La pandemia actual de COVID-19 ha representado un reto mayúsculo para la sociedad y la comunidad médica, no solo por su alta contagiosidad sino por la variabilidad de las manifestaciones clínicas y su comportamiento impredecible bajo diferentes contextos sanitarios. Ante ello, las medidas preventivas específicas son relevantes para evitar o disminuir contagios entre pacientes y personal de las unidades de salud, considerando que el periodo presintomático durante el cual el individuo contagiado ya puede transmitir el virus varía entre cinco y seis o hasta 14 días, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Además, un paciente infectado puede estar asintomático, incluso, algunas personas después de haber padecido COVID-19 pueden continuar expulsando virus por algunos días más después de recuperarse.
Desde el inicio del brote, las medidas preventivas para disminuir la propagación del virus SARS-CoV-2 han incluido políticas sanitarias según el país o región. Diversas instituciones internacionales han hecho recomendaciones preventivas para el manejo de pacientes y procedimientos específicos en diferentes especialidades. Específicamente en alergología se han publicado directrices preventivas relacionadas con la inmunoterapia (ITA) con alérgenos en tiempos de COVID-19.1,2,3 Sin embargo, la heterogeneidad geográfica y de criterios académicos personales o institucionales basadas en diferentes escuelas de ITA, además de diferente acceso a insumos, calidad y tipo de extractos empleados, esquemas de dosificación y modalidades de ITA en México, dificultan la generalización y aplicación correcta o completa de las políticas preventivas internacionales en todas las regiones del país.
El grupo de trabajo de la Guía Mexicana de Inmunoterapia, en coordinación con el Colegio Mexicano de Inmunología Clínica y Alergia, el Colegio Mexicano de Pediatras Especialistas en Inmunología Clínica y Alergia y el Consejo Nacional de Inmunología Clínica y Alergia avalan un documento en línea que toma como base las recomendaciones emitidas por la autoridad sanitaria de México, las sociedades internacionales, la evidencia en la literatura y la opinión consensuada de expertos latinoamericanos en ITA. En dicho documento se enumeran, de forma esquemática, algunas medidas preventivas para COVID-19 aplicables a la logística de preparación y administración de ITA (DOI: 10.13140/RG.2.2.28967.78243). En el cuadro 1 se proponen ajustes eventuales al esquema e intervalo de administración para el contexto mexicano.
4.1 Valorar iniciar ITA, contrastando riesgo contra beneficio en cada paciente de forma particular, y ajustando la logística a las recomendaciones de aislamiento social* |
4.2. Para los pacientes en tratamiento con ITSL, seguir esquema normal |
4.3. Para los pacientes en tratamiento con ITSC, considerar la modificación del esquema de administración, específicamente si se utiliza:
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4.4. En pacientes con diagnóstico de COVID-19 confirmado o con alta sospecha, suspender la ITA hasta terminado el aislamiento y reiniciar de acuerdo con el contexto clínico individualizado. Particularmente en los pacientes con antecedente de enfermedad grave, considerar interrumpir uno a tres meses la dosificación antes de reiniciar la ITA |
4.5 Con el objetivo de limitar las visitas a la unidad de salud, a criterio del alergólogo se puede considerar la aplicación de ITSC en el hogar siguiendo las recomendaciones de la Guía Mexicana de ITA 2019,7 particularmente:
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4.6. En pacientes con ITA para veneno de himenópteros (VIT, venom immunotherapy):
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*No obstante que la modalidad de ITA en esquemas de inicio es una decisión conjunta alergólogo-paciente, durante el tiempo de pandemia sugerimos iniciar con ITSL, para disminuir la movilidad del paciente y favorecer el uso de ITA con mejor perfil de seguridad para administración en domicilio.
**La conducta preferente siempre será continuar la administración de ITA. Sin embargo, de acuerdo con la preferencia del paciente o del médico, se podrá continuar o suspender temporalmente la ITA, extender el intervalo entre las dosis o cambiar la modalidad de la administración, hasta que el riesgo de transmisión de SARS-CoV-2 a través del contacto social haya disminuido a un nivel epidemiológicamente aceptable (fase 1).
Para estas sugerencias se consideraron las modalidades de transmisión potencial del virus SARS-CoV-2 (vía aérea o de contacto), con el objetivo de disminuir el riesgo de contagio para los pacientes y el personal de la unidad de salud en donde se prepara y administra ITA.
El contenido de este documento es complementario a las recomendaciones basadas en evidencia de la Guía Mexicana de ITA 2019,4 a las estrategias oficiales de prevención y control de COVID-19 y las precauciones específicas de las unidades de salud que han recomendado la Secretaría de Salud Federal,5 algunos estados de la república y organismos internacionales.2,4,5 Por último, es importante establecer que las sugerencias emanadas de dicho documento se han razonado bajo condiciones ideales y de ninguna manera pretenden sustituir el criterio del médico tratante acerca de su aplicación en su contexto individual o institucional.