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Academia XXII

versión On-line ISSN 2594-083Xversión impresa ISSN 2007-252X

Academia XXII vol.12 no.24 Ciudad de México dic. 2021  Epub 26-Ago-2023

https://doi.org/10.22201/fa.2007252xp.2021.24.81589 

Dossier

De la macro a la microhabitabilidad del espacio doméstico interior en tiempos de pandemia. Introducción al caso de estudio en Aguascalientes capital

From the macro-to microhabitability of interior domestic space in the times of the pandemic. Introduction to the aguascalientes case study

Mario Ernesto Esparza Díaz de León1 

* Universidad Autónoma de Aguascalientes. mario.esparza@edu.uaa.mx


Resumen

Habitar representa un concepto complejo no solo de describir sino de interpretar y configurar, tanto para el arquitecto o diseñador como para todo ser humano. Las diversas situaciones cotidianas presentan condiciones y variables que, en mayor o menor medida, inciden en la definición conceptual y material del habitar, y en el significado del ámbito como escenario mental o arquitectónico para la construcción de un discurso de vida que a diario establece diálogos y relaciones de experiencia entre el mismo habitante y sus diferentes contextos urbanos, culturales y sociales en distintas escalas. La situación de pandemia experimentada desde inicios de 2020 por la COVID-19 ha representado, en diferentes áreas y niveles, situaciones complejas traducidas en proyectos y manifiestos en espacios habitables. ¿Cómo ha sido la experiencia del espacio doméstico durante la pandemia y qué repercusiones tangibles e intangibles ha tenido, particularmente en la ciudad de Aguascalientes, México?

Palabras clave: habitar; escala habitable; espacio doméstico; pandemia

Abstract

Dwelling is a complex concept not only in terms of description, but also interpretation and configuration, both for architects or designers as well as for any human being. The variety of everyday situations present conditions and variables that, to a greater or lesser extent, influence the conceptual and material definition of dwelling, as well as the meaning of setting as the mental or architectonic staging ground for the construction of a discourse on life that each day establishes dialogues and experiential relationships at different scales between the resident and their respective urban, cultural and social contexts. The arrival of the COVID-19 pandemic in early 2020 has meant a series of complex situations in different contexts and on different levels that have been translated into projects and manifested in residential spaces. What has been the experience of domestic space during the pandemic and what tangible and intangible repercussions has it had, particularly in the Mexican city of Aguascalientes?

Keywords: dwelling; habitable scale; domestic space pandemic

Introducción: construcción de un sentido de habitabilidad

Hablar de habitabilidad es sinónimo de permanecer. Al habitar, el hombre experimenta el sentido primario de su naturaleza racional; la reflexión de la vivencia adquirida referida en torno a una cosmovisión, una manera de ver o interpretar el mundo y su nivel de apropiación o identificación con ella. El arquitecto Nicola Flora refiere que la construcción del espacio de habitar es experiencia primaria e ineludible a la actividad humana, reiterando el carácter intrínseco que representa el papel del hombre en la configuración del espacio habitable, el diseño de un universo propio cargado de elementos tangibles e intangibles donde elabora día a día su manifiesto antrópico de vida.1

En ese sentido de antropización del espacio, es precisamente la interacción entre el hombre y su entorno lo que representa una serie de significados que consecuentemente manifiestan reacciones en diferentes niveles, materiales e inmateriales, considerando la dimensión tridimensional ontológica del ser humano en mente, cuerpo y alma, y sus respectivas consecuencias en el pensamiento, la actuación y los sentimientos, relaciones indispensables para poder entender la concepción del sentido del habitar. Este trinomio da como resultado un sentido de “personalidad”, que quizá sea el primer habitante de un interior; es el pensamiento quien primero habita el cuerpo, entendido como espacio, y quien estructura la comprensión en dimensiones y relaciones entre lo individual y lo colectivo, modulándolas a través de la saturación o liberación de emociones, sentimientos y significados:

El mundo está formado por mundos más chicos que se forman por agrupaciones humanas que se hacen bajo determinadas ideas. Y, dentro de estos, todavía, se forman otros aún más pequeños. Y no olvidemos, que, dentro de estos pequeños mundos, las individualidades trabajan por hacerse centro de cada uno; de manera que, al fin, casi concluiríamos, con que, cada individuo, es un mundo completo.2

El habitar representa para el ser humano la capacidad de ser, de representarse en esa tridimensionalidad ontológica que parte de la introspección, el pensamiento y la personalidad, y que, finalmente, se manifiesta de forma material a través de una gradación de relaciones entre el cuerpo, el espacio y el objeto: la vestimenta, el equipamiento, el recubrimiento, la privacidad e intimidad y las relaciones entre el exterior y el interior. Es por eso que puede entenderse que el sentido de habitar es único y personal, ya que representa la extensión del cuerpo a través del pensamiento, la sensibilización y el sentimiento compartido.

La escala del habitar interior en la vida cotidiana

El hombre, en el proceso constante hacia su habitar, es decir, la construcción del ser y de comprender su mundo, experimenta diversas situaciones cargadas de elementos que inciden en dicha construcción: sentimientos, elementos, relaciones y prácticas siempre en constante movimiento. Este conjunto de situaciones, coloquialmente denominada como “vida cotidiana”, es desarrollado dentro de escenarios muy particulares, no solo por sus características sociales y culturales (importantes, por supuesto), sino también por sus matrices urbano-arquitectónicas, las cuales representan una perspectiva de análisis central en nuestro tema de estudio.

Para poder establecer un análisis en la experiencia del espacio doméstico, es necesario subrayar los diferentes niveles en el que el ser humano desarrolla esta vida cotidiana, qué conceptos inciden en cada una de estas escalas de habitabilidad y cómo el concepto de “interioridad” representa el hilo conductor en ella. La gradación del habitar reside en la estructura de relaciones integrales que el habitante diseña de acuerdo con su discurso de existencia3 con el entorno, que abarca desde la ciudad, el parque o la plaza, el edificio, la habitación, hasta el equipamiento, a lo que denominaremos escala ambiental.

Del mueble a la ciudad: las diversas escalas de habitabilidad. Reinterpretación personal de la obra Oficina en una pequeña ciudad de 1953 del artista estadounidense Edward Hopper, 2021. Imagen: Mario Esparza Díaz de León. 

La forma en cómo el “interior” se manifiesta, particularmente en cada una de estas dimensiones, parte de la elección de factores funcionales o simbólicos que responden a las necesidades mismas del hombre, como la identidad, el encuentro, la reunión, la protección, la apropiación o el acogimiento, entre otros, y es el mismo hombre que, en su acción de habitar, interioriza el lugar al hacerlo comprensible e identificable para él. Así, podríamos hablar, por ejemplo, de los interiores urbanos, referidos por Paolo Giardiello como:

[…] espacios de la ciudad en los cuales puede encontrar concepciones organizadoras típicas de los espacios interiores: son la respuesta a la necesidad de habitar, son lugares de identidad y del encuentro, conectados a la medida del hombre y a la capacidad de la forma del espacio de reunir y acoger; son intervalos fluidos en el devenir de la ciudad.4

La interiorización de la ciudad representa, en sentido descendente del concepto de gradación planteado, la oportunidad del habitante de delimitar su sentido de apropiación que consecuentemente denominará “mi barrio”, “mi colonia” o “el parque de mi casa”, incluyendo a “mis vecinos” y, por ende, la cantidad de elementos tangibles e intangibles como su arquitectura, tradiciones, rituales y todo aquello que le permita establecer un nivel de apropiación o conexión considerada como íntima.5 Esto podríamos aplicarlo a cualquiera de los siguientes escalones sucesivos habitables: la uniactividad, el microambiente, el ámbito y sistemas de ámbitos.6

La interiorización de los ámbitos antrópicos, en especial del espacio interior doméstico, representa la oportunidad del ser humano de edificar una realidad inmediata acorde a su interpretación personal de la existencia misma, y que conlleva un sinnúmero de significaciones; denotaciones y connotaciones del espacio donde habita en lo cotidiano: la casa o el hogar, esos microcosmos que resguardan elementos que quizá solo son reconocidos por quienes lo habitan.7

En el espacio doméstico arquitectónico -la casa-, el interior representa algo más allá de una característica limitante, material o contenida; es la manifestación expuesta del pensamiento de quien la habita y quien, a través del uso de la memoria, de saber quién es y pretende ser, materializa y decide con quien compartirlo y cómo hacerlo; la interiorización es la antropización del espacio habitable. Witold Rybczynzki, al hablar del concepto de la domesticidad y la casa, refiere el importante y profundo valor de apropiación entre el hombre y la vivienda al mencionar que la diferencia entre casa y hogar no solo tiene una dimensión física, sino abstracta de un estado del ser, de propiedad y afecto: “se podía salir de casa, pero siempre se volvía a home”.8

Este espacio -el espacio doméstico- es, por excelencia, el universo habitable cotidiano del hombre, ya que es el lugar donde idealiza una realidad cargada de discursos sensoriales y manifiestos culturales, producto abstracto de la evolución del propio ser humano, donde se siente protegido y protege sus relaciones y posesiones; es en ese espacio interior donde el humano moldea una identidad, que exterioriza a través del uso del vestido, los enseres, el equipamiento y los recubrimientos.

La casa es entendida como un sistema de relaciones espaciales entretejido por diferentes variables de índole funcional, simbólico y sensorial, que no solo alojan la cotidianeidad del habitante, sino que le dan sentido, como lo refiere Gastón Bachelard9 y el topoanálisis10 de su poética del espacio, en torno a su valoración desde las afecciones emanadas por quien lo habita; análisis propuesto a través elementos profundos que permiten examinar a la vivienda desde una visión emocional pero personal y muy particular de ella, tanto así que, en su estudio de los objetos domésticos, establece el concepto de “estructuras dentro de estructuras” y menciona los diversos niveles (físicos y psicológicos) que hay en la experiencia del hombre, en los objetos (cajón-cajonera) y en el entorno (ciudad-edificio-habitación-equipamiento), la misma escala del habitar en la vida cotidiana.

Además del planteamiento de Bachelard en el estudio del espacio doméstico, la Dra. Katia Mandoki11 plantea, por ejemplo, el uso de las matrices como abstracciones analíticas de los lugares (en sus distintas escalas) donde se concibe y desarrolla la identidad, a través de signos tipo en la conformación de un universo simbólico (en nuestro caso manifestado dentro del espacio doméstico arquitectónico): matriz familiar, religiosa, escolar, artística, etcétera. Dichas matrices son el instrumento que utilizaremos para abordar el tema central de este escrito, el estudio del espacio interior doméstico en tiempos de pandemia, la experiencia en él y sus repercusiones y manifestaciones producto de esta situación compleja de salud que se vive hoy día.

En nuestro estudio, recopilaremos, analizaremos e interpretaremos variables de vida cotidiana aplicables en la experiencia del interior arquitectónico, en cada una de las matrices correspondientes a través de registros de la léxica (lenguaje), la acústica (los sonidos), la escópica (escenarios visuales) y la somática (el cuerpo), así como su categorización en torno a la proxemia (relaciones corporales y objetuales) y la enfática (jerarquías), aplicables al trabajo realizado en los diversos casos de estudio seleccionados en la ciudad de Aguascalientes durante 2020.

Círculo de registros para el análisis del espacio interior basados en el trabajo de la Dra. Katia Mandoki sobre la identidad social, 2019. Imagen: Mario Esparza Díaz de León. 

El poder desmenuzar el estudio del interior doméstico tiene como objetivo considerar todas las variables que inciden en la experiencia de este espacio, en sus diferentes escalas de habitabilidad, lo que permite tener una perspectiva holística particular, centrada en el ser humano y su capacidad de reconfigurar el hábitat, de acuerdo con su vocación intrínseca de configurar el discurso de construir en torno a una realidad personal. Además, el uso de una metodología cualitativa de análisis espacial permite ejercitar la interpretación del diseño del interior arquitectónico, más allá de la superficialidad material del acabado o estilo decorativo, frecuentemente asociado con la disciplina.

Espacio doméstico y pandemia

El virus SARS-COV-2, detonante de la enfermedad COVID 19, notificado por primera vez a la Organización Mundial de la Salud12 el 31 de diciembre de 2019 en Wuhan, China, ha transformado de manera radical la vida del ser humano. Actualmente, 210 millones de personas han sido contagiadas y más de cuatro millones han muerto alrededor del mundo por esta enfermedad.13 En México, casi 3.5 millones de casos positivos confirmados y más de 260 mil defunciones estimadas14 dimensionan la magnitud del impacto que representó -y sigue representando- la incorporación de este virus en la dinámica de la vida cotidiana de la población, no solo en la vivienda, sino en la economía, la cultura o la educación. En la ciudad de Aguascalientes, lugar donde se realizó el caso de estudio aquí presentado, los 25 mil casos confirmados acumulados y más de dos mil defunciones acumuladas por COVID 1915 (casi 30% de aumento en el número de defunciones registradas entre 2019 y 202016 en la entidad) representan hoy en día una realidad que intuye un impacto directamente en la reconfiguración de conceptos fundamentales para el habitante y su entorno: lo seguro, el peligro, la protección, la exposición, que, seguramente, se manifestarán en los ámbitos de la arquitectura y el diseño en general.

Las restricciones y el confinamiento provocaron que las dinámicas sociales en torno a la vivienda pasaran de “la casa de todos” a “la casa mía”, no solo en un sentido figurado sino, quizá, en lo estricto de la palabra, incluso entre los mismos miembros de la estructura social de la casa por excelencia: la familia. La reconfiguración del hogar al interior no solo derivó en la improvisación o el diseño del espacio con una nueva distribución o la adquisición de equipamiento requerido sino en las relaciones funcionales y de convivencia, entre los padres, los hermanos, los hijos y las parejas. El propio significado de interioridad, estrechamente relacionado con la escala doméstica, ha sido incorporado en acciones del trabajo, la educación y la espiritualidad, que han sido llevadas al hogar, recodificando el sistema de relaciones entre el habitante, el objeto y el espacio contenido; incluso, la dimensión de la intimidad del ambiente individual ha sido exteriorizada a través del instrumento de interacción social, ahora prioritario, llamado internet. La casa contenedora se está convirtiendo en el hogar contenido, pues, como consecuencia del confinamiento, la gente ha elegido quedarse en casa y trasladar a ella mucha de su actividad cotidiana, en lugar de salir y realizarla en los espacios tradicionalmente configurados para ello. Este cambio tiene un impacto duradero en el estilo de vida y, por ende, en los escenarios domésticos, incluidas todas las industrias que giran en torno a él. Es decir, el coronavirus representa el factor catalizador para la generación de nuevas formas de habitar.

Estudio, trabajo, recreación y descanso: habitar en tiempos de pandemia, 2020. Fuente: https://elpais.com/sociedad/2020-05-05/se-murio-la-senora-que-hacia-tacos-en-la-puerta.html [consulta: 28 de mayo de 2020]. 

Para el estudio sobre el confinamiento y las consecuencias en el habitar cotidiano,17 se seleccionaron tres modelos de vivienda biparentales familiares (I, II y III) con diferentes características18 en torno a ubicación (contexto socio-económico), dimensión (cantidad de metros cuadrados construidos) y habitantes (número y ocupación), que nos permiten generar un comparativo entre ellas y poder establecer un análisis crítico sobre los diferentes impactos, de acuerdo con las variables de vida cotidiana cuantitativas y cualitativas, como el trabajo, la educación, la economía, pero también la tradición, la religión y todos aquellos factores que inciden en la forma de construir un vida (ver Tabla 1).

Tabla 1 Criterios de selección y clasificación en modelos de estudio de acuerdo con los niveles socioeconómicos planteados por el AMAI, 2021. 

MODELO I MODELO II MODELO III
C+ C- D+
Categoría
(NSE 2018)
El 87% de los hogares en este nivel cuentan con al menos un vehículo de transporte y el 93% tiene acceso a internet fijo en la vivienda. En relación con el gasto, poco menos de la tercera parte (32%) lo dedica a la compra de alimentos y un 28% a transporte y comunicación. Cerca de tres de cada cuatro hogares (74%) en este nivel tienen un jefe de hogar con estudios mayores a primaria. Poco más de la mitad (52%) tienen conexión a internet fijo en la vivienda. En relación con el gasto, un 38% se dedica a la alimentación y el gasto en transporte y comunicación alcanza el 24%. En poco más de seis de cada diez hogares de este nivel (62%), el jefe del hogar tiene estudios mayores a primaria. Solamente el 22% de los hogares cuenta con conexión fija a internet en la vivienda. El gasto en alimentación se incrementa a 42% y el gasto en educación es del 7%.
Ubicación (contexto socioeconómico)

  • -Zona residencial

  • -Régimen de condominio

  • -Uso unifamiliar

  • -Servicios de infraestructura en óptimas condiciones

  • -Zona uso mixto de suelo (habitacional-comercial-servicios)

  • -Régimen de fraccionamiento

  • -Uso uni y multifamiliar

  • -Servicios de infraestructura en regulares condiciones

  • -Zona uso mixto de suelo (habitacional-comercial-servicios)

  • -Régimen de fraccionamiento

  • -Uso multifamiliar

  • -Servicios de infraestructura en no

  • óptimas condiciones

Dimensión (Cantidad m2) Construcción: mayor a 160 m2 Construcción: entre 160 y 100 m2 Construcción: menor a 100 m2
Perfil de los habitantes (número y ocupación)

  • -Mayor a cuatro habitantes

  • -Trabajo formal, hogar

  • -Estudiantes: educación privada continua

  • -Mayor a cuatro habitantes

  • -Trabajo formal, hogar

  • -Estudiantes: educación privada y pública continua

  • -Más de seis habitantes

  • -Trabajo formal e informal, hogar propio y externo

  • -Estudiantes: educación pública intermitente

Fuente: Mario Esparza Díaz de León.

El trabajo desarrollado en campo (física y virtualmente19) a través de instrumentos para la obtención de datos, como entrevistas, encuestas en línea, levantamientos fotográficos y arquitectónicos, permitieron en cada uno de los modelos seleccionados realizar un análisis y clasificación de las variables adquiridas, a través del uso de herramientas diseñadas con base a las matrices planteadas por Mandoki y el uso de registros, cuyos criterios fueron implementados en los diversos niveles de habitabilidad, las “estructuras dentro de las estructuras” planteadas por Bachelard y que, en nuestro estudio, denominamos escalas ambientales (ver Tabla 2)

Tabla 2 Planteamiento de análisis de variables en la escala del diseño de interiores, 2021. 

Registros Léxica
(lenguaje)
Acústica
(sonidos)
Escópica
(escenarios)
Somática
(corporalidad)
Escala
Ambiental
Enfática ¿En qué medida el diálogo entre los habitantes, el sonido intrafamiliar y contextual mediato e inmediato, la necesidad física y emocional de la nueva normalidad en objeto y equipamiento y el deseo de protección y seguridad para la salud corporal (recordando que el origen del problema es corpóreo) propició la reclasificación y estructura funcional y simbólica del espacio y su equipamiento? Uniactividad
Microambiente
Ámbito
Proxemia ¿Cómo la interpretación de estas variables ha propiciado el acercamiento o distanciamiento del usuario en torno a su atmosfera habitable? Macrohabitabilidad
Microhabitabilidad

Fuente: Mario Esparza Díaz de León.

Al considerar un tema extraordinario, como lo es una situación atípica e inmediata de atención de pandemia y confinamiento en torno a la experiencia del espacio doméstico por motivos de salud, los registros se agruparon alrededor de las manifestaciones más repetidas o mencionadas y cómo estas tenían una repercusión en la configuración no solo del espacio sino de sus rutinas y significaciones.

La enfática de las condiciones recopiladas representó el factor central de reconfiguración en las relaciones de habitabilidad en el espacio interior. De lo macro a lo microexperiencia de los usuarios en torno a su equipamiento y envolvente habitable, es decir en la frecuencia, la secuencia y el acento en las actividades, se observa a primera instancia un particular acotamiento en los diálogos perceptuales y funcionales (de lo tangible y lo intangible), de acuerdo con el ajuste de vida cotidiana realizado por dicho confinamiento; por ejemplo, en el modelo I y II de estudio aumentó la frecuencia en la conversación familiar, tanto en el lenguaje como en la temática y el sonido -la macro habitabilidad-, pero disminuyó la distancia en el sistema de relaciones personales y objetuales -la microhabitabilidad- como consolidación del microambiente como el escenario de la vida en confinamiento; en el modelo III de estudio, las múltiples actividades sincrónicas en un mismo ámbito, así cómo la saturación de usuarios que estas conlleva, han sido atendidas emergentemente a través de la improvisación de macroobjetos de usos múltiples (macro no por tamaño sino en proporción de uso, entendido como una unidad general rectora que permite realizar diferentes actividades en espacios reducidos y que, por ende, representa su elemento protagonista).

Los resultados preliminares de este proyecto de investigación nos dan una idea de la importancia de considerar los diferentes elementos que inciden en la vida cotidiana, para poder determinar sus consecuencias objeto-arquitectónicas al interior de los espacios. De ahí el énfasis de centrar el tema en los conceptos de macro a microhabitabilidad del espacio interior, ya que estos pretenden confirmar que las escalas ambientales determinan el grado de apropiación entre el hombre y su contexto en la vida cotidiana, desde el barrio o la colonia de todos, la casa de mi familia, nuestra habitación, hasta llegar a mi cama.

Esquema de microhabitabilidad en el espacio interior, 2021. Imagen: Mario Esparza Díaz de León. 

En el espacio doméstico, la macrohabitabilidad representa la oportunidad de establecer estructuras de relación, narrativas y dinámicas que dimensionan la experiencia entre el hombre y el entorno social familiar. Por otro lado, la microhabitabilidad es la consecuencia espacial en lo individual de la experiencia vivida, manifestada mediante un nivel de apropiación estrecha con el entorno espacial y el equipamiento integral que este conlleva. Así, la macrohabitabilidad es el conjunto de circunstancias que han fomentado la consolidación de la microhabitabilidad en tiempos de COVID19. Estas escalas ambientales de vida cotidiana representan -en esta parte introductoria de los primeros resultados de este proyecto de investigación- el tabulador cualitativo de significaciones en torno al exterior como agente importante de convivencia (entendiendo dicho valor debido la nostalgia entre lo que era posible o normalmente e intrínsecamente permisible) con dirección hacia el interior, el sentido de lo compartido, de lo práctico y de lo importante en las rutinas de lo doméstico, incluso no solo de lo que se vive actualmente sino rutinas o tradiciones que se habían dejado de hacer.

Los primeros datos arrojan las siguientes premisas, de acuerdo con la clasificación tanto de registros como de modelos de vivienda anteriormente mencionados, entre lo que destaca:

  1. Las variables del modelo III identifican mayor vulnerabilidad en los registros escópicos y somáticos, debido a las limitaciones de equipamiento y dimensionamiento en el espacio. La enfática en la léxica y la acústica predice las complicaciones de convivencia por factores económicos en torno a la falta o disminución de empleo y, por ende, de aumento de tiempo de ocio dentro del hogar; se acentúa la microhabitabilidad del espacio interior, abriendo la intimidad como necesidad de compartir lo personal o lo propio, por mucho o poco que se tenga.

  2. Las variables de los modelos II y III son coincidentes en el equilibrio de sonidos y lenguajes preexistentes de pandemia, enfatizando las resignificaciones de conceptos que tienen que ver más con una nueva normalidad de hábitos individuales y sociales al exterior de la vivienda, y realizando ajustes en la dinámica proxémica de la estructura funcional y perceptual al incorporar diferentes actividades a realizar en un mismo espacio; se acentúa la macrohabitabilidad del espacio interior incitando a la privacidad como necesidad de conservar lo personal a manera de resguardo.

  3. Previsiblemente, las manifestaciones tangibles e intangibles en el espacio interior doméstico de los tres modelos, de acuerdo con las variables, representadas enfáticamente menor en el modelo III, muestran la necesidad de los habitantes por “permanecer”, en términos de salud como protección a la amenaza de la enfermedad infecciosa (rituales y rutinas asociadas a la higiene corporal) y de “pertenecer”, maximizando las experiencias a través del uso de la tecnología (equipamiento que permita realizar actividades foráneas en casa o el acceso a redes sociales, streaming y plataformas digitales, formación académica y espiritual a distancia, videoconferencias familiares y laborales, etcétera).

Conclusión

Se puede creer que la etapa de confinamiento solamente pudo o puede generar cambios en el nivel de equipamiento o conectividad tecnológica dentro del hogar; asimismo, abordar el tema de la reconfiguración del espacio interior doméstico, sumado al imaginario superficial de la disciplina del diseño de interiores, predispone discursos limitados en cuanto a la importancia que representa dicho trinomio para la vida del hombre en general.

La situación actual de pandemia producto de la COVID 19 ha cambiado la percepción del futuro con importantes consecuencias sociales y económicas, pero también representa el catalizador de cambios cismáticos alrededor de todas las disciplinas y, por ende, de las industrias derivadas de ellas.

El estudio de la arquitectura de interiores representa el instrumento crítico para la generación de estrategias que giren en torno a lo íntimo, lo inmediato del habitante con la realidad de la vida cotidiana, que incluye hoy en día elementos decisivos no transitorios a consecuencia de la pandemia; son necesarias propuestas a largo plazo y no soluciones efímeras que solo satisfacen a un mercado deseoso de potencializar ventas debido a la situación: computadoras, mesas y sillas desechables y mamparas inestables de sobreposición. Habitar al “mínimo” no representa una dimensión cuantitativa entre el hombre y el espacio, sino, como refiere Paolo Giardiello,20 una perspectiva particular que permita ver y reflexionar, con interés y actualidad, aquellos aspectos disciplinares ineludibles de afrontar con sabiduría en el proyecto arquitectónico.

El discurso principal es que el hombre debe habitar, es decir vivir -mas no sobrevivir- y, para ello, es necesario un acercamiento integral a su espacio, a sus necesidades y a sus deseos. Nuestra vida continuará girando en torno a la economía doméstica en un futuro previsible y todo lo que hagamos en casa seguirá teniendo una aceleración dramática desde el trabajo, el ejercicio, el entretenimiento y el cuidado personal; cualquiera que sea la situación que experimente el ser humano hoy o mañana, el interior arquitectónico doméstico debe ser el elemento catártico de su propia existencia cotidiana.

Referencias

Bachelard, Gaston. The poetics of space. Londres: Penguin Classics, 2014. [ Links ]

Esparza, Mario. “Trascendencia e interiorización del espacio doméstico: memorias de lo cotidiano”, en: Fausto Aguirre y Gema Guzmán (coords.) Memoria del espacio. Ciudad Juárez: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2021. [ Links ]

Flora, Nicola. Progettare, sperimentare, costruire. Nápoles: Editorial CLEAN, 2007. [ Links ]

Giardiello, Paolo. “Domesticar la metrópoli”, en: Elisa García Casillas y Alejandro Jiménez Vaca (coords.) Arquitectura y vida cotidiana en México. Ciudad de México: Ediciones Navarra, 2021. [ Links ]

Giardiello, Paolo. Smallness. Abitare al minimo. Nápoles: Editorial CLEAN, 2009. [ Links ]

Hernández, Iván. Acercamientos al espacio íntimo. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 2019. [ Links ]

Mandoki, Katia. Prácticas Estéticas e identidades sociales. Prosaica 2. Ciudad de México: Siglo XXI Editores, 2006. [ Links ]

Rybczyński, Wytold. La casa. Historia de una idea. San Sebastián: Editorial Nerea S.A., 1989. [ Links ]

Torres García, Joaquín. La recuperación del objeto. (Lecciones sobre plástica). Montevideo: Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social, 1965. [ Links ]

1 Nicola Flora, Progettare, sperimentare, costruire (Nápoles: Editorial CLEAN, 2007).

2 Joaquín Torres García, La recuperación del objeto. Lecciones sobre plástica (Montevideo: Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social, 1965), 109.

3La estructura mental del pensamiento en torno a su manera de ver el mundo o cosmovisión previamente descrita.

4 Paolo Giardiello, “Domesticar la metrópoli”, en Elisa García Casillas y Alejandro Jiménez Vaca (coords.), Arquitectura y vida cotidiana en México (Ciudad de México: Ediciones Navarra, 2021), 155.

5Intimidad como acción de compartir, referida por Iván Hernández en su libro Acercamientos al espacio íntimo (Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 2019), donde hace una reflexión sobre lo privado y lo íntimo. El autor explica que: “la intimidad no puede existir aislada, por sí sola; ésta, en cambio, debe de ser compartida, ya sea con uno mismo, con los objetos que nos rodean o con las personas que deseamos rodearnos más. En consecuencia, no debe de ser un estado fijo, cauteloso, protegido ni resguardado en aislamiento, sino un acto, una aproximación, un movimiento hacia lo otro, hacia lo que nos hace sentir cómodos con nosotros mismos, en tanto que ya no estamos solos” (pp. 12-13).

6Terminología abordada por los docentes de la Academia de Diseño de Interiores del Departamento de Diseño de Interiores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en su planteamiento metodológico de configuración del espacio interior.

7 Mario Esparza, “Trascendencia e interiorización del espacio doméstico: memorias de lo cotidiano”, en Fausto Aguirre y Gema Guzmán (coords.), Memoria del espacio (Ciudad Juárez: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2021), 92.

8 Wytold Rybczynzki, La casa. Historia de una idea (San Sebastián: Editorial Nerea S.A., 1989), 71-72.

9 Gaston Bachelard, The poetics of space (Londres: Penguin Classics, 2014).

10Definido por Bachelard como el estudio psicológico sistemático de los espacios de la vida íntima basado en la psicología descriptiva, analítica y la fenomenología. Gaston Bachelard, The poetics of space.

11 Katia Mandoki, Prácticas Estéticas e identidades sociales. Prosaica 2 (Ciudad de México: Siglo XXI Editores, 2006).

12World Health Organization (WHO, por sus siglas en inglés). https://www.who.int/es

13Datos según la WHO al 23 de agosto de 2021. https://covid19.who.int/ [consulta: 23 de agosto de 2021].

14Datos según el gobierno de México a través de la plataforma de datos COVID 19 del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). https://datos.covid-19.conacyt.mx/ [consulta: 23 de agosto de 2021].

15Datos según el gobierno de México a través de la plataforma de datos COVID 19 del CONACyT, al 23 de agosto de 2021.

16Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=Mortalidad_Mortalidad_01_de39bf93-dabf-4259-b7d9-990e7b7611bf Consultada el 01 de julio de 2021.

17Como parte del proyecto de investigación pidi21-1 “El encierro dentro del encierro. Reconfiguración del interior arquitectónico en tiempos de confinamiento” del Departamento de Diseño de Interiores, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

18Clasificación de acuerdo con el índice de niveles socioeconómicos (NSE) de 2018 de la Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión (AMAI). https://www.amai.org/NSE/index.php [consulta: julio de 2021].

19A través del uso de la plataforma Google Workspace y sus diversas aplicaciones como Meety formularios en línea.

20 Paolo Giardiello, Smallness. Abitare al minimo (Nápoles: Editorial CLEAN, 2009).

Recibido: 31 de Agosto de 2021; Aprobado: 24 de Noviembre de 2021

Mario Ernesto Esparza Díaz de León

Universidad Autónoma de Aguascalientes

mario.esparza@edu.uaa.mx

Doctor en Filosofía del Interior Arquitectónico por la Universidad de los Estudios de Nápoles Federico ii, Italia. Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT. Presidente nacional de la Asociación Mexicana de Instituciones de Enseñanza del Interiorismo y Diseño (AMIID), 2019-2023. Fundador y director académico de la Red Internacional de Investigación del Interior Arquitectónico (INTERNING), con presencia en México, Estados Unidos, España, Italia y Japón.

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