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Ciencias administrativas teoría y praxis

versión On-line ISSN 2683-1465versión impresa ISSN 2683-1457

Cienc. adm. teor. prax. vol.20 no.2 Ciudad Victoria jul./dic. 2024  Epub 11-Oct-2024

https://doi.org/10.46443/catyp.v20i2.389 

Artículos

Desarrollo territorial e integración de los sectores primario y terciario en el Valle de Vizcaíno, Baja California Sur, México

Territorial development and integration of primary and tertiary sectors in the Vizcaíno Valley, Baja California Sur, México

Emmanuel Picasso-Salazar1 
http://orcid.org/0000-0002-0990-0465

Ismael Rodríguez-Villalobos2 
http://orcid.org/0000-0002-1445-5079

1Maestro en Administración Estratégica con orientación en Desarrollo Regional y Políticas Públicas. Profesor - Investigador del Departamento Académico de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur. México. Sus líneas de investigación son Desarrollo Regional y Local, Estudios Territoriales y Potencialidad Turística. ORCID: 0000-0002-0990-0465.

2Doctor en Ciencias Administrativas por la Universidad Autónoma de Baja California. Profesor - Investigador jubilado de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, estuvo adscrito al Departamento Académico de Economía. Sus líneas de investigación son Desarrollo Regional y Local, Economía Sectorial y Turismo en Áreas Naturales Protegidas. ORCID: 0000-0002-1445-5079.


Resumen

La presente investigación maneja como eje central el Desarrollo Territorial en la zona norte del Estado de Baja California Sur, específicamente en el Valle de Vizcaíno, situado en el municipio de Mulegé. En el área de estudio, se ha generado una situación de rezago económico y territorial como efecto de la dependencia a un prioritario sector económico que no se encuentra articulado con el resto de los sectores. En este sentido, se identifica el potencial de integración entre sectores, presentando así una propuesta de estructura para integración de sectores productivos locales, siendo estos el de mayor relevancia como es el primario (ganadería, pesca y minería), y el que figura de manera complementaria, el terciario. Se describen de manera independiente los sectores económicos, posterior, mediante un análisis de tres pilares de integración: planificada, intersectorial y territorial, se propone una estrategia cruzada donde, mediante dicha relación, se generen actividades intersectoriales complementarias, con miras un encadenamiento productivo territorial.

Palabras clave Desarrollo Territorial; Integración Sectorial; Economía Sectorial

Códigos JEL R11; R12; F15; R13

Abstract

This research manages as a central axis the Territorial Development in the northern zone of the State of Baja California Sur, specifically in the Vizcaíno Valley, located in the municipality of Mulegé. In the study area, a situation of economic and territorial backwardness has been generated as a result of dependence on a priority economic sector that is not articulated with the rest of the sectors. In this sense, the potential for integration between sectors is identified, thus presenting a proposal for a structure for the integration of local productive sectors, being these the most relevant, such as the primary one (livestock, fishing, and mining), and the tertiary sector, which is complementary. The economic sectors are described independently, later, through an analysis of three pillars of integration: planned, intersectoral and territorial, a crossover strategy is proposed where, through said relationship, complementary intersectoral activities are generated, with a view to a territorial productive chain.

Key words Territorial Development; Sectoral Integration; Sectoral Economy

Introducción

El objetivo del presente trabajo es identificar el potencial para integrar localidades del municipio de Mulegé y sus actividades productivas en un Sistema Productivo Local.

La estructura metodológica consta de dos fases: en la primera, se describe la situación de los sectores locales primarios y terciarios; en un segundo momento, se analiza el potencial de integración de las actividades referidas. Al final, en los resultados se discute la posibilidad de generar valor agregado a la zona y la diversificación de la oferta turística mediante la estrategia de articulación de los sectores antes mencionados en una coyuntura de agroturismo, turismo minero y de pesca. Se estima que ambos sectores, una vez asociados incrementarían su rentabilidad e impulsarían una región microeconómica que permee directamente en los sectores involucrados con un efecto multiplicador en la región. Se concluye que, no obstante, pertenezcan a diferentes actividades, es posible armonizarlas con miras un desarrollo territorial integrado.

Marco teórico

Articulación productiva y desarrollo territorial (DT)

En lo referente al desarrollo en la posmodernidad, es necesario entender que se ha optado por dar un giro en cómo se concibe éste a diferencia de cómo se abordaba la problemática territorial en las décadas anteriores a la de los años ochenta (Rosales, 2007). Las Estrategias de Desarrollo Alternativas (EDA´s), presentan una nueva visión de cómo enfrentar los retos del desarrollo territorial que se han derivado a partir de la globalización (Goulet, 1999). De acuerdo con Fonseca (2019), la variable “territorio” comenzó a considerarse como parte de las teorías del crecimiento y desarrollo hasta los años ochenta. Esto surge como respuesta al seguimiento de las tendencias de desarrollo establecidas la década de 1960, misma que demostró que las condiciones para alcanzar un desarrollo, difícilmente podrían manejarse de manera genérica, por el contrario, son dependientes de múltiples variables implícitas directamente en las regiones.

Torre (2020), argumenta que, no obstante por mucho tiempo se ha buscado investigar y generar políticas para el desarrollo, diversos acontecimientos como el aumento de las brechas entre regiones dinámicas y deprimidas han evidenciado la poca pertinencia de manejar éstas a una escala nacional. Por su parte, Suárez et. al, (2020), comparten que en el nuevo enfoque del desarrollo si bien es cierto el factor económico sigue estando presente, ya no se muestra como el prioritario, sino que se ha alineado con aspectos sociales y culturales de suma importancia para encaminar hacia una sociedad más cohesionada y con mejor integración territorial.

En este sentido, la región es entendida como un territorio que se encuentra organizado y que a su vez cuenta con, de manera real o potencial, factores que permitan su propio desarrollo con una independencia de otras (Boisier, 2001; Pérez, 2011). Para tender al desarrollo de éstas, como lo plantea Boisier, es importante entender la presencia de diversas partes interesadas que están inmersas en la misma, y entre ellos existe la oportunidad de generar, con base en una sinergia, reciprocidad y cohesión, rutas para el desarrollo. Complementando esto, Haesbaert (2019), afirma que una región se encuentra construida a partir de diferentes sujetos sociales y cómo estos actúan entre sí, como lo son el Estado, empresas privadas, instituciones participativas, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), y otros actores socioculturales y clases económicas-políticas, es decir, no se comprende únicamente por su delimitación geográfica, sino de ciertos elementos que le impregnan una identidad a la región.

Para Bañuelos et. al, (2007), la región tampoco encuentra limitada a un espacio delineado en el que se encuentran recursos materiales, sino que lo definen como un espacio apropiado y valorizado por los humanos, y se manifiesta como un producto del medio ambiente físico, la historia y la cultura.

Díaz (2014), citando a Boisier (1988), sostiene que las regiones se encuentran en la constante búsqueda de potenciar su capacidad de autogestión, lo que llevaría a transformar la manera en la cual se encuentra organizada, para esto, es importante sean considerados los intereses sectoriales, ya que estos determinan el segmento al cual dirigir su nueva gestión, además, se busca generar una cohesión, identidad sociedad-territorio que exprese una capacidad de movilizarse tras proyectos políticos colectivos. Sin lugar a dudas, en estas líneas que hablan de la transformación de un espacio-sujeto que organice y direccione su propia ruta, a partir de su capacidad endógena que involucre a la sociedad, agentes gubernamentales, recursos medioambientales y esté perfectamente alineada para buscar la obtención de beneficios económicos, siendo entonces una región debidamente desarrollada. Es entonces de vital importancia focalizar nuevas propuestas de desarrollo donde la función territorial encamine estrategias hacia el interior, asociando a las partes interesadas como parte del capital multisectorial y multiactoral en una correcta gestión participativa con miras a la transformación de los sistemas productivos locales (León y Peñate, 2023).

De acuerdo con Boisier (2001), el desarrollo territorial consiste en una reestructuración de un espacio físico al que se le ha de denominar como región, dicho cambio estructural busca estar asociado a un progreso de la misma y sus habitantes, tanto individual como socialmente. En este orden de ideas, el desarrollo regional-territorial está relacionado con tres dimensiones: espacial, social e individual, por lo que, para afirmar que la nueva estructura a la que se vio sometida la región ha tenido éxito, se deben manifestar beneficios en estos tres actores. En este apartado, se reconoce que si bien es cierto esta tendencia de desarrollo nace de una nueva organización que conlleva una integración basada en la asociatividad en diferentes niveles (Costamagna, 2020; Mejía, 2021), el resultado debe ser equitativo, para quienes aportan en lo individual (Guerrero, 2020), social (Olazabal, 2021) y espacial (Alvarado y Jiménez, 2020).

Por su parte, León (1999) y Sotiru (2023), comentan que el desarrollo territorial no está cerrado a una relación entre la sociedad y sus actores, sino que también un pilar fundamental para sumar a esta cohesión a la parte ambiental, agregando una cuarta variable, pero que, a su vez, funge como base de las tres anteriores, ya que toda actividad económica que se busca armonizar para que permee de manera holística en las regiones y la sociedad, está directamente relacionada con el aprovechamiento de los recursos naturales como un beneficio ambiental (Montiel, 2023).

Entrando en el paradigma de la sustentabilidad, Salazar et al., (2024), argumentan que las dimensiones regionales deben figurar dentro de las estrategias que busquen un desarrollo, ya que, de manera paradójica, lo regional aparentemente se ha redimensionado ante la globalización (Dos Santos, 1993). Al respecto, considerar de manera integral un proceso de desarrollo económico y social, trae consigo acciones que busquen descentralizar regiones económicas que, a su vez, permitan participar de manera amplia a los actores involucrados. Específicamente, en el enfoque sustentable, de acuerdo a Corona et. al, (2019), las políticas de desarrollo regional sustentable bajo una visión integral, es un elemento clave que impulsa económica y socialmente a los territorios.

Lo antes mencionado coincide con lo expresado con Boisier (1992) y Navarrete et. al, (2022), quien sostiene que el desarrollo de una región está condicionado a la integración de tres procesos que llegan a un punto de intersección: 1) la participación de actores de la región en la función de asignación de los recursos propios de las localidades; 2) la capacidad de los actores para influir en las políticas económicas provenientes del ámbito nacional, lo cual considera también habilidades técnicas y fuerzas políticas; 3) la capacidad de organización social de la región para transformar los impulsos del crecimiento productivo en regiones desarticuladas.

Dentro de las nuevas propuestas para el desarrollo endógeno, de acuerdo a Manet (2014) dicha estrategia se basa en la acumulación de capital físico y humano a escala local, que mediante esta acción

posibilita nuevas y más flexibles formas de producción en los procesos de crecimiento y cambio estructural.

Además, se enfatiza en la aparición de un nuevo modelo específico de organización productiva ofreciendo un mayor protagonismo de los sistemas productivos locales (SPL), donde los empresarios, organizaciones, instituciones, sociedad civil y cultural crean un espacio de entendimiento que convierte al territorio en un verdadero agente de transformación social (Arcos, 2019; Chalar, 2020). El desarrollo basado en una escala más local se sustenta en que las regiones tienden a ser heterogéneas tanto natural como culturalmente, esto brinda un soporte al aprovechamiento de las endogeneidades, desde su vocación económica por excelencia, la manera de pensar y conocimientos específicos de los locales (Salazar et al., 2024), por lo que diseñar estrategias que talla única para diferentes regiones resulta ser inapropiado, esto obliga a que la modalidad de impulsar la región tendrá que ser a partir de las singularidades internas (Moral, et. al, 2020).

Con base en este nuevo modelo endógeno, “el desarrollo territorial se entenderá, no como el resultado de la decisión óptima de localización industrial por parte de las grandes empresas interregionales, sino como la actuación de las empresas locales eligiendo producciones más apropiadas” (Manet, 2014).

A partir de lo analizado, para efectos de la presente investigación, se entenderá el desarrollo territorial como una reestructuración a nivel región, que llegue a encaminar en una sola vía a la economía, sociedad, ambiente, instituciones públicas (regulativas), instituciones privadas (operativas) y territorio, buscando que esta sintonía se traduzca en beneficios equitativos para los actores involucrados.

Integración sectorial

Frente al entorno globalizado en el cual se encuentra la sociedad, y como una estrategia de enfrentamiento a éste, surgen las asociatividades en una escala local, dado que las pequeñas economías per se no podrían competir contra las de mayor dinamismo (Muñoz, 2019) (Sisa, 2021). De acuerdo con Marín-González et. al, (2019) para enfrentar contextos complejos, como el de la globalización, es necesario actuar de manera interdisciplinaria, creando equipos a partir de la participación de actores en la búsqueda de integraciones intersectoriales en ámbitos local y regional.

Cabe mencionar que, cualquier región que desee formular una integración sectorial, se está refiriendo a una reestructuración territorial, como se ha comentado, el desarrollo endógeno toma como pilar éste para potenciar su condición socioeconómica a partir de esta ruta. Al respecto, existen diversos instrumentos que permiten la planificación a partir de un análisis situacional, también conocido como diagnóstico, en él, se detallan las características actuales. Posterior, se discute la viabilidad de integración o alternativas para que la acción aplicada sea la adecuada (Rendón, 2022).

Estos modelos de planeación territorial, frente a los desafíos que presenta el dinámico entorno globalizado se encuentran en constante modificación y actualización (Montecinos, 2021). Sin embargo, con la finalidad de adentrarse de manera específica a un instrumento tradicionalmente utilizado para la planificación o reestructuración regional que culmine en un desarrollo, resulta interesante tomar base de lo que comenta Weitz (1980), mismo que data de la década de los ochentas, años donde las políticas de desarrollo comenzaron a tomar un giro hacia una transformación del territorio, es decir, mediante la práctica del desarrollo endógeno.

El modelo de Weitz sustenta la existencia de tres prerrequisitos básicos inmersos en el método del desarrollo regional:

  1. A) Coordinación de arriba hacia abajo: Es común encontrar discrepancias entre los objetivos definidos a nivel nacional y las propias de los individuos, por ello, este ejercicio busca que la planificación se dé armonizada entre ambos niveles. Sin embargo, dicha coordinación se encuentra limitada a realizarse a niveles “macro” (nacional) y “micro” (local), siendo el regional aquel intermedio entre los antes señalados. Para adecuar la propuesta de reestructuración se deben tener presentes ambos niveles.

  2. B) Integración intersectorial: El segundo prerrequisito busca integrar en una misma dinámica a los tres sectores económicos (primario, secundario y terciario), ya que es un ejercicio de reconocimiento, pero poco aplicado. Los objetivos concretos de esta integración se pueden encuadrar en tres elementales: 1) obtención de efectos multiplicadores máximos ante recursos dados, 2) definición del nivel de tecnología existente para la planificación para lograr mejores resultados económicos, empleabilidad e ingreso, 3) determinación del tamaño para un área en la cual puedan darse estas acciones intersectoriales simultáneas.

  3. C) Cuatro aspectos de la planificación del desarrollo: Finalmente, este último prerrequisito se refiere a la capacidad de un plan que, simultáneamente pueda sostener los cuatro aspectos básicos del desarrollo: económico, social, físico y organizacional (Ibídem, 1980).

Como lo explica el proceso en el que se sustenta el modelo de Weitz, es importante que estos mecanismos de integración o articulación del territorio den respuesta a los grandes desafíos que se han generado desde los años cincuenta, donde se esperaba que todos los territorios llegaran a obtener un desarrollo significativo, sin embargo, conforme han pasado las décadas, y no obstante surjan modelos o teorías para erradicar estas distancias, el reto permanece latente (Ingaramo, et al., 2009).

Específicamente, para la investigación que aquí se presenta, donde se busca integrar los sectores productivos locales presentes en el Valle de Vizcaíno, representa una oportunidad para reestructurar la forma en la cual el área de estudio se encuentra operando, priorizando en este sentido beneficiar de manera igualitaria a los actores involucrados.

Como base a lo anterior, Manet, (2014) sustenta que: “la configuración de sistemas productivos locales puede ser una estrategia para la permanencia en el mercado de las pequeñas unidades de producción, cuyo objetivo no es únicamente competir con las grandes empresas, sino contribuir a mejorar las condiciones económicas y sociales de los entornos territoriales, sobre todo locales” (Manet, 2014).

Lo anterior comprueba la relevancia de este tipo de estudios, más aún al coincidir con las necesidades de la zona analizada, donde los factores exógenos y un desarrollo polarizado limita su participación a nivel estatal, marcando así necesidades puntuales en dicha área.

Baja California Sur y el Valle de Vizcaíno

Baja California Sur (BCS) es uno de los 32 estados que constituyen el territorio nacional de México, cuenta con una amplia extensión territorial, misma que le permite posicionarse como la novena entidad con mayor superficie (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, [INEGI], 2020). Este estado se encuentra divido en cinco municipios: Mulegé, Comondú, Loreto, La Paz y Los Cabos, estos enlistados de norte a sur como se muestra en la Figura 1.

Fuente: Tomada y adaptada de Google imágenes, disponible en https://n9.cl/5ferk

Figura 1 División municipal del Estado de Baja California Sur 

En lo referente a temas económicos, BCS cuenta con una economía pequeña basada en gran medida en la aridez de sus suelos, ésta, acompañada de la carencia de agua para actividades agropecuarias la muestran limitada en este aspecto, pero es de resaltar que la actividad turística ha surgido como un motor económico preponderante para el Estado (Mendoza et al., 2016; Picasso, 2019). Esta vocación principalmente turística se ha dado a partir de los recursos naturales existentes en la entidad (Salazar et al., 2017), y a su vez, ha generado un crecimiento poblacional en el que BCS se ha visto sometido en los últimas tres décadas (Arizpe, et al., 2018), particularmente la zona sur del estado, es decir, al área municipal de Los Cabos.

De acuerdo a Montaño et al., (2020), el municipio de Los Cabos ha experimentado un crecimiento a un ritmo acelerado. Actualmente es el municipio de mayor densidad poblacional con un total de 88.6 habitantes por km2, hecho que lo pone por encima de la media estatal representada con 10.3 habitantes. En este orden de ideas, se trata de un crecimiento derivado del desarrollo turístico generado en la zona, que en su naturalidad atrae grandes corrientes de migración (Montaño et al., 2016).

El fenómeno de crecimiento que acompaña al municipio de Los Cabos pudiera entenderse que es un escenario homogéneo a nivel estado, sin embargo, en la tabla 1 se presenta una comparativa con el resto de los municipios, donde es notable que entre éstos existe un ritmo totalmente diverso en lo que a crecimiento poblacional respecta.

Tabla 1 Número de habitantes por municipio en Baja California Sur en las últimas décadas 

MUNICIPIO HABITANTES
EN 1990
HABITANTES
EN 2000
HABITANTES
EN 2010
HABITANTES
EN 2015
HABITANTES
EN 2020
Mulegé 38,528 45,989 59,114 60,171 64,022
Comondú 74,346 63,864 70,816 72,564 73,021
Loreto SD* 11,812 16,738 18,912 18,052
La Paz 160,970 196,907 251,871 272,711 292,241
Los Cabos 43,920 105,469 238,487 287,671 351,111

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Secretaría de Turismo, Economía y Sustentabilidad (2023 a).

Nota: *El municipio de Loreto en 1990 no presenta datos, debido a que el censo correspondiente se manejó en conjunto con Comondú por ello se observa un decrecimiento en la población de éste último municipio en el registro posterior.

Con los datos recién presentados, se evidencia que el municipio de mayor crecimiento, es decir, Los Cabos, tiene un nivel de crecimiento poblacional de mayor impacto en comparación con el resto del estado. Específicamente, el municipio de Mulegé, que es donde se sitúa el área de estudio de esta investigación, es el tercero de menor y mayor crecimiento en los últimos 30 años (siendo el tercero de cinco municipios), al tener la cifra de aumento de 25, 494 habitantes en dicho periodo, mientras que en el resto de municipios fue de 131,271 para La Paz y de 307,191 para Los Cabos. En lo que respecta a Loreto y Comondú, en los 20 años más recientes, han presentado un aumento de 6,240 y 9,157 habitantes respectivamente.

Este desigual crecimiento también se ve reflejado en la participación municipal en el producto interno bruto turístico estatal (PIBTE), entendiendo que el turismo es la actividad económica de mayor relevancia para BCS. La discrepancia en aportación al PIBTE se sustenta a las brechas en factores como infraestructura, recurso humano y evidentemente, a la vocación económica de los municipios (Salazar, et. al, 2018). La tabla 2 demuestra cómo figura el tema del turismo entre las diferentes municipalidades.

Tabla 2 Participación en la actividad turística por cada municipio de Baja California Sur 

MUNICIPIO LOS CABOS LA PAZ LORETO COMONDÚ MULEGÈ
EMPLEO 61.7% 79.9% 58% 25.2 19.9%
AFLUENCIA
TURÍSTICA
2.4 millones de
visitantes
446,200
visitantes
90,552
visitantes
7,995
visitantes
21,634
visitantes
INFRAESTRUCTURA
HOTELERA
177 hoteles
21,307
habitaciones
126 hoteles
3,429
habitaciones
36 hoteles
999
habitaciones
42 hoteles
669
habitaciones
89 hoteles
1,359
habitaciones
PIB TURÍSTICO 23,465,128,267
U.M.
27.31%
2,156,568,062
U.M.
4.14%
779,260,190
U.M.
32.47%
233,531,550
U.M.
4.30%
507,900,498
U.M.
4.23%
APORTACIÓN AL
PIB ESTATAL
86.45% 7.95% 2.87% 0.86% 1.87%

Fuente: Elaboración propia con datos de Secretaría de Turismo, Economía y Sustentabilidad (SETUES) (2023 a) y del Sistema Nacional de Información Estadística del Sector Turismo de México (2020).

La tabla 2 demuestra que la participación de los diferentes municipios es totalmente divergente y presenta grandes distancias entre éstos, principalmente en los de mayor población y ubicados en la zona sur (La Paz y Los Cabos) en comparación con los situados en el norte (Mulegé y Comondú). En lo referente a la infraestructura, cabe destacar el distanciamiento que representa cada municipalidad, particularmente Los Cabos con Comondú como los más lejanos, superando el primero al segundo con más de 20,000 habitaciones. La diferencia en este rubro entre los municipios más distantes geográficamente hablando (Los Cabos - Mulegé) es de 19,948 habitaciones.

Por otro lado, con los datos que se exponen en la tabla anterior, se puede sustentar que la economía de BCS puede generalizarse que descansa en el sector servicios, esto al ver la cantidad de producto interno bruto estatal que le representa esta actividad, y que se vuelve aún más irrefutable al mencionar los datos de la SETUES (2023 a) que exponen que el sector primario para el estado tiene una aportación del 4.3%, el secundario de 27.1%, mientras que el terciario es de 68.6% (Ibídem, 2023 a). Sin embargo, es de destacar que la participación de las municipalidades es diversa como recién se ha señalado, y no necesariamente los cinco municipios se centran en el sector terciario.

Particularmente, el Valle de Vizcaíno, ubicado en el Municipio de Mulegé (Figura 2), vive una realidad totalmente distinta a los datos generados a nivel estatal, ya que las vocaciones están encaminadas principalmente al sector primario, de tal forma que la agricultura representa un 36.0%, la minería el 21.6% y la pesca el 10.6%. (SETUES, 2023 b). En lo que respecta a la actividad secundaria, es discreta al tener un 7.4% de participación. Finalmente, el sector servicios participa con alojamiento temporal y preparación de alimentos (3%), los servicios de transporte representan (2.6%) y el comercio (12.9%), lo que los lleva a sumar un 18.5% en este sector.

Fuente: Tomada y adaptada a partir de Google imágenes, Disponible en <http://www.google.com/imagenes/desierto del Valle de Vizcaíno, Baja California Sur>.

Figura 2 Ubicación del Valle de Vizcaíno dentro del Municipio de Mulegé, Baja California Sur 

Cabe destacar que, en este último rubro, a pesar de los recursos naturales y culturales existentes, el sector terciario ha llegado a considerarse como complementaria y de temporalidad gracias a la actividad turística del avistamiento de la ballena gris (E. robustus) que arriba a Laguna ojo de liebre y Laguna San Ignacio (Picasso y Ruiz, 2017). Del resto de la oferta de turismo, se ha buscado potenciar esta región mediante la práctica del ecoturismo y turismo de naturaleza, esto como efecto del interés de prestadores de servicios de la región que buscando incrementar su oferta, han ampliado el abanico de actividades en el Valle de Vizcaíno, dentro del Municipio de Mulegé, que le refiere la ubicación y extensión que se describe en la Figura 2.

Como conclusión del análisis geográfico de Baja California Sur, se puede asimilar que la morfología estatal, así como los índices de crecimiento, representa una de las dificultades para el Gobierno Estatal, ya que las distancias entre las ciudades o localidades llegan a ubicarse de manera dispersa en los 73,475 km2 de extensión vertical, y que en su mayoría están situados junto a la carretera transpeninsular Benito Juárez, que es quien conecta de norte a sur a BCS mediante sus 998 km de extensión (Salazar, 2019).

Además de lo anterior, se reitera que Baja California Sur, no obstante, se sitúe entre los 10 estados de mayor territorio, es la segunda entidad de menor población, superando únicamente a Colima. El número de habitantes de BCS es de 798,447 habitantes, mismo que lo lleva a representar el 0.6% del total a nivel federal (INEGI, 2020). Al conjugar estas dos situaciones, es decir, la extensión territorial y el número de pobladores, se demuestra que en BCS se han generado polos de desarrollo situados en la zona sur de la entidad, según datos de la Secretaría de Turismo, Economía y Sustentabilidad (SETUES), en los Municipios de La Paz y Los Cabos se concentra el 80.6% de la población, por ello, las municipalidades antes referidas aportan cerca del 94.4% del Producto Interno Bruto Estatal (Secretaría de Turismo, Economía y Sustentabilidad [SETUES], 2023 a).

Finalmente, en lo referente al Valle de Vizcaíno, Baja California Sur, cuenta con diferentes sectores económicos que consideran una participación en las actividades económicas de la región que se podrían catalogar incluso como balanceadas, es decir, sin un sesgo significativo. Sin embargo, éstas al encontrarse desarticuladas, privan su potencialidad de maximizar los beneficios con base en las cadenas de valor que les represente una integración, donde los sectores productivos locales estén armonizados en un escenario de estructura regional que culmine en un beneficio en todos los actores involucrados: sociedad, economía, ambiente, iniciativa pública e iniciativa privada, todo evidentemente en un plano de asociatividad territorial, que además de alcanzar lo antes descrito, los descentralice de la región sur del estado, que por condiciones geográficas, territoriales y poblaciones, el área de estudio se ha visto desfavorecido al ser parte de un dinamismo de polos de desarrollo a nivel estatal (Rodríguez, 2021).

Metodología: Planteamiento para integración de los sectores primario y terciario

Para lograr una integración entre los sectores primario y terciario del Valle de Vizcaíno, es importante que se presente un proceso detallado de revisiones en diferentes aspectos que culmine en la apropiada manera de presentar la integración. Por ello, la metodología considera cuatro fases, tres como prerrequisito y una última que es dependiente de los resultados alcanzados a partir de los anteriores. El instrumento metodológico rescata en gran medida el modelo expuesto por Weitz (1980), pero es de señalar que le aporta una actualización para generar el proceso de cuatro fases, ya que, como se presentó anteriormente, el autor lo limita a tres. A continuación, se presentan los tres prerrequisitos y el cuarto elemento que dan sustento a la metodología.

En el modelo de Weitz el desarrollo territorial funge como una consecuencia de la adecuada integración, todo esto visto desde el prerrequisito de que la política nacional y local estén armonizados en una ruta debidamente definida y con destinos afines. Por ello, de primer momento se analizan los diferentes planes de desarrollo vigentes en los tres niveles: Nacional, Estatal y Municipal. Este prerrequisito es titulado integración planificada (IP), y entiende que existe dicha integración cuando es visible una relación entre los planes de desarrollo en diferentes niveles.

Como segundo punto, se encuentra el prerrequisito enfocado en la integración intersectorial (II), examinando la posibilidad de maximización de beneficios a través de la conexión entre diversos sectores económicos. En este sentido, se hace un análisis situacional sectorial que existe en el territorio, detectando aquellos de mayor dinamismo y quienes se encuentran operando a una menor escala, incluso, deprimidos. Esto permite detectar las fortalezas y áreas de oportunidad para entretejer la intersectorialidad.

El tercer y último prerrequisito se encuentra ligado a los aspectos de la planificación del desarrollo, que asienta bases en cuatro elementos vitales y que están presentes en la región: económico, social, físico y organizacional. Evidentemente, este prerrequisito se vincula al beneficio en conjunto que da soporte a la estrategia de reestructuración-ordenamiento territorial, encuadrando qué actores locales estarán participando en dicha acción y en qué medida, ya que, al estar presentes en el territorio, pertenecen al mismo como capital endógeno, por lo que el sumarlos es un elemento crucial en este paradigma. Este prerrequisito es titulado “integración territorial” (IT).

Finalmente, para establecer el último apartado del proceso, se comenta que Weitz enlista tres tipos de desarrollos a partir de la función en la cual se encontrarán operando:

  1. Vertical: Denominada así al unificar los niveles mencionados de manera lineal, es decir, la coordinación micro con la regional y a su vez, ésta con la macro, realizando este encadenamiento de manera vertical a partir de la planificación y la consistencia que presentan.

  2. Horizontal: Considera una diversa gama de actividades: coordinación intersectorial, planes físicos adecuados a las condiciones de la región y planes de desarrollo.

  3. Cruzada: Integra las dos anteriores para permear en ambos aspectos de manera igualitaria, logrando así la armonización de los cuatro elementos clave: económico, social, físico y organizacional (Weitz, 1980).

Entendiendo las características y objetivo del estudio, el último apartado de la metodología estará respaldado en la integración cruzada (IC), debido a que se considera el más pertinente al diseño de la investigación, sin mencionar que se busca el máximo potencial para la integración, principalmente entre los actores económicos involucrados, específicamente, el primario y terciario, que como a bien marca esta función, prioriza los recursos existentes y la manera en la cual se aprovechan.

Resultados: Integración de los sectores primario y terciario del Valle de Vizcaíno, Baja California Sur

En esta sección se presenta la pertinencia de integración de los elementos analizados: IP, II, IT, que en conjunto demostrarán la viabilidad de la IC deseada entre los sectores primario y terciario del Valle de Vizcaíno en BCS.

Resultados para la IP

Se ha señalado en esta investigación que la integración planificada se encuentra asociada a la relación y coherencia entre los diferentes planes de desarrollo. Para este ejercicio, se han considerado los tres niveles de gobierno: Plan Nacional de Desarrollo (PND), Plan Estatal de Desarrollo de Baja California Sur (PED) y el Plan Municipal de Desarrollo para Mulegé (PMD), entendiendo el escenario macro el nacional-estatal y el municipal como el nivel micro.

La investigación que se presenta, al tener un enfoque de carácter económico-regional, que busca potenciar una zona menos favorecida a partir de polos de desarrollo que se presentan en la entidad, se debe adentrar puntualmente en lo sustentado por los planes de desarrollo bajo la búsqueda de encontrar una coyuntura que dé pauta a una alineación en estos temas, para poder considerar la existencia de una IP. La tabla 3 presenta una relación y congruencia entre los tres niveles PND-PED-PMD para la IP, particularmente en el apartado de reactivación y estrategias para fomentar el desarrollo económico.

Tabla 3 Congruencia entre PND-PED-PMD para la integración planificada 

NIVEL DEL PLAN DE DESARROLLO
PND
(2019 - 2024)
PED
(2021 - 2027)
PMD
(2021 - 2024)
Eje: Impulsar la reactivación
económica, el mercado interno
y el empleo (P.51)

Estrategias:
A) Fortalecimiento del mercado
interno.
B) Creación masiva de
empleos productivos
permanentes y bien
remunerados.
C) Programas sectoriales,
proyectos regionales y obras
de infraestructura.
D) Impulsar modalidad de
comercio justo y economía
social y solidaria.
Eje: Reactivación
económica y empleo incluyente
(P. 173)
Estrategias:
A) Fortalecer el mercado
interno desarrollando la
capacidad de abasto y
elevando los niveles de
productividad y competitividad
de los micro, pequeños y
medianos productores y sus
cadenas productivas de valor.
Fortalecer el sector pesquero y
acuícola mediante el uso
sustentable para actividades
como pesca deportivo-
recreativo para la población en
general.
B) Reducir las brechas de
desigualdad entre la zona norte
y sur mediante la generación
de empleos e ingresos en las
localidades.
Sincronizar la oferta laboral con
la demanda de recursos
humanos en los sectores
económicos del estado,
priorizando aquellos con mayor
potencial de crecimiento.
C) Fortalecer las actividades
primarias utilizando la
planeación participativa y
gobernanza de los productores
para realizar el ordenamiento
del uso de los recursos
naturales.
D) Promover e impulsar las
MIPYMES para elevar su
productividad y competitividad.
Generar mayor desarrollo
económico y social a través de
la redistribución de la riqueza
que genera la demanda de la
población.
Eje: Reactivación
económica (P. 32)
Estrategias:
A) Diversificar la oferta
turística mediante un
turismo
sostenible.
Incentivar el turismo regional
como generador de ingresos.
B) Gestionar programas
de empleo temporal en
beneficio de los productores.
C) Impulsar la productividad
de las unidades primarias y la
generación de empleos en el
medio rural.
Impulsar proyectos
estratégicos que generen
valor a los productos.
D) Atención a proyectos y
emprendimientos de madres
solteras, jóvenes, personas
con capacidades distintas,
gestionamiento para
comerciantes, financiamiento
para el sector primario.
Promover el desarrollo de
capacidades de los
productores para elevar su
competitividad.

Fuente: Elaboración propia a partir de la revisión de los Planes de Desarrollo (PND-PED-PMD).

A partir de la tabla anterior, se comprende que existe una relación entre los planes de desarrollo en el tema económico, cabe mencionar que si bien es cierto en el PND se presentan de manera generalizada, es totalmente comprensible al recordar que se refiere al sector macro, mientras que el PMD llega a marcar prioridad hacia los diferentes sectores, entre ellos los primarios y terciarios, pues se entiende que la actividad económica en el Valle de Vizcaíno, perteneciente al municipio de Mulegé llega a estar basado en éstos.

En el inciso A se encuentra que existe armonización en la búsqueda de mejorar la situación en el mercado interno, lo que indica que, para temas de desarrollo regional-territorial, que lo lleve a aprovechar la endogeneidad del área de estudio, cuenta con un respaldo en los tres niveles. El inciso B demuestra que en el PED se sabe de la situación estatal y los polos de desarrollo, sin embargo, poco se profundiza este tema en el PMD, lo que lleva a entender que es inexistente un programa debidamente planificado, es aquí donde se considera aún más pertinente esta investigación. Finalmente, los incisos C y D son los que mejor empatan en el nivel micro, pues si bien es cierto a nivel macro se presenta una generalidad, a nivel micro se habla de impulso, fortalecimiento, generación y promoción a proyectos regionales, programas sectoriales y comercio justo, lo que se traduce en una marcada vocación al encadenamiento productivo acompañado del autoconsumo.

Resultados para la II

Los sectores económicos de la región que se estudia se centran principalmente en dos básicos, el primario y el terciario, sobresaliendo la agricultura, la pesca y la minería como primarios y como terciarios aquellos relacionados al turismo. A continuación, se detalla cada uno de estos.

Agricultura

De acuerdo a la SETUES (2023 b), el Valle de Vizcaíno es la principal zona agrícola, sus cultivos se encuentran centrados en hortalizas, como son el tomate, chile, cebolla y pepino. Además, aporta la mayor porción de cultivos de fresa e higo a nivel estatal. La tabla 4 muestra la superficie en hectáreas cosechada en el periodo del 2016 al 2021.

La tabla demuestra el impacto que tiene la zona en lo que respecta a las hectáreas cosechadas, misma que, si bien es cierto presenta un decrecimiento del 10% en el año 2019-2020, se puede asociar a temas de COVID-19 y la pausa económica que se vivió a nivel mundial, no obstante, para el 2021, se presenta una recuperación discreta.

En lo que respecta al tema del volumen de producción medido en toneladas, se destaca que para el ciclo 19-20 fue de 159,337.3 toneladas y para el periodo 20-21, ascendió a 166,162.4, lo que en porcentaje significa 4.3% mayor en comparación con el periodo anterior. De acuerdo a la SETUES, esta cifra representa el 23.6% de la producción total estatal, lo que en la paridad refleja que 1 de cada 5 toneladas se produce en esta zona (SETUES, 2023 b).

B) Pesca

La región de la pacífico norte, perteneciente al Valle de Vizcaíno se encuentra situada en la reserva pesquera más importante del país, por ello es la mayor relevancia a nivel estatal. En esta zona se obtienen productos de un significativo valor comercial, tan solo en 2021 la producción pesquera generó 19,329.1 toneladas, cifra que representa el 14.6% de la producción en BCS. La tabla 5 demuestra el volumen de producción en el periodo del 2016 al 2021 (Ibídem, 2023 b).

Como demuestra la tabla anterior, la pesca es una actividad de gran relevancia debido a la producción que tiene la región, recordando que en lo que respecta al aporte en ingresos reporta un 10.6% municipal. Finalmente, se resalta que en esta zona se destacan especies como los peces de escama con un 62% de volumen de producción, así como carnada viva con un 5.5%, y las especies que llegan a ser complementarias son el tiburón, langosta, algas, entre otras (Íbidem, 2023 b).

C) Minería

En la zona de estudio se cuenta con productos mineros que destacan al estado como el primer productor a nivel nacional gracias a la extracción de sal y yeso, así mismo, en se sumó en 2015 una localidad más enfocada en la minería de cobre (Ibídem, 2023 b). En lo que respecta a cifras, la producción de sal y yeso fue de 6.2 y 3.0 millones de toneladas respectivamente, mientras que el cobre ya se posiciona como un producto importante al presentar una producción de 11 mil toneladas de manera anual (Ibídem, 2023 b). La tabla 6 expresa el volumen de producción de la actividad minera antes destacada.

En lo referente a la producción traducida a valor en pesos, de acuerdo a la SETUES (2023 b), cabe destacar que la producción de sal y yeso representaron de manera conjunta una cifra de 2,624.3 millones de pesos únicamente en el 2021. En la tabla 7 se detalla el valor de la producción en millones de pesos de estas dos minerías en el periodo 2016-2022.

D) Turismo

Como parte de las actividades terciarias figura el turismo, mismo que no se encuentra tan posicionado en el área de estudio, pues como se acaba de ver, el sector primario es quien aporta en gran parte un respaldo económico, sin embargo, éste se ha logrado adentrar en los sectores productivos locales (SPL) como un agente complementario.

Al momento, en el Valle de Vizcaíno se aprovechan atractivos naturales y culturales para contar con oferta turística, hecho que lo distingue de la modalidad de turismo que se realiza en el sur de la entidad, ya que la apuesta al turismo para esta el área de estudio ha sido desde sus orígenes encaminadas a uno sustentable.

Las actividades que se ofertan son: Avistamiento de la ballena gris, realizado en dos lugares en específico, Laguna Ojo de Liebre y Laguna San Ignacio; Visita a pinturas rupestres situadas en la Sierra de San Francisco; Visita al berrendo peninsular en el campamento berrendo de la Reserva de la Biósfera el Vizcaíno, muy cercano a Guerrero Negro; Para actividades culturales y de manera complementaria se visita el tempo misional de San Ignacio y la localidad de Santa Rosalía, que conserva tintes de infraestructura francesa por su valor histórico. Como último, en temporada vacacional, principalmente en semana santa (principios de abril) se visita a las Bahías de Mulegé para realizar actividades de turismo de playa-relajación, claro está, es inexistente la infraestructura hotelera y restaurantera, por ello, los visitantes atienden a actividades de campamento en dichos espacios.

Resultados para la II de los SPL antes descritos

Se encuentran dos sectores distintos en todos los sentidos, desde el posicionamiento con el que cuentan dentro del municipio, hasta la manera en la que se desenvuelven, por ello, la propuesta de integración tiene que realizarse a manera de cruce, dando prioridad (verticalmente) a los sectores debidamente posicionados, siendo los complementarios (horizontal) los que permitan sumar su actividad para encontrar nuevas formas de generar ingresos para la región.

En este orden de ideas, el sector primario, conformado por la agricultura, pesca y minería se presentarán verticalmente, mientras que el turismo lo hará de manera horizontal como se muestra en la Figura 3.

Una vez diseñada la manera de integrar de manera intersectorial la región, y considerando que se desea plantear una integración cruzada, es claro que el sector terciario, al ser complementario, llega efectivamente a presentar ese encadenamiento que unificará las propuestas de actividades para desarrollar un territorio mediante una planificación, hecho que lleva a coincidir con Merinero (2008), quien sustenta que “la clave estratégica en cuanto a la competitividad productiva de las empresas se sitúa de manera clara en el nivel de articulación de la red de empresas en torno a un agrupamiento organizado territorial y sectorialmente” (Merinero, 2008). La Figura 4 muestra la II con actividades debidamente enmarcadas.

Fuente: Elaboración propia a partir del informe de información estratégica del municipio de Mulegé, elaborado por la SETUES 2023.

Figura 4 Superficie en hectáreas que fue cosechada anualmente en el área de estudio 

Como producto de esta integración que se muestra en la figura anterior, las nuevas vertientes de opciones que llevarían a atender una de las necesidades que fueron observadas en el IP, que consiste en diversificar la oferta turística de la región. La integración, en este sentido, consiste en aprovechar el recurso ya existente y su producción (sector primario) para articularlo con el sector de los servicios, principalmente en la apertura a nuevas vertientes y modalidades para realizar esta actividad complementaria, es decir, el turismo.

Resultados para la IT

Finalmente se atiende las necesidad de que estas actividades involucren directamente a la sociedad territorialmente perteneciente, pero también es de mencionar que se priorizará la parte económica y ambiental, ya que si bien es cierto el sector primario tiene un impacto dentro del recurso natural, el beneficio generado no será únicamente con fines ortodoxos como marca la economía tradicional, sino que mediante paradigmas como el del desarrollo regional, se da un doble beneficio, el tradicional y el que se suma mediante la oferta turística para este ejercicio.

Es importante entonces que la propia comunidad del Valle de Vizcaíno se vea participativa e interesada en aportar en este escenario, tal cual dirige nuevamente a coincidir con el PMD, que sustenta que se estará incorporando a los habitantes para la creación de nuevos empleos.

Por último, se comparte que las instituciones tanto públicas como privadas encontrarán beneficios directos, la primera como se ha señalado, permitiendo alcanzar sus indicadores de bienestar y para las empresas privadas la maximización de beneficios a partir del fortalecimiento de las cadenas de valor participativas.

Resultados para la IC

Como último se considera la viabilidad de la IC que se propone, donde se utilizan los resultados generados en las anteriores integraciones. Al respecto, se encuentra relación en lo referente a cómo se ha articulado cada uno de los elementos, primeramente el IP que demuestra que no están del todo distantes los planes de desarrollo pertinentes, por otro lado, la II que brinda una clara visión de cómo realizar ésta mediante la visión vertical-horizontal, siendo esta última quien estrecha los lazos de participación, y por su parte, es visible que la IT además de atender a su finalidad, aborda una participación sumativa donde los grupos de interés tendrán su participación desde sus diferentes áreas.

La Figura 5 muestra todo el sistema de integración, entendido como la IC en esta investigación, donde se percibe cómo la IP se sitúa en la parte superior de la figura, ya que es quien regula desde sus diferentes niveles la actividad económica, al centro se encuentra el modelo de II ya antes descrito, y en el inferior de la figura se involucran a los actores que tendrán una participación-beneficio en esta integración sectorial.

Fuente: Elaboración propia a partir del informe de información estratégica del municipio de Mulegé, elaborado por la SETUES 2023.

Figura 5 Volumen de producción pesquera 2016-2021 medida en toneladas 

Fuente: Elaboración propia a partir del informe de información estratégica del municipio de Mulegé, elaborado por la SETUES 2023.

Figura 6 Volumen de producción minera en millones en toneladas (sal, yeso y cobre) en el periodo 2016 - 2022 

Fuente: Elaboración propia a partir del informe de información estratégica del municipio de Mulegé, elaborado por la SETUES 2023.

Figura 7 Valor en millones de pesos por producción de sal y yeso en el periodo 2016 - 2022 

Fuente: Elaboración propia

Figura 8 Diseño de integración intersectorial de los SPL de la región 

Fuente: Elaboración propia

Figura 9 Integración intersectorial de los SPL de la región 

Fuente: Elaboración propia

Figura 10 IC de los SPL del Valle de Vizcaíno 

Conclusiones

Esta investigación permitió proponer, a partir de un soporte teórico la generación de una cadena de integración de manera cruzada, que articule a los sectores productivos locales del Valle de Vizcaíno, Baja California Sur, como área para estudio, resaltando la necesidad existente de contar con sistema que ordene territorialmente la región, elevándola así a un nivel de desarrollo en el que no solo se verá beneficiado el sector económico como preponderante, sino que, mediante la participación activa de la sociedad y el respaldo que brinden las instituciones regulatorias, así como el financiamiento que el sector privado aporte, se generará una cadena de impulso en materia de desarrollo regional, claro está, todo esto a partir de la correcta integración entre todos los actores que territorialmente participan en él.

Al respecto, se encuentra una pertinencia en los stakeholders y la manera en que en su totalidad pueden y deben ser partícipes para mantener este equilibrio, desde el aspecto regulatorio que emana de las políticas públicas y ordenamiento del territorio, hasta la aplicativa donde llega a ser ejecutado por las instituciones financieras o lenders, sumando así a la población para que el beneficio se mantenga en esta escala regional.

Como aportaciones únicas, este estudio toma una zona con una importante necesidad al verse poco involucrada en la actividad económica por excelencia a nivel estatal, considerando que el desarrollo polarizado, la concentración de habitantes en los municipios del sur, y la geoformación del estado, propician que el área estudiada opte por estrategias que le lleven a descentralizarse de la zona sur, ya que en el cúmulo de factores, es evidente que el Valle de Vizcaíno debe apuntar por aquellas modalidades de desarrollo que aprovechen su endogeneidad y sus sectores productivos locales, creando estas microrregiones económicas que se generen una economía circular a partir de la integración de sus sectores y el aprovechamiento de los recursos naturales y culturales.

Por otro lado, se demuestra en este estudio que la ruta para colaboración por parte de las integraciones planificadas, intersectoriales y territoriales, como factores principales, llevan a desembocar en una integración sectorial, donde ésta, como cuarta variable, se verá medianamente comprometida a los resultados previos en los tres prerrequisitos de mencionados, por lo que, para futuros estudios, se deberá considerar antes de buscar la integración cruzada, valorar la situación en la IP, II, IT como antecedentes.

Así mismo, se resalta la importancia de los estudios territoriales como respuesta a las necesidades de regiones que por distintas situaciones, no suelen estar posicionadas o bien, tener el mismo impulso que otras tantas, esto es notable a partir de los elementos exógenos, pues se entiende que incluso a nivel nacional se vive un escenario similar a la globalización, donde distintas zonas, incluso en el mismo estado como lo señala este estudio, tendrá que encontrar otras maneras de competir para impulsar su desarrollo, optando por el desarrollo regional integrado como se demostró en esta investigación.

La integración propuesta deja en claro que cuando se habla de potencial endógeno, es importante aprovechar todo tipo de elemento que se encuentra presente en el territorio, debido a que es así precisamente como debe sumarse colectivamente en una región para, de manera conjunta, encontrar esas rutas de autogestión que culminen en la descentralización y dependencia de recursos exógenos, más aún en regiones que se encuentren en una situación de rezago o vulnerabilidad derivado de macrocefalias territoriales, tal cual es el caso del área estudiada.

El encadenamiento presentado, al ser de manera intersectorial, unifica dos sectores en diferentes condiciones, uno debidamente posicionado y otro que de manera discreta funge como complementario a partir de los recursos naturales presentes. En este sentido, claramente se visualiza que las integraciones intersectoriales, más allá de unificar, permite que aquellos que no están del todo desarrollados mejoren su posición y con ello la participación en la generación de ingresos. Expuesto de otra forma, las actividades densas en una región, al conectarlas con otras de menor preponderancia, fungen como soporte para elevar el nivel de impactos en el producto interno bruto interno, así mismo, diversificando las actividades económicas presentes a partir de los sectores productivos locales existentes.

Finalmente, se concluye que es interesante para futuras investigaciones analizar regiones aledañas a la estudiada en esta investigación, ya que, como se soporta en el marco teórico, la situación de polarización que envuelve al estado de Baja California Sur y que dio origen a este estudio no es propia del Valle de Vizcaíno, sino a nivel municipal en Mulegé. Por ello, y conociendo las limitantes espaciales de este estudio, se recomienda buscar reaplicar o bien proponer nuevas formas para impulsar dicha región a partir de su potencial territorial, buscando aminorar el rezago existente en este municipio, evidentemente, esto se tendrá que sostener el marco del desarrollo basado en la endogeneidad y la asociatividad de las partes interesadas.

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Recibido: 12 de Junio de 2023; Aprobado: 25 de Octubre de 2023

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