Liolaemus torresi (Núñez, Navarro, Garín, Pincheira-Donoso & Meriggio, 2003), comúnmente conocido como dragón de Torres-Mura, es un lagarto endémico del desierto de Atacama en el norte de Chile, que habita en las Regiones de Tarapacá y Antofagasta (Díaz-Vega, 2014, Troncoso-Palacios & Alarcón, 2022). Se encuentra en zonas desérticas con escasa o nula vegetación, en quebradas pedregosas, arenosas y rocas pequeñas, entre los 790 a 2.600 m s.n.m. (Mella, 2017; Troncoso-Palacios & Alarcón, 2022). Más allá de la reciente revisión de Troncoso-Palacios & Alarcón (2022) sobre la distribución y estado de conservación de la especie, existe un gran desconocimiento de su biología (Riveros-Riffo & Torres-Mura, 2015), contándose solo con descripciones generales de conductas antidepredatorias y de termorregulación (Díaz-Vega, 2015). Sobre su dieta, se ha indicado que es insectívora, sin mayores antecedentes sobre la composición de ésta (Mella, 2017; tratada como Phrynosaura reichei por Donoso-Barros, 1966), salvo por la indicación de consumo de coleópteros (Núñez et al., 2003, Demangel 2016).
Durante una prospección realizada el 18 de febrero de 2021 en la zona desértica de la Comuna de Pozo Almonte (21.51604° S, 69.51258° W, Datum WGS84, 905 m s.n.m.; Fig. 1), Provincia de Iquique, Región de Tarapacá, se observó al medio día (11:57 h) a un adulto de L. torresi con restos de un insecto en su boca (Fig. 2A), parte de los cuales fueron encontrados al día siguiente bajo la piedra donde el lagarto fue observado escondiéndose (Fig. 2B). El insecto correspondió a una polilla esfinge o picaflor Hyles annei, identificación facilitada por el registro de un ejemplar activo de la especie en el mismo sitio y día del presente registro (Fig. 2C). Además, un estudio previo muestra a un individuo de L. torresi refugiado junto a un ejemplar de H. annei (Troncoso-Palacios & Alarcón, 2022). Sobre la identidad de la polilla, se descarta que el lepidóptero sea H. euphorbiarum, ya que su distribución no llega tan al norte (Ureta & Donoso, 1956).
La observación de L. torrresi con un ejemplar de H. annei en su boca sugiere consumo de dicho lepidóptero, aun cuando no permite asegurar que hubo un intento de depredación. Por otra parte, la diferencia en el volumen de los restos del insecto en la boca del lagarto y los encontrados en el refugio (Fig. 2A y B), lleva a proponer dos hipótesis: 1- Consumo de carroña. A pesar de que sólo los lagartos Varanus han sido descritos con claros hábitos carroñeros (Vitt & Caldwell, 2013), existen unos pocos reportes de consumo de carroña en lagartos de otros géneros (Vidal & Labra, 2008; Castilla et al., 2011; López-Victoria et al., 2011). Dentro de este contexto, es posible que la baja disponibilidad de insectos donde habita L. torresi (ver más abajo), lleve a la especie a tener hábitos carroñeros, detectando los restos de insectos a través de secreciones químicas (e.g., Mora & Labra, 2017). Potencialmente entonces, el lagarto avistado podría haber estado transportando los restos del lepidóptero muerto encontrado en algún refugio (ver Troncoso-Palacios & Alarcón, 2022), para su posterior consumo. 2- Depredación incompleta. Bajo el supuesto de que el individuo de L. torresi cazó el ejemplar de H. annei, éste no habría sido totalmente consumido debido a su gran tamaño o por contener productos tóxicos. Los adultos de H. annei alcanzan una envergadura alar de ~70 a 90 mm (Briones et al., 2012), siendo de tamaño similar o mayor a la de L. torresi, especie cuyos ejemplares adultos pueden alcanzar una longitud promedio de hocico-cloaca de 64 mm (Núñez et al., 2003). Probablemente el lagarto requiera de un tiempo prolongado para consumir la polilla, lo que explicaría el menor volumen de los restos del lepidóptero encontrados bajo la piedra (Fig. 2B), comparado con lo que tenía el lagarto el día anterior en su boca (Fig. 2A). Alternativamente, la palatabilidad de H. annei podría ser baja, por contener sustancias toxicas, como ocurre en diversas especies de lepidópteros (Nishida, 2002). De hecho, adultos de la especie congenérica, H. euphorbiae secuestran toxinas de plantas en su cuerpo (Marsh et al., 1984). En este contexto, el cuerpo, y no las alas de H. annei, podrían almacenar toxinas, lo que explicaría que el cuerpo de la polilla no fuera consumido (Fig. 2B).
Muy probablemente L. torresi tenga una dieta oportunista, considerando que habita en un desierto absoluto, caracterizado por escazas lluvias y áreas básicamente desprovistas de vegetación (Betancourt et al., 2000), lo cual limita la presencia y abundancia de artrópodos. Más aun, la potencial presa registrada en este estudio, H. annei, tiene hábitos migratorios (Angulo & Antezana, 2001), por lo que su disponibilidad solo sería estacional.
Liolaemus torresi es una especie de baja abundancia y difícil de observar (Mella, 2017), lo que en parte explicaría el gran desconocimiento que existe sobre ella. Dentro de este contexto, reportes como el presente permiten contribuir con información asociada a esta especie, catalogada en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como En Peligro (Espejo et al., 2017). Es destacable, sin embargo, que Troncoso-Palacios & Alarcón (2022) recientemente proponen que ésta debería ser catalogada como Casi Amenazada, lo cual refuerza el escaso conocimiento que se tiene de la especie.