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Medicina y ética

versión On-line ISSN 2594-2166versión impresa ISSN 0188-5022

Med. ética vol.31 no.1 Ciudad de México ene./mar. 2020  Epub 21-Ago-2023

https://doi.org/10.36105/mye.2020v31n1.06 

Reseñas

La civilización del Anáhuac: filosofía, medicina y ciencia

José Enrique Gómez Álvarez* 
http://orcid.org/0000-0002-8964-2207

* Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Maestro en Gerontología Social. Profesor e investigador del CISAV. México. Correo electrónico: jegomezalvarez@yahoo.com

Velázquez, Lourdes. La civilización del Anáhuac: filosofía, medicina y ciencia. Notas Universitarias, México: 2019. 215 pp.


La obra de la Dra. Velázquez podría ser descrita como una obra apologética. El libro busca demostrar y desmitificar algunas creencias arraigadas en torno a la civilización del Anáhuac. Desde la introducción, la autora señala la conveniencia de utilizar este término y no los de América o Mesoamérica.

El libro se desarrolla en 8 capítulos. Los mismos dan un panorama de la cultura del Anáhuac. Busca desentrañar los supuestos antropológicos, filosóficos, teológicos que llevan a entender la práctica de la medicina. La autora comienza distinguiendo entre civilización y cultura. La civilización del Anáhuac abarca múltiples culturas: la olmeca, la teotihuacana, la maya, entre otras. Todas se unifican por un espíritu común: «La civilización del Anáhuac y las culturas que de ella surgieron, en particular la náhuatl, encuentran en la toltecáyotl las condiciones necesarias para darle sentido a su existencia. La flor y el canto, el arte y la poesía, son las herramientas para conocer las cosas esenciales de la vida en el camino espiritual...» (p. 27).

En el primer capítulo, «El pensamiento filosófico náhuatl sobre la divinidad y el cosmos» (pp. 51-79), la Dra. Velázquez resume la cosmogonía del Anáhuac. Resalta la dificultad de entender como dioses todas las manifestaciones divinas del principio de Ometeotl. Asimismo, muestra cómo existe un verdadero pensamiento ontológico no reductible a lo religioso. El capítulo II, «La concepción filosófica del hombre» (pp. 81-105), analiza la antropología filosófica, en la que el hombre es concebido como un yo dinámico expresado en la noción de «rostro y corazón». El capítulo examina también las ideas educativas, así como parte de la ética y el estudio del sentido del hombre ante la muerte.

El siguiente capítulo, «La antropología física de los anahuacas» (pp. 107-121), describe los hábitos higiénicos, de alimentación y las descripciones morfológicas de los habitantes tal como nos los han señalado las fuentes históricas, resaltando la calidad de las medidas higiénicas y el equilibrio de sus fuentes de alimentación, que explican que su esperanza de vida fuese más alta que en la Europa de la época.

El capítulo IV, «Características generales de la medicina náhuatl» (pp. 123-151), explica muy bien cómo la medicina de los anahuacas dependía de su cosmovisión completa. La autora hace énfasis en que, análogamente a Occidente, la medicina dependía de supuestos no siempre sustentados en lo que hoy llamaríamos la medicina científica. Uno de los ejemplos que señala es el de la astrología. Uno de los méritos de los nahuas fue entender la enfermedad siempre en una óptica individual: «...para el médico y el paciente nahuas, la causa de la enfermedad siempre era una individualidad personal, ya fuera natural o sobrenatural..., en un sentido amplio. Toda enfermedad tiene un origen divino de alguna forma, y su causa debe ser hallada en una posible ofensa, específicamente hacia el dios del lugar donde vive el paciente» (p. 145).

El capítulo V, «La práctica médica de los nahuas» (pp. 153-180), se centra en la información de la que dispone la práctica de la medicina un poco antes del periodo de la Conquista. En la clasificación de los médicos se encuentran los de tipo sacerdotal y los que la autora denomina como «profesionales». Dentro de los logros de los nahuas, están, entre otros, el hecho de que las mujeres podían ejercer la medicina y el papel de las parteras era de suma importancia en el México antiguo.

El capítulo VI, «Raíces éticas y humanistas de la tecnología del Anáhuac» (pp. 181-191), analiza los avances científicos y tecnológicos de los nahuas. En particular, se mencionan los avances en la datación del tiempo. El siguiente capítulo, «El papel de la mujer en la civilización del Anáhuac» (pp. 193-197), intenta revalorar el papel de la mujer en la sociedad náhuatl. El libro continúa con «Sacrificios humanos, ¿mito o realidad?» (pp. 199-204), en donde se discute la veracidad de las fuentes acerca de los sacrificios humanos, haciendo énfasis en la exageración de los testimonios. El libro cierra con las Conclusiones (pp. 205-208), en donde la autora insiste en la importancia de la investigación de las raíces culturales de México: «Debemos recuperar la memoria histórica y conocer la verdad sobre nuestro grandioso pasado. Debemos investigar cuáles fueron los valores y principios humanos con los que se constituyó la civilización que logró, a lo largo de muchos siglos, el grado más avanzado de vida en sociedad que ha alcanzado la humanidad» (p. 208).

La conclusión apuntada señala la reiteración o hilo conductor de todo el libro: el valor de la cultura del Anáhuac. El gran mérito del trabajo es recopilar en un solo texto la cosmovisión del Anáhuac combinando la divulgación con la investigación. El discurso fluye así a lo largo del texto, dando el panorama de la civilización Anáhuac. En cuanto a sus debilidades, está el hecho de que, por el celo de defender el valor y peso de las culturas estudiadas, se abusa en ocasiones de expresiones ad populum en el uso de superlativos, al describir los logros de la civilización del Anáhuac. Asimismo, hay algunas afirmaciones que rebasan lo conceptual y son empíricamente muy dudosas, como, por ejemplo, cuando se habla de los curanderos se dice: «...pero en especial tenían la facultad de poder emanar de su organismo la energía que transmiten a sus pacientes» (p. 104). Es claro que este tipo de afirmación requiere otro tipo de sustento.

Recibido: 04 de Noviembre de 2019; Aprobado: 30 de Noviembre de 2019

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