1. Introducción1
La idea que supone gobernanza global ha sido notablemente fecunda. Antes de la década de 1990, el término apenas se usaba; apareció de manera fugaz en algunos escritos académicos, pero rara vez fue objeto de estudio ininterrumpido. Hoy por hoy, la situación no podría ser más diferente. Como han dicho Michael Barnett y Raymond Duvall, el concepto parece haber “alcanzado casi [el estatus] la condición de celebridad”, al convertirse en “uno de los temas centrales de orientación en la práctica y el estudio de los asuntos internacionales”.2 Se discute en los niveles más altos de gobierno, los académicos escriben artículos y libros sobre el tema, y define las carreras académicas. Los cursos sobre gobernanza global son comunes y muchas universidades también ofrecen maestrías y doctorados en la materia. Hay talleres, conferencias y revistas -entre las que se incluye, por supuesto, Global Governance: A Review of Multilateralism and International Organisations-. Y, según un recuento, hay más de 20 centros universitarios, al menos 11 importantes programas de investigación y cinco fundaciones y centros de estudio que orientan su trabajo hacia este tema.3 Sólo unas pocas ideas en las ciencias sociales han dado lugar a un campo tan amplio de esfuerzo académico en un periodo de tiempo tan corto.
En vista del enorme interés en la gobernanza global, no debería sorprender que se hayan realizado numerosos esfuerzos para trazar de forma pormenorizada la evolución del concepto en el trabajo académico y, en algunos casos, para proponer formas de “repensar” su uso.4 Tales estudios han rastreado su florecimiento en la década de 1990 y explorado la forma en que los investigadores solían emplearlo. Muchos han advertido la falta de consenso sobre un significado preciso del término. Algunos han tratado la gobernanza global como un fenómeno nuevo que puede ser objeto de análisis científico social. James Rosenau lo definió como “sistemas de gobierno en todos los niveles de la actividad humana -desde la familia hasta la organización internacional-, en los que la búsqueda de objetivos mediante el ejercicio del control tiene repercusiones transnacionales”.5 Mientras tanto, otros han considerado la gobernanza global como una nueva perspectiva que destaca diversas formas de autoridad y procesos transnacionales, y han concebido conceptos y lenguaje que pueden contribuir a dar sentido a la política mundial contemporánea.6 En la mayoría de los casos, se trata de ambas cosas: un conjunto de herramientas e ideas interrelacionadas para analizar los patrones novedosos de cooperación transfronteriza que han ido surgiendo desde principios del siglo XXI.
Sin embargo, si bien ha habido muchos estudios sobre la gobernanza global en los últimos 30 años, pocos han estudiado los patrones de investigación y publicación sobre el tema.
Esto es mucho más sorprendente, ante todo por el grado en que la investigación sobre la gobernanza global se ha institucionalizado con el tiempo. Los estudios de mayor realce introspectivo que se han publicado han sido de enorme valor para vincular el trabajo realizado en diferentes áreas, para promover el pensamiento y para reorientar el trabajo académico. Pero, inevitablemente, se enfocan en una variedad reducida de temas, en problemas particulares y en los escritos de algunos académicos prominentes. En última instancia, se preocupan por la evolución de las ideas, no por las prácticas académicas como la investigación y la enseñanza. Como resultado, nos dicen poco acerca de cómo se estudia y enseña realmente la gobernanza global en el mundo, y sólo ofrecen respuestas provisionales a preguntas de carácter fundamental sobre la relevancia académica, el rigor y la inclusión. En la disciplina de las relaciones internacionales (RI), un número creciente de estudios ha hecho esto mismo. El proyecto de Enseñanza, Investigación y Política Internacional (TRIP, por sus siglas en inglés), por ejemplo, ha ido rastreando las prácticas académicas en RI, lo que le ha permitido revelar tendencias que pueden acogerse con júbilo, pero también otras que provocan desasosiego.7 Sin embargo, estas tendencias sólo hablan indirectamente de la investigación sobre la gobernanza global en particular.
En este artículo, nuestro propósito es ofrecer un panorama integral del estudio de la gobernanza global que pueda suscitar discusiones bien fundamentadas sobre la historia de este campo de estudio, su forma actual y su dirección en el futuro. Para hacerlo, presentamos los hallazgos de una nueva base de datos de artículos de revistas revisados por pares que afirman examinar la gobernanza global o que adoptan una “lente” de gobernanza global con el fin de investigar la política en el mundo. Ello nos proporciona una muestra ampliamente representativa de todos los artículos publicados sobre el tema y nos permite elaborar patrones pormenorizados de gran sofisticación en el susodicho campo. Al hacerlo, nos hemos centrado en tres preguntas esenciales: ¿cómo ha variado la publicación a lo largo del tiempo?, ¿en qué temas se han centrado los estudiosos? y, por último, ¿quiénes han estado publicando en el ámbito particular que nos interesa? La primera de estas preguntas se concentra en el flujo y reflujo de la investigación: ¿cómo ha evolucionado a lo largo de diferentes periodos? La segunda, en los temas que se han estudiado: ¿cuáles son los predilectos entre los investigadores y cuáles los menos atendidos? La tercera tiene por propósito evaluar cuestiones más amplias de inclusión en este ámbito: ¿de quiénes son las voces que normalmente se escuchan?
Todas ellas son preguntas de primer orden que reflejan problemas persistentes en la investigación académica. Para los estudiosos de la gobernanza global, la forma en que ha evolucionado la erudición se relaciona con cuestiones de relevancia académica. Ciertamente, no hay duda de que escribir sobre el tema es una actividad que ha ido en aumento desmedido desde la década de 1990. Pero ¿cuánto se ha publicado y, además, acaso se ha logrado mantener el interés por la gobernanza global desde entonces? Éstas son preguntas especialmente importantes en la actualidad. Muchos han atribuido el crecimiento inicial de la investigación al momento único, posterior a la Guerra Fría, cuando las oportunidades para revitalizar la cooperación internacional alcanzaron nuevas cúspides.8 Hoy, sin embargo, ese momento parece haberse desvanecido. Ahora, el estancamiento, la competencia entre las grandes potencias, el orden liberal en declive y la resistencia populista al “globalismo” son causas de gran preocupación.9 Uno podría preguntarse razonablemente, por lo tanto, si el concepto de marras ha seguido siendo relevante en este nuevo entorno. ¿Han llevado los cambios mundiales a una disminución del interés en el tema o reducido el uso de la gobernanza global como “lente” para observar la política mundial? O bien, alternativamente, ¿ha demostrado el interés ser resistente y se ha vuelto, tal vez, aún más destacado? Observar las tendencias de publicación puede ayudarnos a responder esta pregunta sobre la vitalidad del campo en cuestión.
Nuestro interés en la segunda y la tercera pregunta estuvo motivado por preocupaciones sobre las prioridades académicas y la inclusión. Muchos estudiosos de RI han planteado diversas preguntas sobre la “globalidad” de la disciplina y sobre los sesgos en los tipos de temas en que los académicos suelen concentrarse. El proyecto TRIP, por ejemplo, ha revelado una discrepancia entre los temas que los académicos consideran los desafíos de política exterior “más importantes” y los que cubren revistas académicas destacadas.10 Amitav Acharya, Barry Buzan, Evelyn Goh y otros también han hecho poderosos llamados para que la disciplina amplíe sus horizontes y dé prioridad a temas de relevancia más allá de “Occidente”, e incluya una diversidad más amplia de casos y voces.11 Las críticas que subyacen a tales llamados encajan con las preocupaciones generalizadas sobre la discriminación por motivos de raza y género en RI.12 Nos preguntamos, por lo tanto, si estas dinámicas pueden encontrarse también en el estudio de la gobernanza global. En cierto sentido, al romper con las categorías tradicionales de RI y ofrecer una perspectiva “global”, podríamos esperar que la investigación sobre gobernanza global sea más sensible a preocupaciones más amplias y más inclusiva que la propia disciplina de RI. Al mismo tiempo, puesto que los estudios sobre el tema se han ubicado de manera fundamental en RI, es plausible que tales patrones simplemente se reproduzcan en este otro ámbito.
En la siguiente sección, nos concentramos en situar este proyecto y explicar nuestro enfoque para la recopilación de datos. Las siguientes tres secciones explican lo que nuestros datos sugieren acerca de las preguntas descritas anteriormente. En general, encontramos que la investigación sobre gobernanza global ha crecido de manera considerable y que el concepto se ha adaptado para estudiar fenómenos en numerosas áreas temáticas. La academia también ha respondido a importantes acontecimientos internacionales, como el 11 de septiembre, la crisis financiera de 2008 y la crisis migratoria, lo que sugiere que las ideas de gobernanza global han sido útiles para explicar muchas tendencias contemporáneas. Nosotros mostramos, sin embargo, que el campo es algo desigual. Un aspecto positivo de ello es que tales ideas parecen haber sido útiles para analizar algunos temas apremiantes que en RI se han venido descuidando de algún modo, incluidos el medio ambiente y la salud mundial, en los que particularmente pueden diseñarse novedosos acuerdos de gobernanza. Sin embargo, también hay omisiones, quizá porque tales acuerdos son menos generalizados en otras áreas y porque las ideas asociadas no son del todo adecuadas para comprender su dinámica: el trabajo sobre seguridad internacional, verbigracia, ha sido un importante centro de atención de los académicos de RI, pero no está bien representado en la bibliografía especializada. Por último, pero en estrecha relación, encontramos que aquellos que se han comprometido más con la investigación de la gobernanza global son algo distintos: corresponden cada vez menos a la región estadounidense y es más probable que su sector esté poblado por mujeres, por ejemplo. Sin embargo, la diversidad geográfica sigue siendo escasa. De hecho, la investigación sobre la gobernanza global no es fundamentalmente global.
En la sección dedicada a las conclusiones, fijamos nuestra mirada en el futuro, describiendo algunas de las próximas preguntas y acciones a que los investigadores y líderes académicos deberían dar prioridad. Hacemos un llamado a los investigadores para que reflexionen sobre los tipos de temas y los académicos que históricamente han sido incluidos y excluidos de los debates sobre gobernanza global, los factores que han limitado la diversidad en nuestra comunidad y qué se podría hacer para promoverla en el futuro. Sin embargo, en última instancia, nuestro propósito no es dar soluciones definitivas, sino iniciar una conversación que rara vez ha tenido lugar en este campo, pero que es urgente y necesaria.
2. El estudio de la gobernanza global bajo escrutinio
En las RI, un engrosado número de estudios, el cual aumenta cada vez más, ha comenzado a analizar sistemáticamente las tendencias en la enseñanza y la investigación académicas. Mediante bases de datos de artículos publicados en revistas, encuestas de profesores, recopilaciones de planes de estudios, entre otras fuentes, han proporcionado cada vez más una imagen cabal de las prácticas académicas.
Algunos de los estudios mejor elaborados a este respecto pertenecen a académicos asociados con el proyecto TRIP, el cual ha venido explorando ciertas tendencias disciplinarias desde 2003. Sin embargo, muchos otros han recurrido a enfoques semejantes para discernir patrones en subcampos como la seguridad internacional, el medio ambiente mundial, la política y la economía política internacional, o las diversas tendencias en regiones y países concretos.13 Gracias a que han tratado numerosos problemas, nuestra comprensión de la disciplina se ha ampliado considerablemente. Dichos análisis, además, han permitido a los académicos explorar, entre otras cosas, preguntas sobre las prioridades y los métodos académicos, sobre la enseñanza y el aprendizaje en los niveles de pregrado y posgrado, y sobre la discriminación por raza y género.
A pesar de su aparente crecimiento e institucionalización durante los últimos 30 años, el estudio de la gobernanza global ha procedido de manera negligente. Aquellos que han hecho un balance de la investigación tienden a ofrecer revisiones de las ideas principales y de los temas en constante cambio, de lo cual han proporcionado imágenes útiles pero, en última instancia, algo impresionistas, de las predisposiciones de la investigación. Los estudios, como los de Thomas G. Weiss y Rorden Wilkinson, nos indican las innovaciones pioneras más importantes y han hecho llamados poderosos para repensar las ideas esenciales. Al hacerlo, a menudo han insinuado patrones más amplios de investigación y publicación.14 Pero, básicamente, sólo ofrecen panoramas de lo que ha venido sucediendo. Podría decirse que solamente algunos pocos estudios realizados por los editores de Global Governance a principios de la década de 2000 han ofrecido algo más cercano a una visión sinóptica.15 Sin embargo, su intención era principalmente dar información de las prácticas editoriales al comparar la publicación en Global Governance con revistas como International Organization e International Affairs. Los datos recopilados fueron, en consecuencia, de alcance por demás reducido y el último se publicó en 2005. En la actualidad, entonces, los estudios que tenemos son anticuados y están limitados en cuanto a su capacidad para iluminar las prácticas académicas.
Nuestro propósito en este artículo es ofrecer un panorama completo de la publicación académica que ofrezca información de las discusiones sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestro campo de estudio. Lo hacemos mediante la configuración de una base de datos de artículos publicados en revistas donde la gobernanza global aparece como un objeto explícito de análisis o se emplea como una lente analítica para comprender la política mundial. Ello se hizo combinando los resultados de búsqueda de dos bases de datos de artículos publicados en revistas: Scopus y Proquest. Ambas, en cuyo seno incluyen decenas de miles de revistas, proporcionan catálogos completos de artículos académicos junto con otras fuentes, como libros y periódicos, en numerosos idiomas. En cada caso, realizamos una búsqueda de artículos que incluyeran “gobernanza global” o una variante del término cercana a un dominio específico, ya fuera en su título, resumen o lis de palabras clave.16 La ubicación del término en estos lugares sugiere que la gobernanza global constituye el meollo de un análisis o que un trabajo se basa en tal concepto como dispositivo de encuadre dominante, y que probablemente hace uso de conceptos asociados para “observar” la política mundial. Limitamos nuestra búsqueda a los años entre 1975 y 2019 y nos concentramos sólo en aquellos artículos revisados por pares. Luego, los resultados se fusionaron, se eliminaron los duplicados y verificamos los resultados con mucha minucia y de forma manual, para después eliminar los artículos que aún no coincidían con nuestros criterios.
Esta pesquisa arrojó un conjunto de datos que contiene 5012 artículos de más de 100 revistas. En la figura 1 se hace una lista de las publicaciones más importantes y del número de artículos editados sobre el tema que nos atañe. Ciertamente, éste no es todo el “universo” de artículos sobre el tema. De hecho, nuestro enfoque tiene algunas limitaciones. En primer lugar, muchos de éstos pueden tratar sobre “gobernanza global” o ser relevantes de alguna manera, pero no usan el término o una variante específica del dominio. En cambio, pueden usar términos como “gobernanza transnacional”, “orden mundial” u “organización internacional”, que inevitablemente se filtran a través de nuestra “red”. En segundo lugar, si bien los libros y los capítulos de libros también han sido medios importantes, éstos no aparecen aquí. En tercer lugar, aunque los artículos en el conjunto de datos están escritos en muchos idiomas y provienen de todas las regiones, podría haber un sesgo hacia aquellos que se han elaborado en América del Norte y en Europa occidental por estar mejor documentados en los conjuntos de datos subyacentes o por haberse publicado en inglés. Y, por último, puesto que nuestro enfoque diverge de los esfuerzos anteriores, como el proyecto TRIP, que se dedica a examinar los “artículos de RI” en un conjunto modesto de revistas académicas de alto perfil, las comparaciones directas, aunque siguen siendo ilustrativas, han de valorarse con cierto grado de precaución. Estas consideraciones deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados. Sin embargo, la técnica en la que nos basamos logra captar un panorama cabal y probablemente bastante representativo de todos los artículos publicados hasta la fecha que, de forma directa, están más relacionados con el estudio de la gobernanza global.
El grupo de datos en conjunto aporta información considerable sobre estos artículos. Algunos se derivan de las bases de datos subyacentes: fechas de publicación, nombres de autores, afiliaciones, etcétera. Estos elementos se completaron luego con nuestra propia codificación. En primer lugar, codificamos las ubicaciones de los países de autores principales, en función de sus afiliaciones en el momento de la publicación. En segundo lugar, codificamos el género de los autores principales.17 En tercer lugar, identificamos el área temática “principal” de cada artículo. Esto último se llevó a cabo utilizando una lista de palabras clave derivadas de las variedades específicas de dominio que registramos correspondientes a la gobernanza global. Con todo ello realizamos una codificación automatizada de las áreas temáticas en función de si una palabra como “océano” o “finanzas” aparecía en el título, en las palabras clave o en el resumen del artículo. Cuando se daban múltiples apariciones, la primera palabra que aparecía determinaba nuestra codificación preliminar. Casi todos los artículos se clasificaron de esta manera, aparte de una categoría residual de otros presuntamente “generales” que no recibieron ninguna otra codificación. Luego se verificó la codificación automática y se hicieron los ajustes de forma manual. En total, los ajustes se llevaron a cabo en menos del 20% de los casos. En la mayoría, esto simplemente implicó mover un artículo a una categoría más amplia; por ejemplo, de “económico” a “general” o de “silvicultura” a “medio ambiente”, si comprendía varios temas. Una vez que se determinaron estos dominios específicos, los organizamos en varios grupos generales.18
3. Exploración de patrones de investigación sobre gobernanza global
Estos datos permiten aspirar a una investigación más detallada de la gobernanza global de lo que ha sido posible hasta ahora. En principio, el conjunto de datos puede utilizarse para responder numerosas preguntas descriptivas y causales, varias de las cuales se describen en las conclusiones. Aquí ofrecemos los resultados que se relacionan con las tres preguntas iniciales que guiaron nuestros esfuerzos: ¿cómo ha cambiado la publicación?; ¿en qué temas se han centrado los estudiosos? y ¿quiénes han estado publicando sobre el tema? En estas tres se cifran las principales preocupaciones en RI y aún más. Por esa razón, nuestro propósito en los siguientes apartados es inquirir en ellas, en orden y con detenimiento. En cada apartado explicamos lo que dicen nuestros datos y reflexionamos sobre cómo éstos confirman o alteran los consensos sobre la naturaleza de la investigación.
3.1 El crecimiento de la investigación sobre gobernanza global
Para comenzar, examinamos la variación en el tiempo. Como dato anecdótico, por supuesto, sabemos que la publicación ha ido en aumento desde principios de la década de 1990. Pero tenemos pocos datos concretos sobre el flujo y reflujo de las publicaciones y sobre si la investigación sigue siendo relevante. Al comienzo de este proyecto, teníamos alguna razón para pensar que el interés en el tema podría haber disminuido y, con ello, también el número de publicaciones. Los patrones de publicación académica suelen, aunque no siempre, estar vinculados a acontecimientos externos que hacen que ciertos temas o formas de enmarcar ciertos proyectos resulten más o menos atractivos.19 Con la gobernanza global, específicamente, ha habido muchas concesiones de este tipo. El concepto a menudo se ha relacionado con el momento posterior a la Guerra Fría: cuando la disminución de las tensiones reforzó la cooperación, las instituciones más antiguas se revitalizaron y aparecieron muchas nuevas. Resulta lógico vincular el crecimiento de la investigación a estos hechos.20 Hoy, sin embargo, la cooperación parece haber declinado: las instituciones han estado en crisis y estancadas, y ha crecido la competencia entre las grandes potencias y el nacionalismo.21 El momento inicial que despertó el interés por este concepto parece que se ha desvanecido.
Si esto es así, ello pudo haber llevado a los académicos a adoptar formas alternativas de enmarcar las preguntas de investigación y de ver la política mundial. En consecuencia, podríamos esperar una disminución en la tasa de publicación. Nuestros datos revelan, sin embargo, que las cosas no han ido por ese derrotero. Los investigadores parecen haber respondido a los nuevos acontecimientos publicando más, y no menos, sobre un mayor repertorio de temas. Al respecto, considérese la figura 2. Muestra, en primer lugar, que la investigación sobre la gobernanza global se ha disparado. Antes de 1990, había pocos artículos. La primera entrada en nuestro conjunto de datos aparece en 1980, cuando John Ruggie publicó “Sobre el problema de la «problemática global»: ¿qué papel desempeñan las organizaciones internacionales?”, en Alternatives, una revista asociada con el Proyecto de Modelos de Orden Mundial (WOMP, por sus siglas en inglés).22Alternatives demostró ser una incubadora de ideas tempranas o prematuras. El término apareció principalmente en los trabajos de los investigadores de WOMP, quienes publicaron la mayoría de los primeros artículos en tal recinto pero, a final de cuentas, éstos fueron pocos y comparativamente asistemáticos. El total acumulado en 1990 seguía siendo de un solo dígito.
Después, la investigación sobre gobernanza global aumentó sustancialmente. Para 1999, aparecieron alrededor de 200 artículos. Pero fue sólo a principios del siglo XXI cuando los números realmente comenzaron a remontar el vuelo. En 2009, el número aumentó a poco más de 1000. Y una década después, en 2019, había más de 5000 artículos. En los últimos 10 años, entonces, los académicos han publicado casi cuatro veces más que en las primeras tres décadas juntas. En parte, esto simplemente refleja la tendencia editorial general. Hoy en día, hay más revistas y académicos que publican más artículos que nunca. Este crecimiento, sin embargo, sigue siendo significativo en términos comparativos. Por ejemplo, si observamos el número de artículos relativo a aquellos que trataron sobre “organización internacional” (alrededor de 22 000 en 2019), la proporción ha aumentado de menos de una décima parte en 2000, a más de una quinta parte del total.23 Podemos elegir diferentes puntos de referencia (“régimen internacional”, “orden mundial”, etcétera) y obtener resultados ligeramente dispares. Pero todos sugieren que la publicación ha crecido tanto en términos relativos como absolutos.
Dicho esto, si nos fijamos en las cifras, surgen dos hechos llamativos. En primer lugar, el uso de términos específicos de dominio como “gobernanza económica global” y “gobernanza ambiental global” se ha convertido en característica importante de la bibliografía especializada. En la figura 2, desglosamos las publicaciones anuales en las que se utilizan dichos términos (en naranja) y las que simplemente se refieren a la “gobernanza global” (en azul). Esto muestra que antes de 1999, “gobernanza global” era el término principal al que recurrían los académicos y aparecía en el 75 a 90% de todos los artículos. Desde entonces, sin embargo, la participación ha disminuido constantemente. En la actualidad, sólo el 55% de los artículos usan por sí solo el término más general.24 En segundo lugar, pero en estrecha relación con lo anterior, las cifras generales sugieren que la investigación no ha aumentado a un ritmo constante: en cambio, se ha caracterizado por tres “olas” de publicación.25 En concreto, podemos identificar una primera fase formativa que transcurre entre 1980 y 1998, en la que el número de artículos fue relativamente bajo, con una media de 7 por año; una segunda, entre 1999 y 2008, en la que se alcanza una nueva media anual de unos 104 artículos, y una tercera, de 2009 a 2019, en la que se publican más de 300 artículos anuales.
En conjunto, estos patrones conducen a dos conclusiones sobre la evolución de la investigación. La primera, que nuestro análisis proporciona alguna evidencia de relevancia académica y confirma en cierta forma los asertos de David Coen y Tom Pegram acerca de las diferentes “generaciones” de publicación académica sobre el tema.26 Ellos postulan que ha habido dos hasta ahora. En primer lugar, una generación inicial de “erudición portadora de indicios”, la cual llamó la atención sobre las transformaciones globales y creó nuevos conceptos para comprenderlas. Esto se corresponde en gran medida con la primera ola de investigación que identificamos, que usaba casi exclusivamente el término más genérico. Luego, Coen y Pegram sugieren que una segunda generación descubrió la relevancia de estas ideas y convirtió los primeros conocimientos en diferentes subcampos de estudio. Nuestros datos también confirman tal observación, ya que la proporción de artículos que usan términos específicos de dominio ha aumentado desde el inicio de la segunda ola que identificamos. Por último, Coen y Pegram han invocado a una tercera generación de investigación para que integre los conocimientos de diferentes campos. Pero nuestros datos sugieren, curiosamente, que ya estamos en medio de una nueva ola de publicaciones académicas.27
Nuestra segunda conclusión se centra en la forma en que la investigación ha mantenido su relevancia frente a las nuevas circunstancias mundiales. Durante la primera ola, los investigadores introdujeron nuevos conceptos y luego los aplicaron en una variedad de dominios. Ello habla del valor de estas ideas, y demuestra cómo han ayudado a los académicos a encontrarle sentido y vincular conversaciones que ocurren en áreas muy diferentes, las cuales han dado testimonio de ciertas transformaciones en la forma en que se manejan los temas. Pero si observamos los patrones que subyacen a las oleadas posteriores de publicación que identificamos, éstos también han convergido, con frecuencia, en varias fechas históricas mundiales. Descubrimos, por ejemplo, que hay repuntes en las áreas de investigación después de varios acontecimientos importantes: una oleada de publicaciones sobre seguridad mundial después del 11 de septiembre; sobre gobernanza económica mundial después de 2008; sobre gobernanza climática mundial alrededor de la cumbre de Copenhague, en 2009, y sobre migración después de 2014. Exploramos los temas específicos en que los investigadores se han concentrado en el siguiente apartado pero, el hecho de que los estudios hayan crecido a raíz de tales puntos de inflexión, difícilmente indica que el concepto se haya vuelto menos relevante con el tiempo. Más bien, sugiere que la academia ha respondido a ello, que ha buscado interpretar tales fenómenos y que ha evolucionado con un mundo que entró en una etapa de transformaciones significativas desde el cambio que motivó su desarrollo por primera vez a principios de la década de 1990.
3.2 La diversidad de los temas de investigación sobre la gobernanza global
Como hemos señalado líneas arriba, la gobernanza global se ha considerado simultáneamente objeto de análisis y “perspectiva” de la política mundial que difiere de los enfoques más tradicionales de las relaciones internacionales. Según Klaus Dingwerth y Philipp Pattberg, la idea de gobernanza global ofrece una “lente” única que puede “guiar nuestro análisis de los procesos políticos más allá del Estado”, al poner en primer plano novedosos acuerdos institucionales, diversas fuentes de autoridad y un repertorio de actores cada vez más amplio.28 El eminente número de artículos que ha tratado la gobernanza global, o que de una forma u otra ha adoptado esta perspectiva, como se describe en el último apartado, sugiere que para muchos académicos es valiosa la idea para enfocar los fenómenos que son de su interés. El creciente número de variantes específicas de dominio del término -contamos un notable total de 120- también atestigua su versatilidad, lo que demuestra que ha sido empleado por los académicos en muchas áreas temáticas. Pero ¿la idea de gobernanza global ha sido útil para explorar todas las áreas de la política mundial o su uso se ha restringido a unas cuantas? ¿De ser así, cuáles? Y quizás lo más relevante: ¿nos ha ayudado a estudiar temas de importancia genuinamente global?
Puesto que la investigación sobre la gobernanza global se encuentra en gran medida arraigada en las RI, resulta consecuente y natural que el campo de estudio siga el rastro de los mismos temas -y que, por tanto, sufra sesgos semejantes-. Si los mecanismos novedosos de gobernanza se distribuyeran de manera uniforme en todas las áreas temáticas y una “lente” de gobernanza demostrara ser igualmente útil, o igualmente popular, como herramienta para comprender la dinámica de tales áreas, entonces los dominios a los que ésta se aplica podrían simplemente reflejar los intereses subyacentes de los académicos de RI, proclives al estudio de la seguridad y de la economía política internacional (EPI), pero reacios al de materias como el medio ambiente, la salud, los derechos humanos y la migración.29 Sin embargo, éste no es necesariamente el caso. Aquellos que desempeñaron un papel en el desarrollo del concepto, como Rosenau, creían que era ampliamente aplicable.30 Pero si los actores no estatales, los procesos transnacionales y las nuevas formas de cooperación transfronteriza han aparecido con mayor frecuencia en ciertas áreas temáticas, entonces su valor puede variar. Donde sean menos preponderantes, o donde los intereses de investigación difieran, puede haber menos incentivos para usar esa “lente” que describen Dingwerth y Pattberg. Y, si es así, los patrones de investigación pueden resultar diferentes.
¿El estudio de la gobernanza global es único? Nuestros datos revelan un panorama diverso. De alguna manera, encontramos que lo es. La figura 3 muestra que la variedad de artículos más frecuente en el conjunto de datos se centra en cuestiones ambientales. Dichos estudios representan más de una cuarta parte del total y el número publicado cada año ha crecido constantemente, pasando de alrededor de 15% en 1995 a casi 30% en 2019. Por lo tanto, un área temática que ha sido marginada en RI es la más común entre la bibliografía especializada sobre gobernanza global. El caso de la seguridad es casi lo contrario. Como lo señalamos supra, la investigación en RI ha mostrado propender hacia esta área: en todo el mundo, la seguridad se encuentra entre los campos de investigación más comunes.31 Sin embargo, cuando se trata de gobernanza global, los artículos sobre seguridad son comparativamente limitados y representan sólo 6% en general. Su porcentaje de publicaciones anuales también ha disminuido con el tiempo y ha pasado de 10% en 2000 a 5% en 2019. Por lo tanto, parece haber diferencias entre la investigación sobre gobernanza global y el resto de las RI.
Dicho esto, hay formas en que la bibliografía refleja básicamente que en la disciplina más amplia se siguen ciertos patrones. Por ejemplo, después de los temas ambientales, los artículos sobre problemas económicos son la segunda variedad más común. Tomando en cuenta el 25% de todos los temas que han surgido, esto es sólo marginalmente más habitual que el 18-19% del profesorado de RI que, en promedio, y en todas las regiones, enumera la EPI como su campo de investigación primario o secundario.32 Y si nos limitamos a las cifras de América del Norte y Europa occidental, donde tradicionalmente se ha concentrado la investigación de RI, las proporciones son prácticamente idénticas. Varias áreas que han recibido relativamente menos atención en ri también parecen estar marginadas en la bibliografía sobre gobernanza global. Los artículos sobre migración y derechos humanos, por ejemplo, temas que se han caracterizado por ser relativamente periféricos en RI, son algunos de los menos comunes en nuestro conjunto de datos, ya que representan menos de 4% del total, aunque el estudio del primero ha ido aumentando desde que comenzó la crisis migratoria en 2014.
Esto tiene implicaciones importantes. En primer lugar, parece que el interés en la gobernanza global y en la utilidad de una “lente” propicia desde la gobernanza puede ser variable. Si observamos los artículos sobre temas ambientales, parece claro que los investigadores que trabajan en esta área han encontrado que el concepto es especialmente útil, tal vez porque captura de manera efectiva los tipos de fenómenos -organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones internacionales (OI), autoridad privada, etcétera- que se ven en esta área.33 Se podría argumentar que éste también es el caso de la salud global. Al igual que el medio ambiente, el tema de la salud se ha descuidado en gran medida en RI: en la encuesta internacional más reciente entre el profesorado adscrito al proyecto TRIP, menos de 1% en todas las regiones lo mencionó como su campo de investigación principal o secundario. Sin embargo, en nuestro conjunto de datos, se erige como el cuarto tema más estudiado y, seguramente, su posición aumentará aún más a raíz de la covid-19. Sin embargo, en otras áreas, la utilidad de esta “lente” es menos clara. Gran parte de la academia se enfoca en temas económicos pero los números, naturalmente, no son mayores de lo que vemos en el resto de la disciplina de RI. En tales casos, los conceptos de gobernanza global pueden ser útiles, pero no de manera particular. Y en otros, como el de la seguridad, hay poca evidencia de que los investigadores hayan encontrado útiles tales conceptos. De nuevo, ello puede estar relacionado con los tipos de fenómenos en que los académicos tienen interés (guerra, sanciones, terrorismo, etcétera), junto con el predominio de la teoría realista que tiende a minimizar la importancia de las instituciones y de los actores no estatales.34
En segundo lugar, pero siempre en estrecha relación, las ideas de gobernanza global no tienen una capacidad singular para llamar nuestra atención sobre los problemas más importantes de la política mundial. Algunos, como Thomas G. Weiss y Rorden Wilkinson, han visto la gobernanza global como la “salvadora de las RI”, que nos ha ayudado a liberarnos de los debates técnicos y a ceñirnos a temas de verdadera importancia.35 Ciertamente, hay áreas que en lo general se tienen por trascendentales -no así en RI, donde más bien se las ha marginado-, por lo cual están mejor representadas en la bibliografía especializada. Ésta es sin duda una característica positiva. Pero otros temas de interés mundial sufren un abandono semejante. Los problemas de migración están clasificados entre las principales preocupaciones en la encuesta más reciente de profesores adscritos al proyecto TRIP, pero su porcentaje de artículos, aunque va en aumento, sigue siendo bajo. Los que más presentan dificultades, es decir, los problemas de seguridad, que el profesorado clasifica regularmente entre los principales desafíos de la política exterior -y que están destinados a aumentar aún más por la invasión de Rusia en Ucrania-, constituyen una parte mucho menor de la investigación sobre gobernanza global de lo que su importancia parecería reclamar. Entonces, en general, esto sugiere que, si bien las ideas de gobernanza global han ayudado a los académicos a ver y a comprender ciertas áreas de la política mundial, todavía hay omisiones que merecen mayor atención.
3.3 Inclusión y exclusión en la investigación sobre gobernanza global
Nuestras reflexiones finales se concentran en temas de inclusión. En el seno de las ri ha habido gran preocupación por el número limitado de perspectivas que han podido expresarse en los debates académicos. Por ejemplo, con frecuencia se ha hecho referencia a la disciplina como una “ciencia social estadounidense” y muchas investigaciones han confirmado el predominio de los académicos estadounidenses en las revistas sobre este campo de estudio.36 Académicos como Amitav Acharya, Barry Buzan, Kelebogile Zvobgo y Meredith Loken también han criticado el abrumador sesgo de las RI hacia las voces “occidentales” y predominantemente blancas.37
Y, por supuesto, también se ha manifestado preocupación por la marginación de las mujeres.38 Tales observaciones han estimulado los esfuerzos para investigar los patrones de exclusión en la disciplina, para reconocer la contribución de las mujeres y de los académicos no occidentales y racializados, y para promover activamente su inclusión en los debates académicos. Sin embargo, hasta donde sabemos, estos análisis no se han hecho extensivos aún a la investigación sobre la gobernanza global.
De nuevo, los patrones de inclusión y exclusión en RI pueden simplemente repetirse en esta área. Puesto que la investigación sobre la gobernanza global se encuentra tradicionalmente arraigada a las RI, los tipos de voces incluidas en los debates académicos pueden ser semejantes. Sin embargo, al igual que con los temas que estudian los investigadores de la gobernanza global, es posible que haya diferencias. En realidad, ambas disciplinas bien pueden estar conectadas. En las RI, si observamos bajo la superficie, los tipos de temas estudiados en todas las regiones y géneros revelan cierta peculiaridad. Los datos del proyecto TRIP demuestran que los investigadores europeos se han centrado más en la “organización internacional”, en promedio, mientras que los investigadores estadounidenses han hecho más hincapié en la seguridad.39 A su vez, se ha descubierto que las mujeres estudian de manera desproporcionada los actores transnacionales, las OI, las ONG y las áreas en las que estas organizaciones muestran su preponderancia, como el medio ambiente, la EPI, los derechos humanos y la salud mundial -mientras que los hombres han sido más proclives a estudiar la seguridad y la política exterior-.40 Por los tipos de temas que se presentan en la bibliografía sobre gobernanza global, podríamos esperar por lo tanto una topología distinta.
Descubrimos que, en parte, ése es el caso. En primer lugar, véanse en la figura 4 las tasas de publicación anual entre regiones. Al principio, en la década de 1990, la investigación sobre la gobernanza global era un asunto meramente estadounidense. Antes del año 2000, más de la mitad de todos los artículos sobre el tema correspondía a unos cuantos académicos emprendedores avecindados en Estados Unidos y en Canadá, quienes desarrollaron nuevas ideas y establecieron la agenda de investigación. Sin embargo, esa tasa ha disminuido constantemente con el tiempo y ha promediado alrededor de 30% de todas las publicaciones desde 2000, además de caer hasta 20% en varios años. Mientras tanto, los europeos han tomado la delantera. Desde 2000, en promedio, han sido los responsables de más de la mitad de los artículos publicados por año. Por lo tanto, este constante rendimiento se ha incorporado a un cúmulo de diferencias significativas. Estados Unidos sigue siendo el único país con mayor producción, al erigirse en responsable de casi 21% de todas las publicaciones. Sin embargo, el Reino Unido no se halla lejos, con alrededor de 17%, pero Europa, en conjunto, es responsable de casi la mitad (49%) de todas las investigaciones publicadas.
Estos diferentes énfasis son aún más llamativos cuando ponderamos las publicaciones por tamaño de población (figura 5). Esta medida no deja de ser problemática, pero nos da una idea de hasta qué punto regiones y países concretos han adoptado la investigación de la gobernanza global -qué tan comunes son estos artículos en general-. Aquí, los países de Europa occidental, Canadá y Australia están muy por delante y los estados nórdicos ocupan un lugar destacado. Per cápita, los dos principales editores de publicaciones son Suecia y Noruega. Les siguen Suiza, el Reino Unido, Dinamarca y los Países Bajos. Canadá y Australia, en séptimo y octavo lugar, respectivamente, son los únicos países no europeos que se hallan entre los diez principales. Estados Unidos, según esta medida, desciende hasta el decimonoveno lugar, lo que sugiere que la investigación en el país ha adoptado mucho menos las ideas de gobernanza global. Considerando toda esta información, en conjunto con los datos sobre las tendencias generales de publicación, es justo decir que, si bien las RI todavía pueden llegar a ser una “ciencia social estadounidense”, el estudio de la gobernanza global se ha convertido en gran medida en una ciencia social europea.
Preciso es ahora considerar el género de los autores. Cuando se trata de la participación de las mujeres en RI el panorama se torna bastante sombrío. Un estudio reciente, utilizando datos del proyecto TRIP, encontró que representaban únicamente 23% de los profesores de RI, y que en el periodo 2004- 2007 constituían sólo 19% de todos los autores. Nuestros datos muestran, por el contrario, que las mujeres han sido algo más activas en los debates sobre gobernanza global (véase la figura 6). En el mismo periodo 2004-2007, fueron los primeros autores de alrededor de 28% de todas las publicaciones. Tal cifra todavía está muy desequilibrada, pero la proporción es casi 50% más elevada que la del resto de los estudios elaborados en la disciplina.41 Desafortunadamente, no podemos comparar de manera directa las tendencias después de este periodo. Sin embargo, nuestros datos muestran que el número de mujeres que publican investigaciones sobre gobernanza global ha aumentado desde entonces. De hecho, entre 2015 y 2019, las mujeres fueron las autoras principales de 37% de las publicaciones, en promedio -una cifra que se acerca aproximadamente al 40% de quienes son miembros de la isa.42
Este enfoque pudo haber sido impulsado por dos factores. En primer lugar, es probable que las ideas de gobernanza global hayan sido útiles para comprender los fenómenos en que las mujeres se han centrado históricamente: procesos transnacionales, OI, ONG, etcétera.43 Este factor ayudaría a explicar sus niveles más altos de autoría en la mayoría de los temas de nuestro conjunto de datos. Descubrimos, por ejemplo, que las mujeres que estudiaban temas de seguridad tenían más probabilidades de hacerlo recurriendo a un marco de gobernanza global, y lo mismo ocurría con varios otros temas en los que las mujeres por lo general han estado menos representadas. En segundo lugar, estos patrones pueden ampliarse porque las mujeres tienden a realizar investigaciones sobre temas en que las ideas de gobernanza global se han empleado de manera sobrada. Al final, a pesar de las tasas de autoría comparativamente altas en general, vemos a muchas mujeres como autoras principales en ámbitos como el medio ambiente (38%) y la salud (42%), que ellas han estudiado en detalle, tal como lo demuestra la investigación y la bibliografía sobre gobernanza.44
Podría decirse que la forma en que la investigación sobre la gobernanza global se parece más a las RI se refiere a su topología general. Como se ha señalado, la diversidad geográfica limitada de RI se ha destacado, con razón, como un problema. En tanto que los académicos del Norte han publicado la mayoría de los estudios, la cantidad de voces académicas racializadas ha sido en extremo reducida, lo que significa que sólo una pequeña parte de las visiones del mundo y de las experiencias se reflejan en los debates actuales. En consecuencia, ha habido llamados vociferantes a una disciplina de “RI global” que reconozca de forma adecuada las contribuciones de los académicos no occidentales y que invierta sus esfuerzos en promover la inclusión de voces más diversas, en el Norte global y donde sea necesario. Es de lamentar que la investigación sobre gobernanza global no esté mejor posicionada en este frente. Si bien aquí sólo podemos considerar la dimensión geográfica de nuestros datos, los académicos con sede en el Norte global son claramente avasallantes. Si volvemos a las figuras 4 y 5, aunque la proporción de investigaciones publicadas en Asia (China, ante todo) ha aumentado, la participación de otras regiones sigue siendo extremadamente reducida. Y, en general, los académicos del Sur global han figurado en un segundo plano como los autores principales de menos de 14% de todas las publicaciones.45
4. Conclusiones
En muchos sentidos, la gobernanza global es una historia de éxito académico. A principios de la década de 1990, se desarrollaron nuevas ideas sobre la naturaleza de la política “más allá del Estado”, lo cual nos ha ayudado a ver el mundo de nuevas formas. Los académicos se han basado en conceptos cuyos pioneros fueron emprendedores académicos estadounidenses, y cabe añadir que se trata de una serie de conceptos que se ha adaptado a diferentes ámbitos. Esto da fe del valor de tales ideas. Creemos que su valor se ha mantenido a pesar de importantes cambios en el mundo. Aunque el momento posterior a la Guerra Fría que inspiró por primera vez el crecimiento de la investigación pudo haber cambiado, los investigadores han respondido a los acontecimientos históricos trascendentales y los han interpretado haciendo uso de una “lente” propia de la gobernanza. Así, pues, lejos de declinar, la investigación sobre gobernanza global parece estar más viva que nunca.
Al mismo tiempo, creemos en la importancia de cuestionar y de reflexionar sobre las prácticas académicas. Ya se ha invertido mucho esfuerzo en “repensar” las ideas de gobernanza global pero, hasta ahora, los académicos no se han detenido mucho a considerar cómo se realiza la investigación ni quiénes la elaboran. Éste ha sido uno de los propósitos fundamentales de nuestro trabajo y nuestros hallazgos apuntan a varios problemas. Primero, descubrimos que si bien estas ideas se han adaptado a muchas áreas -con lo que demuestran su relevancia y utilidad-, su adopción ha sido desigual. Algunos ámbitos, como el medio ambiente, la economía y la salud global, están bien representados. Pero otros temas importantes, como la seguridad, la migración y los derechos humanos, no han sobresalido en la bibliografía acerca de la gobernanza global. Segundo, encontramos que el tipo de académicos involucrados en los debates sobre gobernanza global es algo diferente del resto, que pertenecen a las RI. En general, parecen proceder menos de Estados Unidos, a pesar de que es en ese país donde este campo de estudios hunde sus raíces. Aparentemente también las mujeres han sido más activas. De esta manera, entonces, las conversaciones sobre la gobernanza global han sido algo más inclusivas. Sin embargo, en otros aspectos, el campo sufre sesgos semejantes. Las mujeres todavía publican menos que los hombres y la exclusión de académicos del Sur global es particularmente preocupante.
Como comunidad de investigación, debemos comprender y desentrañar estos problemas. Se necesita hacer un mayor esfuerzo para explorar los patrones de investigación, incluidas las preguntas que figuran a continuación:
¿Por qué ciertos dominios destacan más (o menos) que otros?
¿Qué brechas metodológicas, ontológicas y teóricas existen?
¿Qué ideas han aparecido en revistas, libros de texto y clases?
¿Cuándo y cómo las ideas de gobernanza han tenido efecto en la formulación de políticas?
¿Qué limita la participación de diferentes sectores de la comunidad investigadora?
¿Cómo ha moldeado la participación desigual nuestra perspectiva de la política mundial?
Las respuestas a estas preguntas pueden profundizar nuestra comprensión del trabajo que se está realizando, pero la acción importa aún más. Ciertamente, muchos de los problemas que hemos destacado afectan las RI, no la gobernanza global per se. Sin embargo, en la medida en que los investigadores de la gobernanza global hayan desarrollado sus propias instituciones (revistas, series de libros, talleres, centros de investigación, etcétera), corresponde a los editores, organizadores y académicos promover debates más fértiles, adoptar mejores prácticas y crear un espacio propicio para asuntos marginados y académicos. En lo que toca a la disciplina en general, ahora se están llevando a cabo conversaciones importantes sobre las RI en el mundo y sobre la discriminación a causa del género y la raza -junto con los esfuerzos correspondientes para mejorar las prácticas académicas. Pero en el estudio de la gobernanza global, tales esfuerzos apenas se están desperezando.