Introducción
El abandono escolar representa, actualmente, una de las problemáticas socioeducativas de mayor relevancia, ya que constituye un indicador determinante en el éxito de las políticas educativas (Przybylski, 2014). Se manifiesta como un factor clave que genera desigualdad y exclusión social (UNESCO, 2012) mientras que, en el contexto latinoamericano, constituye uno de los problemas más agudos y arraigados que los sistemas educativos deben atender (Román, 2013).
En el caso de México, la meta de la obligatoriedad de la educación media superior, estipulada en 2012 y en vigor desde el ciclo escolar 2013-2014, representa un reto de difícil cumplimiento, ya que sólo 62 por ciento de los jóvenes de 16 años están inscritos en dicho nivel educativo (SEP, 2015a). Aunado a este hecho, el abandono escolar ha alcanzado niveles críticos, pues cada año, más de 650 mil jóvenes, en promedio, abandonan sus centros educativos, y de este total, casi dos de cada tres lo hacen en el primer grado (Tuirán, 2011). Sin duda, el abandono escolar es un fenómeno complejo, ya que parece derivarse de un proceso progresivo y acumulado de ruptura y desencuentro del estudiante con la escuela (Fernández-Enguita, 2013); le anteceden manifestaciones tales como ausentismo escolar, bajo rendimiento académico, acreditaciones extemporáneas, reprobación, repetición y rezago escolar (Gómez-Villanueva, 1990).
La explicación de este fenómeno se ha concentrado en identificar la influencia de diversas variables de naturaleza individual, familiar, social y cultural que, al parecer, se refuerzan de manera simultánea (Comisión Europea, 2013; Román, 2009). A este respecto, hay que considerar la evidencia prevalente en el sentido de que el abandono escolar se manifiesta principalmente, y en mayor medida, en contextos socioeconómicos desfavorecidos y vulnerables; por lo tanto, las condiciones estructurales y materiales de vida, así como los universos simbólicos de las familias figuran como determinantes en el desarrollo de actitudes, expectativas, acciones y comportamientos que no siempre favorecen el éxito escolar (Camarena, 2013; Román, 2013).
Abatir esta compleja problemática socioeducativa exige profundizar en los contextos y factores que la afectan y determinan. En particular, la familia es el sistema relacional que alberga el potencial de impactar la vida de sus miembros de forma contingente y sostenida. Es una institución fundamental en el desarrollo del individuo, ya que cumple la tarea de trasmitir la cultura, los valores, las tradiciones, y de establecer las normas básicas y fundamentales para garantizar la convivencia en sociedad, así como la formación de identidad y autonomía (Fajardo et al., 2017).
En esta misma línea, otros teóricos han enfatizado la importancia de variables relativas al contexto familiar (Casquero y Navarro, 2010; Solís et al., 2013). En países como México, Chile, Argentina, Venezuela y Perú, ciertos factores del contexto sociofamiliar han cobrado un papel protagónico en la explicación de indicadores educativos como el rendimiento académico y el abandono escolar.
El nivel socioeconómico familiar es el principal y reiterado factor externo asociado al abandono y la deserción escolar, los cuales, en algunos casos, están muy ligados a la necesidad de trabajo por parte del estudiante, y en otros, a la ponderación de los costos de oportunidad real de seguir estudiando en función del beneficio ante el futuro (Cazorla et al., 2016; Román, 2013).
El capital cultural comprende el segundo grupo de factores del contexto sociofamiliar; así, se ha evidenciado que los padres con mayores niveles de escolaridad (especialmente las madres), que además valoran la educación, tienen menor probabilidad de que sus hijos e hijas suspendan o abandonen definitivamente la escuela, ya que tienen mejores posibilidades de escolarización y de desarrollo de capacidades de aprendizaje (Chaparro et al., 2016; Eccles, 2005; Glick et al., 2011; Roosa et al., 2012). Por el contrario, la probabilidad de abandono aumenta en aquellos estudiantes con madres de baja escolaridad y familias que no encuentran sentido o utilidad a la educación (UNESCO, 2009; Román, 2013).
Adicionalmente, el tipo o estructura familiar se configura como un factor asociado a los resultados educativos, de manera que los menores que crecen con ambos padres son más exitosos en la escuela y menos propensos al abandono escolar en comparación con aquellos que viven en familias monoparentales y en familias reconstituidas (Espinoza et al., 2012; Losada et al., 2015).
En concreto, el apoyo familiar es considerado uno de los elementos de mayor relevancia en los procesos educativos y está relacionado con el grado en que se involucran los padres en las actividades escolares de sus hijos, al igual que el tiempo dedicado por la familia a ayudar en la realización de las tareas escolares (Bazán et al., 2007; Martín et al., 2015). A su vez, el apoyo de los padres en las actividades escolares está relacionado con diversos aspectos, como su experiencia previa, nivel de escolaridad, tipo de ocupación, grado de interés por el progreso académico, así como con las expectativas respecto del aprendizaje de sus hijos (Fajardo et al., 2017).
Durante el ciclo 2011-2012, Baja California se ubicó entre las 16 entidades mexicanas que registraron los índices más bajos de eficiencia terminal y los más altos de deserción escolar, tanto en educación secundaria como en media superior (SEP, 2013); en el ciclo escolar 2013-2014 se registró 18 por ciento de deserción escolar, por encima de la media nacional (SEP, 2015b). Algunos autores que han investigado el fenómeno del abandono escolar en el bachillerato en zonas urbanas marginadas de Mexicali (capital de la entidad) indican que las limitaciones económicas son sólo la “punta del iceberg”; privilegian el papel que tiene la familia, posteriormente el entorno (el barrio), y finalmente la escuela; y concluyen que el problema del abandono escolar se presenta en mayor medida en las áreas rurales y urbanas de menor desarrollo social (Linares y Gárate, 2012).
Con base en lo descrito hasta el momento, en la presente investigación se estudió el contexto sociofamiliar en relación con el abandono escolar en Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (CECYTE) ubicados en zonas marginales de las tres ciudades más pobladas de Baja California. Para ello, y desde un enfoque mixto (cuali-cuanti), en primera instancia se interpretó la percepción de informantes clave de las zonas objeto de estudio sobre las principales causas que influyen en el abandono escolar, y en la etapa cuantitativa (orientada a partir de los resultados cualitativos) se describe, desde la opinión de una muestra de jóvenes desertores y sus padres, la influencia de variables sociofamiliares sobre el abandono escolar, entre las cuales figuran: estructura familiar, nivel socioeconómico, máximo grado de estudios de los padres, reglas y responsabilidades establecidas en casa, supervisión y apoyo familiar en tareas escolares, relaciones y pautas de comunicación y convivencia familiar.
En esta investigación se planteó, como objetivo general, describir, desde los métodos mixtos, la influencia de variables sociofamiliares en jóvenes en situación de abandono escolar en educación media superior. Y como objetivos particulares: interpretar, desde una perspectiva cualitativa, la percepción que tienen informantes clave de las zonas objeto de estudio, sobre las variables que influyen en el abandono escolar; así como identificar, desde un enfoque cuantitativo, variables del contexto sociofamiliar que desde la perspectiva de jóvenes en situación de abandono y sus padres influyen en este fenómeno.
Diseño metodológico
Se adoptó el enfoque de métodos mixtos con el propósito de lograr un mejor entendimiento del objeto de estudio, obtener inferencias más completas y generar mayor riqueza interpretativa (Creswell, 2013). El diseño efectuado es de tipo exploratorio secuencial derivativo. En la primera etapa se recolectaron y analizaron datos cualitativos, y en la segunda se recabaron y analizaron datos cuantitativos (Fig. 1). Normalmente, cuando se recolectan primero los datos cualitativos la intención es explorar el planteamiento con un grupo de participantes en su contexto, para posteriormente expandir el entendimiento del problema en una muestra mayor (Hernández-Sampieri et al., 2013).
Procedimiento metodológico
En los siguientes apartados se describe el procedimiento metodológico empleado para cada una de las etapas que comprendió este estudio.
Etapa 1. Estudio cualitativo
Se diseñó como un estudio de caso situacional, el cual implica la recolección y registro de datos sobre un caso en particular, con el fin de alcanzar una mejor comprensión del fenómeno estudiado y ampliar así el conocimiento sobre las causas que lo producen, sin pretender generalizar los resultados (Martínez-Carazo, 2011).
Escenario del estudio y participantes
La investigación se realizó en los CECYTE ubicados en áreas urbanas que han tenido un crecimiento importante en los últimos diez años y, a su vez, se identifican como zonas de conflicto y de alto riesgo en cuanto a seguridad pública debido a la presencia de pandillas y de jóvenes que no estudian ni trabajan; a decir de los pobladores, estos jóvenes ocasionan problemas a los colonos que habitan ahí.
Dichas zonas se ubican en los municipios de mayor población del estado de Baja California. En Mexicali se trabajó en el polígono compuesto por Compuerta, Imperial y el Álamo, zona ubicada en el oriente de la ciudad. Las principales actividades productivas son maquiladoras y microempresas (tortillerías, abarrotes, estéticas). La zona se encuentra altamente poblada y contaminada, con poco desarrollo socioeducativo, marginada socialmente y no hay seguimiento a proyectos de intervención (INEGI, 2013).
En Tijuana, la zona objeto de estudio fue la colonia Valle Bonito, que se encuentra ubicada al noroeste de la ciudad, por las inmediaciones del Boulevard 2000, en los límites con el municipio de Tecate. La mayoría de sus habitantes tienen un nivel socioeconómico bajo, con altos niveles de hacinamiento familiar (INEGI, 2012). Esto limita la continuidad en los estudios por parte de los jóvenes e incrementa la necesidad de trabajar.1
En Ensenada se trabajó en la colonia Popular 1989, situada al este de la ciudad; la gran mayoría de las familias que habitan en esta zona provienen de otras partes del país (Guerrero, Michoacán, Jalisco y otros). El nivel socioeconómico de dichas familias es bajo-medio. La actividad económica de estos habitantes se realiza en oficios y labores como herreros, obreros de maquiladora, mecánicos, tenderos, empleadas domésticas, albañiles y vendedores ambulantes (INEGI, 2012).
En las zonas descritas se seleccionó, de manera intencionada, un total de 40 participantes (13 por cada municipio) considerados como informantes clave (Tabla 1), mismos que de manera voluntaria accedieron a participar como entrevistados. La ubicación de las zonas objeto de estudio, así como la selección y contacto con los participantes, se llevaron a cabo en el primer semestre del año 2013.
Tipo de participantes | Número de participantes |
---|---|
Jóvenes que abandonaron la escuela y que ni estudian, ni trabajan | 15 |
Habitantes de la colonia dedicados a diversos oficios | 9 |
Madres de familia (amas de casa) | 4 |
Profesores de escuela | 4 |
Directores(as) de escuela | 3 |
Asistente administrativa de la iglesia | 1 |
Asesora de servicios de la colonia | 1 |
Policía de la comunidad | 1 |
Familiar de joven que abandonó la escuela | 2 |
Fuente: elaboración propia.
Técnica para la recolección de datos
Se diseñó una guía de entrevista compuesta por 21 preguntas agrupadas en seis categorías de análisis: a) relaciones al interior de la familia; b) valoración de la escuela; c) valoración del trabajo; d) violencia o ambiente de la comunidad; e) perspectivas personales de vida; y f) integración social. Las 40 entrevistas se efectuaron durante el 2013, en un lapso de un mes.
Procedimiento para el trabajo de campo
a) Acceso al campo. Una vez seleccionadas las zonas de investigación se procedió a realizar observaciones visuales para identificar las interacciones sociales entre los individuos a fin de realizar una selección primaria de informantes; de esa manera se detectaron los informantes clave (jóvenes desertores, padres de familia, profesores, vecinos, líderes de la colonia y policías) con quienes se pactaron las entrevistas.
b) Aplicación de las entrevistas y análisis de datos. A los informantes detectados se les solicitó su autorización para ser entrevistados; se les explicaron los objetivos de la investigación y se estableció con ellos la fecha y hora para la realización de las entrevistas. Todas las entrevistas fueron audiograbadas en su totalidad y transcritas textualmente. Se empleó la técnica de análisis de contenido, ya que se requería describir objetiva, sistemática y cuantitativamente el contenido manifiesto de la comunicación (Cohen et al., 1990), con el fin de separar cualquier comunicación escrita, oral o visual, en sus partes (enunciados y fragmentos o elementos) (Holsti, 1966; Gervilla, 2004). Este procedimiento analítico se llevó a cabo durante el segundo semestre del año 2013, en tres fases:
Primera fase: definición operacional de las metacategorías, categorías y subcategorías de análisis.
Segunda fase: categorización y codificación de los datos y asignación de un código a las metacategorías y categorías de análisis, con el fin de identificarlas y señalarlas en el texto analizado (Strauss y Corbin, 1990). La categorización hace posible clasificar conceptualmente el contenido al identificar las unidades de análisis (enunciados y fragmentos) que son cubiertas por un mismo tópico (Osses et al., 2006).
Tercera fase: tabulación y jerarquización de las categorías para conformar las matrices en las que se concentran las categorías y subcategorías encontradas, incluyendo su código y la ocurrencia/frecuencia de aparición. La jerarquización se basó en la cuantificación del número de ocurrencias o frecuencias de aparición de cada categoría; esto permite dar a cada una un peso igual para realizar una comparación equitativa y establecer las relaciones existentes entre la frecuencia de aparición y su significado en el texto (importancia, intensidad, valor).
Cuarta fase: la interpretación de los resultados se llevó a cabo contrastándolos a nivel general y por ciudad, a fin de identificar a profundidad la percepción de los entrevistados sobre las causas que producen el abandono escolar en las zonas de estudio.
Etapa 2. Estudio cuantitativo
Con base en los resultados derivados de la etapa cualitativa se efectuó un estudio descriptivo con alcance correlacional a fin de identificar las variables sociofamiliares asociadas al abandono escolar. La muestra fue de 107 jóvenes que abandonaron la escuela (Tabla 2) y sus respectivos padres (Tabla 3).
Plantel y Municipio | Población de alumnos en 2013 | Alumnos prospectos para la muestra | No localizados | Continúan estudiando | No estudian | Participantes en el estudio | Porcentaje |
---|---|---|---|---|---|---|---|
CECYTE Compuertas (Mexicali) |
1,528 | 154* | 63 | 40 | 28 | 23 | 21 |
CECYTE El Florido (Tijuana) |
2,083 | 379** | 238 | 63 | 40 | 38 | 36 |
CECYTE (Ensenada) |
1,300 | 301*** | 129 | 50 | 76 | 46 | 43 |
Total | 4,911 | 834 | 430 | 153 | 144 | 107 | 100 |
Nota: los estudiantes que no se localizaron fue debido a que carecían de número telefónico en lista o a que el numero de teléfono era equivocado o inexistente, o estaba suspendido o no disponible, fuera del área de servicio o enviado a buzón. * Corresponde al total de alumnos que el plantel registro como bajas durante el ciclo escolar 2013-2014.
** Corresponde al total de alumnos que el plantel registro como bajas durante el periodo escolar 2012-2014.
*** Corresponde al total de alumnos que reprobaron al menos una asignatura durante el ciclo escolar 2013.
Fuente: elaboración propia.
Plantel y municipio | Padres | Madres | Total de participantes | Porcentaje |
---|---|---|---|---|
CECYTE (Ensenada) | 6 | 38 | 44 | 41 |
CECYTE El Florido (Tijuana) | 3 | 35 | 38 | 36 |
CECYTE Compuertas (Mexicali) | 1 | 24 | 25 | 23 |
Totales | 10 | 97 | 107 | 100 |
Fuente: elaboración propia.
Instrumentos para la recolección de los datos
Con base en los resultados de la etapa cualitativa se diseñaron dos cuestionarios de autoinforme con diversas opciones de respuesta: opción múltiple, tipo Likert y abiertas. El desarrollo y diseño de los instrumentos se realizó durante el primer semestre del año 2014.
Cuestionario para jóvenes en situación de abandono escolar: se conforma por 42 reactivos ordenados en seis dimensiones: 1) datos de identificación; 2) aspectos de desenganche o circuito problemático asociado al abandono escolar; 3) factores psicológicos asociados al abandono escolar; 4) factores personales asociados al abandono escolar; 5) factores sociofamiliares asociados al abandono escolar; 6) factores del sistema educativo y escuela asociados al abandono escolar. Para cubrir con los objetivos del presente estudio se consideraron sólo las siguientes dimensiones: a) datos de identificación (sexo, rango de edad, estado civil y ocupación laboral actual); b) algunos aspectos de desenganche o circuito problemático asociados al abandono escolar (tiempo de abandono escolar, semestre en el que se abandonó la escuela, turno escolar, repetición de semestre y reprobación de materias); c) factores sociofamiliares (estructura familiar, reglas y normas establecidas en casa, supervisión y apoyo familiar en tareas escolares, así como relaciones y pautas de comunicación y convivencia familiar).
Cuestionario para padres de familia. Está conformado por 23 reactivos en tres dimensiones: 1) datos de identificación; 2) factores sociofamiliares asociados al abandono escolar; 3) factores del sistema educativo y escolar. Para cubrir con los objetivos del presente estudio solamente se tomaron las dos primeras dimensiones, de las cuales derivan las siguientes variables: sexo, edad, número de hijos(as), máximo grado de estudios, nivel socioeconómico (principal ocupación laboral e ingresos mensuales), reglas y normas establecidas en casa, supervisión y apoyo familiar en tareas escolares, relaciones y pautas de comunicación y convivencia familiar.
Procedimiento y análisis de los datos
Una vez que se concluyó con el piloteo de los cuestionarios, se conformó la base de datos en el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS, por sus siglas en inglés) versión 19. Con base en los datos proporcionados por las direcciones escolares de los tres planteles participantes, se contactó vía telefónica a los jóvenes. En primera instancia, se confirmó quiénes de ellos(as) se encontraban en situación de abandono escolar para proceder con la aplicación del cuestionario. Simultáneamente, y a través de este mismo medio, se solicitó a uno de los padres responder el cuestionario correspondiente. Finalmente, se realizaron los análisis descriptivos y correlacionales en el software referido. La aplicación de los cuestionarios y los análisis derivados se realizaron durante el 2014 y 2015, ocho meses en total. Es importante aclarar que los análisis de los datos se realizaron sin considerar la injerencia de factores como el sexo y el plantel (cuidad) respecto al abandono escolar; éstos sólo se consideraron para caracterizar a la muestra de participantes.
Resultados de la etapa cualitativa
El análisis de contenido se elaboró con base en el modelo categorial referido al constructo abandono escolar (Cuadro 1).
Metacategoría y código | Definición teórica | Categoría y código | Características |
---|---|---|---|
Abandono escolar ABES | • Fenómeno multifactorial, resultante de un proceso progresivo de desenganche que se da a partir de la ruptura y desencuentro del estudiante con la escuela antes de la obtención de un título de nivel bachillerato | Desenganche o circuito problemático DCPR | • Ausentismo escolar • Bajo rendimiento académico • No cumplir con tareas o compromisos escolares • Cursar materias en tiempo extraordinario • Reprobación de materias • Repetición de grado escolar • Rezago escolar (no cursar determinado nivel en la edad normativa) |
Subcategorías y su código | |||
Indicadores | Indicadores | ||
Factores psicológicos FAPS | • Motivación y gusto por el estudio • Esfuerzo en tareas escolares • Expectativas educativas • Dificultades de aprendizaje • Autoestima académica • Búsqueda del sentido de pertenencia e identidad |
Factores personales FAPE | • Razones por las que se asistía a la escuela • Dificultades en las relaciones interpersonales (familiares, amigos(as), novio(as), conocidos) • Género • Embarazo • Cambios físicos y sexuales • Problemas de conducta • Necesidad de incorporarse al mercado laboral • Cambio de estado civil (casarse, “juntarse con la pareja”) • Influencia negativa de amistades • Consumo de drogas (tabaco, alcohol, marihuana, cristal, inhalantes) • Delincuencia (participación en robos y asaltos) • Uso del tiempo libre |
Factores sociofamiliares FASF | • Bajo nivel socioeconómico de la familia • Jornada laboral extensa por parte de los padres • Ausencia de los padres en casa • Escolaridad de los padres • Composición o estructura familiar • Características de la vivienda • Desempleo • Actitud y valoración hacia la educación por parte de los padres • Expectativas educativas por parte de los padres hacia sus hijos • Reglas y responsabilidades en casa • Supervisión y apoyo familiar en tareas escolares • Relación y pautas de comunicación en la familia • Convivencia en la familia |
Factores del sistema educativo y escolar FASEE | • Estrategias implementadas por el sistema educativo y/o escuela para asegurar la permanencia y aprendizaje de los estudiantes • Relación entre alumnos y docentes • Nivel de estudios de los profesores • Estilo y prácticas pedagógicas • Expectativas de los docentes respecto de los alumnos • Clima y convivencia escolar • Relación y comunicación entre docentes y padres de familia • Liderazgo y conducción del director • Infraestructura escolar • Funcionamiento escolar |
Fuente: elaboración propia.
En la Tabla 4 se presentan los resultados la frecuencia de aparición de las subcategorías obtenidos del análisis de contenido; se expresa en cada plantel escolar.
Subcategorías | Código | Frecuencias de aparición en cada plantel escolar | Frecuencia total | ||
---|---|---|---|---|---|
CECYTE Ensenada |
CECYTE Mexicali |
CECYTE Tijuana |
|||
Factores sociofamiliares | FASF | 69 | 75 | 52 | 196 |
Factores del sistema educativo y escuela | FASEE | 31 | 57 | 13 | 101 |
Factores personales | FAPE | 27 | 52 | 22 | 101 |
Factores psicológicos | FAPS | 23 | 31 | 14 | 67 |
Fuente: elaboración propia.
En la Tabla 4 se aprecia la relevancia que los entrevistados otorgan a los factores sociofamiliares en cuanto a su influencia sobre el abandono escolar. Del listado de indicadores (presentados anteriormente en el Cuadro 1 los tres que registraron mayor frecuencia fueron: 1) relación y pautas de comunicación en la familia (62); 2) supervisión y apoyo de los padres en tareas escolares (44); y 3) bajo nivel socioeconómico (21). Con ello queda evidencia de que, desde la perspectiva de los entrevistados, las relaciones desfavorables entre los miembros de la familia influyen en el hecho de que los jóvenes abandonen la escuela. Esto se refleja en fragmentos textuales como los siguientes:
Platico con mis padres cosas normales que se tienen que platicar, pero no es de sentarnos a contarnos cosas que nos pasan o que me aconsejen (joven de 16 años, que no estudia ni trabaja).
Los padres no les ponen la suficiente atención a sus hijos (directora de escuela).
Para los padres de familia la escuela es sólo una guardería, ya que no se preocupan por que sus hijos aprendan, no les ayudan con las tareas ni les importa la calificación mientras los pasen de año y mientras no los llamen para darles quejas de ellos (profesora de escuela).
No pues casi no platico con ellos, no me llevo casi bien con ellos, no me voltean ni a ver… tenemos problemas (joven de 18 años, ni estudia ni trabaja).
Resultados de la etapa cuantitativa
En este apartado se muestran los resultados producto del análisis de la información derivada de la aplicación de los dos cuestionarios (jóvenes en situación de abandono y padres de familia).
Características generales de la muestra de jóvenes participantes. Se observó que poco más de la mitad (56 por ciento) son hombres y el resto (44 por ciento) mujeres. Más de la mitad de los jóvenes (58 por ciento) tiene entre 17 y 18 años, mientras que el 28 por ciento tiene entre 15 y 16 años, y el 14 por ciento 19 años o más. En cuanto al estado civil, 84 por ciento indicó estar soltero, 14 por ciento señaló encontrarse en unión libre y el 2 por ciento está casado. En cuanto a la ocupación laboral actual, un poco más de la mitad reportó no trabajar (Gráfica 1).
Algunos aspectos de desenganche o circuito problemático asociados al abandono escolar. El 94 por ciento dejaron la escuela hace un año o menos; durante el primer año (primer y segundo semestre) se registró la mayor incidencia de deserción (64 por ciento). La mayoría de los jóvenes (55 por ciento) asistían a la escuela en el turno matutino. Si bien la gran mayoría de los jóvenes (84 por ciento) no reprobó algún semestre, el 89 por ciento reportó haber reprobado una o más materias en el último semestre cursado; de ellos, la gran mayoría (80 por ciento) reprobó matemáticas.
Características generales de la muestra de padres participantes. El 90 por ciento son madres y el 10 por ciento padres. Más de la mitad reportó tener entre 35 y 45 años. En promedio cuentan con tres hijos. El máximo grado de estudios alcanzado por la mayoría (87%) fue primaria o secundaria (Gráfica 2).
En lo que concierne a la actividad laboral, 57 por ciento de los padres y madres entrevistados no trabaja y, por ende, se dedica al hogar (amas de casa); 25 por ciento reportó dedicarse a labores del campo u obrero, mientras que el porcentaje restante (18 por ciento) son empleados o comerciantes. La mayoría de las familias (60 por ciento) reportó contar con ingresos mensuales de entre 3 y 5 mil pesos.
Factores del contexto sociofamiliar asociados al abandono escolar. En lo que respecta a la estructura familiar, 63 por ciento de los jóvenes vive con su papá, mamá y hermanos (Gráfica 3).
Adicionalmente, se realizó un análisis de frecuencias de las respuestas a la pregunta abierta contenida en el cuestionario para padres de familia, en el que se les solicitaba que mencionaran dos reglas y responsabilidades que hubieran establecido en casa para sus hijos. Las respuestas se jerarquizaron de acuerdo con la frecuencia de aparición (Tabla 5).
Reglas | Frecuencia de aparición | Responsabilidades | Frecuencia de aparición |
---|---|---|---|
Estudiar | 42 | Ayudar en los quehaceres de la casa | 85 |
Llegar temprano a casa | 36 | Hacer su tarea/estudiar | 35 |
Ayudar en casa | 24 | Ninguna | 7 |
Pedir permiso/avisar en dónde está | 18 | Cuidar su higiene | 4 |
No tiene reglas | 7 | Respetar el horario | 4 |
Obediencia | 6 | Ser responsable | 2 |
Respeto | 6 |
Fuente: elaboración propia.
En cuanto a las reglas, sobresale en primer lugar que es importante que sus hijos(as) estudien; en segundo lugar, que lleguen temprano a casa; y en tercero, que ayuden con los deberes de la casa. Respecto de las responsabilidades, los padres reportaron en primer lugar -con una alta frecuencia de aparición- que sus hijos ayuden en los quehaceres de casa; y en segundo, hacer la tarea o estudiar. Destaca que para los padres de estos jóvenes el compromiso con la escuela es muy relevante, pues lo consideran simultáneamente como regla y como responsabilidad.
Por otra parte, respecto a la supervisión y apoyo familiar en tareas escolares, en la Tabla 6 se observan los porcentajes comparativos entre las respuestas de los padres y sus hijos y las discrepancias entre unos y otros respecto de la opción de respuesta (siempre y casi siempre). En principio destaca la discrepancia de 25 por ciento en el caso de felicitar cuando se obtienen buenas calificaciones: es claro que los hijos perciben la presencia de este estímulo en menor medida que los padres. También, cabe señalar que, para casi la mitad de los jóvenes (42 por ciento), sus padres sólo a veces estaban al pendiente de que realizaran sus tareas escolares. Por otra parte, la gran mayoría reporta que sus padres les llamaban la atención cuando obtenían bajas calificaciones.
Preguntas | Opciones de respuestas | |||
---|---|---|---|---|
Nunca o casi nunca (%) | A veces (%) | Siempre o casi siempre (%) | Porcentaje de discrepancia | |
P: los felicito cuando obtienen buenas calificaciones | 4 | 7 | 89 | 25 |
J: te felicitaban cuando obtenías buenas calificaciones | 4 | 32 | 64 | |
P: les llamo la atención o platico con ellos cuando obtienen bajas calificaciones | 1 | 12 | 87 | 19 |
J: te llamaban la atención o platicaban contigo cuando obtenías bajas calificaciones | 3 | 29 | 68 | |
P: me encuentro al pendiente de que realicen sus tareas escolares | 12 | 27 | 61 | 17 |
J: estaban al pendiente de que realizaras tareas escolares | 14 | 42 | 44 | |
P: cuando salen de la casa o de la escuela se en dónde y con quien(es) están | 8 | 28 | 64 | 0 |
J: sabían dónde y con quien estabas cuando salías de tu casa o escuela | 12 | 24 | 64 | |
P: trato de ayudarlos cuando se les dificulta aprender alguna materia | 27 | 35 | 38 | 3 |
J: trataban de ayudarte cuando se te dificultaba aprender alguna materia | 28 | 31 | 41 |
P: pregunta a madre o padre; J: pregunta a joven en situación de abandono escolar.
Fuente: elaboración propia.
Por otra parte, en la Tabla 7 se presentan aspectos relativos a las relaciones y pautas de los resultados comparativos entre las respuestas de los padres de familia y sus hijos, en comunicación y la convivencia familiar.
Preguntas | Opciones de respuestas | |||
---|---|---|---|---|
Nunca o casi nunca (%) | A veces (%) | Siempre o casi siempre (%) | Porcentaje de discrepancia | |
P: les demuestro cariño y afecto | 2 | 8 | 90 | 11 |
J: te demuestran cariño y afecto | 1 | 18 | 81 | |
P: les expreso mi apoyo y confianza | 0 | 9 | 91 | 8 |
J: te expresan su apoyo y confianza | 2 | 15 | 83 | |
P: en la familia se sienten amados y respetados | 0 | 15 | 85 | 7 |
J: te sientes amado(a) y respetado(a) | 1 | 21 | 78 | |
P: les demuestro interés por lo que piensan y sienten | 1 | 8 | 91 | 18 |
J: les interesa lo que sientes y lo que piensas | 0 | 26 | 73 | |
P: en la familia se sienten en un ambiente de armonía y paz | 2 | 19 | 79 | 16 |
J: te sientes en un ambiente de armonía y paz | 8 | 29 | 63 | |
P: cuando tienen problemas los escucho y comprendo | 1 | 16 | 83 | 13 |
J: cuando has tenido problemas te escuchan y comprenden | 4 | 26 | 70 | |
P: los oriento y los guio para que tomen buenas decisiones | 0 | 2 | 98 | 15 |
J: te orientan y guían para que tomes buenas decisiones | 2 | 15 | 83 | |
P: pueden hablarme sin temor de cualquier tema | 3 | 16 | 81 | 20 |
J: pueden hablar sin temor de cualquier tema | 11 | 28 | 61 | |
P: nos hablamos sin faltarnos al respeto ni usar groserías | 0 | 21 | 79 | 15 |
J: se hablan sin faltarse al respeto ni usan groserías | 6 | 31 | 64 | |
P: acostumbramos realizar actividades para estar juntos y convivir (salir a pasear, comer, viajar, etc.) | 9 | 42 | 49 | 2 |
J: acostumbran realizar actividades para estar juntos y convivir (salir a pasear, comer, viajar, etc.) | 11 | 42 | 47 |
P: pregunta a madre o padre; J: pregunta a joven en situación de abandono escolar.
Fuente: elaboración propia.
En todos los casos, las madres (90 por ciento) y los padres (10 por ciento) reportaron realizar en mayor medida las acciones expresadas en comparación con sus hijos(as); se encontraron discrepancias de hasta 20 por ciento. Conviene destacar que cerca de la mitad de los jóvenes y sus familias (42 por ciento) expresaron realizar sólo algunas veces actividades para estar juntos y convivir. A su vez conviene señalar que, en opinión de un poco más de un cuarto de la muestra de jóvenes (entre el 21 y el 31 por ciento), en su familia sólo a veces: se hablan sin faltarse al respeto ni usar groserías; pueden hablar sin temor de cualquier tema; cuando tienen problemas se les escucha y comprende; les interesa lo que sienten y lo que piensan; y se sienten amados y respetados.
Dado que en las dos etapas del estudio (cualitativa y cuantitativa) se evidencia la importancia de la atención de la familia y supervisión de los hijos en las tareas escolares, se procedió a efectuar un análisis correlacional para identificar la influencia del grado de estudios alcanzado por los padres y su relación con el apoyo que le pueden brindar a sus hijos en el seguimiento a su trayectoria académica. Se probaron las correlaciones entre los indicadores de la variable supervisión y apoyo familiar en tareas escolares y la variable grado de estudios de los padres. Los resultados se presentan en la matriz de correlaciones (Tabla 8), donde se observa una correlación positiva y moderada con el indicador “trato de ayudarlos cuando se les dificulta aprender alguna materia”. A medida que aumenta el grado de estudios alcanzado por los padres se observa mayor apoyo a las actividades escolares de sus hijos.
Indicadores | 1A | 1B | 1C | 1D | 1E | 1F | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1A | Correlación de Pearson | 1 | .105 | .019 | .182 | .121 | .489** |
Sig. (2 colas) | .281 | .844 | .060 | .213 | .000 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | |
1B | Correlación de Pearson | .105 | 1 | .486** | .434** | .412** | .172 |
Sig. (2 colas) | .281 | .000 | .000 | .000 | .077 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | |
1C | Correlación de Pearson | .019 | .486** | 1 | .369** | .427** | .100 |
Sig. (2 colas) | .844 | .000 | .000 | .000 | .303 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | |
1D | Correlación de Pearson | .182 | .434** | .369** | 1 | .363** | .294** |
Sig. (2 colas) | .060 | .000 | .000 | .000 | .002 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | |
1E | Correlación de Pearson | .121 | .412** | .427** | .363** | 1 | .204* |
Sig. (2 colas) | .213 | .000 | .000 | .000 | .035 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | |
1F | Correlación de Pearson | .489** | .172 | .100 | .294** | .204* | 1 |
Sig. (2 colas) | .000 | .077 | .303 | .002 | .035 | ||
N | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 | 107 |
** La correlación es significativa al nivel de 0.01 (2 colas). 1A= máximo grado de estudios de la madre o padre; 1B= los felicito cuando obtienen buenas calificaciones; 1C= les llamo la atención o platico con ellos cuando obtienen bajas calificaciones; 1D= me encuentro al pendiente de que realicen sus tareas escolares; 1E= cuando salen de la casa o de la escuela sé en dónde y con quién(es) están; 1F= trato de ayudarlos cuando se les dificulta aprender alguna materia.
Fuente: elaboración propia.
Como se aprecia, los resultados de la primera etapa (cualitativa) evidenciaron que, para los entrevistados, la realidad del abandono escolar está relacionada, en primer lugar, con factores sociofamiliares, entre los que destacan: falta de comunicación familiar y apoyo y supervisión familiar en tareas escolares. Los datos cuantitativos (segunda etapa) confirman lo anterior, pues la descripción de los porcentajes más altos obtenidos deja ver que los jóvenes no reciben el apoyo necesario por parte de sus padres para el logro de las actividades escolares; mientras que, en los análisis correlaciones, el capital cultural (máximo grado de estudios) de los padres es una condición que les ayuda a que se involucren y apoyen a sus hijos en las actividades escolares.
Discusión
Los resultados y hallazgos derivados de la presente investigación, realizada bajo el enfoque de los métodos mixtos, nos adentra en la comprensión y descripción de los factores asociados al abandono escolar en centros de nivel medio superior (CECYTE) ubicados en colonias con condiciones que denotan una visible marginalidad social. Desde la perspectiva de los participantes entrevistados (estudio cualitativo), los factores sociofamiliares figuraron como los de mayor relevancia en relación con el fenómeno estudiado. Destacan las siguientes categorías: disfuncionalidad en la relación y pautas de comunicación en la familia; falta de supervisión y apoyo familiar en tareas escolares; y bajo nivel socioeconómico. Este hallazgo es consistente con lo referido por diversos autores (Casquero y Navarro, 2010; Román, 2013; Solís et al., 2013; SSP, 2011) que reconocen la importancia de estas variables en el abandono escolar. Sin duda, el grado en que se involucran los padres en las actividades escolares de sus hijos, y ciertos indicadores de la dinámica familiar (modos de convivencia y pautas de comunicación) resultan condiciones de suma relevancia cuando se intenta comprender fenómenos educativos como el rendimiento académico y el fracaso escolar. Con base en los hallazgos derivados de la etapa cualitativa, en el estudio cuantitativo se decidió describir y ahondar en algunos de los factores del contexto social-familiar que en diversos estudios suelen asociarse al abandono escolar: estructura familiar, nivel socioeconómico, máximo grado de estudios de los padres, reglas y responsabilidades establecidas en casa, supervisión y apoyo familiar en tareas escolares, relaciones y pautas de comunicación, y convivencia familiar.
Como se ha evidenciado de manera consistente y reiterada en otros estudios (Román, 2013; SEP, 2013), en esta investigación el abandono escolar se manifestó en mayor medida en hombres que en mujeres, y especialmente durante la etapa inicial de estudios (primer año); la gran mayoría de los jóvenes reportó haber reprobado una o más materias en el último semestre cursado, y la materia más reprobada fue matemáticas. En lo que respecta a la estructura familiar, la mayoría de los participantes viven con sus padres y hermanos, es decir, en hogares aparentemente integrados, por lo que esta variable no parece influir decisivamente en el abandono escolar. Este mismo hallazgo se confirmó en el estudio realizado por Chaparro et al. (2016) y a su vez discrepa con lo enunciado en otras investigaciones (Espinoza et al., 2012; Losada et al., 2015) que indican que los jóvenes que viven en hogares con ambos padres tienen mejores logros académicos. Como se esperaba, el nivel socioeconómico de las familias fue bajo: 90 por ciento de los familiares encuestados fueron las madres de los jóvenes, y 57 por ciento de ellas declaró que no trabaja; 43 por ciento de los padres y madres trabaja como obreros(as) y empleados(as). La mayoría reportó contar con ingresos mensuales de entre 3 y 5 mil pesos.
Un hallazgo de suma relevancia es que la mayoría de los jóvenes que participaron en este estudio no se encontraba laborando y todos habían dejado de asistir a la escuela desde un año atrás. Este hecho permite suponer que la necesidad de los(as) jóvenes de incorporarse al mercado laboral no fue el motivo por el cual abandonaron la escuela (de otra forma, estarían trabajando) y, por tanto, sugiere la importancia de profundizar en el estudio de otros factores, tanto sociales como familiares. Estos resultados son similares a los reportados en un estudio sobre deserción escolar en Chile, donde a pesar de que el 69.7 por ciento de los desertores declaró enfrentar dificultades económicas, solamente el 10.2 por ciento se encontraba laborando (Espinoza et al., 2012). Otra hipótesis que podría explicar por qué más de la mitad de los adolescentes que abandonaron sus centros escolares no estudian ni trabajan, es que en las familias se espera que los hijos ayuden en las labores propias del hogar, lo cual indicaría que para la familia es más importante contar con apoyo en las labores que hacen que el hogar funcione. Esto se evidenció en el hecho de que entre las reglas y responsabilidades establecidas por los padres se considera muy relevante ayudar en la casa, más allá de la necesidad de estudiar; es así como este sistema idiosincrático sostiene el funcionamiento de la familia sin importar quién se sacrifique con ello (Díaz et al., 2016). En ese sentido, en un estudio sobre el fenómeno de los jóvenes que ni estudian ni trabajan se afirma que 31.3 por ciento de las mujeres, y 40.5 por ciento de los varones en esta condición declararon que no podían regresar a estudiar debido a que atendían “responsabilidades familiares”. Incluso, alrededor de 13.5 por ciento de las mujeres manifestó no tener tiempo para estudiar, en contraste con un 10 por ciento de los hombres (Tuirán y Ávila, 2012).
En esta investigación ha quedado en evidencia la correlación entre el nivel de estudios de los padres (en su gran mayoría madres -90 por ciento-) y el apoyo que brindan a sus hijos en tareas escolares: es contundente que a medida que aumenta el nivel educativo de alguno de los padres, la ayuda e implicación en tareas escolares es mayor. Como se aprecia en los resultados presentados, el nivel educativo de la mayoría de los padres/madres es apenas la educación básica (primaria y secundaria), por lo que estas familias de bajo nivel cultural, aunque valoren la educación, no tienen capacidad, ni interés, ni los conocimientos necesarios para favorecer los procesos de aprendizaje de sus hijos, además de que las limitaciones económicas no les permiten pagar asesorías individualizadas.
Este punto confirma lo referido por otros autores que sostienen que el nivel educativo de los padres influye en las habilidades, valores y conocimientos que tienen sobre los procesos educativos formales y, por lo tanto, impactan en las prácticas educativas en casa, en el moldeamiento de las habilidades en sus hijos y en la forma de intervenir en los asuntos escolares (Roosa et al., 2012). Los resultados obtenidos dan cuenta de que menos de la mitad de los padres reportaron que “siempre” trataban de ayudar a sus hijos(as) en las tareas escolares. Otras investigaciones también han demostrado que, en general, tanto los estudiantes que exhiben bajos logros académicos en la escuela como aquellos que desertan, provienen de familias con padres que tienen bajas expectativas educacionales hacia ellos y no les proveen de apoyo académico ni monitorean o supervisan sus actividades (Fernández, 2016; Vargas y Valadez, 2016).
En síntesis, se ha comprobado que la implicación de los padres en los asuntos escolares suele relacionarse con una mayor asistencia a clases, mejores resultados en evaluaciones escolares, tasas más altas de egreso de niveles escolares superiores y menor repetición de grados (LaRocque et al., 2011). Estas situaciones podrían favorecer en mucho la retención de los hijos en la escuela. La familia, por lo tanto, tiene una función que abarca tanto lo educativo como lo cultural, pues trasmite los valores y normas que requiere el ser humano para desarrollarse en la vida cotidiana (Losada, 2015). En este estudio, aunque al parecer las familias de los jóvenes que abandonaron la escuela han establecido reglas y responsabilidades para sus hijos, entre las que destacan la importancia de estudiar y el compromiso con la escuela, probablemente en la vida cotidiana no se vigila su cumplimiento: de acuerdo con los resultados obtenidos, los padres supervisan poco las actividades escolares de sus hijos y sus logros académicos. Aparentemente estamos ante un caso de estilo parental negligente o pasivo, en el que los hijos suelen ser dejados a su propia suerte, no tienen logros, ningún apoyo emocional, ni reglas precisas, ni expectativas (Moral, 2013).
Si bien las discrepancias entre las respuestas de los padres y sus hijos eran previsibles, conviene destacar que, en variables como el apoyo familiar en tareas escolares y las relaciones y pautas de comunicación, los jóvenes afirmaron no recibir felicitaciones cuando obtenían buenas calificaciones y ni atención especial cuando éstas eran bajas; no poder hablar sin temor de cualquier tema; y no recibir demostración de interés por lo que piensan y sienten. Por otra parte, cabe destacar que la menor discrepancia entre los informantes se registró en torno a la convivencia familiar, ya que la mayoría de los encuestados reportó que sólo a veces realizaban actividades para estar juntos y convivir (salir a pasear, comer, viajar, etcétera). Este hallazgo denota que los espacios que permiten cercanía y convivencia familiar son muy escasos, ya que el tiempo que los padres pasan con sus hijos, la presencia de rituales familiares y las actividades compartidas se configuran como factores protectores ante conductas de riesgo escolar como el abandono.
Finalmente, comparando los resultados derivados de los análisis cuali y cuanti en los aspectos relativos a la relación y pautas de comunicación en la familia, resalta que los informantes de la etapa cualitativa argumentaban que existía poca comunicación y relaciones familiares disfuncionales, lo que contrasta con los hallazgos de la etapa cuantitativa, donde tanto para los padres como para los hijos, el cariño y apoyo estaban presentes. Los jóvenes se sienten orientados y guiados por sus padres, aunque indican que en ocasiones se faltan al respeto, y confiesan no sentirse en confianza para hablar de cualquier tema con sus padres. Estos aspectos denotan ausencia de asertividad en la comunicación familiar. Al respecto, algunos autores (López et al., 2005; Santander et al., 2008) han reportado que una comunicación familiar negativa afecta la adaptación y ajuste escolar.
Conclusiones
En el presente estudio de caso, realizado con un diseño metodológico mixto, se identificaron y describieron algunas variables del contexto sociofamiliar en relación con el abandono escolar. En los resultados de la etapa cualitativa los factores sociofamiliares figuraron como los de mayor relevancia. Los hallazgos de esta etapa orientaron el estudio cuantitativo, en el cual se indagaron variables del contexto sociofamiliar. Se contó con la participación de una muestra importante de jóvenes desertores y sus respectivos padres. Cabe destacar que se registró una correlación moderada entre el nivel de estudios de los padres (en su gran mayoría madres) y el apoyo brindado en las tareas escolares, tomando en cuenta que el nivel educativo de la mayoría de los padres/madres no rebasa la educación básica, es decir, se trata de familias de bajo nivel cultural que, aunque valoran la educación, no cuentan con los conocimientos necesarios para favorecer los procesos de aprendizaje de sus hijos.
Sin duda se requiere un estudio más puntual y profundo acerca de la forma en que se involucran los padres en las actividades escolares de sus hijos, y sobre ciertos indicadores de la dinámica familiar tales como los modos de convivencia, las pautas de comunicación, los estilos parentales, y el establecimiento de reglas y responsabilidades. Para ello habrá de trabajarse con muestras representativas que permitan superar las limitaciones de los estudios de caso y generalizar los resultados. A su vez, cuando los fenómenos objeto de estudio se caracterizan por su complejidad conviene destacar la utilidad metodológica de los enfoques mixtos, pues proveen una comprensión más amplia -y a su vez profunda- respecto a lo que se pretende explicar.
Otro hallazgo revelador en este estudio es que la mayoría de los jóvenes participantes no estudian ni trabajan, lo que sugiere centrar la mirada en el estudio de otros condicionantes psicosociales y culturales ya que, contrario a lo esperado, la necesidad de incorporarse al mercado laboral no parece ser ni el único motivo, ni el más importante, para abandonar la escuela.
Se ha comprobado que en el abandono escolar confluye una multiplicidad de factores de naturaleza diversa, en consecuencia, identificar sus causas representa una labor compleja a la cual el sistema educativo parece no estar prestando suficiente atención.
En este estudio queda en evidencia la relevancia del contexto sociofamiliar, empezando por el capital cultural de los padres y su incidencia en el adecuado acompañamiento educativo que se espera que brinden a sus hijos, en el interés y la supervisión en las actividades escolares, y en el fomento de pautas de comunicación asertiva que propicien una adecuada convivencia familiar.
Si se toman en cuenta estos condicionantes se podrían diseñar estrategias preventivas para abatir el abandono escolar, pues esta problemática conlleva un alto costo para los estudiantes, las familias y los sistemas educativos.
Tal parece que otras estrategias han resultado poco efectivas para abatir esta problemática (Espínola y Claro, 2010), por lo que deberíamos atender de manera sostenida a las familias y su dinámica, así como al contexto social.