Introducción
Nuestro objetivo en este artículo es estudiar la influencia de la cohesión social en el grado de satisfacción con la colonia en asentamientos de ingreso medio-bajo. Usamos los datos de una encuesta aplicada a habitantes de dos colonias en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León. Una de ellas fue objeto de una intervención para mejorar la cohesión social (Salazar Cantú, 2018). Los datos que obtuvimos del instrumento aplicado a los sujetos de la muestra nos permitieron contar con un indicador de la satisfacción con la colonia; crear un índice de cohesión social, incluyendo diferentes dimensiones que la caracterizan (confianza vecinal, participación vecinal, comportamiento participativo e identidad vecinal); e incluir variables de control para relacionar el índice de cohesión social y el grado de satisfacción con la colonia. Usando estos datos, y para cumplir el objetivo planteado, estimamos modelos por probit y probit ordenados. Encontramos clara evidencia de que, al aumentar el grado de cohesión social, aumenta la probabilidad de que los residentes estén más satisfechos con su colonia.
Tal como lo presentaremos en la revisión de la literatura, los estudios sobre satisfacción con la colonia han prestado atención a las dos dimensiones que abordamos en este artículo. Por un lado, se han estudiado los determinantes de la satisfacción residencial en regiones de ingreso bajo o medio-bajo; y por otro, ha sido de interés determinar la influencia de la cohesión social en la satisfacción con la colonia. Ciorici y Dantzler (2019, p. 9) anotan que la cohesión social puede ser un determinante importante de la satisfacción con la colonia en comunidades de ingreso bajo, ya que los pobres urbanos utilizan las redes sociales para sobreponerse a la adversidad económica.
En el ámbito de las políticas urbana y de vivienda, el reporte de la OECD (2015) documenta una serie de modificaciones en México que abonan a la relevancia de nuestro artículo. Menciona dicho reporte que la creación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) tuvo el propósito de consolidar las políticas de vivienda, urbana y rural en una sola dependencia gubernamental. El nuevo enfoque urbano y de vivienda en México, anota además OECD (2015), va más allá de la oferta de vivienda y contempla aspectos cualitativos y del medio ambiente urbano, tal como la cohesión social. Dichas consideraciones, consecuentemente, fueron plasmadas en los planes y programas relacionados. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) contemplaba el fortalecimiento de la cohesión social; el Plan Nacional de Vivienda (PNV), a través de la producción social de vivienda, propuso mejorar la calidad de vida y fortalecer la cohesión social; y el Plan Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) planteó promover el desarrollo comunitario y la cultura de convivencia vecinal en las unidades habitacionales, evitar la expulsión de la población originaria y reforzar la identidad vecinal, entre otros aspectos.
Además de esta introducción, en la siguiente sección presentamos la literatura relacionada, después la metodología, los resultados, y al final nuestras conclusiones.
Literatura relacionada
Nuestro artículo se vincula con los estudios empíricos sobre la satisfacción residencial de familias de ingreso bajo, con aquellos que han relacionado la satisfacción de los residentes con su colonia y el grado de cohesión social, y con los trabajos sobre satisfacción residencial en México.
Los determinantes de la satisfacción residencial en comunidades de ingreso bajo se han estudiado en países de distintos niveles de desarrollo. Existen, entre otros, estudios sobre satisfacción residencial de familias de ingreso bajo para España (Amérigo y Aragonés, 1990), Malasia (Mohit et al., 2010; Hashim, 2003; Salleh, 2008; Sulaiman y Yahava, 1987), Sudáfrica (Aigbavboa y Thwala, 2012; Westaway, 2009), Irán (Shahriari et al., 2014), Nigeria (Ibem et al., 2019; Olatubara y Fatoye, 2007; Ibem y Amole, 2013; Makinde, 2015; Ukoha y Beamish, 1997), Ghana (Addo, 2016), Estados Unidos (Ciorici y Dantzel, 2019; Boeckermann et al., 2017; Basolo y Strong, 2002; Bruin y Cook, 1997; Loo, 1986), China (Li y Wu, 2013; Huang y Du, 2015; Gan et al., 2019), Corea (Byun y Ha, 2016) y Tailandia (Savasdisara et al., 1989). En algunos países de Latinoamérica hay también esfuerzos por entender los factores que influyen en la satisfacción residencial en áreas de ingreso bajo en Chile (Andrade Garrido et al., 2008; Andrade Garrido et al., 2007; Hidalgo y Saldías, 1998; Moyano Díaz, 1994; De la Puente et al., 1990), Venezuela (Wiesenfeld, 1992) y Colombia (Vanegas y Bose, 2020).
En los países en vías de desarrollo, los gobiernos centrales diseñan políticas de vivienda que incluyen la implementación de estrategias para dotar de vivienda a las familias de ingreso bajo. De esa forma, el estudio de los determinantes de la satisfacción residencial es una guía para el diseño de la vivienda y de amenidades en el entorno con objeto de mejorar el nivel de vida de los residentes. La implementación de estos programas ha motivado el estudio de los determinantes de la satisfacción residencial para las familias que habitan en viviendas de bajo costo o subsidiadas por el gobierno (Ibem et al., 2019; Cruz Guzmán, 2018; Huang y Du, 2015; Makinde, 2015; Ibem y Amole, 2013; Aigbavboa y Thwala, 2012; Mohit et al., 2010; Andrade Garrido et al., 2008; Andrade Garrido et al., 2007; Hidalgo y Saldías, 1998; Ukoha y Beamish, 1997; Moyano Díaz, 1994; De la Puente et al., 1990); en complejos habitacionales públicos de renta (Gan et al., 2019; Byun y Ha, 2016; Huang y Du, 2015; Sulaiman y Yahava, 1987); o en conjuntos habitacionales multifamiliares (Addo, 2016). Se ha estudiado también la satisfacción residencial de familias que viven en desarrollos habitacionales de bajo costo, ofrecidos por el sector privado (Salleh, 2008; Moyano Díaz, 1994; Savasdisara et al., 1989). Además, un problema que enfrentan los países en desarrollo es el de los asentamientos irregulares o informales, motivados por el rezago en la oferta de vivienda, las condiciones económicas adversas, o la migración a las áreas urbanas. La satisfacción residencial de estos grupos de ingreso bajo también ha sido objeto de estudio en la literatura (Vanegas y Bose, 2020; Li y Wu, 2013; Westaway, 2009).
Otro grupo de población que ha recibido atención en la literatura sobre satisfacción residencial es el de los hogares de ingreso bajo encabezados por madres solteras, que en el periodo 1970-1990 tuvieron un importante crecimiento en Estados Unidos (Bruin y Cook, 1997), y que han sido objeto de estudio también en Venezuela (Wiesenfeld, 1992). La literatura también ha estudiado la satisfacción residencial de familias de ingreso bajo para dirigir iniciativas de desarrollo urbano y revitalización (Ciorici y Dantzel, 2019; Basolo y Strong, 2002; Loo, 1986); el efecto que sobre la satisfacción residencial tiene la localización de los complejos habitacionales (Cruz Guzmán, 2018; Cáceres Seguel, 2015; Hidalgo y Saldías, 1998); y las condiciones de salud física de los residentes en comunidades desaventajadas, ya que se reconoce que la salud se ve influida por el medio ambiente social de la colonia (Boeckermann et al., 2017).
Si bien en este artículo analizamos los determinantes de la satisfacción con la colonia de familias de ingreso bajo, el contexto de nuestro estudio es diferente al de la literatura que acabamos de describir. Nuestra motivación es analizar si la cohesión social, un factor que ha sido enfatizado por la política de vivienda del gobierno mexicano, influye en el grado de satisfacción con la colonia. Si ése fuera el caso, habría razones para diseñar programas enfocados a mejorar la cohesión social de los residentes, para de esa forma incidir en un indicador de la calidad de vida, tal como lo es el grado de satisfacción con la colonia.
Son pocos los trabajos que han relacionado la cohesión social, o alguno de sus componentes, y la satisfacción con una colonia de residentes con ingreso bajo (Ciorici y Dantzel, 2019; Boeckermann et al., 2017; Maturana y Horne, 2016; Moyano Díaz, 1994; De la Puente et al., 1990; Loo, 1986). Los aspectos que definen la calidad de las redes sociales en el estudio de Ciorici y Dantzel (2019) son si las personas en la colonia ayudan si un vecino necesita un aventón, reciben un paquete a nombre de un vecino, recogen el correo, prestan una herramienta, vigilan la casa de un vecino cuando no está presente, ayudan a una persona mayor del vecindario si lo requiere, o cuidan a un niño del vecindario en caso de una emergencia. Boeckermann et al. (2017) incluyen la cohesión social a través de cinco aspectos relacionados con la confianza y los valores compartidos, mientras que Loo (1986) considera si los residentes conocen a sus vecinos y la amistad que pudieran tener con ellos. Entre los estudios para países latinoamericanos, Maturana y Horne (2016) incorporan la integración social en desarrollos inmobiliarios; Moyano Díaz (1994), la satisfacción con los vecinos; y De la Puente et al. (1990), el entorno social.
En los estudios sobre la satisfacción con la colonia, el medio ambiente social ha sido caracterizado a través de la cohesión social, el apoyo social, el control social y la participación comunitaria (Dassopoulos y Monnat, 2011). La cohesión social se refiere a qué tan bien se conocen los vecinos y qué tan comprometidos están los residentes con sus colonias. Los trabajos de Lee et al. (1991), Bruin y Cook (1997), Parkes et al. (2002), Sirgy y Cornwell (2002), Woldoff (2002), Hur y Morrow-Jones (2008), Hipp (2009 y 2010), Lovejoy et al. (2010), Dassopoulos y Monnat (2011), Dassopoulos et al. (2012), Osborne et al. (2012), Cram et al. (2013), Batson y Monnat (2015), Boeckermann et al. (2017) y Brazil (2019), entre otros, relacionan esta dimensión del medio ambiente social y la satisfacción con la colonia.
El apoyo social se manifiesta a través de la conducta positiva que se hace patente en acciones concretas entre los vecinos. Esta dimensión del ambiente social ha sido incluida en los modelos de satisfacción con la colonia en Woldoff (2002), Grogan-Kaylor et al. (2006), Hur y Morrow-Jones (2008), Vemuri et al. (2011), Dassopoulos y Monnat (2011) y Boeckermann et al. (2017).
El control social es el grado en que los vecinos tomarían acciones para prevenir daños en la comunidad e intervendrían por el bien de ésta. Los trabajos de Grogan-Kaylor et al. (2006), Dassopoulos y Monnat (2011) y Batson y Monnat (2015) han relacionado el control social y la satisfacción con la colonia.
La participación en grupos formales, organizados para el mejoramiento de la colonia, ha sido incluida como determinante de la satisfacción de sus habitantes por Sampson (1988), Adams (1992), Hur y Morrow-Jones (2008) y Dassopoulos y Monnat (2011).
La literatura sobre satisfacción residencial en México ha estudiado los determinantes de la satisfacción con la colonia (Ibarra Salazar et al., 2016); ha analizado los determinantes de la satisfacción residencial (Martínez Ibarra e Ibarra Salazar, 2017); ha comparado la satisfacción residencial de familias residentes en la región Frontera Norte de México con el resto del país (Tejeda Parra y Lara Enríquez, 2018); y ha estudiado la influencia de la percepción de aspectos físicos, generada por condiciones externas (inseguridad, infraestructura, inmuebles), en las actividades de interacción social de los vecinos, cohesión social y satisfacción residencial (Vargas Chanes y Merino Sanz, 2012). El estudio de Ibarra Salazar et al. (2016), en el contexto del programa gubernamental de vivienda denominado Tu Casa, toma como base una encuesta aplicada a un grupo experimental y otro de control. Encuentran que las familias beneficiarias con dicho programa mostraron un mayor grado de satisfacción con la colonia que el grupo de control. Martínez Ibarra e Ibarra Salazar (2017) utilizan los datos de poco más de 500 conjuntos habitacionales, contenidos en la Encuesta de Satisfacción Residencial, para estudiar los determinantes de la satisfacción residencial en México. Usando datos de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares de 2014, Tejeda Parra y Lara Enríquez (2018) encuentran que el grado de satisfacción en la Frontera Norte es diferente al del resto del país. Sugieren que estas diferencias se explican por las dinámicas económicas y demográficas que han presionado la urbanización en esa región. A su vez, Vargas Chanes y Merino Sanz (2012) utilizan en su estudio la encuesta levantada en México por el Programa de Rescate de Espacios Públicos de la Secretaría de Desarrollo Social (PREP-Sedesol); argumentan que la satisfacción con las obras que promueven la participación social en los espacios públicos, ejerce un impacto positivo en la cohesión social, y que el efecto de ésta sobre la satisfacción residencial es mayor que aquel de la inseguridad percibida.
Nuestro trabajo aporta a la literatura que acabamos de presentar en dos sentidos: en relacionar el indicador de cohesión social -que incluye 22 aspectos, agrupados en cuatro dimensiones- y el grado de satisfacción con la colonia; y en estudiar los determinantes de una dimensión de la satisfacción residencial en comunidades de ingreso bajo. No tenemos conocimiento que este tipo de análisis se haya realizado anteriormente en México.
Metodología
Controlando por las características personales, el medio ambiente físico, la localización, las instalaciones y los servicios, en este artículo relacionamos el grado de satisfacción con la colonia1 y el nivel de cohesión social. Los datos que usamos provienen de una encuesta aplicada a una muestra de residentes de dos colonias de Monterrey (Nuevo León), llamadas Rubén Jaramillo y Topo Chico. A través de una alianza entre Cadena Comercial S.A. de C.V.2 y VETSA (Voluntarios en Equipo Trabajando por la Superación con Amor, A.C.),3 en la primera colonia se implementó un programa social encaminado a fortalecer la cohesión social. La descripción de la muestra, el diseño del cuestionario y las características del estudio del que obtuvimos los datos se pueden consultar en Salazar Cantú (2018). La colonia Rubén Jaramillo fue destinataria de un programa social dirigido a aumentar la cohesión social entre sus habitantes, y la colonia Topo Chico fungió como contrafactual en dicho estudio, consistente en una evaluación de impacto. El tamaño de la muestra en cada una de las colonias fue de 300 viviendas, encuestadas en el momento de línea base del programa y un año después, al terminar la intervención. El número de cuestionarios aplicado significó un error del 4.42% en la colonia Rubén Jaramillo y del 5.45% en la Topo Chico. Salazar Cantú (2018) explica que la muestra no fue estadística, ya que, si bien el tamaño es aceptable, no fue aplicada de manera estrictamente aleatoria. El instrumento de campo estuvo a cargo de una empresa profesional dedicada al levantamiento de encuestas y se anexa al presente documento; las secciones 14, 15 y 16 del mismo fueron tomadas del instrumento propuesto por México Evalúa y Fundación Hogares (2015) para la medición del índice de cohesión social.
Siguiendo el trabajo de Lovejoy et al. (2010), hemos agrupado los determinantes de la satisfacción con la colonia en aspectos físicos de la colonia, localización y proximidad, instalaciones y servicios, aspectos sociales, en donde incluimos los componentes del índice de cohesión social, y las características personales de los residentes. En el Anexo se presenta la descripción de las variables en cada grupo, la estadística descriptiva de cada variable y las preguntas del cuestionario a las que están asociadas.
Para medir la satisfacción con la colonia, en la literatura relacionada se han aplicado dos enfoques: el directo, que pregunta al entrevistado su grado de satisfacción con la colonia; y el compuesto, con el que se calcula un indicador con la percepción de los residentes encuestados sobre las características de los ambientes social, económico y físico de la colonia (Batson y Monnat, 2015; Dassopoulos et al., 2012). En este artículo aplicamos el primer enfoque. La satisfacción con la colonia la cuantificamos a través de la pregunta 12 del cuestionario (Anexo). Este enfoque es común en la literatura (Galster y Hesser, 1981; Herting y Guest, 1985; Sampson, 1988; Hipp, 2009; Hipp, 2010; Lovejoy et al., 2010; Dassopoulos y Monat, 2011; Vemuri et al., 2011; Osborne et al., 2012; Boeckermann et al., 2017). Nuestra expectativa es que, a través de la respuesta a esta pregunta, el entrevistado haya indicado su percepción sobre el medio ambiente físico, social y económico en la colonia en que se ubica su vivienda. Esta noción de la satisfacción con la colonia es consistente con trabajos previos (Ibem et al., 2019; Batson y Monnat, 2015).
La respuesta a la pregunta 12 del cuestionario: ¿Cómo te sientes cuando estás en tu colonia?, tiene una escala de 1 a 4, donde 1 es muy bien, 2 es más o menos bien, 3 es más o menos mal, y 4 es muy mal. Al ser una variable categórica, empleamos el método de probit ordenado para analizar la relación funcional entre la satisfacción con la colonia y las variables independientes. Además, y al igual que en los trabajos de Boeckermann et al. (2017) y Ciorici y Dantzler (2019), para evitar el sesgo que pudiera existir por los valores extremos en la escala del 1 al 4 en las opciones de respuesta,4 y tal como lo sugiere Maddala (2012) y Parkes et al. (2002), construimos una variable binaria para medir el grado de satisfacción. El residente se considera satisfecho con su colonia si respondió sentirse muy bien en ésta, esto es, la opción 1 en la pregunta 12 del cuestionario, en cuyo caso la variable binaria de satisfacción con la colonia toma el valor de uno. En cambio, si la persona entrevistada seleccionó las opciones 2 a 4 de la pregunta 12, entonces se considera insatisfecha con la colonia, y la variable binaria toma el valor de cero. Con esta variable binaria estimamos los modelos con el método probit. Los métodos de estimación ordenada con variables categóricas han sido empleados en estudios previos sobre satisfacción con la colonia (Hipp Lovejoy et al., 2010; Dassopoulos y Monnat, 2011; Osborne et al., 2012; Dassopoulos et al., 2012; Grinstein-Weiss et al., 2011; Vemuri et al., 2011; Baum et al., 2010; y Hur y Morrow-Jones, 2008), en tanto que Boeckermann et al. (2017), Mohan y Twigg (2007) y Parkes et al. (2002) han cuantificado la satisfacción con la colonia con una variable binaria.
Siguiendo el enfoque de Chan et al. (2006) y México Evalúa y Fundación Hogares (2015), Salazar Cantú (2018) calcula el índice de cohesión social que usamos en este artículo. Utiliza cuatro dimensiones: confianza, pertenencia, participación e identidad. En el Anexo se muestra la composición del índice de cohesión social y se incluyen las preguntas del cuestionario que se usaron para medir las variables que componen el índice, así como la estadística descriptiva de estas variables.
En la literatura relacionada es común medir la cohesión social tomando las opiniones -en una escala de Likert- de las personas entrevistadas sobre una serie de aseveraciones relacionadas. Sólo para efectos de ilustración y comparación, en el estudio de Dassopoulos y Monnat (2011) se consideran los siguientes aspectos: si los residentes se llevan bien; si se puede confiar en los vecinos; si los adultos conocen a los niños que residen en la colonia; si los adultos se conocen; si los padres que habitan en la colonia conocen a los amigos de sus hijos; si los vecinos comparten los mismos valores; y si los vecinos se llevan bien entre sí. En forma similar, el estudio de Oh (2003) incluye en la cohesión social a la disponibilidad de las personas a ayudar a los vecinos; si los residentes son cercanos; si se puede confiar en los vecinos; si los vecinos se llevan entre sí; y si comparten los mismos valores. En el trabajo de Brazil (2019), la cohesión social se captura a través de las siguientes preguntas: si consideran vivir en una colonia donde los residentes se llevan bien; si las personas están dispuestas a ayudar a los vecinos; si los vecinos comparten los mismos valores; y si se puede confiar en los vecinos.
Tal como refieren Chan et al. (2006), y como se refleja en la descripción presentada en el párrafo anterior, no existe un término consensuado para definir cohesión social. El que ellos proponen es el que usamos en este trabajo, tomado de Salazar Cantú (2018) y que, a su vez, dicho autor tomó del instrumento propuesto y probado a nivel de colonia por México Evalúa y Fundación Hogares (2015). Haro (2019) emplea un instrumento muy similar para estimar la cohesión social no normativa en localidades del municipio mexicano de Macuspana, Tabasco. En estos trabajos se advierte lo nobel del estudio sobre la cohesión social al nivel micro y la necesidad de ir delimitando de mejor forma el término y su forma de medición.
Resultados
En el Cuadro 1 se muestran los resultados de las estimaciones por el método de probit ordenado, en tanto que el Cuadro 4 contiene las estimaciones por probit. Para valorar la consistencia de nuestros resultados, en cada caso estimamos cinco especificaciones con base en los diferentes grupos de variables independientes.
(1) | (2) | (3) | (4) | (5) | |
---|---|---|---|---|---|
Índice de cohesión social | -0.482*** | -0.507*** | -0.486*** | -0.495*** | -0.480*** |
Características personales | |||||
Ocupantes | -0.105 | -0.127 | -0.125 | -0.113 | |
Ocupantes mujeres | -0.183* | -0.176 | -0.183 | -0.161 | |
Porcentaje hombres vivienda | -0.505 | -0.465 | -0.483 | -0.396 | |
Ocupantes niños | -0.0362 | -0.0151 | -0.00890 | -0.00660 | |
Género del encuestado | -0.315*** | -0.213* | -0.211* | -0.217* | |
Género jefe de familia | -0.0345 | -0.0719 | -0.0681 | -0.0900 | |
Educación | -0.0195 | -0.0228 | -0.0231 | -0.0258 | |
Ninis | -0.333* | -0.337* | -0.329* | -0.363* | |
Seguridad social | -0.353* | -0.338* | -0.362* | -0.393* | |
Prestaciones | -0.141 | -0.156 | -0.169 | -0.159 | |
Mayores 65 años | -0.224* | -0.229* | -0.238** | -0.245** | |
Comidas | -0.298 | -0.232 | -0.223 | -0.161 | |
Ingreso | -0.000114 | -0.0000920 | -0.000103 | -0.0000821 | |
Medio ambiente físico | |||||
Pisos | -0.0223 | -0.00795 | -0.0742 | ||
Techos | -0.0404 | -0.0371 | -0.0195 | ||
Muros | -0.231* | -0.198* | -0.210* | ||
Iluminación | -0.0346 | -0.0362 | -0.0383 | ||
Dormitorios | -0.00727 | -0.0221 | -0.0280 | ||
Ocupantes por dormitorio | -0.0660 | -0.0538 | -0.0531 | ||
Localización y proximidad | |||||
Cercanía salud | -0.0460 | -0.0240 | |||
Cercanía abastecimiento | -0.561* | -0.556* | |||
Cercanía esparcimiento | -0.0253 | -0.0364 | |||
Cercanía educativa | -0.130 | -0.116 | |||
Instalaciones y servicios | |||||
Servicios públicos básicos | -0.317 | ||||
Transporte público | -0.179 | ||||
cut1 | -1.378*** | -2.179*** | -2.061*** | -2.804*** | -3.111*** |
cut2 | -0.135 | -0.867* | -0.743 | -1.481* | -1.784** |
cut3 | -0.582** | -0.113 | -0.00504 | -0.723 | -1.023 |
N | 1 125 | 1 008 | 996 | 993 | 985 |
Pseudo R2 | -0.036 | -0.073 | -0.080 | -0.087 | -0.092 |
Notas: Los errores estándar se calcularon con la metodología Huber-White.
* p < 0.05, ** p < 0.01, *** p < 0.001.
Fuente: Elaboración propia.
El coeficiente del índice de cohesión social es estadísticamente significativo en los cinco modelos, manteniendo consistencia tanto en el signo negativo como en su magnitud, a pesar de la presencia de diferentes grupos de variables de control en las estimaciones por probit ordenado (Cuadro 1). Siendo un modelo con variables categóricas, el signo negativo asociado al coeficiente del índice de cohesión, indica que cuando esta variable aumenta en una unidad, la probabilidad de que el entrevistado se sienta muy bien en su colonia -la opción 1 de la pregunta 12 del cuestionario- se incrementa, y la probabilidad de que se sienta muy mal se reduce -la opción 4 de la pregunta 12 del cuestionario-. Esto es, al mejorar la cohesión social, mejora también, en el sentido probabilístico, la satisfacción con la colonia.
Para determinar el efecto de un cambio unitario en el índice de cohesión social sobre la probabilidad de los diferentes grados de satisfacción con la colonia, se requiere calcular los impactos marginales. El Cuadro 2 muestra este indicador de acuerdo con los cinco modelos estimados por probit ordenado, y para las cuatro categorías de satisfacción con la colonia. Se puede observar que el efecto en las probabilidades es consistente tanto en el signo como en la cuantía en todos los modelos y categorías. Nótese cómo, en los cinco modelos estimados, el aumento en el índice de cohesión provocaría un aumento en la probabilidad de estar muy satisfecho con la colonia, en tanto que reduciría la probabilidad de los grados de satisfacción asociados con las categorías dos, tres y cuatro. En particular, el aumento en la probabilidad de estar muy satisfecho con la colonia, por un aumento unitario en el índice de cohesión social, va desde 17.31 puntos porcentuales (pp) en el modelo 5, hasta 18.48 pp en el modelo 2. De acuerdo con el modelo 5, que incluye todas las variables independientes, la probabilidad de estar muy satisfecho con la colonia aumentaría en 17.31 pp si aumenta el grado de cohesión social en una unidad; en tanto que la probabilidad de sentirse más o menos bien en la colonia se reduciría 13.35 pp; la de estar más o menos mal unos 3.2 pp; y la probabilidad de estar muy mal unos 0.77 pp.
Grado de satisfacción con la colonia | Modelo estimado | ||||
---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
1 | -0.1771*** | -0.1848*** | -0.1761*** | -0.1787*** | -0.1731*** |
2 | -0.1277*** | -0.1401*** | -0.1347*** | -0.1374*** | -0.1335*** |
3 | -0.0377*** | -0.0356*** | -0.0330*** | -0.0332*** | -0.032*** |
4 | -0.0117** | -0.0091** | -0.0084** | -0.0081** | -0.0077** |
Notas: Los impactos marginales se calcularon en las medias.
* p < 0.05, ** p < 0.01, *** p < 0.001.
Fuente: Elaboración propia.
Consistente con la estimación por probit ordenado, los resultados de la estimación por probit (Cuadro 4) muestran también clara evidencia de que una mejora en la cohesión social está asociada con un aumento significativo en la probabilidad de que los residentes estén más satisfechos con su colonia. Este resultado es consistente con la gran mayoría de la literatura que ha estudiado el vínculo de la cohesión social, o alguna de sus dimensiones, con la satisfacción con la colonia (Miller et al., 1980; Weidemann et al., 1982; Sampson, 1988; Lee et al., 1991; Adams, 1992; Bruin y Cook, 1997; Parkes et al., 2002; Sirgy y Cornwell, 2002; Woldoff, 2002; Grogan-Kaylor et al., 2006; Hur y Morrow-Jones, 2008; Lovejoy et al., 2010; Vemuri et al., 2011; Dassopoulos y Monnat, 2011; Dassopoulos et al., 2012; Osborne et al., 2012; Cram et al., 2013; Batson y Monnat, 2015; Boeckermann et al., 2017). En particular, los trabajos de Boeckermann et al. (2017) y Ciorici y Dantzler (2019), que estudian comunidades urbanas de ingreso bajo, encuentran una relación positiva entre la satisfacción con la colonia y la cohesión social, el primero, y la percepción de los residentes sobre la calidad de las redes sociales, el segundo.
Con respecto a las características personales, la evidencia que se ha presentado sobre el efecto de la educación del jefe de familia en el grado de satisfacción con la colonia es mixta. Hay estudios que muestran a este aspecto de las características personales como uno que influye en forma significativa (Davis y Fine-Davis, 1981; Lee y Guest, 1983; Lu, 1999). Por el contrario, hay también evidencia de que no influye en la satisfacción con la colonia (Miller et al., 1980; Adams, 1992; Bruin y Cook, 1997; Grogan-Kaylor et al., 2006; Hur y Morrow-Jones, 2008). Nuestros resultados por probit indican que entre mayor es el número de años de escolaridad del jefe de familia, menor es la probabilidad de que el entrevistado esté satisfecho con su colonia (Cuadro 4). Esto, sin embargo, no se confirma con los resultados por probit ordenado.
La variable de género del jefe de familia no influye en la satisfacción con la colonia. Este resultado es consistente con la evidencia disponible (Lu, 1999; Chapman y Lombard, 2006; Grogan-Kaylor et al., 2006; Mohan y Twigg, 2007; Hur y Morrow-Jones, 2008). La relación entre escolaridad y la satisfacción con la colonia se puede explicar por el hecho de que la educación escolar dota a la persona de una mayor conciencia sobre el estado de su contexto personal y social y aquel con el que se cuenta en zonas con mayor progreso.
Las características del hogar que incluyen tanto el número como la composición de los ocupantes resultaron no ser importantes para explicar las variaciones en el grado de satisfacción con la colonia. El estudio de Mohan y Twigg (2007) considera si el hogar está compuesto por niños y encuentra un resultado similar. Nuestro estudio incluye, además del número de ocupantes, la composición del hogar en términos del género de éstos. Tanto Lee y West (1983), a escala de áreas metropolitanas, como Grogan-Kaylor et al. (2006), usando datos individuales y por colonia, encontraron que la presencia de niños en el hogar no guarda una relación significativa con la satisfacción con la colonia. Cook (1988) encuentra que, entre los residentes urbanos, el número de ocupantes en el hogar reduce dicha satisfacción. Parkes et al. (2002) encontraron que los residentes con niños tienen una probabilidad más alta de estar satisfechos con la colonia que el promedio, en tanto que Hur y Morrow-Jones (2008) muestran evidencia de que la presencia de menores de 18 años es un factor que mejora el grado de satisfacción con la colonia. Esto no va de acuerdo con lo que encontramos en este trabajo.
En nuestro caso, sin embargo, incluimos distintas dimensiones de la composición del hogar, más allá de la presencia de infantes. La satisfacción con la colonia no varía en forma significativa con ninguna de las variables que tenemos para controlar por las diferencias en la composición del hogar, tales como el número de ocupantes, el número de ocupantes mujeres, o el porcentaje de hombres en la vivienda. La única variable cuyo parámetro es estadísticamente significativo es la asociada a la presencia de menores de 15 años que no estudian ni trabajan (ninis). El modelo probit indica que los hogares con ninis tienen menor probabilidad de estar satisfechos con la colonia. Consistente con este resultado, los impactos marginales calculados a partir del modelo ordenado (Cuadro 3) muestran una reducción en la probabilidad de que el residente esté muy satisfecho con la colonia, y el correspondiente aumento de las probabilidades de las categorías complementarias. Como lo explican Davies y Fine-Davies (1981), la existencia de esos perfiles en el hogar puede estar relacionado con la presencia de vandalismo y pandillas en el entorno, lo cual disminuye la probabilidad de estar satisfecho con la colonia.
Grado de satisfacción con la colonia | ||||
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1 | 2 | 3 | 4 | |
Índice de cohesión social | -0.1731*** | -0.1335*** | -0.0319*** | -0.0077** |
Género del encuestado | -0.0790* | -0.0601* | -0.0151* | -0.0037 |
Ninis | -0.1380* | -0.0989* | -0.0305 | -0.0086 |
Seguridad social | -0.1499* | -0.1060* | -0.0340 | -0.0099 |
Mayores 65 años | -0.0867** | -0.0677** | -0.0154** | -0.0036* |
Muros | -0.0763* | -0.0582* | -0.0145* | -0.0036 |
Cercanía abastecimiento | -0.2155* | -0.1435* | -0.0543 | -0.0177 |
Notas: Para las variables dicotómicas el impacto marginal representa el cambio de 0 a 1.
* p < 0.05, ** p < 0.01, *** p < 0.001.
Fuente: Elaboración propia.
(1) | (2) | (3) | (4) | (5) | |
---|---|---|---|---|---|
Índice de cohesión social | 0.590*** | -0.634*** | -0.604*** | -0.623*** | -0.607*** |
Características personales | |||||
Ocupantes | -0.0973 | -0.108 | -0.112 | -0.0971 | |
Ocupantes mujeres | -0.159 | -0.146 | -0.161 | -0.133 | |
Porcentaje hombres vivienda | -0.501 | -0.469 | -0.526 | -0.439 | |
Ocupantes niños | -0.0884 | -0.0817 | -0.0765 | -0.0628 | |
Género del encuestado | -0.390*** | -0.258** | -0.251** | -0.257** | |
Género jefe de familia | -0.000728 | -0.0387 | -0.0334 | -0.0637 | |
Educación | -0.0289* | -0.0331* | -0.0340* | -0.0371** | |
Ninis | -0.335* | -0.328* | -0.314 | -0.354* | |
Seguridad social* | -0.414* | -0.390* | -0.423* | -0.456* | |
Prestaciones | -0.159 | -0.186 | --0.205* | -0.194* | |
Mayores 65 años* | -0.214* | -0.216* | -0.228* | -0.247* | |
Comidas | -0.222 | -0.134 | -0.0974 | -0.0140 | |
Ingreso | -0.000169* | -0.000156* | --0.000164* | -0.000132 | |
Medio ambiente físico | |||||
Pisos | -0.0111 | -0.0329 | -0.158 | ||
Techos | -0.0891 | -0.105 | -0.0290 | ||
Muros | -0.305** | -0.279** | -0.287** | ||
Iluminación | -0.0378 | -0.0385 | -0.0402 | ||
Dormitorios | -0.0203 | -0.0335 | -0.0411 | ||
Ocupantes por dormitorio | -0.0375 | -0.0271 | -0.0268 | ||
Localización y proximidad | |||||
Cercanía salud | -0.0591 | -0.0932 | |||
Cercanía abastecimientos | -0.548 | -0.561 | |||
Cercanía esparcimiento | -0.0333 | -0.0403 | |||
Cercanía educativa | -0.0927 | -0.0867 | |||
Instalaciones y servicios | |||||
Servicios públicos básicos | -0.799* | ||||
Transporte público | -0.213* | ||||
Intercepto | -1.780*** | -2.505*** | -2.226*** | -2.851*** | -3.668*** |
N | 1 126 | 1 009 | 997 | 994 | 986 |
Pseudo R2 | -0.059 | -0.111 | -0.123 | -0.130 | -0.141 |
Nota: Los errores estándar se calcularon con la metodología Huber-White.
Fuente: Elaboración propia.
Los modelos estimados incorporan un conjunto de variables que están asociadas con el bienestar de los integrantes del hogar. Incluimos variables que indican si tienen seguridad social, si tienen las prestaciones de ley, si los mayores de edad cuentan con servicios de salud, si tienen acceso a alimentación adecuada, y el nivel de ingreso semanal. Tanto los modelos estimados por probit como los estimados por probit ordenado muestran evidencia de que los hogares cubiertos con seguridad social tienen una mayor probabilidad de estar satisfechos con su colonia. Los impactos marginales en el Cuadro 3 indican cómo aquellos hogares en que las variables seguridad social y mayores de 65 años tienen una probabilidad mayor en la opción 1 del grado de satisfacción con la colonia y menores probabilidades en las otras opciones.
En los resultados también se observa evidencia parcial de que nuestra medida de ingreso guarda una relación inversa con la probabilidad de que los residentes se muestren satisfechos con la colonia, contrario con lo que se ha reportado en algunos estudios relacionados (Mohan y Twigg, 2007; Davis y Fine-Davis, 1981; Baba y Austin, 1989; Lu, 1999).
Tanto Parkes et al. (2002) como Yang y Stockard (2013), entre otros, han encontrado que la satisfacción con la vivienda está asociada con la satisfacción con la colonia. Las características de la vivienda y los componentes del medio ambiente físico, al estar asociados con la vivienda, pueden ser factores importantes en la valoración de la satisfacción con la colonia. Lee y West (1983), en su estudio sobre satisfacción con la colonia a escala de áreas metropolitanas, encontraron una relación significativa entre el porcentaje de residentes que consideran que su casa se encuentra en excelentes condiciones y el indicador agregado de satisfacción. Mayor porcentaje de residentes satisfechos con sus casas implicó mayor porcentaje de residentes satisfechos con su colonia.
En nuestro caso, hemos incluido la composición de pisos, muros y techos, así como la iluminación y el número de dormitorios. La única característica de la vivienda que muestra una relación directa y significativa con la satisfacción con la colonia fue la composición de los muros de la vivienda. En efecto, tanto las estimaciones de probit como las de probit ordenado nos indican que aquellos hogares con muros de concreto tienen una mayor probabilidad de estar satisfechos con su colonia. Finalmente, Mohan y Twigg (2007) incluyen al número de personas por dormitorio y, tal como sucede en nuestro estudio, encuentran que no es significativo en explicar la probabilidad de estar satisfecho con la colonia.
En el grupo de localización y proximidad consideramos la cercanía de la vivienda a una serie de servicios (salud, abastecimiento, esparcimiento y educativos). La literatura relacionada ha demostrado la importancia de la localización residencial en la satisfacción con la colonia. En particular, Ciorici y Dantzler (2019) consideran la cercanía con los centros de trabajo, en tanto que Uyeki (1985) concluye que los atributos importantes de la localización son la cercanía a establecimientos comerciales, parques y centros de recreación. Los estudios de Cook (1988) y Hur y Morrow-Jones (2008) muestran que la proximidad con centros de abasto de mercancías y el trabajo mejoran la satisfacción con la colonia. Estudios más recientes evidencian la importancia que tiene la diversidad en el uso de suelo en la satisfacción, sobre todo cuando existen parques y espacios verdes que contribuyen al bienestar físico (Lee et al., 2017; Yang y Stockard, 2013).
En nuestro caso, los resultados de los modelos estimados por probit ordenado nos indican evidencia de que la cercanía a locales de abastecimiento aumenta en forma significativa la probabilidad de que los residentes se muestren muy satisfechos con su colonia (Cuadro 3). Este resultado, sin embargo, no es confirmado en la estimación de los modelos por probit, y es contrario a los resultados de Parkes et al. (2002) y Mohan y Twigg (2007), quienes encontraron que el acceso a supermercados y tiendas de conveniencia no influyó en la satisfacción con la colonia. En cuanto a los otros servicios, nuestros resultados indican que su cercanía no influye en el grado de satisfacción con la colonia.
Los estudios de Gruber y Shelton (1987), Basolo y Strong (2002) y Ciorici y Dantzler (2019) han mostrado que los servicios públicos mejoran la satisfacción con la colonia. En este artículo hemos incluido un par de variables que indican la existencia de los servicios públicos básicos (como agua potable, energía y drenaje) y de transporte público. Los resultados de las estimaciones que aplican probit muestran que la disponibilidad de servicios públicos básicos aumenta, en forma significativa, la probabilidad de que los residentes estén satisfechos con su colonia (Cuadro 4). Los resultados que aplican probit ordenado, sin embargo, no confirman lo anterior. Además, y al igual que lo encontrado en Parkes et al. (2002) y Ciorici y Dantzler (2019), nuestros resultados del modelo estimado por probit indican que el transporte público aumenta dicho grado de satisfacción.
Conclusiones
En este artículo hemos empleado los datos de una encuesta aplicada a dos colonias de ingreso medio-bajo en Monterrey, Nuevo León, para analizar la vinculación entre el grado de cohesión social y la satisfacción con la colonia de los residentes. La cohesión social fue cuantificada a través de un índice que incluye distintos aspectos relacionados con la confianza, la pertenencia, la identidad y el comportamiento participativo de los residentes en sus colonias. En nuestras estimaciones incluimos variables de control relacionadas con aspectos físicos de la colonia, localización y proximidad, instalaciones y servicios, y características personales de los residentes. Ya que la satisfacción con la colonia -variable dependiente en nuestro análisis- es categórica, usamos probit ordenado como método de estimación. Además, para evitar los sesgos que pudieran existir en los valores extremos de la variable categórica, en forma alternativa estimamos también con el método probit, creando una variable binaria para identificar a los residentes satisfechos con su colonia.
Nuestros resultados revelan clara evidencia de que, mejorando la cohesión social, aumenta la probabilidad de que los residentes se muestren satisfechos con su colonia. El resultado es consistente tanto a variaciones del método de estimación como a los grupos de variables de control considerados. En efecto, el índice de cohesión social se mostró estadísticamente significativo en todos los modelos estimados, aun en los efectos marginales calculados con la estimación por probit ordenado.
En la perspectiva de la política urbana en México, plasmada en el PND, el PNV y el PNDU, este resultado valida, en términos de un componente de la calidad de vida, su orientación para fortalecer y promover la cohesión social. También valida los programas sociales de empresas y de la sociedad civil encaminados a mejorar la cohesión social en las comunidades.
En cuanto a la literatura de estudios urbanos, nuestro estudio aporta evidencia adicional de que más allá de la infraestructura, las características físicas y la ubicación de las colonias, el medio ambiente social tiene una influencia importante en la satisfacción con la colonia. Es importante anotar que, a diferencia de los estudios relacionados, este resultado lo encontramos integrando en un solo índice de cohesión social, 22 aspectos agrupados en cuatro subíndices relacionados con la cohesión social (confianza vecinal, pertenencia vecinal, identidad vecinal y comportamiento participativo).
En relación con las variables de control, encontramos evidencia de que la escolaridad del jefe de familia reduce la probabilidad de que los residentes estén satisfechos con su colonia. En cuanto a los indicadores relacionados con la composición de los hogares, hallamos que aquellos con menores de 15 años que no estudian ni trabajan muestran menor probabilidad de estar satisfechos. Respecto a las características personales vinculadas con el bienestar de los integrantes de la vivienda, observamos que los hogares cubiertos con seguridad social muestran una mayor probabilidad de estar satisfechos con la colonia. De las características de la vivienda consideradas en nuestro estudio, la única que muestra una relación directa y significativa con la satisfacción respecto a la colonia fue la composición de los muros.
En cuanto a la localización, los resultados de los modelos estimados por probit ordenado nos muestran evidencia de que la cercanía a locales de abastecimiento aumenta en forma significativa la probabilidad de que los residentes se muestren muy satisfechos con su colonia. Por otro lado, los modelos estimados por probit indican que la disponibilidad de servicios públicos guarda una relación positiva, y estadísticamente significativa, con la probabilidad de que los residentes estén satisfechos con su colonia.
Como líneas adicionales de investigación, sería interesante abordar el diseño de los actuales programas públicos en materia de vivienda y verificar si cuentan con elementos orientados al fomento de la cohesión social; analizar la valoración de los residentes por este atributo en la demanda de vivienda en diferentes grupos habitacionales, para de esta forma tener elementos para calcular de manera más precisa las tasas de rendimiento social de los programas de vivienda; y elaborar diseños alternativos de planes de vivienda pública y su resultado diferencial en términos de cohesión social.