1. Introducción
Debido a que en las ciudades vive más de la mitad de la población mundial 1 y que tienden a crecer aceleradamente, el papel que desempeña la vivienda en el bienestar de los habitantes urbanos ha sido motivo de preocupación para la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta preocupación se refleja en programas (ONU-Hábitat), conferencias (Hábitat) y agendas (Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana) 2, donde se considera que es urgente elaborar más y mejores indicadores para ampliar la base del conocimiento de las realidades urbanas. Pues, los indicadores se conciben como una herramienta para monitorear, evaluar y revisar las condiciones, tendencias y problemas urbanos, como la vivienda y su entorno.
En este sentido, el documento Observación General No. 4, relativo al derecho a una vivienda adecuada, destaca la necesidad de "proporcionar información detallada sobre aquellos grupos de la sociedad que se encuentran en una situación vulnerable y desventajosa en materia de vivienda" 3. No obstante, los indicadores urbanos actuales de vivienda solo proporcionan porcentajes en escalas nacionales y globales que sirven para propósitos situacionales y comparativos 4.
Diferentes informes internacionales examinan esa situación, en ellos se expresa la necesidad de desagregar la información de la escala global a escalas más pequeñas, como la urbana 5. Ya que, en este nivel de agregación, se pueden utilizar sistemas de georreferenciación para detectar, caracterizar y cuantificar las violaciones en materia de vivienda al interior de las ciudades (escala intraurbana). Sin embargo, la diversidad de propuestas de baterías de indicadores (e índices) para la medición y evaluación de la vivienda, no tienen bases teóricas bien definidas.
Cabe resaltar, que las propuestas de indicadores revisadas 6), (7), (8), (9), (10), (11), (12), (13), (14), (15 no abordan totalmente las directrices del derecho a una vivienda adecuada ni procuran la integración de estas en un índice sintético para visualizar, en mapas temáticos, diferencias socio-espaciales al interior de las ciudades.
Por lo anteriormente expuesto, el objetivo del artículo es presentar una propuesta metodológica para la evaluación de la vivienda inadecuada al interior de las ciudades, mediante un índice sintético que toma como base las directrices del derecho a una vivienda adecuada desde el enfoque de las capacidades.
1.1 El enfoque de las capacidades
A pesar de que, tanto los programas de la ONU, como el marco de los derechos humanos tienen resonancia en el discurso político actual, Nussbaum 16 señala que esto no se debe a la claridad teórica y conceptual que guardan, ya que las ideas componentes están enraizadas en muchas tradiciones. La autora destaca que el uso común del lenguaje de los derechos humanos da la ilusión de un acuerdo cuando, en realidad, existe un profundo desacuerdo filosófico. Nussbaum considera que la forma de fundamentar aquellos temas concernientes al derecho de propiedad es en términos de capacidades, dado que estas permiten analizar cómo las personas están habilitadas para vivir una buena vida.
El enfoque de las capacidades (EC), desarrollado por Sen 17 y ampliado por Nussbaum, tiene tres conceptos principales: 1) la capacidad, entendida como la habilidad de una persona para realizar actos valiosos o alcanzar estados valiosos de ser; 2) la libertad, que refiere a un conjunto de oportunidades para elegir y actuar; y 3) los funcionamientos, que conjugan a los anteriores en acciones realizadas, o logros concretados. Estos últimos abarcan tanto cosas elementales (p. ej. estar bien nutrido, tener buena salud, evitar posibles enfermedades y mortalidad prematura), como complejas (p. ej. tener dignidad, ser feliz) 18.
Los enfoques clásicos del bienestar presentan ciertas desventajas. Por ejemplo, en la evaluación de utilidad (satisfacción) se distorsionan los resultados cuando las personas desfavorecidas o en desventaja se encuentran satisfechas con su nivel de vida al creer que no pueden obtener algo mejor; es decir, cuando los estados subjetivos de la mente son adaptados y ajustados 16 para justificar la realidad vigente.
En cambio, el enfoque de las capacidades evalúa el bienestar por medio de la libertad, que concierne a la oportunidad real que se tiene para alcanzar aquello que se valora. Desde esta perspectiva, la mejor forma de abordar el derecho a la vivienda es en términos de capacidades, puesto que estas permiten conocer si el derecho es realmente exitoso en expandir tanto las libertades como el poder que tienen las personas, titulares del derecho, para hacer y ser 19.
1.2 Las capacidades y la vivienda adecuada
Nussbaum 16 sostiene que las capacidades pueden ser el objeto de un acuerdo entre personas; es decir, las capacidades centrales de los humanos se pueden determinar por medio de un consenso político. Al respecto, la autora desarrolla y propone una lista acordada de diez capacidades funcionales humanas o habilidades para satisfacer funcionamientos centrales1. En dicha lista la importancia de la vivienda en el bienestar es reconocida, específicamente en la capacidad de salud corporal, que considera el hecho de tener un refugio adecuado (adequate shelter) como uno de los componentes esenciales para gozar de buena salud. No obstante, las características que el refugio debe poseer no se definen en la lista.
No obstante, para ello podemos utilizar el trabajo desarrollado por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) 3 de la ONU, donde definen las características del refugio o vivienda (adecuada). De tal manera que una vivienda será inadecuada si carece de: D1) Seguridad legal de la tenencia, pues impide la protección legal de las personas contra desalojos, hostigamiento y otras amenazas; D2) Disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura (saneamiento adecuado, agua potable, energía, iluminación, almacenamiento de alimentos y eliminación de desechos); D3) Habitabilidad, porque no garantiza la seguridad física o no proporciona espacios adecuados ni protección con respecto al entorno. Además, será inadecuada si no presenta: D4) Gastos soportables, pues su costo amenaza o compromete el disfrute de otros derechos humanos; D5) Asequibilidad, ya que no se tienen en cuenta las necesidades y recursos específicos de los grupos desfavorecidos y marginados en la producción de vivienda; D6) Lugar apropiado, ya que está aislada de oportunidades (p. ej. empleo, servicios de salud, escuelas, guarderías) o se encuentra ubicada en sitios peligrosos o contaminados; y D7) Adecuación cultural, pues no respeta o impide la expresión de la identidad cultural y los modos de vida de sus ocupantes.
Las directrices anteriores son aplicables a cualquier contexto, independientemente de la condición social, económica, religiosa o cultural del lugar; además, son el resultado de una extensa investigación que involucró el consenso de los Estados miembros de la ONU. Por tal motivo, se puede considerar que existe el consenso político sugerido por Nussbaum 16 en las características de adecuación o inadecuación incluidas, definidas y justificadas.
En relación con las capacidades centrales propuestas por Nussbaum 16, una vivienda adecuada buscara habilitar los funcionamientos de vida, salud corporal e integridad corporal, puesto que ser capaz de mantenerse con vida, de gozar de buena salud y no recibir daños, requiere que la vivienda cumpla con criterios de habitabilidad y disponibilidad de servicios (D3 y D2) que, entre otras cosas, buscan la seguridad, los espacios suficientes, la higiene y la comodidad del habitante. En este sentido, Sen 20 señala que la vivienda confiere a las personas la habilidad de estar bien protegidos, que en situaciones de pobreza representa un funcionamiento de importancia central.
Asimismo, las capacidades de sentidos, imaginación y pensamiento; razón práctica; otras especies y jugar, pueden verse restringidas por las condiciones del lugar (D6); dado que, las opciones de educación, recreación y esparcimiento que pueden cultivar los sentidos, la imaginación y el razonamiento, así como permitir el interés por la naturaleza y el disfrute de actividades recreativas, dependen de la distribución urbana de equipamiento y empleo. Otra directriz relacionada con la capacidad de sentidos, imaginación y pensamiento es la adecuación cultural (D7), que aboga por la expresión de la identidad cultural, donde la producción de obras auto-expresivas (con libertad de expresión), pueden representar manifestaciones de la identidad (la vivienda puede ser una de ellas).
En cuanto a la capacidad de emociones, que alude a tener vínculos afectivos, la adecuación cultural (D7) también interviene, al considerarse que la vivienda “constituyen un almacén emocional donde se forma la identidad” 21; igualmente, Oswald 22 considera que las expectativas y preferencias por determinadas formas de vivienda son necesidades derivadas de experiencias tanto personales y familiares, como de normas culturales, estas últimas entendidas como expectativas comunes respecto a un estándar de vivienda aceptable.
Por su parte, la seguridad jurídica de la tenencia (D1) se relaciona con la capacidad de emociones, debido a que el desalojo forzoso, hostigamiento o amenazas con respecto a la tenencia, pueden ocasionar miedos y ansiedades abrumadoras que restrinjan el sano desarrollo emocional de las personas. La capacidad de razón práctica puede ser impulsada por la habitabilidad (D3) y la ubicación de la vivienda (D6), dado que en ella se pasa más de la mitad de la vida 6, los espacios cotidianos pueden ser lugar para la reflexión crítica de la planificación de la vida. Otra capacidad relacionada con la directriz de habitabilidad (D3) es la afiliación, debido a que los espacios al interior de la vivienda pueden habilitar las interacciones interpersonales; además, la afiliación guarda una estrecha relación con la asequibilidad (D5), ya que se basan en la no discriminación.
Por último, la capacidad de control sobre el entorno de cada uno presenta vínculos con cuatro directrices de la vivienda; en mayor medida, con la seguridad jurídica de la tenencia y la asequibilidad (D1 y D5) ya que ambas apoyan el derecho sobre la propiedad de manera legal y en igualdad. De forma matizada guarda relación, por un lado, con gastos soportables (D4), pues, como expone Malpass 23 la vivienda es el elemento de mayor consumo individual en la vida de las personas. En otras palabras, ser capaz de poseer un inmueble de manera legal está supeditado por el ingreso; por el otro lado, debido a que la ubicación de la vivienda puede facilitar o restringir la oportunidad de acceso al empleo en condiciones de igualdad con otros, también se relaciona con la directriz del lugar (D6).
En suma, la vivienda adecuada además de ser un logro valioso (funcionamiento), constituye un producto material que permite la expansión de las libertades (oportunidades) que las personas tienen para hacer o ser lo que tienen razón de valorar, de manera que la vivienda habilita o restringe la consecución del bienestar.
Por lo ya expuesto, en el presente documento se presta especial atención a la existencia de viviendas inadecuadas, como indicador de logros o funcionamientos truncos y de oportunidades restringidas. Esto concuerda con los argumentos de Velasco 24, quien sugiere que para tener una apropiada perspectiva y estimación de las condiciones de vida de las sociedades es necesario que se incluyan indicadores negativos en su análisis.
Lo anterior, parte de la idea de que la investigación actual en el campo del bienestar social (así como el bienestar subjetivo, felicidad, satisfacción, entre otras), connota una ideología optimista que se enfatiza en el uso de indicadores positivos plagados de falacias. En particular, el autor sostiene que la idea del bienestar social esta “enraizada con la idea falaz de que los indicadores de "progreso" y la mejora constante deben dar cuenta del bienestar de las sociedades, esto conlleva abordarlo a través de una noción menos optimista y más realista en su estudio” 24.
Esto último recobra relevancia al considerar investigaciones 25 que destacan que la información negativa recibe más atención y un procesamiento cognitivo más completo que las positivas; es decir, que la información adversa tiene un impacto significativamente más fuerte que cualquier “buena” información comparable. Además de que muestra la necesidad de un cambio y el camino para lograrlo
De ahí que, la utilización del adjetivo “inadecuado”, para calificar a la vivienda, pretende proporcionar un indicador que estime las condiciones de vida de las comunidades a partir de las carencias y rezagos existentes, como información básica para la toma de decisiones en materia de bienestar. Para lograr este acercamiento, se propone una forma de evaluar la vivienda a escala intraurbana que se basa en las siete directrices del derecho a una vivienda adecuada.
2. Propuesta metodológica: El índice de vivienda inadecuada
Para el índice de vivienda inadecuada (IVINA) que se propone se llevó a cabo la operacionalización de las variables, que consiste en la transformación de conceptos y proposiciones teóricas en variables concretas 26 y abarcó los siguientes pasos:
Determinar los conceptos con base en el documento del CDESC 3 sobre el derecho a la vivienda adecuada y desglosarlos en dimensiones, en concordancia con las siete directrices.
Transformar las dimensiones de la vivienda adecuada para dar origen a los indicadores temáticos de la vivienda inadecuada (Tabla 1).
Desglosar las variables en indicadores. Para ello fue necesario revisar qué tan medibles son los indicadores a nivel de áreas geoestadísticas básicas (AGEB2. Por tal motivo, la inasequibilidad no se integró al análisis.
Elaborar y calcular el índice sintético o índice compuesto de vivienda inadecuada (IVINA). Este se calculó mediante la superposición de capas de indicadores en un sistema de información geográfica (SIG). Los resultados del IVINA se expresan en porcentajes que van de 0 al 100, donde 0 corresponde a una vivienda adecuada y 100 a una vivienda completamente inadecuada.
Agrupar los resultados en intervalos de 20 puntos porcentuales para identificar cinco niveles o grados de inadecuación: muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto.
Indicador Temático | Clave | Indicador básico | Fuente |
---|---|---|---|
D1) Inseguridad de tenencia | TITNO | Porcentaje de viviendas (PV) que no cuentan con título de propiedad | 30), (31) |
PROPNO | PV cuyos habitantes consideran como no propia la vivienda | 31 | |
D2) Indisponibilidad de servicios | AGUANO | PV que no disponen de agua al interior | 30 |
LUZNO | PV que no disponen de energía eléctrica | ||
DRENNO | PV que no disponen de drenaje | ||
D3) Inhabitabilidad | VIVFRAG | PV que presentan fragilidad estructural | 32 |
VIVHA | PV con más de 2.5 habitantes por cuarto (hacina-miento) | 30 | |
ESTMAL | PV cuyos habitantes perciben mal el estado de su vivienda | 31 | |
NORES | PV cuyos habitantes perciben fragilidad estructural | ||
D4) Gasto no soportable | GASTONO | PV cuyos habitantes consideran su vivienda una carga financiera | 31 |
D5) Inasequibilidad | INASEQ | Porcentaje de población sin oportunidad de adquisición de vivienda | NA* |
D6) Lugar inadecuado | EMPLNO | Porcentaje de personal desocupado por unidad económica | 33), (34), (35), (36 |
SALNO | Porcentaje de viviendas no cubiertas por equipamiento de salud (distancia según normas de equipamientos) | ||
EDUNO | PV no cubiertas por equipamiento educativo público (distancia según normas de equipamientos urbanos) | ||
AVNO | PV no cubiertas por equipamiento recreativo (distancia según normas de equipamientos) | ||
DEPNO | PV no cubiertas por equipamiento deportivo (distancia según normas de equipamientos) | ||
ASONO | PV no cubiertas por equipamiento de seguridad social (distancia según normas de equipamientos urbanos) | ||
CONTA | Áreas geoestadísticas que presentan contaminación en aire, agua y suelo | 32 | |
PELIGGH | PV expuestas a peligros geológicos e hidro-meteorológicos | ||
ZONAPER | PV cuyos habitantes perciben la ubicación como poco segura | 31 | |
7) Inadecuación cultural | NOEXP | PV cuyos habitantes consideran que su vivienda no cumple con sus expectativas ni necesidades | 31 |
Nota: En todos los casos se consideraron únicamente las viviendas particulares habitadas (PV).
*El indicador temático de Inasequibilidad no cuenta con información disponible para poder calcularlo a nivel intraurbano.
Fuente: Elaboración propia.
2.1 El caso de estudio
Para el análisis de la vivienda inadecuada se tomó como caso la ciudad de Mexicali, Baja California, México, ya que sus características geográficas, económicas y demográficas se manifiestan en condiciones distintas de calidad del espacio construido. Esta ciudad se localiza en el noroeste de México y colinda con la ciudad estadounidense de Calexico, California. A pesar de ser una ciudad joven, el carácter fronterizo de Mexicali, en conjunto con políticas de industrialización, han propiciado un crecimiento demográfico intenso (flujo migratorio permanente nacional e internacional) con una consecuente expansión urbana acelerada. Esto último agrava los problemas urbanos relacionados con la capacidad local de respuesta en materia de dotación de suelo, vivienda, equipamiento e infraestructura 28
En lo que respecta a la estructura urbana, la forma de la ciudad de Mexicali es semi-radial, donde el centro del semicírculo concuerda con el centro fundacional y la línea internacional, que actúa como una barrera que impide el crecimiento hacia el norte (Estados Unidos). Según Padilla y Juárez 29, el tipo de expansión que propició esta forma, es muy diferente a las ciudades del centro del país, las que comúnmente siguen una organización concéntrica. Otras diferencias de la ciudad de Mexicali, con respecto al resto de las ciudades de la república, son las condiciones extremas, como altas temperaturas y estar localizada en la zona de más alta sismicidad en México, situaciones que requieren de una tipología constructiva particular para evitar daños y pérdidas en las viviendas por desastres, así como para hacerla un hábitat adecuado para la vida humana.
2.2 Propuesta y cálculo de indicadores temáticos y básicos
En la Tabla 1 se presenta la propuesta de indicadores temáticos, los indicadores básicos que los integran y la fuente de información para su cálculo.
Debido a la diferente naturaleza de los indicadores planteados, se optó por separarlos en dos grupos temáticos (Tabla 2): por un lado, los indicadores que describen las condiciones materiales de la vivienda y su entorno, de naturaleza agregativa. Por el otro lado, los indicadores que describen condiciones de percepción y de seguridad, que afectan de manera directa las condiciones de permanencia en la vivienda. Estos últimos se trabajaron como ponderadores.
Grupo | Indicador temático | Descriptor |
---|---|---|
Condiciones materiales (vivienda y entorno) CM | ||
Indisponibilidad de servicios | NOSERV | PV que no disponen de servicios (agua, electricidad y drenaje). |
Inhabitabilidad (INHABIT) | INHA | PV que presentan fragilidad en los materiales y procesos constructivos, además de hacinamiento. |
PINABIT | PV cuyos habitantes las perciben en mal estado y como no resistentes. | |
Lugar inadecuado | INACC | PV sin cobertura de equipamientos urbanos y sin fuentes de trabajo próximas, además de ubicarse en áreas contaminadas. |
NEXPO | PV en áreas expuestas a peligros naturales (geológicos e hidrometeorológicos) | |
Condiciones de permanencia | ||
Inseguridad de tenencia y gasto no soportable | PSEG | PV que no cuentan con seguridad jurídica de la tenencia y que son consideradas una carga financiera. |
Insatisfacción | PINSA | PV donde los habitantes se encuentran insatisfechos con ellas. |
Fuente: Elaboración propia.
Aunque la inadecuación cultural de la vivienda es un tema complejo, para hacerlo medible, se tomó como indicador la insatisfacción con la vivienda. Esta consideración parte de la definición de Amérigo 37 de satisfacción residencial, "un estado afectivo de carácter positivo que el individuo posee hacia su ambiente residencial y que le llevará a desarrollar determinadas conductas destinadas a mantener o elevar la congruencia con el mismo". De manera que, para propósitos del artículo, se considera que dentro de las conductas destinadas a mantener o elevar la valoración positiva de la vivienda se incluye la apropiada expresión de la identidad cultural. Por lo anterior, la insatisfacción con la vivienda ocurre al manifestarse un estado de afecto negativo o descontento por parte del habitante hacia su residencia u entorno, situación que le puede llevar a desarrollar conductas, que van desde la falta de mantenimiento hasta el desalojo del inmueble.
La ecuación 1 muestra el cálculo general del índice de vivienda inadecuada (IVINA), donde se promedian las condiciones materiales (NOSERV, INHABIT, INACC y NEXPO) y se multiplican por los indicadores de las condiciones de permanencia (PSEG y PINSA).
El indicador temático INHABIT (ecuación 2) resulta de la multiplicación de la inhabitabilidad (INHA) por la inhabitabilidad percibida (PINABIT).
El indicador PINABIT (ecuación 3) se obtiene mediante la división de la suma de los indicadores de percepción de estado (ESMAL) y fragilidad (NORES), entre la cantidad máxima que puede tomar tal adición (en este caso 200%). Además, se le suma la unidad para que el indicador agregue valor al indicador temático INHABIT.
El indicador temático INACC (ecuación 4) promedia la inaccesibilidad de la vivienda a fuentes de empleo (EMPLNO); salud pública (SALNO); educación básica (EDUNO); recreación (AVNO); deporte (DEPNO); asistencia social (ASONO); y ambientes libres de contaminación (CONTA).
El indicador de NEXPO (ecuación 5) registra el nivel de exposición de la vivienda a amenazas naturales a partir de la multiplicación del peligro latente (PELIGGH) por el percibido por los habitantes (ZONAPER). Este último se utiliza como ponderador de la exposición latente, por lo que se obtiene al dividir el nivel de percepción de inseguridad entre la cantidad máxima que puede alcanzar el indicador (100%).
Con respecto a los ponderadores que participan en la ecuación 1, el de seguridad en tenencia y carga financiera o PSEG (ecuación 6) se obtuvo a partir de sumar los indicadores de falta de título (TITNO), la vivienda no propia (PROPNO) y la vivienda considerada carga financiera (GASTONO). Además, el resultado se divide entre la suma de las cantidades máximas que se pueden alcanzar en aquellos (300%). A diferencia de los demás, al ponderar PSEG no se le suma la unidad, ya que los ingresos de los habitantes de una vivienda y los derechos de propiedad de la misma pueden disminuir o incrementar su inadecuación de manera directa.
Por su parte, el ponderador de insatisfacción con la vivienda o PINSA (ecuación 7) es el resultado de dividir el indicador de insatisfacción de los habitantes con la vivienda (NOEXP) entre el máximo alcanzable para dicho indicador (100%).
3. Resultados
En la Tabla 3 se presentan los resultados de los indicadores temáticos3 de INHABIT, INACC y NEXPO, así como el grupo de condiciones materiales (vivienda y entorno) que se produce al promediar los tres indicadores.
Indicador | Muy Bajo | Bajo | Medio | Alto | Muy Alto |
---|---|---|---|---|---|
INHABIT (Inhabita-bilidad) | 0.1 | 15.5 | 24.8 | 23.7 | 36 |
INACC (Lugar inadecuado) | 0.0 | 17.5 | 39.1 | 40.2 | 3.2 |
NEXPO (Lugar inadecuado) | 0.0 | 0.0 | 2.3 | 48.3 | 49.4 |
Condiciones materiales (vivienda y entorno) | 0.0 | 0.0 | 25.5 | 56.0 | 18.5 |
Fuente: Elaboración propia.
En el indicador INHABIT, se observa que casi 60% del total de viviendas en la ciudad de Mexicali presentan nivel alto y muy alto de inhabitabilidad, situación que se debe en gran medida a la fragilidad constructiva, al hacinamiento y a la imposibilidad de los habitantes de percibirlas. Por su parte, el indicador de INACC señala que 43.4% de las viviendas están ubicadas de manera inadecuada (niveles alto y muy alto); es decir, que casi la mitad de las viviendas no se encuentran próximas a equipamientos urbanos ni fuentes de empleo, además se ubican en áreas contaminadas. En cuanto al indicador temático NEXPO , se observa que casi el total de la vivienda en la ciudad de Mexicali presenta niveles altos y muy altos de exposición a peligros geológicos e hidro-meteorológicos, resultado que se explica en gran medida por la ubicación de la ciudad en la zona de más alta sismicidad en México.
El grupo temático de condiciones materiales (que promedia a INHABIT, INACC y NEXPO) revela, por un lado, que la mayoría de las viviendas en la ciudad (74.5%) tienen niveles de inadecuación alto y muy alto. Por el otro lado, el 25.5% restante se encuentra en el nivel medio, lo que significa que todo el parque habitacional de Mexicali mantiene características (ya sean físicas o de localización) que impiden la consecución de la vivienda adecuada.
Adicionalmente, la Figura 1 muestra el mapa temático del grupo de condiciones materiales, donde se observa la distribución intraurbana heterogénea de las viviendas.
En la Figura 1 se aprecia que las AGEB con niveles muy altos de inadecuación se ubican principalmente en las zonas periféricas del poniente y sur de la ciudad. Estas zonas se constituyen por fraccionamientos de tipo popular (producto del acceso a suelo urbano por vía de la invasión), los poblados agrícolas que quedaron atrapados por el crecimiento urbano y los fraccionamientos de tipo progresivo) promovidos por el Gobierno del Estado. Estos últimos hacen evidente que la inhabitabilidad y el lugar inadecuado, puede ser promovidos por el gobierno al implementar programas que abordan parcialmente el tema de la vivienda, ya que se enfocan en la regularización de lotes o a dar acceso a un pie de casa, sin que exista una propuesta que garantice que ese primer esfuerzo se convertirá en una vivienda adecuada.
Por otra parte, los AGEB con nivel medio de inadecuación corresponden a la zona central y este de la ciudad, donde se concentran los equipamientos urbanos, además de fraccionamientos de tipo residencial. Sin embargo, el peligro geológico e hidro-meteorológico latente en Mexicali, en conjunto con sistemas constructivos deficientes, incrementa la inadecuación de la vivienda en toda la ciudad.
En la Tabla 4 se puede apreciar cómo disminuyen considerablemente los niveles de inadecuación del grupo de condiciones materiales (CM) al multiplicarlo por los ponderadores de inseguridad e insatisfacción.
Indicador | Muy Bajo | Bajo | Medio | Alto | Muy Alto |
---|---|---|---|---|---|
Condiciones materiales (vivienda y entorno) / CM | 0.0 | 0.0 | 25.5 | 56.0 | 18.5 |
Condiciones materiales y seguridad | 31.4 | 50.8 | 17.8 | 0.0 | 0 |
IVINA índice de vivienda inadecuada | 24.3 | 42.2 | 29.9 | 3.6 | 0 |
Fuente: Elaboración propia.
Ya que pasa de 74.5% de las viviendas en niveles alto y muy alto de inadecuación a 82.2% con niveles bajo y muy bajo. Esto sucede porque gran parte de los habitantes de Mexicali son propietarios de sus viviendas y, por tal motivo, consideran que esta no representa una carga financiera, lo que vuelve tolerables las condiciones materiales inadecuadas.
En la Tabla 4 también se observan los resultados del índice de vivienda inadecuada. El IVINA muestra que un 3.6% de las viviendas de Mexicali (10,085 de un total de 249,041) presentan un nivel alto de inadecuación, situación que se acentuó por la insatisfacción reportada por los habitantes. Por su parte, 66.5% de las viviendas se encuentra en los niveles bajo y muy bajo de inadecuación.
Con respecto a la distribución espacial de las viviendas inadecuadas, la Figura 2 muestra el mapa temático del IVINA, donde se observa que la vivienda inadecuada se localiza en la periferia oeste y sureste de la urbe, situación que puede ser resultado del crecimiento acelerado de la ciudad que rebasó la capacidad local de dotación de suelo, vivienda, equipamiento, empleo e infraestructura 29. Por su parte, la vivienda adecuada se posiciona en el centro (acumulación de equipamiento) y noreste (zonas residenciales).
Cabe subrayar que, el cambio que provocan los ponderadores de seguridad e insatisfacción en el índice final, revela la importancia que tiene la seguridad jurídica de la tenencia y la localización de la vivienda. Esto puede justificarse con la noción de que ser el propietario de una vivienda es un logro considerado valioso que genera satisfacción y sostiene otros funcionamientos; mientras que rentarla o tener posesión ilegal de esta puede traer consigo sentimientos negativos y preocupación, que eventualmente pondrían en conflicto las situaciones o condiciones propias de vida.
En otras palabras, los habitantes pueden ver reflejado en sus viviendas el progreso, el cúmulo de esfuerzos invertidos en su consecución (habilidades, medios y oportunidades), pues la forma en que se hicieron de ella supone el sorteo de ciertas limitantes (personales, sociales o ambientales), como pueden serlo la acumulación de capital económico o la obtención de un empleo remunerado para la compra de una vivienda, ya que en un país como México, el derecho a la vivienda se adquiere principalmente por medio del trabajo. De modo, que la satisfacción que propicia habitar una vivienda inadecuada puede ser producto de varios factores, entre ellos, el no tener la oportunidad de elegir (libertad) una mejor, pues la vivienda inadecuada suele presentarse como la única opción viable para las familias de bajos recursos; pero también, como reflejo de la transformación de las condiciones de vida que se generan a partir del hecho de migrar a Mexicali.
4. Conclusiones
La vivienda adecuada simboliza tanto el complimiento de un derecho, como parte de la habilitación de las capacidades humanas centrales. Pues, la vivienda propicia una vasta gama de oportunidades serias (p. ej. de protección, de buena salud, de privacidad, de seguridad, de lugar de estudio), siempre y cuando, sea asequible, habitable y culturalmente apropiada; además de contar con costos accesibles, seguridad jurídica, servicios básicos y buena localización.
Desde esta lógica, se propuso el indicador sintético IVINA que evalúa el hábitat como un elemento del bienestar desde el enfoque de las capacidades. Pues se entiende que el cumplimento parcial de las condiciones señaladas en el párrafo anterior, pueden reducir o inhabilitar la expansión de las libertades de los habitantes y, por lo tanto, participar en el detrimento de su bienestar. Pero, a diferencia de otros indicadores que se aplican a escala nacional, este trabajo permitió detectar diferencias al interior de la ciudad, como información básica para la planeación y la atención de las desigualdades estructurales.
Una vez aplicado al caso de estudio, el índice y los grupos temáticos permitieron identificar que más de la mitad de las viviendas en Mexicali son inadecuadas porque no cuentan con condiciones materiales apropiadas; es decir, son frágiles, no tienen espacios suficientes y están expuestas tanto a peligros naturales, como a contaminación ambiental. Además de que carecen de acceso a equipamiento y fuentes de empleo.
Por lo anterior, entre las aportaciones que hace el artículo al campo del conocimiento, se encuentra la propuesta metodológica que presenta y pone a prueba en un caso concreto. Esta permite identificar desigualdades el interior de las ciudades y centrar la atención en las áreas más desfavorecidas en materia de vivienda, tanto en condiciones materiales como en la distribución de oportunidades. Lo anterior como una aproximación multidimensional al cumplimiento del derecho humano a una vivienda adecuada
Ahora bien, al revisar diferentes baterías de indicadores e índices 6), (7), (8), (9), (10), (11), (12), (13), (14), (15, que miden distintos aspectos de la vivienda, nos percatamos de características predominantes en cada una de ellas, estas son: 1) uso de las directrices del derecho a una vivienda adecuada; 2) uso de información de fuentes oficiales, anuales y gratuitas; 3) simplicidad del cálculo; 4) uso de ponderadores; 5) uso de la escala intraurbana; 6) resultados en porcentajes y promedios; 7) uso de sistemas de información geográfica; 8) compilación de los indicadores; 9) valoración en escalas; y 10) visualización en mapas temáticos. Cabe resaltar, que las propuestas de indicadores revisadas comparten varias de las características anteriores; en cambio, solo la presente investigación integra las diez.
Sin embargo, el estudio de las condiciones del hábitat a nivel intraurbano presenta algunas limitantes, la principal es la falta de disponibilidad de información para integrar el total de indicadores básicos que permitan una visión más integral del tema.
Aun así, los indicadores generados son directamente vinculables con la formulación de políticas e instrumentación de estrategias con la finalidad de incrementar el bienestar de la población urbana. También constituyen una herramienta básica para el monitoreo de los cambios en las condiciones de habitabilidad de la ciudad; es decir, son útiles para diagnosticar, planificar y vigilar la cobertura del equipamiento urbano, la distribución de las fuentes de empleo, la localización segura de los hogares, entre otros aspectos.
De modo que académicos, planificadores y tomadores de decisiones puedan generar información útil para orientar planes y acciones urbanas hacia el logro del desarrollo sustentable, donde la consecución del derecho a una vivienda adecuada es un requiso obligado.
Como asignatura pendiente, queda desarrollar un indicador más robusto de inadecuación cultural, que permita conocer aspectos identitarios relacionados con la vivienda. Además, es importante conectar el análisis del hábitat con la orientación de las acciones gubernamentales en la materia, así como dar seguimiento a los cambios que experimenta la ciudad con el paso del tiempo, además de comparar su desempeño con otras ciudades similares.