Antecedentes
El asma es una enfermedad crónica de gran impacto en la salud pública y en la calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud estima que en todo el mundo se superan ya los 334 millones de personas afectadas.1 Los países en desarrollo aportan 80 % de las muertes en el mundo y en ellos la prevalencia del asma está aumentando rápidamente en los últimos años.2 En Latinoamérica existen escasos estudios epidemiológicos.3,4
El objetivo de este documento fue describir la prevalencia del asma y las características clínico-demográficas en pacientes adultos afiliados a un sistema de salud privado de la ciudad de Buenos Aires.
Métodos
Se realizó un estudio de corte transversal de pacientes adultos afiliados al programa médico del Hospital Italiano de Buenos Aires, entre el 1 de enero de 2017 y 1 de enero de 2018. Toda la atención médica de los afiliados está registrada en forma centralizada en la historia clínica electrónica.
Los criterios de inclusión fueron pacientes mayores de 17 años, con seguimiento de al menos seis meses. El criterio de exclusión fue presentar historia clínica incompleta.
El diagnóstico de asma se basó en la búsqueda a través de la historia clínica electrónica de síntomas como sibilancias, opresión torácica, tos o falta de aire junto con una limitación variable del flujo de aire espiratorio y el consumo de fármacos asociados a la enfermedad. Se consideró asma grave a la condición dada por la presencia de necesidad de internación o ajuste de la dosis de corticoides orales o endovenosos, a pesar de permanecer bajo tratamiento con altas dosis de fármacos inhalados.1
Durante el periodo evaluado se aleatorizaron todos los pacientes del programa médico del Hospital Italiano de Buenos Aires; 1180 fueron potencialmente elegibles según el tamaño muestral. Los resultados fueron validados manualmente por especialistas en alergología y neumonología. La presente investigación no recibió apoyo específico del sector público, comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Para el análisis estadístico se describieron las características demográficas y clínicas de la población de estudio. Para las variables continuas se utilizó media, desviación estándar o mediana e intervalos intercuartil según la distribución observada. Las variables categóricas se describieron con frecuencias relativas y sus intervalos de confianza, respectivamente. Se calculó la prevalencia de asma durante el periodo descrito y se utilizó como denominador el número total de pacientes evaluados. Para el cálculo de la prevalencia de asma grave se utilizó como denominador el número total de asmáticos en dicho periodo.
Resultados
Se incluyeron 1180 pacientes. La media de edad fue 65 ± 31 años y 59 % (n = 699) fueron mujeres. La prevalencia de asma representó 6 % (n = 66, IC 95 % = 5-7) y de asma grave, 5 % (n = 3, IC 95 % = 1-13).
La media de edad de los pacientes con asma fue 66 ± 15 años y 62 % (n = 41) perteneció al sexo femenino. En el Cuadro 1 se describen las características basales de la población con asma: 55 % tuvo diagnóstico de asma en la adultez, 21 % en la niñez, la media de edad al diagnóstico fue 51 ± 20 años y de aquellos con asma grave de 68 ± 15 años. En la Figura 1 se describe la clasificación del asma de los pacientes con dicha patología.
Característica | Pacientes con asma (n = 66) |
|
% | n | |
Médico que trata el asma | ||
Neumólogo | 53 | 35 |
Alergólogo | 5 | 3 |
Clínico | 25 | 17 |
Médico familiar | 12 | 8 |
Otro | 5 | 3 |
Número de espirometrías en un año | ||
0 | 52 | 34 |
1 | 41 | 27 |
2 | 6 | 4 |
3 | 1 | 1 |
Tabaquismo | ||
Sí | 11 | 7 |
No | 76 | 50 |
No sabe | 13 | 9 |
Tabaquismo en el pasado | 26 | 17 |
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica | ||
Sí | 2 | 1 |
No | 95 | 63 |
No sabe | 3 | 2 |
Antecedente de testificación cutánea con aeroalérgenos | 21 | 14 |
Antecedentes de alergia a antiinflamatorio no esteroideo | 3 | 2 |
Antecedente de alergia alimentaria | 2 | 1 |
Antecedente de rinitis o sinusitis o conjuntivitis | 36 | 24 |
Antecedente de poliposis nasal | 8 | 5 |
Antecedentes familiares de asma | ||
Sí | 8 | 5 |
No | 45 | 30 |
No sabe | 47 | 31 |
En cuanto al tratamiento, 82 % (n = 54) utilizó glucocorticoides inhalados, 14 % (n = 9) un antagonista del receptor de leucotrienos, 5 % (n = 3) inmunoterapia y 23 % (n = 15), salbutamol; la media de utilización de recolector de fluidos fue de 1 ± 1.5. En cuanto al tratamiento de las crisis agudas, 9 % (n = 6) recibió meprednisona vía oral durante al menos un mes y 20 % (n = 13) durante tres a 14 días, al menos dos veces durante el lapso de un año. También observamos que 35 % (n = 23) de los pacientes con asma presentó recuento de eosinófilos > 300 células/μL, 15 % (n = 10) niveles de IgE > 100 kUI/L y 36 % (n = 24), rinitis. En cuanto a la utilización de recursos en salud, 3 % (n = 1) requirió hospitalización por asma en sala general durante el último año de seguimiento y ninguno en unidad de cuidados intensivos.
Discusión
Los resultados evidencian una población de adultos mayores con predominio del sexo femenino y con media de edad elevada (66 años). El asma tuvo una prevalencia de 6 % (IC 95 % = 5-7.0); en la mayoría de los pacientes de leve a moderada.
Una encuesta internacional determinó una prevalencia global de asma en adultos menores de 45 años de 4.3 % (IC de 95 % = 4.2-4.4),5 con valores que variaron ampliamente, desde 0.2 % en China hasta 21 % en Australia y en América del sur, 13 % en Brasil a 6.8 % en Paraguay. Nuestro trabajo reportó una prevalencia similar a la de los países desarrollados, como la de Estados Unidos (7.5 %).6 Este resultado fue concordante con el trabajo de Arias et al. en Argentina, en el que la prevalencia fue 6.4 %, pero limitado a un rango de edad entre 20 y 44 años y realizado mediante encuesta estandarizada.7
Observamos una prevalencia de asma grave de 5 %, similar a la de otros estudios internacionales que reportan prevalencias entre 3.6 y 10 %.7
El 81 % de los pacientes tuvo un apego aceptable al tratamiento, determinado por el consumo permanente de fármacos para tratar el asma, a pesar de lo cual fue considerable el uso de corticoides orales (29 %); 23 % empleó salbutamol como rescate, al menos una vez al año; una tercera parte de los pacientes con asma presentó rinitis y un porcentaje similar eosinofilia, a pesar de lo cual observamos una escasa valoración alergológica; 52 % no se realizó espirometría al menos una vez por año.
El diseño retrospectivo y la población perteneciente a un sistema de salud prepago representan debilidades de este trabajo y sus resultados pueden no ser trasladables a otras poblaciones. Sin embargo, la historia clínica electrónica es una fuente confiable y segura y la revisión de los datos por médicos expertos en asma permitió una mejor caracterización del diagnóstico.