A modo de introducción
Al estudiar a Ecatépec, “cerro del viento, cerro de Ehecatl”,1 como localidad ubicada en la parte noreste de la Cuenca de México durante el Posclásico tardío y el siglo xvi, a través de crónicas novohispanas de tradición indígena, nos enfrentamos con la falta de una crónica propia que permita conocer a cabalidad las reglas internas de funcionamiento de su tradición, la manera cómo narraban sus orígenes, su pasado, legitimaban y establecían su posición ante los demás altepetl, centros a los que se adscribía una población, una deidad patrona a quien estaba destinado el templo principal y un tlatoani, un gobernante (Figura 1).2
El altepetl podía tener la categoría de tlatocayotl, de asiento político autónomo, regido por un gobernante vitalicio perteneciente a un linaje reconocido por su población y por sus vecinos, que representaba a su divinidad y se desempeñaba como ejecutor de sus designios, con poder político, judicial, militar y religioso;3 o carecer de esta categoría, al contar con un “mandato rustico”, con un gobierno impuesto bajo la dirección de un cuauhtlato o gobernante militar (tlacatécatl o tlacochcálcatl),4 sin pertenencia al linaje local y dependiente a un huey altepetl centro más complejo como Azcapotzalco, Culhuacán, Tetzcoco y Mexico-Tenochtitlan con diferentes grados en su constitución territorial y demografía étnica al integrar estos su territorio en su momento de máxima influencia por una localidad central política y por altepetl sencillos anexos a través de la guerra.5
Pese a la carencia de una crónica escrita directamente por un ecatepeca, se ha conformado un bosquejo de ellos a través de estudios arqueológicos y etnohistóricos. Las investigaciones arqueológicas, de Du Solier (1949), Tolstoy (1954), Sanders (1960-1964), Domínguez (1979), López Wario (1985), Guerrero (1986), Rojas (1986), Córdoba (1998), Trejo (2014), García (2014) y Suárez (2016),6 han permitido saber que, el asentamiento de Ecatépec remonta su historia al periodo Formativo Medio (1500 a.C.) hasta la actualidad de manera ininterrumpida, temporalidad en que su patrón de asentamiento y poblacional ha variado, de ocupar la parte alta a través de terraceados en el cerro Ehecatl, formación rocosa que constituye el costado nororiente de la sierra de Guadalupe, a perder parte importante de su población durante el Clásico atraídos por el surgimiento y desarrollo de Teotihuacán, a incrementar y extender sus límites para el Posclásico tardío, desde la parte baja del cerro hasta la zona de san Juan Acalhuacan en los márgenes del lago de Xaltocan y Tetzcoco, integrando a sus actividades agrícolas, de caza y pesca, la explotación de las salinas7 (Figura 1).
Mientras que, por medio de los estudios etnohistóricos de Romero Quiroz (1978), Muñoz (1998), Sánchez (2008), Suarez (2011), Rivero (2019), con enfoque particular,8 y a los trabajos de Gibson (1967), Palerm (1972) y Carrasco (1979, 1996) de carácter general,9 se puede indicar que durante el Posclásico tardío, Ecatépec fue un asentamiento que estuvo inmerso en la dinámica social e histórica de la Cuenca de México como parte de la provincia otomí del poderío de Xaltocan hacia el año 1063 d.C. según los Anales de Cuauhtitlan y La sumaria relación de todas las cosas que han sucedido en la Nueva España de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl,10 que adquirió el papel de localidad sujeta a Azcapotzalco, hasta la conquista de los tepanecas en 1428. Posteriormente, siguiendo la Crónica Mexicáyotl de Hernando Alvarado Tezozómoc, se reconoce a Ecatépec como altepetl sujeto con un tlatoani a la cabeza, perteneciente a un linaje tenochca reconocido por su huey altepetl Tenochtitlan.11
Al construir esta urdimbre que brinda la imagen de un asentamiento con una población numerosa y una organización compleja, es imprescindible estudiar e integrar dentro de las fuentes que abordan el periodo Posclásico tardío del sitio, los trabajos del autor chalca Domingo de San Antón Muñón Chimalpáhin, los cuales amplían la información ofrecida por Alvarado Tezozómoc en la Crónica Mexicáyotl, recogida por Suárez Castro y la cronista oficial Angélica Rivero, permitiendo reconocer qué tipo de altepetl pudo ser Ecatépec a finales del Posclásico tardío, y reinterpretar las noticias dispuestas en los Anales de Cuauhtitlan y por Ixtlilxóchitl en su Compendio Histórico de los reyes de Tetzcoco,12 quienes coinciden en desconocer la existencia de un centro con tlatoani en esa región antes del establecimiento de Huanitzin por Moctezuma Xocoyotzin, que sin la versión chalca se mostraban contrapuestas con la versión mexica.
El presente trabajo, titulado “Entre mexicas y chalcas. El altepetl de Ecatépec a través de las crónicas de Chimalpáhin”, tiene como finalidad identificar las fuentes que pudo utilizar para conformar la imagen de este centro que ofrece en cuatro de sus obras: La Tercera y Séptima relación de las diferentes historias originales, el Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Colhuacan y su Diario, y explicar qué tipo de altepetl es Ecatépec según la información ofrecida por Chimalpáhin, y cuál pudo ser la razón que lo impulsó a integrar a esta localidad dentro de los relatos a conservar para las futuras generaciones.
Para mi estudio, me apoyé en las traducciones del náhuatl de los manuscritos dispuestos por Víctor M. Castillo Farreras del Primer amoxtli libro. 3ª relación de las différentes histoires originales, y el Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Colhuacan;13 por Josefina García Quintana de la Séptima relación de las différentes histoires originales;14 por Rafael Tena del Diario y las Tres crónicas mexicanas por considerar que se apegan al sentido del texto base y por explicar cómo resolvieron las secciones difíciles de traducir.15
Sobre el autor y sus trabajos
Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpáhin Cuauhtlehuanitzin fue un prolífico historiador chalca descendiente por ambas líneas de Cuauhuitzatzin tlailotlacteuhctli,16 fundador de su ciudad natal Tzacualtitlan Tenanco Amaquemecan, que vivió entre los años de 1579 y 1660,17 y sirvió a los religiosos seculares de la ermita de san Antonio Abad en la ciudad de México por más de treinta y seis años, tiempo en que su interés por conocer, preservar y registrar el pasado de su altepetl natal, íntimamente relacionado con la historia de su familia y sus raíces, lo llevó a redactar en náhuatl una serie de trabajos polifónicos sobre los pueblos de la Cuenca de México antes y después de la conquista, diferentes entre sí, pero vinculados con la historia de Chalco, que hasta hoy suman once obras:18
Las Diferentes historias originales conformada por Ocho relaciones;
El Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Colhuacan;
El Diario; y
El Manuscrito 256B de la Colección Antigua de la Biblioteca Nacional de Antropología de México que se conoce como “Anales Tepanecas o” “los Anales mexicanos de México-Azcapotzalco”.
Obras con que Domingo de San Antón buscó cumplir un doble propósito, el recabar, preservar e integrar el pasado de Tzacualtitlan Tenanco Chiconcóhuac dentro del esquema providencialista de la historia occidental universal19 y el brindar un vehículo a través del cual, pudieran obtener el reconocimiento de sus derechos y privilegios tanto los miembros de la nobleza indígena de Amaquemecan y muy posiblemente, los principales de otras regiones, como veremos en este estudio.
En sus trabajos, el autor chalca adoptó el género narrativo de los anales, es decir, utilizó un orden secuencial anual, en donde los sucesos se exhiben de manera consecutiva, los años están marcados de forma destacada a través de un doble sistema de cómputo: el indígena y el europeo.
El indígena conformado por dos sistemas, el tonalpohualli “cuenta del tonalli”20 que representaba la base de la cronología nahua, integrado por una cuenta aritmética de veinte posiciones figurado por veinte signos que se combinaban con trece numerales en forma de cuentas redondas para los grupos del centro. Juntos conformaban una fecha y fungían como el nombre y apellido de un ciclo o unidad temporal cargada al menos de dos esencias divinas asociadas al numeral y al cargador, que permitían tras veinte ciclos de trece numerales hacer 260 combinaciones diferentes; y el xiuhpohualli "Cuenta de los años”, cómputo de ciclos de 52 años correspondiente a 18,980 días y a 73 ciclos del tonalpohualli, en el que los años, xihuitl solo podían ser personificados por cuatro de los veinte signos del tonalpohualli, (acatl, tecpatl, calli y tochtli) que en combinación con los trece numerales daban el nombre al año. La importancia de este cómputo radicaba en que registraba el tiempo preciso que debía transcurrir para regresar a la primera posición de la cuenta.21 Mientras que el europeo, basado también en dos sistemas de cómputo, la cuenta Gregoriana que establecía su fecha inicial con el nacimiento de Jesucristo, y que consideraba años bisiestos aquellos cuyas dos últimas cifras son divisibles entre cuatro, exceptuando los múltiplos de 100 y 400; y el registro de los 12 momentos del año distribuidos en faenas agrícolas y celebraciones asociadas a fiestas fijas y al devenir astronómico.22
Bajo estos sistemas, Chimalpáhin estableció como fecha de inicio en sus obras, el año 2 acatl en el que ataban su ciclo los mexicas y celebraban su ceremonia del Fuego Nuevo, ritual de la renovación temporal,23 en correlación con el europeo que computa los años transcurridos desde el nacimiento de Jesucristo, y en contadas ocasiones que especificó el día del tonalpohualli en que se suscitó el suceso, lo correlacionó con la celebración litúrgica que correspondía en el calendario de los doce momentos del año.24
Las obras en que brinda noticias sobre Ecatépec
Dentro de sus manuscritos Domingo de San Antón dio noticias sobre Ecatépec en función a su relación con el pueblo mexica-tenochca en cuatro de ellos, que son:
La Tercera relación, que aborda desde la salida de los mexicas de Aztlán Chicomóztoc el año 1 tecpatl (1064), hasta el año 1 acatl (1519) que narra la salida de los españoles de Tenochtitlan y la muerte de Moctezuma Xocoyotzin.25
La Séptima relación, donde registra los sucesos ocurridos del año 13 acatl (1271), en que se marca la salida de los tlalmanalcas de Tlapallan Nonoalco hacia Tlapallan Chicomóztoc, hasta el día 12 de abril del año 8 acatl (1591), en que refiere la fundación de la cofradía de la Soledad del templo de San José de san Francisco de la ciudad de México.26
El Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Colhuacan, donde aborda la historia de los colhuas como eje temporal narrativo, desde la fundación de su ciudad el año 10 tochtli (670), el gobierno de sus dieciocho tlatoque, hasta el año 2 acatl (1299), en que describe el asedio a los mexicas en Chapultépec;27 y
El Diario, anales de sucesos notables ocurridos en la cuenca de México, del año 7 calli (1577), fecha anterior al nacimiento del autor,28 hasta el 14 de octubre de 1615, en que asienta las plegarias y procesiones que realizaron en los templos de la ciudad pidiendo protección ante el arribo en Acapulco de cinco navíos de piratas ingleses.29
Obras que responden a diversos momentos de su labor historiográfica e intereses, como se podrá ver a lo largo del estudio.
La imagen de Ecatépec ofrecida por Chimalpáhin
Las noticias sobre Ecatépec recogidas por el autor en estas fuentes, fueron ordenadas siguiendo el eje narrativo temporal mexica al que estaban habituadas las autoridades coloniales, se adscriben a tres etapas de su pasado, que son:
Primera etapa
Plasmada en el Memorial breve. Del año 3 calli (1209) al 6 tochtli (1238). Concierne al periodo de migración mexica en que se adentraron en la región norte de la Cuenca “apenas allí por Ecatépec van llegando” donde permanecieron más de veinte años, diecinueve de ellos “en Cuauhtitlan”, “cerca de Ecatépec” donde asumió el mando de ellos Huehue Huitzilíhuitl.30 En él, el área en que se localizan Cuauhtitlan y Ecatépec, se muestra como una zona propicia, donde no debió haber asentamientos grandes que los confrontaran al apropiarse de espacio por más de 20 años, tiempo en que erigieron morada para su dios, sembraron y levantaron casas.31
Segunda etapa
Corresponde al periodo que llama Federico Navarrete “dinástico mexica” desde la caída de Azcapotzalco el año 1 tecpatl (1428) al año 2 tecpatl (1520), en que es nombrado Huanitzin el joven como tlatoani de Ecatépec. Periodo en que muestra a esta localidad como un asentamiento con una estructura política compleja, en cuya cabeza se encontraba la figura de tlatoque, gobernantes legítimos a partir del año 1 tecpatl (1428). Sin embargo, es importante resaltar, que el nombramiento de su primer señor, Huehue Chimalpilli y su sucesión, están acompañados por el establecimiento de gobiernos dependientes regidos por cuauhtlatoa, gobernantes militares, debido a que cuando fue designado era un infante “acostado en la cuna lo pusieron en el mando”,32 condición que debió implicar el establecimiento por algunos años de un jefe militar que rigiera a su nombre mientras alcanzaba la edad necesaria para asumir el cargo. Gobierno militar que pudo ser asumido por su padre, al que en la Crónica mexicáyotl se identifica como Huehue Huanitzin, gran guerrero de Iztapalapa y yerno de Moctezuma Ilhuicamina.33
Asimismo, tras el fallecimiento de Huehue Chimalpilli el año 11 calli (1465), Chimalpáhin registra en su Séptima relación, que fue sucedido por un cuautlatoa que rigió por doce años del que se omite su nombre y su origen. Al término de ese periodo, el 11 calli (1477) se estableció, el gobierno de “tlatoque”, que duró hasta el año 7 tochtli (1538), en que rigieron tres señores:
Matlaccohuatzin, al que reconoce en la Tercera relación como hijo de Huehue Chimalpilli, que gobernó del 11 calli (1477) al 6 tochtli (1498);
Chimalpilli Tepochtli (el joven), hijo del tlatoani Ahuízotl de Tenochtitlan y muy seguramente de madre ecatepeca, que gobernó del año 6 tochtli (1498) al 2 tecpatl (1520);34 y
Huanitzin, tlatocapilli tenochca-ecatepeca, sobrino y yerno de Moctezuma Xocoyotzin, nieto de Axayácatl de Tenochtitlan y de Matlaccohuatzin de Ecatépec que adoptó el nombre de Diego de Alvarado Huanitzin tras su bautismo y que rigió del año 2 tecpatl (1520) al 7 tochtli (1538), en que fue nombrado gobernador de indios de Mexico Tenochtitlan.35
Esta última elección de tlatoani en Ecatépec, es descrita antecedida por la visita de funcionarios ecatepecas a Tenochtitlan para informar a Moctezuma Xocoyotzin del deceso de su señor Chimalpilli Tepochtli, quien al darse por enterado “en seguida, en este año, instaló allá a su sobrino, y otra vez su yerno, al de nombre Huanitzin el que devino tlahtoani de Ecatépec. Este era hijo de Tezozomoctli tlahtocapilli de Tenochtitlan, hermano de Motecuhzomatzin”.36 Acción que presenta a Ecatépec en condición de altepetl sujeto, políticamente dependiente de su huey altepetl, con señor impuesto y no electo por los más importantes funcionarios, sacerdotes y militares de la localidad (que a pesar de ello es referido como “tlatoani”). Circunstancia que implicaría que este altepetl careciera de la categoría de tlatocayotl, de centro políticamente independiente y explicaría la interpretación de Diego Durán respecto al nombramiento de Huanitzin, como conducta ilegítima y tiránica de Moctezuma realizada en contra de pueblos y ciudades,37 y el desconocimiento de sus vecinos Cuauhtitlan y Tetzcoco de un gobierno legítimo, autónomo local, plasmado en los Anales de Cuauhtitlan,38 La sumaria relación de todas las cosas que han sucedido en la Nueva España; y el Compendio Histórico de los reyes de Tezcoco, de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.39
Tercera etapa
Se adscribe al periodo colonial, del año 3 calli (1521), en que fueron llevados presos los señores de México junto con Cuauhtémoc tlatoani de Tenochtitlan a Coyohuacan tras la caída de la ciudad, hasta el año 9 calli (1605), en que se registra el servicio de mano de obra para la reparación del camino de san Cristóbal Ecatépec en Acalhuacan, por disposición del virrey don Juan de Mendoza y Luna.
Las noticias ofrecidas para el periodo colonial fueron registradas en la Séptima relación y en el Diario, y aluden a tres nobles asociados con Ecatépec: don Diego Alvarado Huanitzin;40 doña Leonor de Moctezuma, hija de Moctezuma Xocoyotzin quien se casó con el conquistador español don Cristóbal de Valderrama, de quien nacieron linajes mestizos y castizos, y de los que el autor chalca omite su condición de encomenderos de Ecatépec;41 y don Diego Cuauhpotonqui tlatoani gobernador de Ecatépec a partir del año 3 acatl (1547). El autor brinda mayor espacio a la figura de Diego Huanitzin.42
El cruce de información entre sus trabajos
Es importante destacar que el autor anotó la información sobre Ecatépec de maneras distintas. En la Tercera relación las noticias sobre este altepetl fueron integradas al manuscrito como notas marginales, lo cual indica que, al momento del registro, el cuerpo del texto ya había sido terminado, por lo que se incorporaron en un segundo momento por la misma mano a modo de avances en su investigación. Mientras que, en la Séptima relación, las referencias están integradas al cuerpo del texto e incluyen nuevos datos correspondientes al gobierno de Ecatépec en tiempos de Moctezuma Xocoyotzin y sobre el periodo colonial.
Ambas obras dan noticias sobre el nombramiento de los tlatoque ecatepecas anteriores a 1520, no obstante, del segundo tlatoani, Matlaccohuatzin, aporta más información, en la Tercera relación cuenta con una noticia que no es registrada en la Séptima, para el año 2 tochtli (1494), en que refiere a su deceso:
En este año 2 tochtli, los ecatepecas vinieron a ver a Motecuhzomatzin, que asume el cargo de tlacateccatl junto a Ahuitzotzin, algunos señalan que por entonces murió Matlaccohuatzin, tlatoani de Ecatepec, pero no se verificará esto hasta que se realice lo que está abajo.43
Fecha que omite, por confirmarla errónea en la misma Tercera relación e integra también en nota al margen la fecha correcta, el año 6 tochtli (1498). Sin embargo, en esta última fecha, en la Séptima relación introduce nuevos datos acerca de la descendencia de este señor:
En este año murió Matlaccohuatzin tlatoani de Ecatepec que gobernó veintidós años. Y en seguida vino a instalarse como tlatoani Chimalpilli Telpochtli, segundo de este nombre que devino tlatoani de Ecatepec, fue asentado como tlatoani un día 1 ocelotl; este mencionando Matlaccohuatzin conservaba dos hijas; a la primera la tomó, la hizo su mujer el tlatocapilli, tlacatecatl, Motecuhzomatzin que a la postre se hizo tlatoani de Tenochtitlan. Y a la segunda hija de Mataccohuatzin la tomó, la hizo su mujer Tezozomoctli Acolnahuácatl que nació junto con Moteuhczomatzin pues los dos eran hijos del tlatoani Axayacatzin.44
Las noticias sobre Matlaccohuatzin en ambas versiones de Chimalpáhin reflejan el uso de al menos tres fuentes distintas: la primera refiere sobre su existencia, la segunda le permite corroborar sus datos y le da la fecha correcta del deceso de este tlatoani que queda plasmada también en su Tercera relación, y una tercera que le aporta noticias acerca de su descendencia y filiación con los señores tenochcas. Este vínculo diplomático, político y parental entre Ecatépec y Tenochtitlan a través del enlace con los tlatocapipiltin 45 Moctezuma Xocoyotzin y Tezozomoctli Acolnahuácatl, hijos del tlatoani Axayacatzin, prepara el camino a la figura de don Diego de Alvarado Huanitzin señor de Ecatépec a la llegada de los españoles como veremos más adelante.
Por tanto, respecto a la relación entre los trabajos de Chimalpáhin, Tercera y Séptima relación, considero que presentan una filiación que deja expuesta la labor indagatoria y el manejo de la información por el autor, donde la Tercera relación se muestra como una de las fuentes utilizadas por este para su Séptima relación, redactada entre 1624 y 1629.46
Por su parte, los testimonios correspondientes al periodo colonial ecatepeca recogidos en su Séptima relación y en su Diario también muestran diferencias. En la Séptima relación aborda dos señores de Ecatépec más que la Tercera relación,47 los cuales, rigieron en la localidad tras la conquista; estos son: don Diego Huanitzin, al que le dedica más espacio, de él registra su nombramiento en 1520 como tlatoani de Ecatépec, describe a detalle su prisión junto a Cuauhtémoc y otros señores mexicas en Coyohuacan por orden de Hernán Cortés en 1521; su presencia en el viaje a las Higueras (Hueimollan) en 1524, en que es condenado y ejecutado el señor Cuauhtémoc, hasta el año 7 tochtli (1538), en que es nombrado gobernador de la parcialidad indígena de San Juan Tenochtitlan por orden del virrey don Antonio de Mendoza.
El segundo señor, don Diego Cuauhpotonqui, de quien indica su nombramiento como tlatoani de Ecatépec el año 3 acatl (1547), interrumpe sus noticias acerca de su origen de manera abrupta “este era hijo de... [se encuentra cortado]”. A pesar de ello, su intención por registrar a este principal en conjunto con la información ofrecida sobre Ecatépec en este manuscrito revela un manifiesto interés por reconocer a las autoridades de linaje tenochca de esta localidad.48
Entre tanto, en el Diario, los indígenas desempeñan un papel secundario con pequeñas intervenciones, de tanto en tanto, como víctimas de pestes, como cuerpo de trabajo en el servicio público, como participantes en los enfrentamientos entre las órdenes y el clero secular, o en actividades propias de la iglesia. Grupo en que destaca la figura de los gobernadores indígenas al realizar Chimalpáhin su recuento el año 1608 de lo que había ocurrido desde la creación del mundo, hasta finales de ese año, en razón al pasado tenochca y el desglose de todos los señores que habían gobernado Tenochtitlan desde su fundación.49 Balance en que dedica unas líneas a Huanitzin como imagen de poder, tlatocapilli tenochca,50 señor de Ecatépec y aborda de manera breve los acontecimientos narrados también en la Séptima relación, pero con algunas variantes, discordancias que abordaré adelante al hablar de las fuentes para la conformación de sus relatos.
Las posibles fuentes consultada s por el autor acerca de Ecatépec
Tras reconocer las semejanzas, diferencias y filiaciones entre los datos sobre Ecatépec proporcionados por Chimalpáhin en sus obras, es momento de abordar cuáles pudieron ser sus fuentes que facilitaron las noticias sobre dicha localidad. Sabemos que Domingo de San Antón Chimalpáhin, entre 1606 y 1611, consultó y recabó fuentes orales, pictográficas y escritas sobre el pasado de su pueblo Tzacualtitlan Tenanco y sus vecinos, por medio de visitas a miembros de la nobleza indígena chalca, como sus tíos don Cristóbal de Castañeda y don Vicente de la Anunciación, a don Miguel de Santiago Tetlantoloticatzin y a don Rodrigo de Rosas Xoecatzin.51 Consultó también a miembros de la nobleza tenochca como doña Martina, su hijo don Nicolás Hernández Tlacaelleltzin y don Miguel Sánchez Huetzin, últimos descendientes del linaje de Tlacaélel a quienes estaba vinculado por los señores de Itztlacozauhca Amaquemecan,52 a Hernando de Alvarado Tezozómoc y Alonso Franco o a un pariente de ellos, seguramente por intercesión de los Tlacaélel en busca de información acerca del pasado del pueblo tenochca. Además, recurrió a los padres de la ermita, para que le permitieran tener acceso a los libros que conservaban en su biblioteca, repositorio en donde pudo tener acceso al Antiguo Testamento, a obras de Historia Sagrada y a la Historia de las Indias y Conquista de México, de Francisco López de Gómara, de la cual, realizó una copia, que enriqueció con notas marginales y al calce.53 También registró los sucesos que consideró notables y que llegaron a sus oídos.
En el caso de su indagación sobre Ecatépec, que quedaron plasmadas en su Tercera y Séptima relación y en su Diario, reflejan el uso de al menos siete fuentes distintas que brindaron información acerca del linaje de este altepetl. Los primeros datos que tuvo en sus manos, los registró en la Tercera relación a modo de notas marginales, que evocan el nombramiento de dos de sus señores: Huehue Chimalpilli y Matlaccohuatzin, cuya fuente de origen es posible que se tratara de unos anales breves que incluían esta información por referirse a descendientes de la nobleza tenochca. Una segunda, también plasmada en nota en la Tercera relación, aporta referencias sobre la relación de Matlaccohuatzin con Moctezuma Xocoyotzin y la fecha 2 tochtli (1494), como posible momento de fallecimiento del señor ecatepeca.
Mientras que una tercera fuente también relacionada con el contenido sobre Ecatépec de la Tercera relación, Chimalpáhin debió consultarla entre 1624 y 1629, cuando se encontraba redactando su Séptima relación. Esta le brindó la fecha correcta, el año 6 tochtli (1498), para registrar el deceso del tlatoani ecatepeca, le aportó información sobre la descendencia del tlatoani difunto y los señores mexicas, y el nombre de su sucesor, Chimalpilli Telpochtli, lo que llevó a Chimalpáhin a descartar lo referido el año 2 tochtli (1494). Es posible que esta tercera fuente contuviera un discurso más detallado sobre la genealogía de los señores de Ecatépec, lo que le facilitó no solo plasmar el nombramiento de los tlatoque y la duración de sus gobiernos, sino completar la información al registrar también su deceso, revelar detalles de algunos de ellos y ampliar sus noticias en la Séptima relación, al abordar dos señores de Ecatépec más que la Tercera relación, a don Diego Huanitzin y don Diego Cuauhpotonqui; dedicándole mayor espacio al primero. Lo cual me lleva a pensar que la cuarta fuente, pudo ser facilitada a Chimalpáhin por uno de los descendientes de don Diego Huanitzin, puesto que la información genealógica aportada junto con la contenida en el Diario permite reconstruir con mayor detalle su linaje, asimismo señalar, que esta fuente no se trata de la Crónica Mexicáyotl (Figura 2).
Huanitzin es descrito como legítimo señor de Ecatépec al descender del segundo tlatoani de esta localidad, según registró Chimalpáhin en su Tercera relación y como un reconocido tlatocapilli tenochca proveniente del linaje de Axayácatl, condición que lo llevó a ser nombrado tlatoani de Ecatépec y posteriormente tras la conquista, gobernador de indios de la Ciudad de México.
Aunado a ello, es importante resaltar que como indica María Castañeda, en su artículo “Historia de una casa real. Origen y ocaso del linaje gobernante en México-Tenochtitlan”, el mismo don Antonio Valeriano El Joven es descrito por Chimalpáhin en su Séptima relación y en su Diario como nieto de don Antonio Valeriano El Viejo y bisnieto de don Diego de Alvarado Huanitzin y muy posiblemente también, de don Francisco de Alvarado Matlaccohuatl, ambos hijos del tlatocapilli Tezozomoctli. Lo que implicaría que don Diego Huanitzin tuviera otro hermano, el cual, tuvo un hijo con una mujer azcapotzalca, quien sería Antonio Valeriano El Viejo, quien pudo acceder a la educación escolarizada en el Colegio Imperial de Santa Cruz de Tlatelolco e incluso llegar a ser rector de la institución, al ostentarse como descendiente de la nobleza tenochca (Figura 3).54
El Joven, basado en los cuadros genealógicos 5 y 10 propuestos por María Castañeda. en su trabajo: Conflicto y alianzas en tiempos de cambio. Azcapotzalco, Tlacopan, Tenochtitlan y Tlatelolco (siglos xii-xvi), pp. 461, 467.
La figura de don Diego Huanitzin tlatocapilli mexica-ecatepeca se muestra clave al referirnos a las fuentes a las que debió recurrir Chimalpáhin al describir los sucesos en que se vio implicado tras la conquista, que son: la prisión de Cuauhtémoc junto con los señores mexicas en Coyohuacan por orden de Cortés, y el viaje a las Higueras (Hueimollan) en que fue enjuiciado y condenado a la orca el señor Cuauhtémoc, los cuales, son contenidos en la Séptima relación y el Diario con algunas variantes. Para abordar estos sucesos, el autor se valió de una serie de manuscritos que recabó, extrayendo de ellos copia de su puño y letra, que actualmente integran el tercer volumen del llamado Códice Chimalpáhin,55 que suman nueve documentos en forma de anales en náhuatl y en español:
Una Crónica mexicana en español (ff. 1 r-16v).
La copia de la Crónica mexicáyotl adjudicada a Hernando de Alvarado Tezozómoc (ff. 18r - 63r).
Fragmentos históricos I (ff. 63v-72v).
Unos Anales mexicanos de Gabriel de Ayala (ff. 74r-80 r).
Genealogía de los señores de Tenochtitlan, Tlacopan y Tetzcoco (ff. 82r-86v).
Crónica mexicana en náhuatl (87r-104r).
Memoria de la venida de los mexicanos (ff. 140-144).
Fragmentos históricos II (ff. 145r-162v).
Genealogía de los señores de Colhuacan y Tenochtitlan (f 150r-158v, 164r-170v, 171r-172v).56
Asimismo, este volumen es integrado por otros documentos menos extensos relacionados con doña Isabel de Moctezuma y su esposo Juan Cano, con Nuño de Guzmán y las acusaciones de la muerte de Calzoncin de Michoacán en lengua tarasca, este último debió pertenecer a los papeles de Ixtlilxóchitl.57
Respecto del primer acontecimiento abordado en el Diario y en la Séptima relación, el autor chalca se valió de la Crónica mexicana en náhuatl, de la cual aprovechó la versión sobre el cautiverio de los señores mexicas junto a Cuauhtemoc en Coyohuacan tras la caída de Tenochtitlan el año 3 calli (1521):
En este mismo año de 3 calli, el 13 de agosto, fiesta de san Hipólito Mártir, en el día de signo 1 cohuatl, perecieron los mexicas tenochcas; entonces fue hecho prisionero el señor Cuauhtemoctzin, hijo de Ahuitzotzin y tlatoani de Tenochtitlan. Enseguida se ponen los nombres de los tlatoque de México que fueron llevados a Acachinanco, de donde luego los condujeron a Coyohuacan; y allá les pusieron cadenas en los pies, por órdenes de don Fernando Cortés, Marqués del Valle. Allá les quemaron los pies, cuando los investigaron en relación con el oro que los españoles habían perdido en Tolteca Acalloco, cuando salieron huyendo de noche y se fueron a Tlaxcallan. En Coyohuacan estuvieron presos estos tlatoque: el primero don Fernando Cuauhtemoctzin, tlatoani de Tenochtitlan; el segundo el calpixqui don Andrés de Tapia Motelchiuhtzin; el tercero, el cihuacohuatl don Juan Velázquez Tlacotzin; el cuarto don Carlos Oquiztzin tlatoani de Azcapotzalco Mexicapan; y el quinto, don Diego Huanitzin, tlatoani de Ecatépec. Éste y su hermano menor Oquiztzin eran hijos de Tezozomoctli Acolnahuácatl, hijo de Axayacatzin.58
Esta versión, Chimalpáhin la resumió para integrarla al Diario, descartó el hablar sobre el origen de Cuauhtémoc por haberlo tratado líneas arriba, la alusión al día del calendario indígena y la relación parental entre Huanitzin y Oquiztzin, y modificó la fecha, puesto que en el Diario lo registra para el año 6 tecpatl (1524), como parte de su recuento que estaba proyectando a finales del año 1608. Mientras que para su Séptima relación siguió utilizando la Crónica mexicana en náhuatl, adopta de ella la correlación de fecha señalada para el suceso tanto católica como indígena, la lista de señores y los lugares donde fueron llevados Acachinanco y Coyohuacan, más, sin embargo, se apoya en otra fuente de la que toma la versión de lo ocurrido, en que alude a dos interrogatorios, el primero en Acachinanco:
Entonces enseguida todos los tlatoque fueron puestos en Acachinanco. El primero Cuauhtemoctzin, tlatoani de Tenochtitlan; el segundo el de nombre Tlacotzin, cihuacoatl, el tercero, el de nombre Oquiztzin, tlatoani de Azcapotzalco Mexicapan; el cuarto Panitzin, tlatoani de Ecatépec, el quinto, el de nombre Motelchiuhtzin, calpixqui, que no era noble, sin embargo, era gran hombre valiente; a estos cinco precisamente los buscó el capitán Hernando Cortés, los hizo atar, los llevó a Coyohuacan; solo a Panitzin no lo hizo atar. Allá fueron a ser encerrados, allá al teohua Cuauhcóhuatl y a Cohuaíhuitl Tecohuatzin Tetlanmécatl los interrogó, cuando se destruyó Tolteca Acaloco [acerca del] oro del tecpan del que se juntaron ocho barras que se ocultaron y las tomó el de nombre Ocuitécatl que era guardián, pero que entonces murió, lo mató la viruela que se había extendido. Y sólo su hijo las hizo aparecer, las dio a alguien; de las que eran ocho barras solamente aparecieron cuatro barras.59
En ella destaca que Huanitzin no fue tratado igual que los demás, debido a que no fue atado, lo cual podría estar reforzando el actuar neutral de este señor en la Conquista por lo que no se le vio como enemigo. Asimismo, señala que los interrogatorios acerca del oro se hicieron al sacerdote Cuauhcóhuatl y Cohuaíhuitl. Mientras que el segundo interrogatorio está dirigido hacia los señores, y se realiza en Coyohuacan:
[Luego] los llevaron a Coyohuacan […] en seguida dijo el capitán Cortés, allí en Coyohuacan hablaron los intérpretes Jerónimo de Aguilar y Malintzin, les dice el tlatoani capitán que vea yo cual es la tierra del mexicatl en la que había servidumbre, cuanto en Tepanohuayan y en Acolhuacan, en Xochimilco, en Chalco y aquellos tlatoque de Mexico enseguida se miraron unos a otros; luego vino a decir Tlacotzin cihuacoatl -“Oh noble mío, que escuche el dios lo que acaso diré; soy mexicatl, ciertamente no soy dueño de tierra, no soy poseedor de heredades, pues solamente vine a meterme entre los tepanecas, el xochimilcatl, el acolhua, el chalcatl es dueño de heredades, que es dueño de tierras. Y solamente con flecha con escudo anduve dirigiendo a la gente a fin de tomar la heredad, así como tú has venido con flecha, con escudo a fin de dignarte a descubrir todas las poblaciones…”.60
En ella se les consulta sobre los bienes de los mexicas, mas es de notar que no se describe alguna agresión corporal mayor en contra de los señores indígenas por los españoles. Postura que es compartida en el relato que plasmó fray Bernardino de Sahagún en su libro XII acerca de este encuentro tras la toma de la ciudad, en que son cuestionados los señores mexicas sobre el oro y sus bienes, mas los principales involucrados no son los mismos, tan solo coincide en señalar a los tlatoque de Tlacopan y de Tetzcoco que acompañan a Cuauhtémoc, los demás son sacerdotes y principales que desempeñaban el cargo de tesoreros. Particularidad que podrían contar la versión tlatelolca en que se basó Sahagún, lo que me lleva a pensar, que la segunda fuente de Chimalpáhin para este relato pudo derivarse de la consulta que hace de algunos anales tlatelolcas de quienes señala haber tomado “sólo una pequeña parte de la historia de la ciudad de Tlatelolco, según la relación de su antigua vida y el ordenamiento de sus anales” al inicio de la Crónica mexicana en náhuatl.61 La elección de la versión contenida en la Crónica mexicana en náhuatl pudo deberse a que la consideró veraz porque “fue bien verificada, pues se vio y se comparó con dos antiguos papeles de anales que hace mucho tiempo dejaron pintados los antiguos mexicas, sabios que vivieron en esta gran ciudad de Tenochtitlan”.62
Por su parte, para la integración de sus relatos sobre el viaje a Hueimollan donde son muertos Cuauhtémoc y Tetlepanquetzatzin, señor de Tlacopan tras ser acusados de sedición, el autor pudo echar mano de dos distintas fuentes para crear sus relatos. En el caso del Diario el suceso lo comienza a narrar el año 6 tecpatl (1524), junto con la prisión en Coyohuacan de los señores, posiblemente por darse la salida de la ciudad de los viajeros en ese año, mas los detalles se plasman para el 7 calli (1525), coincidiendo en fecha y en contenido con la versión de la Crónica mexicana en español que integra el volumen III del Códice Chimalpáhin; en ella señala:
Cuando fue el capitán don Fernando Cortés a la conquista de las Higueras u Honduras, con todos llevó [a] los señores de México; y en el camino ahorcó [a] los reyes que llevaba consigo: [a] don Hernando Alvarado Cuauhtemoctzin y a don Pedro Tetlepanquetzatzin, por un falso testimonio que les levantó un indio llamado Cristóbal Cotztemexi, natural de Tlatelolco, en que decía que querían alzarse otra vez los dichos reyes; y por esta causa fueron ahorcados los dichos reyes. Hízose esta justicia redención de 1525, en Itzamcánac Hueimollan; don Hernando de Alvarado Cuauhtemoctzin habiendo reinado cuatro años y seis meses en México Tenochtitlan, juntamente con Tlatelolco, que es otro señorío. Era don Hernando Cuauhtemoctzin hijo de Ahuítzotl, octavo señor que fue de México y quinto emperador de ella.63
Mas en su Diario omite el nombre del indio que levantó los falsos testimonios, incluye la muerte de los señores don Carlos Oquiztzin, tlatoani de Azcapotzalco Mexicapan en Honduras, de don Juan Velásquez Tlacotzin, en Nochiztlan Cuatzontlan por enfermedad, y el nombramiento de Andrés de Tapia Motelchiuhtzin como cuauhtlato de Tenochtitlan, que pudo extraer del relato contenido en la Genealogía de los señores de Tenochtitlan, Tlacopan y Tetzcoco también contenida en el volumen III del Códice Chimalpáhin:
6 tecpatl [1524] en este año, cuando fueron a Hueimollan, en Acallan colgaron de una ceiba a estos dos tlatoque: el primero fue el señor que en el bautismo se llamó don Hernando Cuauhtemoctzin tlatoani de Tenochtitlan, quien gobernó durante cuatro años; y junto con él fue también colgado quien en el bautismo se llamó don Pedro Tetlepanquetzatzin, tlatoani de Tlacopan. Estos dos tlatoque murieron colgados en Acallan, por órdenes del capitán don Hernando Cortés, Marqués del Valle; con falsos testimonios los calumnió Cotztemexi, natural de Tlatelolco. Ante el capitán, acusó a los dos señores de que querían hacer la guerra y destruir a los españoles; mas no era verdad, sino mentira. Tras la muerte del señor don Hernando Cortés instaló a quien en el bautismo se llamó don Juan Velásquez Tlacotzin, cihuacoatl; éste iba a ser tlatoani de Tenochtitlan, pero murió en Huehuetlan, en el camino de regreso, cuando habían ido a Hueimollan. Con él se interrumpió el cargo de cihuacoatl, pues ya no se instaló nadie [en ese puesto]. Y tras la muerte de cihuacoatl don Juan Velásquez Tlacotzin, fue instalado como cuauhtlato quien en el bautismo se llamó don Andrés Motelchiuhtzin; este se instaló en este dicho año como cuauhtlato, y [no] era [noble sino] solo mexica. Este mismo año murió en Hueimollan quien en el bautismo se llamó don Pedro de Alvarado Cohuanacohtzin tlatoani de Tetzcoco, quien gobernó durante cuatro años. Y luego en este mismo año se enseñoreó su hermano mayor don Hernando Tecocoltzin, el cual sólo gobernó durante un año, pues murió en 7 calli (1525).64
Es importante resaltar que en ambas fuentes no se alude a la muerte del señor de Azcapotzalco, por lo que su origen puede haber sido transmitida de manera oral. Por su parte, si la versión de la Genealogía de los señores de Tenochtitlan, Tlacopan y Tetzcoco junto con la contenida en el Diario, pudieron fungir como fuentes para la elaboración del relato de la Séptima relación, existe la posibilidad de que su narración esté apoyada en una segunda consulta de un informante que para su descripción del suceso se asistiera de una relación pictográfica, que le permitió ahondar en detalles de lo ocurrido, como quedó plasmado en la Séptima relación:
Allí fue a morir la persona don Hernando de Alvarado Cuauhtemoctzin, tlatoani de Tenochtitlan; gobernó cuatro años. Por orden del capitán general don Hernando Cortés fue ahorcado en una ceiba, lo ahorcaron los españoles. Así murió siendo cristiano, pusieron la cruz en sus manos; pero grillos y cadenas de hierro le asían los pies para que estuviera colgado en la ceiba mucho por eso se entristecieron, se afligieron, lo lloraron los tlatoque mexica a quienes llevaron: don Juan Velázquez Tlacotzin, cihuacoatl; don Carlos Oquiztzin, don Andrés Motelchiuhtzin, don Diego de Alvarado Huanitzin. Todos los que fueron ahorcados: Cuauhtemoctzin, don Pedro Cortés Tetlepanquetzatzin, tlatoani de Tlacopan; y don Pedro Cohuanacochtzin, tlatoani de Tetzcoco. Lo hizo el tlatelolcatl de nombre Cotztemexi quien acusó falsamente a los tlatoque y los pipiltin, por lo que fueron ahorcados. Una vez ahorcado Cuauhtemoctzin, otro, don Juan Velásquez Tlacotzin cihuacoatl, fue asentado como tlatoani allá en Hueimollan; se hizo tlatoani de Tenochtitlan. El capitán Cortés lo aderezó como español. Le da espada y daga y un caballo blanco; se lo dio para que en él anduviera montado Tlacotzin. Y también don Carlos Oquitzin murió allá en Hueimollan, y don Juan Velázquez Tlacotzin, cuando ya era vuelto de Hueimollan, murió allí en Nochiztlan, murieron de enfermedad [el] junto con el mencionado don Carlos Oquiztzin. Y en seguida allí en Nochiztlan fue instalado don Andrés Motelchiuhtzin como cuauhtlato de Tenochtitlan también lo instaló el capitán Hernando Cortés.65
Versión en que Cohuanacochtzin tlatoani de Tetzcoco es condenado junto con el señor Cuauhtémoc y Tetlepanquetzatzin, cosa que ninguna versión contenida en el Códice Chimalpáhin hace, y describe la muerte de Cuauhtémoc: “Así murió siendo cristiano, pusieron la cruz en sus manos; pero grillos y cadenas de hierro le asían los pies para que estuviera colgado en la ceiba mucho por eso se entristecieron, se afligieron, lo lloraron los tlatoque mexica”, correlación que remite a ideas contrapuestas y a la imagen. Esta misma acción se presenta nuevamente tras señalar el nombramiento del cihuacoatl don Juan Velásquez Tlacotzin como sucesor de Cuauhtémoc, cuando dice: “El capitán Cortés lo aderezó como español. Le da espada y daga y un caballo blanco; se lo dio para que en él anduviera montado Tlacotzin”. No es de extrañar puesto que, el mismo Chimalpáhin señala en sus manuscritos que consultó diversas crónicas mexicas, algunas de ellas, relaciones en pintura” como la Genealogía de los señores cuya “relación fue sacada de una pintura que dejó don Alonso Jiménez, vecino de Colhuacan”.66 Crónicas que pudo consultar también para resolver filiaciones o decidir correlaciones, al momento de redactar el Diario y la Séptima relación.
Reflexiones finales
Tras realizar el estudio de las noticias ofrecidas sobre Ecatépec por Domingo de San Antón Chimalpáhin en la Tercera y Séptima relación de las diferentes historias originales, el Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Colhuacan y su Diario, puedo señalar:
Primero, que la información plasmada por el autor chalca sobre Ecatépec fue dispuesta en relación al contacto de los mexicas con esta localidad, la cual integra en su espacio geográfico e histórico en el momento de su ingreso a la Cuenca de México durante su migración y retoma tras obtener su autonomía al vencer al huey altepetl Tepaneca de Azcapotzalco, en 1428 e iniciar su carrera expansionista, hasta 1538, que fue nombrado Diego Alvarado Huanitzin gobernador de indios de Mexico Tenochtitlan, ya bajo el dominio colonial.
Segundo, que a través de sus noticias recogidas, de 1428 a 1605, Chimalpáhin brinda una imagen de Ecatépec como centro otomí modesto de frontera, que tras la conquista de Azcapotzalco, fue incorporado al huey altepetl de Tenochtitlan de manera pacífica, bajo la adopción de la estructura náhuatl de altepetl, de asentamiento con una organización social y política jerarquizada carente de la categoría de tlatocayotl, al establecer usando el cargo de “tlatoani” muy posible ya hispanizado, como sinónimo de regente y no de autoridad legítima autónoma, un mandato “rustico”, de señores de linaje tenochca, nombrados por los tlatoque mexicas en turno y no por elección de los funcionarios, sacerdotes y militares de la localidad, en que se procuró con el tiempo que los señores elegidos como gobernantes contaran con filiación con Ecatépec. Decisión que debió responder a la condición fronteriza de la localidad con los grupos otomís y acolhuas, y con la que el huey altepetl de Tenochtitlan pretendió asegurar el orden local y regional a lo largo de 92 años hasta la llegada de las huestes españolas.
Tras la conquista, Chimalpáhin permite saber que Ecatépec continuó con su posición de altepetl sujeto y dependiente, conservando a la cabeza de su población a un gobernador, el cual continuó desempeñando don Diego Huanitzin al ser ratificado por las autoridades coloniales hasta el año de 1538, que fue nombrado gobernador de la parcialidad indígena de San Juan Tenochtitlan por orden del virrey don Antonio de Mendoza. Desconocemos si su sucesor, don Diego Cuauhpotonqui, continuara teniendo origen tenochca. Ambos señores desempeñaron labores administrativas, jurídicas y de recaudación de tributo. Aunque el autor chalca no lo señala, sabemos que el beneficio de la recaudación lo recibía el encomendero español don Cristóbal de Valderrama quien a nombre de su esposa doña Leonor de Moctezuma, hija de Moctezuma Xocoyotzin había recibido esta población como dote de manos de Hernán Cortés.
Tercero, que esta imagen ofrecida por Chimalpáhin fue producto de una intensa labor historiográfica que lo llevó a no conformarse con las primeras noticias plasmadas en notas en su Tercera relación sino a continuar indagando, enmendando y ampliando su información a través de la consulta a informantes orales, quienes durante su entrevista pudieron narrar la historia de su linaje, de su “deposito” (pielli) como le llama Hernando de Alvarado Tezozómoc en la Crónica mexicáyotl,67 con el apoyo de relaciones pictóricas como debió reunir su versión del viaje a Hueimollan; y de un cuerpo de al menos siete fuentes distintas, las cuales compartían su origen tenochca, entre las que se cuentan: unos anales breves que registraban ascenso de tlatoque tencochas y descendencia dejada a su muerte; la consulta de algunos anales tlatelolcas de quienes señala haber tomado “sólo una pequeña parte de la historia de la ciudad de Tlatelolco para la redacción de su Crónica mexicana en náhuatl; códices genealógicos que pudieron ser facilitados por uno de los descendientes de don Diego Huanitzin, puesto que la información genealógica aportada junto con la contenida en el Diario, permite reconstruir con mayor detalle su linaje. Así como manuscritos en caracteres latinos como: la Crónica mexicana en nahuatl; la Genealogía de los señores de Tenochtitlan, Tlacopan y Tezcoco; la Crónica mexicana en español, las cuales transcribió de puño y letra y acabaron recopiladas en el volumen III del llamado Códice Chimalpáhin.
En cuarto lugar, puedo señalar que las noticias registradas sobre Ecatépec en la Séptima relación y en el Diario muestran un especial interés del autor por brindar un vehículo a través del cual, pudieran obtener el reconocimiento de sus derechos y privilegios los descendientes de don Diego de Alvarado Huanitzin puesto que, procura describir la importancia del linaje de este señor, como descendiente de los personajes fundadores del altepetl ecatepeca por línea materna hacia 1428, año a partir del cual, los mexicas tomaron posesión del lugar hasta 1538 en que gobernó la localidad y fue designado por el virrey don Antonio de Mendoza, como gobernador de indios de la ciudad de México Tenochtitlan. Tiempo en que doña Leonor de Moctezuma y su esposo don Cristóbal de Valderrama ostentaban ya el cargo de encomenderos de Ecatépec gozando de los beneficios de sus rentas, afectando el patrimonio familiar de los Huanitzin como lo declaró el mismo don Diego en el “Parecer de la Segunda Audiencia sobre una petición de varios principales de la Ciudad de México al emperador Carlos V: en español, México, 18 de junio 1532” que fue presentado ante la Corona por su hermano don Francisco de Alvarado Matlaccóhuatl.68
Por último, respecto a la relación de la Crónica mexicáyotl, como obra de la que pudo abrevar Chimalpáhin sobre las noticias de Ecatépec que plasmó en el Memorial breve, la Tercera y Séptima relación y el Diario, esta pudo ser como fuente secundaria en la que se apoyó para establecer el año para el nombramiento de Diego Huanitzin al momento de registrarlo en su Diario, el año 7 tochtli (1539). Sin embargo, aún quedan preguntas sin resolver sobre su uso por el autor chalca, como si Chimalpáhin contaba con su copia de la Crónica mexicáyotl, entre 1606 y 1615, por qué no extrajo de ella el dato sobre el origen del primer tlatoani de Ecatépec, Huehue Chimalpilli, y lo incluyó en su Séptima relación, manuscrito que se muestra como la versión corregida y más completa sobre noticias de la Cuenca de México, que redactó entre 1624 y 1629, que me lleva a suponer que la copia de la Crónica mexicáyotl que trascribió o elaboró nuestro autor chalca, no se encontraba en sus manos, o que el informante que consultó para corroborar y completar las noticias plasmadas en la Tercera relación para la redacción de la Séptima relación le resultó convincente y lo dejó satisfecho con respecto al altepetl de Ecatépec.
Documentos de archivo
Córdoba Borradas, Luis y Leticia Castellanos. Informe de salvamento arqueológico realizado en la ex huerta del Convento de Ecatepec. México, Edo de México, 1998. Archivo Técnico de Arqueología del inah. Coordinación Nacional de Arqueología. Clave 14-306.
García Chávez, Raúl, Juan Manuel Morales y Ana Karen Ortega Aguilar. Parte 1.
Informe técnico final del Proyecto de Salvamento por la construcción del Mexibús en la avenida Morelos Ecatepec, Estado de México. Parte 2. Informe de la clasificación y análisis de los materiales cerámicos y líticos del proyecto de salvamento de la construcción del Mexibús en la avenida Morelos, Ecatepec de Morelos, Estado de México, 2014, Toluca 2014. Archivo Técnico de Arqueología del inah. Coordinación Nacional de Arqueología. Clave 14-891.
Rojas Gutiérrez, Juan. Informe de los trabajos arqueológicos en la Casa de Morelos. Edo de México. 2 de SEPtiembre de 1986. Archivo Técnico de Arqueología del inah. Coordinación Nacional de Arqueología. Clave 14-89.
Guerrero Romero, José Manuel. Proyecto Ecatepec. Informe Preliminar presentado por José Manuel Romero, junio 1986. Archivo Técnico de Arqueología del inah. Coordinación Nacional de Arqueología. Clave 14-109.