Introducción
Durante las últimas tres décadas, México ha experimentado transformaciones demográficas, epidemiológicas y de salud marcadas por cambios en la estructura de la edad de la población y una reconfiguración de los patrones de enfermedad, discapacidad y muerte, así como de los servicios de salud en el país.1-3
Entre 1950 y 2024, la población de adultos ≥ 60 años en México se incrementó 12 veces, alcanzando 17 millones, equivalentes a 12 % de la población total en 2024. Con una notable variabilidad estatal, la Ciudad de México registra 20 % de adultos mayores y Quintana Roo, 10 %. Para 2070, se estima que la población ≥ 60 años alcanzará 34.2 %, con una tasa anual de cambio de 2.3 %,4 con lo que superará a la población de menores de 15 años. A pesar de la reducción de 4.2 años en la esperanza de vida al nacer debido al exceso de mortalidad por COVID-19,5,6 para 2050 se proyecta que en México este indicador se incremente7 y alcance 75.5 años en hombres y 81.2 años en mujeres.7
El envejecimiento poblacional, la rápida urbanización y los cambios en factores de riesgo y estilos de vida, han potencializado la epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en México y en el mundo,8 y constituye uno de los factores determinantes del incremento proyectado en la carga de enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia, la enfermedad vascular cerebral, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades neurodegenerativas y la diabetes tipo 2.8-10 Por ello, la vigilancia de la salud de los adultos mayores ha cobrado relevancia en la salud pública, con implicaciones económicas que afectan la atención médica, al personal de salud y los cuidados en el hogar.
Desde 1995, se han publicado múltiples análisis de la carga de la enfermedad en México;1,2,11-13 sin embargo, son escasos los análisis que abordan específicamente este tema en adultos mayores en el país.9,14,15 En este estudio se describe la carga de la enfermedad en la población mexicana ≥ 60 años en términos de mortalidad, discapacidad, esperanza de vida (EV-60), esperanza de vida saludable o esperanza de vida ajustada por discapacidad (EVS-60), el porcentaje de años restantes vividos con mala salud (PAMS-60), y la contribución de los factores de riesgo a la carga de la enfermedad a nivel nacional y estatal de 1990 a 2022. Además, se analiza la relación histórica entre EV-60, EVS-60 y PAMS-60 con dos indicadores de desarrollo: el índice sociodemográfico6 y el índice de acceso y calidad de la atención médica (IACAM).16
Material y métodos
Para analizar la carga de la enfermedad en adultos ≥ 60 en México de 1990 a 2022, se utilizaron datos del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de riesgo (GBD, Global Burden of Disease).6,7,17-20 GBD provee estimaciones de mortalidad de 288 enfermedades y de discapacidad de 371 enfermedades y 88 factores de riesgo en 204 países. La metodología del GBD se detalla en otras publicaciones.6,17,18,21 Aquí se resumen las principales estrategias analíticas para estimar la carga de enfermedad en personas ≥ 60 años. Las fuentes de información están disponibles en línea.22,23 GBD cumple con las directrices GATHER.24
Defunciones y años perdidos por muerte prematura (ApMP)
Los datos de censos nacionales y estadísticas vitales25 se estandarizaron y analizaron con técnicas de modelado bayesiano para obtener estimaciones internamente consistentes de población, fecundidad, migración y mortalidad. La EV-60 se calculó como el tiempo promedio de vida que una persona a los 60 años puede vivir si la experiencia de mortalidad de la población se mantiene constante.6 Las causas de muerte se estandarizaron conforme criterios internacionales26 y se modelaron con CODEm.20 Los ApMP se calcularon multiplicando las muertes por la esperanza de vida de referencia mundial18 a la edad promedio de muerte.
Incidencia, prevalencia y años de vida saludable (AVISA) perdidos
La prevalencia, incidencia, años vividos con discapacidad (AVD) y AVISA perdidos se estimaron a partir de estudios epidemiológicos y registros hospitalarios, estandarizados mediante modelos de regresión bayesianos.21 Se utilizó DisMod-MR 2.1 para obtener estimaciones de incidencia, prevalencia, remisión, mortalidad y exceso de mortalidad consistentes. Los AVD se calcularon multiplicando la prevalencia de cada enfermedad por los ponderadores de discapacidad correspondientes. Se llevó a cabo una microsimulación para ajustar por comorbilidad. Los AVISA perdidos se calcularon sumando los ApMP y AVD.21 Se emplearon métodos previamente descritos18 para calcular la EVS-60 a partir de las tasas de mortalidad y AVD para ≥ 60 años y PAMS-60 se calculó con la siguiente fórmula:
(EV-60 − EVS-60)/EV-60 × 100
Estimación de la carga atribuible a determinados factores de riesgo
Se realizaron revisiones sistemáticas siguiendo las guías PRISMA26 para identificar datos sobre la exposición a 88 factores de riesgo ambientales, conductuales y metabólicos. Se emplearon modelos gaussianos espaciotemporales para estimar los niveles de exposición,22 y se usó el método de carga de la prueba27 para estimar los riesgos relativos para cada uno de los pares de riesgo-enfermedad. Se calcularon niveles contrafactuales de exposición al riesgo y las muertes, ApMP, AVD y AVISA perdidos atribuibles en población ≥ 60 años según sexo, año y por entidad federativa.
Esperanza de vida e indicadores de desarrollo sociodemográfico y de acceso y calidad de la atención médica
Se evaluó la relación entre EV-60, EVS-60 y PAMS-60 con el índice sociodemográfico6 y el índice de acceso y calidad de la atención médica (IACAM).17 El índice sociodemográfico, calculado mediante análisis de componentes principales, mide el desarrollo de 204 países y de los 32 estados de la República Mexicana en términos de ingreso, educación y fecundidad, en una escala de 0 (mínimo desarrollo) a 1 (máximo desarrollo).6 El IACAM evalúa el desempeño de los sistemas de salud a partir de la mortalidad por enfermedades sensibles a la atención médica.17
Resultados
De 1990 a 2022, las muertes ocurridas en la población ≥ 60 años en México se incrementaron 175.5 %: de 140 946 (intervalo de incertidumbre de 95 % [II 95 %] = 140 469-141 442) pasaron a 388 840 defunciones (342 000-440 000), representando ~60 % del total de muertes ocurridas cada año. En el mismo período, la tasa de mortalidad disminuyó 21.9 % en mujeres y 13.3 % en hombres (Figura 1). A nivel estatal, las reducciones en la tasa de mortalidad en personas ≥ 60 variaron de 33 % en Guerrero a menos de 10 % en Tabasco, Campeche y Michoacán (Tabla Suplementaria 1).
De 1990 a 2022, el número absoluto de AVD se incrementó 224 %: pasó de 605 000 a 1.9 millones, representando ~30 % del total de AVD registrados en el país, mientras que la tasa de AVD disminuyó 3.5 % en ambos sexos (Figura 1). Esta tendencia se observó en todos los estados de la República Mexicana (Tabla Suplementaria 1). En Querétaro, Ciudad de México y Estado de México la tasa de AVD descendió 5 %, mientras que en Quintana Roo, Sinaloa y Tlaxcala el descenso fue menor a 2 % (Tabla Suplementaria 1).
Principales causas de pérdida de la salud
En 2022, 91 % de las muertes y 89.8 % de los AVD fueron por ECNT; 7 y 3 %, respectivamente, por enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y de la nutrición; 2 y 8 %, por lesiones. Las enfermedades con mayor incidencia fueron infecciones respiratorias de las vías superiores, trastornos cutáneos, cirrosis y enfermedades hepáticas, así como padecimientos orales. Las más prevalentes (≥ 5 %) fueron las afecciones orales, la pérdida visual y auditiva relacionada con la edad, y cirrosis y enfermedades hepáticas. Las principales causas de muerte y de ApMP fueron cardiopatía isquémica (21 %), diabetes (12 %), enfermedad renal crónica (9.3 %), enfermedad vascular cerebral (6.1 %) y EPOC (5.4 %), Figura 2.
Las principales causas de AVD fueron diabetes, pérdida visual y auditiva relacionada con la edad, lumbalgia, osteoartritis y otros trastornos musculoesqueléticos, padecimientos orales, caídas, enfermedad de Alzheimer y otras demencias (Figura 2). Las principales causas de AVISA perdidos se muestran en la Figura 2. La comparación de las pérdidas de la salud por sexo se presenta en la Figura Suplementaria 1.
Las cardiopatía isquémica, diabetes, y enfermedad renal crónica fueron las tres principales causas de AVISA perdidos en casi todas las entidades federativas (Figura 3).
Carga atribuible a determinados factores de riesgo
En 32 años no existieron cambios sustanciales en el ordenamiento de los factores de riesgo (Figura 4). Los factores metabólicos ocupan los primeros lugares de la lista desde 1990. La carga atribuible al índice de masa corporal elevado y a la insuficiencia renal se incrementó 33 y 19.6 %, respectivamente. En contraste, la carga atribuible a la contaminación del aire por partículas ambientales y al consumo de tabaco y alcohol disminuyó 60.7, 51.8 y 24.4 %, respectivamente.
Esperanza de vida y esperanza de vida saludable
Entre 1990 y 2022, la EV-60 en México se incrementó 1.5 años en hombres y 2.5 años en mujeres. En 2022, en hombres fue de 20.8 años (18.9-22.8) y en mujeres, de 23.0 años (21.4-24.5). Por su parte, EVS-60 se incrementó 1.2 años en hombres: de 14.4 años (13.0-15.6) en 1990 pasó a 15.7 años (13.7-15.6) en 2022; en las mujeres se incrementó 1.9 años: de 15.0 años (13.4-16.4) en 1990 pasó a 16.9 años (15.0-18.7) en 2022. En todos los entidades federativas, EV-60 y EVS-60 se incrementaron de 1990 a 2022, mientras que PAMS-60 se mantuvo constante: ~26 % en ambos sexos (Tabla 1 y Figura 5).
Ambos sexos | Esperanza de vida a los 60 años (EV-60) | Esperanza de vida saludable a los 60 años (EVS-60) | Porcentaje de años en mala salud a los 60 (PAMS-60) | ||||||
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1990 | 2020 | 2022 | 1990 | 2020 | 2022 | 1990 | 2020 | 2022 | |
México (nacional) | 19.9 (19.9-19.9) | 18.6 (18.6-18.6) | 21.9 (20.7-23.1) | 14.7 (13.3-16) | 14 (12.6-15.1) | 16.3 (14.4-18) | 25.9 (19.7-33) | 24.9 (18.8-32.1) | 25.7 (22.2-30.3) |
Aguascalientes | 20.1 (19.9-20.3) | 19.3 (19.1-19.5) | 21.8 (20.4-23) | 14.8 (13.4-16.1) | 14.4 (13-15.7) | 16.2 (14.2-17.9) | 26 (20.4-32.4) | 25.2 (19.3-31.9) | 25.7 (22.1-30.1) |
Baja California | 18.2 (18.1-18.4) | 17.5 (17.4-17.6) | 21.3 (19.8-22.7) | 13.5 (12.2-14.7) | 13.1 (11.9-14.2) | 15.8 (13.9-17.5) | 25.9 (20.2-32.7) | 24.8 (19-31.6) | 25.6 (22.9-29.9) |
Baja California Sur | 19.8 (19.6-20.1) | 18.5 (18.3-18.7) | 21.7 (20.2-22.9) | 14.7 (13.2-15.9) | 13.8 (12.5-15) | 16 (14.1-17.7) | 26 (20.8-32.7) | 25.2 (19.5-31.9) | 26.1 (22.7-30.3) |
Campeche | 20.8 (20.6-21) | 18.7 (18.5-18.9) | 21.9 (20.4-23.4) | 15.4 (13.9-16.7) | 14 (12.7-15.2) | 16.3 (14.2-18.1) | 25.9 (20.3-32.7) | 24.9 (19.3-31.4) | 25.6 (22.5-30.2) |
Coahuila | 18.6 (18.5-18.8) | 17.2 (17-17.3) | 21 (19.5-22.6) | 13.8 (12.5-15) | 12.9 (11.7-14) | 15.6 (13.7-17.3) | 25.7 (19.9-32.2) | 24 (18.4-30.3) | 24.8 (22-28.9) |
Colima | 19.3 (19.1-19.5) | 19.1 (18.9-19.3) | 21.7 (20.2-23.1) | 14.3 (12.9-15.5) | 14.2 (12.9-15.5) | 16 (14.1-17.8) | 26.2 (20.5-33) | 25 (19.4-31.8) | 26 (22.6-30.3) |
Chiapas | 20.8 (20.6-20.9) | 18 (17.9-18.1) | 21.4 (20-22.9) | 15.4 (14-16.8) | 13.7 (12.5-14.8) | 16.1 (14.2-17.8) | 25.6 (20-32.5) | 24.6 (19-31.4) | 25.5 (23.2-29.6) |
Chihuahua | 18.3 (18.2-18.4) | 16.4 (16.3-16.5) | 20.4 (18.9-21.8) | 13.5 (12.2-14.7) | 12.3 (11.1-13.3) | 15.1 (13.2-16.9) | 26.2 (20.8-32.6) | 25.4 (19.6-31.8) | 26.1 (23.2-30.5) |
Ciudad de México | 19.6 (19.2-20.1) | 17.8 (17.7-17.9) | 22.2 (20.8-23.7) | 14.5 (13.1-15.8) | 13.4 (12.1-14.5) | 16.5 (14.5-18.3) | 26.1 (20.7-32.8) | 25.2 (19.8-31.7) | 25.8 (22.8-29.3) |
Durango | 20.6 (20.4-20.8) | 19.5 (19.3-19.7) | 22.3 (20.6-24.1) | 15.2 (13.7-16.5) | 14.6 (13.2-15.8) | 16.5 (14.6-18.6) | 25.8 (20.2-32.6) | 24.9 (19.1-31.6) | 25.6 (22.6-29.9) |
Guanajuato | 20 (19.8-20.1) | 18.6 (18.5-18.6) | 21.4 (20.1-22.9) | 14.8 (13.4-16) | 13.9 (12.6-15.1) | 15.9 (14.1-17.7) | 25.5 (20.4-31.4) | 25.7 (21.1-31.1) | 26.3 (23.3-30.2) |
Guerrero | 18.9 (18.6-19.2) | 20.6 (20-21.1) | 23.3 (21.6-25) | 14.1 (12.7-15.3) | 15.3 (13.8-16.7) | 17.2 (15.1-19.2) | 26.2 (20.3-32.8) | 25.3 (19.7-32.2) | 25.8 (22.7-29.4) |
Hidalgo | 20.9 (20.8-21.1) | 20.6 (20.4-20.7) | 22.8 (21.2-24.4) | 15.5 (14-16.8) | 15.4 (13.9-16.6) | 16.9 (15-18.9) | 25.8 (19.9-32.6) | 25 (18.9-31.9) | 25.6 (22.1-29.7) |
Jalisco | 19.5 (19.4-19.7) | 19.1 (19.1-19.2) | 21.6 (20.1-23.1) | 14.5 (13.1-15.7) | 14.4 (13-15.6) | 16 (14.2-18) | 26.8 (20.6-33.8) | 25.3 (19.2-32.1) | 26.2 (23.3-30) |
Estado de México | 19.4 (19.3-19.5) | 17.4 (17.4-17.5) | 21.8 (20.3-23.1) | 14.2 (12.8-15.5) | 13 (11.8-14.1) | 16.1 (14.2-17.7) | 26 (21.2-31.7) | 24.8 (19-31.8) | 25.8 (23.1-30.5) |
Michoacán | 21.3 (21.1-21.4) | 20.6 (20.5-20.7) | 22.7 (21.2-24.3) | 15.6 (14.1-17) | 15.4 (13.9-16.7) | 16.8 (14.7-18.7) | 26.4 (20.4-33.3) | 25.5 (19.7-32.4) | 25.9 (23.2-30.6) |
Morelos | 20.3 (20.1-20.5) | 18.8 (18.6-18.9) | 21.6 (20.1-23) | 15.1 (13.6-16.4) | 14.1 (12.8-15.3) | 16.1 (14.2-17.8) | 25.6 (20.1-32.5) | 24.7 (19.3-31.2) | 25.4 (22.7-29.4) |
Nayarit | 20.8 (20.6-21) | 20.8 (20.6-21) | 23.4 (21.7-25.2) | 15.3 (13.8-16.7) | 15.5 (14-16.8) | 17.3 (15.2-19.3) | 26.3 (20.7-32.9) | 25.4 (20-31.9) | 26.1 (23.5-29.9) |
Nuevo León | 19.4 (19.3-19.5) | 19 (18.9-19.1) | 21.7 (20.2-23.2) | 14.6 (13.2-15.8) | 14.4 (13-15.6) | 16.3 (14.3-18.1) | 24.9 (19.3-31.6) | 24.4 (18.6-31.2) | 25 (21.7-29.3) |
Oaxaca | 20.1 (19.9-20.2) | 20.5 (20.4-20.6) | 22.8 (21.3-24.2) | 14.9 (13.5-16.2) | 15.5 (14-16.7) | 17.1 (15.2-18.9) | 25.5 (19.9-32.1) | 24.6 (19-31.2) | 25 (22.1-28.7) |
Puebla | 19.9 (19.8-20.1) | 18.1 (18-18.2) | 21.7 (20.3-23.2) | 14.8 (13.4-16.1) | 13.7 (12.3-14.8) | 16.2 (14.2-17.9) | 25.6 (19.7-32.3) | 24.7 (19-31.6) | 25.5 (22.7-29.7) |
Querétaro | 19.8 (19.6-20) | 19.2 (19.1-19.3) | 22.2 (20.9-23.6) | 14.7 (13.3-15.9) | 14.5 (13.1-15.6) | 16.6 (14.7-18.3) | 25.8 (20.2-32.5) | 24.7 (19.1-31.3) | 25.4 (22.5-29.4) |
Quintana Roo | 18.6 (18.1-19) | 17.8 (17.3-18.3) | 19.9 (18.5-21.2) | 14 (12.6-15.2) | 13.4 (12-14.6) | 14.8 (13-16.5) | 24.8 (20.4-30.3) | 25 (20.3-30.8) | 25.4 (22.2-29.9) |
San Luis Potosí | 21.2 (21.1-21.4) | 19.5 (19.4-19.6) | 22.9 (21.2-24.4) | 15.7 (14-17) | 14.6 (13.2-15.8) | 17 (15-18.9) | 26.2 (20.4-33.4) | 25.1 (19.4-31.7) | 25.9 (22.5-29.6) |
Sinaloa | 20.5 (20.4-20.7) | 20.1 (19.9-20.2) | 23.5 (21.8-25.4) | 15.3 (13.8-16.6) | 15 (13.5-16.2) | 17.4 (15.3-19.6) | 25.6 (19.9-32.1) | 25.2 (19.6-32) | 25.9 (22.9-29.9) |
Sonora | 18.6 (18.4-18.8) | 17.6 (17.5-17.7) | 20.7 (19.2-22.3) | 13.8 (12.4-14.9) | 13.2 (12-14.4) | 15.4 (13.6-17.3) | 25.9 (20.4-32.6) | 24.9 (19-31.3) | 25.7 (22.4-29.2) |
Tabasco | 20.4 (20.3-20.6) | 17.2 (17.1-17.3) | 20.9 (19.5-22.4) | 15.2 (13.7-16.4) | 12.9 (11.7-14) | 15.6 (13.7-17.6) | 25.8 (20.3-32.3) | 24.9 (19.4-31.6) | 25.6 (21.7-29.7) |
Tamaulipas | 19.8 (19.7-20) | 19.9 (19.8-20.1) | 22.4 (20.7-24.1) | 14.7 (13.2-16) | 14.9 (13.4-16.1) | 16.6 (14.5-18.5) | 25.9 (20.3-32.7) | 25.6 (19.8-32.3) | 25.9 (22.9-30.1) |
Tlaxcala | 20.7 (20.5-20.9) | 18.4 (18.2-18.5) | 22.5 (21.1-23.8) | 15.4 (13.9-16.7) | 13.8 (12.5-14.9) | 16.7 (14.7-18.5) | 25.6 (20.1-32.3) | 24.9 (19.7-31.5) | 25.8 (22.5-30.4) |
Veracruz | 20.8 (20.6-20.9) | 19.2 (19.1-19.3) | 21.8 (20.3-23.3) | 15.4 (13.9-16.7) | 14.4 (13.1-15.6) | 16.3 (14.5-18.1) | 26 (20.1-32.8) | 25 (19-31.7) | 25.6 (22.2-28.7) |
Yucatán | 19.7 (19.5-19.8) | 18.7 (18.6-18.9) | 21.7 (20.2-23) | 14.7 (13.3-15.9) | 14.1 (12.8-15.3) | 16.2 (14.3-17.9) | 25.1 (19.5-31.9) | 24.5 (19-31.3) | 25.2 (22-29.2) |
Zacatecas | 21.7 (21.5-21.9) | 19.4 (19.2-19.5) | 22.6 (20.9-24.1) | 16 (14.4-17.5) | 14.5 (13.1-15.7) | 16.7 (14.7-18.6) | 26.1 (20.2-32.8) | 25.1 (19.8-31.7) | 25.9 (22.7-29.9) |
Los datos en paréntesis representan el intervalo de incertidumbre de 95 %. Porcentaje de años en mala salud = esperanza de vida − esperanza de vida saludable/esperanza de vida × 100.
En 2022, las mayores EV-60 y EVS-60 se observaron en mujeres en Sinaloa, Guerrero y Nayarit, con ~25 y ~18 años, mientras que las más bajas fueron en hombres en Quintana Roo, Chihuahua y Sonora, con ~19.2 y 14 años (Figura 5, Tabla 1 y Tabla Suplementaria 2). De 1990 a 2022, el mayor progreso tanto en EV-60 y EVS-60 se observó en hombres y mujeres de Guerrero, donde el crecimiento de la EV-60 fue de cuatro años y de la EVS-60, de tres años. En cuatro entidades federativas (Chiapas, Estado de México, Oaxaca y Michoacán), PAMS-60 disminuyó en al menos 0.5 puntos porcentuales, mientras que Quintana Roo y Guerrero mostraron un incremento de 0.7 y 0.8 de PAMS-60 (Tabla 1).
Excluyendo 2020 y 2021, el mayor desarrollo sociodemográfico y mejor desempeño de los sistemas estatales de salud se asociaron con incremento de EVS-60 (Figura 6). Asociaciones similares se encontraron para EV-60 en mujeres, pero no en hombres. PAMS-60 no se asoció con el índice sociodemográfico o IACAM (Figura Suplementaria 2).
Discusión
Este estudio confirma que en México, la carga de enfermedad en adultos mayores se concentra en factores de riesgo metabólicos y ECNT, que representaron 90 % de AVISA perdidos en 2022.
Además de las ECNT, se observó alta prevalencia e incidencia de condiciones no letales, como las enfermedades de los órganos de los sentidos (enfermedades de la piel, pérdida de las capacidades visual y auditiva relacionadas con la edad), padecimientos orales y condiciones asociadas al dolor crónico (lumbalgia y osteoartritis). Es paradójico que estas condiciones no sean prioritarias en el sistema nacional de salud, generando colateralmente un gasto de bolsillo significativo para los pacientes y sus familias.27,28
En 2022, los factores metabólicos fueron responsables de 50.1 % de la carga en adultos mayores versus 17.6 % en 1990. La exposición prolongada a riesgos modificables como hiperglucemia, hipertensión, inactividad física y dietas poco saludables17,29 requiere intervenciones urgentes para promover estilos de vida saludables, así como para prevenir y controlar alteraciones metabólicas y ECNT a lo largo de la vida.
El análisis mostró un patrón similar entre hombres y mujeres en las principales causas de muerte, discapacidad y factores de riesgo. Sin embargo, EV-60, EVS-60 y PAMS-60 fueron mayores en mujeres. Además, un mayor desarrollo socioeconómico y un mejor desempeño de los sistemas estatales de salud se asociaron más estrechamente con incremento en EV-60 y EVS-60 en mujeres.
Aunque la reducción en ApMP en adultos mayores es considerable, el progreso en EV-60 no se traduce directamente en mejor calidad de vida, ya que PAMS y AVD no han disminuido al mismo ritmo. Lo anterior es más evidente en mujeres, quienes, si bien viven más que los hombres, viven más tiempo enfermas, lo que las coloca en una posición de vulnerabilidad económica y social.
A pesar de que las pérdidas en salud en adultos ≥ 60 años son mayoritariamente por muerte prematura (76 % del total de AVISA perdidos por ApMP versus 24 % por AVD), la carga de enfermedad en adultos mayores representa un reto para el sistema de salud debido a la interacción entre discapacidad, fragilidad y la presencia de comorbilidades en este grupo etario.30-33
En el escenario de compresión de la morbilidad,34 el incremento en EV se acompaña de una disminución en PAMS-60 por cambios en los patrones de enfermedad que retrasan su inicio y la mortalidad. En cambio, la expansión de la morbilidad3437 implica un aumento en EV debido a la reducción en la mortalidad con patrones de enfermedad constantes, lo que lleva a un creciente PAMS-60. En México, la reducción de la mortalidad prematura con patrones de causas de muerte, factores de riesgo y PAMS-60 constantes, sugiere una expansión inercial de la morbilidad que requiere de análisis adicionales para esclarecer este fenómeno.
Implicaciones en la política pública
Los hallazgos de este estudio proporcionan una base sólida para desarrollar políticas y programas nacionales que atiendan las necesidades en salud de los adultos mayores. Se debe destacar la prevención de la pérdida funcional, el control de ECNT y la progresión de la discapacidad desde una perspectiva de género, considerando la variabilidad en la distribución de la población de adultos mayores38 y la heterogeneidad socioeconómica y cultural en el ámbito estatal.
Aunque el crecimiento de la población de adultos mayores es un indicador de avances en salud pública, la falta de una política nacional y de sistemas de atención integral para el adulto mayor conlleva un costo económico estimado en 2430 mil millones de dólares anuales,27 y representa una oportunidad, hasta ahora desaprovechada, para maximizar la reducción de la mortalidad prematura y AVD en este grupo poblacional.
México se posiciona de manera única en el contexto demográfico global con una proporción de la población en edad de trabajar que supera a la de los dependientes. Esta dinámica demográfica ofrece una oportunidad estratégica para desarrollar y ejecutar políticas de salud y estrategias de atención que mejoren la calidad de vida de los adultos mayores.
Fortalezas y limitaciones del estudio
Los estudios nacionales de la carga de enfermedad permiten una visión integral de las necesidades de salud considerando desenlaces en salud letales y no fatales, para formular políticas que permitan enfrentar los desafíos del envejecimiento de la población. Sin embargo, es posible que la carga de enfermedad en adultos mayores este subestimada por la subrepresentación de esta población en las fuentes de información utilizadas para el análisis, y la complejidad de la medición de la salud en adultos mayores por la interacción entre comorbilidad, fragilidad y pérdida funcional. Se recomienda complementar estos resultados con estudios locales para obtener un panorama completo del estado de salud de los adultos mayores en México.
Conclusiones
El incremento en la EV-60 sin una correspondiente disminución de las tasas de discapacidad por deterioro funcional, evidencia la necesidad de redefinir las prioridades de salud para promover una longevidad saludable, con énfasis en preservar la capacidad funcional y el control de factores de riesgo metabólico. De acuerdo con iniciativas internacionales, son imprescindibles las siguientes medidas:
- Integrar la salud visual,39 auditiva40 y bucal, el manejo del dolor, la prevención de caídas y el control de las ECNT en los planes nacionales de salud.
- Adaptar las políticas de salud a los contextos sociodemográficos y culturales específicos de cada entidad federativa, reconociendo las diferencias en las necesidades de salud entre hombres y mujeres.41
- Mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria minimizando los costos de los servicios de salud.
- Proveer una atención integrada y cuidados centrados en la persona.42
- Crear un sistema de información que permita monitorear el estado de salud y mejorar la cobertura de datos de adultos mayores.43
La implementación de políticas coherentes para el envejecimiento saludable es crucial para asegurar que el incremento en la EV-60 se traduzca en años adicionales de vida saludable para los adultos mayores en México.