INTRODUCCIÓN
Con la simple observación de las definiciones que del concepto de sátira se dan en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, podemos concebir algunos de los propósitos que estas composiciones pretenden:
Composición poética u otro escrito cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a personas o cosas;
Discurso o dicho agudo, picante y mordaz dirigido a este mismo fin.1
Sin embargo, son los estudiosos del tema para el siglo XVII (G. Highet, N. Fryre, R.C. Elliott, E. Johson, L. Feinberg, G. Bartolomé Martínez, L. Schwartz, M. Etreros o T. Egido entre otros) los que han analizado de forma lúcido cuáles son los orígenes de la sátira, sus intenciones, y sus formas literarias de representación. En todo ello, como podremos observar en las páginas que siguen, se observa que la sátira se corresponde con un fenómeno comunicativo de carácter extraordinario, dado que los resortes que utiliza y los dispositivos formales que precisa son brillantemente utilizados como instrumento político2
De cualquier modo, tres podrían ser las características que establece la cualidad satírica:3
Por un lado, la crítica como elemento sustantivo. Resulta evidente que la sátira tiene por objeto censurar reciamente aquellos aspectos de la realidad política con los que no se está de acuerdo. Así, observamos en las creaciones satíricas opiniones parciales y resoluciones sórdidas que son expuestas con pasión y deseo vehemente. Naturalmente los acontecimientos políticos, las coyunturas sociales o, siempre, el estamento eclesiástico son entidades hacia quienes se dirigen vigorosamente las críticas, aunque también lo hacen hacia determinados hechos puntuales, circunstanciales o anecdóticos. En consecuencia, el objeto satírico resulta ser todo aquello que, por una u otra causa, termine siendo representativo del inconsciente colectivo. Por tanto, la sátira tiene por objeto la difusión informativa y el propósito crítico, para lo cual utilizará diversas y complementarias herramientas persuasivas, contribuyendo así al carácter propio que determina lo barroco.
Por otro lado, la cualidad aleccionadora: La composición satírica se configura desde formas literarias concretas que pretenden demostrar, ilustrar o autorizar con ejemplos lo que dice. En otros términos, la representación literaria resulta ser dispositivo eficaz de sus objetivos comunicativos y críticos, presentando así sus in tenciones correctivas de determinados aspectos políticos, sociales o costumbristas. Así, el cuento, la fábula, el ejemplo o la anécdota son utilizados como herramientas comunicativas desde una perspectiva racional y no meramente espontánea; ahora bien, la sátira no puede considerarse como un resorte moralizador, pues su última intención no es ejemplarizar sino criticar.
Y el humor. Se trata de uno de los procedimientos más eficaces para que se produzca la necesitada lectura de los textos y, en consecuencia, la difusión de las ideas enunciadas. No está de más recordar la clásica fórmula “ridendo dicere verum” según la cual, la risa y la indignación moral quedan estrechamente vinculadas, hasta el punto de que podemos afirmar que el pesimismo y el desánimo barrocos son características intrínsecas de lo satírico del mundo. La burla, la caricatura, la parodia, la farsa, y -como nola sutil ironía, son expuestas con connotaciones corrosivas y con cualidades mordaces, incisivas e hirientes. Por tanto, el humor deviene como enfoque irónico y sarcástico con el que enjuiciar las cosas.
En definitiva, tal y como expuso magistralmente el profesor Maravall, la sátira es uno más de los elementos simbólicos de la cosmovisión barroca, donde se percibe la pugna de contrarios, esto es, la contradicción, polarizada en llanto y risa, relacionada con la no menos contradictoria experiencia del mundo. Demócrito y Heráclito, representativos de la risa y el llanto, y ambos del desconcierto vital.
En otro orden de cosas, y respecto a la ubicación de las fuentes documentales que nos conciernen, contamos con algunas composiciones satíricas que han sido recopiladas y publicadas: es el caso del compendio de Valladares Sotomayor4, o el de Maura Gamazo5, y ya más recientemente los de Teófanes Egido6 o Mercedes Etreros7, al margen de los estudios particulares sobre autores concretos -como Quevedo-, o la disparidad de ejemplos que podamos encontrar en los anexos de múltiples y variadas obras de talante histórico como fuente de investigación. Pero lo natural es que se localicen -bien en archivos o en determinadas colecciones bibliotecariasde forma manuscrita, dado su particular condición anónima y secreta, reforzada por los contenidos fuertemente polémicos y agudos que trata. En este sentido, podemos encontrarlas reunidas, y más o menos ordenadas, en unidades de instalación encuadernadas en la época; o lo que es más común, que se hallen formando parte de volúmenes o legajos de hojas sueltas que mezclan todo tipo de composiciones (avisos, relaciones epistolares, memorias, colecciones de papeles conventuales, etc.),8 temática y cronología. En definitiva, los papeles amontonados en archivos y bibliotecas sin identificación alguna, bajo denominaciones inconcretas, como Extravagante, Indiferente General, Fechas, Infierno, Varios, Papeles Varios, y otras semejantes son, sin duda alguna, una excelente cantera para la localización de composiciones satíricas. Es el caso que venimos a explicitar aquí, referente a la colección de Papeles Varios (P.V.) del Archivo Histórico de a Universidad de Salamanca (AUSA).
Nos proponemos en este trabajo los siguientes objetivos:
Estudiar la sátira como instrumento de comunicación política;
Identificar las composiciones satíricas ubicadas en la Colección De Papeles varios (P.V.) del Archivo Histórico de la Universidad de Salamanca, concretamente en sius cincuenta primeras unidades de instalación (P.V.1-P.V.50);
Analizar el tipo de composiciones, la forma y el lenguaje empleado en las composiciones satíricas localizadas;
Y examinar exhaustivamente la temática de estas.
Naturalmente los recursos metodológicos han sido dobles: por un lado, los puramente archivísticos, mediante la identificación y descripción de las unidades documentales; y, en segundo lugar, el análisis documental e histórico de los documentos.
Consideramos imprescindible, antes de descender a los documentos, extraer, aun siquiera telegráficamente, las características de la Colección de P.V. del A.U.S.A.
LA COLECCIÓN DE PAPELES VARIOS DEL ARCHIVO UNIVERSITARIO DE SALAMANCA
Las colecciones documentales de Papeles Varios son agrupaciones realizadas voluntariamente en los archivos y bibliotecas y que presentan las siguientes características:
La procedencia de la documentación es múltiple y difusa, por cuanto reúnen documentos generados o producidos por distintas instituciones y organismos. No responden, por consiguiente, a los principios archivísticos de respeto natural de los fondos y de procedencia, según los cuales los documentos provenientes de una misma institución deben mantenerse juntos y ordenados naturalmente.
La mezcla desordenada de documentación archivística y material libraría, fruto de la ambigüedad documental ya enunciada.
La falta de uniformidad en las unidades de instalación. Así, es habitual encontrarnos en la misma colección con unidades documentales heterogéneas reunidas para su conservación y colocación en el depósito en cajas, carpetas, legajos, etc. En este orden, es bastante corriente que la conservación tanto de las unidades de instalación como de las agrupaciones documentales no responda a los requisitos mínimos deseables. Ello se debe, en gran medida, por un lado, al íter inestable y tornadizo de los documentos hasta llegar a estas colecciones, y por otro a las frágiles y deterioradas unidades de instalación.
La amplitud temática, geográfica, cronológica y tipológica de los documentos. En consecuencia, encontramos documentación de enorme utilidad para la investigación histórica en múltiples y variados aspectos, dada la presencia de documentación de diversos asuntos, lugares, tiempos y tipologías.
Veamos sus características:
CARACTERES DE LA COLECCIÓN DE P.V. | |||
Caracteres externos | |||
Clase | Documentos textuales, que transmiten la información mediante texto escrito | Impresos (63,34% de la documentación) Manuscritos (36,66% de la documentación) | |
Documentos iconográficos, que emplean la imagen y signos no textuales para representar la información | Dibujos
Grabados Mapas |
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Tipo | Abundante tipología documental, producto de la reunión de infinitud de testimonios de diversas actividades | Documentación cortesana (Provisiones Reales,
Sobrecartas, Reales Cédulas, Pragmáticas Reales, etc.)
Documentación pontificia (Bulas, Privilegios, Cartas Apostólicas, Breves y Motupropios) Documentación judicial (documentos expedidos por tribunal -dispositivos, probatorios y de oficioy expedidos por los litigantes -dispositivos, probatorios, denunciatorios, peticionarios y alegatorios) Documentación privada: correspondencia, consultas, etc. Otra documentación (Universidades, Órdenes religiosas, etc.) Abundante material bibliográfico |
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Formato | Presencia de diversos tamaños de unidades de instalación y de agrupaciones documentales | 143 Volúmenes (predominan en 4º y en 8º) 63 Legajos (predominan en 4º y en 8º) | |
Cantidad | 279 unidades de instalación | Presentes 206 Ausentes 73 |
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Forma | Diferentes tradiciones documentales o diversos modos de transmisión de los documentos | Minutas Originales Copias Categorías intermedias |
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Caracteres internos | |||
Entidad Productora | Diversidad de procedencias | Procedencia conventual | Jesuitas Dominicos Otras (Franciscanos, Cistercienses y Agustinos Calzados) |
Procedencia no conventual | Colegio Mayor de Cuenca Lorenzo Velasco Colegio Mayor de Santiago el Zebedeo Otras (Obispado de Salamanca, etc.) |
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Orígenes funcionales | Múltiples razones por las que se han producido los documentos, debido a la diversidad de funciones, actividades y trámites por los que han sido realizados. Dicha multiplicidad conlleva la inexistencia de series documentales. | ||
Data crónica | Presencia de agrupaciones documentales desde el s. XVI hasta el s. XIX. | Predominio de documentos de los siglos XVII y XVII, por este
orden. Documentos marginales de los siglos XIX y XVI. Centro neurálgico cronológico en la segunda mitad del s. XVIII |
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Data tópica | Presencia de agrupaciones documentales datados en el territorio perteneciente a la Monarquía Española durante los siglos XVII y XVIII, esencialmente. | Predominio de Madrid,
Salamanca y Roma. Presencia no minoritaria de abundantes lugares (Sevilla, Valencia, Lisboa, Valladolid, París, etc.). Presencia de documentos datados en Indias y Filipinas Carácter cosmomopolita de la colección |
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Idioma | Presencia de diversas lenguas, con predominio del castellano. | Castellano Latín Portugués Italiano Francés Otros (catalán, griego y chino) |
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Contenido sustantivo | 1. Contenidos específicos | Temas
concernientes a la Orden de los Predicadores. Temas concernientes a la Compañía de Jesús. Temas concernientes a la Universidad de Salamanca |
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2. Contenidos preferentes | Sermones y oraciones fúnebres y panegíricas.
Restauraçao portuguesa y la Secesión de Portugal en 1640. Sátira política y religiosa. La ciudad de Salamanca y su entorno. Temática festiva. Universidades y Colegios. |
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3. Otros contenidos | Asuntos de marcado carácter internacional (asuntos relativos a Portugal, Francia, Escocia, Inglaterra, Filipinas, China e Indias Orientales, Indias españolas, etc.) | ||
3. Otros contenidos | Conflictos jurídicos de diversa naturalesza y
pleitos. Documentación cortesana relativa a diversos asuntos económicos y sociales del momento. Documentación pontificia acerca de privilegios, consultas, relaciones Iglesia-Estado, etc. Abundantes contenidos específicos sobre religiosidad y mentalidades. Temática arbitrista de distintos méritos e interés histórico. Otras temáticas de enorme interés: historia de las minorías, temática inquisitorial, genealogías, asuntos concernientes a otras ciudades, etc. |
Dicho esto, nosotros hemos analizado durante largo tiempo una de estas colecciones facticias: la Colección de Papeles Varios (P.V.) del Archivo Histórico de la Universidad de Salamanca (A.U.S.A.)9. Dicha colección reúne documentación de los siglos XVI, XVII y XVIII procedente en su mayoría de fondos documentales conventuales, fundamentalmente de los jesuitas expulsados de España en el siglo XVIII y de los dominicos del convento de San Esteban exclaustrados en el s. XIX.
LAS SÁTIRAS DE LA COLECCIÓN DE P.V. DEL AUSA
Entre las numerosas piezas que forman la Colección, compuesta por casi trescientas unidades de instalación y cerca de cinco mil agrupaciones documentales, hemos encontrado y analizado un importante número de composiciones satíricas que han merecido nuestra atención y de las que ahora esbozaremos unas breves pinceladas.
Se han localizado un total de 31 composiciones satíricas, con las siguientes características numéricas:
1600-1624 | 0 | ||
1625-1649 | 1 | ||
s.XVII | 6 | 1650-1674 | 3 |
1675-1699 | 1 | ||
16-- | 1 | ||
1700-1724 | 5 | ||
1725-1749 | 5 | ||
s.XVII | 23 | 1750-1774 | 5 |
1775-1799 | 1 | ||
17-- | 7 | ||
s.d. | 3 |
b.. Respecto a si es manuscrito o impreso, los datos son muy similares, lo que indica un valor importante para los documentos ubicados en nuestra colección.
Poesías | 12 |
Sermones satíricos | 1 |
Diálogos satíricos | 1 |
Respuestas | 5 |
Manifiestos | 4 |
Noticias y apuntes satíricos | 3 |
Obras | 4 |
Cartas | 1 |
d.. Los temas como veremos más abajo son variados, si bien, pueden quedar agrupados de la siguiente forma, constatándose que los asuntos de política vinculados a Dominicos y Jesuitas son los más frecuentes, dado que la procedencia de la documentación es de estas instituciones.
Asuntos de la Orden de Predicadores | 10 |
Asuntos de Jesuitas | 7 |
Asuntos universitarios | 3 |
Asuntos filosóficos | 2 |
Asuntos de política estatal | 6 |
Asuntos de la política de Indias | 3 |
2.. Respecto al tipo de composiciones se han identificado sátiras tanto en prosa como en verso, si bien será esta última la que manifieste una mayor diversidad y a la que nos dediquemos en estos breves apuntes. Debemos recordar, en este sentido, las aseveraciones de Maravall, al demostrarnos cómo el siglo XVII es una época de masas y el Barroco la primera cultura que se sirve de resortes de acción masiva: persuadir mediante instrumentos masivos de comunicación para generar opiniones y gustos masivos. La sátira en verso, en consecuencia, es uno de esos instrumentos aludidos, demostrada su sencillez para ser recordada, su facilidad para repetirse y su eficacia para crear opinión. Por consiguiente, cultura masiva y cultura dirigida concuerdan y se formulan mutuamente.10 Así pues, son muchas las composiciones satíricas encontradas en nuestra Colección en las que el destinatario es la masa, repitiéndose, casi de forma machacona, términos como pueblo, muchedumbre o vulgo:
“Si a el mundo pervertido
Su moral tiene,
Como manda la Iglesia
Qué no se quejan?
Aquellos mismos
A quienes esto encarga,
Y este es su oficio”.11
3.. Respecto a la forma con que se expresa la sátira hemos localizado diferentes recursos y géneros: parodias, fábulas, alegorías, e incluso algún que otro epigrama están presentes. Resaltan por su complejidad formalista las memorias, manifiestos y obras políticos. Son comunes el empleo de diálogos, parodias dedicadas a nobles y eclesiásticos, monólogos irónicos, etc. Así, se insertan adagios, refranes, citas mitológicas, expresiones coloquiales, preguntas sin respuesta, metáforas de época, etc.
Véase, a modo de ejemplo, la adaptación de la sátira al teatro, con la correspondiente relación de personajes en este breve fragmento:
“De un intrus Monarcha y sin talento,
De un Osma sin conciencia y un Roda tirano,
De un Esquilache injusto y avariento,
De un tributo anual Napolitano,
De un Campomanes o fiscal cruento,
Cómo a España no libra mano excelsa?
Ni España registrara sus annales
Con veneno quitara tantos males.”12
O las preguntas y respuestas de tradición medieval:
“Pues como quiere el Papa
Que todos digan
Que son que son santos y buenos
Los Jesuitas?
Siendo al contrario
Heredípetas13[sic] grandes
Reos de estado
Por qué no callan ellos,
Quando sus obras
Las condena la Sede,
Por perniciosas?
Por qué se oponen
De la Sede a las justas
Resoluciones?”14
O las parodias a la Monarquía, mezclando humor y el porte pesimista de características tan barrocas:
“Porqué lloras tanto triste Monarchía?
Con razón mi lamento ha suerte extraña!
Porque veo a mi amada Compañía
Con furor perseguida, encono y saña.
Porque se augmenta la heregía
Por Osma introducida en n[uest]ra España;
Y miro al Señor Carlos III
Un Rey atheista, un Rey frailero”.15
O los procedimientos y posibles soluciones al despropósito:
“O q[ue] se forme en España un tribunal
De frayles y s[eñor]es de manía:
No son diezmos el punto principal
Sólo si perseguir a la Compañía,
No quieren a sus Roxas por fiscal
Que a él no sufre tan grande picardía [fol. 78]
Más tu roxas (o justo Presid[en]te!)
A pesar de la embidia, tente, tente”.16
4.. El lenguaje utilizado es uno de los aspectos más valiosos al estudiar la sátira. Su análisis nos concierne en la medida en que los términos empleados en las composiciones sirven para comprender el contexto social del momento y el contexto comunicativo con el que se pretende difundir el mensaje. Del estudio por parte de los autores especializados se desprende que la sátira goza de un lenguaje propio. De ahí que acabe deviniendo en un dispositivo comunicativo de primer orden, pues su fácil memorización y su acción directa basada en el humor resultan muy influyentes socialmente.17 Así, son numerosas las figuras retóricas presentes (metáforas, hipérboles, comparaciones, asociaciones, etc.) o los múltiples juegos de palabras tan típicos y representativos del Barroco. De la misma forma, la comunicación se acrecienta debido al nivel coloquial que se emplea, donde el insulto y el agravio son de uso frecuente agudizándose así las peculiaridades burlescas de la sátira. Son abundantes los posibles ejemplos en nuestros documentos:
Dilogías:
“Jesus! Y quantas bullas
Sacan los Padres:
Que lastimoso cuerpo,
Con tanto parche!
No tienen cura,
Así lo van tapando
Sus mataduras”18
Asociaciones y paranomasias:
“El Rey Fernando la muerte,
De Portugal la Campaña
Los Espelidos de España
Y de la Habana la suerte
De Gotier la armada fuerte
De los Papas la questión,
Del Gran Maris el cañón,
La Sonora el terremoto
Losulina, alborotos
De Argel la expedición”.19
Las continuas metáforas:
“Despierta de mi amada Monarqchia:
Pues te acomete con fiereza extraña
Una infiel alevosa Compañía,”20
O las formas más comunes de poesía, como el soneto:
“Primer progreso de N[uest]ro ynvicto monarca.
Rey Carlos Terzero
Por un pacto familiar
La espada desembainó
I biéndose así creió
Iba al mundo a conquistar,
Más ya la buelbo a embainar
Después de avernos perdido
Un excército lucido
Una marina excelente
Mucho caudal, mucha jente
Y con la habana[¿] El onor
Y en cuanto tiempo son
En seis meses solamente”21
atendiendo al tipo de información: sátiras histórico-políticas, personales y anecdóticas;
atendiendo a la intencionalidad: sátiras de provocación, de información y de advertencia.
Y atendiendo al aspecto: sátira grave, irónica y pesimista.22
5.. La temática de la sátira obviamente se encuentra vinculada al momento en que se confecciona. Así, la composición satírica es, en gran medida, producto de acontecimientos precisos y coetáneos, de personajes reales de su tiempo, de problemas presentes que irritan, o de anécdotas costumbristas específicas. En definitiva, la sátira, acaba siendo una fuente de relevancia sustancial para el estudio de la Historia pues, a través de ella vislumbramos aspectos reales que inquietan y los mensajes que se pretenden difundir para censurarlos. Ahora bien, tal y como expone Etreros, la función satírica no es la función histórica y, en consecuencia, los hechos no son descritos desde una perspectiva objetiva o histórica, sino que simplemente se explicitan de forma aislada, sin intenciones neutras o imparciales y con tonos críticos y mordaces. M. Etreros entiende que las potenciales clasificaciones de la sátira son diversas. Ella indica tres que opinamos pueden interrelacionarse entre sí:
En nuestro caso, hemos advertido, que, al margen de la incipiente clasificación temática que después estableceremos, prácticamente todas las sátiras localizadas, de una u otra forma, presentan un mismo denominador común: el tema de la decadencia y la conciencia de crisis, vinculado en gran medida al estamento eclesiástico-. También se constatan los enfrentamientos internos entre las diferentes órdenes religiosas, que buscan la codicia y la superioridad moral. En este orden, es un hecho incuestionable que la decadencia española del siglo XVII tomó cotas de un nivel extraordinario.23 En este orden, las sensaciones de fracaso y derrota eran abundantes. En este punto, la conciencia de crisis comporta al mismo tiempo un clima pesimista de las cosas y del propio mundo. Pesimismo y conciencia decadente que, a la postre, se estimulan recíprocamente. Los tópicos barrocos de “la locura del mundo”, “el mundo al revés”, “el laberinto del mundo”, “el mundo como mesón”, o “el mundo como teatro”-, que Maravall tan brillantemente comentason recurrentes en nuestras sátiras, y tienen como telón de fondo la misma vivencia del decaimiento. Así, la metáfora implícita de la decadencia como enfermedad lleva a extremos de su interpretación como fatalidad insuperable24:
“Porqué lloras tanto triste Monarchía?
Con razón mi lamento ha suerte extraña!”25
”Despierta de mi amada Monarqchia:
Pues te acomete con fiereza extraña
Una infiel alevosa Compañía”26
Dicho esto, expondremos a continuación nuestra clasificación singular para las sátiras localizadas en nuestra Colección de P.V., atendiendo únicamente al tipo de información que presentan:
1.. La sátira política. En realidad, se trata de una tautología. La sátira es, en esencia, política, dado que ésta llega en sus consecuencias a todos los rincones. Tanto es así que para algunos teóricos existe una vinculación conceptual entre asunto político y composición satírica.27 El objeto está claro: la oposición al poder, utilizando la forma literaria como elemento comunicador de ideas contrarias al sistema establecido. En nuestra Colección predominan las cuetiones políticas relacionadas con la institución universitaria y el estamento eclesiástico, dado que, como ya ha quedado dicho, la documentación procede fundamentalmente, como hemos visto, de jesuitas expulsos y dominios exclaustrados. En este orden, están frecuentes:
“Observe el gobierno de la Corte,
Y verasse reinando la codicia,
Verán a esquilache sin más nortes
Que su negro interés o su codicia”;28
b.. La condena de personajes políticos y la crítica institucional. Son frecuentes, por un lado, la censura a los políticos, poniendo de manifiesto sus errores y defectos, y por otro la crítica a las instituciones. Cualquier acontecimiento, por muy anecdótico que pueda parecer, es aprovechado por la forma satírica. Véase el siguiente caso donde se expone lo que debiera ser el Gobierno de la Monarquía y no es:
“Gov[ier]no de la Monarquia
Cobran y administran con buena quenta,
No dar a quien por si no lo merece,
No quitar lo que al otro pertenece,
No permitir que el premio pare en venta.
Pagar las deudas que el descuido aumenta,
Reformar todo gasto que empobrece,
Tener en lo que más justo parece
Providencia prudente y no avarienta.
Fuerzas de mar y tierra sin tardanza
Mantener en honor a la milicia
Aumentar la crianza y la labranza.
Desterrar de raíz toda malicia
Fomentar a el coercio la ordenanza,
Y sobre todo practicar justicia”.29
c.. La crisis del Reino y su imagen exterior. Hemos encontrado algún ejemplo con los efectos negativos procedentes de la comparación establecida entre el presente de la Monarquía Hispánica y el de otros lugares. La conciencia de crisis, en terminología de Hazard30, se incrementa especialmente cuando se constata lo perdido y la contrariada humillación de España:
Puntuación p[ar]a la Historia de España
Del presente siglo
El Rey Fernando la muerte,
De Portugal la Campaña
Los Espelidos de España
Y de la Habana la suerte
De Gotier la armada fuerte
De los Papas la questión,
Del Gran Maris31el cañón,
La Sonora el terremoto
Losulina, alborotos
De Argel la expedición.
Los sabios a la violeta
Los sombreros de tres picos
La Grandeza entre los chicos
La libertad de bragueta
La religión de chufleta
La educación popular
Nuetro pacto familiar.
De italianos la gravilla
El militar con golilla
Y el golilla, militar.
En España, por fabor
A el patricio se permite
A el estrangero se admite
Y procura el Rey su honor
Tiene a Francia alrededor
Por derecha a un Ginovés,
Por izquierda a un
Yrlandés, Ytalianos por detrás
Por delante más y más
Y e español a sus pies.
Ambicioso a mandar
Retirarse a buen bivir,
La tropa destruir
La trinchera no formar,
La romana ultrajar
Aluzinarse en la acción
Ademán con turbación
Calzan a quien le pareze
Callar a quien le mereze
Vozes pide el remolón”.32
d.. Crítica a nobles y eclesiásticos. La censura a los personajes pudientes de la sociedad es bastante frecuente, tal y como hemos podido apreciar ya. La crítica se esmera especialmente con aquellos personajes a los que se les achaca de manera particular las dificultades demostradas. Así, mediante la sátira, se comunica a la sociedad barroca la idea de crítica y exclusión social como uno de sus semblantes determinantes.33
“De un intrus Monarcha y sin talento,
De un Osma sin conciencia y un Roda tirano,
De un Esquilache injusto y avariento,
De un tributo anual Napolitano,
De un Campomanes o fiscal cruento,
Cómo a España no libra mano excelsa?”34
2.. Los conflictos religiosos. Dada la procedencia conventual de nuestros documentos es obligado establecer un apartado propio para esta temática. Sin detenernos en su explicación, dado que ello comportaría mayor extensión de la aquí disponemos, son muy frecuentes entre nuestros documentos los conflictos entre religiones -Jesuitas y Dominicos por ejemplopor diferentes y complejos motivos: asuntos de doctrina moral, descripciones de fiestas, imbricaciones políticas, etc. En nuestro caso, son especialmente predominantes los ataques y defensas a los Jesuitas.
Veamos algunos ejemplos
[fol. 77] “Gemidos de España35
Porqué lloras tanto triste Monarchía?
Con razón mi lamento ha suerte extraña!
Porque veo a mi amada Compañía
Con furor perseguida, encono y saña.
Porque se augmenta la heregía
Por Osma introducida en n[uest]ra España;
Y miro al Señor Carlos III
Un Rey atheista, un Rey frailero.
Observe el gobierno de la Corte,
Y verasse reinando la codicia,
Verán a esquilache sin más nortes
Que su negro interés o su codicia;
Miren de Osma su frailesco porte,
Su moral, su conciencia y su justicia;
Y así q[u]e se dehonrre no es extraño
El nombre de Jesús en su rebaño.
De Molina el sistema verdadero
Libre de los errores de Agustinos,
Y de Jansenio acusador severo,
Y a España con sacrílego destino
Intenta sepultarlo en el carnero.
Ay de ti España! Q[u]e a lo que immagino
Quando tiendan sobre ti la vista
Mirarán a un España jansenista.[fol. 77v.]
Oy en el todo España relajada
Aprecian la doctrina extravagante
Los centones[¿] de Cano, la ensalada
Libertina, satírica, arrogante,
A Concina celebrada, gran bobada!
Herege, rigorista y flagelante
Y alaba a Thomás; nadie lo ignora,
Aunque saque la Virgen pecadora.
De Baio, de Jansenio y de Calvino
El impío Beati su sistema forma
No es de Beite ageno este camino,
Ni de Nouris[sic] que a entrambos da la norma.
Lutero también fraile Agustino
En España establece su reforma,
Y ya enseña a la escuela Agustiniana
Las sectas calvinista y luterana.
Que a Palafox declaren por Beato
En lo que sé, a los frayles alpargatos,
Y a España saldrá nada varato
El apoyo de tantos disparates.
Qué deminio de a todo garabato
Tendrán con sus frayles sus dislates?
Si será Palafox algún retoño
De los frayles y monjas de Logroño?
O q[ue] se forme en España un tribunal
De frayles y s[eñor]es de manía:
No son diezmos el punto principal
Sólo si perseguir a la Compañía,
No quieren a sus Roxas por fiscal
Que a él no sufre tan grande picardía [fol. 78]
Más tu roxas (o justo Presid[en]te!)
A pesar de la embidia, tente, tente.
Oy ya para las mitras se propone
No al que libre la Cámara quisiera,
Sino al que benemérito supone
De roda y Osma, el arte lisongera:
Al que siendo tomista más se encone
contra la religión más verdadera,
Debiendo el que pretende ser tomista,
O un acreditado jansenista.
La sangre de Esquilache, aunq[u] villana
Con la de roda y Osma sus iguales
Con providencia más que soberana
Arruina vasallos y caudales.
No se extrañe la furia americana,
No se acriminen sus naturales
Pues si a España no manda su nobleza
No es mucho que te duela la cabeza.
Ya el Mercurio de España alucinado
Vitupera (qué honra!) la S[an]ta Sede,
Ya contra los de Ignacio envenenado
Con libertad sacrílega se excede,
Cómo la Yglesia sufre este atentado?
Cómo así en España esto sucede?
Si el Papa y Compañía van ahora
Que corran no es extraño igual fortuna.
De un intrus Monarcha y sin talento,
De un Osma sin conciencia y un Roda tirano,
De un Esquilache injusto y avariento,
De un tributo anual Napolitano,
De un Campomanes o fiscal cruento,
Cómo a España no libra mano excelsa?
Ni España registrara sus annales
Con veneno quitara tantos males. [fol. 78v.]
Quando se vee la iglesia perseguida,
O alguna de sus ramas despreciada,
Es opinión de doctos mui seguida
Sino basta y prudencia moderada,
Se puede con cautela prevenida
Matar por causa tan sagrada,
Pues matar al tirano no es locura,
Que es opinión probable y mui segura”.36
Son frecuentes los ataques a los Jesuitas:
“Despierta de mi amada Monarqchia:
Pues te acomete con fiereza extraña
Una infiel alevosa Compañía,
Mira que con cruel furiosa saña
Pretende introducirte la heregía.
Lo catholico pretende hurtarte, España:
Y negando la fe de Carlos Tercero
La religión le insulta por frailero.
Despierta y mira ya asaltar tu Corte´
El tirano furor de su codicia,
Que de esta Compañía es único norte:
Oye informar es religioso porte
De Osma: porque, prudente y con justicia,
(por más que la embidia sade[sic] y corte)
Moral no quiere de la Yglesia extraño,
Ni pastores que dañen su rebaño.
Destruir el sistema verdadero
De un Thomás, ángel puro, y de Agustino,
Es su fiel Thema[sic] con rigor severo [fol. 75v.]
Alzar sacrílego a Molina es su destino
Sepultando a la Yglesia en el carnero.
Jansenistas los llama; ymagino
Que es España y a honor ser a su vista
Con Thomás y Agustino Jansenistas.
Viendo tan al principio relajada
La sociedad por genio extravagante
De Laynez, que hizo una ensalada
De sus reglas, soberbio y arrogante.
Discreto los juzgo (no es bobada)
Nuncio del anticristo flagelante
Contra el ángel Thomás: pues nadie ignora
Que doctrina a él contraria es pecadora.
Venerando a Lutero y a Calvino
Impía esta Compañía ayrada forma
Con astucia infernal nuevo armiño
Al plan que señalo con infiel norma
De Pelagio el Carbón contra Agustino:
Y queriendo pagana hacer reforma
E la christiana Escuela Agustiniana
La calvinista ampara y luterana.
Porque a Palafox pretenden por Beato
Burla la sociedad a los alpargates,
Queriéndolo meter todo a varato.
Deje artificios, deje disparates,
Mire que ya no sirue el garabato,
Conque ha ido enrredando sus dislates [fol. 76]
Deje ya a este apostólico retoño
Deje ya (pues es Sodoma) a Logroño.
Si de Liozbel en negro tribunal
Contra Thom´ss ardiendo en su manía,
De l gracia el sistema principal
Acusara la injusta Compañía:
Todo el infierno haciendo de fiscal,
Al oir tnta infamia y picardía,
Dirían absortos con su Presidente
Blasfema Compañía, calla, tente.
Embidiosa al teatro se propone
La altiva Compañía que quisiera
Fuese merito solo, el que supone,
Para obispos caterva lisongera
De sus clientes; pero (aunque se encone)
De Osma, roda y Rey la verdadera
Doctrina y religión, buscan tomista
Que es la christiana no Jansenista.
Bárbara sociedad, infiel villana,
Que altiva con trayciones sin iguales,
Siempre al alzarte soberana
Del mundo contra Dios: por tus cauales
Ususpas [sic] con provincia americana
A España sus vasallos naturales,
Teme tu ruina, porque el rey y nobleza
Qutaron de ambis mundos tu cabeza [fol. 76v.]
El mercurio nos abla alucinado
Ni contra Ignacio ni la Santa Sede:
Dice, adevertido sí, que envenedado
El genio jesuítico se excede
Cada día con un nuevo atentado;
Y ellos para taparse (así sucede)
Hacen su causa con la Yglesis una,
Y el no tenerlos, fuera su fortuna.
Bien pudiera contar que sin talento
Llaman al Rey intruso, y con tirano
Artificio, sobervio y avariento
De ambicioso al Marqués napolitano,
Con otros culpa su rigor cruento,
Porque no quieren oro en otra mano,
Y esta ambición. Leyendo sus anales´
Ha causado en España tantos males.
Si quando la Yglesis está perseguida,
O la religión se halla despreciada,
La opinio de esta sociedad seguida
Fuera justa, o al menos moderada,
Tuviera yo ponzoña prevenida
Para ella. Pues, qué causa m-as sagrada,
Para acabar su vida y su locura,
Qie a la Yglesia en su feee dejar segura?”37
3.. Otros asuntos circunstanciales y anecdóticos. El hecho de que la sátira distinga lo circunstancial como posible asunto satírico explica cómo su confección es una simple adaptación comunicativa de la cultura del momento. Naturalmente, todo es factible de ser tratado con sarcasmo. La circunstancialidad barroca -en su pleno sentidodebe ser criticable y comunicada antes de que el tiempo las modifique.38
CONCLUSIONES
Una vez llegados a este punto, podemos concluir con tres apreciaciones:
La sátira política resulta ser una fuente de extraordinaria relevancia para los estudios de la comunicación política durante los siglos XVII y La crítica, la cualidad aleccionadora y el humor son propiedades sustanciales para que la sátira sea un dispositivo comunicativo de primer orden, ocasionándose que los mensajes se difundan de forma rápida y eficaz. Como resultado de todo ello, la sátira es, como decía el profesor Maravall, un instrumento para la confección de una cultura dirigida, urbana y masiva.
La Colección de P.V. del A.U.S.A. es una colección facticia que, dado su interesante conjunto documental, inédito en gran medida, merece ser consultada por investigadores no sólo vinculados a la historia universitaria, sino también por estudiosos de otras especialidades. En este sentido, hemos hallado una interesante gama temática que se corresponde con un interesante conjunto documental, inédito en gran parte, y que merece ser consultado por especialistas de los estudios satíricos para los siglos XVII y XVIII.
Los asuntos eclesiásticos y los asuntos políticos, que en la mayoría de las ocasiones se muestran de forma entreverada, son los prioritarios en nuestra colección. Ello es fruto de la procedencia de nuestra colección, proveniente de los jesuitas expulsos del s. XVIII y de los dominicos de San Esteban exclaustrados en el s. XIX. Ambos fondos fueron ubicados en la Universidad de Salamanca, acabando muchos de ellos en la Colección de P.V. mezclados con otras procedencias.