1. Introducción
El estudio de las locuciones prepositivas en español ha contado con varias investigaciones que se han centrado en la caracterización semántica y sintáctica de estas construcciones y en el establecimiento de criterios para su identificación (Koike, 1997; Pavón, 1999; Adler, 2001; Cifuentes Honrubia, 2003; RAE-ASALE, 2009; Polakof, 2011). Los parámetros teórico-metodológicos que nos ofrecen investigaciones como las antes mencionadas permiten sustentar y complementar el análisis de estas construcciones desde una perspectiva diacrónica (Polakof, 2011; Codita, 2016; Insausti, 2018; Sánchez Lancis, 2019). En específico, se puede dar cuenta de la evolución de las locuciones preposicionales desde el comportamiento léxico del núcleo nominal hasta el esquema fijado con función gramatical, lo que se entiende como parte de un proceso de gramaticalización (Traugott y König, 1991; Garachana, 1999; Company, 2003; Traugott, 2003; Buenafuentes, 2007; Cuenca, 2012; Elvira, 2015; McColl y Trask, 2015). En este campo de investigación se enmarca el presente estudio, en el que se lleva a cabo un rastreo histórico de dos de las locuciones prepositivas del español: con miras a y con miras de, por medio de las bases de datos del Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA).1 Dichas locuciones expresan un valor equivalente de finalidad, por lo que pueden asumirse como variantes.
Asimismo, la presente investigación recurre a la noción de ‘metáfora conceptual’ (Kövecses, 2010; Lakoff y Johnson, 2015 [1980]; Anderson, 2017), propuesta por la lingüística cognitiva. La incorporación de este concepto en la descripción de la evolución de las locuciones con miras a y con miras de se sustenta en el sentido metafórico de carácter perceptivo-visual que evocan ambas estructuras. De esta manera, en una primera instancia, la investigación busca responder cómo incide el proceso de gramaticalización en la evolución de las locuciones preposicionales con miras a y con miras de y, luego, cómo se relaciona este fenómeno con la conceptualización metafórica de tales construcciones. Como hipótesis se propone que el cambio lingüístico experimentado por el nominal miras hacia su estabilización como parte de las locuciones preposicionales antes mencionadas supone un movimiento metafórico desde un valor más concreto, vinculado con la visión, hacia uno más abstracto o de carácter funcional.
Finalmente, el presente estudio asume los siguientes objetivos de investigación: a) Describir el proceso de gramaticalización en la formación de las locuciones preposicionales con miras a y con miras de, y b) Explicar su relación con la conceptualización metafórica de dichas formas en los corpus CORDE y CREA. Para dar cumplimiento a estos objetivos, el artículo se organiza de la siguiente manera: en primer lugar, se exponen los presupuestos teóricos en los que se fundamenta la investigación, específicamente, las investigaciones vinculadas con las locuciones prepositivas en español, la gramaticalización y la metáfora desde la perspectiva de la lingüística cognitiva. Seguidamente, se describe la metodología adoptada para dar respuesta a las preguntas de investigación. Luego, se expone el análisis y discusión de los resultados y, para finalizar, se presentan las conclusiones y proyecciones del estudio.
2. Marco teórico
La presente sección comprende los tres ejes de interés teórico que sustentan esta investigación. En primer lugar, se abordan las características estructurales de las locuciones prepositivas y las pruebas funcionales de Cifuentes Honrubia (2003) que permiten comprobar la gramaticalización de estas construcciones. Luego, se presentan los lineamientos generales sobre la teoría de la metáfora conceptual, que fundamenta la indagación del cambio semántico experimentado por el núcleo nominal de las locuciones preposicionales con miras a y con miras de. Finalmente, se describe el concepto de gramaticalización, con especial atención en la formación de locuciones preposicionales y en el reajuste semántico implicado en este proceso.
2.1. Locuciones preposicionales
A diferencia de las preposiciones, que se consideran clases gramaticales cerradas por lo acotado de su nómina (De Bruyne, 1999; Laguna, 2004; RAE-ASALE, 2009; Moliner, 2012; Bosque, 2015 [1989]), las locuciones preposicionales suponen una prolongación que amplía considerablemente el paradigma e inventario de las primeras (RAE-ASALE, 2009). Tal es así que, algunos autores, como Koike (1997), refieren que el inventario “cerrado” de las preposiciones se ve amenazado por la ampliación que les aportan las locuciones (p. 151); sin embargo, la RAE-ASALE defiende la idea de que el paradigma de las preposiciones no alcanzaría a ser clasificado como abierto, a pesar del gran número de locuciones existentes que se le pudiera agregar (RAE-ASALE, 2009). Las discusiones sobre la interrelación entre la preposición y la locución prepositiva han derivado en estudios que ponen en duda la existencia de la segunda como categoría en sí misma y que proponen que sean consideradas como parte del paradigma prepositivo. Este es el caso de Fagard (2009), quien indica que se trata de preposiciones complejas, tanto desde un punto de vista morfológico como semántico. Resulta difícil admitir tal correlación, ya que las locuciones prepositivas presentan un grado de complejidad mayor (estructura pluriverbal) que el de las preposiciones simples y un grado diferente de gramaticalización de sus elementos compositivos (Montoro del Arco, 2006).
En la tradición de la lingüística descriptiva, las locuciones preposicionales se han definido como construcciones de carácter más o menos fijo (Pavón, 1999; RAE-ASALE, 2009; Polakof, 2011). Es decir, como combinaciones estables de palabras, que tienen una estructura determinada y sancionada como tal por los hablantes (Codita, 2015). El carácter relativamente fijo de estas construcciones alude tanto a la estabilidad de forma como a la improductividad de los esquemas sintácticos, lo que implica también el rasgo de especialización semántica, conocido como idiomaticidad (Cifuentes Honrubia, 2003).
Según Pavón (2003) y Codita (2013) los esquemas sintácticos de representación más recurrentes en estas construcciones preposicionales pueden ser de dos tipos:
las locuciones formadas por un nombre y una preposición [n+p]: cara a, frente a…
las locuciones formadas por una preposición, un nombre y una preposición [p+n+p]: a causa de, en honor a, con la excepción de…
Las locuciones que analizaremos en este estudio, con miras a y con miras de, responden a la estructura del segundo tipo, y presentan variación en la segunda preposición (a / de). De acuerdo con la literatura (Koike, 1997; Pavón, 2003), las locuciones preposicionales con la estructura [p+n+p] presentan un comportamiento más complejo, ya que su grado de lexicalización varía y también suelen tener un mayor o menor grado de fijación y cohesión.
Cifuentes Honrubia (2003) propone un conjunto de pruebas funcionales para detectar el grado de gramaticalización de las locuciones. Según el propio autor, este conjunto de pruebas debe ser aplicado de manera crítica y cautelosa a cada caso concreto, por lo que no deben ser tomadas como una guía absoluta:
Las locuciones preposicionales deberán presentar el comportamiento típico de una preposición, es decir, expresar el mismo tipo de relaciones y aparecer en los mismos contextos sintácticos.
El sustantivo que contienen no debe funcionar como un sintagma nominal.
Deben tener cierto grado de fijación y cohesión interna, es decir, mostrar invariabilidad de género y número del sustantivo núcleo; rechazo de modificadores propios de un sintagma nominal, como artículos, adjetivos, demostrativos y cuantificadores; y rechazo de la conmutación por posesivo.
En los procesos de formación de locuciones prepositivas en español, un aspecto reiterado es la incorporación de sustantivos que remiten a la experiencia del ser humano o, más explícitamente, a su corporalidad (Elvira, 2015; Insausti, 2018; Provencio, 2020). Dentro de dicho grupo se encuentran las locuciones preposicionales estudiadas con miras a y con miras de, y otras como a la cabeza de y en cabeza de(Insausti, 2018). Esta dimensión experiencial que entrañan las locuciones prepositivas explica que algunos estudios (Insausti, 2018; Provencio, 2020) integren el marco conceptual de la lingüística cognitiva (desde ahora, LC). Esta corriente mantiene que el lenguaje corresponde a una habilidad cognitiva que está integrada a la cognición general y que se sustenta en la experiencia corpórea humana (Cuenca y Hilferty, 1999; Ibarretxe-Antuñano y Valenzuela, 2012; Ibarretxe-Antuñano, 2013). De esta forma, estudios sobre locuciones preposicionales (Cuenca, 2012; Insausti, 2018; Provencio, 2020) han aplicado las nociones de metáfora conceptual (Lakoff y Johnson, 2015 [1980]; Kövecses, 2010) y gramaticalización (Heine et al., 1991; Cuenca, 2012; Van der Auwera et al., 2015), tal como han sido descritas por la LC.
2.2. Metáfora conceptual
En LC, la metáfora no se concibe solo como un uso retórico o figurativo del lenguaje, sino también como un recurso de conceptualización. Tal y como Lakoff y Johnson (2015 [1980]) establecieron en su obra seminal Metáforas de la vida cotidiana, los usos metafóricos o, en su terminología, “expresiones metafóricas”, se presentan de manera ubicua en el lenguaje. Por ejemplo, considérese la siguiente serie de enunciados: “Ya veo lo que dices. Parece diferente desde mi punto de vista. ¿Cuál es el punto de vista de esto? Lo veo de manera diferente. Ahora tengo una imagen total. Déjame que te señale algo. Esa fue una observación brillante” (Lakoff y Johnson, 2015 [1980], pp. 87-88). Según los autores antes mencionados, estas expresiones manifiestan un patrón de asociaciones sistemáticas entre dos dominios cognitivos (o parcelas de conocimiento enciclopédico), desde las que se puede teorizar la existencia de la metáfora conceptual COMPRENDER ES VER.2
Las metáforas conceptuales se definen como un mapeo entre un dominio cognitivo más abstracto, general y menos relacionado con el cuerpo, el ‘dominio meta’, y otro más concreto, específico y más vinculado en la experiencia corporal, el ‘dominio fuente’ (Lakoff y Johnson, 2015 [1980]; Kövecses, 2010). Así, bajo esta lógica, en la metáfora COMPRENDER ES VER, el dominio fuente corresponde a VER; mientras que el dominio meta, a COMPRENDER. Esta imbricación entre dominios se define por una serie de correspondencias conceptuales que importan elementos, estructuras, propiedades y relaciones lógicas desde el dominio fuente hacia el dominio meta. Así, este último dominio puede ser comprendido en términos del primero (Lakoff y Johnson, 2015 [1980]; Kövecses, 2010; Soriano, 2012).
Según el modelo de Rivano (1999), entre los contenidos que pueden mapear las correspondencias de una metáfora conceptual se cuenta una determinada ‘Escena Básica’ (desde ahora, EB). Este constructo es definido por el autor antes mencionado como un recurso que “permite identificar la relación básica que da origen a la estructuración del caso” (Rivano, 1999, p. 45). Por ejemplo, para el dominio fuente VER de la metáfora conceptual COMPRENDER ES VER, se logra inferir una forma conceptual básica, mínima o simple, a saber, la EB:
[Alguien ve Algo…]
En el ejemplo anterior se evidencian dos participantes (Alguien y Algo) y una relación que los vincula (i.e. Alguien “percibe visualmente” Algo). De acuerdo con Rivano (1999, pp. 45-46), la EB permite definir una estructura elemental para extraer las entidades y relaciones conceptuales que una determinada metáfora conceptual importa eventualmente desde el dominio fuente hacia el dominio meta. Así también, como lo desarrolla Alarcón (2002), una misma EB puede presentar variantes que se proponen en virtud del contenido conceptual que es mapeado lingüísticamente.
Finalmente, cabe señalar que la explicación cognitiva de la metáfora en la LC fundamenta estudios diacrónicos (Sweetser, 1990; Trim, 2011; Anderson, 2017) centrados en el cambio semántico por metaforización o extensión metafórica (Luján, 2010, Anderson, 2017), en el que el sentido de una palabra deriva en un significado metafórico.
2.3. Gramaticalización
Una de las definiciones clásicas de gramaticalización señala que este concepto corresponde a un proceso mediante el que “una unidad léxica o estructura asume una función gramatical o (…) una unidad gramatical asume una función más gramatical” (Heine et al., 1991, p. 2). Desde esta explicación, desarrollos más recientes han incluido nuevos aspectos en la delimitación de dicho fenómeno, entre los que se consideran la diacronía y la sincronía o la semántica y la pragmática. Así, se sostiene que la gramaticalización en realidad corresponde a un ‘macrocambio lingüístico’, en el que interactúan los diferentes niveles del lenguaje (Garachana, 2008, p. 7; Provencio, 2020, p. 240).
De acuerdo con Cuenca (2012), entre las transformaciones asociadas con la gramaticalización se cuentan: un cambio categorial, o reanálisis, y un cambio semántico. El reanálisis de la pieza gramaticalizada responde a su derivación hacia un comportamiento gramatical o más gramatical. Por su parte, el cambio de significado incluye la pérdida del sentido denotativo y el potencial incremento del valor pragmático de la construcción que experimenta la gramaticalización. Es así como, según Provencio (2020), en la locución prepositiva en vías a, el sustantivo y las preposiciones prenominales y postnominales dejan de considerarse de manera independiente y se reanalizan como partes de la estructura formal con función más gramatical [p+n+p]. A su vez, a nivel semántico, la gramaticalización de en vías de involucra la persistencia del significado etimológico y más concreto del nominal vía (i.e. camino) y la adquisición de un alto grado de abstracción por parte de la locución.
La tendencia desde un sentido más concreto a uno más abstracto que experimentan los cambios semánticos en la gramaticalización ha hecho que este fenómeno se explique mediante procedimientos metafóricos (Sweetser, 1990; Heine et al., 1991; Luján, 2010; Cuenca, 2012). Por ejemplo, Heine et al. (1991, p. 160) abogan por una progresión de dominios cognitivos en la siguiente sucesión:
PERSONA > OBJETO > ACTIVIDAD > ESPACIO > TIEMPO > CUALIDAD.
Este cambio de conceptualización orienta especialmente la gramaticalización de ítems léxicos, como es el caso de sustantivos vinculados con partes del cuerpo que derivan en preposiciones locativas (Heine et al., 1991; Cuenca, 2012).
Traugott (1989, p. 34-35), por su parte, hipotetiza tres tendencias de cambio semántico en los procesos de gramaticalización, según un incremento en la implicación del hablante con respecto a lo expresado:
Tendencia I. Desde significados que se basan en una situación externa hasta significados que apelan a situaciones internas (evaluativas/perceptivas/cognitivas).
Tendencia II. Desde significados basados en situaciones externas o internas hasta significados que se basan en la situación metalingüística o textual.
Tendencia III. Los significados comienzan progresivamente a fundamentarse en actitudes, estados o creencias subjetivas del hablante en relación con lo expresado.
Finalmente, cabe aclarar que todas las tendencias de cambio semántico señaladas han sido descritas como unidireccionales (Traugott, 1989; Heine et al., 1991; Luján, 2010).
3. Metodología
Para dar cumplimiento al objetivo de esta investigación, se comenzó por buscar el núcleo miras de las locuciones prepositivas con miras a y con miras de en el CORDE. El universo de datos que arrojó esta búsqueda mostró un total de 2619 casos para el lema miras, en 1189 documentos. Dentro de este conjunto es importante destacar que se presentó miras con función nominal (e.g. no eleves tanto las miras)3y4 y verbal (e.g. si tú miras bien).5 Dado que el CORDE no permite discriminar los lemas por categoría léxica, se procedió a revisar cada uno de los casos de miras para localizar temporalmente la ocurrencia de esta forma en función nominal, que constituye el núcleo de las locuciones estudiadas. Luego, el análisis se orientó a determinar las co-ocurrencias y relaciones entre el ítem nominal miras y los elementos prenominales (con) y postnominales (de/a) en un mismo contexto lingüístico. En el CORDE, la locución con miras a suma un total de 44 casos en 31 documentos, mientras que con miras de, 23 casos en 15 documentos. En cuanto al CREA, la locución preposicional con miras a totaliza 603 casos en 507 documentos (de estos, 31 casos en 21 documentos llevan letra inicial mayúscula);6 por su parte, con miras de reúne 9 casos en 9 documentos.7
Para testar la gramaticalización de las construcciones prepositivas que incluyen la forma nominal miras y los elementos adyacentes con y de/a, se aplicaron tres de las pruebas que propone Cifuentes Honrubia (2003) para comprobar el grado de fijación y cohesión interna de los elementos antes mencionados. En primer lugar, las locuciones prepositivas debían expresar el mismo tipo de relaciones y aparecer en los mismos contextos sintácticos de una preposición: se encuentra en una situación bastante sólida con miras a los futuros compromisos de renegociación8/ se encuentra en una situación bastante sólida para los futuros compromisos de renegociación. En segundo lugar, el sustantivo no debía funcionar como sintagma nominal. Es así como, en el ejemplo No muy acordes en esto con las miras de su capitán,9 el determinante que le precede a miras y el sintagma preposicional que le sucede, dan cuenta de la función léxica de la forma nominal. En tercer lugar, la estructura preposicional debía tener un determinado grado de fijación formal. Por lo tanto, se evaluaron los contextos en los que el sustantivo rechazaba la coordinación con modificadores propios de un sintagma nominal, tales como adjetivos, demostrativos y cuantificadores: León estima que se lograría un considerable avance con miras de crear el Área Libre de Comercio10/ *León estima que se lograría un considerable avance con algunas/esas miras de crear el Área Libre de Comercio.
El criterio de selección de la locución con miras a guarda relación con el hecho de que la RAE-ASALE (2009, p. 2281) la recoge en su nómina de locuciones prepositivas. En el caso de con miras de, aunque no aparece en el listado de referencia antes señalado, se constató que su valor funcional era equivalente al de con miras a y que se presenta de manera reiterada en la base de datos de los corpus consultados. De igual forma, miras, el núcleo nominal de ambas construcciones, debe su sentido a un fenómeno de extensión metafórica de origen perceptivo vinculada con la visión. Esta característica posibilitará la indagación del vínculo entre el proceso de gramaticalización y la metáfora conceptual. Mientras tanto, la elección del CREA responde a la idea de poder documentar la vitalidad de las locuciones analizadas en el español actual y, de este modo, contrastar su comportamiento con los datos del CORDE.
4. Análisis y discusión
La forma miras se presenta en el CORDE con función nominal a partir del año 1578, en específico, con el valor semántico de ‘puntería’ u ‘objeto usado para apuntar’:
(1)
Y desde allí con la presteza usada / las apuntadas miras asestando/ les comienzan a dar una rociada / muchos en poco tiempo derribando (CORDE: 1578, Alonso de Ercilla, La Araucana, segunda parte, España).
Como si tiro 500 passos por un punto, assientan la regla sobre el fogón y encaran por ella y por las miras de la pieça (CORDE: 1590, Diego Alava de Viamont, El perfecto capitán, España).
Sabida, pues, la alteza de la montaña y formando el operante en su imaginación una línea recta, la qual se entienda sobre la superficie o halda d’ella, como se vee en la figura, que es aquella que, partiendo del ojo del que mira por las miras del instrumento en punto A camina hazia el punto B (CORDE: 1592, Luis Collado, Plática manual de artillería, España).
Como se evidencia en (1), para la segunda mitad del siglo XVI, los casos de miras, con sentido de objeto de puntería, se contextualiza en un ámbito de carácter militar; por ejemplo, se presenta en poemas épicos (1a) o manuales de artillería (1c). En este caso, el tipo textual y el contexto temático de los ejemplos en (1) no solo confirman que el valor de miras alude a una pieza de un arma, sino que también se establecen como evidencias de que el uso del nominal es, en alguna medida, característico de textos con temática bélica. Así también, en relación con dicho significado de ‘puntería’, se puede mencionar que el Diccionario de la Lengua Española (DLE) incorpora las siguientes acepciones para la forma en singular de miras, a saber, el sustantivo mira: “Pieza que en ciertos instrumentos sirve para dirigir la vista o tirar visuales” y “En las armas de fuego, pieza que se coloca convenientemente para asegurar la puntería”. De esta manera, con estos datos, se propone que el valor de ‘puntería’ para la forma miras aún tiene vigencia en el español actual.
Durante el siglo XVII se presentan en el corpus histórico dos ocurrencias de la forma miras con función nominal:
(2)
Califiquen mil verdades / por tus gustos y tus miras / verdades hechas mentiras / mentiras hechas verdades (CORDE: 1599-1622, Conde de Villamediana [Juan de Tassis y Peralta], Poesías, España).
En estos valles destos montes faldas / Ay vn remoto sitio, en que podrias / Mostrar tus fuerzas, y prouar las miras(CORDE: 1609, Lope de Vega, Jerusalén conquistada, España).
Estos casos denotan un sentido más abstracto, que no se identifica con el valor de ‘puntería’ u ‘objeto usado para apuntar’ de los ejemplos en (1). Las razones que dan lugar a esta interpretación guardan relación, primero, con los géneros textuales en los que tiene lugar la forma miras: poético en (2a) y épico en (2b), que se distinguen por un poético y más abstracto del lenguaje. Asimismo, en el caso de (2a), el texto se distancia de una temática bélica y no remite una situación comunicativa vinculada con el ámbito militar y de las armas. Luego, en estos casos, el contexto semántico se destaca por la concurrencia de entidades abstractas (2a: tus gustos y tus miras, mentiras hechas verdades ) y por el uso figurativo del lenguaje (2b: Para alcançar laureles y guirnaldas / Haz rostro à quien te aguarda con el pecho… mostrar tus fuerzas y, prouar las miras ). Es así como los aspectos antes mencionados favorecen una lectura figurativa de miras que se asocia con un claro valor abstracto.
De esta manera, se propone que los dos casos en (2) se establecen como antecedentes de un cambio semántico de extensión metafórica de la forma miras con el valor de ‘intención, deseo o aspiración’ (3), que se estabilizará a partir del siglo XVIII (3b, 3c y 3d).
(3)
El apetito de la posteridad es natural. Éste tiene dos miras: los hijos y la fama (CORDE: 1653, Juan de Zabaleta, Errores celebrados, España).
¡Ó corazon imprudente! / No eleves tanto las miras / Reprímete; pues conspiras / Á la ruina de tu Dueño (CORDE: 1730-1791, Tomás de Iriarte, Poesías varias, España).
Es sacrílega ossadía de el hombre presumir que puede apurar todas las miras de la Providencia (CORDE: 1736, Benito Jerónimo Feijoo, Teatro Crítico Universal, VII, España).
Porque como éste amaba la fábrica, como cosa suya, y en que tenía puestas sus miras, sus herederos no heredan estas personalísimas prendas y regularmente no es uno solo el heredero (CORDE: c1750, Pedro Rodríguez Campomanes, Bosquejo de política económica española, España).
El sentido metafórico que asume miras posibilita su aparición en textos de temáticas diversas (por ejemplo: oratoria, ensayos o economía); mientras que las ocurrencias de miras con sentido de instrumento para apuntar, de carácter más concreto o delimitado, solo aparece circunscrito a temáticas de índole militar (1).
En virtud de los datos antes expuestos, se postula que, desde un punto de vista cognitivo, el sentido metafórico de miras implica una correlación conceptual entre una intención, deseo o aspiración, que el ser humano se puede llegar a formar, con un objetivo visual (como el que puede ser señalado por un instrumento de puntería). Esta correspondencia se estructura a partir de la metáfora conceptual COMPRENDER ES VER (Johnson, 1987; Sweetser, 1990; Deignan y Cameron, 2013; Ibarretxe-Antuñano, 2020).
Entre los factores corporales que sustentan la motivación de la metáfora COMPRENDER ES VER se cuentan, por un lado, el hecho de que la percepción visual de la realidad material estimula el procesamiento mental. Por otro lado, destaca, en especial para el caso de la extensión metafórica de miras, que la proyección mental o imaginativa de la realidad sea análoga a la visión (Sweetser, 1990, p. 34).
La metáfora COMPRENDER ES VER ha sido descrita como una de tipo estructural (Soriano, 2012), lo que implica la provisión de una estructura conceptual desde el dominio fuente al dominio meta. La explicación de esta estructuración del dominio meta, si se aplica específicamente al cambio semántico experimentado por miras, permite el empleo del concepto de ‘Escena Básica’ (Rivano, 1999). Es así como miras, con valor de instrumento de puntería, se estructura a partir de la siguiente variante escénica en el contexto del dominio VER [Alguien ve Algo que está a larga distancia a través de una Mira] (EB1). En tanto, el nominal miras con sentido metafórico mantiene solo dos participantes desde su sentido concreto anterior: [Alguien ve (desea o aspira) Algo que está a larga distancia (alejado en el tiempo)] (EB2).
En el caso de la (EB1), el participante Mira es coherente con la incorporación de la distancia espacial entre los participantes; sin embargo, en la (EB2), a pesar de la pérdida del participante Mira, el contexto de distanciamiento permanece y termina correspondiéndose con un valor de temporalidad. Así también, en la (EB1), la acción de ver algo a través de un instrumento de puntería implica un valor de finalidad o propósito, a saber, atacar o disparar al objeto apuntado, que también permanece en la (EB2), correlacionándose con la idea de alcanzar el estado o situación deseada o anhelada. En cierta medida, la pérdida del valor de instrumentalidad y el mantenimiento de la relación de distanciamiento entre los participantes Alguien y Algo, y del aspecto de finalidad en la (EB2) se explican por la naturaleza parcial e invariable de los mapeos metafóricos (Lakoff y Johnson, 2015 [1980]; Kövecses, 2010), que solo importan contenido conceptual coherente con el dominio metaforizado.
En cuanto a la evolución de miras en el corpus histórico, podemos notar un estadio previo a su gramaticalización en las locuciones prepositivas estudiadas, en el que el nominal comienza a presentar un debilitamiento semántico, a partir de finales del siglo XVIII:
(4)
Pero como el hombre es siempre llevado a obrar y a elegir antes una cosa que otra, por razones y motivos determinados, por miras de placer y de utilidad (CORDE: 1787, Juan Pablo Forner, Discursos filosóficos sobre el hombre, España).
siguen los pasos de cuantos bribones han tratado desde que el mundo es mundo, en abusar de la credulidad de la incauta muchedumbre, para hacerla servil á las miras de su ambición, al engrandecimiento de su orgullo (CORDE: 1811, Fray Francisco Alvarado, Cartas críticas del Filósofo Rancio I, España).
de no haber manchado mi conducta con ningunas miras de interés individual; de haberme mantenido inaccesible (CORDE: 1818, José Manuel Quintana, Memoria sobre el proceso y prisión de D. Manuel José Quintana en 1814, España).
El debilitamiento semántico de miras en los ejemplos en (4) se justifica parcialmente en el hecho de que los enunciados pueden prescindir de dicha forma y mantener su sentido. Por ejemplo, para (4a) es plausible la reformulación por razones y motivos determinados, por (…) placer y (…) utilidad; para (4b), en abusar de la credulidad de la incauta muchedumbre, para hacerla servil á (…) su ambición y, por último, para (4c), de no haber manchado mi conducta con [ningún] (…) interés individual. Cabe señalar que en algunos contextos se necesitaría realizar algunos ajustes sintácticos (4c), a causa de la remoción de miras, pero aun así no se afectaría mayormente el sentido del enunciado en ninguno de los casos. Contrario a esto, en (3), el sentido de los enunciados sí se vería explícitamente afectado, si se eliminara miras: *No eleves tanto las / Reprímete; pues conspiras; #Porque como éste amaba la fábrica, como cosa suya, y en que tenía puestas sus, sus herederos no heredan estas personalísimas prendas.
Casi en la segunda mitad del XIX comienza a notarse un patrón en el que se aglutina la forma miras junto con preposiciones en posición prenominal y postnominal (5):
(5)
¡Pero qué horrible inhumanidad arrebatarle por miras de ambición y de opulencia los frutos de la tierra (…)! (CORDE: 1843, Mariano Antonio Collado, Traducción de las aventuras de Telémaco seguidas de las de Aristonoo de Fénelon, España).
Rivera estaba inorante / que le iban a echar el guante / con miras de asesinarlo / y derechito a matarlo (CORDE: 1853, Hilario Ascasubi, Paulino Lucero, Argentina).
(…) pero por salir con la suya rechazaba a cuantos se le acercaban con miras de pecar (CORDE: 1886, Leopoldo Alas, Clarín, Pipá, España).
¿Ha tomado usted esa resolución con miras de caridad, con ardiente amor del prójimo y ansia verdadera de aliviar las miserias de sus semejantes? (CORDE: 1895, Benito Pérez Galdós, Relato extenso novela y otras formas similares, España).
En los casos anteriores resulta útil la aplicación de las pruebas funcionales propuestas por Cifuentes Honrubia (2003) para evaluar el grado de fijación y cohesión interna de las construcciones con la estructura [p+n+p]. Por ejemplo, en los enunciados en (5) se puede notar que las construcciones prepositivas pueden expresar el mismo tipo de relación y aparecer en el mismo contexto sintáctico que una preposición. De este modo, se puede conmutar las locuciones preposicionales por una preposición simple de causalidad o finalidad, como se muestra a continuación:
(5)
¡Pero qué horrible inhumanidad arrebatarle por ambición y por opulencia los frutos de la tierra (…)!
Rivera estaba inorante / que le iban a echar el guante / para asesinarlo / y derechito a matarlo.
(…) pero por salir con la suya rechazaba a cuantos se le acercaban por pecar.
¿Ha tomado usted esa resolución por caridad (…)?
En relación con la prueba anterior, la forma miras, en los casos de (5), demuestra un comportamiento más funcional en la medida en que está integrada en una construcción idiomática, en la que sus partes tienen un grado de fijación tal que carecen de un sentido léxico pleno. Por último, dada su cohesión interna, las construcciones preposicionales en (5) se muestran reticentes a la incorporación de modificadores al nominal miras, como se evidencia en los siguientes ejemplos: #Rivera estaba inorante / que le iban a echar el guante / con esas miras de asesinarlo y #¿Ha tomado usted esa resolución con las miras de caridad, con ardiente amor del prójimo y ansia verdadera de aliviar las miserias de sus semejantes?
Como se puede observar en (6), la construcción preposicional con la estructura [con + miras + de] se estabiliza desde mediados del siglo XIX y se mantiene en el siglo XX:
(6)
Temía que con miras de sentimentalismo ñoño, Enrique faltase a la discreción…(CORDE: 1908, Benito Pérez Galdós, España trágica, España).
la prensa no se ocupaba exclusivamente de política, con miras de egoísmos personales (CORDE: 1914, Felipe Trigo, Jarrapellejos, España).
A principios del siglo XX se presenta la construcción con miras a, cuyo comportamiento sintáctico y valor semántico es homólogo a con miras de. Inclusive, se constatan dos casos en los que estas construcciones alternan en un mismo documento: (6a, b) y (7a, c); lo que sustenta la idea de que las locuciones preposicionales mencionadas funcionan como variantes en un mismo periodo temporal.
(7)
Su bella persona me ha hecho pensar de noche y de día, acumulando tantas cavilaciones, tanto y tanto imaginar con miras a lo pasado y a lo futuro (CORDE: 1908, Benito Pérez Galdós, España trágica, España).
En el casuismo infinito de la crítica comparativa no podemos ni aproximadamente abordar todos los problemas que se presentan, pero consignamos clases de conflictos y concordancias en el terreno teórico, con miras á una aplicación práctica (CORDE: 1913, Antonio Ballesteros, Cuestiones históricas (Edades antigua y media) (Metodología), España).
Cidoncha, catedrático, de clase social distinta que Isabel y novio suyo, que hablábala constantemente de casarse y nunca se casaba, no seríalo sino con miras al engaño (CORDE: 1914, Felipe Trigo, Jarrapellejos, España).
Considerando los datos del CREA, la locución prepositiva con miras a adquiere mayor productividad desde finales del siglo XX que con miras de, lo que se comprueba en virtud de las ocurrencias que arroja el corpus para cada una de estas construcciones: 603 casos en 507 documentos para con miras a, que incluye 31 casos en 21 documentos, en los cuales la locución preposicional se ubica al inicio de enunciado. Mientras tanto, se presentan 9 casos en 9 documentos para con miras de. En relación con esto, se hipotetiza, desde una perspectiva cognitiva, que el significado de finalidad que expresan las locuciones mencionadas se correlaciona de manera más coherente con la idea de direccionalidad que mantiene la variante con miras a al incluir el elemento en posposición a.
5. Conclusiones
El estudio analizó el comportamiento de las locuciones preposicionales con miras a y con miras de en los corpus CORDE y CREA desde una perspectiva diacrónica. Según los resultados de la investigación, se puede concluir que el proceso de cambio de las construcciones se adapta a los procesos de gramaticalización propuestos por la teoría, pues se evidencia una evolución en la que una pieza léxica pasa a asumir funciones (más) gramaticales.
De acuerdo con los datos de los corpus analizados, se establece que la direccionalidad del cambio experimentado por miras sugiere un movimiento desde un dominio cognitivo de naturaleza más concreta hacia uno de carácter más abstracto. En el caso de las locuciones estudiadas, el nominal miras comienza con un sentido más concreto de instrumento de puntería, para luego establecer una asociación metafórica con el significado de intención, aspiración o deseo. Finalmente, el nominal, como parte integrante de las locuciones prepositivas, deriva en un sentido más gramatical de finalidad. Es decir, el movimiento semántico progresa desde un dominio relacionado con la percepción visual a otro, vinculado con la comprensión, para luego involucrar una parcela de conocimiento aún más abstracta, referida a las acciones en general. Por lo tanto, los resultados validan la hipótesis del estudio. Cabe señalar que el sentido de finalidad o propósito se presenta inicialmente en el contenido léxico del significado de miras como pieza de puntería, manteniéndose en la forma metafórica del nominal con valor de intención o aspiración, para luego ser heredado por el sentido funcional de las locuciones con miras a y con miras de.
El rastreo de las locuciones estudiadas revela que su gramaticalización es relativamente reciente, ya que el nominal miras se muestra en construcciones con preposiciones prenominales y postnominales hacia mediados del siglo XIX. Además, se constata que la gramaticalización de la locución preposicional con miras de es históricamente anterior a con miras a. Sin embargo, esta última construcción es la que manifiesta mayor prominencia desde finales del siglo XX, según los datos del CREA.
Finalmente, este estudio sustenta la relevancia de las investigaciones en lingüística histórica para la comprensión del fenómeno de gramaticalización en el caso específico de las locuciones preposicionales en español. Los análisis históricos dan luz sobre los matices en la evolución y complejidad de estos fenómenos de cambio lingüístico aún en curso.
Como proyecciones de la investigación, se propone incorporar al análisis histórico herramientas estadísticas, que podrían ser útiles para sustentar el fenómeno de gramaticalización de acuerdo con la frecuencia de aparición de las locuciones y su evolución en términos cognitivos. Siguiendo a Bergs (2017, p. 374), el desarrollo de nuevas construcciones lingüísticas a partir de procesos de gramaticalización depende parcialmente de su frecuencia de exposición. Por ende, no haber incluido datos cuantitativos al análisis de la evolución de la forma miras se asume como una de las limitaciones del presente estudio.