ANTECEDENTES
Con la llegada de la transición demográfica se han incrementado de manera importante el número de adultos mayores con osteoporosis,1 las caídas2 y, como consecuencia inevitable, las fracturas de cadera.3
Las fracturas de cadera son la consecuencia más temida de las caídas y la osteoporosis. En México se ha calculado que entre 1 y 2 de cada 10 mujeres adultas tendrá una fractura de cadera a lo largo de su vida.4 Asimismo, la fractura de cadera tiene alta mortalidad,5,6 así como un efecto negativo en la movilidad,7 calidad de vida,8 dependencia9 y costos.4,10,11
Se ha descrito en las últimas décadas la utilidad de los equipos multidisciplinarios en donde el traumatólogo y el geriatra comparten responsabilidades a través de las llamadas Unidades de Ortogeriatría. Esta mancuerna ha ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de cada región; sin embargo, independientemente de la ubicación geográfica, existe consenso de su utilidad en cuanto a la disminución de complicaciones, estancia hospitalaria, costos y mortalidad.12-16 A pesar de esto, en Latinoamérica existe poca evidencia del efecto de las unidades ortogeriátricas y en México los trabajos que existen de fracturas de cadera no han incluido geriatras o unidades ortogeriátricas.17-23 Esto hace pensar que no se han difundido de manera adecuada los beneficios de equipos multidisciplinarios en las cúpulas que toman decisiones respecto a la asignación de recursos e implementación de programas.
Si consideramos que la población mexicana de adultos mayores corresponde a 9.2% y de éstos 15% son mayores de 85 años,24 resultan un grupo muy alto de riesgo de fractura de cadera. A pesar de esto, el número de unidades con estas características es insuficiente y no existe evidencia publicada de su experiencia e impacto asistencial. San Luis Potosí, liderado por el Dr. López Esqueda, ha sido precursor en este rubro con la implementación de una Unidad de Ortogeriatría en el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto. Se han replicado algunas unidades en Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México. Sin embargo la fractura de cadera es una afección clínica universal, por lo que la inclusión del geriatra en la atención de la fractura de cadera desde su ingreso al servicio de urgencias debe ser una práctica extendida en toda la República.
Esta inclusión del geriatra en la atención a la fractura de cadera se practica de manera habitual en otros países como Reino Unido13 hace cerca de 30 años y España hace 15 años. Además del geriatra, otros profesionales juegan un papel fundamental en los buenos resultados de las Unidades de Ortogeriatría. Éste es el caso de fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeras geriatras y trabajadores sociales. Tristemente en México, aún distamos mucho de tener unidades similares y en número suficiente.
Este modelo de trabajo en equipo de otros países podría servirnos de ejemplo a traumatólogos y geriatras mexicanos para establecer alianzas asistenciales y de investigación con fines de determinar el estado actual de la fractura de cadera en México y a la larga que las Unidades de Ortogeriatría sean una realidad en toda la República.
Cito al Dr. Colin Currie (líder de la Base de Datos Nacional de Fractura de Cadera en Reino Unido y del Fragility Fracture Network) en su mensaje para el Registro Español de Fracturas de Cadera, celebrado en Madrid, España, en febrero de 2018: “El manejo de las fracturas de cadera por parte del traumatólogo sin el geriatra se convierte en un manejo subóptimo de las comorbilidades, por el contrario, el geriatra sin el traumatólogo se convierte únicamente en cuidados paliativos”. Ante esta premisa parece lógico potenciar las capacidades de cada especialidad a través de unidades de este tipo.
No podemos perder de vista que el objetivo final de la atención a la fractura de cadera es reintegrar al paciente lo más pronto posible a su medio y con la mayor independencia posible, y creo que si seguimos los pasos de otros países que nos llevan años de ventaja y han logrado tener buenos resultados podemos pensar que la Ortogeriatría en México es un futuro posible.