de la ciudad (LT, 51)
El señor Comissario se subio al pulpito, y comiença su sermón (LT, 65)
A todo esso el señor mi amo estaua en el pulpito de rodillas: las manos y los ojos puestos en el cielo trasportado* en la diuina essencia (LT, 68)
b. que estuue en poco de caer de mi estado no tãto de hambre como por conoscer d todo en todo la fortuna serme aduersa (LT, 39)
que si es verdad lo que aquel dize & que yo traygo maldad y falsedad: este pulpito se hunda comigo (LT, 67)
Y este amor, hijas, no ha de ser fabricado en nuestra imaginación (Moradas, 3, 1.42)
ni las comparaciones pueden servir de declararlo, porque son muy bajas las cosas de la tierra para este fin (Moradas, 5, 1.83)
(19)a. mensajeros desta çibdad no podían passar sino que les matavan (DLNE, 1525, 1.24)
Y como el alguacil mayor comenzó a caminar, a obra de un cuarto de legua llegó a una ciudad pequeña (Cortes, 1522, 3.156)
Todos estos capitanes de estas entradas están ahora para partir casi a una (Cortés, 1526, 5.322)
b. y que decir […] que esta çibdad está puesta en una laguna como Veneçia (DLNE, 1525, 1.43)
que habían dicho que otros dos navíos eran partidos para el río Pánuco (Cortés, 1522, 3.116)
me llegaron otras cartas de ellos y de otras personas, en que me hacían saber cómo sus pasiones todavía duraban y aún crecían (Cortés, 1526, 5.244)
V - Sintr
(20)a. y al meter de las cosas y sacallas era con tanta vigilancia, y tan por cõtadero, q no bastara todo el mundo a* hazerle menos vna migaja (LT, 9)
Quexauaseme el mal ciego porque al tiẽto luego conoscia y sentia q no era blanca entera (LT, 10)
ansí como lo quedó la mujer de Lod por volverla [la cabeza] (Moradas, 1, 1.9)
Parece que tiembla una criatura tan miserable como yo, de tratar en cosa tan ajena de lo que merezco entender (Moradas, 7, 1.218)
b. & diome vna gran calabaçada en el diablo del Toro q mas de tres dias me duro el dolor de la cornada (LT, 7)
En tal manera q quisiera ser muerto antes q se me vuiera soltado aquella palabra de la boca (LT, 78)
y como no llegan sus fuerzas a esto, quédase espantado (Moradas, 5, 1.85)
(21)a. antes que llegaran a Cascalteche no quedara hombre dellos (DLNE, 1525, 1.43)
supe cómo dos provincias estaban rebeladas […] y que como de la Vera Cruz para acá es por allí el camino, habían muerto en ellas algunos españoles (Cortés, 1522, 3.117)
porque cuando ellos habían ido, habían saltado ochenta hombres en un pueblo (Cortés, 1526, 5.281)
b. creyendo ya que eran hechos a la vela los navios que partieron de Medellin (DLNE, 1525, 1.24)
porque del puerto de Sanct Juan, donde agora vienen los navios, sube un braço de mar a este sitio donde agora se passa la dicha villa (DLNE, 1525, 1.33)
Y como yo vi que se me había revelado tan gran traición, di gracias a Nuestro Señor (Cortés, 1522, 3.199)
y de este gran ayuntamiento de aguas que bajan de todas aquellas sierras se hacen aquellos golfos y ciénagas, y sale aquel río tan poderoso a la mar (Cortés, 1526, 5.283)
Los ejemplos anteriores, revisados en los textos fuente, muestran para el sujeto intransitivo del siglo XVI un comportamiento semejante al observado en el siglo XIII, a saber, el sujeto antepuesto al verbo normalmente funciona como el tópico de su oración, y el pospuesto lo hace como el foco respectivo.17 No obstante, hay que mencionar que de los 13 ejemplos exhibidos con el orden SintrV, 4 sujetos formalizan el foco y no el tópico (el primero de (18a), de (18b) y de (19a), y el segundo de (19b)). Anoto un par de ejemplos.
(xiv) Pues estando yo en tal estado, passando la vida que digo, quiso mi mala fortuna que de perseguirme no era satisfecha que en aquella trabajada y vergonçosa biuienda no durasse.
Y fue como el año en esta tierra fuesse esteril de pan, acordaron el ayuntamiẽto que todos los pobres estrangeros se fuessen de la ciudad.
Y assi executando la ley, desde a quatro días que el pregon se dio vi lleuar vna procession de pobres açotando por las quatro calles (LT, 51)
(xv) Asimismo hice saber a vuestra majestad cómo al puerto de la Villa de la Vera Cruz había llegado una carabela de Francisco de Garay, teniente de gobernador de la isla de Jamaica, con mucha necesidad; la cual traía hasta treinta hombres que habían dicho que otros dos navíos eran partidos para el río Pánuco, donde habían desbaratado a un capitán del dicho Francisco de Garay, y que temían que si allá aportasen habían de recibir daño de los naturales de dicho río (Cortés, 1522, 3.116)
En ambos casos los sujetos intransitivos en cuestión no presentan un antecedente nominal con cuya referencia establezcan coherencia anafórica.
Veamos, a continuación, la naturaleza léxica de los sujetos intransitivos encabezados por núcleo nominal común en el siglo XVI. El cuadro 17 exhibe la información del material español y el cuadro 18 la del mexicano.
S. XVI España | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Sintr - V | 20 (29%) | - | 49 (71%) | 69 (100%) |
V - Sintr | 30 (25.2%) | 2 (1.7%) | 87 (73.1%) | 119 (100%) |
S. XVI México | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Sintr - V | 49 (51%) | - | 47 (49%) | 96 (100%) |
V - Sintr | 32 (28.1%) | - | 82 (71.9%) | 114 (100%) |
Encuentro, en este caso, un doble comportamiento, que contribuye a explicar la mencionada distinta productividad del orden VSintr observada entre los materiales de los textos españoles y mexicanos. Por un lado, el sujeto intransitivo pospuesto al verbo porta referencia inanimada de manera dominante en el material de ambas variantes: 73.1% (87/119) en la española y 71.9% (82/114) en la mexicana, frente al 25.2% (30/119) de referencia humana en la española18 y 28.1% (32/114) en la mexicana. Por otro lado, el sujeto intransitivo antepuesto al verbo muestra un comportamiento doble. En el caso de los materiales españoles continúa dominando la referencia inanimada, con una productividad del 71% (49/69), frente al 29% (20/69) de referencia humana; en cambio los materiales mexicanos, si bien por escaso margen, invierten la proporción, al exhibir 51% (49/96) de sujetos intransitivos con núcleo nominal común con referencia humana y 49% (47/96) con referencia inanimada. La información presentada en este párrafo nos muestra que con los verbos intransitivos la naturaleza léxica predominante de sus sujetos con núcleo nominal común es la inanimada, factor que, junto con su naturaleza focal, contribuye a explicar el correspondiente orden dominante VSintr., particularmente en la variante española. El atípico comportamiento de la variante mexicana en relación con la naturaleza léxica del sujeto intransitivo antepuesto al verbo sugiere, por su parte, la causa de por qué la productividad del orden dominante VSintr aparece bastante atemperada en ella. La revisión de otros materiales, en este caso, permitirá confirmar o reformular el comportamiento aparentemente atípico mostrado por los materiales mexicanos.
3.3 Siglo XIX
Pasemos, finalmente, al examen de los sujetos intransitivos en los textos del siglo XIX, cuya información exhibo en los cuadros 19 para el texto español, y 20 para el mexicano.
S. XIX España | Sintr -V | V - Sintr | Total |
Núcleo nominal propio | 42 (67.7%) | 20 (32.3%) | 62 (100%) |
Núcleo nominal común | 84 (61.8%) | 52 (38.2%) | 136 (100%) |
Total | 126 (63.6%) | 72 (36.4%) | 198 (100%) |
S. XIX México | Sintr -V | V - Sintr | Total |
Núcleo nominal propio | 23 (71.9%) | 9 (28.1%) | 32 (100%) |
Núcleo nominal común | 125 (60.4%) | 82 (39.6%) | 207 (100%) |
Total | 148 (61.9%) | 91 (38.1%) | 239 (100%) |
Los materiales examinados del siglo XIII y los del XVI de ambas variantes mostraron para el sujeto intransitivo la tendencia a posponerse al verbo, aunque en una proporción descendente entre ambos siglos. El siglo XIX, por su parte, exhibe un panorama distinto. En efecto, los textos de las dos variantes presentan ya la tendencia inversa, es decir, en este siglo el sujeto intransitivo se antepone al verbo con más frecuencia de la que se pospone, y no incide en este comportamiento el hecho de que el sujeto tenga núcleo nominal común o propio. En relación con la productividad del orden VSintr, los textos de los tres siglos estudiados nos muestran el siguiente proceso de cambio: para la variante española, siglo XIII, 71.1% > siglo XVI, 63.2% > siglo XIX, 36.4%, y para la mexicana, siglo XVI, 53.2% > siglo XIX, 38.1%. Claramente, el rendimiento funcional del orden VSintr ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo hasta dejar de ser dominante en el siglo XIX. De manera contrastante, el orden SintrV en este mismo siglo acabó por convertirse en el dominante de acuerdo con el siguiente proceso de cambio: para la variante española, siglo XIII, 28.8% > siglo XVI, 36.8% > siglo XIX, 63.6%, y para la mexicana, siglo XVI, 46.8% > siglo XIX, 61.9%. Podemos suponer, por las proporciones de uso alcanzadas por los órdenes alternantes, que el proceso de cambio sigue en marcha y que continuará en la dirección de aumentar el dominio del sujeto intransitivo antepuesto al verbo, como ya lo hizo en el XIX el sujeto transitivo.19
Veamos a continuación ejemplos con ambos órdenes, en (22) y (24) del texto español, y en (23) y (25) del mexicano.
Sintr - V
(22)a. La familia de los Ozores era una de las más antiguas de Vetusta (La Regenta, 4, 184)
No faltaba para que la máquina fuese perfecta más que esto: que los ladrones de gallinas viniesen a tropezar con el botón del resorte endiablado (La Regenta, 10, 373)
Los tres canónigos se levantaron; la señora que parecía un fraile sonrió satisfecha (La Regenta, 13, 482)
b. pero así como la lista civil le dolía lo mismo que si él la pagase entera, de
las mangas y capirotes que hacían con sus bienes le importaba poco (La Regenta, 4, 189)
La disputa se acaloró; tuvieron que intervenir los señores venerables del rincón oscuro (La Regenta, 7, 277)
Estas conversaciones se repetían todos los días (La Regenta, 7, 280)
El despacho estaba a oscuras; allí no entraba la luna (La Regenta, 10, 372)
El sol entraba en el salón amarillo (La Regenta, 13, 478)
c. Quintanar era correccionalista; quería la enmienda del culpable, pero no su destrucción. Los zorros que él cazara sobrevivirían (La Regenta, 10, 373)
(23)a. El dueño del mesón murió, y el nuevo dueño lo primero que hizo fue echar a los inquilinos (Bandidos, 13, 85)
los chalcas vinieron, como otras muchas tribus, de tan lejanas y tan ignoradas tierras (Bandidos, 40, 325)
Después del evangelio, el obispo subió al púlpito (Bandidos, 54, 453)
b. y no hay que decir, que los cien pesos habían ya volado (Bandidos, 13, 85)
Los crímenes deben perseguirse de oficio (Bandidos, 27, 196)
Un petate de Puebla con tejidos rojos servía de tapete al estrado (Bandidos, 40, 328)
c. y el perro ladraba todo el tiempo (Bandidos, 13, 85)
V - Sintr
(24)a. —Si viviera mi padre —pensaba Ozores— de fijo perdonaba este matrimonio desigual (La Regenta, 4, 185)
Miraba a Mesía Ronzal, y si aplaudía su modelo aborrecido aplaudía él (La Regenta, 7, 279)
Es loco ese chico, cuando se pone a enredar (La Regenta, 13, 481)
b. No le faltaba talento, era apasionado y se asimilaba con facilidad ideas que entendía muy pronto (La Regenta, 4, 187)
se quejaba de que se le había enfriado el café, que tomaba a pequeños sorbos (La Regenta, 7, 278)
El despacho estaba a oscuras; allí no entraba la luna (La Regenta, 10, 372)
Empezaron las despedidas, y los que se iban disimulaban el despecho (La Regenta, 13, 483)
(25)a. Morir Lecuona y ser puesto el hijo de patitas en la calle, todo fue uno (Bandidos, 13, 84)
Un día, antes de las ocho de la mañana entró el pilluelo sofocado, sin poder articular bien palabra (Bandidos, 27, 199)
y allí van también no pocos ladrones a ver lo que pescan (Bandidos, 40, 325)
b. y desde que amaneció el siguiente día comenzó con furor la obra (Bandidos, 13, 88)
Llegó la noche y con ella las sospechas, los comentarios y pláticas de las vecinas (Bandidos, 27, 200)
Añádase a esto la falta de muebles y de habitantes, y resultaba el caserón un tanto pavoroso (Bandidos, 40, 327)
Le dolía no sólo el cuerpo sino el alma (Bandidos, 54,448)
Durante una semana no cesaron las fiestas (Bandidos, 54, 451)
Estos ejemplos, revisados en los textos de los que se tomaron, exhiben un comportamiento relativamente semejante al observado en los siglos XIII y XVI: el sujeto intransitivo topical tiende a colocarse antes de su verbo, en tanto que el que expresa el foco tiende a posponerse; los ejemplos muestran, sin embargo, que ha aumentado el número de sujetos intransitivos topicales pospuestos, lo mismo que el de focos antepuestos. Aunque por falta de espacio no anoto los contextos requeridos, ejemplos de tópicos pospuestos son el segundo y tercer ejemplos de (24a) (su modelo aborrecido / ese chico), el tercero de (24b) (la luna), el primero y segundo de (25a) (el hijo / el pilluelo), y en el tercer ejemplo de (25b), el sujeto de la segunda oración (el caserón). En contraste, ejemplos de focos antepuestos son el segundo de (22a) (los ladrones de gallinas), el primero de (22b) (la lista civil), el segundo y el tercero de (23b) (los crímenes / un petate de Puebla con tejidos rojos) y el de (23c) (el perro).
Es necesario resaltar, además, que en relación con los sujetos intransitivos topicales pospuestos, es en este siglo en el que aparecen casos con un constituyente no sujeto antepuesto al verbo, los cuales sugieren la pertinencia del hallazgo de Alfonso y Melis (2010), Melis y Alfonso (2013) y Mora-Bustos (2014) de que el sujeto intransitivo en español suele posponerse a su verbo si la posición antepuesta es ocupada por un constituyente que desempeña otra función, y, agrego yo, si no desempeña la función pragmática de foco, dado que su posición normal es la pospuesta. Revísese nuevamente la nota 17. Veamos los ejemplos.
(xvi) sin pedir luz ni encenderla, alumbrada por la luna, atravesó algunas habitaciones buscando la escalera del parterre; pero al pasar cerca del despacho de Quintanar, cambió de propósito y se dijo: “Entraré ahí; ése debe de tener fósforos sobre la mesa […]
El despacho estaba a oscuras; allí no entraba la luna (La Regenta, 10, 372)
(xvii) …había una familia que tenía dos hijos aprendices en una imprenta donde se publicaba El Eco, y uno de ellos, el más listo y vivaracho, era el encargado de llevar las pruebas al director, el cual, al devolvérselas preguntaba si había algo de nuevo en la imprenta o en la calle […]
[…] Un día, antes de las ocho de la mañana entró el pilluelo i sofocado, sin ø i poder articular bien palabra y su i fisonomía todavía demudada, con un rollo de pruebas en la mano, que ø i había guardado en su i casa por habérsele i hecho tarde en la noche (Bandidos, 13, 84)
Ambos ejemplos tienen como base un verbo que desempeña una función presentativa,20 la cual permite “introducir o reintroducir un referente en el discurso, típicamente en los casos en los que el hablante se proponer convertir ese sujeto en un tópico discursivo” (Melis y Alfonso, 2013: 137), o cuando se quiere “simplemente centrar la atención sobre la entidad que se pone en escena” (Hetzron, 1975, apud Melis y Alfonso, 2013: 137). Los complementos antepuestos al verbo corresponden a un locativo (xvi) y a un temporal (xvii), coincidiendo con la tendencia observada por ambas autoras de que son ésos los complementos que se anteponen al verbo de manera predominante (2013: 131-132), y de los que dicen que funcionan en las oraciones presentativas como ‘vehículo’ de la puesta en escena del sujeto oracional” (2013: 138). En los ejemplos presentados observamos la coherencia anafórica que permite activar la referencia del sujeto intransitivo en cuestión, en (xvi) (la luna), reintroducida para centrar la atención sobre ella, y en (xvii) (el pilluelo), reintroducida en vista de su valor topical, como lo atestigua la coherencia catafórica que establece la continuidad temática proyectada a partir de la frase cuya referencia se ha activado.
Pasemos ahora a la revisión, en los cuadros 21 y 22, de la naturaleza léxica de los sujetos intransitivos con núcleo nominal común en los textos del siglo XIX.
S. XIX España | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Sintr - V | 31 (36.9%) | 2 (2.4%) | 51 (60.7%) | 84 (100%) |
V - Sintr | 14 (26.9%) | — | 38 (73.1%) | 52 (100%) |
S. XIX México | Humano | Animado no humano | Inanimado | Total |
Sintr - V | 56 (44.8%) | 1 (0.8%) | 68 (54.4%) | 125 (100%) |
V - Sintr | 25 (30.5%) | 1 (1.2%) | 56 (68.3%) | 114 (100%) |
Con excepción de los textos del siglo XIII para ambos órdenes y de los mexicanos del siglo XVI para el orden SintrV, en que la referencia inanimada se mantuvo por abajo del 50% de productividad, en el XIII con el orden SintrV 45.5%, y con el orden VSintr 43.4%, y en el XVI mexicano 49% para el orden SintrV, la referencia más frecuente para el sujeto intransitivo con núcleo nominal común ha sido la inanimada, moviéndose para el orden VSintr entre el 68.3% y el 73.1%, y para el orden SintrV entre el 54.4% y el 60.7%. Se puede advertir, en consecuencia, que aunque es dominante, no constituye regla.
Ahora bien, en los textos del XIII y los del XVI para ambas variantes el orden más frecuente de los sujetos intransitivos es pospuesto al verbo, lo cual podría correlacionarse con su también más frecuente referencia inanimada, tomando en consideración que este tipo de referencia es la normal para la función de objeto directo, que históricamente se ha pospuesto al verbo transitivo en una proporción muy elevada. Los textos del XIX, sin embargo, muestran, como cambio evidente, la ruptura de dicha correlación, dado que, manteniéndose como más productiva la referencia inanimada, el orden más frecuente ha pasado a ser SintrV, hecho que parece sugerir que el orden de constituyentes en español, al menos cuando el sujeto es intransitivo, ha perdido sensibilidad a la referencia como motivador del orden estructural, en beneficio de la percepción de la función sintáctica.
4. Conclusión
Los textos objeto del análisis muestran tanto para el sujeto transitivo como para el intransitivo un comportamiento posicional semejante en cada siglo, es decir, sincrónicamente, aunque cambiante a lo largo del periodo estudiado, hasta llegar al siglo XIX, que prefigura el estado observable a finales del XX y principios del XXI. Observamos en los textos del siglo XIII que el sujeto tiende a posponerse al verbo, aunque en una mayor proporción en el caso del sujeto intransitivo. Asimismo resultó claro que los sujetos transitivos presentan una mayor proporción de referentes humanos que los sujetos intransitivos, los cuales, por su parte, muestran una mayor frecuencia de referentes inanimados. Este comportamiento alternante no resulta extraño dado que mientras la mayoría de los sujetos transitivos codifica el argumento instigador, causa o agente, el cognoscente, el receptor, el perceptor, el experimentante, el poseedor, etc., derivados del predicado verbal, la mayoría de los sujetos intransitivos formaliza principalmente el tema, el paciente, el estímulo, argumentos provenientes de predicados inacusativos o de predicados verbales pasivos, anticausativos, estativos y resultativos.
Teniendo como punto de referencia el comportamiento de ambos tipos de sujetos en el siglo XIII, los textos del XVI nos muestran un comportamiento diferente. En el caso de los sujetos transitivos, el orden más frecuente ha pasado a ser StrV, y aunque la naturaleza léxica dominante de este tipo de sujeto es la humana, no es el factor que establece la diferencia entre los dos órdenes alternantes, si bien sí parece incidir en el aumento de la proporción de sujetos transitivos antepuestos al verbo. Por otra parte, y en relación con los sujetos intransitivos, aún prevalece el orden VSintr, aunque con un rendimiento funcional disminuido en relación con el observado en el siglo XIII. En este caso, la naturaleza léxica dominante de los sujetos intransitivos, la inanimada, nos sugiere una explicación posible al más lento avance observado en la disminución de la productividad del orden con el sujeto respectivo pospuesto al verbo. Por último, en relación con el análisis de los textos del siglo XVI, la proporción de los sujetos transitivos antepuestos al verbo es mayor en la variante novohispana que en la española (sólo con sustantivos comunes 72% frente a 62.2%, respectivamente, e incluyendo también los sustantivos propios, 72.8% frente a 53.8%), en tanto que la frecuencia proporcional de los sujetos intransitivos pospuestos al verbo es mayor en los textos de la variante española que en los de la novohispana (sólo con sustantivos comunes 63.3% frente a 54.3%, respectivamente, e incluyendo también los propios, 63.2% frente a 53.2%). Este estado de cosas exhibe una variante novohispana más distante que la española en relación con el tipo de estructura observada en el siglo XIII, y que apunta en dirección al estado más frecuente del XIX y el vigente a fines del XX y principios del XXI.
En efecto, los textos del XIX, en relación con el sujeto transitivo, muestran que el español presenta 80% de sujetos antepuestos al verbo (76.4% con sustantivos propios y 83.3% con sustantivos comunes), en tanto que la proporción del mexicano es de 91.3% (96.8% con sustantivos propios y 89.7% con sustantivos comunes). Al comparar esta información con la correspondiente del siglo XVI, queda claro que ambas variantes se dirigen a generalizar la estructura con el sujeto transitivo antepuesto al verbo, la española con una tasa de crecimiento entre ambos siglos de 48.7% y la mexicana, de 26.4%. Correlativamente, la productividad de la estructura VStr muestra un evidente retroceso al pasar, la variante española, al 20%, y desplomarse la mexicana al alcanzar el 8.7%; y esto ha sucedido no obstante que los textos de ambas variantes exhiben un aumento de poco más de 50% en la proporción de sujetos transitivos inanimados. Por otra parte, y en lo que atañe a los sujetos intransitivos, el cambio entre el siglo XVI y el XIX es más drástico, pues en este último la productividad entre ambos órdenes se ha invertido en las dos variantes, de modo que aparece como más productivo el orden SintrV, en el caso de la española al pasar de 36.8% a 63.6%, respectivamente, y en el de la mexicana 46.8% a 61.9%, unificándose ambos tipos de sujeto en una sola estructura como la más productiva, a saber, con el sujeto antes del verbo, y apuntar al estado actual de la lengua, en el que la regla es que el sujeto antecede al verbo con independencia de si éste es transitivo o intransitivo.
Finalmente, el estado de cosas descrito en el párrafo precedente nos pone de frente a un siglo XIX en el que ya no existen reglas distintas a propósito de las productividades alternantes en relación con los órdenes StrV / VStr y SintrV / VSintr.. La alternancia existe en el XIX, como continúa existiendo a principios del XXI, pero es en el estado sincrónico del XIX en el que los textos nos muestran el punto de partida unificado del orden que hoy es claramente la regla: el sujeto antecede al verbo en español. En efecto, en el XIX la productividad mínima del sujeto antepuesto al verbo, transitivo o intransitivo, excede el 60%. Este comportamiento nos proporciona un nuevo argumento en favor de asumir dicho siglo como el momento de inicio de una tercera etapa evolutiva en la historia del español.
Corpus bibliográfico
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Regenta: Leopoldo Alas “Clarín”, La Regenta, 2 vols., edición de Gonzalo Sobejano, Madrid, Castalia, 1981.
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