Anexo 2
Texto en español
El comercio internacional, ¿una amenaza para los tiburones?
Jorge Álvarez Romero, Eréndira García Núñez, Sandra Soriano
Los tiburones han habitado los mares del mundo desde hace 350 millones de años, antes de la aparición de reptiles, aves o mamíferos sobre la tierra, y se han mantenido hasta nuestros días prácticamente sin cambios, perfectamente adaptados a su medio natural. en la actualidad existen cerca de 450 especies en el mundo, de las cuales cerca de 90 existen en México y forman parte de la gran riqueza biológica que nos identifica como uno de los 12 países megadiversos del mundo.
Desafortunadamente, hoy se encuentran amenazados, ya que gran parte de las especies y poblaciones de tiburones en el mundo han sido sobreexplotadas y algunas han disminuido de una manera tan drástica que podría llevarles varias décadas recuperarse. cuando se piensa en la lenta tasa de crecimiento y el bajo potencial reproductivo de los tiburones, su intensa explotación resulta preocupante. Muchos tiburones son capturados sin haber tenido la ocasión de reproducirse y con frecuencia dentro de las áreas en las que se reproducen.
Esta explotación desmedida se debe principalmente a que los tiburones representan un recurso pesquero muy importante de subsistencia y de alto consumo local para numerosos países. México es un buen ejemplo de ello ya que aproximadamente el 90 por ciento de las capturas son destinadas al consumo interno. no obstante, numerosas especies han sido también ampliamente comercializadas internacionalmente y es en este sentido que el comercio entre las naciones se incorpora como un factor adicional de riesgo para las vulnerables poblaciones de estos animales.
Un buen ejemplo de productos de tiburones que entran al comercio internacional son sus aletas que tienen una gran demanda en la cocina tradicional asiática. aunque su calidad y precio varían según su tamaño y la especie de tiburón, un kilogramo puede alcanzar los cien dólares. tan sólo en México, las exportaciones de aletas ascienden a más de 1 50 toneladas, reportando ganancias cercanas a los 2.5 millones de dólares en un solo año; aun así, estas cifras representan un porcentaje mínimo del mercado mundial. entre las especies más apreciadas por la demanda de sus aletas están los tiburones ballena o el aleta de cartón, debido a su gran tamaño. los mayores exportadores de este producto son Japón, china (se incluye Hong Kong), estados unidos y México.
Normalmente, las aletas son un producto secundario pues los tiburones son pescados principalmente por su carne. no obstante, la gran demanda ha contribuido a que exista pesca dirigida exclusivamente a las aletas. esta actividad, conocida como "aleteo", consiste en cortar las aletas a los tiburones y desechar el resto del cuerpo, por lo que fácilmente puede afectar a las poblaciones al capturarse un número apreciable de ejemplares. esta práctica está prohibida en la mayoría de los países pero sigue ocurriendo de manera ilegal en aguas internacionales y patrimoniales de varios países. afortunadamente, en México el aprovechamiento de los tiburones es realizado tradicionalmente de manera integral.
Además de las aletas, las pieles de los tiburones azul, tigre, mako, martillo y gatas, son apreciadas en la industria peletera internacional para la manufactura de calzado, carteras y cinturones. De hecho, una parte importante de las exportaciones de México consiste en la venta de botas de estilo vaquero, confeccionadas con piel de tiburón en algunas ciudades fronterizas mexicanas. la demanda por estos productos está concentrada en estados unidos y algunos países de la unión europea, especialmente españa, Holanda, alemania y Francia.
Las importaciones, aunque menores, también figuran en los registros comerciales, teniendo proveedores como estados unidos y algunos países de centroamérica. las pieles, al igual que las aletas y otros productos como el cartílago y el aceite extraído de sus hígados (históricamente muy importante como fuente de vitamina e), son también productos derivados de las pesquerías de tiburón y se comercializan en todo el mundo.
El comercio de tiburones vivos para acuarios, aunque mucho menos común, también se realiza en México. las principales especies de tiburones y rayas que se capturan en México con fines ornamentales son generalmente de movimientos lentos que viven en el fondo (como algunos tiburones gata y varias especies de rayas) o que se adaptan fácilmente a las condiciones del acuario. es el caso de los tiburones leopardo.
Sin embargo, son muy apreciadas las especies grandes y más llamativas, como el tiburón martillo común y los tiburones toro, el tiburón tigre, el tiburón tigre de arena, el tiburón limón e incluso el tiburón ballena que, por su tamaño, modo de vida y temperamento, difícilmente se adaptan a un acuario. la captura de tiburones con estos fines está dirigida en muchos casos al mercado internacional.
Algunos tiburones son disecados y comercializados como trofeos de pesca deportiva, entre ellos el tiburón azul, el mako e incluso el blanco, especies veloces y resistentes apreciadas por el sector recreativo. Finalmente, dientes y mandíbulas son comprados comúnmente como recuerdos turísticos. en el caso de especies como el tiburón blanco, pueden ser considerados como piezas de colección y alcanzar altos precios. una mandíbula de un tiburón blanco de Gansbaai, sudáfrica, recuperada recientemente después de haber sido robada, fue valorada en 50 mil dólares. las mandíbulas pequeñas se pueden vender hasta por 15 mil dólares, y los dientes individuales de los tiburones pequeños por 600.
Cada día hay más consenso acerca de la necesidad de reforzar la normatividad nacional y vincularla con los programas de conservación y los instrumentos de regulación comercial en el mundo. esto implica reconocer que el comercio internacional es un factor de riesgo adicional para los tiburones y, por lo tanto, que es necesario incorporar su regulación en el diseño de estrategias de manejo y en los programas de conservación en México.
Al mismo tiempo, es fundamental identificar las especies de tiburones más vulnerables y aquellas que pueden ser afectadas por el comercio internacional para tomar las medidas de control necesarias y asegurar así su conservación en el largo plazo. Fuente original: www.jornada.unam.mx